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miércoles, 21 de septiembre de 2022

YouTube cierra «el canal del P. Santiago Martín» ("Somos molestos porque seguimos a Cristo, pero llevamos dos mil años siendo perseguidos")



SE PODRÁ SEGUIR DISFRUTANDO DEL SERVICIO EN UN NUEVO CANAL: «MISA DE HOY»

Sin preaviso, YouTube ha cerrado el seguido canal MagnificatTV, popularmente conocido como el «YouTube del P. Santiago Martín». Se desconocen los motivos. Con más de ochocientos mil suscriptores el canal retransmitía la Santa Misa, prácticas de piedad como el Rosario o el Vía Crucis así como una sección de análisis de actualidad. «Somos molestos porque seguimos a Cristo» señala el P. Santiago Martin.

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Sin anestesia. Los miles de internautas que habitualmente acuden a los videos de MagnificatTV, de los Franciscanos de María en la plataforma YouTube (popularmente conocido como el «Youtube del P. Santiago Martín») solo pueden leer el mensaje
«El vídeo no está disponible. Este vídeo ya no está disponible porque se ha cancelado la cuenta de YouTube asociada a él».
Con 818 mil suscriptores y muchísimas más visualizaciones semanales, las retransmisiones de la Santa Misa y otras prácticas de piedad (Rosario, Coronilla de la Divina Misericordia, Vía Crucis,…) así como homilías o la sección de noticias y análisis de la actualidad de la Iglesia, eran seguidas en todo el mundo.

No se conoce todavía el motivo específico. Era un canal de comunicación que se caracterizaba por la propuesta íntegra y valiente del Magisterio de la Iglesia. Previo al cierre hubo un ataque al canal.

Con el tesón que les caracteriza han abierto otro canal en el que se podrán seguir los mismos contenidos, «Misa de Hoy», y como dice el P. Santiago Martín, fundador de los Franciscanos de María, sin victimismo y con el buen humor que le caracteriza: «si los siguen cerrando, seguiremos abriendo canales nuevos».

Hemos tenido la oportunidad de entrevistar al P. Santiago Martin para conocer la situación y el futuro próximo:

¿A qué se dedicaba el canal?

El canal está exclusivamente al servicio de la evangelización. Transmitíamos la Misa diaria, con una audiencia dominical de 150.000 conexiones de media, y una audiencia diaria de 60.000. También transmitíamos otros vídeos, como el Rosario, la Coronilla de la Misericordia, El Vía Crucis, homilías, conferencias, noticias de la Iglesia, la actualidad eclesial comentada y un gran número de vídeos de espiritualidad (charlas cuaresmales, meditaciones sobre la Virgen, etc).

¿Cuál es el motivo del cierre?

No lo sabemos. La política de Youtube establece que, antes de cerrar un canal, deben avisar, pero esta vez no lo han hecho. Hay que decir también que el día anterior al cierre, sufrimos un ataque cibernético que nos bloqueó el canal durante muchas horas. No sabemos si el cierre del canal se debe a que el ataque cibernético no logró sus objetivos y tuvieron que recurrir a cerrarlo.

¿Van a recurrir la decisión tomada por la plataforma?

Ya lo hemos hecho y hasta ahora no hemos tenido respuesta.

¿Qué van a hacer a partir de ahora?, ¿podremos seguir disfrutando del servicio que prestaban?

Hemos abierto otro canal, «Misa de Hoy», para seguir ofreciendo la transmisión de la Misa a los miles de espectadores que se beneficiaban de ella. Abriremos otro para el segmento de Noticias de la Iglesia. Si los siguen cerrando, seguiremos abriendo canales nuevos. Agradezco que se difunda el nuevo canal, para que pueda llegar a los muchos que nos seguían.

¿Qué consejos les daría a aquellos que pueden llegar a autocensurarse para no ser expulsados de la red?

No hay que rendirse. Somos molestos porque seguimos a Cristo, pero llevamos dos mil años siendo perseguidos. Es un gran honor compartir algo, aunque sea tan poco, de lo que sufrió Cristo y de lo que sufrieron los mártires.

¿Qué hacer con los obispos cuando no cumplen con su deber?



El día de su ordenación episcopal, Benedicto XVI escogió como lema “Cooperatores Veritatis”. El Pontífice alemán, tuvo claro desde el primer momento que su labor como obispo, debía estar enfocada a arrojar luz y defender la verdad.

Por desgracia, hoy en día vemos como cada vez más obispos se saltan a la torera este precepto, siendo ellos causantes y promotores de grandes inmoralidades y confusiones.

Mientras algunos se afanan por reformar la Iglesia desde dentro intentando colar doctrinas y enseñanzas nocivas, otros callan ante estos abusos.

Las herejías de alemanes y belgas

Hace escasos días, asistimos atónitos a cómo gran parte del episcopado alemán, con su presidente y el cardenal Marx a la cabeza, apoyaban reformas en moral sexual, uniones homosexuales y ordenación de mujeres.

Este pulso, no se mantiene desde el desconocimiento. Resulta inverosímil que haya obispos que desconozcan la nota que emitió la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde afirmaba que no se podía bendecir el pecado, en referencia a las parejas homosexuales. Por otro lado, es difícil de creer que los obispos desconozcan la Ordinatio Sacerdotalis de san Juan Pablo II donde afirma que «la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia».

Con todo esto, ¿cómo es posible que todavía queden obispos que planten cara de manera tan frontal y abierta contra el Magisterio de su propia Iglesia?

Cuando no se toman decisiones y se actúa de manera impune, es fácil que se produzca el «efecto llamada». En vistas que la inmensa mayoría del episcopado alemán se revuelve contra Roma y no pasa nada, ahora sus colegas belgas han decidido iniciar una nueva senda de ruptura con el Vaticano y la enseñanza católica.

En el día de ayer, publicamos como la Conferencia Episcopal de Bélgica, con el cardenal De Kesel a la cabeza, ha decidido abrazar y bendecir las uniones entre parejas homosexuales.

Lo que se esconde detrás de todas estas acciones, no es otra cosa que intentar «matar al pecado» y caer en que todo vale y que sólo hace falta ayudar a los pobres. En otras palabras, se trata de convertir la Iglesia católica, en una gran ONG.

Esta misma semana, hemos visto como algunos obispos han levantado la voz contra un error de Francisco en una de sus últimas cartas. Este tipo de actitudes no es lo habitual ya que siempre existe el temor a que pueda ocurrir como le pasó al obispo de Arecibo, monseñor Daniel Fernández, y ser destituido de un plumazo por parte del Papa.

Afortunadamente, aún algunos pocos obispos fieles a la verdad y que sin miedo ni complejos no dudan en levantar la voz cuantas veces sea necesario, tal y como han demostrado en numerosas ocasiones el obispo de Tyler, Joseph E. Strickland o Athanasius Schneider. También dentro del colegio cardenalicio los hay, como Müller o Sarah, que se han atrevido a corregir a sus colegas y alertar de estos peligros dentro de la Iglesia. Hay muchos otros, que públicamente prefieren guardar silencio.

El papel de los obispos y la doble vara de medir

Quizá haga falta recordar a este grupo de obispos progresistas colaboradores de doctrinas heréticas y confusas, que el Código de Derecho Canónico establece en el punto 386 que «el Obispo diocesano debe enseñar y explicar a los fieles las verdades de fe que han de creerse y vivirse, predicando personalmente con frecuencia; cuide también de que se cumplan diligentemente las prescripciones de los cánones sobre el ministerio de la palabra, principalmente sobre la homilía y la enseñanza del catecismo, de manera que a todos se enseñe la totalidad de la doctrina cristiana».

Cabe preguntarse, de manera legítima, el motivo por el cuál no «se actúa de oficio» en estos casos por parte de la Santa Sede y apartar cuanto antes a estos obispos que confunden al pueblo de Dios.

Es difícil de entender el empeño de Roma de poner su atención en restringir la Misa Tradicional por «falta de unidad» cuando resulta que hay un grupo de cardenales, obispos y sacerdotes que defienden públicamente doctrinas contrarias que menoscaban la unidad dentro de la Iglesia.

Resulta también sorprendente que se esté más preocupado en paralizar las ordenaciones en la diócesis de Frejús-Toulon, cuando es uno de los seminarios con más vocaciones de Francia o que se intervengan instituciones y movimientos de sana y buena doctrina que llenan las iglesias sin necesidad de inventarse cosas raras.

Redacción Infovaticana