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jueves, 31 de mayo de 2018

Lo que ocurre en Alemania no se queda en Alemania



La COPE no es la Iglesia (la Conferencia Episcopal, tampoco) [Carlos Esteban]



El católico tiene vedado el optimismo ramplón del mundo, tanto como el pesimismo mundano. No puede pensar que se acerca una Edad de Oro construida por el hombre, esa que venden las ideologías y se deduce de la omnipresente mitología del progreso, y tiene muy claro que la expresión de la Salve, “este valle de lágrimas”, no es exagerada o inoportuna. El autor de El Señor de los Anillos, J. R. R. Tolkien, hablaba en católico cuando decía concebir la Historia como una sucesión de derrotas.

Pero, por otra parte, también participamos de un ‘optimismo ontológico’, nacido de saber que Cristo no vencerá al mundo, sino que ya lo ha vencido -Nolite timere, ego vici mundum-, que la ‘pélicula’ de la Creación tiene un final feliz y está cumplido. Es el ‘Non Praevalebunt’ -las Puertas del Infierno no prevalecerán sobre la Iglesia-, al que de forma tan irreverente, rozando lo blasfemo, se ha referido el Secretario de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, en referencia a una empresa radiofónica, COPE.

Porque COPE, en el mejor de los casos, pertenecería a esas empresas fugaces, por humanas, sobre las que no solo se nos permite ser pesimistas, sino que casi se nos invita a ello. Desde luego, la Historia está repleta de ruinas católicas bastante más serias, benéficas y altruistas que COPE.

Eso, en el mejor de los casos, que no se da en este. Porque COPE, como su hermana 13TV, solo puede considerarse un medio de comunicación católico estirando abusivamente el adjetivo. Con más precisión deberíamos hablar de ‘medio clerical’, es decir, puesto al servicio de los intereses de una casta cuya confusión interesada con la Iglesia toda ha sido causa de muchos de los males que vivimos.

La confusión es tal que desde nuestra jerarquía siempre se ha torcido el gesto a toda iniciativa periodística surgida del laicado católico si no llevaba el prescriptivo olor a sotana y sacristía.

Que estos medios ‘de la Iglesia’ no son medio de evangelización principalmente se puede comprobar fácilmente sintonizándolos en casi cualquier momento. Lejos de ello, estos medios han puesto a la Iglesia en baratillo al unirla en aberrante matrimonio con los intereses de un partido, el que ocupa el gobierno, que se pasa alegremente por el forro no ya los principios irrenunciables de que hablara Benedicto XVI, sino cualquier asociación con la fe cristiana, “salvo en alguna cosa”.

No hay, pues, razón alguna para que Gil Tamayo bastardee las Escrituras para hacer de ese cuestionable instrumento de poder del clero español que actúa como ‘cheerleaders’ de un partido en tantas cosas anticristiano, una ‘obra de Dios’. La COPE, afortunadamente, no es la Iglesia; por no serlo, ni siquiera la Conferencia Episcopal Española es la Iglesia. Y no solo las puertas del infierno pueden prevalecer contra ella, sino también, esperemos, las del Cielo.


Carlos Esteban

Athanasius Schneider Iglesia Militante


Duración 51:24 minutos

Cuando no hay batalla, no hay cristiandad. Cuando no hay batalla, no hay verdadera Iglesia de Dios, no hay verdadera Iglesia Católica. 

El Concilio Vaticano II nos enseña: "A través de toda la historia humana existe una dura batalla contra el poder de las tinieblas, que, iniciada en los orígenes del mundo, durará, como dice el Señor, hasta el día final. Enzarzado en esta pelea, el hombre ha de luchar continuamente para acatar el bien, y sólo a costa de grandes esfuerzos, con la ayuda de la gracia de Dios, es capaz de establecer la unidad en sí mismo. "(Gaudium et spes, 37)

Esta dramática situación de "todo el mundo [que] está en poder del maligno" (1 Jn 5:19; ver 1 Pedro 5: 8) hace que la vida del hombre sea una batalla. (véase Catecismo de la Iglesia Católica, 409)

NOTA: El vídeo se oye en español

Noticias varias 30 de mayo de 2018



Life Site News

El viejo orden de Irlanda ha sido barrid por un nuevo orden que mata a los niños

Radio Roma Libera

Volver a la Iglesia militante (Monseñor Schneider)

Adelante la Fe (One Peter Five)

¿Por qué todos los obispos chilenos ofrecieron su renuncia al Papa? (Steve Skojec)

The Remnant

Come Back, My Sisters (Remembering the Women Who Educated America)


Que se vayan al Sáhara (Padre Jorge)

La Nuova Bussola Quotidiana


First Things

La gracia bajo presión (George Weigel)

Selección por José Martí

Dominique Wolton asegura que al Papa solo lo quieren “los ateos y los agnósticos” (Carlos Esteban)



En una entrevista concedida al diario ABC, el sociólogo francés Dominique Wolton asegura que le comentó al propio Papa, con quien ha conversado para documentarse para un libro sobre el Pontífice (‘Política y sociedad’), que “los católicos de derecha no le quieren, los de izquierda tampoco, porque va usted más lejos que ellos y es más libre. Los únicos que le quieren son los agnósticos y los ateos”.

El Papa, continúa Wolton, rompió a reír ante el comentario.

Wolton no es precisamente una “fuente hostil”; habla de Francisco con sincera admiración, apreciando su cercanía y afabilidad. “Bromea muchísimo, es muy cálido y cercano”, asegura Wolton. “Francisco siempre es muy natural. Su éxito mundial obedece a que no habla como un Papa, habla como un laico y además es bastante político. Para ser más precisos este hombre vive y aplica el Evangelio. No le gustan los ricos, ni le gustan los poderosos, como en los Evangelios”.

De ahí, opina el sociólogo, viene la oposición al Pontífice desde diversos sectores: 

“Las resistencias proceden de los conservadores porque el Papa critica a la Curia, quiere a las mujeres en la Curia, pide que se tome en consideración la situación personal de los divorciados vueltos a casar para que puedan comulgar, quiere acabar con la industria de las armas, defiende la ecología y no se opone a la unión civil de los homosexuales”.
Naturalmente, no deja de ser la visión de Wolton, que ha mantenido conversaciones con Francisco entre febrero de 2016 y febrero de 2017, pero quizá el autor no aprecia que esas afirmaciones que desgrana y que supuestamente provocan por igual el recelo de los ‘conservadores’ no están ni mucho menos en el mismo plano.

- Criticar a la Curia es casi una tradición, y no es probable que altere al más sensible de los católicos ‘conservadores’.

- Introducir mujeres en la Curia parece responder más a un prurito de seguir las modas del mundo, y es legítimo preguntarse si conviene o no, pero tampoco debería alarmar a nadie, porque la Curia no es una institución de derecho divino, sino una mera administración.

- “Tomar en consideración la situación de los divorciados vueltos a casar para que puedan comulgar” es algo que se hace desde antes de que Francisco llegara a la Cátedra de Pedro. Otra cosa es que la solución sugerida sea, en opinión de muchos, un modo de condonar el adulterio.

- Acabar con la industria de las armas es un pío deseo pero, si se me permite la comparación, está al nivel del discurso de una Miss Mundo. Defiende la ecología, claro: ¿quién está contra la ecología? Cosa muy distinta es estar a favor de grupos ecologistas que anteponen el bien de cualquier especie a la humana, o que convierte a la tierra en un ídolo, una diosa, la Pachamama o Gaia.

- Pero estar a favor de la unión civil de los homosexuales sería preocupante. Y digo “sería” porque no me consta fehacientemente la opinión de Su Santidad. Significaría, simple y llanamente, estar a favor del pecado habitual, y no uno especialmente leve.

Representaría, además, una paradójica situación, porque supondría decirle a los heterosexuales que deben guardar la castidad y abstenerse de mantener relaciones que son, de suyo, naturales, al tiempo que se permitiría a los homosexuales ‘barra libre’ para esas otras relaciones que la Iglesia considera contra natura.

No creo, pese a todo, que al Papa sólo le quieran “agnósticos y ateos”. Eso sería admirable, sería el abandonar el rebaño para ir en busca de la oveja perdida, y si realmente le quisiesen, dejarían de ser agnóstico y ateos y los traería a Cristo.

Desgraciadamente, y por el momento, no es lo que estamos viendo.

Carlos Esteban

miércoles, 30 de mayo de 2018

El concepto mítico de pueblo es un peligro para la democracia


 
 
 

Sobre el cardenal electo, monseñor Toribio Ticona


EL INFIERNO (II) (Capitán Ryder)

En este post, Monseñor Segur, desgrana la infinidad de testimonios históricos, proféticos, evangélicos que hacen referencia al infierno.
El Señor, en su infinita misericordia, ha impreso en la conciencia de todos los pueblos esta gran verdad, para que todos ellos tengan su oportunidad de alcanzar la salvación.
Vamos con algunos, de los infinitos, testimonios que ponen de manifiesto esta gran e incomoda verdad, hoy en día.
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Desde un principio se encuentra consignada claramente la existencia de un infierno eterno de fuego en los más antiguos libros conocidos, los de Mises … En ellos se encuentra el nombre mismo del infierno, con todas sus letras.

Así, en el capítulo decimosexto del libro de los Números, vemos a los tres levitas Coré, Dathan y Abiron que habían blasfemado de Dios y rebelándose contra Moisés, “tragados por el infierno”, repitiendo el texto: “Y bajaron vivos al infierno; y el fuego que hizo salir el Señor devoró a otros doscientos cincuenta rebeldes”.

Moisés escribía esto más de mil seiscientos años antes del nacimiento de nuestro Señor, es decir, hace cosa de tres mil quinientos años.

En el Deuteronomio dice el Señor por boca de Moisés: “se ha encendido en mi cólera el fuego, y sus ardores penetrarán hasta las profundidades del infierno”.

En el libro de Job, escrito también por Moisés, según parecer de los más grandes sabios, los impíos, cuya vida rebosa de bienes, y que dicen a Dios: “No tenemos necesidad de Tí, no queremos tu ley: ¿para qué servirte y rogarte?” esos impíos caen de repente en el infierno.

Job llama al infierno “la región de las tinieblas, la región sumergida en las sombras de la muerte, la región de las desdichas y las tinieblas, en la que no existe orden alguno, pero donde reina el horror eterno". He aquí testimonios ciertamente más que respetables y que se remontan a los más apartados orígenes históricos.

Mil años antes de la Era cristiana, cuando no se trataba aún de historia griega ni romana, David y Salomón hablan con frecuencia del infierno como de una gran verdad, de tal modo conocida y admirada de todos, que no hay necesidad de demostrarla. En el libro de los Salmos, David dice, entre otras cosas, hablando de los pecadores: “Sean arrojados al infierno; que los impíos sean confundidos y precipitados al infierno”. Y en otra parte habla de los “dolores del infierno”.

Salomón no es menos explícito. Refiriendo los propósitos de los impíos que quieren seducir y perder al justo, dice: “devorémoslo vivo, como hace el infierno”. Y en aquel hermoso pasaje del libro de la Sabiduría, en que tan admirable pinta la desesperación de los condenados, añade: “He aquí lo que dicen en el infierno, aquellos que han pecado, pues la esperanza del impío se desvanece como el humo que el viento se lleva”.

En otro de sus libros, llamado Eclesiástico, dice también: “La multitud de los pecadores es como un manojo de estopa, y su último fin es la llama de fuego; tales son los infiernos y las tinieblas y las penas”.

Dos siglos después, más de ochocientos antes de Jesucristo, el gran profeta Isaías decía a su vez: “¿Cómo has caído de lo alto de los cielos, oh Lucifer? Tú que decías en tu corazón: Yo subiré hasta el cielo y seré semejante al Altísimo, te vemos precipitado en el infierno, en el fondo del abismo”

En otro pasaje de sus profecías, Isaías habla del fuego, “del fuego eterno del infierno”. "Los pecadores, dice, deben temblar de espanto. ¿Quién de vosotros podrá habitar en el fuego devorador, en las llamas eternas?"

El profeta Daniel, que vivió doscientos años después de Isaías, dice, hablando de la resurrección final y del juicio: “Y la muchedumbre de aquellos que duermen en el polvo, se despertarán, los unos para la vida eterna, los otros para un oprobio que no acabará nunca”.

Existe igual testimonio de los demás profetas, hasta el precursor del Mesías, San Juan Bautista, el cual habla al pueblo de Jerusalén del fuego eterno del infierno, como de una verdad de todos conocida y de la que nadie jamás ha dudado. Hablando de Cristo que viene, exclama:  "En su mano tiene el bieldo y limpiará su era y recogerá su trigo (los elegidos) en el granero, pero la paja (los pecadores) la arrojará al fuego inextinguible” (Mt 3, 12)

La antigüedad pagana, griega y latina, nos habla igualmente del infierno y de sus terribles castigos, que no tendrán fin. Bajo formas más o menos exactas, según que los pueblos se alejaban más o menos de las tradiciones primitivas y de las enseñanzas de los Patriarcas y Profetas, se encuentra siempre la creencia de un infierno, de un infierno de fuego y de tinieblas.

Tal es el Tártaro de los griegos y de los latinos. “Los impíos que han despreciado las santas leyes, son precipitados en el Tártaro para no salir jamás, y para sufrir allí horribles y eternos tormentos”, dice Sócrates, citado por Platón, discípulo suyo.

Y Platón dice también: “Debe prestarse fe a las antiguas y sagradas tradiciones, que enseñan que después de esta vida el alma será juzgada y castigada severamente, si no ha vivido como convenía”. Aristóteles, Cicerón, Séneca, hablan de las mismas tradiciones, que se pierden en la noche de los tiempos.

Homero y Virgilio las han revestido de los colores de su inmortal poesía. ¿Quién no ha leído la relación de la bajada de Eneas a los infiernos, donde bajo el nombre de Tártaro, de Platón, etc, hallamos las grandes verdades primitivas, desfiguradas, pero conservadas por el Paganismo? Los suplicios de los malos son allí eternos, y uno de ellos está pintado como “fijo, eternamente fijo, en el infierno”


El infierno, Monseñor Segur
Capitán Ryder

¿Por qué el aborto es importante para la izquierda? (José Carlos Rodríguez)


Un grupo de feministas reclama la legalización del aborto en Argentina.

La práctica de matar a los hijos incluso antes de que éstos nazcan no es en absoluto nueva. Lo que es reciente es la creación de un movimiento social que defiende el derecho de los padres, y en particular el de las madres, de practicar un aborto. De hacerlo, además, por consideraciones que van más allá de la salud de la madre, como pueden ser el hecho de que la concepción no haya sido deseada, o de que rompa sus planes vitales, o sus expectativas profesionales o económicas. También se ha defendido como un instrumento ideal para mejorar la sociedad, por medio del control de la natalidad que permitiría bien limitar la población, bien hacerla más perfecta desde el punto de vista racial. Incluso se ha utilizado como medio de protesta por las condiciones laborales.

En la historia de este movimiento se suele citar a la inglesa Marie Stopes, pero ella era una firme defensora del control de la natalidad, pero no del aborto, y prefería buscar alternativas a terminar de manera dramática la llegada de un bebé no deseado. Para ella la alternativa era la prevención por métodos anticonceptivos. Stopes creó la Sociedad para el Control Constructivo de la Natalidad y el Progreso Racial. Al otro lado del Atlántico, Margaret Sanger tenía una posición muy parecida, favorable al control de los nacimientos para la mejora de la raza, pero crítica con el aborto.

Ya a comienzos del siglo pasado, Stella Browne planteó el derecho al aborto, y lo hizo en unos términos que nos resultan familiares. Si la mujer podía acabar con la vida de su hijo antes de que naciera, tendría un control total sobre su cuerpo y su sexualidad. También asumió las teorías de Thomas R. Malthus, según las cuales hay que elegir entre la prosperidad y el crecimiento de la población.

Esos términos, los expuestos por Stella Browne, son los que se han impuesto en el movimiento pro aborto: Liberada de la necesidad de tener que continuar con un embarazo, deseado o no, la mujer tiene más opciones para organizar su vida. Se pone en pie de igualdad con el hombre, cuya vinculación con la persona concebida es menor. Y llegamos así a la nueva sociedad, en la que encajan las expresiones “liberación de la mujer” e “igualdad real entre hombres y mujeres”.

No es casualidad que los primeros éxitos del movimiento pro abortista tuviesen lugar en regímenes totalitarios. En Rusia se legalizó en 1920. En la alemania nacional socialista, en 1938. La URSS fue el primer régimen que impuso el aborto libre y gratuito. Tiene una lógica aplastante, pues en un sistema socialista el control es más fácil cuando la población es menor. Eso lo entendía Lenin perfectamente. No en vano, inició una guerra contra su propio pueblo de un alcance y brutalidad desconocidas para la humanidad hasta entonces, y el objetivo de crear esa maquinaria de exterminio era el control político.
“Si transige con el aborto, la Iglesia pone en peligro todo el dogma. La izquierda lo sabe, y entiende que la religión católica, y en realidad el cristianismo en general, son un obstáculo para sus planes”
Las pretensiones del régimen nazi eran menos ambiciosas, y más en línea con la moral progresista de entonces. Cuando se habla de darwinismo social se suele pensar en William Graham Sumner y “la supervivencia del más apto”, pero el mayor influjo de Darwin en el pensamiento social fue en la izquierda.

Y con un razonamiento en principio atractivo: Todos los animales están sometidos a las leyes de la evolución; todos menos el hombre. El hombre es el único que conoce el ambiente y las condiciones de esa evolución, y que puede cambiarlos. Si lo hace, habrá tomado el control de su propia evolución, y será capaz de crear una sociedad sobre bases nuevas. Y con esas ideas, al servicio del socialismo y de un racismo asumido como científico, el movimiento progresista internacional abrazó la eugenesia como una de las principales palancas del progreso.

La Alemania de los años 30’ y 40’ fue la primera en llevar a cabo esos objetivos a gran escala. Y el aborto era un engranaje imprescindible de esta construcción. Después de la guerra, el gusto por la eugenesia ha decaído mucho, sin llegar a desaparecer. Y los argumentos en favor del aborto siguen las líneas de Stella Browne.

Estos son los términos que ha puesto el movimiento pro aborto sobre la mesa. Lo que yo planteo es cuáles son los motivos por los que esta cuestión es tan importante dentro de la izquierda. Por un lado, la igualdad de resultados es propia de la izquierda. Por otro, autores como Miguel Delibes veían incoherente que la izquierda se postulara como adalid de los desfavorecidos y permitiese el crimen definitivo sobre los seres humanos más indefensos. ¿Dónde hay que buscar el motivo de que sea tan importante para la izquierda?

A mi modo de ver donde hay que mirar es a la Iglesia. La Iglesia siempre defenderá al nonato. No hacerlo supondría desechar la mano divina nada menos que en la concepción de las personas. Si transige con el aborto, la Iglesia pone en peligro todo el dogma. La izquierda lo sabe, y entiende que la religión católica y, en realidad, el cristianismo en general, son un obstáculo para sus planes, porque plantean una visión del hombre radicalmente distinta de la suya.

Por eso tiene que defender al aborto. Porque, y aquí llegamos al núcleo del asunto, el aborto es un instrumento político poderosísimo. Pongámonos en la situación de una mujer que ha abortado, o que ha decidido hacerlo, o incluso que se plantea que tendrá que tomar esa decisión en el futuro. Por un lado tiene a la Iglesia acusándola de acabar con la vida de un ser humano, de una persona en potencia. No hace falta recurrir a palabras como “crimen” para que esa acusación caiga con todo el peso moral que asumimos para otros casos en los que se mata a alguien. Por otro lado, tiene a un movimiento que no sólo le dice que no tiene culpa, sino que utiliza los términos más duros para la Iglesia, y le promete que por ese camino, el de la elección sobre el progreso del embarazo, llegará a la plena realización personal. ¿Qué posición es más fácil de asumir? Y una vez asumida, ¿no será más fácil dejar de lado todo lo que se asocie a la Iglesia y su visión de la vida?

Este es el reto al que se enfrenta la Iglesia. Y, a la vista de lo que ha ocurrido en Irlanda, es un reto difícil de superar.

José Carlos Rodríguez

Construir el futuro sobre la ley divina y natural (Roberto de Mattei)



Hace cuarenta años, ​e​l 22 de mayo de 1978, ​con el nombre de Ley 194 para la interrupción del embarazo, se aprobó en Italia, por parte de una clase dirigente democristiana, el homicidio de Estado en masa.

Digo homicidio porque la ley 194 establece la licitud de eliminar al ser humano inocente en el vientre de su madre. Y homicidio de Estado, porque es un crimen aprobado, organizado y costeado por el Estado italiano. Homicido en masa, porque, según cálculos oficiales, las víctimas del aborto en Italia se aproximan a los seis millones, cantidad superior, con diferencia, al total de las bajas mortales en todas las guerras y catástrofes naturales desde la fundación del Estado italiano (1861) hasta la fecha.

Emma Bonino, que junto con Marco Panella luchó con uñas y dientes por la aprobación de dicha ley, en una videoentrevista concedida el pasado 22 de mayo a La Repubblica, afirmó que la ley 194 «ha funcionado». Como puede funcionar también una guillotina o un horno crematorio, dicho así sin la menor consideración por las víctimas asesinadas. Eso sí –añadió Bonino–, al cabo de cuarenta años es necesario «hacer la revisión técnica», es decir, perfeccionar la ley, porque algo no anda bien.

¿Cuál es el problema? La altísima objeción de conciencia por parte de los médicos, que impide una aplicación plena y concienzuda de la ley.

A Bonino le tiene sin cuidado cuáles sean las razones de dicha objeción de conciencia; lo que le importa es que la ley funcione, que prosiga la carnicería, y por eso fomenta una mayor difusión del aborto farmacológico por medio de la píldora abortiva RU 486, a la cual todavía recurren pocas mujeres. Como tantos abortistas, Emma Bonino, considera evidentemente al niño una excrecencia del cuerpo de la madre; si acaso, admitiendo que se trate de una vida humana lo que se desarrolla a lo largo de nueve meses en el seno materno, hace suya la perspectiva por la que los intereses del Estado, la raza, la clase obrera o el individuo justifican la eliminación de un inocente. 

Esta mentalidad sólo tiene un nombre, digámoslo claro y alto: barbarie

Bonino ni se da cuenta de que algo está cambiando en el mundo, de que ya no son sólo las marchas feministas las que llenan las calles, sino las marchas por la vida como las celebradas el pasado 19 de mayo en Roma y el 20 de mayo en Argentina. La prensa, en general, no hace caso de estos actos, pero no se puede contener una protesta que procede de la ley natural escrita con caracter indelebles en el corazón de todo hombre

Presionado por el movimiento pro vida, en menos de un año el presidente Trump ha hecho en EE.UU. más de lo que hicieron sus precedesores en los últimos treinta años. La propia China comunista, tras el fracaso de la desgraciada política del hijo único, ha decidido que a partir de principios de 2019 se revocarán los límites fijados hasta ahora a los nacimientos.

En Italia se está formando un nuevo gobierno. Es lamentable que el llamado pacto de gobierno los temas importantes como la vida y la familia brillen por su ausencia y sólo se tenga en cuenta el aspecto meramente económico. 

Sin embargo, como señaló Virginia Coda Nunziante, si lo único que se entiende es el lenguaje económico, bastaría para empezar con los 200 a 300 millones del gasto público que se dedican cada año a asesinar a nuestros niños e invertirlos en hacer más rentable, no el negocio del aborto, sino el sistema sanitario nacional. 

Uno de los motivos de la crisis de nuestro país es el desplome demográfico causado por el aborto y la contracepción, fruto a su vez de una cultura hedonista y relativista

No se podrá salir de la crisis si no se invierten los presupuestos de la cultura de la muerte. 

Ése es el mensaje de la Marcha por la Vida y otras iniciativas recientes como las de CitizenGo y Pro Vita Onlus, pero también del empeño de tantos jóvenes, grupos y asociaciones que no se rinden, que siguen adelante y que sustituirán esta Italia actual en descomposición por otra que redescubra la ley divina y natural sobre la que edificar su propio futuro.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

Roberto De Mattei

Noticias varias 29 de mayo de 2018



Infovaticana

Las élites globalistas, exultantes con el resultado del referéndum irlandés

Los que han votado sí al aborto “deberían confesarse” (Ver también en Life Site News)

El sacerdote Hartley Sartorius responde a las calumnias de Jesús Bastante, de Religión Digital


One Peter Five

Irlanda elige la muerte



P. Dwight Longenecker

IRLANDA Y EL FIN DEL CATOLICISMO CULTURAL

Il Settimo Cielo

Últimas noticias desde Santa Marta: hay un complot de los EE.UU. contra el acuerdo entre Roma y Pekín (Sandro Magister)

Infocatólica


Adelante la Fe


Carta abierta a los Diputados argentinos sobre la ley del aborto (Padre Jorge Luis Hidalgo)

Katholisches


La Nuova Bussola Quotidiana

La Iglesia de Milán secuestrado por el encanto del Ramadán

Boletín del Vaticano

Audiencia a la delegación de la Federación Internacional de las Asociaciones de los Médicos Católicos , 28.05.2018

Selección por José Martí

La solución final irlandesa (Bruno Moreno)


“Durante unos quince años, pasamos las vacaciones de verano en Irlanda. Cada año me preguntaba qué era lo que parecía faltar en las calles inglesas cuando volvíamos a casa.
Por fin, caí en la cuenta. En Knightstown, en la isla de Valentia, condado de Kerry, había una residencia, feliz y reluciente, para personas con síndrome de Down. Conocíamos a algunas de ellas, las saludábamos y éramos saludados alegremente por ellas cada año, cuando llegábamos allí. Eran miembros aceptados de la comunidad.
Esos rostros faltaban y siguen faltando en las calles de Inglaterra. Hace décadas que faltan. Porque, ya saben, no hay lugar para esos rostros en un Estado moderno.
Igual que, después de las homicidas deportaciones de millones de judíos a los campos de concentración por Hitler, había rostros que faltaban en las calles de las ciudades, poblaciones y aldeas de Alemania.
El Primer Ministro Leo Varadkar está recibiendo alabanzas eufóricas. ¿Y quién podrá negar que las merece, después de haber puesto en marcha la Solución Final para el problema del síndrome de Down?”.
P. John Hunwicke , el blog mutuo enriquecimiento
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Coda: Poco se puede añadir, más allá de recordar, para nuestra eterna vergüenza, que España se sumó hace tiempo a esa solución final. Dios tenga misericordia de nosotros, porque lo vamos a necesitar.

martes, 29 de mayo de 2018

Conversando con Jesús: ¿Sueño o realidad? (4 de 5) [21 de 22] (José Martí)

 

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Francisco guardaba silencio. Jesús le dijo entonces:

- Como bien sabes, pues ya lo hemos hablado, tu elección como Papa estuvo amañada. Pero dejemos esto, de momento. Lo que importa -y con carácter de urgencia- es dar una solución a los gravísimos problemas con los que se enfrenta mi Iglesia. Y en esta misión que quiero llevar a cabo, cuento contigo, como colaborador. Esto es lo que tienes que hacer:
  • Llamarás y hablarás personal y confidencialmente con los siguientes cardenales y obispos: Cardenal Brandmüller, Cardenal Zen, Cardenal Burke, Cardenal Sarah, Cardenal Eijk, Monseñor SchneiderMonseñor NegriMonseñor Chaput y Monseñor Livi.
  • Les contarás -sólo y exclusivamente a ellos- la visión que has tenido y todo cuanto voy a decirte ahora. Lo pondrás por escrito y les darás una copia a cada uno,  firmada con tu puño y letra, consignando la fecha en la que lo hagas. El original, escrito y firmado por tí, quedará guardado en el Vaticano, dentro de un sobre sellado y con las máximas medidas de seguridad. 
  • Lo que escribas tendrá que ser cumplido, obligatoriamente, por todos a quienes afecte. Y deberá ser también estrictamente observado y puesto en práctica por los futuros Papas.
  • Ahora sí podrás (¡y deberás!) hablar -sin equívocos- de "sorpresas" del Espíritu, pues verdaderamente -en este caso concreto- lo van a ser; no de cualquier espíritu, sino de mi Espíritu, del Espíritu Santo: no serán ya "tus" sorpresas, sino las Mías.
  •  A todos los efectos -y así tendrás que escribirlo expresamente- el contenido de ese escrito tendrá la consideración de "Ex Cathedra", siendo excomulgados todos cuantos se opongan a él. En dicho escrito constará lo siguiente:
  1. Contarás toda la verdad acerca de tu elección como Papa, la cual es nula e inválida, según el artículo 76 de la Constitución Universi Dominici Gregis de 22 de febrero de 1996 y, por lo mismo, ésta no confiere ningún derecho a la persona elegida que, en este caso, fuiste tú. Por lo tanto, cuanto has escrito y hablado durante tus poco más de cinco años de Pontificado no tiene ningún valor ni debe de ser llevado a la práctica por nadie: entrevistas a diarios, ruedas de prensa en tus viajes de avión, discursos, homilías en Santa Marta, encíclicas, exhortaciones apostólicas, ... , ¡absolutamente todo queda derogado y sin ningún tipo de validez!. Sin embargo, te doy la potestad de actuar como Papa (y así aparecerás a los ojos de todos), durante el corto período que supondrá la puesta en práctica de esta orden.
  2. Depondrás de sus puestos a todos aquellos obispos y cardenales, tanto los que ya había antes de tu elección papal, como a los nuevos que has nombrado y que están actuando como devastadores de mi Doctrina (siguiendo tu ejemplo), defendiendo ideas contrarias a la Fe católica: comunión a los adúlteros y vueltos a casar, intercomunión o comunión a los protestantes (que no creen en mi Presencia Real en la Eucaristía), normalidad de la homosexualidad, de los anticonceptivos e incluso del aborto y la eutanasia. Tendrán que hacer todos una declaración de fe, afirmando todo lo que es auténticamente católico y corrigiendo todo cuanto hayan dicho, hecho u omitido, que haya supuesto un escándalo para mis fieles, al ir contra la Doctrina establecida en la Iglesia de una vez por todas y para siempre. Aquellos que no la hagan, quedarán excomulgados "ipso facto".
  3. Quiero de vuelta a mis Pastoresmis verdaderos Pastores, aquellos a quienes has estado castigando y eliminando, quitándoles voz y autoridad. A quienes retiraste de sus puestos iniciales de responsabilidad volverás a restituirlos en esos mismos puestos o en otros de mayor categoría. 
  4. Convocarás un nuevo Concilio, el número 22, al que llamarás Concilio de RomaEn dicho concilio sólo tomarán parte aquellos cardenales que se hayan mantenido fieles a mi Mensaje durante toda su trayectoria vital. Los demás serán excomulgados si siguen manteniéndose en sus ideas, esas mismas que tú sigues y que no son las Mías ... a menos que hagan una declaración de fe católica, por escrito ... aun así, aunque se arrepientan y se desdigan de sus herejías, como castigo por todo el daño que han hecho, quedarán reducidos a la condición de simples sacerdotes y, por supuesto, no participarán como miembros del ConcilioNi tú ni ellos me representáis: En tu caso, sin embargo, puesto que seguirás desempeñando la función de Papa (a efectos de no producir escándalo en la gente) consentiré tu presencia en el Concilio, pero tu intervención debe apoyar y estar en consonancia con las decisiones que se tomen en ese Concilio, las cuales tendrán que ser obedecidas por todos.
  5. El Nuevo Concilio tendrá carácter exclusivamente dogmáticopues el carácter pastoral vendrá implícito en todo lo que se diga; y se desarrollará posteriormente con más detalle. 
  6. En él se llevará a cabo, de un modo claro, explícito y sin ambigüedades, una condena expresa de todos aquellos puntos incluídos en varios de los documentos del Concilio Vaticano II, cuya influencia modernista es manifiesta, y que han servido sólo de confusión y de ruina para el sencillo pueblo cristianoDel Concilio Vaticano II se mantendrá como bueno, aceptable y merecedor de ser obedecido todo cuanto coincida con la enseñanza oficial de la Iglesia de veinte Siglos, hasta el papa Pío XII. El resto, tanto lo que sea ambiguo, como lo que sea claramente herético, será derogado y anulado, como si nunca hubiera existido. 
  7. Se formará una comisión de expertos, de fidelidad probada, que harán un estudio exhaustivo y minucioso de todos y cada uno de los documentos conciliares. Esto mismo se hará con todos los escritos y actuaciones públicas y privadas de todos y cada uno de los Papas post conciliares, seleccionando como bueno y digno de elogio cuanto haya contribuido al bien verdadero de la Iglesia Católica; y rechazando y condenando cuanto haya servido de confusión o haya sido claramente herético. Son muchos los puntos a tener en cuenta que, como digo, tendrán que ser estudiados con un gran rigor doctrinal. 
  8. De especial interés, con vistas a su condena, hay que destacar el cambio que se produjo al abandonar prácticamente la Misa Tradicional y sustituirla por el Novus Ordo Missae; este grave error fue debido a Pablo VI (quien, por cierto, no debe de ser canonizado en Octubre de este año 2018. Nadie se extrañará y si alguno lo hace, no tienes más que acudir a tu ya archiconocida expresión de las "sorpresas del Espíritu"). Se volverá, de nuevo, a la Misa Tradicional en latín, la cual, como bien dijo Benedicto XVI, nunca había sido abrogada. Ésta será - con carácter obligatorio- la única Misa válida que se celebrará en todas las Iglesias del mundo, haciéndose especial hincapié en un aspecto olvidado y esencial de la misma, cual es su carácter sacrificial.  
  9. Los encuentros de Asís, del año 1986, que tuvieron lugar siendo Papa Juan Pablo II, así como el resto de encuentros interconfesionales, serán igualmente condenados como blasfemos, por colocar a la Religión Católica como una más entre otras. Del Papa Juan Pablo II se revisará también su Teología del cuerpo, pues contiene elementos que no son adecuados, manteniendo aquellos que sean completamente ortodoxos, en el caso de que los haya.
  10. Los encuentros con los protestantes (mal llamados "hermanos separados", puesto que son herejes), tal y como se han desarrollado, desaparecerán por completoLos únicos encuentros válidos con ellos estarán relacionados únicamente con su vuelta a la Iglesia Católica, la cual abandonaron hace quinientos añosNo quiero a Lutero entronizado en el Vaticano: ¡Retíralo! 
  11. Benedicto XVI dejará de ser llamado Papa emérito y no vestirá de blanco, puesto que ya no es Papa. Lo fue, pero dimitió y al hacerlo pasó a ser, de nuevo, el cardenal Ratzinger. No vestirá de blanco, sino como cualquier otro cardenal. Todos sus trabajos teológicos serán revisados, pues no todo en ellos es ortodoxo: el Cielo, por ejemplo, es un lugar real y no un simple estado, como él afirma. Se mantendrá en sus escritos todo aquello que no contradiga el Magisterio anterior.
  12. Con relación a lo que tú has dicho y hecho, absolutamente nada será considerado como magisterio:  como sabes, además de que tu elección estuvo amañada, son infinidad las herejías que has pronunciado, las cuales -debo admitir que muy hábilmente- has alternado con otros mensajes completamente ortodoxos, lo cual ha contribuido a una mayor confusión de mi rebaño.
  13. Y así con todo. Será un proceso largo, pero es preciso comenzarlo lo más pronto posible, poniendo todos los medios naturales y sobrenaturales habidos y por haber. Irá acompañado de mucho estudio, de un estudio serio y riguroso, llevado a cabo por personas de fe probada y especialmente capacitadas para esa tarea. 
  14. El pueblo cristiano debe ser advertido de la necesidad que tienen de rezar más que nunca por estas intenciones de verdadera renovación de la Iglesia. Y tendrá que hacer mucha más penitencia. Sólo así podrán librarse de la poderosa influencia del Maligno y del mundo.
  15. Dimitirás como Papa y habrá un cónclave para la elección de un nuevo Papa, el cual debe comprometerse, entre otras cosas, a llevar a cabo las verdaderas reformas que necesita la Iglesia. Cuando dimitas pasarás a la condición de simple sacerdote e irás a orar a un lugar retirado hasta que te llegue la hora de pasar de este mundo al otro.
  16. Se volverá a la enseñanza del latín y de Santo Tomás de Aquino en todos los Seminarios; así como a una rigurosa selección de los aspirantes al sacerdocio. Será obligación de los obispos el control de que estas disposiciones se lleven a efecto. Y deben de ser inflexibles, pues está en juego la verdad y el futuro de la Iglesia. 
  17. Las canonizaciones de los Papas desde Juan XXIII hasta Juan Pablo II se considerarán nulas, debido a que, en sus escritos, hay algunos puntos difícilmente conciliables con la doctrina católica de toda la vida. Como te he dicho, la canonización de Pablo VI no se tiene que llevar a efecto.
  18. Te recuerdo, una vez más, que hay que hacer una revisión en profundidad del Concilio Vaticano II. En particular todo lo concerniente a la libertad religiosa, el ecumenismo, el diálogo interreligioso y la colegialidad, conceptos nuevos que han sido introducidos subrepticiamente, debido a la influencia modernista y masónica que se ha infiltrado en la Iglesia. Dichos conceptos serán aclarados, conforme a verdad. Y algunos de ellos, como el "ecumenismo" y el "diálogo" quedarán suprimidos como no católicos. En la catolicidad ya viene la idea del ecumenismo, rectamente entendido. No hay por qué inventar nuevas palabras. En cuanto al diálogo, tal como éste se entiende, también será suprimido. La misión de la Iglesia es la de dar a conocer a todos mi Nombre, para que se conviertan y crean. El único diálogo verdadero, del que no se habla y que es absolutamente necesario, es ese diálogo amoroso que tiene  lugar entre cada uno de los cristianos conmigo. Cualquier otro diálogo con el mundo es una farsa, que iría en contra de la Verdad, la que todo cristiano debe de profesar y creer; y ésta -la Verdad- no puede ser objeto de discusión ni de consenso, pues así es como se entiende hoy el diálogo. 
  19. Una vez aclarados todos estos puntos, los lefebrianos, que siempre han sido fieles a la Tradición y al Papado (aunque no a los Papas post-conciliares) serán integrados plenamente en la Iglesia Católica y estarán obligados a obedecer al Papa, pues las condiciones han cambiado. Y el nuevo Concilio de Roma ya habrá colocado todo en el lugar que le corresponde.
  20. Al Canto Gregoriano se le debe conceder la especial relevancia en la Iglesia, que ya tuvo, pues es un canto sagrado que acerca a Dios, como quedó demostrado cuando estaba en vigor. De ahí su gran importancia. Como bien decía san Agustín: "El que canta, ora dos veces". ¡Mira que hablo de canto respetuoso y no de música vulgar! Lo vulgar y lo esperpéntico cierran el corazón: el ruido enloquecedor impide al alma el silencio que necesita para recogerse y poder escuchar y entender la Belleza escondida en la Santa Misa.
  21. Se dará a conocer lo que resta de los secretos de Fátima. Rusia será consagrada a mi madre, la Virgen María. Y el comunismo será condenado enérgicamente como absolutamente incompatible con el catolicismo.
  22. Muchos sacerdotes, obispos y cardenales (que no son de los Míos, aunque aparezcan como tales) deberán ser destituidos; e incluso excomulgados, según el caso
  23. Cualquier influencia de tipo modernista debe de ser detectada y cortada por lo sano, sin ningún tipo de concesiones. Como norma que no suele fallar, todo cuanto suponga "huida de la cruz" será sospechoso de modernismo, así como el abuso de ciertas palabras, cuando se hace excesivo hincapié en ellas. Tal es el caso del "diálogo",  la "conciencia", los "derechos humanos", la "libertad", los "sentimientos", etc...
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  • En fin: no quiero especificar más. Son muchas más las cosas que podría decirte, pero pienso que con éstas es suficiente. El daño que habéis hecho a la Iglesia, vosotros, los que teníais la obligación de ser mis representantes en la Tierra (sacerdotes, obispos, cardenales y Papas) ha adquirido unas dimensiones incalculablesy llevará mucho tiempo volver a la sana Doctrina.
  • Mis futuros pastores tendrán que volver a evangelizar, de verdad, a la gente; y darles a conocer mi Nombre. Harán saber a todos que la lucha del cristiano es sólo contra el pecado,  que éste es la causa de todos los males y que sólo puede vencerse usando medios sobrenaturales
  • Por la falta de fe de la mayoría de los Pastores, toda la Iglesia, mi Iglesia, va a la deriva. Deberían haber actuado con más energía contra tí, pero les ha faltado la suficiente valentía  y el coraje necesario para ello: les ha faltado más fe. Sin embargo, Yo no puede permitir que mi Iglesia se hunda y por eso me he visto en la obligación de intervenir directamente: Ésta es la razón de este diálogo que mantengo ahora contigo. Y es por eso que te he mostrado los umbrales del infierno. 
Continuará

Jesús Bastante llama ‘ultraconservador’ a pedir claridad a los obispos (Carlos Esteban)


Sacerdote Christopher Hartley Sartorius en Etiopía

No cabe duda de que Religión Digital se sabe en la cresta de la ola, después de haberse ‘retratado’ con Su Santidad y recibir todos los parabienes de la Conferencia Episcopal Española -que para InfoVaticana se vuelven desprecios cuando no demandas-, lo que les permite, incluso, tomarse su tiempo para los ‘asesinatos de carácter’, como éste al que someten al misionero español Christopher Hartley Sartorius con un mes de retraso.

La noticia es la ya vieja carta (InfoVaticana habló el 3 de mayo de ella) de una serie de sacerdotes a sus obispos implorándoles que confirmen la fe de la Iglesia, la de siempre, especialmente en aquellas materias más cuestionadas hoy, como son los sacramentos y la moral sexual.

Jesús Bastante, autor del artículo, después de complacerse en señalar que son una ‘minúscula parte de los sacerdotes’ de la Iglesia Universal -extraña manera de medir en una institución que empezó con doce-, habla de “un cisma en toda regla provocado por clérigos y obispos ultraconservadores”. Porque, al parecer, atenerse a lo que ha sido el Magisterio sostenido durante dos mil años es ser ‘ultraconservador’ (¿por qué le gusta a esta gente tanto la hipérbole, que ni siquiera les vale con ‘conservador’?), y pedir claridad en la doctrina es provocar un cisma.

El caso del Padre Christopher, naturalmente, le desconcierta, porque no se ajusta a su esquema de baratillo, y la frase en que ponen de manifiesto su perplejidad no puede ser más inconscientemente cómica: “Uno de los sacerdotes más activos es el misionero español Christopher Hartley Sartorius, que trabaja con los más pobres en Etiopía pero, a la vez, empuña con mano de hierro la espada de la oposición más radical entre los eclesiásticos españoles”.

¡Ay, ese “pero”, que ha sido el malentendido principal desde hace tantos años! Ese “pero” dice volúmenes, créanme: trabajar con los más pobres en Etiopía, para Bastante, hace incomprensible, al parecer, ser un sacerdote ortodoxo. Trabajar con los más pobres, se deduce de esa reveladora adversativa, debería llevar de forma natural a relativizar dos mil años de doctrina asentada y a tontear con el marxismo, como han hecho los admirados curas guerrilleros de la Teología de la Liberación, que aún no ha liberado absolutamente a un solo pobre.

Quizá el ‘pecado’ del Padre Christopher, la razón por la que Bastante le ha individualizado entre los once sacerdotes españoles que firman la apelación pastoral, sea ésa, la osadía de mantenerse ortodoxo en las condiciones más duras, sirviendo, en las periferias que tanto ama Su Santidad, a esos pobres entre los pobres sobre los que Su Santidad nos pide que nos centremos. Pero, hombre de Dios -parece decir Bastante-, ¿por qué no es usted un buen revolucionado, como corresponde al tópico?

Pero la cosa, al menos para Harley Sartorius, es exactamente al revés: él sirve a los más pobres y está en lo más ‘periférico’ precisamente porque cree lo que la Iglesia siempre ha enseñado. Y la misma, idéntica razón que le ha llevado a una aldea remota de Etiopía es la que le ha empujado a pedir, implorar, rogar a los obispos que reafirmen la fe. ¿Cómo puede eso ser ‘provocar un cisma’, señores de Religión Digital? Quienes tanto han hecho de la disidencia un timbre de gloria cuando los vientos vaticanos soplaban en otra dirección, ¿van a convertirse ahora en los más rígidos defensores de cada ocurrencia que llegue ahora de Roma?

El Padre Christopher tiene razones, digamos, biográficas para anhelar la máxima claridad en los pastores. Hijo de anglicano y una católica, el día que se ordenaba diácono en la catedral de Toledo, pidió licencia a su obispo que en ese tiempo era el Cardenal Don Marcelo Gonzalez Martín, Arzobispo de Toledo y Primado de España, para dar de comulgar a su padre en la misa de su ordenación de diácono, que les había educado en la fe y que se consideraba a sí mismo católico pero no romano. Don Marcelo, obispo entonces, le negó el permiso y el lo aceptó con obediencia gozosa.

Afortunadamente, tras dos años de catequesis vio cumplido su ardiente deseo de recibir a su propio padre en la Iglesia Católica y administrarle la primera comunión, por eso hoy es comprensible que se pregunte: ¿por qué entonces no podía dar la comunión a mi padre, perteneciendo a una denominación cristiana más cercana a la Iglesia que la luterana, y ahora se permite que los cónyuges luteranos de fieles católicos reciban la Sagrada Eucaristía?

Suele hablarse de que la Iglesia debe adaptarse a los cambios, pero, exactamente, ¿qué ha cambiado? ¿No es la Iglesia custodia de un mensaje eterno e inmutable, no es Roca?

No, no es Hartley Sartorius el ‘ultraconservador’, ni lo son los otros firmantes de la apelación. Eso no es más que una cansina injuria que nada significa. 


Llamar ‘ultraconservador’ a todo lo que ha enseñado la Iglesia durante dos mil años es bastante tonto, fruto de una vanidad cronológica inexplicable en un católico.

Carlos Esteban