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miércoles, 5 de julio de 2023

José Ángel Antelo en el Diario de Sesiones de la 7TV



DURACIÓN 13:33 MINUTOS

Santiago Abascal en El Debate: "Abordaremos una operación histórica de recorte del gasto político"



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LA CIGÜEÑA DE LA TORRE

La Iglesia desaparece del programa del PP


Cardenal Sarah en el Seminario Conciliar de México: “Ningún Sínodo tiene poder de transformar el don del sacerdocio”

El programa de Feijóo sólo incluye derogar una de las leyes ideológicas de la izquierda

CONTANDO ESTRELAS


El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, presentó este martes su programa para las elecciones generales del 23 de julio.



El PP promete derogar la ley de memoria democrática

El programa (se puede ver aquí) consta de 365 puntos. Significativamente, el verbo derogar sólo aparece tres veces. La primera promesa de derogación se refiere a la ley de vivienda de 2023 (punto 90 del programa); la segunda se dirige contra la ley de memoria democrática de 2022 (punto 222, una polémica ley para reescribir la historia al gusto de la izquierda); y la tercera se refiere a la ley aprobada por el gobierno en 2022 para asaltar el Poder Judicial (punto 237).

Cabe destacar que sólo una de ellas se encuadra en las leyes con más carga ideológica de la izquierda: la de memoria democrática. Sobre esta cuestión, el PP se compromete a aprobar "una nueva norma consensuada que refuerce los principios democráticos y la reconciliación nacional que fundamentaron el pacto constitucional durante la Transición, así como la convivencia democrática de una sociedad, la española, que aspira a la justicia y al reconocimiento de la verdad". Sin embargo, los precedentes no animan a confiar en que el PP cumpla su palabra.

El PP dejó intactas dos leyes izquierdistas igual de sectarias

Recordemos que cuando el PP tuvo mayoría absoluta (2011-2015), no derogó la ley de memoria histórica aprobada por los socialistas en 2007, tan sectaria como la citada ley de memoria democrática. Recordemos, además, que en 2017 la izquierda aprobó una "ley de memoria histórica y democrática" en Andalucía, una norma ante la cual el PP y Ciudadanos se abstuvieron. En 2018, cuando ambos partidos se hicieron con el gobierno andaluz, firmaron un acuerdo que no incluía derogar esa ley, tan sectaria como la que ahora promete derogar el PP.

En 2019, Vox presentó una iniciativa para derogar esa ley andaluza y el PP y Cs no la apoyaron, permitiendo con sus votos que esa ley siguiese vigente. En 2021, Vox volvió a pedir la derogación de esa ley, y nuevamente el PP y Ciudadanos se abstuvieron. A día de hoy, gracias al PP, esa ley sigue vigente. ¿Cómo creer que el PP derogará una ley nacional igual de mala, si se ha negado a derogar esa ley andaluza?

Promesas de derogación de las que el PP ya se ha olvidado

Por lo demás, esto es lo que dice el programa respecto a otras leyes ideológicas que el PP anunció que derogaría en diciembre de 2022:No contempla derogar la ley del aborto y se limita a señalar que cambiarán lo relativo al permiso paterno de las menores para abortar (punto 129).

Sólo habla de revisar la ley de eutanasia pero no de derogarla (punto 138).

Tampoco contempla derogar la ley de educación de socialistas y comunistas (LOMLOE), también conocida como ley Celaá, limitándose a señalar que sólo la reformará (punto 145).

No habla de derogar la llamada ley Trans, y se limita a afirmar que aprobará "una nueva ley que garantice los derechos de las personas transexuales", pero " buscando el consenso" (es decir, con el permiso de la izquierda).

Tampoco habla de derogar la ley de "bienestar animal", promovida por Podemos y que ha sido muy polémica porque contempla más prisión por pegar a un perro que a una mujer.

Ni siquiera habla de derogar la ley de libertad sexual, también conocida como "ley del sólo sí es sí", que rebajó las condenas de cientos de violadores y pederastas. Simplemente, promete una reforma del Código Penal "tras las defectuosas reformas parciales" de dicha ley, unas reformas que apoyó el PP en abril.

Feijóo buscará el permiso de los socialistas para gobernar

Por si no bastase con todo lo anterior, y ante las encuestas electorales que señalan que el PP ganará las elecciones pero sin mayoría absoluta, Feijóo anunció ayer que buscará el permiso de dirigentes socialistas, para así no tener que buscar el apoyo de Vox, un partido que sí se ha comprometido a derogar todas las leyes ideológicas de la izquierda.

La única posibilidad real que tenemos de un cambio real

Ante estos hechos, cabe deducir que Feijóo no quiere un cambio, sólo ser un mero relevo de los socialistas, para mantener intacto el grueso de su proyecto ideológico, como ya hizo el Partido Popular durante el gobierno de Mariano Rajoy. 

La única posibilidad de un cambio real pasa por un voto masivo a VOX, que permita a este partido emprender el cambio que el PP se niega a asumir, o que le otorgue a VOX la fuerza suficiente para obligar al PP a llevar a cabo ese cambio.

Lo que está claro es que con una nueva mayoría del PP tendremos lo mismo que con su última mayoría absoluta en 2011: un mero recambio en el poder, manteniendo las políticas de la izquierda.

Elentir

NOTICIAS 4 y 5 de Julio de 2023




LA GACETA






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SPECOLA


CONTANDO ESTRELAS

Un bulo contra Gloria Lago en el periódico más subvencionado por el gobierno gallego

Selección por José Martí

¿Qué hay detrás de la película Nefarious?



Resulta cuando menos curioso que la figura del demonio continúe siendo atractiva para el mundo en que vivimos.

Ciertamente, hoy hay mucha gente que se declara atea o agnóstica, o que afirma profesar religiones en las que el diablo no tiene cabida —otras, empero, en las que es su mayor paladión— o que entienden que Satanás es un mero mito; sin embargo, su presencia es recurrente en la iconografía popular, y el cine es testimonio de ello. De este modo, por ejemplo, no hace mucho que hemos podido ver en pantalla la cinta El exorcista del papa, un biopic suigéneris sobre el célebre Gabriel Amorth, que hizo frente al maligno hasta el fin de sus días. Por desgracia, se trataba de la versión hollywoodense de una historia que podría haber sido francamente interesante. Pues bien, para remediar este entuerto, está por llegar otra que pone al demonio en su sitio: Nefarious.

Nefarious es el nombre que se da a sí mismo un demonio del inframundo y que significa —en una lengua ya extinta— algo así como “el que es nefando”. Supuestamente, ha poseído a un presidario que está a punto de ser ejecutado en la silla eléctrica y se arroga tanto este último hecho como todos los crímenes que han desembocado en él. No obstante, y según las leyes de Oklahoma —estado en el que se desarrolla el filme—, antes de que ello ocurra, el susodicho presidiario debe ser analizado por un psiquiatra, con el fin de determinar si este está en su sano juicio: de ser así, se seguirá adelante con la ejecución; de lo contrario, se frenará, porque al no estar en sus cabales, no puede serle imputado ningún tipo de responsabilidad. En cualquier caso, toda la trama se desarrollará en torno a esta entrevista, por lo que no espere el lector encontrar un thriller sobrenatural como la mencionada El exorcista del papa.

Ante todo, debemos advertir que la cinta está inspirada remotamente en un caso real. En efecto, aunque en los créditos iniciales se haga constar que el guion hunde su raíz en una novela —A Nefarious Plot, de Steve Deace—, esta toma como base la entrevista que un psiquiatra mantuvo con un condenado a muerte sedicentemente poseído, es decir, el mismo hecho que acontece en la película; pero mientras que en el libro se destacan los ardides infernales para destruir el sueño americano a través de las nuevas políticas estadounidenses, en la cinta ha sido implementada la vocación universal de esa artimaña demoníaca: ya no sería un solo país el que estaría en riesgo de ser devorado por el hades, sino todas las naciones de la tierra; ya no sería solo un hombre el que ha sido domeñado por el malo, sino la humanidad al completo. Como muchas veces acostumbramos a decir, la realidad supera a la ficción, y al respecto, este caso es diáfano.

Por suerte, la realización del filme ha recaído en manos de unos artífices cristianos que ya están versados en estas lides: Chuck Konzelman y Cary Solomon, responsables de Unplanned y Dios no está muerto. Estas cintas, en efecto, con sus más y sus menos, sacaron a relucir valientemente temas que ya nadie se atrevía a poner sobre el tapete por temor a las represalias: la primera, el aborto como un asesinato; la segunda, la pervivencia de Dios en las instituciones públicas. Una y otra se vieron rodeadas por la crítica y hasta por el boicot, pues fueron prohibidas en diversos estados de Norteamérica; sin embargo, ello no fue óbice para que aquellos continuasen su lucha cristiana a través de la gran pantalla, pues así nos exhorta el Evangelio: «No tengáis miedo a quienes pueden acabar con vuestro cuerpo, pero nada más; temed, empero, a aquel que puede arrastraros a la gehena […]. Aquel que declare en mi favor ante los hombres, recibirá mi testimonio ante el Padre» (Mt 10, 28. 32).

Por este motivo, y como venimos diciendo desde el principio, no crea el lector que se va a topar con un espectáculo de luz y sonido, como en la mencionada El exorcista del papa, que roza en ocasiones el ridículo (si no cae plenamente en él); hallará, por el contrario, una disertación muy hábil sobre el auténtico poder del maligno en el mundo de hoy, que precisamente por declararse en su mayoría ateo o agnóstico, le ofrece un pasto asegurado. Aunque podríamos traer a colación varios asuntos que son abordados por el filme, a nosotros nos gustaría subrayar los que consideramos más importantes. Estos son:

Una persona no es poseída de la noche a la mañana, sino que lo hace como consecuencia de cesiones constantes al mal. Por ejemplo, y como expone el filme, si un niño roba un juguete, abre con ello una fisura en su alma que se ensancha a medida que comete ulteriores crímenes. Si dicha persona no está bautizada, el riesgo a ser atenazada por el diablo es mayor, porque no cuenta con la gracia de Cristo, que lo impulsaría al arrepentimiento y a la reconciliación con Dios. Importante destacar la huella del espiritismo en todo este proceso (v.gr., la güija que le es regalada por su abuelita a un nietecito).

La eutanasia es una gran victoria del inframundo, porque presenta como una conquista del progreso humano lo que en verdad es un auténtico retroceso: propiciar la muerte. El hombre está llamado a compadecer a su congénere, no a aniquilarlo; sin embargo, bajo la máscara de una caridad mal entendida, hoy se recurre a esa compasión para asesinar incluso a nuestros familiares. Como el demonio es el embaucador, el padre de la mentira, gusta de presentar sus perversas maniobras bajo el barniz de la bondad.

Quizás el diálogo sobre el aborto sea el más sobrecogedor. Para resaltar hasta qué punto es una acción demoníaca, el supuesto diablo del filme equipara este asesinato al sacrificio perpetrado por los antiguos adoradores de Moloc, a quien los mismos padres entregaban a sus hijos, que eran consumidos por las llamas entre vagidos desgarradores. Como hoy somos más sensibles, ocultamos tales llantos en el silencio del seno materno, pero el dolor es el mismo, y el agente que lo provoca, idéntico al sacerdote del terrible dios pagano.

El movimiento Woke también hace aquí su acto de presencia, mas curiosamente no se trata de una operación directa del maligno, sino del fruto de sus inveteradas intervenciones en la historia de la humanidad. En efecto, el hombre ya se ha acostumbrado de tal modo a aceptar el mal que no es capaz de reconocer el bien (o mejor aún, que ya piensa que lo malo es bueno, y viceversa); de esta manera, generando un tsunami social que pretende aplicar el bienestar humano, propicia en realidad una oleada de odio y destrucción que anhela en el fondo socavar la cultura cristiana e imponer otra eminentemente atea.

Por último, las motivaciones de los demonios, que no son otras que humillar a Dios. Este, en efecto, ama con locura al hombre, y por eso le otorgó la libertad al principio de los tiempos: «Si el amor no es libre, no es verdadero amor», llega a decir el sedicente diablo. Por esta razón, condicionando su libertad para que elijan el mal, Satanás y sus adláteres van dirigiendo a los hombres hasta las puertas del averno, de donde ya no saldrán jamás; así escarnecen al Creador, a quien le habría encantado gozar de la presencia de sus hijos en el cielo, pero que tiene que ver cómo se calcinan en el infierno.

No pensemos que estas cinco claves son abordadas por la película mediante grandes disertaciones teológicas; por el contrario, son acometidas con un lenguaje sencillo, y por ende, fácilmente comprensible para el espectador. Y justo aquí es donde estriba la virtud del filme, porque aspira a presentar la verdadera esencia del demonio, de manera que todo el mundo sepa que existe y actúa (y cómo actúa): si fuera un sesudo tratado teológico, poca gente pagaría por verlo; mas al ser una obra de argot llano, está al alcance de cualquiera. Pero “llano” no significa limitado, escaso o pueril, sino, como hemos indicado, accesible; y presentar grandes problemas teológicos de esa forma es innegablemente una virtud.

Pocas cintas han sabido entender mejor la esencia misma del mal, que no se revela como un ser cornudo que surge entre el fuego para asustar a la platea y ya está, sino como una entidad endiabladamente artera cuyo fin es acabar con el reinado de amor de Cristo. A nuestro juicio, pues, amén de esta película, El exorcista y Pactar con el diablo conformarían una excelente trilogía en este sentido. En menor medida por su vertiente hollywoodiana, aconsejamos también la trilogía clásica de La profecía, donde podemos descubrir asimismo una evolución de la presencia del anticristo en las instituciones mundiales, plegadas a este para alzarlo por rey (principalmente, la tercera parte, que es mediocre en general, pero que describe a la perfección la connivencia con el mal que padecemos hoy).

Nefarious fue estrenada en Estados Unidos el 14 de abril de este mismo año, por lo que aún tendremos que esperar algún tiempo antes de que llegue a España. Evidentemente, si se hubiera tratado de un filme made in Hollywood, las distribuidoras patrias habrían corrido a comprar sus derechos; mas los complejos anticristianos continúan acezando a sus responsables, que no se atreven a divulgar este tipo de celuloide en nuestro suelo. Pongamos solo un ejemplo: la cinta superó el millón de dólares en su primer fin de semana, colocándose de inmediato entre las diez producciones más vistas. ¿Pueden decir lo mismo algunas películas norteamericanas que llegan aquí? Está claro que no, pero aun así prefieren apostar por ellas en vez de por ésta.

Otra Iglesia (Monseñor Aguer)



Artículo que hay que leer del arzobispo emérito de La Plata, monseñor Aguer, según La Cigüeña de la Torre

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“Estupor” es la palabra que sube a mis labios al conocer el contenido de las 50 páginas del Instrumentum laboris, para el Sínodo que viene programándose “democráticamente” desde 2021. “La Prensa”, de Buenos Aires, titula así la noticia: “El Vaticano difundió la espinosa hoja de ruta del próximo Sínodo”. El documento incluye la pretensión de una “necesidad profunda de imitar a nuestro Maestro y Señor en cuanto a la habilidad de vivir una paradoja aparente: proclamar agresivamente su enseñanza auténtica, y al mismo tiempo servir de testigo para una inclusión y aceptación radicales”. ¡Vaya imitación de Cristo, agresiva, paradójica! Este propósito es insólito: la Iglesia sinodal formula una glosa progresista al Evangelio. El Instrumentum laboris plantea cómo asumir eclesialmente la mundialista Agenda 2030. Es admirable de qué modo la monarquía pontificia hace decir a la “democracia sinodal” lo que ella quiere que esta “democracia” diga. Es algo así como tirar la piedra y esconder la mano.

El itinerario de la futura Asamblea que lleva ya dos años de preparación, hace hablar y votar a la “Muchedumbre”, especial y novedosamente a la femenina. Es lo que yo insinuaba con el conocido ejemplo de la piedra. Cuando el diseño de esa otra Iglesia esté consumado, el Sumo Pontífice, ante las críticas que no faltarán, podría decir: “Yo no fui”.

Al recoger el resultado del camino recorrido desde 2021, el documento que vengo comentando afronta la cuestión de una nueva eclesiología: la Sinodalidad. Una digresión: “sínodo”, “sinodal”, significa “caminar con” (del griego syn y hodós) pero no expresa “hacia dónde”. La meta, entonces, puede ser la nueva Iglesia progresista, heterogénea respecto de la gran Tradición eclesial. Vayamos todos juntos hacia allá. Uno de los tópicos de la agenda, que atrae rápidamente la atención, es “cómo puede la Iglesia ser más receptiva de las personas LGBTQ+”. Es de notar que ya no se usa la expresión “personas con tendencias homosexuales”, que aparece en varios documentos romanos, y en el Catecismo de la Iglesia Católica. Tampoco se menciona el nombre de otros “colectivos”, que se han sentido marginados o ignorados. Se continúa afirmando que los pobres “ocupan un lugar central”; se introducen nuevos ámbitos, como el cambio climático, y los movimientos migratorios, a los cuales se refiere frecuentemente la predicación pontificia.

En el Sínodo que se proyecta participará un 75 por ciento de obispos, y un 25 por ciento de laicos, entre ellos mujeres, con derecho a voz y voto. Si no he leído mal, me parece que los presbíteros son ignorados, lo cual es muy llamativo, y señala cómo su número desciende continuamente en todas las diócesis. Las vocaciones sacerdotales ya no constituyen una prioridad. Otra vez ha llegado “la hora de los laicos”.

El texto prosigue indicando que “existen quienes no se sienten aceptados en la Iglesia, como los divorciados vueltos a casar, las personas en matrimonios que solían llamarse irregulares, o las personas LGBTQ+, y hay formas de discriminación racial, étnica, de clase o de casta que llevan a algunos a sentirse menos importantes, o menos bienvenidos dentro de la comunidad”. El propósito de superación se formula, entonces: “¿Cómo podemos crear espacios en los que aquellos que se sienten heridos por la Iglesia, y rechazados por la comunidad pueden sentirse reconocidos, no juzgados, y libres para hacer preguntas? Y ¿qué medidas concretas son necesarias para llegar a las personas que se sienten excluidas de la Iglesia a causa de su afectividad y sexualidad?” Estas serán preguntas que se formulará la Asamblea Sinodal. Arriesgo una interpretación: ya no cuenta la verdad objetiva y el reconocimiento de preceptos a tenor de los cuales se juzga y se reconocen la virtud, y el pecado. Lo que ahora importa es cómo se sienten los que se consideran excluidos; es su sentimiento, y no el estado objetivo en que se hallan.

Otro punto clave es la necesidad de “que se aborde la participación de las mujeres en el gobierno, la toma de decisiones, la misión y los ministerios a todos los niveles de la Iglesia, con el apoyo de las estructuras adecuadas para que esto no quede en una mera aspiración general”. Como se ve, el programa no se atreve a plantear el posible “sacerdocio femenino”. Esta observación concreta sobre “las estructuras adecuadas” vuelve a las socorridas aspiraciones al cambio de estructuras. Aunque parezca curioso observarlo, la Iglesia Católica comienza tardíamente a recorrer la ruta que abrió la Reforma Protestante, cuando desde hace tiempo el protestantismo ha sido tragado por el mundo. Este es el momento de citar lo que escribió en su Diario, en 1848, un luterano danés que fue un gran filósofo cristiano, Soren Kierkegaard: “Justo ahora que se habla de reorganizar la Iglesia, se ve claramente qué poco Cristianismo hay en ella” (IX A 264). En la misma página habla de “la desgraciada ilusión de la Cristiandad, que reemplaza el ser cristiano por ser hombre”. Esta desgraciada ilusión es la que engaña ahora a la Iglesia Católica. El programa sinodal, al igual que el del Sínodo Alemán diseña otra Iglesia, heterogénea respecto de la grande y unánime Tradición. ¿Cómo reaccionarán los católicos fieles? En diversos países ya se configura felizmente una reacción que suele ser descalificada como “conservadora” por el progresismo oficial. La Providencia del Esposo y Señor de la katholiké, inspira e ilumina aquella contemporaneidad con Cristo que expresa el cumplimiento de la promesa evangélica: “Yo estaré siempre (todos los días) con ustedes hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). El texto griego dice: hasta la synteléias del cosmos. La fórmula “fin del mundo” es una traducción ambigua; el cumplimiento es la plenificación de la Historia, según los planes misteriosos de la Providencia. En el misterioso ámbito de la Providencia divina se inscribe el juego de las causas segundas, a las que ordena según designios inescrutables. En la Providencia se manifiestan la justicia y la misericordia de Dios. Esta Providencia, entonces, incluye la dialéctica de las causas segundas, y por eso se puede decir que permite el mal.

Los designios de los fautores del Sínodo son esas causas segundas, libres para hacer el mal.

Franqueza

¡Cómo me atrevo a expresarme en estos términos! Reconozco y venero a Francisco como Sucesor de Pedro, Vicario de Cristo. Pero Francisco sigue siendo Jorge Bergoglio. Ahora bien, conozco a Jorge Bergoglio desde hace 45 años. Es una “causa segunda”. Eso explica lo dicho, y aún lo muchísimo más que podría decirse.

+ Héctor Aguer
Arzobispo Emérito de La Plata.
Buenos Aires, martes 4 de julio de 2023.