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sábado, 16 de septiembre de 2023

La herejía, al desnudo | Actualidad Comentada 15-09-2023 | Pbro. Santiago Martín FM | Magnificat.tv



DURACIÓN 15:37 MINUTOS

HOMILIA DIARIA PADRE SANTIAGO MARTIN - FRANCISCANOS DE MARIA



DURACIÓN 11 MINUTOS

https://youtu.be/d21_e-qoDjM

Bergoglio promueve las falsas religiones



Bergoglio en el encuentro interreligioso de Mongolia el 03/09/2023


El domingo 3 de septiembre, en el teatro Hun de Ulán Bator, Mongolia, Bergoglio[1] llevó a cabo un acto interreligioso junto a otras comunidades religiosas, tanto cristianas como budistas -mayoritarias en Mongolia-, además de musulmanes, chamanes, hindúes, judíos y baha’is. Seguidamente transcribo algunos pasajes relevantes de su discurso[2]:

(…) Las tradiciones religiosas, en su originalidad y diversidad, comportan un formidable potencial de bien al servicio de la sociedad.

(…) Quien nos ofrece hoy la oportunidad de estar juntos para conocernos y enriquecernos mutuamente es el amado pueblo mongol, que puede presumir de una historia de convivencia entre representantes de diversas tradiciones religiosas. Es hermoso recordar la virtuosa experiencia de la antigua capital imperial Karakórum, donde se albergaban lugares de culto pertenecientes a diferentes «credos», que daban testimonio de una armonía admirable.

(…) Hermanos, hermanas, por el modo en que logremos la armonía con los demás peregrinos sobre la tierra y en la forma que consigamos transmitir armonía, allí donde vivimos, se mide el valor social de nuestra religiosidad. Cada vida humana, en efecto, y con mayor razón cada religión, tiene que «medirse» en base al altruismo; no a un altruismo abstracto, sino concreto, que se traduzca en la búsqueda del otro y en la colaboración generosa con el otro, porque “el sabio se regocija dando”.

(…) Las religiones están llamadas a ofrecer al mundo esta armonía, que el progreso técnico por sí solo no puede dar, porque, apuntando sólo a la dimensión terrena y horizontal del hombre, corre el riesgo de olvidar el cielo para el cual hemos sido creados. Hermanas y hermanos, hoy estamos aquí juntos como humildes herederos de antiguas escuelas de sabiduría. Al reunirnos hoy, nos comprometemos a compartir todo ese bien que hemos recibido, para enriquecer a una humanidad que, en su caminar, a menudo se encuentra desorientada por miopes búsquedas de lucro y bienestar; y a menudo también es incapaz de volver a encontrar el hilo conductor.

(…) Mongolia, que se encuentra en el corazón de este continente, custodia un gran patrimonio de sabiduría, que las religiones que aquí se difundieron han contribuido a crear, y que quisiera invitar a todos a redescubrir y valorar.


Encuentro interreligioso por la paz en Dhaka, Bangladesh el 01/12/2017

(…) La humanidad reconciliada y próspera, que como representantes de diferentes religiones ayudamos a promover, está representada simbólicamente por ese estar juntos, armonioso y abierto a lo trascendente, donde el compromiso por la justicia y la paz encuentran su inspiración y su fundamento en la relación con lo divino.

(…) en las sociedades pluralistas que creen en los valores democráticos, como Mongolia, cada institución religiosa, reconocida normativamente por la autoridad civil, tiene el deber y, en primer lugar, el derecho de ofrecer aquello que es y aquello que cree, respetando la conciencia de los otros y teniendo como fin el mayor bien de todos. En ese sentido, quiero confirmarles que la Iglesia católica desea caminar así, creyendo firmemente en el diálogo ecuménico, en el diálogo interreligioso y en el diálogo cultural. (…)

Hagamos florecer esta certeza de que nuestros esfuerzos comunes para dialogar y construir un mundo mejor no son vanos. Cultivemos la esperanza. (…) Que las oraciones que elevamos al cielo y la fraternidad que vivimos en la tierra alimenten la esperanza; que sean el testimonio sencillo y creíble de nuestra religiosidad, de nuestro caminar juntos con la mirada elevada hacia lo alto, de nuestro habitar este mundo en armonía, como peregrinos llamados a proteger el medio hogareño.

Comentario personal: Todo esto es modernismo puro e indiferentismo religioso en su más prístina expresión, condenados por la Iglesia innumerables veces de manera inequívoca. Huelga añadir que toda esta inmudicia interreligiosa que practica el apóstata caracterizado y blasfemador serial argentino no constituye en absoluto una particularidad suya, puesto que se basa en los documentos heréticos del CVII -en especial, “Dignitatis humanae”, “Nostra aetate” y “Unitatis redintegratio”-, así como en el pseudo magisterio ecuménico de sus predecesores concilares: los aquelarres multiconfesionales de Asís, organizados por JPII[3] y BXVI[4] en varias ocasiones, son una prueba fehaciente de ello.

Además, el mismo día, luego de la Misa, Bergoglio citó e hizo una apología del jesuita francés Pierre Teilhard de Chardin, uno de los modernistas más influyentes del siglo pasado[5]:

La Misa es acción de gracias, “eucaristía”. Celebrarla en esta tierra me ha hecho recordar la oración del padre jesuita Pierre Teilhard de Chardin, elevada a Dios hace exactamente cien años, en el desierto de Ordos, no muy lejos de aquí. Dice así: “Me prosterno, Dios mío, ante tu Presencia en el Universo, que se ha hecho ardiente, y en los rasgos de todo lo que encuentre, y de todo lo que me suceda, y de todo lo que realice en el día de hoy, te deseo y te espero”. El padre Teilhard trabajaba en investigaciones geológicas. Deseaba ardientemente celebrar la Santa Misa, pero no tenía consigo ni pan ni vino. Fue entonces cuando compuso su “Misa sobre el mundo”, expresando su ofrenda de este modo: “Recibe, Señor, esta Hostia total que la Creación, atraída por Ti, te presenta en esta nueva aurora”. Y una oración similar había nacido ya en él durante la Primera guerra mundial, mientras estaba en el frente, ejerciendo como camillero. Este sacerdote, a menudo incomprendido, había intuido que “la Eucaristía se celebra, en cierto sentido, sobre el altar del mundo” y que es “el centro vital del universo, el foco desbordante de amor y de vida inagotable” (Laudato Si’, 236), incluso en un tiempo de tensiones y de guerras como el nuestro. Recemos hoy, por tanto, con las palabras del Padre Teilhard: “Verbo resplandeciente, Potencia ardiente, Tú que amasas lo múltiple para infundirle tu vida, abate sobre nosotros, te lo ruego, tus manos poderosas, tus manos previsoras, tus manos omnipresentes.”

Transcribo seguidamente el Monitum del Santo Oficio del 30/06/1962 sobre la obra del sacerdote francés:

Varias obras del P. Pierre Teilhard de Chardin, algunas de las cuales fueron publicadas en forma póstuma, están siendo editadas y están obteniendo mucha difusión. Prescindiendo de un juicio sobre aquellos puntos que conciernen a las ciencias positivas, es suficientemente claro que las obras arriba mencionadas abundan en tales ambigüedades e incluso errores serios, que ofenden a la doctrina católica. Por esta razón, los eminentísimos y reverendísimos Padres del Santo Oficio exhortan a todos los Ordinarios, así como a los superiores de institutos religiosos, rectores de seminarios y presidentes de universidades, a proteger eficazmente las mentes, particularmente de los jóvenes, contra los peligros presentados por las obras del P. Teilhard de Chardin y de sus seguidores.[6]

He aquí una breve síntesis de sus errores[7]:

L’Osservatore Romano del 30 de junio/1 de julio de 1962 publicaba ese monitum, acompañándolo de un extenso artículo sin firma titulado “Pierre Teilhard de Chardin e il suo pensiero sul piano filosofico e religioso”. En ese artículo se afirma que Teilhard incurre en una indebida transposición al plano metafísico y teológico de términos y conceptos tomados del evolucionismo, incurriendo así en diversos graves errores. Concretamente se indican: 1. Un defectuoso concepto de creación, que no salva la gratuidad del acto creador ni la ausencia de un sujeto preexistente. 2. Puntos débiles en la descripción de las relaciones entre Dios y el cosmos, no dejando clara la trascendencia divina. 3. Una extraña presentación de Cristo, como parte del cosmos, que no salva la gratuidad de la Encarnación. 4. Ignorancia de los límites entre la materia y el espíritu. 5. Una concepción insuficiente del pecado, que queda reducido más bien a algo de carácter colectivo. 6. Una concepción naturalista de la ascesis y del sentido de la vida cristiana.

El Padre Leonardo Castellani enumera las fallas de su pensamiento desde una perspectiva católica[8]:

– El transformismo darwiniano dado como verdad cierta.
– La negación de la parusía o Segunda Venida de Cristo tal como la entiende la Iglesia.
– La negación de la redención por la obra personal de Cristo.
– La negación del pecado original, a la manera de Pelagio.
– Monismo materialista evolucionista parecido al de Spencer y Haeckel.
– Panteísmo sutil a la manera de Bergson.
– Interpretación modernista de todos los sacramentos, empezando por la eucaristía, a la manera de Guenther.
– Negación del fin primario del matrimonio y constitución del fin primario del matrimonio en la “ayuda espiritual mutua de los esposos”.
– Aprobación de los medios contraconceptivos en el matrimonio, a la manera de Malthus.
– Negativa implícita de la autoridad de la Iglesia para definir, a la manera de Loisy, Tyrrel y otros.

Extraordinariamente reveladora es la carta escrita a un ex dominico que, a raíz de la encíclica Humani generis, había abandonado la Iglesia para unirse a los “viejos católicos”, y que escribió a Teilhard invitándolo a seguirlo[9]:

Esencialmente considero como usted que la Iglesia (como toda realidad viviente al cabo de cierto tiempo) llega a un periodo de muda o reforma necesaria. Al cabo de dos mil años, es inevitable. La humanidad está en trance de mudar. ¿Cómo no debería hacerlo el cristianismo? Más precisamente, considero que la Reforma en cuestión (mucho más profunda que la del siglo XVI) no es simple cosa de instituciones o de costumbres, sino de Fe. De alguna manera, nuestra imagen de Dios se ha desdoblado: transversalmente (si se puede decirlo así) al Dios tradicional y trascendente de lo En Alto, surge para nosotros una especie de Dios de lo En Adelante, desde hace un siglo, en dirección a algún ‘ultra-humano’. A mi juicio, todo está ahí. Se trata para el hombre de repensar a Dios en términos, no ya de Cosmos, sino de Cosmogénesis: un Dios que no se adora y que no se alcanza más que a través del acatamiento de un Universo que él ilumina y “amoriza” (e irreversibiliza) desde dentro. Sí, lo En Alto y lo En Adelante se sintetizan en un Por-Dentro.

Ahora bien, ese gesto fundamental de engendrar una nueva Fe para la Tierra (Fe en lo En Alto combinada con la fe en lo En Adelante), sólo, yo creo (e imagino que usted es de mi parecer), sólo el cristianismo puede hacerlo, a partir de la asombrosa realidad de su Cristo-Resucitado: no entidad abstracta, sino objeto de una amplia corriente mística, extraordinariamente adaptable y viva. Estoy convencido: es de una Cristología nueva extendida a las dimensiones orgánicas de nuestro nuevo Universo de donde se apresta a salir la Religión de mañana.

Esto establecido (y es aquí donde nosotros diferimos: pero ¿no procede la vida por buenas voluntades titubeantes?), esto establecido, yo no veo en ningún caso medio mejor para mí, para promover eso que anticipo, que trabajar en la reforma (tal como antes la he definido) desde dentro: es decir, en adhesión sincera al phylum del que espero su desarrollo. Muy sinceramente (¡y sin querer criticar su gesto!) sólo en el tallo romano, tomado en su integridad, veo el soporte biológico suficientemente vasto y diferenciado para obrar y soportar la transformación esperada. Y esto no es pura especulación. Desde hace cincuenta años, he visto de demasiado cerca, en torno a mí, revitalizarse el pensamiento y la vida cristiana -a pesar de toda Encíclica- para no tener una inmensa confianza en los poderes de reanimación del viejo tallo romano. Trabajemos cada uno por nuestra parte. Todo lo que sube converge. Muy cordialmente suyo, Teilhard de Chardin.

Inquietantes palabras que hacen pensar en otras pronunciadas nada menos que por el entonces Cardenal Giovanni Battista Montini, en una conferencia dada en Turín, el 27 de marzo de 1960 -tres años antes de convertirse en “Pablo VI”-, intitulada “Religión y trabajo”, las que muestran una notable coincidencia con las elucubraciones “teológicas” del jesuita francés:

¿Acaso el hombre moderno no llegará un día, a medida que sus estudios científicos progresen y descubran leyes y realidades ocultas bajo el rostro mudo de la materia, a prestar oídos a la maravillosa voz del espíritu que palpita en ella? ¿No será ésa la religión del mañana? El mismísimo Einstein previó la espontaneidad de una religión del universo.[10]

Por todo esto es que el Padre Philippe de la Trinité O.C.D. pudo decir respecto al pensamiento de Teilhard de Chardin que[11]:

el teilhardismo es, en el fondo, una deformación del cristianismo, metamorfoseado en evolucionismo monista y panteísta.

Conclusión.

Pues bien, es a ese siniestro personaje que Bergoglio ha elogiado en público -dando a entender que el Monitum del Santo Oficio es fruto de una desafortunada “incomprensión”-, luego de celebrar misa en uno de sus subversivos viajes “apostólicos”. Sin olvidar la mención que hizo en la encíclica Laudato Si’, como él mismo ha recordado expresamente ante su auditorio en Mongolia, con lo que no quedan dudas acerca de su pertinacia en el error. Me parece que no hace falta abundar en comentarios: las conclusiones caen de su peso. Cuando menos, para cualquiera que no haya perdido completamente el uso natural de la lógica ni la virtud teologal de la fe…

ANEXO

Como lo he dicho antes, estos despropósitos de Bergoglio no son en absoluto exclusividad suya. A continuación suministraré un elenco de citas de JPII y de BXVI que prueban la continuidad del discurso y de la praxis modernista de los “papas conciliares”. Todo lo dicho en este artículo acerca del “ecumenismo”, la “interreligiosidad” y la adhesión a la gnosis teilhardiana se aplica con total propiedad a sus antecesores conciliares, lo cual resulta particularmente manifiesto en los “conservadores” Wojtyla y Ratzinger. Estimo indispensable establecer este hecho de manera contundente, a fin de poner en evidencia la profunda incoherencia -amén del absurdo rayano en lo grotesco-, de aquellos que se rasgan las vestiduras y ponen el grito en el cielo por los desmanes y los atropellos bergoglianos -con toda razón-, pero luego proponen como prototipos de ortodoxia y modelos a imitar a quienes en realidad no han sido más que sus precursores inmediatos en la ejecución de la apostasía eclesial a la que asistimos azorados desde el aciago CVII.[12]

I. Con respecto al “ecumenismo” y a la “interreligiosidad”.[13]

A. Juan Pablo II.

1. “Ante todo, es preciso tener presente que toda búsqueda del espíritu humano en dirección a la verdad y al bien, y, en último análisis, a Dios, es suscitada por el Espíritu Santo. Precisamente de esta apertura primordial del hombre con respecto a Dios nacen las diferentes religiones. No pocas veces, en su origen encontramos fundadores que han realizado, con la ayuda del Espíritu de Dios, una experiencia religiosa más profunda. Esa experiencia, transmitida a los demás, ha tomado forma en las doctrinas, en los ritos y en los preceptos de las diversas religiones. En todas las auténticas experiencias religiosas la manifestación más característica es la oración. Teniendo en cuenta la constitutiva apertura del espíritu humano a la acción con que Dios lo impulsa a trascenderse, podemos afirmar que toda oración auténtica está suscitada por el Espíritu Santo, el cual está misteriosamente presente en el corazón de cada hombre. En la Jornada mundial de oración por la paz, el 27 de octubre de 1986 en Asís, y en otras ocasiones semejantes de gran intensidad espiritual, hemos vivido una manifestación elocuente de esta verdad.”[14]

2. “[…] hay que aplicar lo que se ha dicho [sobre el ecumenismo] a la actividad que tiende al acercamiento con los representantes de las religiones no cristianas, y que se expresa a través del diálogo, los contactos, la oración comunitaria, la búsqueda de los tesoros de la espiritualidad humana que -como bien sabemos- no faltan tampoco a los miembros de estas religiones. ¿No sucede quizá a veces que la creencia firme de los seguidores de las religiones no cristianas, –creencia que es efecto también del Espíritu de verdad, que actúa más allá de los confines visibles del Cuerpo Místico- haga quedar confundidos a los cristianos […], tan propensos al relajamiento de los principios de la moral y a abrir el camino al permisivismo ético?”[15]


El ecumenismo, cuyos actos emblemáticos son las reuniones interreligiosas de Asís -convocadas por los últimos tres papas-, es incompatible con el Magisterio de la Iglesia y con la Revelación Divina

3. “Que estas palabras, y otras expresiones de los libros sagrados de las grandes tradiciones religiosas presentes en el suelo fecundo de la India, sean fuente de inspiración para todos los pueblos, y para sus líderes, en la búsqueda de la justicia entre los pueblos y la paz entre todas las naciones del mundo. Mahatma Gandhi enseñó que si todos los hombres y mujeres, independientemente de las diferencias entre ellos, se aferran a la verdad, con respeto por la dignidad única de cada ser humano, se puede lograr un Nuevo Orden Mundial, una Civilización del Amor. Y hoy todavía lo escuchamos suplicar al mundo: vencer el odio por el amor, la falsedad por la verdad, la violencia por el sufrimiento. ¡Que Dios nos guíe y nos bendiga mientras nos esforzamos por caminar juntos, tomados de la mano, y construir juntos un mundo de paz!”[16]

4. “El acontecimiento de Asís puede ser considerado, pues, como una ilustración visible, una lección de hechos, una catequesis inteligible para todos, de lo que presupone y significa el compromiso ecuménico y el recomendado diálogo interreligioso promovido por la Concilio Vaticano II.”[17]

5. “A este Dios confiesa el trapense o el camaldulense en su vida de silencio. A Él se dirige el beduino en el desierto, cuando llega la hora de la oración. Y tal vez también el budista que, concentrado en su contemplación, purifica su pensamiento preparando el camino hacia el nirvana. (…) La Iglesia del Dios viviente congrega a todos los hombres que, en cualquier forma, toman parte de esta maravillosa trascendencia del espíritu humano. Y todos ellos saben que nadie logrará colmar sus deseos más profundos. La manifestación de esta trascendencia de la persona humana la constituye la oración de fe, pero en ocasiones también el profundo silencio. Este silencio, que a veces parece separar al hombre de Dios, es no obstante un acto especial de la unión vital entre Dios y el espíritu humano. La Iglesia de nuestro tiempo se ha hecho particularmente consciente de esta verdad y, por ello, a su luz ha logrado redefinir, en el Concilio Vaticano II, su propia naturaleza.”[18]

Nota aclaratoria: La cita anterior está tomada de los Ejercicios espirituales de Cuaresma del año 1976 predicados a Pablo VI y a la Curia Romana, posteriormente compilados en forma de libro. Wojtyla reconoce que la nueva eclesiología del CVII constituye una ruptura respecto al magisterio tradicional. Por tanto, la manida “hermenéutica de la continuidad” pregonada por Ratzinger no es sino una impostura destinada a ocultar este hecho de una gravedad inaudita. Veamos la nueva definición:

Esta Iglesia [de Cristo], establecida y organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él, si bien, fuera de su estructura, se encuentran muchos elementos de santidad y verdad que, como bienes propios de la Iglesia de Cristo, impelen hacia la unidad católica.[19]

Esto fue ratificado por la declaración Dominus Iesus, de la Congregación para la doctrina de la fe del 06/08/2000, n. 16/17:

Con la expresión subsistit in el Concilio Vaticano II quiere armonizar dos afirmaciones doctrinales: por un lado, que la Iglesia de Cristo, no obstante las divisiones entre los cristianos, sigue existiendo plenamente sólo en la Iglesia católica, y, por otro lado, que fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos elementos de santificación y de verdad, ya sea en las Iglesias como en las Comunidades eclesiales separadas de la Iglesia católica […] Las Iglesias (esto es herético, porque existe una única Iglesia fundada por Cristo, a saber, la Iglesia Católica) que no están en perfecta comunión (como si existiera una “comunión imperfecta”, noción completamente contradictoria) con la Iglesia católica pero se mantienen unidas a ella por medio de vínculos estrechísimos como la sucesión apostólica (no es cierto, pues la sucesión apostólica implica el poder de jurisdicción sobre los fieles –potestas iurisdictionis-, no basta con la transmisión válida del poder de orden –potestas ordinis-; un sucesor de los apóstoles es, por definición, miembro de la Iglesia católica) y la Eucaristía válidamente consagrada, son verdaderas iglesias particulares (esto es mentira: son sectas heréticas y cismáticas, las iglesias particulares son las diferentes diócesis católicas). Por eso, también en estas Iglesias está presente y operante la Iglesia de Cristo […].[20]

Esto es muy diferente de lo que enseñaba Pío XII al respecto:
Algunos no se consideran obligados por la doctrina -que, fundada en las fuentes de la revelación, expusimos Nos hace pocos años en una encíclica [Mystici Corporis]-, según la cual el Cuerpo místico de Cristo y la Iglesia católica romana son una sola y misma cosa.[21]
B. Benedicto XVI.

1. Distinguidos huéspedes, queridos amigos: Os acojo esta mañana en el palacio apostólico y os agradezco una vez más vuestra disponibilidad a participar en la Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo, que celebramos ayer en Asís, veinticinco años después de aquel primer encuentro histórico (…) Mirando hacia atrás, podemos apreciar la clarividencia del Papa Juan Pablo II al convocar el primer encuentro de Asís, y la necesidad continua de hombres y mujeres de distintas religiones de testimoniar juntos que el viaje del espíritu siempre es un viaje de paz.[22]

2. Lugares de culto, como esta estupenda mezquita de Al-Hussein Bin Talal (…) se alzan como joyas sobre la superficie de la tierra. Desde las antiguas a las modernas, desde las espléndidas a las humildes, todas hacen referencia a lo divino, al Único Trascendente, al Omnipotente (…) Musulmanes y cristianos (…) tienen que comprometerse hoy por ser conocidos y reconocidos como adoradores de Dios fieles a la oración, deseosos de comportarse y vivir según las disposiciones del Omnipotente, misericordiosos y compasivos, coherentes para dar testimonio de todo lo que es justo y bueno, recordando siempre el origen común y la dignidad de cada persona humana, que constituye la cumbre del designio creador de Dios para el mundo y la historia.[23]


Benedicto XVI en la reunión interreligiosa de Asís en 2011[24]

3. Queridos hermanos y hermanas, en el Mensaje para la Jornada de la Paz de hoy subrayé que las grandes religiones pueden constituir un importante factor de unidad y de paz para la familia humana, y recordé, al respecto, que en este año 2011 se celebrará el 25° aniversario de la Jornada mundial de oración por la paz que el venerable Juan Pablo II convocó en Asís en 1986. Por esto, el próximo mes de octubre, iré como peregrino a la ciudad de san Francisco, invitando a unirse a este camino a los hermanos cristianos de las distintas confesiones, a los representantes de las tradiciones religiosas del mundo, y de forma ideal, a todos los hombres de buena voluntad, con el fin de recordar ese gesto histórico querido por mi predecesor y de renovar solemnemente el compromiso de los creyentes de todas las religiones de vivir la propia fe religiosa como servicio a la causa de la paz. Quien está en camino hacia Dios no puede menos de transmitir paz; quien construye paz no puede menos de acercarse a Dios. Os invito a acompañar esta iniciativa desde ahora con vuestra oración.[25]

4. En todo país democrático corresponde a las autoridades civiles garantizar la libertad efectiva de todos los creyentes y permitirles organizar libremente la vida de su propia comunidad religiosa. Como es obvio, deseo que los creyentes, independientemente de la comunidad religiosa a la que pertenezcan, sigan beneficiándose de esos derechos, con la certeza de que la libertad religiosa es una expresión fundamental de la libertad humana y de que la presencia activa de las religiones en la sociedad es un factor de progreso y de enriquecimiento para todos […] Seguramente el reconocimiento del papel positivo que desempeñan las religiones dentro del cuerpo social puede y debe impulsar a nuestras sociedades a profundizar cada vez más su conocimiento del hombre y a respetar cada vez mejor su dignidad, poniéndolo en el centro de la acción política, económica, cultural y social.[26]

C. Un ejemplo en nuestro país


¡Recemos a Buda, a Alá o a Krishna y se hará la paz en el mundo!

La Conferencia Episcopal Argentina, la Acción Católica Argentina y la Comisión Nacional de Justicia y Paz invitan a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse a la iniciativa “un minuto por la paz”. La misma busca sumar nuestro compromiso y oración por la paz, todavía quebrada o amenazada en distintas regiones del mundo. Convocado en todo el mundo por el Foro Internacional de Acción Católica y la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas, la idea es que ese día, a las 13.00 hs, cada uno de nosotros nos detengamos un momento, durante un minuto, rezando cada uno según su propia tradición. Podremos hacerlo solos o en grupo, en nuestros hogares o lugares de trabajo o estudio, o compartiendo una celebración en el templo.[27]

D. La verdadera enseñanza católica.

[…] Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen haber visto en ello esperanza de que no será difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan fraternalmente en la profesión de algunas doctrinas que sean como fundamento común de la vida espiritual. Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, de cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión. […] Tales empresas no pueden ser aprobadas por los católicos de ninguna manera, ya que se basan sobre la teoría errónea según la cual todas las religiones son todas más o menos buenas, en el sentido de que todas, aunque de maneras diferentes, manifiestan y significan el sentimiento natural e innato que nos conduce a Dios y nos lleva a reconocer con respeto su poder. La verdad es que los partidarios de esa teoría se extravían en pleno error, pero además, pervirtiendo la noción de la verdadera religión, la repudian […] La conclusión es clara: solidarizarse con los partidarios y los propagadores de tales doctrinas es alejarse completamente de la religión divinamente revelada[28]. Pío XI, encíclica Mortalium Animos n. 2 y 3, 06/01/1928.

II. Con respecto al evolucionismo panteísta de Teilhard de Chardin.

A. Juan Pablo II.

1. Cuando pienso en la Eucaristía, mirando mi vida de sacerdote, de Obispo y de Sucesor de Pedro, me resulta espontáneo recordar tantos momentos y lugares en los que he tenido la gracia de celebrarla. Recuerdo la iglesia parroquial de Niegowic donde desempeñé mi primer encargo pastoral, la colegiata de San Florián en Cracovia, la catedral del Wawel, la basílica de San Pedro y muchas basílicas e iglesias de Roma y del mundo entero. He podido celebrar la Santa Misa en capillas situadas en senderos de montaña, a orillas de los lagos, en las riberas del mar; la he celebrado sobre altares construidos en estadios, en las plazas de las ciudades… Estos escenarios tan variados de mis celebraciones eucarísticas me hacen experimentar intensamente su carácter universal y, por así decir, cósmico.¡Sí, cósmico! Porque también cuando se celebra sobre el pequeño altar de una iglesia en el campo, la Eucaristía se celebra, en cierto sentido, sobre el altar del mundo. Ella une el cielo y la tierra. Abarca e impregna toda la creación. […] Verdaderamente, éste es el mysterium fidei que se realiza en la Eucaristía: el mundo nacido de las manos de Dios creador retorna a Él redimido por Cristo.[29]

2. La Encarnación de Dios-Hijo significa asumir la unidad con Dios no sólo de la naturaleza humana sino asumir también en ella, en cierto modo, todo lo que es ‘‘carne’’ toda la humanidad, todo el mundo visible y material. La Encarnación, por tanto, tiene también su significado cósmico y su dimensión cósmica. El ‘‘Primogénito de toda la creación’’, al encarnarse en la humanidad individual de Cristo, se une en cierto modo a toda la realidad del hombre, el cual es también ‘‘carne’’, y en ella a toda ‘‘carne’’ y a toda la creación.[30]

B. Benedicto XVI.

1. [Dios] Pudo así crear también en la resurrección una nueva dimensión de la existencia, pudo colocar, como dice Teilhard de Chardin, más allá de la biosfera y de la noosfera, una esfera nueva en la que el hombre y el mundo llegan a la unidad con Dios.[31]

2. La función del sacerdocio es consagrar el mundo para que se transforme en hostia viva, para que el mundo se convierta en liturgia: que la liturgia no sea algo paralelo a la realidad del mundo, sino que el mundo mismo se transforme en hostia viva, que se convierta en liturgia. Es la gran visión que tuvo también Teilhard de Chardin: al final tendremos una auténtica liturgia cósmica, en la que el cosmos se convierta en hostia viva.[32]

3. La creación con todos sus dones aspira, más allá de sí misma, hacia algo todavía más grande. Más allá de la síntesis de las propias fuerzas, y más allá de la síntesis de la naturaleza y el espíritu que en cierto modo experimentamos en ese trozo de pan, la creación está orientada hacia la divinización, hacia las santas bodas, hacia la unificación con el Creador mismo.[33]

4. Un teólogo alemán dijo una vez con ironía que el milagro de un cadáver reanimado -si es que eso hubiera ocurrido verdaderamente, algo en lo que no creía- sería a fin de cuentas irrelevante para nosotros porque, justamente, no nos concierne. En efecto, el que solamente una vez alguien haya sido reanimado, y nada más, ¿de qué modo debería afectarnos? Pero la resurrección de Cristo es precisamente algo más, una cosa distinta. Es -si podemos usar por una vez el lenguaje de la teoría de la evolución- la mayor mutación, el salto más decisivo en absoluto hacia una dimensión totalmente nueva, que se haya producido jamás en la larga historia de la vida y de sus desarrollos: un salto de un orden completamente nuevo, que nos afecta y que atañe a toda la historia.[34]

C. Raniero Cantalamesa.

Para finalizar, no encuentro nada más adecuado que hacerlo transcribiendo un muy esclarecedor pasaje del sermón dado por el Padre Raniero Cantalamessa -predicador oficial de la Casa Pontificia-, en la basílica de San Pedro, durante el oficio de Vísperas de la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, instituida por Francisco el 06/08/2015[35]:

¡Cuánto ha tenido que esperar el universo, qué gran carrera tuvo que tomar para llegar a este punto! Miles de millones de años, durante los cuales la materia a través de su opacidad, avanzaba hacia la luz de la conciencia, como la linfa que del subsuelo sube con esfuerzo hacia la cima del árbol para expandirse en hojas, flores y frutos. Esta conciencia se alcanzó finalmente cuando apareció en el universo, lo que Teilhard de Chardin llama “el fenómeno humano”. Pero ahora que el universo ha alcanzado su objetivo, exige que el hombre cumpla su deber, que asuma, por así decirlo, la dirección del coro y entone en nombre de toda la creación: “¡Gloria a Dios en lo alto del cielo!”[36]

Alejandro Sosa Laprida



[1] Artículo publicado acá: https://gloria.tv/post/iQjRW1QPHgGZ4GyYNdMcr4hLW – Recomiendo acerca de esta cuestión la lectura del libro “Apostasía vaticana”, publicado en marzo, en venta en las librerías Vórtice y Club del Libro Cívico, Buenos Aires. Para más información ver en mi blog “Novedad editorial: Apostasía vaticana”: https://gloria.tv/post/7ynAG7ZfxBvK1MBD4MqN3aMxn


[3] “Juan Pablo II profesaba la herejía de la salvación universal”: https://gloria.tv/post/6zthWmGbzH4c1khnBxDXRbRGf

[4] “Benedicto XVI: ¿Doctor de la Iglesia?”: https://gloria.tv/post/QWAHiwPvTe3y1Fy9RnHPNGYb4




[8] Dinámica Social n. 63, Buenos Aires, noviembre de 1955 – http://www.opuslibros.org/Index_libros/Recensiones_1/teilhard_obr.htm

[9] Carta publicada en “Le Concile et Teilhard, l’Éternel et l’Humain”, M. Gorce, Neuchâtel, 1963, pp. 196-198. Recomiendo sobre el tema la lectura de “La cosmovisión de Teilhard de Chardin”, R. P. Julio Meinvielle, 1960: https://gloria.tv/post/VG8ivVrFnYBg2qmyRptVrM7sD

[10] “Francisco, Teilhard de Chardin y el panteísmo”: https://gloria.tv/post/kpjo9SAYhnqn1YM7HScvWZNZE

[11] “Rome et Teilhard de Chardin”, París, 1964, p. 38.

[12] “El Concilio Vaticano II inició la Pasión de la Iglesia”: https://gloria.tv/post/h9BNFYZP1fZX3ch72xV8np9nd

[13] “Ecumenismo y apostasía”: https://gloria.tv/post/RsfJFXSNoWkV666xPZ94u8VTL – “Apostasía en el Vaticano”: https://gloria.tv/post/bGpgetbcHdif6j2WsvcyisVwU – “El Vaticano promueve la apostasía y una religión global”: https://gloria.tv/post/bUsSsFR763PH42N9dkudYoCLQ – “Superar el egoísmo con Buda y Jesús”: https://gloria.tv/post/8BqX4JeSsmMC3PGUX8CQ4obSK – “La apostasía vaticana continúa”: https://gloria.tv/post/jovVg1X7jr8q1QrNENDTXHPUk – “El Vaticano promueve la religión de la masonería”: https://gloria.tv/post/hmTvG6Bj2QTy2GkwbhUqqgPEf – “Bergoglio pide religiosidad auténtica en un congreso interreligioso”: https://gloria.tv/post/eGxWLgdTKqJB63aWU8vHxdsNG – “Ayudemos al Santo Padre”: https://gloria.tv/post/RWaWjDfKZhxC4Bayz7T78chTH – “Crónicas de un falso profeta”: https://gloria.tv/post/7sBzz3NToDs4BBxzRWmxP8BQn





[18] Cardenal Wojtyla, Cuaresma de 1976. – Cardenal Wojtyla, Signo de contradicción, BAC, Madrid, 1978, p. 22 a 24.




[22] Discurso del 28/10/2011 a los representantes de las religiones que se reunieron en Asís el día anterior para participar en el encuentro interreligioso: https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2011/october/documents/hf_ben-xvi_spe_20111028_religious-delegations.html


[24] “El pasado 1 de enero, después de la oración del Angelus, Benedicto XVI anunció su deseo de solemnizar el XXV aniversario del histórico encuentro que tuvo lugar en Asís, el 27 de octubre de 1986, por voluntad del venerable Siervo de Dios Juan Pablo II. Con motivo de dicha conmemoración, el Santo Padre tiene la intención de convocar, el próximo 27 de octubre, una Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo, acudiendo como peregrino a la ciudad de san Francisco e invitando nuevamente a unirse a este camino a los hermanos cristianos de las distintas confesiones, a los exponentes de las tradiciones religiosas del mundo e, idealmente, a todos los hombres de buena voluntad.” – https://opusdei.org/es-es/article/asis-2011-peregrinos-de-la-verdad-peregrinos-de-la-paz/https://www.focolare.org/espana/es/news/2015/10/27/el-espiritu-de-asis/





[29] Encíclica Ecclesia de Eucharistia n. 8, 17/04/2003:







[35] Compartiendo con el amado hermano Bartolomé, Patriarca Ecuménico, la preocupación por el futuro de la creación (…) he decidido instituir también en la Iglesia Católica la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que, a partir del año en curso, será celebrada el 1 de septiembre, tal como acontece desde hace tiempo en la Iglesia Ortodoxa. Como cristianos, queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis ecológica que está viviendo la humanidad. (…) La crisis ecológica nos llama por tanto a una profunda conversión espiritual: los cristianos están llamados a una conversión ecológica, que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea. De hecho, vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana. https://www.vatican.va/content/francesco/es/letters/2015/documents/papa-francesco_20150806_lettera-giornata-cura-creato.html – Sobre este asunto ver “La eco-encíclica Laudato Si”: https://gloria.tv/share/VY3JfB9otNjE21LJ73LEL7Y1W – “Bergoglio, apóstol ecologista”: https://gloria.tv/post/E8F1K8BoD4Fj6hbffjjQBxSqQ#15 – “Un estilo de vida eco-sostenible”: https://gloria.tv/post/1BvVGjCGukshDthgu71mPvyDe#5


Para más información:

“Diez años con Francisco”

NOVEDAD EDITORIAL

“Apostasía vaticana”

El proceso sinodal. Leyendo algunos textos


Según uno de los tantos relatos griegos, cuando Zeus hizo al hombre, los demás dioses, celosos, quisieron hacer otro tanto, y contribuyendo cada cual con algún don, crearon a una mujer, que llamaron Pandora («formada por los dones de todos», según una de las traducciones). Zeus, para castigar el orgullo de aquéllos, le dio a Pandora una caja con el mandato de no abrirla de la cual, luego de sucumbir a la curiosidad femenina, surgieron todos los males proviniendo, a partir de allí, la edad de hierro.

Hasta aquí el relato breve donde uno podría ver uno de los tantos semina Verbi de la antigüedad clásica.

Pero viniendo más acá, ha llegado a nuestras manos el pequeño libro de de José Antonio Ureta y Julio Loredo de Izcue, titulado «El proceso sinodal. Una caja de Pandora. 100 preguntas y 100 respuestas» (disponible de modo gratuito AQUÍ).

Con prefacio del gran Cardenal Rayomond Leo Burke, ex prefecto de la Signatura Apostólica (la Corte Suprema del Vaticano) ya ha sido comentado y traducido a varias lenguas (italiano, inglés, portugués, francés, alemán, holandés y polaco), siendo incluso comentado por el actual pontífice en una de sus tantas intervenciones aéreas (ver AQUÍ)


Excelentemente escrito, con gran respeto y mesura, esta obra que se lee en apenas un par de horas, logra ser, a partir de documentación precisa y clara, una suerte de Vademecum acerca de los los signos sinodales de los tiempos que estamos viviendo con perplejidad ovina tanto laicos, sacerdotes y -nos consta- varios obispos.

Escrito a partir de los documentos anteriores a la publicación del Instrumentum Laboris (Roma, 20/6/2023) y en las vísperas de la primera sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad (Octubre de 2023) el texto viene a confirmar la dirección de este proceso que lleva ya algunos años y que, como se narra explica en el libro, se inspira en el Sínodo alemán tanto en sus medios como en sus fines.

Con el fin de dar un pantallazo acerca de su contenido, dejamos aquí abajo extractos del mismo (consignando los números de página entre paréntesis) para quienes deseen estar atentos, en guardia y vigilantes para

Que no te la cuenten

P. Javier Olivera Ravasi, SE



Extractos de «El proceso sinodal. Una caja de Pandora. 100 preguntas y 100 respuestas» (disponible de modo gratuito AQUÍ). Extractos del P. Javier Olivera Ravasi, SE

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¿Un plan para reformar la Iglesia?

“Hay un plan en marcha para reformar la Santa Iglesia que, llevado a sus últimas consecuencias, podría subvertirla hasta sus cimientos” (p. 11)

Tras una amplia consulta internacional, están previstas dos sesiones plenarias en Roma, en 2023 y 2024, precedidas de un retiro espiritual para los participantes (p. 11-12).

El “contenido” del Sínodo de la sinodalidad

Se propone repensar la Iglesia, transformándola en una nueva “Iglesia constitutivamente sinodal”, cambiando elementos fundamentales de su constitución orgánica. Este cambio podría ser radical, ya que algunos documentos sinodales hablan de una “conversión”… Este sínodo no pretende discutir cuestiones doctrinales o pastorales, para llegar después a ciertas conclusiones, sino emprender un “proceso eclesial” para reformar la Iglesia (p. 12.).

La finalidad del Sínodo: una Iglesia con la pirámide invertida

Según el vaticanista Jean-Marie Guénois, Francisco “está preparando su reforma capital: la de la sinodalidad. Espera convertir a la Iglesia, piramidal, centralizada y clericalizada, en una comunidad más democrática y descentralizada donde el poder se comparta más con los laicos” (p. 13).

La influencia del “Camino sinodal alemán” en el Sínodo de la sinodalidad

Entre los defensores más radicales de la “conversión sinodal” de la Iglesia se encuentra una mayoría de obispos alemanes… En las intenciones de sus promotores, el Weg no debería limitarse a Alemania… Llevado a sus últimas consecuencias, el Weg implicaría una profunda subversión de la Santa Iglesia… Así lo afirma el cardenal Gerhard Müller, antiguo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe: “Sueñan con otra Iglesia que no tiene nada que ver con la fe católica (…) y quieren abusar de este proceso, para llevar a la Iglesia Católica, no solo en otra dirección, sino hacia la destrucción de la Iglesia Católica” (p. 13-14).

El ejemplo de la sinodalidad en Inglaterra y su tremendo fracaso

Tomemos el ejemplo de la Iglesia de Inglaterra, que emprendiósu particular “camino sinodal” en la década de 1950. Es digno de mención el testimonio de Gavin Ashenden, antiguo obispo anglicano y capellán de la Reina Isabel, que se convirtió al catolicismo: “Creo que los antiguos anglicanos pueden ser de alguna ayuda, porque ya han visto la artimaña de la sinodalidad aplicada a la Iglesia de Inglaterra, con efectos divisorios y destructivos. Como antiguos anglicanos, ya hemos visto esta trampa. Forma parte de la espiritualidad de los progresistas. En pocas palabras, envuelven contenidos cuasi marxistas en lenguaje espiritual y luego hablan del Espíritu Santo” (p. 15).

Origen análogo de la Sinodalidad: el conciliarismo

Ya a principios del siglo XV, con el pretexto de adaptar la Iglesia a la nueva mentalidad nacida con el Humanismo, surgió la corriente llamada “conciliarista”, que pretendía reducir el poder jerárquico del Papa en favor de una asamblea conciliar. La Iglesia debía estructurarse, como expresión de la voluntad de los fieles, en “sínodos” locales y regionales ampliamente autónomos, cada uno con su propia lengua y costumbres. Estos sínodos debían reunirse periódicamente en un “concilio general” o “santo sínodo”, detentor de la máxima autoridad en la Iglesia. El Papa, reducido a primus inter pares, tendría a su vez que someterse a las decisiones de los concilios, mediante el voto igualitario de los participantes (p. 16).

Algunos católicos se sienten perplejos

“Ante un panorama tan sombrío, muchos católicos se sienten perdidos, desanimados, confusos, perplejos e incluso decepcionados. Y no todos reaccionan adecuadamente.

Algunos ceden a la tentación del sedevacantismo: abandonan la Iglesia para volverse autorreferenciales. Otros sucumben a la tentación de la apostasía: abandonan la Iglesia para abrazar otras confesiones. La mayoría se hunde en la indiferencia: abandonan a la Iglesia a su triste destino… ¡Se equivocan de manera flagrante! Amicus certus in re incerta cernitur. Es precisamente ahora cuando la Santa Iglesia necesita hijos amorosos e intrépidos que la defiendan de sus enemigos, externos e internos. ¡Dios nos pedirá cuentas!” (17-18).

1. ¿Qué es el Sínodo de los Obispos? (los números iniciales de los párrafos corresponden a las preguntas del libro)

“El Sínodo de los Obispos es un organismo permanente de la Iglesia Católica, externo a la Curia Romana, que representa al episcopado… Tiene una función meramente consultiva, pero puede gozar de función deliberativa cuando el Papa se lo concede” (p. 19)

2. ¿Las conclusiones de un Sínodo son de suyo vinculantes?

No. En el pasado, el Documento Final de un Sínodo de los Obispos no tenía valor magisterial, pues su rol era de dar sugerencias al Sumo Pontífice… Después de las reformas introducidas por el Papa Francisco en 2015, el Documento Final pasa directamente a hacer parte del Magisterio ordinario si es aprobado expresamente por el Pontífice (p. 20).

3. ¿Pueden un Sínodo de los Obispos, o un Papa, cambiar la doctrina o las estructuras de la Iglesia Católica?

No. Ni el Papa, ni el Sínodo de los Obispos (p. 20).

4. ¿Qué cambios introdujo el Papa Francisco en el Sínodo de los Obispos?

“El Papa propuso un plan para crear una nueva “Iglesia sinodal”. La premisa es que, por el sentido sobrenatural de la fe (sensus fidei), todo el Pueblo de Dios no puede equivocarse (infalible in credendo), y además tiene “olfato” para encontrar los caminos que el Señor abre a su Iglesia. La Iglesia sinodal sería una Iglesia de la escucha recíproca entre el pueblo fiel, el colegio episcopal y el obispo de Roma (p. 21).

5. ¿Qué justificación ofrece el Papa Francisco para esa alteración radical del Sínodo de los Obispos?

“Según el Papa Francisco, los obispos son, al mismo tiempo, maestros y discípulos. Maestros cuando anuncian “la Palabra de la verdad en nombre de Cristo cabeza y pastor”. Pero también discípulos cuando, “sabiendo que el Espíritu ha sido dado a todo bautizado, se pone[n] en escucha de la voz de Cristo que habla a través de todo el Pueblo de Dios, haciéndolo «infalible ‘in credendo’»” (p. 22)

6. ¿Cuál es el tema y el itinerario del próximo Sínodo?

El tema escogido es: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Se trata, según el Papa, de “caminar juntos, laicos, pastores, Obispo de Roma”.16 La mayor dificultad que hay que superar “es este clericalismo que separa al sacerdote, al obispo, del pueblo… Caminar juntos descubre como su línea sea más bien la horizontalidad en lugar de la verticalidad”… En el próximo Sínodo, pues, no se discutirá sobre un tema pastoral específico, como normalmente sucede en estas asambleas, sino sobre la propia estructura de la Iglesia. Por eso se le conoce también como “Sínodo sobre la sinodalidad”. (p. 23).

7. ¿Este Sínodo desea llegar a ciertas conclusiones, o iniciar un proceso?

El Documento Preparatorio propone emprender “un proceso eclesial participado e inclusivo”… Este enfoque fluido debe a su vez verse en la perspectiva más amplia del actual Pontificado, que privilegia el devenir y no el ser, el cambio y no la estabilidad, la investigación y no la certeza: “Debemos iniciar procesos y no ocupar espacios” (p. 24).

12. ¿Qué implicaciones tendrá la sinodalidad en la vida de la Iglesia?

Esa escucha de toda la comunidad implica en una reformulación de la autoridad dentro de la Iglesia. Según el Papa Francisco, habría que invertir la estructura jerárquica de la Iglesia: “En esta Iglesia, como en una pirámide invertida, la cima se encuentra por debajo de la base”… Según el cardenal Mario Grech, secretario del Sínodo, Francisco… Al invertir la pirámide, la analogía de Francisco reformula la autoridad como dependiente de la recepción (escuchar y aprender de los demás) dentro de la Iglesia” (p. 30-31).

14. ¿Existe un sentido tradicional de “escucha” de los fieles por parte de los pastores?

Sí. No cabe duda que un buen pastor tiene el deber de inclinarse sobre sus ovejas para escuchar y comprender su situación espiritual y sus aspiraciones. Pero la “escucha” tiene hoy un sentido muy diferente: la obligación de colocarse en sintonía con las ovejas. El criterio de evaluación deja de ser la Verdad revelada y la rectitud de la conciencia y pasa a ser la acogida de las aspiraciones de los fieles (p. 32).

15. ¿Cuál es el inconveniente del concepto moderno de “escucha”?

La Iglesia Católica siempre partió del lado opuesto: tomando como fundamento las verdades de la fe, conocidas a través de la Revelación contenida en la Biblia y en la Tradición, las aplicaba a la vida concreta, según las circunstancias de tiempo y lugar, para iluminar y guiar a los hombres hacia la salvación eterna. La tendencia del Sínodo sobre la sinodalidad es hacer al revés, es decir, partir desde la situación concreta para elaborar una pastoral y una disciplina que se adapten a ella. Tal método presupone una concepción “historicista” que no parte de la Verdad revelada, sino de una situación histórica concreta, a la que la Iglesia debería adaptarse. (p. 33).

17. ¿Qué justificación teológica es dada para la necesidad de la escucha?

El Papa Francisco, los organizadores del Sínodo y los documentos preparatorios insisten en que “la totalidad de los fieles que tienen la unción del Santo no puede equivocarse en la fe. (…) Aquel famoso infallibile ‘in credendo’” (p. 35).

18. ¿Cómo saber, entonces, cuándo las creencias de los fieles son realmente infalibles?

El único método seguro es aplicar la regla de san Vicente de Lerins: es infalible aquello que fue creído siempre, en todo lugar y por todos (quod semper, quod ubique, quod ab omnibus); o sea, la doctrina tradicional de la Iglesia. “El sensus fidelium no es lo que puedan pensar los laicos y los sacerdotes en un momento dado, sino el consenso entre los obispos y hasta el último de los fieles, en todo el mundo, a lo largo de los siglos”, explica el ya citado padre Nazir-Ali (p. 36).

25. ¿Es cierto que los promotores del Sínodo insisten en que se preste especial atención a la voz de las “minorías marginadas”?

El Vademécum para el Sínodo sobre la sinodalidad preparado por la Secretaría del Sínodo insiste en que “es importante que hagamos todo lo posible por escuchar las voces de todos, especialmente de los marginados… “De hecho, a veces la perspectiva de lo que podríamos llamar una ‘aportación minoritaria’ puede constituir un testimonio profético de lo que Dios quiere decirle a la Iglesia”” (p. 41)

26. ¿Cuáles serían estas “experiencias desafiantes y negativas” cuyo “testimonio profético” fue recogido en las consultas diocesanas?

El Documento de Trabajo para la Etapa Continental del Sínodo enumera algunas…: “los divorciados vueltos a casar,los padres y madres solteros, las personas que viven en un matrimonio polígamo, las personas LGBTQ” (p. 42).

27. ¿Esto se ha reflejado en las consultas a nivel continental?

Leemos por ejemplo en la Síntesis norteamericana: “En la Asamblea Continental, como en nuestros informes nacionales, hubo un profundo deseo de mayor inclusión y acogida dentro de la Iglesia. De hecho, uno de los principales factores que rompen la comunión es la experiencia de muchos de que ciertas personas o grupos no se sienten bienvenidos en la Iglesia. Los grupos consultados durante la Etapa Continental incluyeron mujeres, jóvenes, inmigrantes, minorías raciales o lingü.sticas, personas LGBTQ+, personas divorciadas que se han vuelto a casar sin una anulación” (42-43).

28. ¿Qué dice el Documento de Trabajo para la Etapa Continental sobre la ordenación de mujeres?

Entre las “minorías excluidas” estarían las mujeres… El Documento de Trabajo para la Etapa Continental… afirma que, finalmente, que muchos reclaman el diaconado femenino y la posibilidad de que las mujeres puedan predicar. Algunos proponen la ordenación sacerdotal de las mujeres… . Francisco determinó que hasta el 25% de los participantes en el Sínodo sean seglares, hombres y mujeres, todos con igual derecho a voto que los obispos. (p. 43).

32. ¿La “inclusión radical” es la clave para entender el próximo Sínodo?

Sí. El Vademécum (Vademécum para el Sínodo sobre la sinodalidad) afirma que “hay que hacer esfuerzos genuinos para asegurar la inclusión de los que están en los márgenes o se sienten excluidos” (p. 48).

34. ¿Se puede considerar esta “inclusión” como continuadora de la “Iglesia de los pobres” propuesta por la Teología de la Liberación?

Hablando de una “Iglesia para heridos y rotos” (diríamos para “oprimidos”), el documento latinoamericano afirma: “En varios llamados se recuerda que en el espíritu de Jesús hay que ser inclusivos con los pobres, comunidades LGTBIQ+, parejas en segunda unión, sacerdotes que quieran regresar a la Iglesia en su nueva situación, las mujeres que abortan por temor” (p. 50)

37. En teoría, el proceso sinodal debería consultar a todo el “pueblo de Dios”. En la realidad, ¿esto se ha realizado?

Y, por coincidencia o por deliberación, se trata en general de minorías progresistas, ya consagradas a la lucha por la reforma de la Iglesia. Por ejemplo, la Conferencia Episcopal Francesa informó que 150.000 personas se habían “movilizado para contribuir a la reflexión sobre el sínodo de 2023 sobre la sinodalidad”… el 0.35% de todos los católicos en Francia. Un documento del Sínodo Nacional de la Iglesia Católica española afirma: “En este camino compartido han participado en España… el 0.77% de los católicos. Estas cifras son similares en casi todos los países: en Austria participaron 1.04% de los católicos; en Bélgica 0.54%; en Irlanda 1.13%; en Inglaterra 0.79%; en América Latina 0.21%; y hasta en la católica Polonia, la participación fue de apenas 0.58%. (p. 54)

43. ¿Cuál es el principal problema de la Iglesia, según los promotores del Sínodo?

Según los promotores del Sínodo, el principal problema de la Iglesia sería el “clericalismo”, o sea sus estructuras jerárquicas que la dividen entre clérigos y seglares, entre Ecclesia docens y Ecclesia discens (p. 58).

44. ¿Cuál sería el remedio al “clericalismo”?

El remedio al “clericalismo” sería la implementación de la “corresponsabilidad”, a través del reconocimiento de la igual dignidad de todos los bautizados y del valor de los “carismas” y “ministerios” laicales (p. 59)

52. ¿Hasta dónde se pretende llevar el reconocimiento de los “carismas” y los “ministerios” laicales en la Iglesia?

Algunas propuestas parecen bastante radicales. Es el caso, por ejemplo, de la Síntesis continental de América Latina y del Caribe… Recordemos que en los documentos del Sínodo amazónico se pedía, entre otras cosas, que la acción de los brujos y chamanes fuese reconocida como un “ministerio” de la Iglesia (p. 63-64)

53. ¿Qué es el Synodaler Weg (camino alemán)?

Synodaler Weg quiere decir Camino Sinodal, y es el particular modo que ha escogido la Iglesia Católica en Alemania para adaptarse a la sinodalidad, independientemente del Sínodo universal, e incluso adelantándose al mismo (p. 65).

Los alemanes parecen dispuestos a seguir por este camino. El Synodaler Weg no tiene una forma definida, sino que se presenta como un “proceso” que cambia a lo largo del camino. El sitio oficial del Weg afirma: “El camino sinodal no tiene una forma definida por el derecho canónico, sino que es sui generis. (…). Se puede definir como un proceso que recorre un camino”.

Este “camino” debe ser totalmente abierto. En la reunión general de Lingen, el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich y entonces presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, dijo: “La fe solo puede crecer y profundizarse si uno se libera de los bloqueos en el pensamiento, si uno enfrenta un debate libre y abierto y desarrolla la capacidad de asumir nuevas posiciones y abrir nuevos caminos” (p. 66).

54. ¿El Synodaler Weg se distingue, pues, del Sínodo universal?

Formalmente sí, en el sentido que es un proceso de la Iglesia en Alemania, autónomo y paralelo al proceso sinodal universal. En realidad, el Weg es considerado, en las intenciones declaradas de sus principales protagonistas como veremos más adelante, casi como una locomotora que moverá a los otros vagones en el proceso sinodal mundial inaugurado en 2015 (p. 67).

57. ¿Cuál es la importancia del Synodaler Weg?

El Synodaler Weg se presenta no solo como un camino específico para la Iglesia en Alemania, sino como modelo para el Sínodo general convocado en Roma (p. 70).

60. ¿El Weg supone un cambio de paradigma cultural en la Iglesia?

Sí. “El Sínodo debe conducir a un cambio de paradigma cultural (…) y a un cambio en la praxis de la Iglesia”, dice Mons. Georg Bätzing (presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y principal promotor del Weg). En otras palabras, el Weg deberá cambiar no apenas elementos accidentales de la Iglesia, sino sus propios cimientos.

Escribe Gregor Podschun, presidente de la Federación de la Juventud Católica Alemana y figura importante en el Weg: “Esta Iglesia tendrá que destruirse, solo entonces podremos construir una nueva Iglesia. (…) Esto suena radical y, en realidad, lo es” (p. 73-74).

62. ¿Qué soluciones propone el Synodaler Weg?

Para superar el “clericalismo” imperante en la Iglesia, cambiando su estructura jerárquica y su moral, los promotores del Weg proponen:

1. La participación de los laicos en el nombramiento de obispos y una democratización de las estructuras de la Iglesia;

2. La superación de la obligación del celibato para los sacerdotes;

3. La admisión al Orden sagrado de personas homosexuales;

4. La apertura del ministerio sacramental a las mujeres;

5. La revalorización de la homosexualidad, y la aceptación de las uniones entre personas del mismo sexo;

6. La condenación de la moral sexual tradicional de la Iglesia (p. 75).

64. ¿Qué pretenden los promotores del Weg en lo que se refiere al gobierno de la Iglesia?

Los promotores del Weg proponen una deconstrucción de las estructuras jerárquicas de la Iglesia que produzca cambios profundos en su sistema de autoridad (p. 76).

65. ¿Hubo consenso para la formación de dicho Consejo?

No. Algunos obispos se opusieron. Esta especie de parlamentarismo que se introduciría en la Iglesia escandalizó hasta al propio cardenal Walter Kasper, por cierto no un conservador: “Los sínodos no pueden convertirse en instituciones permanentes. La tradición de la Iglesia no conoce un gobierno eclesiástico sinodal. Un consejo supremo sinodal, tal y como se plantea ahora, no tiene ninguna base en toda la historia de la constitución [de la Iglesia]. No sería una renovación, sino una innovación sin precedentes” (p. 77)

66. ¿El Vaticano aprobó este Consejo Sinodal?

No. En una carta fechada el 16 de enero de 2023 (aprobada por el Papa): “El Consejo Sinodal constituiría una nueva estructura de gobierno de la Iglesia en Alemania, que parece colocarse por encima de la autoridad de la Conferencia Episcopal Alemana, llegando de facto a reemplazarla. (…) Queremos aclarar que ni el Camino Sinodal, ni ningún organismo por él establecido, ni ninguna Conferencia Episcopal tienen competencia para constituir el Consejo Sinodal a nivel nacional, diocesano o parroquial” (p. 77-78).

68. ¿Cómo se relaciona el problema de la ordenación de las mujeres con la temática del Sínodo?

Las mujeres serían una de esas “minorías marginadas” que se trataría de “incluir” en la vida de la Iglesia. Para eso, deberían poder acceder a todos los niveles de autoridad y del sacramento del Orden. “Esperamos que [la Iglesia] manifieste con claridad cómo puede imaginar a las mujeres como diáconos y como sacerdotes, basado en los argumentos teológicos discutidos en el Foro Sinodal”, leemos en una propuesta recibida en la diócesis de Aquisgrán (p. 79).

71. ¿Cómo se relaciona el problema de los homosexuales con la temática del Sínodo sobre la sinodalidad?

Los homosexuales, y más ampliamente las personas LGBT, serían otra de esas “minorías marginadas” que se trataría de “incluir” en la vida de la Iglesia, dentro de una visión “abierta” y “fraterna” de la misma. “Esperamos cambios hacia una Iglesia con equidad de género”, leemos en una propuesta para el Sínodo de la diócesis de Aquisgrán. Para llevar adelante esta “inclusión”, habría que cambiar la doctrina moral de la Iglesia (p. 81-82).

74. ¿Qué significa, entonces, “incluir” a los homosexuales en la Iglesia?

El cardenal Robert McElroy, arzobispo de San Diego, Estados Unidos. En un artículo publicado en la revista jesuita America, afirmó que el Sínodo debería“incluir aquellos que están divorciados y vueltos a casar sin una declaración de nulidad de la Iglesia, miembros de la comunidad LGBT y aquellos que están casados civilmente pero no han estado casados por la Iglesia”. Esta “inclusión” implicaría la recepción de la Sagrada Comunión por parte de personas que objetivamente viven en pecado público: “He propuesto que los católicos divorciados vueltos a casar o las personas LGBT que buscan ardientemente la gracia de Dios en sus vidas no sean excluidos categóricamente de la Eucaristía” (p. 83-84).

75. Para poder “incluir” a los homosexuales ¿habría que cambiar la doctrina moral de la Iglesia?

Sí. Un documento preparatorio del Weg alemán afirma: “Estamos convencidos de que la reorientación de la pastoral no será posible sin una profunda reforma de la moral sexual de la Iglesia. (…) En particular, la enseñanza que considera éticamente legítimas las relaciones sexuales solo en el marco de un matrimonio legítimo, y solo en la constante apertura a la procreación, ha llevado a una amplia ruptura del Magisterio con los fieles”.

Igualmente leemos en otro documento del Weg: “En la línea de esta reevaluación de la homosexualidad, entre otras cosas, habría que revisar los párrafos 2357-2359 y 2396 (homosexualidad y castidad) del Catecismo [de la Iglesia Católica]. (…) En el Compendio del Catecismo, los actos homosexuales deberían ser eliminados de la lista de pecados graves contra la castidad. (…) Su sexualidad—realizada incluso en los actos sexuales— no es un pecado que los separa de Dios, y no puede ser juzgada como intrínsecamente mala”. (p. 84-85).

77. ¿Los promotores del Weg son los únicos que piden esta “inclusión” de los homosexuales?

No. Como vimos, casi todos los documentos conclusivos de las etapas continentales del camino sinodal (Síntesis continentales), mencionan explícitamente la necesidad de “incluir” a las personas LGBT (p. 86).





https://youtu.be/jGTzyXm1bwo