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sábado, 12 de abril de 2025

Dos nuevos informes ratifican que la Administración Biden conocía que el coronavirus se originó en un laboratorio de Wuhan y lo ocultó



Una de las grandes mentiras de una pandemia pródiga en ellas, el origen del virus en un animal contaminado —murciélago o pangolín—, no sólo se ha demostrado finalmente como tal pese a que durante años fuera anatema sugerir que el virus procedía del laboratorio virológico de Wuhan, en China, hasta el punto de ser una versión rechazada por «expertos», ridiculizada y censurada en redes y medios; lo más grave es que la Administración Biden conocía la verdad, y la ocultó.

Dos son los nuevos informes que vienen a confirmar este escandaloso hallazgo. En primer lugar, un informe que acaba de publicar el Departamento de Defensa revela que el Pentágono nunca investigó formalmente la posibilidad de que miembros del servicio estadounidense pudieran haber sido infectados con covid durante los Juegos Militares Mundiales en Wuhan en el otoño de 2019.
Además, un análisis recientemente publicado por una unidad de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), hecho público a través de la Ley de Libertad de Información esta semana, señala que el Centro Nacional de Inteligencia Médica (NCMI) de la DIA creyó desde el primer momento que el origen del virus estaba en una fuga del laboratorio de Wuhan, a pesar de los esfuerzos del «zar de la pandemia», Anthony Fauci, por descartar la posibilidad.

El análisis recién publicado del NCMI de la DIA, con fecha del 25 de junio de 2020, concluyó que «las capacidades de biología molecular del laboratorio de Wuhan y la evaluación genómica son consistentes con la hipótesis de que el SARS-CoV-2 fue un virus diseñado en laboratorio». El análisis del NCMI, hecho público cinco años después, indicaba que la evidencia disponible, incluso en las primeras etapas, era consistente con el surgimiento del covid-19 a través de una fuga de laboratorio en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV).

El WIV estaba dirigido por la llamada «mujer murciélago» Shi Zheng-li, y los científicos de defensa médica estadounidenses afirmaron que el SARS-CoV-2 podría haber sido «parte de un banco de virus quiméricos en el laboratorio de Zhen-Li Shi en el WIV que escapó a la contención».

jueves, 2 de diciembre de 2021

El Cardenal Burke reaparecerá el 11 de diciembre para celebrar una Misa Pontificial de rito Tradicional



Por Redaccion infovaticana | 02 diciembre, 2021

El cardenal Burke ha anunciado que el próximo día 11 de diciembre celebrará su primera misa pública desde su hospitalización el pasado 10 de agosto. «Aunque mi rehabilitación sigue siendo un proceso continuo, mi salud ha mejorado lo suficiente como para regresar al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en La Crosse, Wisconsin», ha comunicado el cardenal a través de una carta.

Para la reaparición, Burke ha afirmado que ofrecerá «una Misa Mayor Pontificia, de acuerdo con el uso más antiguo del Rito Romano, lo que a menudo se llama la Forma Extraordinaria del Rito Romano».

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A continuación, les ofrecemos la carta completa del cardenal Burke:



¡Alabado sea Jesucristo!

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Me complace mucho informarles que pronto ofreceré mi primera misa pública desde mi hospitalización el 10 de agosto de este año. Aunque mi rehabilitación sigue siendo un proceso continuo, mi salud ha mejorado lo suficiente como para regresar al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en La Crosse, Wisconsin.

El próximo 11 de diciembre, a las 11 am hora central (CT), ofreceré una Misa Mayor Pontificia, de acuerdo con el Uso Más Antiguo del Rito Romano – lo que a menudo se llama la Forma Extraordinaria del Rito Romano -, que será transmitido en vivo por Respuestas Católicas. Si no puede asistir a la Santa Misa en persona, está invitado a ver la transmisión en vivo.

Aunque el día siguiente, 12 de diciembre, es la tradicional fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, este año cae en el Tercer Domingo de Adviento o Domingo Gaudete. Dado que, según el uso más reciente del rito romano -lo que a menudo se llama la forma ordinaria del rito romano-, una solemnidad -que la Fiesta Patronal es en el Santuario- no puede sustituir a un domingo de Adviento, la celebración de la Solemnidad. de Nuestra Señora de Guadalupe, según el Uso Más Reciente, se traslada, este año, al día siguiente, 13 de diciembre. Por lo tanto, ofreceré la misa dominical de Gaudete el 12 de diciembre a la 1 pm CT, así como la misa del 13 de diciembre para la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe a las 12:15 pm CT, ambas de acuerdo con el uso más reciente. Ninguna de estas misas se transmitirá en vivo. Entonces, si eres libre,

Dado que el Uso Más Antiguo permite la sustitución de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe por el Domingo Gaudete, la misa dominical regular en la Iglesia del Santuario, según el Uso Más Antiguo, el domingo 12 de diciembre a las 9:30 am, será para la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Uno de los Padres Norbertinos que sirve en el Santuario ofrecerá la Misa.

Por mucho que desee que estas liturgias públicas marquen el regreso a mis actividades pastorales habituales, mi rehabilitación debe continuar en el futuro previsible. Continuaré manteniéndolos informados sobre mi progreso mientras sigo escribiéndoles. Para quienes deseen recibir mis cartas impresas, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe las publicará en su Boletín mensual, Saludos, a partir de enero de 2022. 

Ahora, al igual que con mis cartas anteriores, yo, como su padre espiritual, quisiera cambiar el tema de una actualización sobre mi salud a un mensaje pertinente para el Año Litúrgico. Por lo tanto, ofrezco una breve reflexión sobre cómo el mensaje de la carta del mes pasado sobre las Cuatro Últimas Cosas – Muerte, Juicio, Cielo e Infierno – está conectado con la Temporada de Adviento y la preparación para la Fiesta de la Natividad de Nuestro Señor Jesús. Cristo que se encarnó en el seno de la Santísima Virgen María en la Anunciación, Primero de los Misterios Gozosos del Rosario, que celebramos el 25 de marzo de cada año. En cada Santa Misa de los domingos y otros días festivos, profesamos nuestra fe en la Encarnación Redentora con estas palabras del Credo Niceno-Constantinopolitano: “Por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió del cielo, y por el Espíritu Santo se encarnó de la Virgen María, y se hizo hombre ”. O nos inclinamos (forma ordinaria) o nos arrodillamos (forma extraordinaria) cuando decimos estas palabras porque expresan el misterio central de la fe.

El tiempo de Adviento, que comienza para nosotros este año el 28 de noviembre, es fuerte en gracia para nuestra vida cristiana. De manera particular, el Adviento es una invitación para acercarnos al misterio de la Encarnación Redentora, el misterio incomparable por el cual Dios Hijo tomó nuestra naturaleza humana para salvarnos del pecado y de la muerte con Su Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión. y permanecer siempre con nosotros en la Iglesia. El tiempo de Adviento no solo nos invita a una mayor intimidad con Cristo, Dios Hijo Encarnado, en nuestra vida diaria. Nos da la gracia de alcanzar esa mayor intimidad por el bien de nuestra felicidad en esta vida y la plenitud de nuestra felicidad en la vida venidera. Cristo Encarnado, sentado gloriosamente a la diestra de Dios Padre,

Al mismo tiempo, el Adviento nos prepara especialmente para el Último Día, el día en que Cristo, vivo para nosotros en la Iglesia, regresará en gloria para consumar su obra salvífica, para inaugurar “cielos nuevos y tierra nueva en los que mora la justicia”. ”(2 Pet 3, 13). En otras palabras, la Natividad del Señor prepara el camino para “la cena de las bodas del Cordero” (Ap 19,9), en la que hemos sido llamados a participar desde el momento de nuestro bautismo. Cuando el ángel del Señor apareció en los campos de Belén, anunciando a los pastores: “No temáis; porque he aquí, os traigo buenas noticias de gran gozo que vendrán a todo el pueblo; porque os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, el cual es Cristo el Señor ”(Lc 2, 10-11), estaba preparando el corazón humano para recibir la invitación del “rey que dio un banquete de bodas para su hijo” y ordenó a sus siervos que “invitaran al banquete de bodas a todos los que encontrareis” (Mt 22, 2, 9). La parábola de nuestro Señor de la fiesta de las bodas encontrará su máximo cumplimiento en el último día.

Si bien vincular la Temporada de Adviento con la Venida Final o el Apocalipsis puede parecer que empaña la naturaleza de celebración de nuestra preparación para la Fiesta de la Natividad de Nuestro Señor, es de vital importancia para nosotros que la Primera Venida del Salvador esté esencialmente conectada a Su Segundo advenimiento. La conexión íntima no es una fuente de miedo o tristeza para nosotros, sino más bien de confianza y alegría. La palabra «apocalipsis» se usa no solo como la palabra inicial del Libro del Apocalipsis (anteriormente conocido como el Libro del Apocalipsis), pero también se usa poco después de la Natividad, en el relato de la Presentación del Señor. Cuando la Virgen Madre de Dios y San José, Padre adoptivo del Salvador y Verdadero Esposo de María, presentaron a Nuestro Señor, poco después de Su Nacimiento, en el Templo, el profeta Simeón tomó al Niño Salvador en sus brazos y le declaró: “ luz de revelación [apocalipsis] a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel ”(Lc 2, 32).

La palabra apocalipsis en el idioma griego que se hablaba comúnmente en ese momento (griego koiné) significa un «desvelar» o «descubrir», por ejemplo, una pareja real que descubre el rostro de su hijo recién nacido para que lo vea el público o un novio que descubre el rostro. de su novia en la ceremonia de su boda. De manera similar, Nuestro Salvador, manifestando el profundo misterio del Amor Divino, inició Su Revelación, Su Apocalipsis, bajo la luz de la Estrella que invitó y guio a los Reyes Magos “de Oriente” (Mt 2,1; cf. Tiene 49, 12). Cuando los Reyes Magos vieron la luz de la estrella que “se posó sobre el lugar donde estaba el niño. . . se regocijaron sobremanera con gran gozo. Y entrando en la casa, vieron al niño con María su madre, y postrándose le adoraron ”(Mt 2, 9-11). Clara y maravillosamente, la luz milagrosa de la Estrella reveló, descubrió, desveló la presencia de Dios – Dios el Hijo Encarnado – para el verdadero gozo del hombre y la adoración correcta de Dios. Jesucristo es la “luz verdadera, que alumbra a todos” (Jn 1, 9), como había profetizado Simeón, y como Nuestro Señor lo reveló más plenamente en el Libro del Apocalipsis: “Yo soy la raíz y la descendencia de David , la estrella resplandeciente de la mañana ”(Ap 22, 16).

Que la Luz del Señor ilumine su vida con su gloriosa verdad y amor durante todo el tiempo de Adviento, que el Papa San Juan Pablo II llamó “un período de intensa formación que nos dirige decididamente hacia Aquel que ya ha venido, que vendrá y que viene continuamente ”(Audiencia general, 18 de diciembre de 2002). 

Por lo tanto, pasemos este tiempo de fuerte gracia en el calendario litúrgico de la Iglesia preparándonos para celebrar el Nacimiento de Dios el Hijo Encarnado, el Redentor, mientras guardamos en nuestros corazones el gozo que es nuestro mientras anticipamos Su Segunda Venida en el Último Día.

Que nuestra observancia del Adviento mantenga en nuestro corazón la exhortación y promesa de Nuestro Señor a sus mayordomos fieles: “Cíñase sus lomos y encienda sus lámparas, y sean como hombres que esperan que su señor vuelva a casa después de la fiesta de bodas, para que le abran enseguida cuando venga y llame. Bienaventurados los siervos a quienes el amo encuentra despiertos cuando llega; de cierto os digo que se ceñirá y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles ”(Lc 12, 35-37).

Implorando a Nuestro Señor, por intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, que los bendiga a ustedes, a sus hogares, a sus familias y a todas sus labores durante este Tiempo de Adviento, me quedo

Suyo en el Sagrado Corazón de Jesús y en el Inmaculado Corazón de María, y en el Purísimo Corazón de San José

Raymond Leo Cardenal Burke

martes, 30 de noviembre de 2021

También existe una vacuna para el virus que infecta a la Iglesia (Sandro Magister)






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[El siguiente texto es el discurso que pronunció Sandro Magister en la conferencia celebrada el sábado 27 y el domingo 28 de noviembre de 2021 en Anagni, en la Sala della Ragione, por iniciativa de la Fondazione Magna Carta, sobre el tema: "Iglesia y siglo después de la pandemia"].

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LA IGLESIA EN EL MUNDO O EN EL EREMITORIO


por Sandro Magister
Anagni, 27 de noviembre de 2021

Entre la Iglesia y el siglo, después de la pandemia, es este último el que gana, como dice la propia palabra "secularización", que avanza inexorable, con las iglesias cada vez más vacías. Pero la ola viene de lejos, al menos desde los años del Concilio Vaticano II, de la mano del eclipse, en todo Occidente, del paradigma conservador.

La cultura conservadora defiende la primacía de los deberes sobre los derechos, la prevalencia de las lógicas supraindividuales: la nación, la familia, la tradición, la religión, a las que el individuo debe adaptarse y, quizás, sacrificarse. Era inevitable que el eclipse de tal cultura arrollara también a la Iglesia, como estructura jerárquica, hecha de preceptos y ritos identitarios, forjada como un "catolicismo romano" compacto por los Concilios de Trento y Vaticano I. Ya en 1840, Alexis de Tocqueville vio en el crecimiento de la democracia en América un impacto en las religiones preceptuales y rituales, que se vieron reducidas a "un grupo de fervientes fanáticos en medio de una multitud de incrédulos".

En esta profecía de Tocqueville nos parece ver un atisbo de la "Opción benedictina" que se ha propuesto recientemente a los cristianos para contrarrestar el espíritu de los tiempos, haciendo resurgir el paradigma conservador en formas nuevas y alternativas. Pero la pandemia también ha desmenuzado la compatibilidad de este catolicismo resistente y militante, donde hay una guerra sin cuartel entre los que están en contra de la vacuna y los que están a favor de ella, y la división no es por un medicamento sino que atañe a temas capitales.

Sin embargo, para comprender mejor lo que ocurre hoy, partamos de los años del Vaticano II, a raíz de la reinterpretación del historiador Roberto Pertici.

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El Concilio tuvo lugar en un momento en el que el nuevo individualismo, sobre todo de las mujeres y los jóvenes, arrasaba con la Iglesia y la desarticulaba incluso en su interior. Pablo VI no quiso escribir más encíclicas después de que la "Humanae Vitae" fuera cuestionada como retrógrada por episcopados enteros. No es casualidad que, a partir de entonces, la agenda de la Iglesia se viera obligada a abordar las cuestiones impuestas por la nueva cultura y la nueva antropología: la anticoncepción, el divorcio, el aborto, la eutanasia, la condición homosexual, la mujer y la cuestión feminista, la naturaleza del sacerdocio y el celibato eclesiástico.

Los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI se propusieron salvar los mejores frutos no solo del Vaticano II, sino también de la Ilustración, frente a la deriva cada vez más individualista, relativista y, en última instancia, nihilista de la nueva cultura. Había algo "kantiano", además de genuinamente cristiano, en el carácter absoluto de los principios morales y la centralidad de la razón que predicaba Joseph Ratzinger.

Basta con citar algunas líneas de este discurso que pronunció el 1 de abril de 2005 en Subiaco, en el monasterio de San Benito, unos días antes de ser elegido papa:

"El cristianismo [...] siempre ha definido a los hombres, a todos los hombres sin distinción, como criaturas de Dios e imagen de Dios, proclamando en principio, aunque dentro de los límites ineludibles del orden social, la misma dignidad. [...] En este sentido, la Ilustración es de origen cristiano y nació no por casualidad precisamente y exclusivamente en el seno de la fe cristiana, donde el cristianismo, en contra de su naturaleza, se había convertido desgraciadamente en tradición y en religión de Estado. [...] La Ilustración tiene el mérito de haber vuelto a proponer estos valores originales del cristianismo y de haber devuelto a la razón su propia voz. El Concilio Vaticano II, en su constitución de la Iglesia en el mundo contemporáneo, volvió a poner de relieve la correspondencia entre el cristianismo y la Ilustración, tratando de lograr una verdadera reconciliación entre la Iglesia y la modernidad".

Así como el párrafo final de su memorable discurso del 12 de septiembre de 2008 en el Collège des Bernardins de París:

“Nuestra situación actual, bajo muchos aspectos, es distinta de la que Pablo encontró en Atenas, pero, pese a la diferencia, sin embargo, en muchas cosas es también bastante análoga. Nuestras ciudades ya no están llenas de altares e imágenes de múltiples divinidades. Para muchos, Dios se ha convertido realmente en el gran Desconocido. Pero como entonces tras las numerosas imágenes de los dioses estaba escondida y presente la pregunta acerca del Dios desconocido, también hoy la actual ausencia de Dios está tácitamente inquieta por la pregunta sobre Él. ‘Quaerere Deum’ —buscar a Dios y dejarse encontrar por Él: esto hoy no es menos necesario que en tiempos pasados. Una cultura meramente positivista que circunscribiera al campo subjetivo, como no científica, la pregunta sobre Dios, sería la capitulación de la razón, la renuncia a sus posibilidades más elevadas y consiguientemente una ruina del humanismo, cuyas consecuencias no podrían ser más graves. Lo que es la base de la cultura de Europa, la búsqueda de Dios y la disponibilidad para escucharle, sigue siendo aún hoy el fundamento de toda verdadera cultura”.

Sin embargo, con el papa Francisco todo esto se ha dejado de lado; de hecho, él apoya el desmantelamiento del "catolicismo romano" -percibido efectivamente como un cuerpo extraño por la cultura dominante- en nombre de una nueva forma de Iglesia vagamente "sinodal". "Hermanos todos" es la bandera de este pontificado, su prioridad, pero sin Dios, como comentaba un valioso filósofo como Salvatore Natoli, no creyente pero muy atento al fenómeno religioso, cuando salió la encíclica que lleva este nombre. Una hermandad en la que el hombre Jesús simplemente "mostró a los hombres que solo en su entrega recíproca tienen la posibilidad de convertirse en 'dioses', a la manera de Spinoza: 'homo homini deus'". 

No es de extrañar que en el solemne llamamiento firmado el pasado 4 de octubre por el papa Francisco junto al patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I, el patriarca de Moscú Kirill, el gran imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb y otros líderes religiosos en vísperas de la conferencia de Glasgow sobre el cambio climático, en sus cinco páginas y 2350 palabras no aparezca ni una sola vez la palabra "Dios". Tampoco las palabras "creador", "creado", "criatura". La naturaleza se define como "una fuerza vital".
Con el papa Francisco, la Iglesia ha vuelto a apoyar los "excesos" de la posmodernidad, insistiendo en cuestiones políticas como la ecología, las migraciones, la nueva pobreza, que la posmodernidad delega de buen grado en la Iglesia, a la que percibe como una agencia ética entre otras.
Pero una deriva sorprendente es también la que caracteriza a algunos sectores del catolicismo intransigente actual que, en nombre de la libertad, cuestionan las exigencias de vacunación impuestas, en su opinión, por una dictadura biotecnocrática planetaria. Pero no ven que en realidad se entregan en cuerpo y alma -como denunció agudamente el profesor Pietro De Marco- a "un amable dictador libertario" que "concede, incluso legitima, todas las libertades privadas" y disuelve así, no solo la concepción cristiana de la política y del Estado, sino la idea de nacimiento, de nacer, de engendrar, de morir, del libre albedrío; en una palabra, la idea misma de hombre, muy alejada de la de la Biblia, magistralmente puesta de relieve por el que quizá sea el más bello documento elaborado por la Santa Sede en los últimos años, firmado por la Pontificia Comisión Bíblica y titulado "¿Qué es el hombre? " .

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De todo esto se desprende que el reto al que se enfrentan los cristianos hoy no es nimio, sino transcendental. Es un reto similar al de los cristianos de los primeros siglos, ya entonces una pequeña minoría en un contexto cultural y socialmente ajeno, cuando no hostil.

Las tentaciones de entonces también eran similares a las de ahora. La primera fue asimilarse a los modelos culturales dominantes. La segunda, cerrarse al mundo exterior, en una especie atrincheramiento. La tercera, escapar, ya sea colectivamente a una nueva patria, una "tierra prometida", o individualmente en una especie de "huída al desierto".

Pero los cristianos de los primeros siglos no sucumbieron a ninguna de estas tres tentaciones, salvo alguna cesión o atrincheramiento de vez en cuando, cuestionados y derrotados dentro de la propia Iglesia. De hecho, había una cuarta forma en la que un grupo minoritario podía relacionarse con el mundo que lo rodeaba y asediaba, y era establecer una relación muy crítica con él y ejercer una influencia cultural en la sociedad, que a la larga podía socavar el orden general.

Y esto es precisamente lo que el cristianismo fue capaz de conseguir en el transcurso de unos pocos siglos, tal y como destaca un experto en patrística como Leonardo Lugaresi. Esos cristianos dieron lugar a un verdadero cambio de paradigmas culturales -concepción del mundo, modelos de comportamiento, formas de expresión-, adquiriendo una posición cada vez menos marginal en el espacio público y teniendo un impacto cada vez mayor en él.

El cristianismo pasó, en el mundo antiguo, del estigma de la "exitiabilis superstitio", de la superstición mortal rechazada por todos, al reconocimiento de su plena plausibilidad como fundamento religioso y cultural del imperio refundado por Constantino, sin necesidad de que los cristianos se convirtieran entretanto en la mayoría, o incluso en una minoría conspicua de la población. Se calcula que en la época de Constantino los cristianos no representaban más que el 15% de los ciudadanos del imperio.

¿Y hoy? En su novela de 1998 "Las partículas elementales", Michel Houellebecq identifica lo que llama "mutaciones metafísicas" en la historia de la humanidad; es decir, transformaciones radicales de las visiones colectivas del mundo. Considera que la primera es la imposición del cristianismo en un imperio romano que estaba en la cúspide de su poder. La segunda, la disolución del régimen medieval de la cristiandad, que había alcanzado su apogeo, con la dominación progresiva, hasta nuestros días, de la cultura materialista con su revolución sexual.

Los defensores de la hipermodernidad están convencidos de que tienen el mundo en sus manos. Sin embargo, tal vez sean como los paganos del imperio tardío o los filósofos escolásticos de la primera época moderna, incapaces de ver que un cambio de paradigma, una nueva "mutación metafísica", una vacuna decisiva, puede llegar hoy, como lo hizo entonces.

Pertici, en su comentario sobre Houellebecq, escribe que no se puede dar por sentado que la progresión unidireccional de la historia sea inexorable, como piensan los progresistas, incluidos los católicos, ni que la época que comenzó con la "mutación metafísica" que condujo a la actual descristianización sea para siempre. El pleno despliegue de la cultura dominante actual puede conducir a una nueva ruptura.

De ahí la importancia de mantener intacta la herencia cristiana, para poder proponerla de nuevo, de forma crítica, en el imperio moderno, y regenerarla. Según la escuela de los primeros cristianos y de los Padres de la Iglesia.

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En la anterior conferencia de la Fundación Magna Carta en 2019, Sandro Magister dio una extensa charla sobre la visión política del papa Francisco, publicada después en Settimo Cielo:

viernes, 1 de octubre de 2021

¿Dónde quedó el Virus? El Ministerio de Sanidad Español admite no tener cultivos virales de SARS-COV-2

 MENTE ALTERNATIVA


Esta fue la respuesta del Ministerio de Sanidad de España a una solicitud de acceso a información pública, realizada el 22 de julio de 2021:

sanidad

“El Ministerio de Sanidad no dispone de cultivo de SARS-COV-2 para ensayos, y no tiene un registro de los laboratorios con capacidad de cultivo y aislamiento para ensayos.” (Nº. de expediente 001-059144, 8 de septiembre de 2021.)

En este artículo, la bióloga Almudena Zaragoza (NCol 19086M) responde a la pregunta sobre si ¿se puede tener secuenciado un virus, sin aislarlo y cultivarlo?, y explica por qué “el hecho de que el Ministerio de Sanidad no disponga de cultivos virales de los pacientes RT PCR positivos implica que NO HA PODIDO DEMOSTRAR que el virus SARS CoV 2 sea el causante de la enfermedad COVID 19.”

Por Almudena Zaragoza


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Lo primero que hay que entender es que la secuenciación no es más que la lectura del código en el que está escrito el virus, una vez leído, se deja escrito en bases de datos genómicas, que quedan para consulta pública. Siempre que se secuencia, se hace en base a una plantilla preexistente, que en el caso del SARS CoV 2, es la plantilla inicial de Wuhan que convenientemente se subió a las bases de datos, aquel fatídico diciembre de 2019 (1).

Para comenzar todo proceso de secuenciación, se hace una PCR previa, con unos cebadores diseñados para buscar unos fragmentos específicos del virus, ese protocolo RT PCR es el famoso de Drosten et al. 2020 (2), del que sabemos coincide con coronavirus endógenos humanos como el NL63 asociado al catarro común, por lo que lo que estamos secuenciando en realidad, son nuestros propios virus endógenos.

Tenemos que entender que toda la pandemia está basada en esa secuencia inicial guardada en una base de datos y en ese protocolo para la prueba RT PCR de Drosten et al. 2020.

Para secuenciar sólo es necesario por tanto, recoger material genético del paciente positivo en RT PCR, encontrar las secuencias que buscamos y dejar escrito ese código, que nos dicen se corresponde con el virus SARS CoV 2, en una base de datos.

En el cultivo es donde vienen los problemas. Para establecer que esa secuencia guardada en esa base de datos, es el virus causante de la enfermedad COViD 19, de cada persona positiva en PCR, se debió hacer un cultivo viral. Sin cultivo viral no se puede establecer relación causal entre el positivo en RT PCR y la enfermedad COVID 19. Es decir, no se confirma ese positivo.

Sin embargo pese a la importancia de hacer cultivos virales, no se ha hecho ni uno solo a ningún paciente positivo en PCR de toda España, ni en todo mundo. Es muy sonado el caso de Wuhan, en el cuál tras 10 millones de PCR, no se consiguió ni un solo cultivo con partículas virales viables (3).

Poder establecer que esa secuencia génica a la que han llamado SARS CoV 2, es la causante de la enfermedad sería muy sencillo, cogeríamos material nasofaríngeo o de esputo de una persona RT PCR positiva y lo incluiríamos en un cultivo de células normales del aparato respiratorio humano, células sanas. Si estas células sanas muestran citopatogenicidad (es decir se observa que el virus se multiplica y destruye dichas células), habríamos demostrado la relación causa efecto entre el virus SARS Cov 2 y la enfermedad COVID 19. Y recalco lo de células sanas, porque los únicos cultivos del mundo que existen de este presunto virus son en células VERO (de mono verde) y células cancerígenas. Ambos tipos de cultivos virales por sus características biológicas, hacen crecer cualquier virus que cultives en ellas, por lo tanto no valdrían para establecer la causalidad.

El hecho de que el Ministerio de Sanidad no disponga de cultivos virales de los pacientes RT PCR positivos implica que NO HA PODIDO DEMOSTRAR que el virus SARS CoV 2 sea el causante de la enfermedad COVID 19, por lo que esas personas enfermas y fallecidas, podrían haberlo hecho de otras causas, sin posibilidad de que su caso haya sido correctamente estudiado, así mismo, los enfermos habrían sido incorrectamente diagnosticados y por tanto, habrían recibido tratamientos erróneos, por no hablar de los confinamientos de miles, quizás cientos de miles de personas, sin motivo ninguno.

Referencias.

(1) https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMoa2001017
(2) https://www.eurosurveillance.org/content/10.2807/1560-7917.ES.2020.25.3.2000045
(3) https://www.nature.com/articles/s41467-020-19802-w

lunes, 27 de septiembre de 2021

Cardenal Raymond Leo Burke escribe carta de agradecimiento a todos quienes oran por él

 SECRETUM MEUM MIHI



La carta tiene como fecha Sep-25-2021 y está publicada en varios idiomas en el sitio de internet del Cardenal Raymond Leo Burke. Esta la versión en español.

25 de septiembre 2021

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Agradeciendo una vez más, de todo corazón, vuestras fieles y generosas oraciones por la recuperación de mi salud, les escribo para informarles sobre el progreso de mi rehabilitación. Al agradeceros, agradezco, sobre todo, a Nuestro Señor, que, en respuesta a vuestras oraciones, me ha conservado en vida. Agradezco también a Nuestra Señora de Guadalupe y a todos los santos por cuya intercesión habéis ofrecido y ofrecéis oraciones por mí.

El pasado 3 de septiembre salí del hospital para instalarme en una casa vecina donde viven los miembros más cercanos de mi familia. La casa está bien equipada para el programa de rehabilitación que estoy siguiendo. Mi secretario sacerdote ha venido ahora desde Roma para quedarse conmigo de modo a ayudarme con mi programa de rehabilitación. También me está ayudando a responder a la correspondencia y a lidiar con los muchos cambios de agenda necesarios debido al tiempo que estuve en el hospital y, ahora, a las varias semanas que necesitaré para recuperarme lo más completamente posible de la enfermedad.

Aunque estoy haciendo progresos constantes, la mejoría es lenta. Los médicos y terapeutas que dirigen el programa de rehabilitación me aseguran que eso es necesariamente así y que estoy procediendo bien. Por mi parte, estoy tratando de crecer en la paciencia. Mis principales desafíos, en la actualidad, son recuperar ciertas habilidades físicas fundamentales, necesarias para mi vida diaria; superar la fatiga general y la dificultad para respirar, típicas de quienes han sufrido el contagio del virus Covid-19. No puedo predecir cuándo podré volver a mis actividades normales. Al parecer, será de aquí a varias semanas.

Lamento no poder responder a vuestras comunicaciones individualmente, ya que debo concentrar mi limitada energía en recuperar mis fuerzas. Por eso también debo limitar el número de llamadas telefónicas y visitas personales que recibo. Estoy profundamente agradecido por vuestra comprensión.

Nuestro Señor me ha preservado en vida para alguna obra que Él desea que realice, con la ayuda de Su gracia, por amor a Él y a Su Cuerpo Místico, la Iglesia. Estoy decidido a utilizar el tiempo presente de rehabilitación de la mejor manera posible, de modo que esté preparado para llevar a cabo Su obra. A lo largo del tiempo transcurrido en el hospital y también ahora, sigo poniéndome al amparo de Nuestra Santísima Madre, para que mi corazón, unido con su Inmaculado Corazón, descanse siempre seguro en el Sacratísimo Corazón de Nuestro Señor. Como padre espiritual en la Iglesia, he contado en gran medida con la ayuda de San José, cuyo Purísimo Corazón abrazó el Corazón de María, su verdadera Esposa, y de Jesús, su Divino Hijo, confiado a sus paternales cuidados.

Os ruego que continuéis orando por mi plena recuperación. Por mi parte, cada día yo ofrezco mis oraciones y sufrimientos por vuestras muchas intenciones. Oremos todos y ofrezcamos sacrificios por el mundo y la Iglesia, que están acosados por tanta confusión y error haciendo grande y hasta mortal daño a muchas almas.

Pidiendo a Dios que os bendiga a vosotros, a vuestros hogares y a todas vuestras actividades, soy vuestro en el Sagrado Corazón de Jesús, en el Inmaculado Corazón de María, y en el Purísimo Corazón de San José,

Cardenal Raymond Leo Burke

jueves, 23 de septiembre de 2021

Extraordinario y valiente informe de Sergio J. Pérez Olivero, Licenciado y Doctor en Ciencias Químicas, que desmonta toda la farsa del virus, de las PCR y de las inoculaciones

 EL DIESTRO


Si se dan cuenta, llevamos meses en los que el discurso y el relato oficial de medios de comunicación, televisiones y gobierno se están basando en expertos que casi nunca dan la cara, supuestos estudios que, en muchas ocasiones, o no se citan, o, simplemente, se pasan por alto, como de soslayo, en el cuerpo del artículo al que se le pone un titular llamativo con el objetivo de llevar a la población a la inoculación masiva. Y aún peor, de gente de la que ya se sabe que ha recibido millonarios ingresos de las farmacéuticas.

El objetivo de todos es claro y ya lo dijo el presidente Sánc-HEZ en su momento: “Vacunar, vacunar y vacunar…” Desgraciadamente esa presión informativa, social, política y sanitaria ha llevado a mucha gente a caer en la trampa y a dejarse inocular, no sólo a ellos mismos, también a sus hijos menores a los que ni siquiera afecta el virus.

Si todo esto tuviera, simplemente, un objetivo económico ya sería muy grave, pero el problema es que, pasado el tiempo, nos estamos dando cuenta que el impacto económico es lo de menos ya que muchos de los inoculados han visto su salud seriamente afectada e incluso muchos han muerto.

Nos estamos encontrando, además, con demasiados profesionales en los que antes confiábamos y ahora, simplemente, se han vendido al relato oficial por dinero, o por mantener su puesto de trabajo. Son pocos los expertos, los profesionales que tienen la valentía y el coraje de ir en contra del relato oficial y muchos menos los que, además, dan la cara.

Uno de los pocos valientes que están dando la cara es el Licenciado y Doctor en Ciencias Químicas, Sergio J. Pérez Olivero
Pérez Olivero ha elaborado un informe de 225 páginas, que está actualizando en estos momentos, con el que pretende lo que muchos estamos pretendiendo: abrir los ojos a la población.
De la misma forma que somos muy críticos con los vendidos, con los cobardes que no se atreven a abrir la boca y contarnos la verdad, tenemos que apoyar a los pocos valientes que arriesgan su futuro para intentar despertar a la gente con datos científicos. Lean con atención el informe y distribúyanlo entre su círculo más cercano de personas. Sobre todo entre aquellas que todavía no se han dado cuenta de lo que en realidad está pasando.

martes, 21 de septiembre de 2021

Debate Científico Entero – Oficialistas VS Médicos Disidentes



DEBATE CIENTÍFICO EN LA CLAVE CULTURA l TV.

LA EX MINISTRA DE sanidad de España Maria Luisa Carcedo, el presidente del Colegio de Médicos de Madrid Manuel Martínez Selles, y los médicos por la Verdad: Angel Ruiz Valdepeñas, el Dr Juanjo Martínez y la Dra Natalia Prego Cancelo.
La ex ministra de Sanidad y el presidente del Colegio de Médicos de Madrid abandonan el plató en cuanto se les nombran las cifras oficiales de muertos por vacunas de acuerdo a los registros de VAERS, EUDRA VIGILANCE Y EL NHS.
Todo empezó al no estar de acuerdo los Medicos por la Verdad con que el origen de la pretendida pandemia fuera un virus zoonotico, tal como decía la ex ministra de sanidad.

Medicos por la Verdad plantearon hipótesis tales como patógeno de origen artificial patentes de virus recombinantes.

Finalmente médicos por la Verdad mantuvieron sus asientos y plantearon los peligros de la vacunación, por los efectos adversos. También se habló de la. Miocarditis y pericarditis que afectan a niños y menores tras la vacunación.

viernes, 17 de septiembre de 2021

El Papa Francisco vuelve a salir en defensa de las vacunas contra el covid

INFOVATICANA


El Papa Francisco ofreció ayer una rueda de prensa en el avión que le llevaba de vuelta a Roma tras su viaje pastoral a Hungría y Eslovaquia.

Durante el trayecto, uno de los periodistas que le acompañaba le dijo al Santo Padre que el tema de la vacunación había generado gran división entre los cristianos de Eslovaquia. El Papa, defendió días atrás en redes sociales que vacunarse era “un acto de amor”, a lo que el periodista eslovaco le dijo que algunos creyentes no vacunados podrían sentirse discriminados por estas palabras. La pregunta del periodista fue clara, ¿cómo volver a unirnos y reconciliarnos con este tema?

El Papa Francisco respondió que todo esto es “un poco extraño, porque la humanidad tiene una historia de amistad con las vacunas. De niños para el sarampión, para otras, para la poliomielitis. Todos los niños nos hemos vacunado y ninguno decía ‘mu’. Quizás esto ha venido por la virulencia, la incertidumbre, no sólo de la pandemia, sino también por la diversidad de vacunas y también por la fama de algunas vacunas, ‘que son otra cosa’, ‘un poco de agua destilada’. Esto generó miedo en la gente”, zanjó el Santo Padre.

Además, Francisco dijo que el tema de la división de opinión con este tema está presente también en el colegio cardenalicio donde “hay algunos negacionistas y uno de ellos, pobre, estuvo ingresado con el virus. Ironías de la vida”, afirmó el Papa en clara alusión al Cardenal Burke que tuvo que ser hospitalizado el pasado mes de agosto. Para concluir con el tema, Francisco aseguró que en el Vaticano están todos vacunados, excepto un pequeño grupo que se está estudiando cómo ayudarles.

El Papa Francisco sobre la UE

El Pontífice también tuvo palabras para dirigirse a la situación actual que atraviesa Europa. El Papa pidió “asumir los sueños de los padres fundadores de la Unión Europea, el espíritu en la base de la Unión Europea con el que soñaron Schuman, Adenauer, De Gasperi, estos grandes”. También alertó sobre el peligro que corre la UE de convertirse en una oficina de gestión. “Es verdad que algunos intereses, quizás no europeos, tratan de usar a la Unión Europea para las colonizaciones ideológicas, y la Unión Europea debe ser independiente por sí misma e inspirarse con los sueños de los padres fundadores”, sentenció Francisco.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Tratamiento con Ivermectina por el Doctor Víctor Villa. ROMA INTERNATIONAL COVID SUMMIT

DOCTORA NATALIA PREGO CANCELO

La Dra Natalia Prego desde el International Covid Summit entrevista al Doctor Víctor Villa abogado y médico.

EL Doctor Víctor Villa es uno de los máximos exponentes en toda Sudamérica en el tratamiento de la Covid con la Ivermectina desde septiembre de 2020, colabora activamente con FLCC Front aline Care Covid doctor.

En este vídeo nos explica su protocolo con altas dosis de Ivermectina.

https://rumble.com/vmjcj9-tratamiento-con-ivermectina-por-el-doctor-vctor-villa.-roma-international-c.html?mref=6zof&mc=dgip3&utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=DRA+NATALIA+PREGO+CANCELO&ep=2

sábado, 28 de agosto de 2021

VIRAL. Homilía de un obispo indignado sobre el NUEVO ORDEN MUNDIAL

 El Rosario de las 11 pm


Duración 4:13 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=t0ViF-2doQM


Monseñor Adair José Guimarães es obispo de una pequeña diócesis brasileña pero que se ha hecho conocido en todo el mundo debido a una contundente homilía en la que alertaba de cómo el Nuevo Orden Mundial está aprovechando el coronavirus para acabar con la libertad, entre ella la religiosa.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Entrevista concedida por monseñor Carlo Maria Viganò al Deutsche Wirtschaftsnachrichten



NOTA: Esta entrevista ha salido ya en este blog, tomada de Eclesia e Post Concilio, pero la traducción fue del traductor Google, con algunas modificaciones personales para que se entendiera bien. Como la traducción de Adelante la Fe está realizada por una persona experta en traducción, traigo aquí nuevamente dicha entrevista, pero ahora con procedencia diferente.

DW: Excelencia, ¿cómo vive en lo personal la crisis del coronavirus?

Monseñor Viganò: Es posible que mi edad, mi condición de arzobispo y mi habitual vida retirada no sean representativas de lo que debe de estar sufriendo la mayoría de la gente; con todo, desde hace un año me veo imposibilitado de desplazarme y de visitar a personas que necesitan una palabra de aliento. En el caso de una verdadera pandemia no habría tenido problemas para aceptar de buen grado las decisiones de las autoridades civiles y eclesiásticas, porque reconocería en ellas la voluntad de proteger del contagio. Pero para que sea una pandemia, hace falta ante todo que el virus haya sido aislado; que sea grave y no sea posible tratarlo a tiempo; y que las víctimas constituyan un amplio sector de la población. Sabemos por el contrario que el SARS-Covid 2 nunca ha sido aislado, sino apenas secuenciado (2); que se cura con el tiempo mediante terapias disponibles, y sin embargo la OMS y las autoridades sanitarias han impuesto boicots por medio de normativas absurdas y vacunas experimentales; y que el número de fallecimientos en 2020 se ajusta en todo a la medio de los años anteriores (3). Todo esto lo reconocen los propios científicos mientras los medios informativos guardan un silencio mafioso.

Lo que estamos presenciando es un plan que no tiene nada de científico y debería ser objeto de desprecio universal. Sabemos, porque lo han reconocido sus propios perpretadores, que está pseudopandemia ha sido planificada desde hace años4, empezando por desmantelar los sistemas nacionales de salud y sus planes de contingencia para pandemias5. Sabemos que siguen un plan bien preciso, concebido para que todos los estados reaccionen de forma unánime y para homologar a nivel mundial diagnósticos, hospitalizaciones, terapias y, sobre todo, medidas de contención y de información a los ciudadanos. Existe una dirección que gestiona el covid-19 con el único fin de imponer por la fuerza limitaciones a las libertades naturales, los derechos constitucionales, la libre empresa y el trabajo.

El problema no es el covid en sí, sino que se sirvan de él para implementar el Gran Reinicio que desde hacía tiempo6 venía anunciando el Foro Económico Mundial y que actualmente se está aplicando punto por punto con miras a implantar en la sociedad unas transformaciones inevitables que de otro modo serían rechazadas y condenadas por la mayor parte de la población. Dado que la democracia, siempre tan exaltada en tanto que se conseguía dirigirla gracias a la influencia de los medios, jamás habría consentido que se llevase a cabo esta obra de ingeniería social auspiciada por la élite mundialista, era necesario el peligro de una pandemia –presentada por los medios oficiales como devastadora– para convencer a la población mundial a fin de que se sometiera a confinamientos, cierres perimetrales (o sea auténticos arrestos domiciliarios), clausura de actividades, suspensión de clases escolares e incluso la prohibición de cultos. Y todo ello se ha conseguido con la complicidad de todos los que están metidos en ello, en particular los gobiernos, las autoridades sanitarias y las propias autoridades eclesiásticas7.

El daño que todo ello ha ocasionado y sigue ocasionando es enorme, y en muchos sentidos irreparable. Sufro lo indecible al pensar en las devastadoras consecuencias de la mala gestión de la pandemia: familias destruidas, niños y jóvenes afectados en el equilibrio psicofísico y privados del derecho a relacionarse socialmente, ancianos que mueren abandonados en residencias de mayores, enfermos de cáncer y otras graves dolencias totalmente desatendidos, empresarios condenados a la quiebra, fieles a los que se les niegan los sacramentos y la asistencia a Misa… Estos son los efectos de una guerra, no de un síndrome gripal estacional que sana con el tiempo y que en los pacientes no aquejados de otras enfermedades previas tiene un porcentaje de supervivencia del 97,7%. Es significativo, además, que en esta carrera desenfrenada hacia el abismo no se tengan en cuenta los principios fundamentales de una vida saludable, al objeto de debilitar nuestro sistema inmunitario: se nos confina en casa, privados de la luz del sol y del aire puro, para someternos al terrorismo mediático de la televisión.

¿Con qué severidad habrá que juzgar a quienes han prohibido a sabiendas los tratamientos y prescrito normas terapéuticas descaradamente erróneas a fin de dar lugar a una cantidad de muertos que legitimase las alarmas sociales y las absurdas medidas de protección? ¿Quién ha sentado deliberadamente las bases de una crisis económica y social de alcance planetario, destruir la pequeña y mediana empresa y hacer prosperar a las multinacionales? ¿Quién ha boicoteado o prohibido terapias existentes a fin de favorecer a las empresas farmacéuticas? ¿Quién ha hecho pasar sueros génicos por vacunas, sometiendo a la población a un experimento cuyos resultados y efectos secundarios son imposibles de prever, y sin duda mucho más graves que los síntomas del covid? ¿Quién promueve el discurso apocalíptico en los escaños del Parlamento y las redacciones de la prensa? Y los más altos niveles de la jerarquía eclesiástica, cómplices de esta grotesca farsa: ¿cómo se justificarán ante Dios cuando comparezcan ante Él para ser juzgados?

DW: En una carta que dirigió al entonces presidente de los Estados Unidos Donald Trump V.E. no sólo habló de un estado profundo –expresión bastante difundida– sino también de una Iglesia profunda. ¿Podría explicar más?

Monseñor Viganò: La expresión estado profundo transmite muy bien la idea de un poder paralelo privado de legitimidad pero que interviene en los asuntos públicos persiguiendo unos intereses particulares. El estado profundo promueve la superioridad de una élite sobre el bien común que el Estado tiene la obligación de promover. Por otra parte, tampoco podemos dejar de reconocer que en las últimas décadas se ha consolidado un poder semejante en el ámbito eclesial, al que he dado en llamar iglesia profunda, que opone la consecución de sus propios intereses a los fines de la propia Iglesia, el primero y principal de los cuales es la salvación de las almas.

Así pues, del mismo modo que en los asuntos públicos hay unos poderes ocultos que dirigen entre bastidores las decisiones de los gobiernos siguiendo un plan mundialista, existe en la Iglesia Católica un lobby muy poderoso que usurpa la autoridad de la jerarquía con los mismos objetivos. En sustancia, el Estado y la Iglesia están ocupados por una autoridad ilegítima que tiene por objetivo principal destruirlos para instaurar un Nuevo Orden Mundial. No hablamos de teorías conspiracionistas ni de fantasías políticas; lo demuestra cuanto estamos presenciando con nuestros propios ojos, hasta el punto de que hace poco el Secretario General de las Naciones Unidas afirmó que el virus está sirviendo para reprimir a los disidentes.

DW: ¿Hasta qué punto se superponen estado profundo e iglesia profunda, al menos en el mundo occidental?

Monseñor Viganò: La superposición entre estado profundo e iglesia profunda se desenvuelve en varios frentes. El primero es sin lugar a dudas el ideológico: la matriz revolucionaria, anticatólica y esencialmente masónica del pensamiento mundialista es la misma, y no sólo desde 2013. A decir verdad, no hay más que tener en cuenta la significativa concomitancia temporal entre la celebración del Concilio Vaticano II y el nacimiento del llamado movimiento estudiantil: el aggionamento doctrinal y litúrgico supusieron para las nuevas generaciones un impulso que tuvo repercusiones inmediatas en los ámbitos social y político.

El segundo frente está en las dinámicas internas del Estado profundo y la Iglesia profunda. Tanto el uno como la otra cuentan entre sus miembros con personajes desviados no sólo intelectual y espiritual sino moralmente. Los escándalos sexuales y financieros en los que se han visto implicados altísimas figuras tanto de la política como de las instituciones y la jerarquía católicas demuestran que la corrupción y el vicio son por un lado un elemento que los liga, y por otro un eficaz elemento disuasorio debido a los chantajes de que todos ellos son objeto. Las perversiones de destacados políticos y prelados los obligan a obedecer el plan mundialista aun a pesar de que su colaboración parece ilógica, desconsiderada o contraria a los intereses de los ciudadanos y de sus fieles. Por eso hay gobernantes a las órdenes de la élite que destruyen la economía y el tejido social de sus países. Por eso, hay también cardenales y obispos que propagan la ideología de género y el falso ecumenismo para escándalo de los católicos; unos y otros colaboran a los intereses de su amo, traicionando su misión de servir a su nación o a la Iglesia.

El plan de instauración del Nuevo Orden Mundial no podrá realizarse, por otra parte, sin una religión universal de inspiración masónica, a cuya cabeza deberá estar un dirigente religioso ecuménico, pauperista, ecologista y progresista. ¿Quién mejor que Bergoglio para desempeñar ese papel, con el beneplácito de la élite y el insensato entusiasmo de las masas adoctrinadas en el culto idolátrico de la Pachamama.

DW: ¿Qué pruebas o indicios hay de ello?

Monseñor Viganò: Creo que la demostración más evidente ha coincidido con la pandemia. El rebajamiento de las altas esferas de la jerarquía en la torpe gestión de la emergencia sanitaria –emergencia artificialmente provocada y servilmente amplificada por los medios de difusión de todo el mundo– ha llegado al extremo de prohibir las celebraciones litúrgicas antes incluso de lo que solicitasen las autoridades civiles; a prohibir la administración de los sacramentos incluso a los moribundos; a ratificar con ceremonias surrealistas el discurso dominante repitiendo hasta la saciedad todo el léxico de la neolengua: nueva normalidad, nada será como antes, build back better, etc., etc., etc.; a promover como un deber moral un suero génico producido a partir de tejidos fetales procedentes de abortos8, todavía en fase experimental y cuyos efectos secundarios a largo plazo se desconocen. Es más: por medio del Council for Inclusive Capitalism promovido por los dirigentes mundialistas –entre quienes destaca Lady Lynn Forester de Rothschild9 — con la participación del Vaticano, se da el espaldarazo oficial al Gran Reinicio del Foro Económico Mundial, incluido el ingreso universal y la transición ecológica. En Santa Marta se empieza a hablar de transhumanismo, haciendo caso omiso obstinadamente del carácter anticristiano de dicha ideología a fin de adular a la dictadura del pensamiento único. Cosas todas que ponen los pelos de punta y uno se pregunta por cuánto más tiempo tolerará el Señor semejante afrenta por parte de sus ministros.

Por otro lado, la obsesiva insistencia en el ecologismo malthusiano ha llevado a que para la Pontificia Academia para la Vida se nombre a personajes notoriamente anticatólicos, partidarios de la reducción demográfica mediante la esterilización, el aborto y la eutanasia. Todos ellos, bajo la dirección de un prelado de probada fidelidad bergogliana, han invertido totalmente los objetivos de la academia que fundó Juan Pablo II, facilitando con ello a la ideología dominante un respaldo autorizado y prestigioso como el de quienes, por añadidura usurpándola, detentan autoridad en la Iglesia Católica. No tiene nada de sorprendente que al número de los académicos se haya unido recientemente el profesor Walter Ricciardi, uno de los supuestos expertos que en Italia propusieron el confinamiento y el uso a ultranza de la mascarilla, en ausencia de toda prueba científica de su eficacia y contrariando las recomendaciones de la propia OMS. Según una noticia de ayer mismo, el intermediario para la obtención de suministros chinos para el covid en Italia, Mario Benotti, habría sido recomendado por el cardenal Pietro Parolin10, que por lo averiguado por la Magistratura parece que también ha participado en otros asuntos relacionados con el subdirector de Leonardo Spa, que según Benotti podría ser sustituido por Domenico Arcuri.

Todo esto revela la participación del Estado profundo y la Iglesia profunda en un torpe contubernio que tiene por objeto destruir las soberanías nacionales y la misión divina de la Iglesia. Salen a la luz inquietantes vínculos con el fraude electoral de EE.UU., con el virus creado en el laboratorio de Wuhan y hasta con las relaciones comerciales con la dictadura china, principal suministradora de mascarillas (si bien no se ajustan a la normativa de la Comunidad Europea) a Italia y a otros muchos países. Yo diría que nos encontramos ante algo más que meros indicios.

DW: Quienes lo consideran una teoría conspirativa podría objetar que cómo es posible que en casi todos los países del mundo la gran mayoría de los políticos participen en este juego; ¿quién va a tener tanto poder e influencia como para mantener a medio mundo aislado?

Monseñor Viganò: Le respondo con un ejemplo: la Iglesia es una institución supranacional que está presente en todo el mundo con diócesis, parroquias, comunidades religiosas, conventos, universidades, colegios y hospitales. Todas estas instituciones están a las órdenes de la Santa Sede, y cuando el Papa dispone una jornada de oración o ayuno todos los católicos del mundo le obedecen. Si un dicasterio de la Curia Romana da unas orientaciones, todos los católicos del mundo las cumplen. El efecto es capilar e inmediato gracias a una estructura jerárquica eficiente. Y dentro de los límites nacionales sucede también igual en los estados: cuando el cuerpo legislativo aprueba una ley, los organismos correspondientes la cumplen.

El estado profundo y la iglesia profunda funcionan de manera parecida: se valen de una estructura marcadamente jerárquica en la que prácticamente no hay un elemento democrático. Las órdenes se imparten desde arriba y se acatan de inmediato, porque se sabe que la desobediencia puede suponer el fracaso profesional, el ostracismo social y en algunos casos hasta la muerte física. Esta obediencia es fruto de la coacción: te promociono, te doy autoridad, te hago rico y famoso pero a condición de que hagas lo que yo digo. Si obedeces y eres fiel, aumentará tu autoridad y tu riqueza; si desobedeces, eres hombre muerto. Supongo que los lectores de lengua alemana se acordarán automáticamente del Fausto de Goethe.

Salvo raras excepciones, todos los políticos que gobiernan las naciones forman parte del estado profundo. De lo contrario no estarían donde están. Pensemos en las elecciones estadounidenses del pasado 3 de noviembre. Como el presidente Trump no estaba alineado con el pensamiento único, se decidió expulsarlo mediante un fraude electoral de proporciones inauditas y contrariando la voluntad del pueblo. Los procesos que se están llevando a cabo en Estados Unidos están confirmando los fraudes e irregularidades. Creo que en los próximos meses saldrán a la luz pruebas de esa estafa que, oh casualidad, ha llevado a la Casa Blanca a un demócrata católico progresista totalmente alineado con el plan del Gran Reinicio. Bien mirado, la dimisión de Benedicto XVI y la elección de Jorge Mario Bergoglio parecen responder a la misma dinámica y proceder del mismo lobby de poder.

Por lo que he oído, en Alemania también ha habido indicios que demostrarían que en la gestión de la pandemia se han falsificado datos a fin de legitimar la vulneración de los derechos de los ciudadanos. Y a pesar del preocupante número de personas afectadas por efectos secundarios de la vacuna o fallecidas a consecuencia de ésta, siguen machacando con la obligación de vacunarse, cuando a estas alturas es evidente que no garantiza la inmunidad y que no evitará ni el distanciamiento social ni la obligación de portar mascarilla.

Hay motivos para sostener que la gestión del covid está organizada bajo una dirección única y con un único guión. Hace unos días, el gobernador del estado de Nueva York Andrew Cuomo reconoció que se había recibido instrucciones de ingresar a los ancianos en residencias; ancianos que fallecieron a causa de una normativa terapéutica errónea, intubados y obligados a estar conectados a un respirador artificial. Instrucciones que les dio el Imperial College de Londres, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates. Y qué casualidad, los patrocinios del filántropo estadounidense afectan a muchísimas entidades nacionales, incluso del gobierno, haciéndolas depender económicamente de un individuo que teoriza la despoblación del planeta por medio de una pandemia.

Me ha preguntado quién podría tener suficiente poder e influencia para tener a medio mundo aislado. Pues quien dispone de enormes recursos, como disponen precisamente ciertos personajes bien conocidos entre los que destacan Bill Gates y George Soros; gente que está en condiciones de financiar la propia OMS, interviniendo en sus decisiones y obteniendo pingües beneficios, ya que también tiene acciones de las compañías farmacéuticas.

DW: En su carta abierta al entonces presidente Donald Trump habló de un enfrentamiento entre las fuerzas de la luz y las de las tinieblas. Mirando el año 2020 en retrospectiva, ¿cómo se ha ido desarrollando ese conflicto hasta el día de hoy?

Monseñor Viganò: Como pasa siempre en los asuntos terrenos, la guerra entre el bien y el mal, entre los hijos de la luz y los de las tinieblas, siempre parece inclinarse a favor de estos últimos. Satanás, que es el príncipe de este mundo, tiene muchos secuaces organizadísimos e infinidad de sirvientes. Por su parte, los buenos parecen numéricamente inferiores y poco organizados, con frecuencia anónimos, y casi siempre desprovistos de todo poder y de unos medios económicos que les permitan actuar con la misma eficacia que sus enemigos. Pero siempre ha sido así, porque la victoria no es de los buenos, sino de Cristo. Ego vici mundum: Yo he vencido al mundo, nos advierte Nuestro Señor. Nosotros aportamos nuestra pequeña contribución, tal vez de forma heroica, pero sin la gracia de Dios no somos capaces de nada: sine me nihil potestis facere.

2020 nos ha obligado a mirar a los ojos a la Medusa mundialista, haciéndonos ver lo fácil que es para el estado profundo imponer una tiranía sanitaria a miles de millones de personas. Un virus no aislado, con un porcentaje altísimo de supervivencia, es aceptado como instrumentum regni, como un medio de dominar a los súbditos, con la complicidad de los gobernantes, de los medios de prensa y de la propia jerarquía eclesiástica. La crisis económica ocasionada por el confinamiento debe hacer inevitable la anulación de las deudas y la institución de la renta universal al precio de renunciar a la propiedad privada y la aceptación de la localización a través del pasaporte sanitario. Quien se niegue a vacunarse podrá ser internado en campos de detención ya listos en numerosos países, entre ellos Alemania11. La conculcación de los derechos constitucionales y religiosos será tolerada por los tribunales en aras de una emergencia eterna que prepara las masas para la dictadura. Esto es lo que nos espera, según reconocen los propios autores del Gran Reinicio.

Pero esta sucesión de medidas severas motivadas por ridículas y contradichas por la evidencia está debilitando muchas certezas en cosas a las que hasta ahora las masas concedido una aceptación fideísta rayana a veces en la superstición. Las acusaciones iniciales de negacionismo a quien pone en tela de juicio las absurdas afirmaciones de sedicentes expertos han hecho entender a muchos que el covid nos es presentado con connotaciones religiosas precisamente para que no sea tema de discusión, porque desde el punto de vista científico se lo habría considerado igual que los coronavirus de años anteriores. Estas contradicciones están abriendo los ojos a muchos, aun en medio del descarado servilismo de los medios y la creciente censura de los objetores en las redes sociales.

DW: ¿Cómo sería el mundo si triunfaran las fuerzas que V.E. llama de las tinieblas?

Monseñor Viganò:
Un mundo en el que triunfara el estado profundo vería el cumplimiento de las peores situaciones descritas por el Apocalipsis, los Padres de la Iglesia y los místicos. Sería un reino infernal en el que todo lo que recuerde remotamente a la sociedad cristiana –de la religión a las leyes, la familia, la enseñanza, la sanidad y el trabajo– sería inevitablemente prohibido, alterado y corrompido. Los heterosexuales perseguidos, las familias formadas por un hombre y una mujer prohibidas, los hijos naciendo en vientres de alquiler, la historia censurada, la religión desacreditada, la honradez y la disciplina ridiculizadas, el honor tildado de concepto fascista, la virilidad condenada como tóxica, la maternidad deplorada como no sostenible, la vejez obligada a someterse a la eutanasia, la enfermedad considerada oportunidad de lucro y la salud bajo sospecha. Y al cabo de dos siglos de adoctrinamiento se renegaría de la famosa democracia, en nombre de la cual quien nos gobierne lo hará sin haber sido elegido, por el bien de la salud pública.

Sólo en el Reino de Cristo puede haber paz y verdadera concordia. En la tiranía de Satanás se imponen el terror, la represión, la guerra contra el bien y la autorización de los más vergonzosos vicios.

DW: ¿Cómo cree que se puede evitar todo eso?

Monseñor Viganò: Debemos procurar que lo que ha sucedido hasta ahora no logre sus objetivos finales. Podemos y debemos denunciar los engaños y mentiras que nos endilgan a diario quienes nos consideran siervos estúpidos y creen que nos podrán someter sin que reaccionemos. Si hay leyes que tutelen los derechos naturales de los ciudadanos, es necesario que todos alcen la voz y protesten valerosamente pidiendo a los jueces que los responsables de este golpe de estado mundial sean procesados y condenados.

No podemos permitir que por miedo a una pandemia artificial los países del mundo se vean abocados a unas crisis económica y social inducidas, ni que se restrinjan las libertades infringiendo las leyes y el sentido común. Si sabemos mantenernos firmes y no nos echamos atrás ante esta una oportunidad más propicia, y estaremos a tiempo de impedir que se instale la tiranía. Y si nos quedamos cruzados de brazos, ese plan infernal se volverá irreversible.

No olvidemos que, como católicos, tenemos una responsabilidad grandísima tanto de cara a nuestros pastores como a nuestros gobernantes. Podemos y debemos dejar de obedecer cuando se nos pida que acatemos leyes inicuas o contrarias al Magisterio inmutable de la Iglesia. Si nos oponemos con firmeza y valor como en tiempos de los mártires, haremos nuestra parte para obtener del Cielo gracias que pueden transformar la suerte de la humanidad y retrasar la persecución de los últimos tiempos.

Roguemos, pues, con toda confianza a la Virgen Santísima, Reina de las victorias y Auxilio de los cristianos, para que sea nuestra Generala en esta épica batalla. Esté a su flanco el glorioso arcángel San Miguel para que mande de vuelta al Infierno a Satanás y demás espíritus malignos que ad perditionem animarum pervagantur in mundo.

+ Carlo Maria Viganò, arzobispo

28 de febrero de 2021

Dominica II Quadragesimæ


(Traducido por Bruno de la Inmaculada)