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martes, 9 de abril de 2019

Severe Church Crisis, and What to do about It


Duración 2:44 minutos

ENGLISH

Severe Church Crisis, And What to Do About It

The crisis of the Faith is evident from the fact that the churches are emptying, Cardinal Robert Sarah told French Aleteia. Sarah concludes from divorce, abortion and euthanasia that the civil society is also disintegrating. Quote: "We are in a difficult situation and the crisis is deep and serious.”

Everybody says something different

For Sarah, the division inside the Church is particularly "tragic." It shows itself in the Church’s doctrine, moral teaching and discipline. Quote: "Everyone says and thinks what he wants." The Church seems to have no doctrine of the Faith and no clear moral teaching anymore.

Fold your hands, and shut up?

As a solution, Sarah proposes to devote oneself to more prayer and to cry out like the apostles in the storm-tossed boat: "Lord, do you care that we perish?" Sarah does not believe that the renewal of the Church comes from structural reforms and activism. According to him, it needs the grace that comes from prayer.

Women can never be ordained

Sarah explains that contemporary pseudo-reformers cannot change the doctrine of the Church because they have not invented it and the Church does not belong to them. For example, the Church has no power to consecrate women as priests. Since the days of the Old Testament, God has chosen only men as priests. For Sarah, the demand for the consecration of women shows a "lack of faith". Even if there were no more priest in the world, the consecration of women would be no option, Sarah adds.

“Proselytism” does not exist

When asked how to evangelize since Pope Francis has banned proselytism, Sarah said that the conversion of all peoples and religions is a mission which Christ entrusted to the Church, and therefore it is its "duty". Sarah points out that evangelization is not proselytism. Quote: "I do not know a single missionary who ever forced a people to become Christian.”

ESPAÑOL

Crisis severa de la iglesia, y qué hacer al respecto

La crisis de fe es evidente por el hecho de que las iglesias se están vaciando, dijo el cardenal Robert Sarah a la francesa Aleteia. Sarah concluye del divorcio, el aborto y la eutanasia que la sociedad civil también se está desintegrando. Cita: "Estamos en una situación difícil y la crisis es profunda y grave".

Todos dicen algo diferente.

Para Sarah, la división dentro de la Iglesia es particularmente "trágica". Se muestra en la Doctrina de la Iglesia, la enseñanza de la moral y la disciplina. Cita: "Todo el mundo dice y piensa lo que quiere". La Iglesia parece no tener Doctrina de la Fe y ya no tiene una enseñanza moral clara.

¿Dobla tus manos, y cállate?

Como solución, Sarah propone dedicarse a hacer más oración y a gritar como los apóstoles en el barco durante la tormenta: "Señor, ¿No te importa que perezcamos?" Sarah no cree que la renovación de la Iglesia provenga de reformas estructurales y activismo. Según él, necesita de la gracia que proviene de la oración.

Las mujeres nunca pueden ser ordenadas

Sarah explica que los pseudo reformadores contemporáneos no pueden cambiar la Doctrina de la Iglesia porque ellos no la han inventado y la Iglesia no les pertenece. Por ejemplo, la Iglesia no tiene poder para consagrar a las mujeres como sacerdotes. Desde los días del Antiguo Testamento, Dios solo ha elegido a hombres como sacerdotes. Para Sarah, la demanda por la consagración de las mujeres muestra una "falta de fe". Incluso si no hubiera más sacerdotes en el mundo, la consagración de las mujeres no sería una opción, agrega Sarah.

El “proselitismo” no existe.

Cuando se le preguntó cómo evangelizar, ya que el Papa Francisco ha prohibido el proselitismo, Sarah dijo que la conversión de todos los pueblos y religiones es una misión que Cristo confió a la Iglesia, y por lo tanto es su "deber". Sarah señala que la evangelización no es proselitismo. Cita: "No conozco a un solo misionero que haya forzado a nadie a convertirse en cristiano".

Pascua amarga en China. En el partido con Roma gana Pequín con facilidad (Sandro Magister)



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El régimen chino aplica su acuerdo con la Santa Sede también así. Con la excavadora escoltada por la policía – ver foto – arrasa hasta el suelo el 4 de abril el edificio de una parroquia de Qianyang, que en el piso superior tenía una sala para la Misa y en el piso inferior un consultorio ambulatorio gratuito para los pobres, administrado por hermanas religiosas.
La culpa del párroco y de dos mil creyentes de esta parroquia “clandestina” es la misma de la diócesis de la que forman parte, la de Fengxiang, en Shaanxi, la única diócesis en toda China en la que ningún bautizado, desde el obispo al último de los fieles, ha aceptado hasta ahora inscribirse en la Asociación Patriótica de los católicos chinos, el principal instrumento con el que el régimen esclaviza para sí a la Iglesia, en nombre de una “independencia” de Roma que Benedicto XVI definió como “inconciliable” con la doctrina católica, en la carta del 2007 a los católicos chinos, todavía declarada válida por su sucesor.
Pero no es sólo la destrucción material de éste, como de tantos otros edificios de la Iglesia Católica. Lo que es más grave es el sofocamiento programático de esa gran porción de la Iglesia que no tiene el reconocimiento oficial del gobierno chino, sino que ni siquiera quiere someterse al chantaje de ser admitida en la legalidad sólo si acepta inscribirse en la Asociación Patriótica.
El caso de la diócesis de Mindong, en Fujan, es quizás el más instructivo, si se quiere entender cómo las autoridades de Pequín están poniendo en práctica el acuerdo secreto firmado el 22 de setiembre pasado con la Santa Sede.
Curiosamente, justamente la diócesis de Mindong es la que hace un año había sido señalada como “stress test” [prueba de esfuerzo] por el buen resultado del acuerdo entre la Santa Sede y China, en un artículo de Gianni Valente, el experto de temas vaticanos más leído y citado por el papa Francisco.
Mas a juzgar por lo que sucede allí hoy, esa diócesis es más bien el “test” no del éxito del acuerdo, sino de su fracaso.
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Se acerca la Pascua, pero el obispo que actualmente cumple en la diócesis de Mindong el rol de auxiliar, Vincenzo Guo Xijin, corre el serio riesgo de ser impedido de celebrar tanto la Misa crismal, la mañana del Jueves Santo, como la liturgia del triduo posterior.
También el año pasado se le impidió a Guo celebrar los ritos pascuales. Y también en el 2017, cuando en la vigilia de Semana Santa fue secuestrado por la policía, para reaparecer veinte años después.
En los dos últimos años, el castigo le había sido aplicado por haberse negado a concelebrar los ritos de Pascua junto al excomulgado obispo sólo nombrado por el gobierno, Vincenzi Zhan Silu, establecido por el régimen comunista en su misma diócesis.
Pero después, el 22 de setiembre de 2018, llegó el acuerdo entre la Santa Sede y China sobre el nombramiento de los obispos, y Roma no sólo revocó la excomunión a Zhan, sino que convenció a Guo de cederle el gobierno de la diócesis, aceptando para sí el rol de simple auxiliar, a pesar de que en Mindong hay una gran desproporción entre la Iglesia “clandestina” de la que Guo sigue formando parte, firme con 80 mil fieles, 57 sacerdotes, 200 religiosas, 300 laicos consagrados y centenares de catequistas, y la Iglesia “oficial” del ex excomulgado Zhan, con unos pocos miles de fieles y una docena de sacerdotes.
Para arreglar de este modo, con total beneficio para el régimen chino, la posición de la diócesis de Mindong, viajó desde Roma a China, en diciembre del 2017 y luego también en diciembre del 2018, uno de los diplomáticos vaticanos más experimentados en la materia, Claudio Maria Celli.
La primera vez Guo resistió, pero la segunda vez dijo sí. Para obtener su obediencia, Celli le dijo que era el papa Francisco en persona quien le pedía este “sacrificio para la unidad de la Iglesia china”.
Pero es un hecho que frente a este paso atrás de Roma, las autoridades de Pequín no se han movido ni un milímetro. La revocación de la excomunión de Zhan no fue acompañada en absoluto por un reconocimiento oficial de Guo por parte del gobierno chino. Él continúa sin ser reconocido como obispo, viviendo, en consecuencia, en la ilegalidad, a merced del régimen, que en cualquier momento puede arrestarlo, secuestrarlo o impedirle celebrar.
“Asia News”, la conocida agencia del Pontificio Instituto para las Misiones en el Extranjero publicada también en idioma chino, dio la noticia que muchas veces, en los meses pasados, las autoridades chinas han puesto como condición para el reconocimiento de Guo su inscripción en la Asociación Patriótica, pero él se ha negado siempre.
Y lo mismo ha sucedido con decenas de sacerdotes “clandestinos” de su diócesis. Ninguno de ellos ha aceptado hasta ahora suscribir un documento en el que se exige pasar al servicio del nuevo obispo Zhan, obedecer las leyes del Estado, inscribirse en las organizaciones oficiales y sostener el principio de “independencia” de la Iglesia.
Además de vicepresidente de la Asociación Patriótica y de la seudo conferencia episcopal que congrega sólo a los obispos reconocidos por el gobierno, Zhan es también miembro de la Conferencia política consultiva del pueblo chino, que celebró su última sesión plenaria en Pequín, a comienzos de marzo. Al responder en esos días a un periodista del “Sintao Daily” que le preguntó qué pensaba de la obligación impuesta a los católicos de inscribirse en la Asociación Patriótica para hacer así que desaparezca la Iglesia “clandestina”, Zhan dijo que éste es el único modo de hacer efectivamente que “la Iglesia esté unida”.
Es así que se corre efectivamente el riesgo de que se ponga en práctica en China el presagio del papa Francisco de un proceso de reconciliación entre católicos “oficiales” y “no oficiales”. Da Wenzhou, de Henan, de Hubei y de otros numerosos lugares se tiene noticias que hay continuas presiones en tal sentido sobre obispos y sacerdotes “clandestinos”, en algún caso con ofrecimiento de dinero. Parece haber caído en el vacío la tímida reserva expresada en una entrevista publicada el 3 de febrero en “L’Osservatore Romano” realizada al cardenal prefecto de “Propaganda fide”, Fernando Filoni: “Espero no tener que sentir o leer de situaciones locales en las que se instrumenta el acuerdo con la finalidad de obligar a las personas a hacer lo que la misma ley china no obliga, como inscribirse en la Asociación Patriótica”.
*
El caso de Mindong no es en absoluto un caso aislado. Ni siquiera es el más grave. A fines de marzo, en la diócesis de Xuanhua, en la provincia de Hebei, la policía arrestó y llevó a un lugar desconocido a su obispo, monseñor Agostino Cui Tai. Fue el enésimo de una serie de arrestos que desde hace años aplican a este obispo “no oficial”, esta vez traicionado por uno de sus sacerdotes, de nombre Zhang Li, quien lo denunció a las autoridades, acusándolo de no obedecer las nuevas normas del Vaticano, que según él dice obligarían a todos los “clandestinos” a confluir en la Iglesia “oficial” y someterse a sus condiciones.
Pero en el Vaticano no hay ninguna señal de reacción a estas pésimas noticias sobre el post-acuerdo. A mediados de marzo, en vísperas de la visita oficial a Italia del presidente chino Xi Jinping, el jesuita Antonio Spadaro, director de “La Civiltà Cattolica” y primer consejero y ghostwriter [escritor fantasma] del papa Francisco, publicó con gran pompa un libro que lleva por título “La Chiesa in Cina. Un futuro da scrivere”, con el entusiasta prefacio del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin.
Las autoridades vaticanas han dado a entender también en diversas maneras, en esos días, que las puertas del Palacio Apostólico estaban abiertas, muy abiertas, a una visita del presidente chino al Papa.
Pero no hubo visita. Parece que ni siquiera fue tomada en consideración por Xi Jinping. Una bofetada más a la Iglesia de Roma, también asumida en silencio.
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En otra reciente intervención suya, en una conferencia brindada el 28 de febrero en la Pontificia Universidad Gregoriana, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, abordó el acuerdo con China y el acuerdo firmado hace pocos años entre la Santa Sede y Vietnam, ambos secretos.
“A veces – dijo – las cuestiones más delicadas e importantes han sido acordadas secretamente entre soberanos o entre jefes de Estado, fundamentándose exclusivamente en la palabra dada”.
El acuerdo con Vietnam – siguió diciendo – puede ser definido como un “gentlemen’s agreement” [acuerdo entre caballeros], es decir, un “acuerdo informal entre dos partes, cuya característica esencial es que su realización se basa en el honor, en la buena fe y en el respeto a la palabra dada, razón por la cual no puede ser defendido judicialmente. Un caso concreto está representado por Vietnam, donde los nombramientos episcopales acontecen según un procedimiento acordado oralmente con el gobierno”.
Mientras que – dijo también Parolin – “un caso ‘sui generis’ es el acuerdo sobre el nombramiento de los obispos, firmado el 22 de setiembre del 2018 entre la Santa Sede y la República Popular China: un acuerdo internacional entre dos partes, para las cuales todavía no hay un reconocimiento recíproco formal”.
Sandro Magister

Acusador de Pell copió la historia de Daniel Gallagher



Hay una llamativa coincidencia entre el falso testimonio que llevó a la condena del cardenal George Pell y el famoso y falso caso de abuso en 1998 en Filadelfia, que descubrió y dio a conocer el 7 de abril el sitio web Quadrant.org.au.

El acusador en el caso de Filadelfia fue el distribuidor de drogas e insignificante ladrón Daniel Gallagher. Él llevó a varios sacerdotes a la cárcel. Psiquiatras forenses lo consideraron un mentiroso. Gallagher cambió sus historia muchas veces.

Sin embargo, en el 2016 recibió 5 millones de dólares de la arquidiócesis de Filadelfia.

Una de las víctimas de Gallagher fue el padre Charles Engelhardt. Él fue condenado erróneamente y murió en prisión en el 2014.

Gallagher testificó muy gráficamente que Engelhardt lo había “acariciado”, lo había hecho “arrodillar” y lo había obligado a practicarle “sexo oral”.

Los elementos utilizados para armar el caso Pell son llamativos:

# ubicación: la sacristía
# momento: después de la Misa dominical
# las “víctimas”: monaguillos que bebieron vino
# ellos fueron “acariciados”
# fueron obligados a “arrodillarse”
# fueron obligados a practicar “fellatio”
# fueron “abusados” por segunda vez semanas más tarde
# no hubo evidencia que lo corroborara

El sitio web Quadrant.org.au concluye afirmando que el acusador de Pell copió la historia de Gallagher.

Cardenal Sarah: “La Iglesia no está hecha para escuchar” (Carlos Esteban)



Las declaraciones del cardenal guineano Robert Sarah, prefecto para el culto divino, siguen escociendo en la Curia, porque se dirían diseñadas para contradecir algunos de los mensajes más insistentes de Su Santidad.

Comparen estos dos textos. 
Éste: “Una Iglesia a la defensiva, que pierde la humildad, que deja de escuchar, que no permite que la cuestionen, pier­de la juventud y se convierte en un museo. ¿Cómo podrá acoger de esa manera los sueños de los jóve­nes? Aunque tenga la verdad del Evangelio, eso no significa que la haya comprendido plenamente; más bien tiene que crecer siempre en la comprensión de ese tesoro inagotable”.
Y éste: “Existe una fuerte mayoría de sacerdotes que son fieles a su misión de enseñanza, santificación y gobierno. Pero hay también un pequeño número que cede a la tentación enfermiza y perversa de alinear a la Iglesia con los valores de las sociedades occidentales actuales. Quieren, ante todo, que se diga de la Iglesia que es abierta, acogedora, atenta y moderna. La Iglesia no está hecha para escuchar, está hecha para enseñar: ella es mater et magistra, madre y educadora. Ciertamente, una madre escucha a su hijo, pero su papel, primero, es el de enseñar, orientar y dirigir, porque conoce mejor que sus hijos la dirección que hay que tomar. Algunos han adoptado las ideologías del mundo actual con el pretexto falaz de abrirse al mundo; sería necesario, más bien, hacer que el mundo se abriera a Dios, fuente de nuestra existencia”
La disonancia entre ambos es evidente, no meramente una cuestión de estilo, de formas, de énfasis: el uno parece -parece- estar contradiciendo al otro

El problema es que el primer texto corresponde a la exhortación apostólica postsinodal ‘Christus vivit’ (Cristo vive, esperanza nuestra), firmada el pasado 25 de marzo en Loreto por Su Santidad el Papa Francisco, y el segundo es parte de una reciente entrevista, de la que ya hemos dado extractos, concedida a la francesa Valeurs Actuelles por el cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

En esa misma entrevista, Sarah se opone también diametralmente a la política de Francisco con respecto a la inmigración masiva. Sarah llama a este fenómeno “una nueva forma de esclavitud” que la Iglesia no puede propiciar de ninguna manera, menos aún amparándose en una falsificación del mensaje evangélico, porque, además, Europa debe preservar su identidad. Todo, todo al revés.

Para más inri, a Sarah no hay forma de colgarle el sambenito de ‘supremacismo blanco’ o de no saber de qué está hablando. Nacido en una tribu minoritaria de Guinea Conakry, ha sufrido marginación y persecución en su propia patria y conoce perfectamente los problemas de su continente natal.

Pero Sarah no es el único prelado en disentir con el Santo Padre en su opinión de que la inmigración masiva hacia Europa de inmigrantes procedentes de culturas muy alejadas en todos los sentidos sea necesariamente una experiencia ‘enriquecedora’. Stanislaw Nowak, obispo emérito de Czestochowa, en Polonia, no ha tenido problemas para afirmarlo en declaraciones al sitio italiano La Fede Quotidiana. Los migrantes y las migraciones, ha dicho, “no son un enriquecimiento y menos aún un recurso”. Nowak aclara que “una cosa es el plano moral y religioso y otro el político, que se refiere al Estado”. Éste, dice Nowak, “debe tener en cuenta la voluntad de los ciudadanos”, que, recuerda, no suele ser partidaria de una política migratoria indiscriminada.

Carlos Esteban

NOTICIAS VARIAS 9 de abril de 2019



INFOVATICANA

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Juan Pablo II, Benedicto XVI y Papa Francisco, a por los curas casados, a vueltas con la mafia, la política del Vaticano, hospitales católicos, optimismo.

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Acusador de Pell copió la historia de Daniel Gallagher

Cardenal Robert Sarah: ¿Dónde está la crisis? En la cabeza de la Iglesia

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Selección por José Martí

¿Hacia dónde nos dirigimos? (Cardenal Carlo Caffarra)



La imagen del camino nos recuerda, enseguida, la realidad de la vida: ¿acaso nuestra vida no es un camino? Pero un camino tiene un punto de partida y una meta a la que se dirige. Y el hombre, cada uno de nosotros, ¿de dónde viene? ¿cuál es su meta última?

Hoy, muchos no saben responder a estas dos preguntas; y a causa de esta ignorancia caminan en las tinieblas y habitan una tierra tenebrosa. A sus espaldas, el azar. Ante ellos, la nada eterna. Existimos por un azar, y estamos destinados a desaparecer para siempre: es lo que hoy piensan muchos.

Puesto que ésta es la respuesta que el hombre, en gran medida, recibe hoy por parte de la cultura en la que vive y puesto que el peso de esta respuesta es insoportable para el hombre que debe cargar con ella, esta misma cultura le ha convencido de que las preguntas sobre su origen y su destino final son inútiles, o que no pueden recibir una respuesta verdadera.

Por consiguiente, se ha puesto en marcha un sistema educativo que tiende a exaltar lo provisional y a huir de lo definitivo, como buena forma de vida.

Ésta es la condición de un pueblo que camina en las tinieblas y habita una tierra tenebrosa. En esta noche [de Navidad], la Iglesia quiere comunicar a este pueblo, a quienes viven en esta condición, una noticia: se ha encendido una luz, una respuesta ha sido dada.

(...) En medio de esta “gran multitud de gente” puedo entrever los rostros de algunas personas a las que, sobre todo, la Iglesia petroniana ha mandado hoy a predicar la felicidad evangélica. Son, en primer lugar, los jóvenes. La suya es una “pobreza de sentido” porque nosotros, los adultos, hemos construido para ellos una morada en la que las supremas distinciones entre verdadero y falso, entre bien y mal, son consideradas insignificantes, reduciendo de este modo la medida de su deseo y apagando en ellos el gusto por la libertad. Que sobre cada uno de ellos se pose esa mirada llena de amor con la que Cristo miró al joven del Evangelio (cf. Mc 10, 21); que sientan, a través de nuestra cercanía, la invitación de Cristo: Venid y veréis, para que así puedan morar cerca de Él (cf. Jn 1, 39).22

(...) El hombre necesita al sacerdote, porque necesita que se le recuerde continuamente que su fin último es la vida eterna, y que se le muestre el camino que lleva a esta vida. El sacerdote existe precisamente para esto: para guiar al hombre a la vida eterna. Para la solución de otros problemas tiene que dirigirse a otros. Mas para la solución del problema del sentido último de su vida, y no sólo para ser informado, sino para ser plasmado de manera nueva, necesita al sacerdote. Que el Señor no nos prive nunca de ellos.

(...) El verdadero reconocimiento de la persona humana es como una navegación difícil que tiene que evitar dos escollos: el escollo de la desesperación de quien no sabe ir más allá de las amargas constataciones de Job, y el escollo de la presunción de quien se atribuye una soberanía que es sólo divina.

Ya sea una cultura o una civilización generada por la desesperación, como una cultura o civilización generada por la presunción, ambas [culturas] tienen como final de recorrido la pura y simple destrucción del hombre. 

¿Quién nos guía en esta difícil navegación? La luz de nuestra razón y de nuestra fe. La primera tiene en sí la evidencia originaria que ser “alguien” no es ser “algo”, y la segunda muestra el origen último de esta diferencia, el hecho de que cada persona humana es amada por Dios

Cardenal Carlo Caffarra. No anteponer nada a Cristo: Reflexiones y apuntes póstumos (Spanish Edition) . Homo Legens

El Cardenal Sarah nos advierte seriamente de la amenaza del islam que busca invadir el mundo




El Cardenal Robert Sarah nos previene de la gravedad de promover la inmigración apelando al Evangelio, cuando realmente esa inmigración descontrolada y fanatizada constituye una gran amenaza para la civilización occidental y para la cristiandad.

Sarah proviene de un país musulmán y habla con conocimiento de causa, pues ha estudiado y ha analizado en profundidad el fenómeno.

El prelado nos advierte que el islam es una religión invasiva y de conquista y según el purpurado “el oeste desaparecerá” fruto de esta amenaza y afirmó con rotundidad que “el islam invadirá todo el planeta” y “cambiará completamente la cultura, la antropología y la visión moral“.

Su nuevo libro “Evening Draws Near” está provocando un gran debate no exento de polémica y escándalo, ya que afirma sin ningún disimulo que la inmigración islamista es una gran amenaza para Europa.

“Si el mundo occidental sigue esta dinámica, hay un gran peligro de que desaparezca, debido a la falta de nacimientos, invadido por foráneos, como el imperio romano fue conquistado por los bárbaros“

Widow details ‘betrayal’ by Pope Francis and chief cardinal advisor in damning new book (Diane Montagna)



ROME, April 8, 2019 (LifeSiteNews) — The Vatican maneuvered to ensure that Honduran Cardinal Óscar Rodriguez Maradiaga would not be implicated in concealing the sexual and financial misdeeds of his auxiliary bishop, the widow of a former dean of the Vatican diplomatic corps has written in a damning new exposé. 
Such machinations, she says, allowed Maradiaga (one of Pope Francis’s closest advisors), to maintain his position on the C-9 Council of Cardinals, which advises the Holy Father on Church reform. The C-9 is meeting with the Pope this week in Rome.
Martha Alegria Reichmann, whose late husband, Alejandro Valladares, served as the Honduran ambassador to the Holy See for 22 years, calls such maneuvering “a grotesque action and a mockery of honesty” because it gave Cardinal Maradiaga.
 “In her new book, titled Sacred Betrayal, Alegria says that she and her husband were longtime friends of the archbishop of Tegucigalpa. She details how, while her husband was still alive, Maradiaga pushed them to invest a large sum of money into a London investment fund managed by a friend of his, which led the couple to lose their life savings. She also exposes how Cardinal Maradiaga covered for his auxiliary, Bishop Juan José Pineda, who resigned last year after allegations came to light that he had sexually abused seminarians, had a string of homosexual lovers, and had engaged in financial misconduct.
In an explosive interview with Edward Pentin of the National Catholic Register, Alegria explains why she chose Sacred Betrayal as the title for the new book. “I have been betrayed by people who carry a sacred investiture: former Bishop Juan Josè Pineda, Cardinal Oscar Andrès Rodrìguez Maradiaga and Pope Francis — three people I trusted blindly,” she says. 
“In my book, everything is very well explained and demonstrated. There’s no doubt that’s how it was,” the Honduran widow and mother adds.
Mrs. Alegria said she wrote the book after discovering “a dark side” of Cardinal Maradiaga through the events surrounding his betrayal of her family. She says she could not live in “peace and serenity” unless she went public, adding that her “Christian, ethical and moral principles” did not allow her to “keep quiet about such terrible things.” 
“That would have made me responsible for a cover-up,” she says. “To declare what I know and what they have done to me is not only a right that I have, but a duty; because I am a victim of the corrupt system that reigns in the current papacy.”
She says that, in the new book, she goes much further than just recalling her own “painful experiences,” because there are “things that many people don’t know.” 
Alegria says she wrote the book because “the wicked triumph when the righteous are silent; and because God himself is being mocked.”
Asked why she believes Cardinal Maradiaga is still archbishop of Tegucigalpa, as well as coordinator of the Council of Cardinals, Alegria says the Vatican “maneuvered” so that Maradiaga would not be implicated as Pineda’s concealer. She added that the Pope has acted against coverups “on very few occasions” and “only when the external pressure is very strong.” 
“I am just a widow to whom neither Maradiaga nor Francis have given importance because they do not practice the Gospel as it should be,” she says. “It seems that the teachings of Christ have gone out of fashion and the devil reigns. The reasons for this terrible situation are revealed in my book, and it’s something frightening.”
She says she finds Maradiaga’s “extreme protection” of Pineda over 20 years “incomprehensible,” but adds that it has caused the cardinals to lose credibility with the Honduran people. 
Nor does she understand why the Pope keeps Maradiaga by his side. “Perhaps he needs his bad advice,” she said. Alegria then contrasted the Pope’s keeping Maradiaga in position with those who have given him good advice, such as Capuchin Father Thomas Weinandy, who was removed from his post in the USCCB after writing an open letter to Pope Francis. 
Alegria went on to say that she hopes that Maradiaga will be replaced, and that there can be a “fresh start” with a shepherd who is “humble of heart, energetic, transparent, kind and just.”
She said that things won’t be cleaned up possibly until there’s another Pope, or “maybe if Pope Francis put into practice all those beautiful phrases that he knows how to say and that are blown away like clouds that disappear into nothingness.”
She also said she placed her hope and trust only in God. “God is merciful. God is just. God works miracles. ... ‘God alone is enough,’” she said, quoting the mystic and doctor of the Church, St. Teresa of Avila. 
It was put to her whether she had written the book, exaggerating some of the content, so that it would become a best-seller, and thereby recoup some of her financial losses. She welcomed the question, saying it was “easy” to answer it, because the facts can be backed up with evidence. 
“Everything that is written is not exaggerated. I just narrated the facts exactly as they are, and those that needed to be proved are proved,” she says
“What is more,” she adds, “there are cases that are terrible and I did not include them because I do not have the evidence.”
She also showed how the revenue from the book will be relatively little and added that its success “depends only on God.”
She also indicated that Maradiaga offered her a large amount of money, but she didn’t accept it because she believes “the money of the Church is for the poor.”
“I did it with my conscience; I did it with the truth in my hand; I did it for dignity, for conviction and for love of God. I started with a sentence by Edmund Burke that says: ‘Evil triumphs when good men do nothing.’” 
Editor’s note: Sacred Betrayal is currently available only in Spanish, under the title Traiciones Sacradas.
Diane Montagna