Las mujeres deben guardar silencio en las Iglesias (1 Cor 14, 34)
A veces se ha considerado a san Pablo como misógino, es decir, como a una persona que siente aversión hacia las mujeres o no confía en ellas, según dice el diccionario. Nada más lejos de la realidad. El papel de la mujer en la Iglesia es esencial. Y es más: la persona humana más excelsa que jamás ha habido ni la habrá es, precisamente, una mujer: la Virgen María.
[Tengamos en cuenta que la Persona de Jesucristo no es humana, sino divina: es el Hijo, la segunda Persona de la Santísima Trinidad, y por lo tanto, tiene una naturaleza divina ... aunque, en un determinado momento de la historia, tomó como propia la naturaleza humana; de manera que, siendo verdadero Dios, es también verdadero hombre. Dios lo es desde siempre, al igual que el Padre y el Espíritu Santo, con idéntica naturaleza; hombre verdadero lo es también, desde el momento que asumió sobre sí, como propia, la naturaleza humana; de manera que se da la unión de dos naturalezas en la misma Persona divina: Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre]
El padre Alfonso hizo un comentario en una homilía con respecto al párrafo de san Pablo que he señalado más arriba. Reproduzco en este vídeo sus palabras, precisamente hoy, que es el día internacional de la mujer.
Duración 3:55 minutos