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viernes, 8 de septiembre de 2023

Quiero aprender latín como autodidacta, pero no sé cómo hacerlo. ¿Por dónde empezar?

COMENIUS
Todo idioma se aprende por uno mismo en lugar de ser enseñado, es decir, escuchando, leyendo, releyendo, transcribiendo, tratando de imitar con la mano y el lenguaje con la mayor frecuencia posible. J. A. Comenius


Omnis lingua ūsū potius discātur quam præceptīs, id est, audiendō, legendō, relegendō, trānscrībendō, imitātiōnem manū et linguā tentandō quam crēberrimē. J. A. Comenius

31/03/2021

Me he decidido a escribir esta entrada porque, tras varios años aconsejando a gente que me pregunta cómo puede aprender latín, acabo dando los mismos consejos. Pienso que el hecho de responder privadamente impide que otros puedan beneficiarse de esta información que, dicho sea de paso, a mí me hubiera ahorrado años de trabajo y de dudas en su día. Como creo que puede ser útil, dada la cantidad de gente que tiene alguna curiosidad por el latín pero no está metida en el mundillo, ni sabe por dónde empezar, ni cómo, ni con qué, considero que puede ser útil escribir esta entrada desde mi experiencia.

Mi experiencia es la de un autodidacta. Ni he estudiado latín en la escuela, ni en el instituto, ni en la universidad. Mi bachillerato fue de Sociales y en la universidad estudié Derecho. Estudié latín porque siempre me había llamado la atención y porque nunca oí palabra mala a propósito del mismo en casa y lo estudié precisamente como cualquier otra lengua moderna. No con el fin de ser filólogo, sino del mero hecho de saber latín: leer, escribir, hablar, entender. Por lo tanto, los consejos que ponga aquí están centrados en aquellas personas que, por alguna razón, se ven obligadas a aprender por sí mismas pero que, precisamente por este autodidactismo se encuentran en el desconocimiento más absoluto: no saben ni por dónde empezar. Esta es una guía de un autodidacta para posibles autodidactas o aquellos que puedan querer reconvertirse de su experiencia en la enseñanza reglada. Hechas estas prevenciones, podemos empezar.

Aprender un idioma y sobre todo aprenderlo bien es algo que lleva tiempo, pero lleva muchísimo menos del que la gente se imagina, sobre todo si se hace con buenos libros y buenas técnicas. En esta entrada trataré cuestiones relativas al latín, dejando manuales y cuestiones de griego para otra entrada.

Lingua Latīna per sē Illūstrāta

De manuales de latín, el que es más usado y más recomendado es la serie de libros de Lingua Latīna per sē Illūstrāta (La lengua latina ilustrada por sí misma) de Hans Orberg. Enlazo información detallada sobre los libros (se pueden ver también páginas de muestra), el método… pero básicamente se caracteriza por ser un manualito que se explica sólo en latín a través de imágenes, sinónimos, antónimos… No hay nada en otro idioma que no sea latín, ni siquiera el copyright.

Esta serie de libros se divide en dos libros de texto, la parte I, llamada Familia Rōmāna, y la parte II, llamada Rōma Æterna. En el primero se trata, a través de la vida diaria de una familia romana de comienzos de nuestra era, la práctica totalidad de la gramática y un vocabulario de unas 1500 palabras. El segundo libro es un conjunto de adaptaciones de autores clásicos que narran la historia de Roma desde sus orígenes míticos hasta aproximadamente el siglo I, con un vocabulario adicional de 2500-3000 palabras. En total el método ofrece la gramática completa de la lengua latina y un vocabulario de unas 4500 palabras.

Aparte de estos libros de texto, que constituyen el grueso del material, hay un libro de ejercicios para cada volumen [Exercitia Latīna] y que son recomendabilísimos para cuadrar las estructuras gramaticales, cotejar lo aprendido y afianzar estructuras, etc. El libro de texto, por muy bueno que sea, es la mitad de efectivo sin este otro libro. Si no se hacen los ejercicios en el fondo acabará fallando la base y según se vaya progresando se nos hará más y más cuesta arriba hasta que tengamos que parar o volver atrás, habiendo perdido irremisiblemente el tiempo y también un libro con explicaciones en español de cada capítulo del texto [Latīnē discō, guía del alumno] (qué caso o declinación o tiempo verbal se está viendo, cómo funciona, cómo se construye, cómo se usa tal estructura, qué está pasando en el texto, explicaciones sobre algún aspecto cultural o social, etc).

Del primer volumen hay también unos audios, grabados por el autor, que son muy recomendables para fijar el vocabulario y las estructuras en la mente. Es un error intentar aprender un idioma sin escucharlo y esto se aplica también para el latín. La escucha activa, frecuente y repetida de las grabaciones de los textos fija el vocabulario y las estructuras gramaticales de manera más sencilla que a través del mero repaso. Además, con los medios de hoy es sencillo escuchar en cualquier parte o si se tiene tiempo muerto en cualquier actividad. Nunca insistiré lo suficiente en la importancia de escuchar fragmentos comprensibles de un idioma una y otra vez de forma espaciada, por mucho que nuestro objetivo sea leer a los clásicos. No hay trampas, ni atajos, ni trucos para aprender idiomas más allá de esto. Escuchar mucho y muchas veces nos garantiza formar los automatismos necesarios para el vocabulario y las estructuras, y nos facilita entender el idioma más allá de la mera exposición de reglas. Además, facilita el aprendizaje de las vocales largas, aspecto muy descuidado por la mayor parte de quienes estudian el latín y que pasa a tener una dificultad imposible si no se escucha. El idioma se asimila y absorbe no sólo por los ojos, sino también y muy notablemente por los oídos.

Este conjunto de libros es lo que usé yo para enseñarme a mí mismo (salvo el libro de explicaciones, que no sé por qué no lo compré en su día, me habría ahorrado muchísimos quebraderos de cabeza), amén de unos pequeños libritos de lecturas adaptadas que proporcionan vocabulario adicional y se van insertando a lo largo de los dos libros principales, y que además sirven de colchón para evitar el salto de nivel que se produce entre el volumen I y el II, dado que el II es bastante más complicado. Estos libritos adaptados van intercalándose para su lectura en distintos puntos del curso principal, dado que incluyen vocabulario o gramática explicados hasta cierto punto. Algunos siguen los capítulos del primer volumen, otros están recomendados tras haber terminado el primero, otros a partir de cierto capítulo del segundo… Además, las palabras que no se hayan visto previamente aparecen explicadas e incluyen siempre un pequeño glosario al final. A través de estas lecturas el vocabulario puede ampliarse en unos cuantos miles de palabras más, por lo que resultan muy útiles para alcanzar la verdadera fluidez en el idioma.

En este enlace a Cultura Clásica pueden encontrarse los distintos libros disponibles, información sobre los mismos, páginas de muestra, precios, etc.

Scorpio Martianus (quien tiene también muchos vídeos tanto en latín como en inglés en Youtube) ha hecho una crítica del método y los diferentes libros que lo componen (en inglés):

Le Latin sans peine

Otro de los libros que más me han gustado (y he usado) para aprender latín ha sido el Le Latin sans peine, de la editorial francesa Assimil. Respecto del método que usa esta editorial especializada, cómo funciona y cómo puede usarse escribí aquí. Este libro tiene la dificultad de que por el momento sólo se encuentra con explicaciones en francés, italiano y alemán, pero es una absoluta maravilla y publicado por una editorial francesa especializada en métodos de idiomas para autodidactas. No faltan en Youtube y el resto de Internet opiniones y reseñas sobre varios de los libros que tienen para aprender o el método en general. El catálogo disponible en lengua francesa es impresionante.

En todo caso, si no se conocen estos idiomas de las explicaciones, hay unos cursos gratuitos que empiezan todos los años en septiembre en la Schola Latina Universalis, donde proporcionan traducción del libro al español.

Es un libro fabuloso con escenitas cotidianas y diálogos: los personajes reservan hoteles, van en tren, comen, sin faltar lecciones de clásicos adaptados. Si se quiere ojear la versión original de 1966, puede consultarse aquí. De todos modos la editorial sigue reeditándolo y puede encontrarse fácilmente por internet para su compra. Hay que poner atención, con todo, y asegurarse de que el libro que se adquiere es el de Clément Desessard, puesto que hay otra versión con el nombre Le Latin de Isabelle Ducos Philippi, que no es tan buena. Tal es así que parece que las quejas de latinistas a la editorial supusieron su retirada y la reedición del clásico de Desessard. Con un humor bastante peculiar de esta editorial, proporciona toda la gramática y un vocabulario de unas 3500 palabras, nada desdeñable. Como todo método de idiomas, no es un libro a leer una sola vez, el fin último es absorber todo lo que contiene, y eso se hace a base de repetir. Por supuesto, la primera vez que se cursa será más difícil, pero según se gana soltura se va leyendo y entendiendo mucho más rápido, y si esto se hace unas cuantas veces, el resultado será muchísimo más satisfactorio e irá cuadrando todo. Lo mismo puede decirse para las traducciones que han de hacerse del texto, el poder corregirnos cotejando con el original y las notas del texto hace mucho para sustituir la labor de un profesor a quienes no cuenten con uno.

En mi opinión, si alguien sabe francés o está próximo a septiembre y puede usar ese libro para los cursos de la Schola, es lo que yo recomendaría para quienes no tienen profesores capaces de enseñar hablando o no tendrían la constancia para ser autodidactas puros. El método son 100 leccioncillas relativamente cortas y en un año da muy buena base, además de que cuenta con audios de todo el libro.

Estos dos métodos constituyen la mejor base para el aprendizaje del latín de la manera más natural y eficaz, sean cuales sean nuestros objetivos. Por supuesto, no son excluyentes, lo mejor sería acabar usando ambos, cada uno a su tiempo. Estimo que el de Assimil proporciona una base cercana al B2 dentro del Marco Europeo de referencia para las lenguas (si se absorbe bien, no sólamente a través de una sola lectura), mientras que el conjunto de libros de Lingua Latīna per sē Illūstrāta pueden llegar a algo muy cercano al C1, visto que tratan la totalidad de la gramática y un vocabulario nada despreciable de aproximadamente 6000 o incluso 7000 o más palabras.

Técnicamente estos métodos nos dan la base para zambullirnos en los clásicos antiguos y modernos, pero hay todo un mundo ahí fuera. En este punto recomendaría acudir a lecciones bilingües o con notas para los clásicos, si se pueden encontrar, sobre todo por cuestiones culturales que nos alejan de los romanos y pueden hacernos difíciles la lectura, pero en principio se cuenta ya con todas las herramientas necesarias. Los propios manuales reseñados están plagados de fragmentos de obras que pueden pasar a leerse directamente en el original.

Hay vida más allá de estos manuales

Más allá de esto, ¿qué hay? Dado que el latín lleva enseñándose unos cuantos siglos, no faltan métodos destinados a perfeccionarse en el idioma, sobre todo por humanistas, lo difícil es saber que existe, dónde encontrarlo, qué es lo mejor. Aquí encontramos desde libros destinados al aprendizaje de fraseología (expresiones, refranes, frases hechas), como los Adagia de Erasmo (un conjunto monumental de proverbios, frases hechas y refranes extraído de los autores clásicos), a libros de vocabulario, diálogos escritos por humanistas para perfeccionar el latín, etc. Destacando los de Vives, Corderio, Erasmo, y otros, en los que tratan diferentes escenitas de la vida diaria para enseñar el latín. Los personajes discuten, enseñan fórmulas de saludo, los juegos de cartas y la baraja, van de compras… La digitalización que se lleva a cabo por diferentes universidades y en Google Books nos permite encontrar estas ediciones de una manera totalmente asequible. Por ejemplo, la Academia Vivarium Novum ha reunido en su página web algunos de estos diálogos renacentistas y barrocos.

Para el aprendizaje más profundo del vocabulario, sin embargo, yo propongo los libros que ando reeditando de Comenius. Escribí en otra parte a propósito de mi proyecto y qué implica y qué espero conseguir con ellos. Dado que el latín se ha venido usando sin interrupción durante siglos, el vocabulario no ha dejado de crecer. Es justo que nosotros, si queremos hablar y entender bien el latín, contemos con el vocabulario necesario y lo conozcamos, sobre todo para evitar que, por desconocimiento del mismo, nos veamos obligados a acuñar neologismos para cuestiones que ya cuentan con una palabra al efecto. Igualmente, es costoso encontrar las diferentes palabras que puedan faltarnos (animales, plantas, herramientas, profesiones…) y que se encuentran desperdigadas aquí y allá en multitud de libros.

El primero de los libros de Comenius, el Vestibulum, apenas tendrá dificultad alguna para quienes hayan completado los libros que he propuesto. El vocabulario es muy sencillito (unas 1700 palabras) y el libro se compuso teniendo en mente a niños de unos 8 años. Ahora bien, a partir del segundo volumen (el Orbis Sēnsuālium Pictus) la cosa va a complicarse por el nivel de detalle que se va a alcanzar. Las lecciones no serán para aprender la palabra pájaro y algunos de los pájaros más comunes, como la paloma, el gorrión o el cuervo, sino que pasan a suponer listas detalladas de animales, sus partes, herramientas, profesiones, frutas y verduras, frutos secos, las partes del cuerpo, y multitud de otras cuestiones relativas a las ciencias del siglo XVII. El tercer volumen (Jānua Linguārum Reserāta) proporcionará un vocabulario detalladísimo, ampliando sobre lo ya visto en los libros anteriores. El último volumen (Latīnitātis Ātrium) es una elaboración retórica y literaria del texto de la Jānua, a nivel no ya bilingüe, sino plenamente literario. Alguien que recorra estos libros de Comenius estará capacitado para entender todo lo que se le ponga por delante con el mínimo esfuerzo y de usar el idioma con la mayor perfección y pureza.

Considero que estos libros de mi proyecto pueden ser la mejor vía para aquellos que quieran conocer más en profundidad el vocabulario de la lengua latina, dado que los libros, aunque tratan los mismos temas, son cada vez más detallados. Cada libro construye sobre el texto del anterior hasta llegar prácticamente al bilingüismo. Además, cuentan con traducción al griego y al español (salvo el último, cuando se edite), lo cual facilitará reconocer la palabra exacta.

¿Cursos?

Aparte de la vía del autodidacta, que puede ser un poco pesada y frustrante (sobre todo si no se sabe muy bien cómo proceder, hasta para enseñarse uno hay que aprender), no faltan cursos donde aprender latín. Aunque el objetivo de esta entrada es favorecer el estudio autodidacta, nada impide que un autodidacta pase por algún momento por un aula en un curso de verano o en algunas jornadas. Por esa razón gloso también brevemente algunos lugares donde encontrar más información (sin ánimo de ser exhaustivo y sujeto a ampliación según me consten más).

En todo caso, los más célebres son los de la Academia Vivarium Novum en Italia (página en inglés, italiano y latín), que ofrece tanto cursos veraniegos como estancias de un año académico (con ciertas condiciones). La Schola Latina, también en Italia. Los cursos de verano de la Schola Æstiva Posnaniensis en Poznań, Polonia. El Instituto Polis (en Roma y Jerusalén), que tiene también posibilidad de griego y otros idiomas, como árabe, hebreo, etc, aunque creo que sólamente en Jerusalén). El Paideia Institute en los Estados Unidos, con cursos en algunas ciudades europeas. Y en España destacan los cursos del CÆLVM cada mes de agosto en Madrid. En Internet, los gratuitos y ya tratados de la Schola Latina Universalis, y muchos otros más, tanto dentro como fuera de Europa. Con la pandemia también muchos de estos cursos han pasado a formato virtual, por lo que puede ser más sencillo acudir a alguno sin tener que viajar.

Consejos varios

Aparte de todos estos manuales que puedan utilizarse, quisiera sugerir algunos pequeños consejos que me han servido para perfeccionarme (más allá de la insistencia en los audios…).

Aprender un idioma es familiarizarse con una serie de cuestiones: el vocabulario, la gramática y varias estructuras, y cómo se manipulan. Para el aprendizaje del vocabulario, sobre todo para su repaso, no puedo sino recomendar el elaborar fichas al efecto y que se repasen de manera frecuente, aunque sean unas pocas cada vez. Pueden hacerse en papel o en aplicaciones como Anki (gratuita y disponible para varias plataformas). La posibilidad de repasar el vocabulario, autocorrigiéndose (dado que en el reverso de la ficha está la solución), de forma periódica y, sobre todo variada nos ayuda a asimilar las palabras, expresiones, refranes que vayamos viendo. Y digo variada porque como las fichas pueden barajarse, se incluyen nuevas continuamente, las que ya se han aprendido se destruyen. El modo en que se secuencia el vocabulario para aprenderlo va variando, y en este sentido a mí me parece mejor que aprenderlo directamente a partir de una lista. A mí me pasa que de una lista acabo sabiéndome muy bien las primeras palabras, pero las del final suelen permanecer un poco en la sombra. No es muy divertido leerse una y otra vez la lista de la compra. Con fichas de vocabulario las palabras se tratan como unidades discretas de información que van afianzándose en la mente poco a poco a base de repetir de forma espaciada, prueba y error, etc. Además, el hecho de que estén escritas por ambas caras (en el papel) permite no sólo adivinar el significado en español de una palabra latina, sino también al revés, intentar encontrar la traducción de la palabra española simplemente dándole la vuelta al taco de fichas. En el caso del programa Anki esto lo hace automáticamente con el paso del tiempo, poniendo una u otra cara de la ficha. Un poco de trabajo constante y repeticiones espaciadas del material obran maravillas y simplifican enormemente el proceso.

Hay todo un mundillo de políglotas de internet y también un montón de métodos diferentes para aprender. Hay foros enteros repletos de discusiones sobre cuáles son los mejores métodos para aprender tal o cual idioma (me refiero tanto a manuales como técnicas) o aprendizaje de idiomas en general. Cada maestrillo tiene su librillo y al final siempre se pueden adaptar o combinar varias para nuestros objetivos específicos según nos vengan mejor.

Aparte de las fichas de vocabulario otra cosa que viene bien es tratar el texto del manualillo de que se trate (o fragmentos del mismo) como un arenero para jugar antes que como un texto meramente estático. Me explico: de unas cuantas frases o párrafos podemos ir perfeccionando cosas que hemos aprendido posteriormente, aprovechando que ese texto está ya escrito. Por ejemplo, si en algún momento aprendemos el futuro, podemos tomar algunas frases sencillas del comienzo del libro y conjugar los verbos en futuro; en griego, con los aoristos. Se puede también variar el género y el número de lo que se trate, pasando los masculinos a femenino, los singulares a plural, y viceversa, para perfeccionar y hacer más sencillo el concordar verbos y adjetivos en género, número, aspecto… Como tomamos algo más sencillo jugamos con la ventaja de que es un entorno seguro en el que cambiamos una o dos cosas cada vez.

En el mismo sentido, ayuda ir amplificando las frases o conceptos según aumentamos el vocabulario o vamos aprendiendo colocaciones, tiempos verbales, etc. De una frase sencillísima como Veo el gato podemos ir sacando progresivamente: veo el gato. Veo el gato negro. El gato negro está en el tejado. Veo el gato negro que está en el tejado. Veo los gatos negros que están en el tejado. Ayer vimos los gatos negros que estaban jugando en el tejado. Podemos ir variando a placer la complejidad de frases absolutamente banales, lo cual nos ayuda a automatizar las conjugaciones y las declinaciones de manera más sencilla que mirar o copiar las tablas. Para formar párrafos complejos ayuda mucho manipular frases de este estilo.

En su día adapté un poco la técnica del scriptorium de Alexander Arguelles, que consiste básicamente en leer una frase en voz alta, copiarla mientras se dice cada palabra en voz alta, y una vez terminada de copiar, se vuelve a decir. Una cosa bastante tonta pero que implica prestar atención a lo que se va viendo en la lección.

En su día también utilicé su técnica de shadowing, que consiste más o menos en ir escuchando una grabación en el idioma e ir repitiendo, inmediatamente después y sin parar, lo que se va oyendo. Hay un vídeo en el que explica de forma detallada cómo lo hace él:

Aparte de todas estas cosas cada vez son más los medios disponibles y la comunidad de gente que quiere aprender latín y no sólo su gramática va creciendo. En tuiter se encuentra bastante gente, pero para el aprendizaje se pueden encontrar varias páginas en Facebook, como por ejemplo Aprender latín en latín y otras similares, en los que los miembros siguen a veces alguno de los manuales expuestos o se preguntan dudas o exponen consejos.

Por último, quiero destacar la existencia de las diferentes tertulias (Círculos Latinos) que hay para hablar en latín (o griego, en algunos casos) y que se reúnen periódicamente a lo largo y ancho del globo y que, para mayor comodidad, he glosado en un mapa de Google Maps aquí, en el que intento incluir no sólo la localización del Círculo Latino, sino también su periodicidad o modos de contacto con los organizadores, páginas web o de Facebook si me constan, etc, de manera que, si existe alguno cerca de ti, tengas más fácil poder visitarlo. Además, ahora por la pandemia muchos de ellos se reúnen por internet, lo cual ha favorecido las visitas e intercambios entre varios círculos, enriqueciendo así a la comunidad y el uso del idioma como medio de comunicación entre los hablantes. No faltan tampoco foros ni servidores de Discord donde practicar el idioma.

Espero que los manuales o consejillos que he tratado aquí sirvan a aquellos que quieran aprender latín pero no tengan ni idea de cómo o por dónde empezar. No es tan fiero el león como lo pintan. Si gracias a esta pequeña entrada ahorro a alguien tiempo de trabajo y facilito su camino hacia la latinidad, haber expuesto esta información habrá valido la pena. Valē.

viernes, 30 de junio de 2023

La prohibición de la Misa Tradicional es un abuso de autoridad. Desacatar dicha prohibición no es desobediencia (Monseñor Schneider)



1. La liturgia romana tradicional de la Misa fue la liturgia de nuestros antecesores católicos. Fue el rito de la Misa con el que se evangelizaron la mayoría de las naciones de Europa (salvo algunos países del Este y las localidades donde se celebra por los ritos Ambrosiano y Mozárabe), así como todas las de América y casi todas las de África, Asia y Oceanía.

2. «Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande» (Benedicto XVI).

3. Lo malo del Misal nuevo es que abandona una historia ininterrumpida anterior y posterior a San Pío V para crear un libro enteramente nuevo (si bien compilado a partir de textos antiguos) (cardenal Joseph Ratzinger).

4. La publicación del nuevo Misal vino acompañada de una especie de prohibición de todo lo anterior, cosa sin precedentes en la historia del derecho eclesiástico y la liturgia (cardenal Joseph Ratzinger).

5. «Por mi conocimiento de los debates conciliares y mis repetidas lecturas de las ponencias de los padres conciliares, puedo afirmar con certeza que esta reforma [la actualmente representada en el nuevo Misal] no se corresponde con las intenciones del Concilio Vaticano II» (cardenal Joseph Ratzinger).

6. La liturgia romana tradicional de la Misa fue la que conocieron todos los santos de rito romano de los que tenemos noticia, al menos durante todo el último milenio; es milenaria, por tanto. Aunque se suele llamar Misa Tridentina, la misma forma exacta de la Misa ya estaba en uso desde varios siglos antes del Concilio de Trento. Todo lo que pidió el mencionado concilio fue que se declarase canónica la venerable y doctrinalmente cierta forma de la liturgia de la Iglesia de Roma.

7. La liturgia romana tradicional de la Misa es la que más afinidad tiene con los ritos orientales y da testimonio de la ininterrumpida normativa litúrgica universal de la Iglesia: «Tanto el Misal romano de San Pío V como varios ritos orientales contienen oraciones muy hermosas mediante las que el sacerdote expresa el más profundo sentido de humildad y reverencia ante los Misterios Sagrados: ponen de manifiesto la sustancia misma de la liturgia» (Juan Pablo II).

8. Por consiguiente, ni el Papa ni los obispos tienen autoridad para prohibir o restringir una forma tan venerable de la Santa Misa que fue ofrecida por los santos durante más de mil años, del mismo modo que ni el Papa ni los obispos tendrían potestad para prohibir o para hacer reformas importantes en el venerable Credo apostólico Niceno-constantinopolitano, en virtud precisamente de su uso venerable, milenario e ininterrumpido.

9. Acatar la abusiva prohibición de tan venerable forma de la Misa de los Santos, desafortunadamente promulgada por clérigos actuales en medio de una crisis eclesial sin precedentes, constituiría una falsa obediencia.

10. Por consiguiente, desacatar la prohibición de la Misa Tradicional no constituye cisma, en tanto que se siga reconociendo al Sumo Pontífice y a los obispos y que se siga rezando por ellos y respetándolos.

11. Al desobedecer formalmente tan inaudita prohibición de un patrimonio inalienable de la Iglesia de Roma no se hace otra cosa que obedecer a la Iglesia Católica de todos los tiempos y a todos los papas que diligentemente celebraron y ordenaron la preservación de tan venerable y canónica forma de la Misa.

12. La prohibición actualmente en vigor del rito tradicional de la Misa es un fenómeno transitorio; pasará. La Iglesia Romana vive hoy una especie de exilio litúrgico; quiero decir que la liturgia tradicional ha sido esterrada de Roma. Pero es indudable que un día el exilio llegará a su fin.

13. Habida cuenta de que la Misa Tradicional en latín ha estado en vigor ininterrumpidamente durante más de mil años, y estando santificada por la aceptación universal a lo largo del tiempo, por los santos y por los romanos pontífices, es parte del patrimonio inalienable de la Iglesia de Roma. Por tanto, no cabe duda de que futuros pontífices romanos volverán a reconocer y restablecer el uso de dicha liturgia tradicional.

14. Futuros pontífices expresarán gratitud a todos los sacerdotes y fieles que en tiempos difíciles y afrontando grandes presiones y falsas acusaciones de desobediencia, mantuvieron y transmitieron el valioso tesoro de la liturgia a las generaciones venideras, con espíritu de amor sincero a la Iglesia y en pro del honor de la Santa Sede.

+ Athanasius Schneider

En la festividad de San Pedro y San Pablo, 29 de junio de 2023

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

sábado, 18 de febrero de 2023

Papa Francisco Revisando Nueva Constitución Apostólica para consolidar Traditionis Custodes (Diane Montagna)



Esta es una información firmada por Diane Montagna y publicada en The Remnant, Feb-18-2023, la cual sirve para confirmar los precedentes rumores (1, 2, 3) sobre la posible publicación de una Constitución Apostólica que enterraría de una buena vez por todas la liturgia tradicional. Traducción de Secretum Meum Mihi, con adaptaciones.

Papa Francisco Revisando Nueva Constitución Apostólica para consolidar la ‘Traditionis Custodes’

CIUDAD DEL VATICANO, 18 de febrero de 2023— The Remnant ha sabido que un documento del Vaticano está siendo revisando por el Papa Francisco quien ampliaría y reforzaría su Motu proprio de 2021 Traditionis Custodes, que afirman que la única liturgia oficial de rito latino es el Novus Ordo, y regula estrictamente las comunidades ex-Ecclesia Dei.

Fuentes vaticanas bien informadas han confirmado a The Remnant, que advirtió con precisión de Traditionis Custodes antes de su publicación en 2021, que el borrador del documento, en forma de una constitución apostólica, fue presentado al Papa Francisco a finales de Enero por los superiores del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos encabezado por el cardenal Arthur Roche.

Se dice que el documento fue escrito por funcionarios del dicasterio, bajo la dirección de su secretario, el arzobispo Vittorio Francesco Viola, OFM, en colaboración con al menos un consultor de la oficina del Vaticano para las celebraciones litúrgicas papales¹.

En tanto Traditionis Custodes tiene como objetivo principal frustrar el crecimiento de la Misa Tradicional en latín y los sacramentos entre el clero diocesano, este nuevo documento asestaría un golpe particularmente duro a las comunidades ex-Ecclesia Dei, al prohibir las ordenaciones diaconales y sacerdotales en el Vetus Ordo, prohibiendo la administración de los demás sacramentos a los fieles, y exigiendo la concelebración de todos los sacerdotes, incluidos los miembros de estos institutos.

También se dice que está sobre la mesa una prohibición de Misas Dominicales en el Vetus Ordo.

The Remnant también se enteró de que un cardenal italiano creado en 2022² está tratando de persuadir al Papa Francisco para que promulgue una constitución apostólica alternativa, la cual a primera vista puede parecer menos dura, pero de hecho es peor al buscar enterrar de una vez por todas la liturgia latina tradicional.

Este segundo borrador nunca mencionaría el Vetus Ordo sino más bien celebra el 54º aniversario de la promulgación de la constitución apostólica de Pablo VI sobre el Nuevo Misal Romano (3 de Abril de 1969), siendo probable su publicación el Lunes de Semana Santa. Las fuentes dicen que relataría las “bendiciones” de la reforma litúrgica de Pablo VI y el “abundante fruto” que ha dado en la Iglesia, y buscaría “coronarla y completarla” declarando que, en adelante, el único rito oficial de la Iglesia latina es el Misal Romano de Pablo VI, el Novus Ordo.

Sin decir nunca una palabra sobre el Vetus Ordo, esta segunda opción adelantaría todo lo contenido en la primera por las consecuencias que implica. Daría a los obispos que son hostiles a la liturgia tradicional, o que están dispuestos a sacrificarla por lo que ven como un bien mayor, la base para erradicarla en sus diócesis. Y reforzaría los esfuerzos del cardenal Arthur Roche para forzar a obispos de mentalidad tradicional en la implementación de su interpretación de Traditionis Custodes, después de repetidos intentos de hacerlo en formas consideradas por los canonistas como contrarias a la ley de la Iglesia.

Pero nada está escrito en piedra en este punto, se nos dijo, y hay una resistencia considerable por parte de los miembros de la Curia Romana, quienes creen que la promulgación del Papa Francisco de cualquiera de las dos constituciones apostólicas enviaría a la Iglesia a aguas desconocidas, hiriendo aún más el Cuerpo Místico de Cristo, y ser vista (por católicos y no católicos por igual) como un acto cruel y divisivo.

También sería interpretado por cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y laicos por igual como un repudio total del legado del Papa Benedicto XVI solo unos meses después de su muerte.

¹ En el momento de aparecer la presente información, el sitio de internet del Vaticano relaciona cinco consultores de la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, de los cuales una es mujer, lo cual deja la opción a los restantes cuatro. Si se cumple el principio aquel de la creciente influencia de la escuela litúrgica Sant'Anselmo en el Vaticano, nuestra especulación particular sería el P. Pietro Angelo Muroni (N. de T.)

² Los cardenales italianos creados en 2022 fueron solamente dos, uno no elector, Arrigo Miglio, y el elector que es el actual obispo de Como, Oscar Cantoni (N. de T.).

jueves, 19 de enero de 2023

Entrevista a Mons. Schneider sobre «Traditionis custodes»




DURACIÓN 52:57 MINUTOS


Por Mons. Athanasius Schneider


Antes de empezar a tratar sobre el Motu Proprio “Traditionis Custodes”, ¿nos podría explicar los puntos substanciales en los que se diferencian la Misa del Novus Ordo y la Misa Tradicional?

La diferencia fundamental entre el Novus Ordo (NO) y la Misa Tradicional (MT) es que el acento principal en la forma de celebración del NO es la comunidad de los fieles reunidos, mientras que el acento principal en la MT es la adoración a Dios. El carácter principal de la adoración de Dios, el Teocentrismo, eso es exactamente lo que sí enseña el Concilio Vaticano II sobre la esencia de la liturgia: “En ella [la iglesia y la liturgia] lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos” (Sacrosanctum Concilium, 2). Este carácter teocéntrico es, al revés, exprimido en la MT, donde el sacerdote, al pie del altar, mirando hacia el altar, en el que está la imagen del Señor crucificado, inicia la Misa diciendo: «En nombre del Padre …». Mientras, en el NO, el sacerdote, volviéndose hacia el pueblo, inicia la Misa diciendo: «En nombre del Padre …»

Desde el punto de vista ritual y externo, el inicio de la Misa en el NO es un giro visible hacia los hombres y no hacia Dios. Esta es la primera diferencia esencial que le da a toda la celebración una dirección diferente: la celebración del NO comienza, entonces, en el modo claramente antropocéntrico, mientras la celebración, de la MT, comienza en modo claramente cristocéntrico.

La otra diferencia esencial se refiere al carácter sacrificial. En todas las liturgias antiguas de la Iglesia, el ofertorio tiene el significado de señalar la esencia de la liturgia eucarística, es decir, el sacrificio de la cruz y al mismo tiempo expresar la intención de ofrecer este sacrificio a Dios. En la liturgia bizantina, por ejemplo, el sacerdote pronuncia estas palabras en el ofertorio: “El Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo, es sacrificado ahora por la vida del mundo y su salvación. Bendice estas ofrendas y recíbelas en tu altar celestial”. El rito tradicional romano tiene las siguientes oraciones: “Acepte, Santo Padre, este sacrificio inmaculado. … Ven, Espíritu Santo, y bendice este sacrificio preparado para Tu Nombre”. El ofertorio del NO tiene un contenido esencialmente diferente, porque no menciona directamente el carácter del sacrificio, sino agradece por los dones terrenales de pan y vino y el banquete, la cena, se enuncia como finalidad e intención del ofertorio, diciendo: “Para que este pan se convierta para nosotros en el pan de vida; para que este vino se convierta para nosotros en bebida espiritual”. El ofertorio del NO es similar al ofertorio protestante del «Book of Common Prayer» anglicano, donde la intención principal del ofertorio se expresa en este modo: «Concédenos, pues, misericordioso Señor, comer la carne de tu amado Hijo Jesucristo y beber su sangre» (El Libro de Oración Común, edición 1662).

Las diferencias más llamativas entre el NO y la MT son, pues, estas: el antropocentrismo y el énfasis principal en el banquete en el NO y el cristocentrismo y el énfasis principal en el sacrificio en la MT.

¿En qué argumentos teológicos se basó San Pío V para decretar con la Bula “Quo Primum Tempore” el “uso a perpetuidad de la Misa Tridentina”; y ¿cuáles fueron los argumentos teológicos que llevaron a Benedicto XVI a publicar el Motu Proprio “Summorum Pontificum” en el que afirmó que es lícito celebrar la Santa Misa según el Rito Tradicional que nunca se ha abrogado?

El principal argumento teológico del Papa V en su bula “Quo Primum Tempore” fue la tradición y, más precisamente, la pureza del culto. Pío V dijo que su Misal es solo una edición de esa forma de celebración que sus antecesores transmitieron durante mucho tiempo. Pío V especificó un lapso de tiempo de al menos 200 años como criterio cronológico para la tradición. El Papa Pío V dijo que la Iglesia no prohíbe las formas litúrgicas tradicionales de más de 200 años. El Papa Benedicto XVI básicamente tiene el mismo argumento principal de tradición. Dijo que la forma tradicional de la Misa debe “gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo.” Y en la carta adjunta, el Papa Benedicto XVI dijo: “Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser improvisamente totalmente prohibido o incluso perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto.

El Papa Francisco en “Traditionis Custodes” ¿da algún argumento teológico con el que el busca la pureza del Culto divino, del Santo Sacrificio de la Misa para restringir tanto, y casi imposibilitar, la Misa Tradicional? ¿O es otra su preocupación?

El Papa Francisco cita como argumento por la limitación drástica de la Misa tradicional “la búsqueda constante de la comunión eclesial” y en su carta adjunta el Papa hable que la Misa tradicional representa el “riesgo de la división”. Pero, el Papa Pío V en contraste con el Papa Francisco no dijo, que las varias formas litúrgicas de más de 200 años, serían un “riesgo de la división”.

Papa Francisco dice aún: “Es precisamente el Concilio Vaticano II el que ilumina el sentido de la decisión de revisar la concesión permitida por mis Predecesores”. Básicamente, el argumento principal del Papa Francisco no es la unidad de la Iglesia, mas la ruptura con la tradición, la ruptura con las raíces de la tradición constante y milenaria en la liturgia y en la expresión de la fe. El Papa Francisco retrata de facto el Concilio Vaticano II como una ruptura con el pasado, lo que también refleja, por cierto, la actitud de la mayoría de los eclesiásticos en el período posconciliar. Porque si no hay una ruptura entre la Misa tradicional y el Novus Ordo, entonces no habría necesidad de prohibir la Misa tradicional. El Papa Benedicto XVI en particular enfatizó la unidad y no la ruptura cuando dijo: “Se trata de llegar a una reconciliación interna en el seno de la Iglesia.” (Begleitbrief zu Summorum Pontificum).

El Papa Francisco contradice los hechos cuando afirma: “Quienes deseen celebrar con devoción según la forma litúrgica anterior no encontrarán dificultad en encontrar en el Misal Romano, reformado según la mente del Concilio Vaticano II, todos los elementos del Rito Romano”. De hecho, los sacerdotes y fieles de la Misa tradicional tienen grandes dificultades para encontrar todos los elementos del rito tradicional en el NO. Un elemento importante del rito es el ofertorio. En el NO, el tradicional ofertorio, que tan claramente enfatizaba el sacrificio, ha sido completamente reemplazado por una especie de la Bendición de la mesa, oriunda de la celebración de la cena del sábado judío. El inicio de la misa en el Novus Ordo no es tradicional, porque el sacerdote no reza vuelto hacia la cruz de Cristo, sino hacia la comunidad reunida como en un culto protestante. Con su formulación rígida y categórica, diciendo que el NO es la única forma de la lex orandi de la Iglesia Romana, Papa Francisco contradice, de hecho, la gran tradición de la Iglesia y también al Papa V, a quien cita de manera inapropiada. Porque el Papa V reconoce, con una gran amplitud pastoral, varias formas litúrgicas que tenían más de 200 años, como expresiones iguales de la lex orandi dentro del Rito Romano.

Con su Motu Proprio, el Papa Francisco contradice la actitud de todo su pontificado y de toda la Iglesia posconciliar, donde se enfatizó la importancia de la diversidad de formas de espiritualidad y celebraciones litúrgicas. ¡Qué contradicción flagrante es cuando el Papa Francisco aboga por “una forma unitaria de celebración”, cuando por otro lado aboga por una diversidad de religiones (en el documento de Adu Dhabi del 4 de febrero de 2019)!

¿No le parece irónico el título: “Custodios de la Tradición” cuando casi se aniquila la manifestación orante más sagrada de la Tradición?

Es realmente irónico. El Papa Francisco esconde su rechazo a la tradición detrás de este título de “Guardianes de la Tradición”. El rechazo de una forma litúrgica milenaria ciertamente no es la función de un guardián, que debe sólo preservar, sino de un destructor de la tradición. Recuerdo una canción comunista que tuve que cantar de colegial en la Unión Soviética, donde se decía: “No conozco ningún otro país donde la gente pueda respirar tan libremente”. Así es como se podría describir irónicamente este Motu Proprio: “No conozco ningún otro Motu Proprio que respete tanto la tradición”. 

¿Se puede encajar esta decisión del Papa con aquellas expresiones que él tanto repite como: parresía, tender puentes, iglesia de la misericordia y hospital de campaña, atender a las periferias… etc.? ¿O él mismo se contradice?

Con esa expresión Papa Francisco claramente se contradice. En su exhortación apostólica programática Evangelii gaudium, el papa Francisco defiende «ciertas actitudes que ayudan a acoger mejor el anuncio: cercanía, apertura al diálogo, paciencia, acogida cordial que no condena» (nº165). Pero al leer el motu proprio y la carta adjunta da la sensación contraria: que en general el documento manifiesta intolerancia espiritual y hasta rigidez espiritual. El motu proprio y la carta transmiten un espíritu que condena y no da acogida.

Se ha hablado de la contradicción interna, mentira, ambigüedad en Traditionis Custodes. ¿Ve usted algo de esto? ¿En qué aspectos puede detectar aquellas contradicciones?

Qué diferencia con las palabras del mismo Papa Francisco cuando él dice: «Es verdad, el Espíritu Santo suscita los diferentes carismas en la Iglesia; en apariencia, esto parece crear desorden, pero en realidad, bajo su guía, es una inmensa riqueza, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de unidad, que no significa uniformidad» (homilía en la catedral católica del Espíritu Santo de Estambul el 29 de noviembre de 2014).

En vez de promover la unidad mediante la coexistencia de varias formas litúrgicas auténticas, el motu proprio crea dos clases en la sociedad de la Iglesia: católicos de primera y de segunda clase. La clase privilegiada de los que participan de la liturgia reformada, el Novus Ordo, y los católicos de segunda, que a partir de ahora estarán meramente tolerados.

Se dice que aquellos que van a Misa Tradicional, o los sacerdotes que dicen Misa Tradicional, solo lo hacen por “nostalgia del pasado”. Pero, ¿cómo puede ser eso si muchos sacerdotes jóvenes, y muchísima gente que va a Misa Tradicional no la conocieron? ¿No será más bien una cuestión diferencial entre el peso espiritual de los dos ritos, entendidos como alimento para las almas? ¿Por qué el atractivo para los jóvenes?

La admirable, armoniosa y bastante espontánea difusión e incesante aumento de la Misa Tradicional por todo el mundo, hasta en los países más remotos, es sin duda obra del Espíritu Santo, y un verdadero signo de nuestros tiempos. Esta forma de celebración litúrgica produce auténticos frutos espirituales, sobre todo en la vida de los jóvenes y los conversos al catolicismo, ya que lo que precisamente atrajo a éstos fue la fuerza que irradia de este tesoro de la Iglesia. La Misa Tradicional es un tesoro que pertenece a toda la Iglesia, pues se celebra y es objeto de gran estima y amor para los sacerdotes y los santos desde hace al menos un millar de años.

¿Qué cree que pasará con los Institutos de Misa Tradicional ahora que están bajo la competencia de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica?

Aún no es posible decir en términos concretos qué pasará con los Institutos de Misa Tradicional. Ahora también conocemos el procedimiento y cierto espíritu antitradicional de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Algunos dicen que esta Congregación no debería llamarse “Congregación para los Institutos de Vida Consagrada”, sino “Congregación contra los Institutos de Vida Consagrada”.

Sin embargo, de algunas declaraciones en el Motu Proprio y en la carta adjunta del Papa Francisco, se puede concluir que estos Institutos esperan algunas medidas drásticas para ellos, especialmente si se consideran las siguientes declaraciones en estos documentos: “Los libros litúrgicos promulgados por los santos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la única expresión de la lex orandi del Rito Romano”. Entonces se puede deducir, que la Misa tradicional celebrada por los Institutos de Misa Tradicional no es la lex orandi del Rito Romano y debe considerarse como algo provisorio y tolerado solo temporalmente. Esto también se puede ver en la intención claramente formulada del Papa Francisco cuando el afirma: “Los presbíteros ordenados después de la publicación del presente Motu proprio, que quieran celebrar con el Missale Romanum de 1962, deberán presentar una solicitud formal al obispo diocesano, que consultará a la Sede Apostólica antes de conceder la autorización.”

“Las indicaciones sobre el modo de proceder en las diócesis están dictadas principalmente por dos principios: por un lado, prever el bien de quienes están arraigados en la forma de celebración anterior y necesitan tiempo para volver al Rito Romano promulgado por los santos Pablo VI y Juan Pablo II; por otro lado, interrumpir la erección de nuevas parroquias personales”. “A esta fidelidad a las prescripciones del Misal y a los libros litúrgicos, en los que se refleja la reforma litúrgica deseada por el Concilio Vaticano II, sean educados los seminaristas y los nuevos presbíteros.” “Sobre todo, os corresponde trabajar por la vuelta a una forma unitaria de celebración”.

Se puede concluir de esto que dichas afirmaciones también podrían aplicarse a los Institutos de Misa Tradicional.

¿Cómo deben actuar los sacerdotes, ante el peligro de ser destituidos, suspendidos a divinis, o privados de los medios de subsistencia por seguir diciendo la Misa Tradicional?

Un tesoro litúrgico casi milenario, válido y tenido en alta estima no es propiedad privada de un pontífice para que haga con él lo que le venga en gana. Por tanto, los seminaristas y sacerdotes jóvenes deben pedir que se les conceda el derecho a beneficiarse de este tesoro común de la Iglesia. Y en caso de que se les niegue, pueden celebrar de todos modos clandestinamente. No sería un acto de desobediencia, sino de obediencia a la Santa Madre Iglesia, que nos ha dado ese tesoro litúrgico. Que el papa Francisco rechace tajantemente un rito casi milenario es algo efímero en comparación con el espíritu y la práctica constante de la Iglesia.

Es indudable que con el tiempo irá formándose una red mundial de Misas catacumbales, como suele suceder en tiempos de emergencia y de persecución. Un acto administrativo tan draconiano no podrá violentar la conciencia de las muchas familias católicas y el creciente número sobre todo sacerdotes jóvenes que celebran o quieren celebrar la Misa Tradicional. No servirá de nada decirles a esos sacerdotes que tienen que atenerse a las normas, porque tienen claro que la obligación de obedecer queda sin efecto cuando de lo que se trata es de poner fin a la liturgia tradicional, el gran tesoro litúrgico de la Iglesia de Roma.

Por fin, gustaría dar aliento y coraje. Debemos creer que como la Iglesia es indestructible, así también es la liturgia tradicional: “Las portas del infierno no prevalecerán contra ella”. Nuestra fuerza es la fidelidad a la Misa tradicional, el coraje de difundirla, lo mismo en la clandestinidad, si fuera necesario, lo mismo con sacrificios. Pero, nuestra fuerza mayor es la plegaria. Se puede proponer tal o semejante plegaria: “Señor Jesucristo, ilumina al papa, que él nos devuelva ese gran tesoro litúrgico de la Iglesia. Que él no viole nuestra conciencia forzándonos a una forma litúrgica única y exclusiva. Ilumina al papa para que sea un verdadero padre de familia, que “saca de su tesoro lo nuevo y lo viejo” (Mt 13,52). Señor, abre los ojos del papa, y déjalo probar un poco la belleza celestial que contiene la Misa tradicional. Déjalo recordar su infancia y juventud cuando él rezaba con fe y alegría espiritual las palabras “Me acercaré al altar de Dios. A Dios que alegra mi juventud”. Señor Jesucristo concede al Papa Francisco la gracia indecible de la conversión a la tradición de la fe y a la forma de la liturgia constante y milenario de la Iglesia Romana.”

[Entrevista por el Padre Nilton Bustamante]

Rumor se amplía: Existe un borrador de un documento del Vaticano para dar puntillazo final a la Misa Tradicional en latín



Robert Moynihan, fundador y editor en jefe de la revista Inside The Vatican, ha publicado el texto de un correo que recibió en la mañana de hoy, Ene-18-2022, proveniente de un sacerdote y el cual no considera una broma. El contenido del correo, el cual traducimos abajo, viene a sumarse a la información aquella que por ahora es un rumor y a la cual dedicamos una entrada recientemente, de que se acerca lo que sería el puntillazo final para la Misa Tradicional en latín. Presten atención, porque lo que ahora se añade no es incompatible con lo anteriormente rumoreado sino complementario.


Traducción, con adaptaciones, de Secretum Meum Mihi.


El texto de un correo electrónico recibido esta mañana, Enero 18, 2023:

Hola Robert,

Como ambos sabemos, no hay verdaderos “secretos” en Roma.

Entonces, sin revelar la identidad, puedo decirte que un arzobispo en los Estados Unidos vio este documento sobre el cual abundan los rumores, y le confirmó a un sacerdote amigo mío (que es una persona de verdadera integridad y no esparciría rumores por casualidad), que de hecho contiene lo que algunos han adivinado, una supresión adicional de la Misa Tradicional en Latín, con una excepción para las órdenes religiosas que solo celebran privadamente (sin iglesias parroquiales), y algunas posibles aclaraciones adicionales para la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro.

Se “encontró necesario” emitir esta segunda carta, debido a la falta de implementación del motu proprio del Papa Francisco por parte de un buen número de obispos en todo el mundo (usando el Canon 87, etc.)

Su publicación está programada para Abril o Mayo, y tendría el “peso” de una Exhortación Apostólica (para igualar la de San Paulo VI que establece formalmente el Nuevo Rito).

Le quitaría, efectivamente, a los obispos, cualquier otra opinión o excepción en el asunto.

Si se publica, creo, empujará a la Misa tradicional en Latín a la “clandestinidad” y sumará a las filas de la Fraternidad de Pío X (que ya ha crecido tres veces desde la emisión del motu proprio por el Papa Francisco).

Esto no terminará bien.

La Misa Tradicional en Latín sobrevivirá, si algún católico continuará yendo a un Novus Ordo más diluido (el cual también se supone es parte de este documento), estará por verse, la asistencia a la Misa Dominical semanal por parte de los católicos es actualmente de 12% en los Estados Unidos (en la mayoría de las diócesis); es del 2,5% en los Países Bajos.

Si sé más información sobre todo esto, me aseguraré de enviarte una actualización.

Dios te bendiga y gracias por todo lo que haces.

—De un sacerdote que pertenece a una de las órdenes tradicionales

domingo, 25 de diciembre de 2022

Artículo en The New York Post sobre Misa Tradicional en Latín


Digamos que el artículo se parece en algo a uno publicado hace poco más de un mes en The New York Times, pero en una visión más popular, vistas las características del medio. Hablamos del periódico The New York Post, el cual publica un artículo sobre la Misa Tradicional en Latín en EEUU. Como otros artículos de ese mismo corte, se destaca el crecimiento que ha tenido la Misa Tridentina y la participación de personas jóvenes. En su versión web, publicada con antelación a la versión impresa (en la imágen), el artículo se titúla “Una nueva generación de Católicos descubre la Misa en Latín 60 años después del Vaticano II”. Traducimos un aparte, el cual refleja aquello que en Santa Marta causa comezón, el crecimiento.

Hoy, de las 17,000 parroquias Católicas en los Estados Unidos, 592 de ellas realizan la forma extraordinaria en latín, incluidas al menos seis en la ciudad de Nueva York y cuatro (incluida la Preciosísima Sangre) en el Oeste de Pensilvania.

El canónigo William Avis, un clérigo de la iglesia que fue nombrado formalmente como el primer párroco de la Parroquia de la Preciosísima Sangre de Jesús en 2019, dijo que sus servicios han experimentado un crecimiento sólido en los últimos años. “Tenemos de 800 a 850 en nuestras Misas los Domingos”, dijo.

Ese sólido crecimiento no solo está ocurriendo en Pittsburgh, está ocurriendo en todo el país. Una encuesta reciente de Crisis Magazine, una revista independiente que cubre el catolicismo y temas católicos, reveló un marcado aumento en la asistencia a la Misa Tradicional en Latin desde el comienzo de la pandemia. Este auge se desarrolla en el contexto de las recientes restricciones a la Misa en Latín del Papa Francisco. El año pasado, el pontífice nacido en Argentina describió la Misa en Latín como “divisiva” e impuso nuevos límites al servicio, el cual había sido reintroducido parcialmente durante las últimas tres décadas por sus dos predecesores, el Papa Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI.

En Junio de este año, Francisco fue aún más lejos, exigiendo a los fieles que dejaran de explotar la Misa en Latín por razones ideológicas, lo cual temía pudieran romper la unidad misma de la Iglesia Católica. Francisco fue duramente criticado por muchos jóvenes tradicionalistas por su postura sobre él, algunos de quienes se indignaron en Twitter.

martes, 20 de diciembre de 2022

El obispo Schneider dice que la 'persecución' del Papa contra la misa en latín es un 'abuso de poder' que debe resistirse



En LifeSiteNews del 4 de octubre se podían leer estas palabras extraídas de su conferencia de Pittsburgh:

“El poder actual odia lo santo, y por eso persigue la misa tradicional”.

Palabras fuertes complementadas con este sabio llamado: 
“pero nuestra respuesta no debe ser ni cólera ni pusilanimidad, sino una profunda certeza en la verdad y la paz interior, la alegría y la confianza en la Divina Providencia”. 
El prelado también afirmó:
“declarar la Misa reformada del Papa Pablo VI como expresión única y exclusiva de la lex orandi del rito romano -como está haciendo el Papa Francisco- viola la tradición bimilenaria de todos los pontífices romanos, que nunca ha mostrado una intolerancia tan rígida".
Y añadía:
«no se puede crear un rito nuevo de repente -como hizo Pablo VI- y declararlo voz exclusiva del Espíritu Santo en nuestro tiempo y, al mismo tiempo, silenciando el rito anterior -que ha permanecido prácticamente invariable durante al menos 1.000 años- de ser deficiente y perjudicial para la vida espiritual de los fieles".
Y aclara este argumento, afirmando que 
esto "lleva inevitablemente a la conclusión de que el Espíritu Santo se contradice".
Mons. Schneider entra en el fondo de las críticas realizadas, ya en 1969, por los cardenales Alfredo Ottaviani y Antonio Bacci en su Breve examen [ aquí ]:
“Sin duda, el Novus Ordo de Pablo VI -afirmó- debilita la claridad doctrinal relativa al carácter sacrificial de la Misa y debilita considerablemente el carácter de sacralidad y misterio del culto mismo”. Mientras que la Misa tradicional contiene e irradia "una eminente integridad doctrinal y una sublimidad ritual"
Esto explica la hostilidad de quienes persiguen la misa tradicional:
«El esplendor de la verdad, sacralidad y sobrenaturalidad del rito tradicional de la Misa preocupa a los clérigos que ocupan altos cargos de la Iglesia en el Vaticano y a otros que han abrazado una nueva posición teológica revolucionaria, más cercana a la visión protestante de la Eucaristía y de culto, caracterizado por el antropocentrismo y el naturalismo».
E insiste: 
Pablo VI es “el primer Papa en dos mil años que se ha atrevido a hacer una revolución en el Ordo de la Misa, una auténtica revolución”. 
Esta declaración, en el período en que Mons. Schneider publica su libro La Misa Católica (Chorabooks), haciéndole querer optar por la celebración exclusiva de la misa tradicional, él que por ahora también celebra la Misa de Pablo VI en determinadas circunstancias. Sobre todo porque, en el resto de su discurso, 

invita con fuerza a los sacerdotes y fieles vinculados a la Misa tradicional a no temer una forma de "exilio litúrgico, acogido como una persecución sufrida por Dios".

Luego establece este paralelismo histórico: 
«la actual persecución contra un rito que la Iglesia romana ha guardado celosa e inmutablemente desde al menos un milenio -por lo tanto desde mucho antes del Concilio de Trento- parece ser ahora una situación análoga a la persecución de los integridad de la fe católica durante la crisis arriana del siglo IV".
“Aquellos que en ese momento mantuvieron inmutable la fe católica fueron desterrados de las iglesias por la gran mayoría de los obispos, y fueron los primeros en celebrar una especie de misas clandestinas”.
Y añade al discurso de los perseguidores: 
"podemos decir a los eclesiásticos espiritualmente ciegos y arrogantes de nuestros días - que desdeñan el tesoro del rito tradicional de la Misa y que persiguen a los católicos que se apegan a ella - 'ustedes no logrará derrotar y extinguir la tradición de la Misa”».
«Santo Padre Papa Francisco, no logrará extinguir el rito tradicional de la Misa. ¿Por qué? Porque está luchando contra la obra que el Espíritu Santo ha tejido con tanto cuidado y con tanto arte a lo largo de los siglos y de los tiempos".
La verdadera obediencia en la Iglesia

Respondiendo a las preguntas de Michael Matt, director de The Remnant , el 13 de octubre, monseñor. Schneider aclaró la naturaleza de la verdadera obediencia en la Iglesia, con elementos de explicación que recuerdan los desarrollados por Mons. Marcel Lefebvre, hace más de 40 años:
“Debemos continuar incluso si en algunos casos decimos que no podemos obedecer al Papa en este momento porque ha emitido estos mandamientos u órdenes que obviamente socavan la fe, o que nos quitan el tesoro de la liturgia; es liturgia de toda la Iglesia, no de ella, sino de nuestros padres y de nuestros santos, por tanto tenemos derecho a ella". “En estos casos, aunque desobedezcamos formalmente, obedeceremos a toda la Iglesia de todos los tiempos, y también, con esta desobediencia aparente y formal, honraremos a la Santa Sede custodiando los tesoros de la liturgia, que es un tesoro de la Santa Sede, pero que está temporalmente limitado o discriminado por quienes actualmente ocupan altos cargos en la Santa Sede".
En una entrevista del 28 de octubre con el director de LifeSiteNews , John-Henry Westen, monseñor. Schneider vuelve a la persecución, evocando la época de las catacumbas:
“Un ejemplo de este tipo de situación, tanto para los fieles como para los sacerdotes -de ser de alguna manera perseguidos y marginados por quienes ocupan altos cargos en la Iglesia, por los obispos- es lo que hemos conocido en el siglo IV, con el 'arrianismo'.«En aquella época los obispos válidos, los obispos lícitos, en todo caso la mayoría de ellos, perseguían a los verdaderos católicos que conservaban la tradición de la fe en la divinidad de Jesucristo, el Hijo de Dios. Era cuestión de vida o muerte. por la verdad, por la tradición de la fe. Y así fueron expulsados ​​de las iglesias, obligados a ir a las "raíces", a las misas al aire libre».
“En cierto sentido, nosotros también podemos encontrarnos en situaciones como esta. Y ya ha sucedido, sobre todo después de Traditionis custodes . Hay lugares donde la gente es literalmente expulsada de las parroquias donde durante muchos años se celebró la Misa tradicional en latín aprobada por el Papa Benedicto XVI y los obispos locales”. “Hoy, en el nuevo contexto de la Traditionis custodes , ciertos obispos –repito– literalmente expulsan de las iglesias, de las parroquias, a los mejores fieles, a los mejores sacerdotes: los expulsan de la iglesia parroquial que se llama iglesia madre. Y estos fieles se ven por tanto obligados a buscar nuevos lugares de culto, gimnasios, escuelas o salas de reunión, etc.»
“Es una situación similar a una especie de catacumba. No son literalmente catacumbas porque todavía se pueden celebrar públicamente, pero se pueden comparar con el tiempo de las catacumbas porque las estructuras y edificios oficiales de la Iglesia no se pueden usar".
Y recuerda de nuevo qué es realmente la obediencia en la Iglesia:
«Debemos aclarar el verdadero concepto y significado de la obediencia. Santo Tomás de Aquino dice que debemos obediencia absoluta e incondicional sólo a Dios, pero a ninguna criatura, ni siquiera al mismo Papa. La obediencia al Papa ya los obispos en la Iglesia es, por tanto, una obediencia limitada».“Por lo tanto, cuando el Papa o los obispos ordenan algo que socava manifiestamente la plenitud de la fe católica y la plenitud de la liturgia católica -ese tesoro de la Iglesia, la misa tradicional en latín- es perjudicial porque socava la pureza de la fe. ; al socavar la pureza de la santidad de la liturgia, socavamos a toda la Iglesia".
“Reducimos el bien de la Iglesia, el bien espiritual de la Iglesia. Reducimos el bien de nuestras almas. Y en esto, no podemos cooperar. ¿Cómo podríamos colaborar en disminuir la pureza de la fe, cómo podríamos colaborar en disminuir el carácter sagrado, sublime, de la liturgia de la Santa Misa, la Misa tradicional milenaria de todos los santos?»En tal situación, tenemos la obligación (no se trata sólo de decir que “podemos” en determinadas ocasiones) decir al Santo Padre, a los obispos, “con todo el respeto y el amor que os debemos, no podemos cumplir estas órdenes que das porque perjudican el bien de nuestra santa Madre Iglesia".  
Entonces tenemos que buscar otros lugares, incluso siendo de alguna manera formalmente desobedientes. Pero en realidad seremos obedientes a nuestra santa Madre Iglesia, que es más grande que cualquier Papa en particular. ¡La Santa Madre Iglesia es más grande que un Papa en particular! Y así obedecemos a nuestra santa Madre Iglesia”. 
“Obedecemos a los papas de todos los tiempos que han promovido, defendido, protegido la pureza de la fe católica, incondicionalmente, sin compromiso, y que también han defendido la santidad y la liturgia inmutable de la Santa Misa a lo largo de los siglos”.
- Fuente FSSPX.noticias .

lunes, 5 de diciembre de 2022

La misa de siempre. Un documental imperdible




Duración del video 1:11:51



El video que presentamos constituye la segunda parte de una trilogía intitulada “Mass of the ages” y que hemos elegido traducir como “La misa de siempre”, pues así se la conoce entre nosotros.

Y aunque este documental no dice casi nada que no supiésemos desde niños, sin embargo hemos comprobado que puestos por juntos todos los argumentos, reconstruida toda la historia, amalgamadas todas las connotaciones, sumadas todas las estupideces, calibradas todas las iniquidades que dieron lugar a la (casi exitosa) supresión de la misa de San Pío V y la fabricación (exitosa) de un ritual para reemplazarlo… da como resultado un docudrama excelente. Como verán los que soporten este video hasta el final (dura una hora), lo ocurrido parece cosa de una película de suspenso. Y en verdad, es cosa de no creer.

Pero pasó nomás, pasaron cosas raras, tal como se relatan aquí, en este magnífico video confeccionado con inteligencia, elegancia y precisión. En su realización participaron grandes liturgistas y teólogos como Joseph Shaw, Timothy Flanners, Taylor Marshall, Peter Kwasniewski—todos laicos, aunque algunos clérigos también, como el exsecretario del Cardenal Gagnon, Charles Murr, Alcuin Reid y otros. Eso sí, se trata de un producto americano, una muestra más del vigor que tiene el catolicismo tradicionalista en ese país.

Raro, me dirán ustedes, pero es verdad, en ninguna otra parte se hallará una expresión más vigorosa de la fe ortodoxamente entendida. Y si de rarezas se trata, aprovechemos esta presentación para señalar algunas más que se nos ocurren al voleo. Es raro que, de buenas a primeras, a un papa se le ocurre reformar un rito en particular (el tridentino) sin mandato de nadie, ni siquiera del Vaticano II. Pero, claro, reforma es un decir: en realidad, en 1968 se suprimió un ritual para reemplazarlo por otro, fabricado con ese propósito. Y eso sí que carece de antecedentes en 2000 años de historia; y eso sí que es raro.

Alcuin Reid señala en este video otra rareza: es impensable, dice él con alguna razón, que Pablo VI se propusiera destruir la liturgia vigente, pero, de hecho, así resultó. Reid argumenta que al Papa se le escapó la tortuga, que no entendía de liturgia, que nunca pensó que tendría los efectos que, de hecho, tuvo. Y al comprobar el desastre… le echa culpas al “humo de Satanás”, etc. Es todo tan raro...

¿Por qué Bugnini pudo hacer lo que se le cantaba? ¿Cómo nadie lo puso en caja, Bouyer, por ejemplo? ¿Qué es esto de la voluntad omnímoda del papa, que Bugnini invoca (y se sale con la suya)? No me importa si fue o no masón, ¿cómo es que (San, je) Paulo VI homologó esta brutal reforma? Es raro, no me digan que no.

Durante cuatro décadas se impuso el Novus Ordo facilitando una catarata de blasfemias, sacrilegios, disparates, estupideces de todo tipo en el mundo entero. Durante cuatro décadas se persiguió sistemáticamente a quienes querían celebrar decorosamente la misa según el Vetus Ordo. Durante cuatro décadas nadie pudo impedir el vendaval secularizante, los “vientos de la historia”, el “espíritu del Concilio” y la mar en coche. Durante cuatro décadas asistimos impotentes a la destrucción de universidades y colegios, la desaparición de órdenes enteras, la disminución de vocaciones religiosas y la apostasía de innumerables clérigos (y clérigas, ja). Y a pesar de la denuncia de Pablo VI, durante cuatro décadas nos atormentaron con el cuento de que esto era la primavera de la Iglesia. Raro, ¿no?

Y luego, casi cuarenta años después, un papa, Benedicto XVI, nos desayuna con Summorum Pontificum, un motu proprio en el que afirma, entre otras cosas, que la misa de San Pío V nunca se suprimió, que nadie puede suprimirla y que celebrar según ese ritual es tan legítimo como… celebrar según el Novus Ordo. Es raro, ¿no?, porque encima de todo él nunca celebró sino según el rito más pobre, menos rico, más revolucionario, menos sacro, más… ¿qué diré yo? Pues, nada, vean la película que versa sobre todas estas cosas tan extrañas.

Y ahora, encima de todo, el Papa Francisco saca Traditiones Custodes que prácticamente suprime nuevamente el ritual tridentino. ¿En qué quedamos? Es todo tan raro…


Pero dejemos todo eso por un minuto y reflexionemos sobre la incuestionable gravitas, sacralidad, belleza y maravilla que es un rito celebrado con reverencia y devoción (que el culto exige reverencia y devoción es cosa evidente, pero, por las dudas, remito a un artículo que escribí hace más de diez años).

Hay muchos que se niegan a asistir a misas celebradas según el rito tridentino argumentando que no la entienden. Pero quizás viendo este documental, empiecen a entender más: qué se proponían los que querían (y quieren) abolir este ritual, y quiénes son.

Vamos, que la misa en latín y toda esta historia (por rara que sea), son cosas no tan difíciles de entender.

por Jack Tollers