Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
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sábado, 12 de abril de 2025
Dos nuevos informes ratifican que la Administración Biden conocía que el coronavirus se originó en un laboratorio de Wuhan y lo ocultó
jueves, 2 de diciembre de 2021
El Cardenal Burke reaparecerá el 11 de diciembre para celebrar una Misa Pontificial de rito Tradicional
Por Redaccion infovaticana | 02 diciembre, 2021
martes, 30 de noviembre de 2021
También existe una vacuna para el virus que infecta a la Iglesia (Sandro Magister)
Con el papa Francisco, la Iglesia ha vuelto a apoyar los "excesos" de la posmodernidad, insistiendo en cuestiones políticas como la ecología, las migraciones, la nueva pobreza, que la posmodernidad delega de buen grado en la Iglesia, a la que percibe como una agencia ética entre otras.
viernes, 1 de octubre de 2021
¿Dónde quedó el Virus? El Ministerio de Sanidad Español admite no tener cultivos virales de SARS-COV-2
Esta fue la respuesta del Ministerio de Sanidad de España a una solicitud de acceso a información pública, realizada el 22 de julio de 2021:
“El Ministerio de Sanidad no dispone de cultivo de SARS-COV-2 para ensayos, y no tiene un registro de los laboratorios con capacidad de cultivo y aislamiento para ensayos.” (Nº. de expediente 001-059144, 8 de septiembre de 2021.)
En este artículo, la bióloga Almudena Zaragoza (NCol 19086M) responde a la pregunta sobre si ¿se puede tener secuenciado un virus, sin aislarlo y cultivarlo?, y explica por qué “el hecho de que el Ministerio de Sanidad no disponga de cultivos virales de los pacientes RT PCR positivos implica que NO HA PODIDO DEMOSTRAR que el virus SARS CoV 2 sea el causante de la enfermedad COVID 19.”
Por Almudena Zaragoza
.
Lo primero que hay que entender es que la secuenciación no es más que la lectura del código en el que está escrito el virus, una vez leído, se deja escrito en bases de datos genómicas, que quedan para consulta pública. Siempre que se secuencia, se hace en base a una plantilla preexistente, que en el caso del SARS CoV 2, es la plantilla inicial de Wuhan que convenientemente se subió a las bases de datos, aquel fatídico diciembre de 2019 (1).
Para comenzar todo proceso de secuenciación, se hace una PCR previa, con unos cebadores diseñados para buscar unos fragmentos específicos del virus, ese protocolo RT PCR es el famoso de Drosten et al. 2020 (2), del que sabemos coincide con coronavirus endógenos humanos como el NL63 asociado al catarro común, por lo que lo que estamos secuenciando en realidad, son nuestros propios virus endógenos.
Tenemos que entender que toda la pandemia está basada en esa secuencia inicial guardada en una base de datos y en ese protocolo para la prueba RT PCR de Drosten et al. 2020.
Para secuenciar sólo es necesario por tanto, recoger material genético del paciente positivo en RT PCR, encontrar las secuencias que buscamos y dejar escrito ese código, que nos dicen se corresponde con el virus SARS CoV 2, en una base de datos.
En el cultivo es donde vienen los problemas. Para establecer que esa secuencia guardada en esa base de datos, es el virus causante de la enfermedad COViD 19, de cada persona positiva en PCR, se debió hacer un cultivo viral. Sin cultivo viral no se puede establecer relación causal entre el positivo en RT PCR y la enfermedad COVID 19. Es decir, no se confirma ese positivo.
Sin embargo pese a la importancia de hacer cultivos virales, no se ha hecho ni uno solo a ningún paciente positivo en PCR de toda España, ni en todo mundo. Es muy sonado el caso de Wuhan, en el cuál tras 10 millones de PCR, no se consiguió ni un solo cultivo con partículas virales viables (3).
Poder establecer que esa secuencia génica a la que han llamado SARS CoV 2, es la causante de la enfermedad sería muy sencillo, cogeríamos material nasofaríngeo o de esputo de una persona RT PCR positiva y lo incluiríamos en un cultivo de células normales del aparato respiratorio humano, células sanas. Si estas células sanas muestran citopatogenicidad (es decir se observa que el virus se multiplica y destruye dichas células), habríamos demostrado la relación causa efecto entre el virus SARS Cov 2 y la enfermedad COVID 19. Y recalco lo de células sanas, porque los únicos cultivos del mundo que existen de este presunto virus son en células VERO (de mono verde) y células cancerígenas. Ambos tipos de cultivos virales por sus características biológicas, hacen crecer cualquier virus que cultives en ellas, por lo tanto no valdrían para establecer la causalidad.
El hecho de que el Ministerio de Sanidad no disponga de cultivos virales de los pacientes RT PCR positivos implica que NO HA PODIDO DEMOSTRAR que el virus SARS CoV 2 sea el causante de la enfermedad COVID 19, por lo que esas personas enfermas y fallecidas, podrían haberlo hecho de otras causas, sin posibilidad de que su caso haya sido correctamente estudiado, así mismo, los enfermos habrían sido incorrectamente diagnosticados y por tanto, habrían recibido tratamientos erróneos, por no hablar de los confinamientos de miles, quizás cientos de miles de personas, sin motivo ninguno.
Referencias.
(1) https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMoa2001017
(2) https://www.eurosurveillance.org/content/10.2807/1560-7917.ES.2020.25.3.2000045
(3) https://www.nature.com/articles/s41467-020-19802-w
lunes, 27 de septiembre de 2021
Cardenal Raymond Leo Burke escribe carta de agradecimiento a todos quienes oran por él
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,Agradeciendo una vez más, de todo corazón, vuestras fieles y generosas oraciones por la recuperación de mi salud, les escribo para informarles sobre el progreso de mi rehabilitación. Al agradeceros, agradezco, sobre todo, a Nuestro Señor, que, en respuesta a vuestras oraciones, me ha conservado en vida. Agradezco también a Nuestra Señora de Guadalupe y a todos los santos por cuya intercesión habéis ofrecido y ofrecéis oraciones por mí.El pasado 3 de septiembre salí del hospital para instalarme en una casa vecina donde viven los miembros más cercanos de mi familia. La casa está bien equipada para el programa de rehabilitación que estoy siguiendo. Mi secretario sacerdote ha venido ahora desde Roma para quedarse conmigo de modo a ayudarme con mi programa de rehabilitación. También me está ayudando a responder a la correspondencia y a lidiar con los muchos cambios de agenda necesarios debido al tiempo que estuve en el hospital y, ahora, a las varias semanas que necesitaré para recuperarme lo más completamente posible de la enfermedad.Aunque estoy haciendo progresos constantes, la mejoría es lenta. Los médicos y terapeutas que dirigen el programa de rehabilitación me aseguran que eso es necesariamente así y que estoy procediendo bien. Por mi parte, estoy tratando de crecer en la paciencia. Mis principales desafíos, en la actualidad, son recuperar ciertas habilidades físicas fundamentales, necesarias para mi vida diaria; superar la fatiga general y la dificultad para respirar, típicas de quienes han sufrido el contagio del virus Covid-19. No puedo predecir cuándo podré volver a mis actividades normales. Al parecer, será de aquí a varias semanas.Lamento no poder responder a vuestras comunicaciones individualmente, ya que debo concentrar mi limitada energía en recuperar mis fuerzas. Por eso también debo limitar el número de llamadas telefónicas y visitas personales que recibo. Estoy profundamente agradecido por vuestra comprensión.Nuestro Señor me ha preservado en vida para alguna obra que Él desea que realice, con la ayuda de Su gracia, por amor a Él y a Su Cuerpo Místico, la Iglesia. Estoy decidido a utilizar el tiempo presente de rehabilitación de la mejor manera posible, de modo que esté preparado para llevar a cabo Su obra. A lo largo del tiempo transcurrido en el hospital y también ahora, sigo poniéndome al amparo de Nuestra Santísima Madre, para que mi corazón, unido con su Inmaculado Corazón, descanse siempre seguro en el Sacratísimo Corazón de Nuestro Señor. Como padre espiritual en la Iglesia, he contado en gran medida con la ayuda de San José, cuyo Purísimo Corazón abrazó el Corazón de María, su verdadera Esposa, y de Jesús, su Divino Hijo, confiado a sus paternales cuidados.Os ruego que continuéis orando por mi plena recuperación. Por mi parte, cada día yo ofrezco mis oraciones y sufrimientos por vuestras muchas intenciones. Oremos todos y ofrezcamos sacrificios por el mundo y la Iglesia, que están acosados por tanta confusión y error haciendo grande y hasta mortal daño a muchas almas.Pidiendo a Dios que os bendiga a vosotros, a vuestros hogares y a todas vuestras actividades, soy vuestro en el Sagrado Corazón de Jesús, en el Inmaculado Corazón de María, y en el Purísimo Corazón de San José,Cardenal Raymond Leo Burke
jueves, 23 de septiembre de 2021
Extraordinario y valiente informe de Sergio J. Pérez Olivero, Licenciado y Doctor en Ciencias Químicas, que desmonta toda la farsa del virus, de las PCR y de las inoculaciones
Pérez Olivero ha elaborado un informe de 225 páginas, que está actualizando en estos momentos, con el que pretende lo que muchos estamos pretendiendo: abrir los ojos a la población.
martes, 21 de septiembre de 2021
Debate Científico Entero – Oficialistas VS Médicos Disidentes
La ex ministra de Sanidad y el presidente del Colegio de Médicos de Madrid abandonan el plató en cuanto se les nombran las cifras oficiales de muertos por vacunas de acuerdo a los registros de VAERS, EUDRA VIGILANCE Y EL NHS.
viernes, 17 de septiembre de 2021
El Papa Francisco vuelve a salir en defensa de las vacunas contra el covid
jueves, 16 de septiembre de 2021
Tratamiento con Ivermectina por el Doctor Víctor Villa. ROMA INTERNATIONAL COVID SUMMIT
La Dra Natalia Prego desde el International Covid Summit entrevista al Doctor Víctor Villa abogado y médico.
EL Doctor Víctor Villa es uno de los máximos exponentes en toda Sudamérica en el tratamiento de la Covid con la Ivermectina desde septiembre de 2020, colabora activamente con FLCC Front aline Care Covid doctor.
En este vídeo nos explica su protocolo con altas dosis de Ivermectina.
https://rumble.com/vmjcj9-tratamiento-con-ivermectina-por-el-doctor-vctor-villa.-roma-international-c.html?mref=6zof&mc=dgip3&utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=DRA+NATALIA+PREGO+CANCELO&ep=2sábado, 28 de agosto de 2021
VIRAL. Homilía de un obispo indignado sobre el NUEVO ORDEN MUNDIAL
Duración 4:13 minutos
https://www.youtube.com/watch?v=t0ViF-2doQM
miércoles, 28 de julio de 2021
domingo, 30 de mayo de 2021
El Doctor LOPEZ MIRONES dice lo que otros callan
DURACIÓN 1:38 MINUTOS
Hay que ir a la raíz y la raíz es el asintomático, las PCR, el origen del virus y las vacunas
miércoles, 10 de marzo de 2021
Entrevista concedida por monseñor Carlo Maria Viganò al Deutsche Wirtschaftsnachrichten
NOTA: Esta entrevista ha salido ya en este blog, tomada de Eclesia e Post Concilio, pero la traducción fue del traductor Google, con algunas modificaciones personales para que se entendiera bien. Como la traducción de Adelante la Fe está realizada por una persona experta en traducción, traigo aquí nuevamente dicha entrevista, pero ahora con procedencia diferente.
DW: Excelencia, ¿cómo vive en lo personal la crisis del coronavirus?
Monseñor Viganò: Es posible que mi edad, mi condición de arzobispo y mi habitual vida retirada no sean representativas de lo que debe de estar sufriendo la mayoría de la gente; con todo, desde hace un año me veo imposibilitado de desplazarme y de visitar a personas que necesitan una palabra de aliento. En el caso de una verdadera pandemia no habría tenido problemas para aceptar de buen grado las decisiones de las autoridades civiles y eclesiásticas, porque reconocería en ellas la voluntad de proteger del contagio. Pero para que sea una pandemia, hace falta ante todo que el virus haya sido aislado; que sea grave y no sea posible tratarlo a tiempo; y que las víctimas constituyan un amplio sector de la población. Sabemos por el contrario que el SARS-Covid 2 nunca ha sido aislado, sino apenas secuenciado (2); que se cura con el tiempo mediante terapias disponibles, y sin embargo la OMS y las autoridades sanitarias han impuesto boicots por medio de normativas absurdas y vacunas experimentales; y que el número de fallecimientos en 2020 se ajusta en todo a la medio de los años anteriores (3). Todo esto lo reconocen los propios científicos mientras los medios informativos guardan un silencio mafioso.
Lo que estamos presenciando es un plan que no tiene nada de científico y debería ser objeto de desprecio universal. Sabemos, porque lo han reconocido sus propios perpretadores, que está pseudopandemia ha sido planificada desde hace años4, empezando por desmantelar los sistemas nacionales de salud y sus planes de contingencia para pandemias5. Sabemos que siguen un plan bien preciso, concebido para que todos los estados reaccionen de forma unánime y para homologar a nivel mundial diagnósticos, hospitalizaciones, terapias y, sobre todo, medidas de contención y de información a los ciudadanos. Existe una dirección que gestiona el covid-19 con el único fin de imponer por la fuerza limitaciones a las libertades naturales, los derechos constitucionales, la libre empresa y el trabajo.
El problema no es el covid en sí, sino que se sirvan de él para implementar el Gran Reinicio que desde hacía tiempo6 venía anunciando el Foro Económico Mundial y que actualmente se está aplicando punto por punto con miras a implantar en la sociedad unas transformaciones inevitables que de otro modo serían rechazadas y condenadas por la mayor parte de la población. Dado que la democracia, siempre tan exaltada en tanto que se conseguía dirigirla gracias a la influencia de los medios, jamás habría consentido que se llevase a cabo esta obra de ingeniería social auspiciada por la élite mundialista, era necesario el peligro de una pandemia –presentada por los medios oficiales como devastadora– para convencer a la población mundial a fin de que se sometiera a confinamientos, cierres perimetrales (o sea auténticos arrestos domiciliarios), clausura de actividades, suspensión de clases escolares e incluso la prohibición de cultos. Y todo ello se ha conseguido con la complicidad de todos los que están metidos en ello, en particular los gobiernos, las autoridades sanitarias y las propias autoridades eclesiásticas7.
El daño que todo ello ha ocasionado y sigue ocasionando es enorme, y en muchos sentidos irreparable. Sufro lo indecible al pensar en las devastadoras consecuencias de la mala gestión de la pandemia: familias destruidas, niños y jóvenes afectados en el equilibrio psicofísico y privados del derecho a relacionarse socialmente, ancianos que mueren abandonados en residencias de mayores, enfermos de cáncer y otras graves dolencias totalmente desatendidos, empresarios condenados a la quiebra, fieles a los que se les niegan los sacramentos y la asistencia a Misa… Estos son los efectos de una guerra, no de un síndrome gripal estacional que sana con el tiempo y que en los pacientes no aquejados de otras enfermedades previas tiene un porcentaje de supervivencia del 97,7%. Es significativo, además, que en esta carrera desenfrenada hacia el abismo no se tengan en cuenta los principios fundamentales de una vida saludable, al objeto de debilitar nuestro sistema inmunitario: se nos confina en casa, privados de la luz del sol y del aire puro, para someternos al terrorismo mediático de la televisión.
¿Con qué severidad habrá que juzgar a quienes han prohibido a sabiendas los tratamientos y prescrito normas terapéuticas descaradamente erróneas a fin de dar lugar a una cantidad de muertos que legitimase las alarmas sociales y las absurdas medidas de protección? ¿Quién ha sentado deliberadamente las bases de una crisis económica y social de alcance planetario, destruir la pequeña y mediana empresa y hacer prosperar a las multinacionales? ¿Quién ha boicoteado o prohibido terapias existentes a fin de favorecer a las empresas farmacéuticas? ¿Quién ha hecho pasar sueros génicos por vacunas, sometiendo a la población a un experimento cuyos resultados y efectos secundarios son imposibles de prever, y sin duda mucho más graves que los síntomas del covid? ¿Quién promueve el discurso apocalíptico en los escaños del Parlamento y las redacciones de la prensa? Y los más altos niveles de la jerarquía eclesiástica, cómplices de esta grotesca farsa: ¿cómo se justificarán ante Dios cuando comparezcan ante Él para ser juzgados?
DW: En una carta que dirigió al entonces presidente de los Estados Unidos Donald Trump V.E. no sólo habló de un estado profundo –expresión bastante difundida– sino también de una Iglesia profunda. ¿Podría explicar más?
Monseñor Viganò: La expresión estado profundo transmite muy bien la idea de un poder paralelo privado de legitimidad pero que interviene en los asuntos públicos persiguiendo unos intereses particulares. El estado profundo promueve la superioridad de una élite sobre el bien común que el Estado tiene la obligación de promover. Por otra parte, tampoco podemos dejar de reconocer que en las últimas décadas se ha consolidado un poder semejante en el ámbito eclesial, al que he dado en llamar iglesia profunda, que opone la consecución de sus propios intereses a los fines de la propia Iglesia, el primero y principal de los cuales es la salvación de las almas.
Así pues, del mismo modo que en los asuntos públicos hay unos poderes ocultos que dirigen entre bastidores las decisiones de los gobiernos siguiendo un plan mundialista, existe en la Iglesia Católica un lobby muy poderoso que usurpa la autoridad de la jerarquía con los mismos objetivos. En sustancia, el Estado y la Iglesia están ocupados por una autoridad ilegítima que tiene por objetivo principal destruirlos para instaurar un Nuevo Orden Mundial. No hablamos de teorías conspiracionistas ni de fantasías políticas; lo demuestra cuanto estamos presenciando con nuestros propios ojos, hasta el punto de que hace poco el Secretario General de las Naciones Unidas afirmó que el virus está sirviendo para reprimir a los disidentes.
DW: ¿Hasta qué punto se superponen estado profundo e iglesia profunda, al menos en el mundo occidental?
Monseñor Viganò: La superposición entre estado profundo e iglesia profunda se desenvuelve en varios frentes. El primero es sin lugar a dudas el ideológico: la matriz revolucionaria, anticatólica y esencialmente masónica del pensamiento mundialista es la misma, y no sólo desde 2013. A decir verdad, no hay más que tener en cuenta la significativa concomitancia temporal entre la celebración del Concilio Vaticano II y el nacimiento del llamado movimiento estudiantil: el aggionamento doctrinal y litúrgico supusieron para las nuevas generaciones un impulso que tuvo repercusiones inmediatas en los ámbitos social y político.
El segundo frente está en las dinámicas internas del Estado profundo y la Iglesia profunda. Tanto el uno como la otra cuentan entre sus miembros con personajes desviados no sólo intelectual y espiritual sino moralmente. Los escándalos sexuales y financieros en los que se han visto implicados altísimas figuras tanto de la política como de las instituciones y la jerarquía católicas demuestran que la corrupción y el vicio son por un lado un elemento que los liga, y por otro un eficaz elemento disuasorio debido a los chantajes de que todos ellos son objeto. Las perversiones de destacados políticos y prelados los obligan a obedecer el plan mundialista aun a pesar de que su colaboración parece ilógica, desconsiderada o contraria a los intereses de los ciudadanos y de sus fieles. Por eso hay gobernantes a las órdenes de la élite que destruyen la economía y el tejido social de sus países. Por eso, hay también cardenales y obispos que propagan la ideología de género y el falso ecumenismo para escándalo de los católicos; unos y otros colaboran a los intereses de su amo, traicionando su misión de servir a su nación o a la Iglesia.
El plan de instauración del Nuevo Orden Mundial no podrá realizarse, por otra parte, sin una religión universal de inspiración masónica, a cuya cabeza deberá estar un dirigente religioso ecuménico, pauperista, ecologista y progresista. ¿Quién mejor que Bergoglio para desempeñar ese papel, con el beneplácito de la élite y el insensato entusiasmo de las masas adoctrinadas en el culto idolátrico de la Pachamama.
DW: ¿Qué pruebas o indicios hay de ello?
Monseñor Viganò: Creo que la demostración más evidente ha coincidido con la pandemia. El rebajamiento de las altas esferas de la jerarquía en la torpe gestión de la emergencia sanitaria –emergencia artificialmente provocada y servilmente amplificada por los medios de difusión de todo el mundo– ha llegado al extremo de prohibir las celebraciones litúrgicas antes incluso de lo que solicitasen las autoridades civiles; a prohibir la administración de los sacramentos incluso a los moribundos; a ratificar con ceremonias surrealistas el discurso dominante repitiendo hasta la saciedad todo el léxico de la neolengua: nueva normalidad, nada será como antes, build back better, etc., etc., etc.; a promover como un deber moral un suero génico producido a partir de tejidos fetales procedentes de abortos8, todavía en fase experimental y cuyos efectos secundarios a largo plazo se desconocen. Es más: por medio del Council for Inclusive Capitalism promovido por los dirigentes mundialistas –entre quienes destaca Lady Lynn Forester de Rothschild9 — con la participación del Vaticano, se da el espaldarazo oficial al Gran Reinicio del Foro Económico Mundial, incluido el ingreso universal y la transición ecológica. En Santa Marta se empieza a hablar de transhumanismo, haciendo caso omiso obstinadamente del carácter anticristiano de dicha ideología a fin de adular a la dictadura del pensamiento único. Cosas todas que ponen los pelos de punta y uno se pregunta por cuánto más tiempo tolerará el Señor semejante afrenta por parte de sus ministros.
Por otro lado, la obsesiva insistencia en el ecologismo malthusiano ha llevado a que para la Pontificia Academia para la Vida se nombre a personajes notoriamente anticatólicos, partidarios de la reducción demográfica mediante la esterilización, el aborto y la eutanasia. Todos ellos, bajo la dirección de un prelado de probada fidelidad bergogliana, han invertido totalmente los objetivos de la academia que fundó Juan Pablo II, facilitando con ello a la ideología dominante un respaldo autorizado y prestigioso como el de quienes, por añadidura usurpándola, detentan autoridad en la Iglesia Católica. No tiene nada de sorprendente que al número de los académicos se haya unido recientemente el profesor Walter Ricciardi, uno de los supuestos expertos que en Italia propusieron el confinamiento y el uso a ultranza de la mascarilla, en ausencia de toda prueba científica de su eficacia y contrariando las recomendaciones de la propia OMS. Según una noticia de ayer mismo, el intermediario para la obtención de suministros chinos para el covid en Italia, Mario Benotti, habría sido recomendado por el cardenal Pietro Parolin10, que por lo averiguado por la Magistratura parece que también ha participado en otros asuntos relacionados con el subdirector de Leonardo Spa, que según Benotti podría ser sustituido por Domenico Arcuri.
Todo esto revela la participación del Estado profundo y la Iglesia profunda en un torpe contubernio que tiene por objeto destruir las soberanías nacionales y la misión divina de la Iglesia. Salen a la luz inquietantes vínculos con el fraude electoral de EE.UU., con el virus creado en el laboratorio de Wuhan y hasta con las relaciones comerciales con la dictadura china, principal suministradora de mascarillas (si bien no se ajustan a la normativa de la Comunidad Europea) a Italia y a otros muchos países. Yo diría que nos encontramos ante algo más que meros indicios.
DW: Quienes lo consideran una teoría conspirativa podría objetar que cómo es posible que en casi todos los países del mundo la gran mayoría de los políticos participen en este juego; ¿quién va a tener tanto poder e influencia como para mantener a medio mundo aislado?
Monseñor Viganò: Le respondo con un ejemplo: la Iglesia es una institución supranacional que está presente en todo el mundo con diócesis, parroquias, comunidades religiosas, conventos, universidades, colegios y hospitales. Todas estas instituciones están a las órdenes de la Santa Sede, y cuando el Papa dispone una jornada de oración o ayuno todos los católicos del mundo le obedecen. Si un dicasterio de la Curia Romana da unas orientaciones, todos los católicos del mundo las cumplen. El efecto es capilar e inmediato gracias a una estructura jerárquica eficiente. Y dentro de los límites nacionales sucede también igual en los estados: cuando el cuerpo legislativo aprueba una ley, los organismos correspondientes la cumplen.
El estado profundo y la iglesia profunda funcionan de manera parecida: se valen de una estructura marcadamente jerárquica en la que prácticamente no hay un elemento democrático. Las órdenes se imparten desde arriba y se acatan de inmediato, porque se sabe que la desobediencia puede suponer el fracaso profesional, el ostracismo social y en algunos casos hasta la muerte física. Esta obediencia es fruto de la coacción: te promociono, te doy autoridad, te hago rico y famoso pero a condición de que hagas lo que yo digo. Si obedeces y eres fiel, aumentará tu autoridad y tu riqueza; si desobedeces, eres hombre muerto. Supongo que los lectores de lengua alemana se acordarán automáticamente del Fausto de Goethe.
Salvo raras excepciones, todos los políticos que gobiernan las naciones forman parte del estado profundo. De lo contrario no estarían donde están. Pensemos en las elecciones estadounidenses del pasado 3 de noviembre. Como el presidente Trump no estaba alineado con el pensamiento único, se decidió expulsarlo mediante un fraude electoral de proporciones inauditas y contrariando la voluntad del pueblo. Los procesos que se están llevando a cabo en Estados Unidos están confirmando los fraudes e irregularidades. Creo que en los próximos meses saldrán a la luz pruebas de esa estafa que, oh casualidad, ha llevado a la Casa Blanca a un demócrata católico progresista totalmente alineado con el plan del Gran Reinicio. Bien mirado, la dimisión de Benedicto XVI y la elección de Jorge Mario Bergoglio parecen responder a la misma dinámica y proceder del mismo lobby de poder.
Por lo que he oído, en Alemania también ha habido indicios que demostrarían que en la gestión de la pandemia se han falsificado datos a fin de legitimar la vulneración de los derechos de los ciudadanos. Y a pesar del preocupante número de personas afectadas por efectos secundarios de la vacuna o fallecidas a consecuencia de ésta, siguen machacando con la obligación de vacunarse, cuando a estas alturas es evidente que no garantiza la inmunidad y que no evitará ni el distanciamiento social ni la obligación de portar mascarilla.
Hay motivos para sostener que la gestión del covid está organizada bajo una dirección única y con un único guión. Hace unos días, el gobernador del estado de Nueva York Andrew Cuomo reconoció que se había recibido instrucciones de ingresar a los ancianos en residencias; ancianos que fallecieron a causa de una normativa terapéutica errónea, intubados y obligados a estar conectados a un respirador artificial. Instrucciones que les dio el Imperial College de Londres, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates. Y qué casualidad, los patrocinios del filántropo estadounidense afectan a muchísimas entidades nacionales, incluso del gobierno, haciéndolas depender económicamente de un individuo que teoriza la despoblación del planeta por medio de una pandemia.
Me ha preguntado quién podría tener suficiente poder e influencia para tener a medio mundo aislado. Pues quien dispone de enormes recursos, como disponen precisamente ciertos personajes bien conocidos entre los que destacan Bill Gates y George Soros; gente que está en condiciones de financiar la propia OMS, interviniendo en sus decisiones y obteniendo pingües beneficios, ya que también tiene acciones de las compañías farmacéuticas.
DW: En su carta abierta al entonces presidente Donald Trump habló de un enfrentamiento entre las fuerzas de la luz y las de las tinieblas. Mirando el año 2020 en retrospectiva, ¿cómo se ha ido desarrollando ese conflicto hasta el día de hoy?
Monseñor Viganò: Como pasa siempre en los asuntos terrenos, la guerra entre el bien y el mal, entre los hijos de la luz y los de las tinieblas, siempre parece inclinarse a favor de estos últimos. Satanás, que es el príncipe de este mundo, tiene muchos secuaces organizadísimos e infinidad de sirvientes. Por su parte, los buenos parecen numéricamente inferiores y poco organizados, con frecuencia anónimos, y casi siempre desprovistos de todo poder y de unos medios económicos que les permitan actuar con la misma eficacia que sus enemigos. Pero siempre ha sido así, porque la victoria no es de los buenos, sino de Cristo. Ego vici mundum: Yo he vencido al mundo, nos advierte Nuestro Señor. Nosotros aportamos nuestra pequeña contribución, tal vez de forma heroica, pero sin la gracia de Dios no somos capaces de nada: sine me nihil potestis facere.
2020 nos ha obligado a mirar a los ojos a la Medusa mundialista, haciéndonos ver lo fácil que es para el estado profundo imponer una tiranía sanitaria a miles de millones de personas. Un virus no aislado, con un porcentaje altísimo de supervivencia, es aceptado como instrumentum regni, como un medio de dominar a los súbditos, con la complicidad de los gobernantes, de los medios de prensa y de la propia jerarquía eclesiástica. La crisis económica ocasionada por el confinamiento debe hacer inevitable la anulación de las deudas y la institución de la renta universal al precio de renunciar a la propiedad privada y la aceptación de la localización a través del pasaporte sanitario. Quien se niegue a vacunarse podrá ser internado en campos de detención ya listos en numerosos países, entre ellos Alemania11. La conculcación de los derechos constitucionales y religiosos será tolerada por los tribunales en aras de una emergencia eterna que prepara las masas para la dictadura. Esto es lo que nos espera, según reconocen los propios autores del Gran Reinicio.
Pero esta sucesión de medidas severas motivadas por ridículas y contradichas por la evidencia está debilitando muchas certezas en cosas a las que hasta ahora las masas concedido una aceptación fideísta rayana a veces en la superstición. Las acusaciones iniciales de negacionismo a quien pone en tela de juicio las absurdas afirmaciones de sedicentes expertos han hecho entender a muchos que el covid nos es presentado con connotaciones religiosas precisamente para que no sea tema de discusión, porque desde el punto de vista científico se lo habría considerado igual que los coronavirus de años anteriores. Estas contradicciones están abriendo los ojos a muchos, aun en medio del descarado servilismo de los medios y la creciente censura de los objetores en las redes sociales.
DW: ¿Cómo sería el mundo si triunfaran las fuerzas que V.E. llama de las tinieblas?
Monseñor Viganò: Un mundo en el que triunfara el estado profundo vería el cumplimiento de las peores situaciones descritas por el Apocalipsis, los Padres de la Iglesia y los místicos. Sería un reino infernal en el que todo lo que recuerde remotamente a la sociedad cristiana –de la religión a las leyes, la familia, la enseñanza, la sanidad y el trabajo– sería inevitablemente prohibido, alterado y corrompido. Los heterosexuales perseguidos, las familias formadas por un hombre y una mujer prohibidas, los hijos naciendo en vientres de alquiler, la historia censurada, la religión desacreditada, la honradez y la disciplina ridiculizadas, el honor tildado de concepto fascista, la virilidad condenada como tóxica, la maternidad deplorada como no sostenible, la vejez obligada a someterse a la eutanasia, la enfermedad considerada oportunidad de lucro y la salud bajo sospecha. Y al cabo de dos siglos de adoctrinamiento se renegaría de la famosa democracia, en nombre de la cual quien nos gobierne lo hará sin haber sido elegido, por el bien de la salud pública.
Sólo en el Reino de Cristo puede haber paz y verdadera concordia. En la tiranía de Satanás se imponen el terror, la represión, la guerra contra el bien y la autorización de los más vergonzosos vicios.
DW: ¿Cómo cree que se puede evitar todo eso?
Monseñor Viganò: Debemos procurar que lo que ha sucedido hasta ahora no logre sus objetivos finales. Podemos y debemos denunciar los engaños y mentiras que nos endilgan a diario quienes nos consideran siervos estúpidos y creen que nos podrán someter sin que reaccionemos. Si hay leyes que tutelen los derechos naturales de los ciudadanos, es necesario que todos alcen la voz y protesten valerosamente pidiendo a los jueces que los responsables de este golpe de estado mundial sean procesados y condenados.
No podemos permitir que por miedo a una pandemia artificial los países del mundo se vean abocados a unas crisis económica y social inducidas, ni que se restrinjan las libertades infringiendo las leyes y el sentido común. Si sabemos mantenernos firmes y no nos echamos atrás ante esta una oportunidad más propicia, y estaremos a tiempo de impedir que se instale la tiranía. Y si nos quedamos cruzados de brazos, ese plan infernal se volverá irreversible.
No olvidemos que, como católicos, tenemos una responsabilidad grandísima tanto de cara a nuestros pastores como a nuestros gobernantes. Podemos y debemos dejar de obedecer cuando se nos pida que acatemos leyes inicuas o contrarias al Magisterio inmutable de la Iglesia. Si nos oponemos con firmeza y valor como en tiempos de los mártires, haremos nuestra parte para obtener del Cielo gracias que pueden transformar la suerte de la humanidad y retrasar la persecución de los últimos tiempos.
Roguemos, pues, con toda confianza a la Virgen Santísima, Reina de las victorias y Auxilio de los cristianos, para que sea nuestra Generala en esta épica batalla. Esté a su flanco el glorioso arcángel San Miguel para que mande de vuelta al Infierno a Satanás y demás espíritus malignos que ad perditionem animarum pervagantur in mundo.
+ Carlo Maria Viganò, arzobispo
28 de febrero de 2021
Dominica II Quadragesimæ