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viernes, 30 de noviembre de 2018

NOTICIAS VARIAS 29 y 30 de noviembre de 2018 (Pineda, Müller, Gänswein, mudos, "proselitismo" del vaticano, extraño Magisterio, persecución a los cristianos, homosexualidad, asalto al cielo, Burke, China, Schneider, Parolín, ...)



GLORIA TV
Nuevas revelaciones sobre monseñor Pineda – que fueron ocultadas por el papa Francisco


INFOVATICANA

Cardenal Müller: “Nadie tiene derecho a pedirle al Papa que renuncie”


Mudo para ser libre, el caso Marcinkus, el proselitismo Vaticano, O’Malley estará, el católico Ravasi, in vino veritas. (Specola)

Un informe sobre un seminario americano ilustra cómo se forman redes homosexuales en el clero






CHIESA E POST CONCILIO


IPSI GLORIA


Selección por José Martí

Pablo VI y la reforma litúrgica: una responsabilidad abrumadora (Padre Nicolas Portal)



El nombre de Pablo VI siempre estará asociado con la reforma litúrgica. A inicios de febrero de 1964, bajo la dirección de Annibale Bugnini, un Consilium para la Ejecución de la Reforma Litúrgica emprendió la tarea de aplicar la Constitución conciliar sobre la liturgia, Sacrosanctum Concilium, promulgada el 4 de diciembre de 1963.
A partir de esto, una avalancha de decretos empezaron a modificar la liturgia tradicional; entre 1965 y 1969, se reemplazó el latín, los altares se voltearon, se introdujeron las concelebraciones, se escribieron tres Canones Eucarísticos, se difundió la comunión en la mano y se eliminaron las oraciones al pie del altar, las oraciones leoninas, el ofertorio y el Último Evangelio.
Finalmente, el 3 de abril de 1969, se promulgó una nueva composición que incorporaba todos estos cambios dando lugar al Novus Ordo Missae (NOM). Así es como se le conoce ahora a la “Misa de Pablo VI”, en su forma completa y obligatoria.
¿Qué papel desempeñó Pablo VI en esta reforma?
“El Papa Pablo VI celebraba la Misa de San Pío V todos los días en su oratorio privado”. Hoy, la ingenuidad de tal afirmación parece demasiado evidente, pero no lo era para quienes la repetían en la década de 1970, prefiriendo creer que el Papa estaba siendo manipulado por el secretario del Consilium. Por otra parte, según Monseñor Lefebvre, Amleto Cicognani, Secretario de Estado en 1969, exclamó un día: “¡El Padre Bugnini puede ir a la oficina del Santo Padre y hacerlo firmar lo que él quiera!” ¿Una prueba acaso de que el Papa pudo haber sido manipulado?
Todo parece indicar que no fue así. De hecho, Pablo VI siguió muy de cerca el trabajo del Consilium: dio su opinión, comentó sobre los proyectos y expresó sus preferencias. Promulgó de buena gana todos los decretos litúrgicos, y en presencia de los cardenales reunidos para un consistorio, el 24 de mayo de 1976, en medio de la “batalla de la Misa” (Jean Madiran), el Papa prohibió el misal de San Pío V, permitiendo únicamente la nueva liturgia. La “Misa de Pablo VI” fue, efectivamente, su Misa.
Dos características de la nueva práctica litúrgica
Los comentarios del Cardenal Cicognani son muy esclarecedores. El Cardenal consideraba que las reformas se alejaban tanto del carácter litúrgico y del espíritu de la Iglesia que optó por pensar que el Papa no podía desearlas real y libremente. Prefirió compartir la “ingenua” opinión popular de que el Papa rechazaba el Novus Ordo. Y hemos de admitir que, objetivamente, la práctica diaria de la Misa de Pablo VI es verdaderamente asombrosa. En la práctica litúrgica postconciliar se pueden observar dos constantes:
  • Las diferencias entre las celebraciones “personalizables”: sacerdotes, animadores litúrgicos y fieles reinventaron la Misa mediante modificaciones constantes hechas a los textos y ritos, en tal grado que Pablo VI concluyó durante una audiencia el 3 de septiembre de 1969: “Ya no podemos hablar de pluralismo (…) sino de divergencias, algunas de las cuales no son solamente litúrgicas sino sustanciales (…), desorden, semillas de confusión y debilidad.”
  • La desaparición de lo sagrado y la extinción del espíritu religioso, una verdadera “secularización”, según Jacques Maritain; la mesa sin adornos para el altar, pan común y corriente, lectores y animadores, comentaristas y acólitas sin vestimentas litúrgicas, sacerdotes deambulando alrededor de la iglesia, el bullicio universal de los testimonios, charlas, canciones no religiosas acompañadas de guitarras (en ocasiones, eléctricas), tambores e instrumentos de percusión, sistemas de sonido con los últimos éxitos del pop, la congregación sentada o de pie, pero rara vez de rodillas, abrazos justo antes de la distribución de la comunión repartida por los laicos, de prisa y en la mano…
¿Cómo puede esto ser apropiado para el acto más súblime de la virtud de la religión, donde Jesucristo se sacrifica a sí mismo en el altar como lo hizo en la Cruz? En los decretos firmados por Pablo VI, ¿contempló Amleto Cicognani estos espectáculos que se han vuelto habituales en las iglesias católicas? Si es así, entonces su preocupación es muy comprensible.
¿Simple abuso o consecuencia de las dinámicas que integraron el nuevo rito?
“Son interpretaciones abusivas y excesivas”, dicen algunos, “que no tienen nada que ver con el manual, el único promulgado por el Papa”. Es cierto. Sin embargo, cabe señalar que estas interpretaciones abusivas y excesivas se difundieron universalmente, como parte del Novus Ordo, como si la “Misa de Pablo VI” por su misma naturaleza, fomentara estos desórdenes. Por lo tanto, parecen pertenecer a la dirección y dinámica de la liturgia de Pablo VI.
De hecho, la diversidad es uno de los parámetros de la reforma deseada. El Concilio Vaticano planeaba incorporar a la liturgia “los talentos y la ornamenta de las distintas razas y pueblos”, así como “las variaciones y adaptaciones legítimas a diferentes grupos, regiones y pueblos, especialmente en las tierras de misión”, según “las tradiciones y cultura de cada pueblo” (Sacrosanctum Concilium, § 37-40). Se decidió elaborar distintos “rituales adaptados a las necesidades de cada región” (§63), “oraciones comunes” y “oraciones de los fieles” (§53) que serían universales, compuestas e inventadas en cada Misa. El Concilio también confirió a las conferencias episcopales y a los simples obispos diocesanos la potestad de adaptar los rituales a las culturas locales y poner a prueba experimentos, en caso de ser necesario (§22, 40, 57…). El Novus Ordo Missae tenía cuatro cánones, hasta que se agregó un quinto, en 1975, que ofrece a los celebrantes la opción para otras oraciones y rituales.
Una liturgia desacralizada
La pérdida del sentido de lo sagrado también forma parte del Ordo Missae de Pablo VI. La Presencia Real del Cuerpo y Sangre de Jesucristo, por ejemplo, se elimina literalmente mediante la supresión de todos los actos de adoración (sólo quedan tres genuflexiones para los sacerdotes y fieles), la purificación opcional del ciborium, cáliz, patena y dedos que han tocado el Cuerpo de Cristo, la ausencia de oro en los vasos sagrados, la desaparición de la patena para la comunión, de la obligación de arrodillarse para recibir la comunión y de la acción de gracias, de un modo de proceder prescrito si una Hostia llegara a caer en el suelo o si se derramara la Sangre Preciosa, la autorización para usar pan normal sin levadura, la ausencia de una bendición para las vestimentas y lienzos sagrados, etc. Todo contribuye a popularizar la liturgia y eliminar su naturaleza sagrada.
Pablo VI quería simplificar los ritos para hacerlos más claros. Al hacer esto, ignoró completamente el principio litúrgico recordado por el Catecismo del Concilio de Trento (Ch. 20, §9):
Tiene este Sacrificio muchas y muy hermosas ceremonias, de las cuales ninguna se debe considerar superflua ni inútil, puesto que todas tienen por objeto hacer brillar más la majestad de tan sublime Sacrificio, y excitar a los fieles a la contemplación de los misterios que en él se encierran.
El resultado indica una falta extrema de prudencia y, como mínimo, una incoherencia trágica.
Nos vemos forzados a concluir que las interpretaciones excesivas y abusivas son sólo la consecuencia del desprecio por los principios litúrgicos y de las dinámicas intrínsecas de la práctica moderna de la liturgia. Sus fundamentos son las prescripciones contenidas en el Novus Ordo Missae. Pero eso no es todo.
El corazón de la Misa atacado
Si se analiza el rito de Pablo VI se puede ver el severo ataque a la esencia de la Misa.
En primer lugar, la primera edición del Institutio Generalis (introducción al nuevo misal) define la Misa como “una synaxis [cena] sagrada o una asamblea del pueblo de Dios presidido por el sacerdote para celebrar el memorial del Señor” (§7). Esta definición incluye:
  • Una doble omisión: 1) la identificación de la Cruz con la Misa, la renovación de la muerte de Cristo de forma incruenta; 2) la naturaleza sacrificial de la Misa, realizada por la separación sacramental del Cuerpo y Sangre de Jesucristo en las dos consagraciones pronunciadas por el sacerdote. El Concilio de Trento dice que la Misa es “verdaderamente y propiamente” un sacrificio que aplica los méritos de la Cruz para cuatro fines, en particular: la gloria de Dios y la eliminación de los pecados de los hombres (propiciación). Por consiguiente, la Misa muestra que la muerte de Cristo es el único sacrificio que salva a los hombres. Estas dos omisiones son muy graves.
  • Una doble afirmación:La Misa es 1) una cena y 2) un memorial, lo cual es una contradicción a la noción de un sacrificio sacramental. En primer lugar, porque un memorial supone la ausencia real de la persona conmemorada, mientras que un sacramento es el signo eficaz que produce una persona o cosa verdaderamente activa y presente. En segundo lugar, porque la Misa no es una cena; ni siquiera la comunión, donde se consume el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, se parece en lo más mínimo a una cena, ya que la comunión es la realización del sacrificio a través de la destrucción de la víctima al ser ésta comida. Cuando la liturgia habla de un banquete sagrado, no es para reducir la Misa a una simple cena.
Esta definición errónea hecha por el Institutio Generalis es extremadamente grave. Gracias a sus omisiones y contradicciones, la nueva Misa vuelve incomprensibles las acciones del sacerdote en el altar, y entonces son posibles todas las aberraciones.
Una falsa definición encarnada en el Novus Ordo
Esta falsa definición de la Misa se aplica perfectamente en los ritos del Novus Ordo Missae.
Toda alusión precisa al sacrificio ha desaparecido por completo. Empezando con la desaparición de la primera parte, a pesar de que es un elemento esencial del sacrificio: el ofertorio, que pone a la víctima a disposición de Dios antes de sacrificarla a Él. El nuevo rito reemplazó el ofertorio con simples alabanzas a Dios por sus beneficios, utilizando bendiciones empleadas en las sinagogas. Esta desaparición presenta un problema teológico innegable.
Lo mismo aplica para las otras partes del rito de las cuales han desaparecido muchas expresiones del sacrificio: el crucifijo del altar, las señales de la cruz, las palabras “hostia”, “víctima”, “derramamiento de sangre”, etc. Es debido a este silencio impuesto sobre la naturaleza sacrificial de la Misa que el Hermano Thurian de Taizé (una comunidad protestante en Borgoña) se atrevió a decir que ya no había nada que impidiera que los católicos y los protestantes celebraran juntos (La Croix, 30 de mayo de 1969). El Novus Ordo Missae favorece el ecumenismo, el cual es una de sus dimensiones esenciales [1].
Así pues, podemos entender la conclusión dada por los Cardenales Ottaviani y Baci en 1969 en su Breve Examen Crítico sobre la Nueva Misa:
Si se consideran las innovaciones implicadas o dadas por hecho, las cuales pueden, desde luego, ser evaluadas de distintos modos, se puede ver que el Novus Ordo se aleja de modo impresionante, tanto en conjunto como en detalle, de la teología católica de la Santa Misa tal como fue formulada por la 20ª sesión del Concilio de Trento.
La liturgia romana fue reformada por el Papa Pío V para exponer los dogmas definidos en Trento; el concilio y la Misa estaban intrínsecamente conectados por el principio Lex orandi lex credendi: la oración dictamina la creencia. Atacar el rito de la antigua Misa romana sólo puede corromper la fe de la Iglesia…
El principio detrás de la reforma litúrgica de Vaticano II
Falta todavía ver por qué se emprendió esta reforma. La respuesta nos la da el Concilio Vaticano II, citado por la constitución Missale Romanum que instituyó la Nueva Misa: “El rito de la Misa debe ser modificado de tal manera que pueda realizarse más fácilmente la participación devota y activa de los fieles” (Sacrosanctum Concilium § 14). De ahí el uso de la lengua vernácula comprendida por todos, de los ritos simplificados que “expresan más claramente las cosas sagradas que significan”, de la multiplicación de las lecturas de la Biblia (§21), etc. La reforma se emprendió en nombre de una “participación activa de los fieles”. ¿Qué significa esta expresión?
No sólo se trata de la multiplicación de los cánticos y oraciones recitadas por los fieles. Eso es sólo la capa exterior:
Los fieles forman un Pueblo Santo (…) para que puedan agradecer a Dios y ofrecer la Víctima inmaculada (Institutio Generalis, § 95), y el sacerdote ya no es más que el presidente de la asamblea. Esto es un cambio total: los fieles ya no se unen al sacrificio sacerdotal; en vez de esto, el sacerdote presenta a Dios el culto ofrecido por los bautizados (Sacrosanctum Concilium,  § 48). El Concilio habla de un “sacerdocio común” de los fieles que “participan en el sacerdocio único de Cristo. (Lumen Gentium, § 10).
La liturgia de Pablo VI se adapta a la teología del Concilio, que considera que el culto emana del corazón de los fieles y que la jerarquía no es más que una especie de vigilante que supervisa la organización del culto mientras éste se adapta a la cultura de los creyentes y a las iniciativas de los laicos “que viven su fe”. Esa es la razón teológica del trastorno litúrgico.
Pablo VI hizo suya esta teología desde el inicio de su vocación, en 1913, con los Benedictinos de Chiari. Entre 1931 y 1932, simplificó la liturgia de la Semana Santa para alentar la “participación activa” de los estudiantes de la Federación de la Universidad Católica de Italia (FUCI). Se adhirió al movimiento litúrgico de Dom Beauduin y eligió como confesor y maestro al Padre Giulio Bevilacqua (1881-1965), uno de sus propagadores, a quien más tarde hizo miembro del Consilium y uno de los principales artesanos de las reformas poco antes de su muerte. Durante el Concilio, el 11 de noviembre de 1962, la única contribución del Papa Pablo VI fue aprobar el borrador sobre la liturgia…
Y cuando en 1966 Pablo VI notó el alarmante caos litúrgico en que se había sumergido la Iglesia, jamás cuestionó los principios que lo habían causado. ¿Cómo iba a cuestionarlos? No eran más que sus propios principios, los principios del “culto al hombre” y del “humanismo pleno” [2] que son idénticos a los principios de la nueva liturgia.
Padre Nicolas Portail
Bibliografía
Le Rôle de G. B. Montini-Paul VI dans la réforme liturgique, Instituto Paolo VI, Brescia-Rome, 1987, XI-86.
La messe en question. Autour du problème de la réforme liturgiqueActes du Ve congrès théologique de Si si No no, París, 2002, 505 páginas (los principales problemas del NOM).
FSSPX, Le problème de la réforme liturgique. La messe de Vatican II et de Paul VI, s. l., 2001, 125 páginas (sobre la nueva teología de la Misa).
Cardenales Ottaviani y Bacci, Breve Estudio Crítico sobre la Nueva Misa (primer análisis que proporciona los detalles de las modificaciones hechas al rito; múltiples ediciones desde 1971).
Yves Chiron, Paul VI, París, 2008, 325 páginas (para los elementos históricos).
Philippe Chenaux, Paul VI, le souverain éclaté, Paris, 2015, 346 páginas (escrito debido a su canonización).
[1] Cf. Grégoire Celier, La dimension œcuménique de la réforme liturgique, Fideliter, 1987.

[2] Discurso de clausura de Pablo VI para el Concilio, el 8 de diciembre de 1965; Encíclica Populorum Progressio, 1967.

(Fuente:fsspx.news )

jueves, 29 de noviembre de 2018

El Cardenal Zen dice que se retirará si el Papa consagra más obispos ‘patrióticos (Carlos Esteban)



“No puede luchar con el Papa”, ha declarado el cardenal Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, anunciando que se retirará a un monasterio si Su Santidad consagra a los seis obispos de la hasta hace poco cismática Iglesia Patriótica China, controlada por el gobierno, como está previsto.

Zen se rinde
“No puedo combatir al Papa”, ha anunciado, según informa kath.net. “Pero si legitima a los seis obispos [de la Iglesia Patriótica China], me retiraré a un monasterio a rezar. Y no volveré a hablar con ningún periodista. Permaneceré en silencio”.
El cardinal Joseph Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, ha sido hasta ahora la voz más autorizada en oponerse ferozmente a los acuerdos del Vaticano con el gobierno chino por el que Roma levantaría la excomunión y consagraría a los prelados nombrados por las autoridades comunistas.

En su día, cuando las negociaciones con las autoridades comunistas no habían concluido aún en el acuerdo ‘provisional’ firmado recientemente, Zen entregó en persona al Papa una carta de seis páginas advertiéndole de las terribles consecuencias que podría traer este acuerdo y de la traición que supondría para la Iglesia clandestina china, que lleva sufriendo persecución y marginación oficiales desde la llegada de los comunistas de Mao Zedong al poder.

En tal ocasión, Zen quiso viajar personalmente a Roma, convencido de que la actitud del Papa se debía simplemente a un desconocimiento de la realidad de la Iglesia china, quizá promovido por algunos de sus íntimos colaboradores. En declaraciones a La Croix, Zen explicó posteriormente que el acuerdo provisional alcanzado podría destruir la fe de la Iglesia clandestina, que se ha mantenido fiel durante todas estas décadas mientras sus hermanos cismáticos de la Iglesia Patriótica, creada por el propio Partido Comunista y condenada por Roma, gozaban de libertad y del favor de las autoridades.

Tras el acuerdo secreto, Francisco reconoció la validez de ocho obispos leales al gobierno que habían sido ordenados sin el consentimiento de Roma, creado nuevas diócesis y ordenando a obispos fieles a Roma que abdicaran en favor de estos.

Los medios de habla alemana llegaron a dar la noticia, tras el anuncio del acuerdo alcanzado, de que Zen se había recluido de hecho en un monasterio, pero esto, como denuncia la periodista Maike Hickson, es sólo un anuncio condicional por parte del cardenal chino.

Al conocerse el acuerdo, Zen, en una entrevista concedida a la agencia Reuters, llegó a pedir al Secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, que renunciase, dudando, además, de que su colega en el cardenalato mantuviera la fe.
 “No creo que tenga fe”, aseguró Zen de Parolin. “Es sólo un buen diplomático en un sentido muy secular y mundano”. Y sentenció: “Están entregando el rebaño en boca de los lobos. Es una traición increíble”.

Carlos Esteban

Estas son las razones morales que destroza los argumentos de los abortistas


Duración 5:26 minutos

Noticias varias 28 de noviembre de 2018



GLORIA TV

Homosexualidad: la llamada a la acción del cardenal Müller




Alemania: la inauguración de la mezquita de Colonia provoca polémica

Selección por José Martí

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Surprise, Surprise: All Men Descended From Just Two People



ENGLISH

All human beings who live today descended from a solitary pair [viz. Adam and Eve] who lived 100,000 to 200,000 years ago.

This is the result of a research conducted by Mark Stoeckle (Rockefeller University, New York) and David Thaler (University of Basel).

They surveyed snippets of DNA that reside outside the nuclei of living cells (genetic bar codes) of five million animals including men.

The result: Men sprang from a single pair of adults after a catastrophic event almost wiped out the human race [viz. flood].

According to Stoeckle and Thaler also 90% of all animal species alive today come from parents that all began giving birth at roughly the same time, less than 250 thousand years ago.

The findings of the study falsify the absurd "evolution theory".

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ESPAÑOL


Sorpresa, sorpresa: todos los hombres descendieron de sólo dos personas


Todos los seres humanos que viven hoy descendieron de un par solitario [a saber, Adán y Eva] que vivieron hace 100.000 ó 200.000 años.

Éste es el resultado de una investigación dirigida por Mark Stoeckle (Universidad Rockefeller, de Nueva York) y David Thaler (Universidad de Basilea).

Ellos examinaron fragmentos de ADN que residen fuera de los núcleos de células vivas (el código 
genético de barras ) de cinco millones de animales, incluyendo seres humanos.

Resultado: los seres humanos surgieron de un único par de adultos después de un evento catastrófico que casi extinguió a la raza humana [a saber, el diluvio].

Según Stoeckle y Thaler, también el 90% de todas las especies animales que viven hoy vienen de padres que comenzaron a dar a luz aproximadamente al mismo tiempo: menos de hace 250 mil años atrás.

Los hallazgos del estudio muestran la falsedad de la absurda “teoría de la evolución”.

Noticias varias 27 de noviembre de 2018



GLORIA TV

Engaño de los abusos: un cardenal cae en la trampa

Benedicto XVI: Evangelizar a los judíos “no es necesario”





IPSI GLORIA

China: sangre y heridas expuestas del post-Concilio

INFOVATICANA




Selección por José Martí

Bassetti, presidente de los obispos italianos: “Se ha iniciado una nueva historia para la Iglesia” (Carlos Esteban)



Con motivo del encuentro ‘El Papa Francisco entre la profecía y la resistencia’, promovido por el Instituto Conestabile-Piastrelli de Perugia, en el Oratorio de la Annunziata, el cardenal Gualterio Bassetti, arzobispo de Perugia-Città della Pieve y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), ha dedicado encendidos elogios al pontificado de Francisco que, dijo “no es una tormenta, sino un hecho profético que define una época”.

“Se ha iniciado una nueva historia para la Iglesia y para el papado”, ha dicho el cardenal Bassetti, presidente de la CEI, durante su presentación. “Porque, en mi opinión, se trata de eso: este pontificado no es un mero paréntesis histórico, sino que marca un cambio de era excepcional. El pontificado del Papa Francisco no es una tormenta, es un hecho de época y profético, del cual podremos recoger los frutos auténticos dentro de algunos años cuando ya este mundo en transición no exista más el ‘cambio de época’ evocado por el Santo Padre será una realidad concreta”.

Bassetti, como puede advertirse, va en la misma línea que muchos otros comentaristas del presente papado, como el fundador del grupo mediático Salt and Light Catholic Media Foundation, padre Thomas Rosica y como se desprende incluso de numerosos mensajes del propio Santo Padre, en el sentido de que su pontificado representa una “revolución” en la bimilenaria historia de la Iglesia.

Ese mensaje que transmiten tantos con tanta vaguedad como entusiasmo es para muchos motivo de esperanza y regocijo, al tiempo que alarma y preocupa a muchos otros. Es lo bastante difuso como para que resulte más fácil de sentir que de definir: vivimos en el tiempo, inmersos en el tiempo, y en un sentido es imposible que no se abra a cada instante “una nueva historia”; en otro, en cambio, es Cristo quien ha abierto la era radicalmente nueva de la historia fundando una Iglesia que es custodia de un mensaje perenne, que no pasará cuando el cielo y la tierra hayan pasado.

“El Papa Francisco lucha contra una Iglesia clerical, porque el clericalismo es lo opuesto al Evangelio, a la comunión”, continúa Bassetti. Es una extraña declaración, especialmente viniendo de alguien que representa el clericalismo de forma tan conspicua. Es, para empezar, más que dudoso que el ‘clericalismo’, se defina como se defina, sea exactamente “lo opuesto” del Evangelio. Se nos ocurren oposiciones de mayor peso y alcance.

En cualquier caso, si definimos clericalismo como un abuso de poder por parte de la Iglesia jerárquica y cierto desprecio por el laicado en las cosas eclesiales, creo obligado reconocer que el historial de Su Santidad en ese punto es, en el mejor de los casos, irregular. Su súbito e inesperado veto a la propuesta de la Conferencia Episcopal Americana de crear un panel en el que los laicos pudieran investigar las acusaciones contra obispos no suena, así de primeras, a otra cosa que clericalismo y del más evidente.

Continúa Bassetti: “Cuando Jesús escuchó hablar de poder y del Reino de Dios sobre la tierra, tomó un delantal y fue a lavar los pies, un gesto que provocó gran escándalo porque solo lo hacían los esclavos. El poder de la Iglesia es el de cuidar con ternura y misericordia aquello que se le ha confiado, el cuidado de la humanidad, sobre todo de la parte más pobre, oprimida, indefensa. Esto es lo que Francisco nos exhorta a hacer”.

Una vez más chocamos como contra una pared con un lenguaje ambiguo. Porque sí, el poder de la Iglesia es ese, pero ese es también un poder al alcance de cualquier ser humano, de cualquier ONG, de cualquier gobierno. El poder específico de la Iglesia, en cambio, es predicar el mensaje salvífico de Cristo y procurar la salvación eterna de las almas, algo que cada día notamos como una ausencia más estridente en los mensajes procedentes de la jerarquía.

Por otra parte, si a lo que nos exhorta Francisco es a “cuidar con ternura y misericordia aquello que se le ha confiado, el cuidado de la humanidad, sobre todo de la parte más pobre, oprimida, indefensa”, hay que concluir que poca o ninguna novedad hay en ello. Imagino que Su Eminencia no estará insinuando que hasta 2013 la Iglesia no se caracterizó por su énfasis en la caridad y en la primacía de esos “últimos” que “serán los primeros”, porque la evidencia es abrumadora.

Añade Bassetti que la crítica que hace al poder del mundo contemporáneo “ha atraído sobre al Papa muchas críticas por haber entrado en los mecanismos de las finanzas y de la economía del planeta”. Desafío desde aquí a Su Eminencia a que me muestre un fuerte ataque de los grandes medios de comunicación mundiales -esos mismos que, por lógica, están en manos de los grupos financieros más poderosos- contra el Papa cuando ha criticado el mundo de las finanzas o ha fulminado contra las actuales estructuras económicas. No hay, Eminencia, no existen. El izquierdismo elemental que suele delatar el Santo Padre cuando entra en esos temas es de rigor, moneda habitual en esos mismos medios que los financieros controlan.

El cambio, nos dicen, es inevitable. En tanto en cuanto eso es cierto, no hay novedad que sea mérito de este pontificado. Donde sí puede haberla, donde sería una catástrofe sin precedentes en la Iglesia, es en una “renovación” que pretenda entrar a saco en el depósito de la fe y sustituir doctrinas multiseculares por las opiniones personales o las tendencias ideológicas a la moda, que hoy se imponen y mañana, por la lógica de la historia, serán ridiculizadas y tachadas de anticuadas.

Porque es precisamente la gloria de la Iglesia anunciar un mensaje inmutable de salvación, porque es el mensaje del mismo Cristo. Ese es nuestro credo, el que rezamos en cada misa, salvo innovaciones que no parecen encontrar oposición alguna entre la jerarquía, como es el caso en la Parroquia milanesa de San Carlo al Corso, donde lo han sustituido por un herético ‘Credo de la Esperanza’ inventado por Michele Do.

Carlos Esteban

San Juan Bautista, un hombre enamorado y feliz

Padre Alfonso Gálvez Morillas


Homilía del 15 de diciembre de 2007

Básicamente, lo que el padre Alfonso nos dice en esta homilía es que una vida gozosa va siempre unida al amor a Jesucristo y, simultáneamente, al rechazo de los criterios del mundo. San Juan Bautista, un hombre feliz, es un buen ejemplo de esto.

De modo que, simplificando, podríamos decir que ésta podría ser la fórmula de la felicidad:

Máximo gozo posible = amor a Jesucristo + rechazo del mundo

BOMBSHELL: Bishop Morlino Apologizes to SSPX


Duración 16:58 minutos


Publicado el 12 de septiembre de 2015, por Michael Matt

martes, 27 de noviembre de 2018

Noticias varias 26 de noviembre de 2018



INFOVATICANA

Una quinta parte de los cristianos del mundo está perseguido o discriminado por su fe


EL ORIENTE EN LLAMAS

Discípulo de Cristo o discípulo de Maritain(II)

CHIESA E POST CONCILIO

El milagro más grande de nuestro tiempo es que la fe católica ha sobrevivido a la reforma litúrgica



Selección por José Martí

¿Trata Roma de evitar por todos los medios enfrentarse a la infiltración LGBT en el clero? (Carlos Esteban)



Desde el estallido de la crisis de abusos clericales este verano, todos los pasos dados por Roma, incluidos los silencios y la inacción, son inexplicables a menos que su objetivo sea evitar a toda costa enfrentarse al alarmante problema de la infiltración homosexualista en el clero católico.

El nombramiento del cardenal Blaise Cupich, arzobispo de Chicago, como uno de los cuatro organizadores del encuentro de febrero dedicado a tomar medidas contra el encubrimiento de abusos clericales es ya un indicio enormemente llamativo.

¿Por qué Cupich? ¿Por qué no el cardenal DiNardo, presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos? En principio, es difícil pensar en un prelado menos adecuado para hacer frente a la crisis de abusos.

Esta crisis, recordemos, estalla a principios de verano con la noticia de que se ha admitido como ‘verosímil’ una acusación de abusos sexuales a un menor por parte del antaño todopoderoso cardenal Theodore McCarrick, aún arzobispo emérito de Washington. Y Cupich -al igual que Kevin Farrell en Dallas y Joseph Tobin en Newark- es inesperadamente elevado al arzobispado de Chicago, la tercera diócesis más importante del país, por consejo del propio McCarrick. Cupich no tenía demasiadas posibilidades, y ni siquiera aparecía en la terna presentada por la diócesis de Chicago a la Congregación de los Obispos; ni siquiera estaba entre los diez primeros de la ‘short list’ de candidatos a presidir la sede.

Y si elegir para hacer frente a una crisis iniciada -cronológicamente en la opinión pública, al menos- por el ex cardenal McCarrick a un prelado promocionado por el propio McCarrick puede parecer ya suficientemente desconcertante, por decir poco, su actitud, desde entonces, lo hace aún más difícil de entender.

Una vez más, al igual que Tobin y Farrell, Cupich ha sido extraordinariamente permisivo, por decirlo suave, con los sacerdotes homosexualistas de su archidiócesis

- Ha declarado públicamente en una entrevista que es partidario de dar la comunión a homosexuales ‘casados’ según el ‘matrimonio paritario’ impuesto por el Tribunal Supremo durante la Administración Obama. 
- Ha negado que la homosexualidad tenga nada que ver con la crisis de abusos, a pesar de los datos flagrantes de que más del ochenta por ciento de los casos denunciados tienen a un varón por víctima.
- Ha disculpado la pasividad de la Curia alegando que el Papa Francisco tiene una “agenda más amplia”, en la que citó no la evangelización o la salvación de las almas, sino el medio ambiente y la inmigración. 
- Ha tratado de enviar a un centro psiquiátrico a un párroco que permitió que sus feligreses quemaran una bandera arcoiris hallada por el sacerdote en su iglesia, testimonio de la misa progay de su inauguración.
- En la pasada asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos fue el único obispo que se apresuró a defender y elogiar la decisión vaticana de vetar la aprobación de medidas contra los abusos.
- Y, por si vale de algo, aparece mencionado expresamente en el Testimonio Viganò como uno de los prelados que está haciendo avanzar la agenda homosexualista en la iglesia americana.

En definitiva, si hay un hombre en la Iglesia que va a asegurarse en Roma el próximo mes de febrero que no se mente siquiera la homosexualidad del clero en relación con los abusos, ese es el cardenal Blaise Cupich

Pero, con ser una ‘pistola humeante’ bastante clara del interés vaticano por eludir la citada relación, no es en absoluto la única que apunta en esta dirección:
- Podríamos empezar con el propio veto a las medidas que iban a aplicar los obispos americanos, que incluía un panel de laicos dedicado a investigar acusaciones contra obispos y que se justificaba con el pretexto de que era mejor esperar a que en febrero se aprobaran medidas aplicables a toda la Iglesia. Eso no impidió ni a la Conferencia Episcopal Italiana ni a su homóloga francesa aprobar sus propios mecanismos ‘ad hoc’ con el placet de Roma, por no hablar de que, como expresó a un periodista el cardenal DiNardo, dice muy poco del súbito amor por la sinodalidad y la colegialidad de que hace gala Roma en estos días.
Pero las evidencias se acumulan y, lo que es peor, no aparece ninguna en sentido contrario. 

- Está el celebérrimo “¿Quién soy yo para juzgar?” del Papa en una rueda de prensa en el aire, que fue interpretado por los grupos LGBT de todo el mundo como un acercamiento evidente de Roma a sus tesis. 

- Y las palabras nunca desmentidas del Papa a Juan Cruz, víctima chilena de abusos, a quien aseguró que Dios le había hecho gay y así le quería. 

- Y el extraordinario favor mostrado a Monseñor Ricca, sujeto de escándalos homosexuales, a quien puso al frente de las finanzas de la Iglesia.

- También, aunque se rechace de plano la acusación de Viganò según la cual Francisco ‘levantó’ la sanción no formal que Benedicto XVI había impuesto a McCarrick, se desprende incluso de los desmentidos del cardenal Ouellet y otros que Roma conocía perfectamente las andanzas homosexuales del ex cardenal, y Francisco le sacó del ostracismo para confiarle delicadas misiones diplomáticas en Armenia, Arabia y China.

- Y, sobre todo, la propia interpretación que ha expresado y sostenido el Papa desde su primera reacción a los escándalos en Estados Unidos, su carta al pueblo de Dios, no solo no menciona en ningún momento la homosexualidad evidente de los autores de los abusos, sino que nombra un claro y único culpable, el ‘clericalismo’, un fantasma de vaga definición que, de tener alguna, debería ilustrarse con la negativa tajante a que los laicos puedan investigar a obispos.

- Cuando, acabando el verano y los medios católicos ardiendo con los escándalos, Roma dejó la solución para el próximo año, la noticia sonó a cruel sarcasmo, como si no hubiese la menor prisa para atajar este mal. Pero el nombramiento de Cupich confirma todo este tren de evidencias apuntando en la misma dirección y hacen casi imposible esperar que de la reunión de febrero vaya a salir otra cosa que la enésima maniobra de ofuscación para esquivar lo obvio. 
Carlos Esteban

lunes, 26 de noviembre de 2018

Bishop Morlino's remarkable letter - Fr. Mark Goring, CC


Duración 21:48 minutos

Noticias varias 25 de noviembre de 2018



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EL ORIENTE EN LLAMAS

Discípulo de Cristo o discípulo de Maritain.

LIFE SITE NEWS

Bishop Robert C. Morlino of Madison, WI dies, aged 71

INFOVATICANA

Cupich el fontanero de Papa Francisco, los musulmanes siguen persiguiendo cristianos, los consejos de Santa Catalina. (Specola)

Selección por José Martí