Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
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martes, 8 de noviembre de 2022
Obispos contra el sínodo: desde Holanda hasta Suiza (Carlos Esteban)
La pobre representación de los fieles en el proceso presinodal, que ha obligado a alargarlo hasta el año que viene, y el escandaloso documento preparatorio está llevando a algunos obispos (auxiliares, eso sí) a cuestionar la idoneidad de esta reunión. Últimamente han hablado el suizo Marian Eleganti, emérito de Coira, y el holandés Rob Mutsaerts, de ‘s-Hertogenbosch.
Abrieron fuego los ‘sospechosos habituales’: el obispo Schneider, el cardenal Burke, el cardenal Müller. Este último, con la autoridad moral de ser exprefecto para la Doctrina de la Fe, fue tan lejos en el programa de Raymond Arroyo como para llamar al sínodo “una OPA hostil sobre la Iglesia”.
“Esto no tiene nada que ver con Jesucristo, con el Dios Trino. Parecen pensar que la doctrina es como un programa de partido que puede cambiar según sus electores”, añadió Müller, concluyendo: “Es un intento de destruir la Iglesia. Sí tienen éxito, será el fin de la Iglesia católica”. Más apocalíptico, es difícil.
Pero no está solo. Marian Eleganti, obispo auxiliar emérito de la diócesis suiza de Coira y conocido por sus reticencias ante el proceso renovador de la Iglesia, también ha expresado sus recelos. La crítica del suizo se centra en que hay que evitar la impresión (que el sínodo parece subrayar, pero que ya insinuaba el ‘espíritu del Concilio’) de que la Iglesia ha estado en el error hasta que hemos llegado nosotros, nuestra generación. “La Iglesia no ha estado en el camino equivocado durante 2000 años para ser iluminada y corregida en nuestros días por un proceso sinodal en el siglo XXI”, declara. “Para esto, no necesitamos ni un Concilio Vaticano III, ni un evento sustituto simplificado llamado Sínodo sobre la Sinodalidad”.
Yendo más lejos, en un ensayo recién publicado, Eleganti explica que “hoy los procesos sinodales, como las nanopartículas de las vacunas a base de mRNA, actúan como vectores que transportan sustancias nocivas o herejías y son en sí mismos tóxicos”.
Para Eleganti, la Iglesia está cayendo en la tentación de “estar de moda”, imitando el fervor del mundo por las nuevas causas. “Se trata de nuevo de los mismos retales sinodales recalentados por enésima vez desde los años 70: democracia, participación, implicación en el poder, mujeres en todos los oficios y el diaconado o sacerdocio femenino; revisión de la moral sexual en relación con las relaciones sexuales extramatrimoniales, el matrimonio y la homosexualidad; eliminación de la centralidad del sacerdote en la liturgia, etc”.
Mutsaerts, jovencísimo cuando fue consagrado obispo, tiene un historial aún más ‘trabucaire’ que Eleganti, y ha chocado con los nuevos tiempos desde antiguo, desde que se negara a asistir al Sínodo de la Amazonía después de conocer su planteamiento. Y no tiene pelos en la lengua, como puede comprobar cualquier lector de Infovaticana buscando su nombre en nuestros archivos. Acabó regular con su superior, el titular de ‘s-Hertogenbosch, y negociaron ambos que Mutsaerts perdería buena parte de sus funciones.
Si no le gustó el de la Amazonía, menos aún el de la Sinodalidad. Su crítica de centra en algo que ya se ha repetido a menudo en estas páginas: la Iglesia no tiene por misión “escuchar”, sino enseñar. El sínodo dice centrarse en los “excluidos”, pero, se pregunta el holandés, ¿quiénes están excluidos de la Iglesia? “ En definitiva, los que no están de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica”.
“La misión de la Iglesia, dice Mutsaerts, no es esta. No se trata de examinar todas las opiniones y luego encontrar un acuerdo. Jesús nos mandó algo más: proclamar la Verdad; es la Verdad que os hará libres”, asegura en su blog.
Carlos Esteban
miércoles, 21 de septiembre de 2022
¿Qué hacer con los obispos cuando no cumplen con su deber?
El día de su ordenación episcopal, Benedicto XVI escogió como lema “Cooperatores Veritatis”. El Pontífice alemán, tuvo claro desde el primer momento que su labor como obispo, debía estar enfocada a arrojar luz y defender la verdad.
Por desgracia, hoy en día vemos como cada vez más obispos se saltan a la torera este precepto, siendo ellos causantes y promotores de grandes inmoralidades y confusiones.
Mientras algunos se afanan por reformar la Iglesia desde dentro intentando colar doctrinas y enseñanzas nocivas, otros callan ante estos abusos.
Las herejías de alemanes y belgas
Hace escasos días, asistimos atónitos a cómo gran parte del episcopado alemán, con su presidente y el cardenal Marx a la cabeza, apoyaban reformas en moral sexual, uniones homosexuales y ordenación de mujeres.
Este pulso, no se mantiene desde el desconocimiento. Resulta inverosímil que haya obispos que desconozcan la nota que emitió la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde afirmaba que no se podía bendecir el pecado, en referencia a las parejas homosexuales. Por otro lado, es difícil de creer que los obispos desconozcan la Ordinatio Sacerdotalis de san Juan Pablo II donde afirma que «la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia».
Con todo esto, ¿cómo es posible que todavía queden obispos que planten cara de manera tan frontal y abierta contra el Magisterio de su propia Iglesia?
Cuando no se toman decisiones y se actúa de manera impune, es fácil que se produzca el «efecto llamada». En vistas que la inmensa mayoría del episcopado alemán se revuelve contra Roma y no pasa nada, ahora sus colegas belgas han decidido iniciar una nueva senda de ruptura con el Vaticano y la enseñanza católica.
En el día de ayer, publicamos como la Conferencia Episcopal de Bélgica, con el cardenal De Kesel a la cabeza, ha decidido abrazar y bendecir las uniones entre parejas homosexuales.
Lo que se esconde detrás de todas estas acciones, no es otra cosa que intentar «matar al pecado» y caer en que todo vale y que sólo hace falta ayudar a los pobres. En otras palabras, se trata de convertir la Iglesia católica, en una gran ONG.
Esta misma semana, hemos visto como algunos obispos han levantado la voz contra un error de Francisco en una de sus últimas cartas. Este tipo de actitudes no es lo habitual ya que siempre existe el temor a que pueda ocurrir como le pasó al obispo de Arecibo, monseñor Daniel Fernández, y ser destituido de un plumazo por parte del Papa.
Afortunadamente, aún algunos pocos obispos fieles a la verdad y que sin miedo ni complejos no dudan en levantar la voz cuantas veces sea necesario, tal y como han demostrado en numerosas ocasiones el obispo de Tyler, Joseph E. Strickland o Athanasius Schneider. También dentro del colegio cardenalicio los hay, como Müller o Sarah, que se han atrevido a corregir a sus colegas y alertar de estos peligros dentro de la Iglesia. Hay muchos otros, que públicamente prefieren guardar silencio.
El papel de los obispos y la doble vara de medir
Quizá haga falta recordar a este grupo de obispos progresistas colaboradores de doctrinas heréticas y confusas, que el Código de Derecho Canónico establece en el punto 386 que «el Obispo diocesano debe enseñar y explicar a los fieles las verdades de fe que han de creerse y vivirse, predicando personalmente con frecuencia; cuide también de que se cumplan diligentemente las prescripciones de los cánones sobre el ministerio de la palabra, principalmente sobre la homilía y la enseñanza del catecismo, de manera que a todos se enseñe la totalidad de la doctrina cristiana».
Cabe preguntarse, de manera legítima, el motivo por el cuál no «se actúa de oficio» en estos casos por parte de la Santa Sede y apartar cuanto antes a estos obispos que confunden al pueblo de Dios.
Es difícil de entender el empeño de Roma de poner su atención en restringir la Misa Tradicional por «falta de unidad» cuando resulta que hay un grupo de cardenales, obispos y sacerdotes que defienden públicamente doctrinas contrarias que menoscaban la unidad dentro de la Iglesia.
Resulta también sorprendente que se esté más preocupado en paralizar las ordenaciones en la diócesis de Frejús-Toulon, cuando es uno de los seminarios con más vocaciones de Francia o que se intervengan instituciones y movimientos de sana y buena doctrina que llenan las iglesias sin necesidad de inventarse cosas raras.
Redacción Infovaticana
viernes, 22 de julio de 2022
¿Corrección a los obispos alemanes? Parece que no (Bruno Moreno)
Al enterarme de que la Santa Sede ha publicado una declaración para regañar a los obispos alemanes por su “camino sinodal”, he estado a punto de pedir al párroco que eche al vuelo las campanas de mi pueblo. A fin de cuentas, el comportamiento de los obispos alemanes, junto con muchos fieles “importantes”, lleva años siendo un gran escándalo para toda la Iglesia.
Estupefactos, hemos podido contemplar cómo sucesores de los Apóstoles han defendido en público y repetidas veces abandonar la enseñanza moral irreformable de la Iglesia en cuestiones como los anticonceptivos o las parejas del mismo sexo, además de poner en duda la fe católica sobre el sacerdocio el matrimonio y otros temas. Todo ello sin que la autoridad de la Iglesia los corrigiera.
Por fin parece que ha llegado el tiempo de la corrección. ¿Habrá que echar las campanas al vuelo? Me temo que no.
Si uno lee la declaración, al principio tiene la impresión de que, en efecto, la Santa Sede ha corregido a los obispos alemanes por pretender que se cambien la fe y la moral católicas, ya que el texto afirma que “el ‘Camino Sinodal’ en Alemania no está autorizado a obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno y nuevas orientaciones de doctrina y moral”. Estupendo, nada que objetar. El famoso Camino Sinodal alemán no tiene absolutamente ninguna autoridad ni sobre los obispos, ni sobre los fieles, ni sobre la Iglesia ni sobre la doctrina o la moral.
El problema viene a continuación, cuando la declaración dice esto:
“No sería admisible introducir nuevas estructuras o doctrinas oficiales en las diócesis antes de que se haya alcanzado un acuerdo a nivel de la Iglesia universal, lo que constituiría una violación de la comunión eclesial y una amenaza para la unidad de la Iglesia”.
Me he quedado asombrado al leer ese párrafo, en el que se afirma que no se pueden introducir nuevas doctrinas “hasta que se haya alcanzado un acuerdo” en toda la Iglesia. Esto es increíble. Como sabe cualquier niño de catequesis de primera Comunión, lo católico es que no se pueden introducir nuevas doctrinas. Punto. La Iglesia no se inventa nuevas doctrinas ni las descubre, sino que transmite lo que recibió del mismo Cristo a través de los Apóstoles, el depósito de la fe. Puede y debe explicar lo mejor posible ese depósito, profundizar en él y aplicarlo a cada situación que vaya surgiendo, pero no cambiarlo ni añadir nada.
Esto es lo que la Iglesia ha creído siempre sobre sí misma: el Magisterio está al servicio del depósito de la fe, no es su dueño. El Concilio Vaticano I lo enseñó con absoluta claridad: “Así el Espíritu Santo fue prometido a los sucesores de Pedro, no de manera que ellos pudieran, por revelación suya, dar a conocer alguna nueva doctrina, sino que, por asistencia suya, ellos pudieran guardar santamente y exponer fielmente la revelación transmitida por los Apóstoles, es decir, el depósito de la fe” (Constitución dogmática Pastor Aeternus). También el Concilio Vaticano II dice lo mismo en múltiples lugares: “Dios quiso que lo que había revelado para salvación de todos los pueblos se conservara por siempre íntegro y fuera transmitido a todas las generaciones” (Dei Verbum 7).
Igualmente asombroso es que el motivo de la supuesta corrección sea simplemente la “comunión” y la “unidad” de la Iglesia, de manera que queda abierto el camino a que esas mismas barbaridades contrarias a la fe que defienden muchos obispos alemanes sean asumidas por la Iglesia siempre que el cambio se haga conjuntamente y no por separado. Increíblemente, en lugar de condenar las negaciones de la fe que se están realizando en Alemania a la vista de todos, se piden que esas negaciones de la fe “desemboquen en el proceso sinodal”. ¡Y se afirma que eso contribuirá “al enriquecimiento mutuo” y a dar “testimonio” de unidad y de “fidelidad al Señor”! ¿Se han vuelto locos? ¿Negar públicamente la fe es testimonio de fidelidad a Dios siempre que se haga en unión con las otras diócesis del mundo?
Es terrible. No se hace ni una sola mención de la fe católica, que ha sido pública y repetidamente negada por los obispos alemanes. Es decir, en la práctica, las múltiples menciones que se hacen de la “comunión” eclesial no parecen referirse a la auténtica comunión en la fe que no puede cambiar y que hemos recibido del mismo Dios. Más bien se trataría de una especie de disciplina de partido eclesial, que impide que cada uno vaya por libre a la hora de cambiar la fe, pero no que la Iglesia entera cambie esa fe. El problema no es que, de hecho, los obispos alemanes hayan negado la fe y la moral de la Iglesia, sino que lo hagan por separado.
Desgraciadamente, esto no es nuevo. Empezando desde los dos sínodos de la familia y siguiendo con los de los jóvenes, la Amazonia o el actual sínodo de la sinodalidad, la consigna pública durante este pontificado ha sido siempre que se aceptan todas las opiniones, aunque sean contrarias a la fe. Para “hacer lío”, supongo. Como si la Iglesia pudiera reinventarse en cada momento y no hubiera ya un depósito de la fe que no se puede tocar. Por supuesto, después de los sínodos, incluso cuando no se asumen oficialmente esas posturas contrarias a la fe, el hecho es que nunca se condenan ni se reprende a los que las defienden. Multitud de obispos dijeron barbaridades sobre la indisolubilidad matrimonial en los sínodos sobre la familia y nunca se han molestado en retractarse. En la Academia Pontificia para la Vida se han nombrado miembros que abiertamente rechazan la moral de la Iglesia sobre los temas de los que se ocupa la propia Academia. Se está dando la comunión a los divorciados que viven en adulterio en multitud de diócesis del mundo, incluida la propia Roma. Y no pasa nada. Nunca pasa nada.
Así no podemos seguir. Aunque la Santa Sede no niegue la fe, de hecho y oficialmente permite que se niegue, no corrige esa negación e incluso anima a expresar opiniones contrarias a la fe católica en el sínodo sobre la sinodalidad. Esto, desgraciadamente, apenas se diferencia de abandonar la fe, porque cuando la fe se convierte en una opinión más entre otras, ya no es fe.
No dudo de que la declaración sea bienintencionada y quiera evitar un cisma, pero lo cierto es que todo lo que no se fundamente en la fe es como una casa construida sobre arena: llegan los vientos de la modernidad, las nuevas modas, las exigencias del mundo y la derriban.
Bruno Moreno
domingo, 15 de mayo de 2022
Mons. Athanasius Schneider en España (entrevista televisiva) pide al Papa que aparte a «los lobos infiltrados en el rebaño» en referencia a los obispos alemanes heréticos
Monseñor Atanasio Schneider, obispo auxiliar de la diócesis de Astaná, en Kazajistán estuvo el pasado jueves en el plató del programa «El Gato al Agua» del Toro TV.
Monseñor Schneider viajó a Madrid para presentar la reedición del libro «El Liberalismo es pecado». Un titular, que el propio obispo confirmó. El obispo auxiliar de Astaná criticó que el liberalismo elimina a Dios para colocar al hombre en el centro. Monseñor Schneider destacó que «los principios básicos del liberalismo son los mismos que los del comunismo». De igual modo apostilló que «es pecado mortal cuando el liberalismo pone al hombre en el centro en vez de a Dios».
En relación a los pactos que mantiene el Vaticano con el gobierno comunista chino, Schneider fue tajante al asegurar que «esto va a pasar a la historia de la Iglesia como una gran tragedia». «La Santa Sede sacrificó a sacerdotes y obispos heroicos para hacer un acuerdo político», dijo también Monseñor.
En referencia al reciente arresto del cardenal Zen por parte de China, Schneider agregó que se trata de una especie de amenaza para obligar al resto a contribuir con el régimen dictatorial chino.
Durante la entrevista, una de las preguntas que le dirigió Carlos Esteban fue sobre el posible cisma de la iglesia alemana. Esteban le mostró al obispo Schneider su preocupación sobre que a día de hoy ya existen dos iglesias totalmente distintas. Una situación, que el propio obispo auxiliar de Astaná reconoció como verídico y criticó duramente las bendiciones de parejas homosexuales llevadas a cabo por parte del clero alemán.
Monseñor Atanasio Schneider añadió que la llave para salir de esta situación está en Roma, en manos del Papa, «quien tiene encomendada la misión de vigilar la fe y dar claras orientaciones y si fuera necesario amonestar o apartar a estos lobos que están en el rebaño como estos obispos alemanes que aprueban estas cosas, evidentemente heréticas. Además el Papa está viendo eso y no está haciendo nada», zanjó el prelado.
Hizo mención de cual debe ser la principal misión que debe tener el Papa, y no es otra que la de «confirmar a los hermanos en la fe. Tras esto, yo creo que la Iglesia será más pequeña pero más pura, más unida y más fervorosa», destacó Schneider.
Puedes ver la entrevista completa a Monseñor Schneider aquí (Ver sólo los 25 primeros minutos del enlace)
domingo, 20 de marzo de 2022
viernes, 11 de marzo de 2022
“El camino sinodal va derecho hacia un cisma” (Matteo Matzuzzi)
Esta es una entrevista aparecida en Il Foglio, Mar-11-2022, con Dorothea Schmidt, participante en el llamado “camino sinodal” alemán y representante de la parte minoritaria y cuasi-invisible del mismo. Traducción de Secretum Meum Mihi (con algunas adaptaciones)
Un Sínodo de partido
El proceso sinodal alemán cobra vida, listo para presentar las peticiones vinculantes “al Papa o a un Concilio”. Entrevista a la escritora Dorothea Schmidt, miembro de la asamblea que discute y vota.
Dorothea Schmidt es una joven periodista y escritora alemana y forma parte de la asamblea sinodal alemana que desde hace un tiempo se reúne periódicamente para preparar los documentos que luego serán enviados a Roma, presentados —como se estableció el pasado mes de febrero— “a la atención de del Papa o de un Concilio”. Del Sínodo alemán se sabe todo, sabemos la fuerza del impulso que quisiera cambiar mucho, desde la ordenación de mujeres a la moralidad sexual, hasta la puesta en discusión del celibato sacerdotal.
Le preguntamos cómo vive su participación en una organización que deberá tomar decisiones tan fundamentales.
“El camino sinodal alemán nace para contrastar los casos de abuso dentro de la Iglesia católica. Esta es sin duda un motivo válido y una tarea necesaria. Desgraciadamente, sin embargo, he tenido que constatar toda una serie de peticiones, también expresadas de forma oculta en las cláusulas, que no son por decir poco preocupantes: no sólo deberíamos hacer saltar por los aires la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad, adoptar una lenguaje y un pensamiento conforme a la teoría de género, sino también abolir el sacerdocio —o al menos someterlo a discusión—, instituir sacramentos LGBT e introducir una estructura de llamados ‘consejos’. El orden de la creación debería ser reemplazado por una antropología de género con diversas identidades sexuales. El tema del que partimos, que es la lucha contra el abuso, se trata sólo superficialmente. En realidad, después de más de dos mil años de historia, se está intentando derribar la doctrina de la revelación bíblica. Y, de hecho, el camino sinodal ha declarado abiertamente que ni la Escritura ni la tradición pueden seguir considerándose vinculantes. En la práctica, parece rendirse a la mentalidad de nuestra época, de hecho, la valora como uno de los signos de los tiempos y afirma que el sensus fidei fidelium no puede equivocarse. ¡Ciertamente no se entiende en este sentido por el Vaticano II! A menudo me pregunto en qué tipo de ambiente terminé”.
Empecemos por lo básico: ¿cómo se compone la asamblea sinodal?
“La asamblea sinodal está compuesta por todos los miembros de la Conferencia Episcopal Alemana y del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK); todos los demás participantes fueron convocados según criterios poco transparentes; la casi totalidad ha sido designada por el ZdK o por algunos obispos. Sobre todo, la presencia del ZdK, cuyas raíces se remontan al siglo XIX, le da a la asamblea un tono netamente político. Hay, de hecho, funcionarios de organizaciones y asociaciones liberales y de izquierda, que no son para representar a la totalidad del laicado alemán y, dominando la asamblea sin haber sido elegidos legítimamente, favorecen un cambio sustancial en el Magisterio. Una situación similar se daría —por ejemplo— si para una votación destinada a detener la impermeabilización de los suelos sólo se llamara a los contratistas de construcción para que votaran. El resultado de la votación sería seguro incluso antes de que se cuenten los votos. Desafortunadamente, la minoría a la que yo también pertenezco, alrededor del 20 por ciento de los participantes, percibe con dolorosa claridad que no ser del agrado de la mayoría, debido a la lentitud provocada por nuestras objeciones al proceso emprendido. Sin embargo, no hacemos más que repetir lo que dijo el Papa Francisco, es decir, que para una reforma se necesita conversión, oración, el Espíritu Santo, discernimiento y evangelización. No puede haber reforma sin conversión”.
¿En qué sentido afirma esto?
“El camino sinodal pone al margen el orden de la creación, construye una nueva imagen del hombre y de Dios, asumiendo la mentalidad de la época, quiere poner el Magisterio de la Iglesia sobre un fundamento humanista e impostarlo según la mentalidad corriente. En el camino sinodal no se menciona a Jesús, ni a María como personas vivientes, ni se habla de conversión. Aparte de algunas pequeñas oraciones en voz alta de vez en cuando, no se vuelve a Dios y no se trata de escucharlo. En tres días celebramos una sola santa misa, a pesar de la presencia de muchos sacerdotes y obispos. Sin embargo, ya sabemos por la historia, que toda reforma estructural nace de una renovación espiritual desde adentro, en el Espíritu Santo, de un giro existencial hacia Dios. Yo por lo menos no arriesgo a creer que la Iglesia atraiga nuevos miembros y que más personas podrán aprender a conocer y amar a Jesús si hay mujeres detrás del altar o si los obispos anuncian el sexo libre para todos o si la celebración de la Eucaristía se sustituye por la celebración de la Palabra. (Sin conversión, cualquier reforma es solo un plagio comercial. Es como querer curar pacientes obesos con productos de pastelería). Me pregunto sinceramente: ¿Mantenemos todavía la mirada fija en el Evangelio?”.
A menudo se lee sobre desacuerdos internos en el proceso sinodal, pero el mensaje que se transmite es el de una unidad de puntos de vista casi total. ¿Qué atmósfera se respira realmente en el camino sinodal?
“La atmósfera mayormente se asemeja a un congreso de partido. Es totalmente diferente a lo que he experimentado hasta ahora como Iglesia. Conozco una Iglesia con mujeres y hombres de todas las edades, con laicos y clérigos, donde todos juntos alaban, viven los sacramentos, hacen de catequistas, comparten experiencias, se corrigen y se regocijan juntos en el Señor. Para mí el camino sinodal es el opuesto perfecto de todo esto. Es un camino que conduce desde la Iglesia Católica hacia una comunidad protestante-liberal de burócratas eclesiásticos y académicos. Me parece encontrarme en un escenario político, siempre dispuesto a ajustarse a las preferencias de los electores, donde predomina una atmósfera que va de los tenso a lo agresivo, con tonos políticos ásperos, con silbidos y protestas y mayorías programadas. Hasta la tercera asamblea sinodal siempre había participantes que mostraban carteles rojos o verdes en señal de aprobación o desaprobación de las contribuciones al diálogo. Para un obispo en particular, las señales rojas volaron alto incluso antes de que hablara, cada vez que pedía una intervención. Las premisas con las que trabaja el camino sinodal están en evidente contraste con todo lo que el Papa Francisco quiere decir con la palabra sinodalidad, es decir, ante todo, escuchar, escuchar, escuchar al Espíritu de Dios, más que hablar, hablar, hablar. Nos encontramos teniendo un estilo de debate verdaderamente extraño. Lo que falta del todo es vivir como hermanas y hermanos en el Señor, la oración, la escucha del Espíritu de Dios, el discernimiento comunitario, un diálogo verdaderamente digno de llamarse así. Hay solamente un no diálogo y un grupo que huye de Roma”.
¿Cuáles son los temas que generan más tensiones?
“No todo cambio es una reforma. Alrededor del 80-90 por ciento de los participantes en el Camino Sinodal quieren cambiar las estructuras, dar un fundamento humanista al Magisterio de la Iglesia y adaptarlo a la mentalidad predominante. Para la mayoría de los miembros, la revelación divina en las Escrituras y la tradición no es vinculante para siempre. Incluso ahora se está pidiendo permiso para reescribir y modificar el Catecismo. Solo el 10-20 por ciento ven la reforma como una renovación espiritual. Otro aspecto es la perspectiva sobre el orden de la creación de Dios y sobre la ética del amor humano. La mayoría se inclina ante la ideología de género y considera la creación divina del hombre y la mujer una mera interpretación históricamente condicionada. El binarismo de género se licua al punto de que es prácticamente irrelevante quién era Jesús y quién lo representa; es decir, no importa si el alter Cristo frente al altar es un hombre, una mujer, un hombre nacido mujer o una mujer nacida varón. La casi totalidad de los participantes quiere derrocar por completo la doctrina moral de la Iglesia. Otro punto crucial es el sacerdocio ministerial. No se trata simplemente de la ordenación de mujeres, sino que uno se pregunta si sigue siendo necesario el ministerio presbiteral y si los obispos deben ser elegidos por el pueblo; ¿Y si el pueblo se ha apartado de Dios? ¿Qué obispos serán entonces elegidos? Se tiende a confundir poder y autoridad, sacerdocio común y sacerdocio ministerial. Otra cuestión fundamental es sin duda la idea de libertad. La mayoría equipara la libertad con la máxima ‘autonomía’ posible, mientras que la minoría enfatiza que la libertad no es una ‘opción’, sino que significa practicar las virtudes por hábito moral. La libertad como arbitrariedad es esclavitud. En conclusión, podemos decir que el camino sinodal no sigue los pasos de Jesús, sino que exige al Señor seguir los pasos de los sinodales”.
Entre los temas que son queridos por el Papa Francisco está también la nueva evangelización a la que se le debe dar un papel central en el proceso sinodal y también en la Iglesia en general. ¿Qué iniciativas ha tomado hasta ahora la asamblea sinodal en este sentido?
“Lamentablemente, la presidencia del camino sinodal rechazó todas las peticiones del Santo Padre de incluir la nueva evangelización entre los ejes fundamentales del proceso sinodal. Ni siquiera la exhortación de los obispos ha dado fruto. Muchos participantes entendieron las orientaciones que el Santo Padre había dado para orientar el camino sinodal como un estímulo para continuar en la dirección tomada, es decir, cambiar radicalmente la Iglesia y asimilarla a las iglesias protestantes. Según ellos, precisamente estos cambios constituirían la nueva evangelización”.
Como misión especial, el Papa Francisco invita a ir a los márgenes, a las periferias existenciales. ¿Cómo ve cumplida esta misión en el camino sinodal?
“El camino sinodal es un asunto de académicos. Para cada tema nos esperan montañas de documentos de difícil lectura, en los que esencialmente cada párrafo plantea una objeción o una corrección. Me siento como si estuviera en un curso de teología de una universidad pública. Ciertamente no se puede hablar de un movimiento hacia los marginados. Estamos lejos de renunciar a los privilegios de los sacerdotes y obispos para dar un testimonio real de vida evangélica. Y muchos observadores externos no logran comprender en lo más mínimo las decisiones que toma el camino sinodal. Sienten la confusión provocada por un giro de 180 grados que desquicia todo lo aprendido a lo largo de su vida, todo lo que la Iglesia ha enseñado durante más de dos mil años. La prensa, sin embargo, cree que el camino sinodal es la única salida a la crisis de la Iglesia. Sin embargo, sabemos que todavía hoy solo Cristo es el camino, la verdad y la vida”
¿En qué consiste, según Usted, el papel de los obispos, de los consagrados, de los presbíteros y diáconos?
“A menudo me he preguntado cómo es posible que los obispos, que durante su consagración prometieron solemnemente enseñar y custodiar fielmente el Magisterio de la Iglesia, lleguen a traicionar esta enseñanza, pensando en reescribirla fácilmente. Sin embargo, esto es precisamente lo que está sucediendo, incluso si las decisiones del camino sinodal no tienen legitimidad desde el punto de vista del derecho canónico. Tampoco esperan el visto bueno del Papa para implementar las resoluciones, pero ya están implementando lo decidido. Para junio pretenden cambiar la ley laboral eclesiástica. Para mí sería deseable una tregua, para decir: ‘¡Alto a todos! Tenemos que retirarnos en aislamiento. Debemos orar, dejar a Dios indicar los caminos a tomar y suplicarle que nos done la unidad en el Espíritu Santo’. En cambio, la mayoría de los obispos han caído como fichas de dominó, tratando de justificar y legitimar los pecados de los hombres, un estilo de vida contra la Iglesia, con argumentaciones humanístico-teológicas, inspiradas en la mentalidad corriente. Yo diría que ya están siguiendo un evangelio-placebo”.
¿Y en cuanto a la acusación hecha contra el camino sinodal de instrumentalizar loa abusos?
“La presidencia del camino sinodal y muchos participantes se refieren al estudio MHG encargado por la Conferencia Episcopal Alemana. Desafortunadamente, este estudio presenta contradicciones y numerosas dificultades metódicas. El estudio MHG ha recibido duras críticas de, por ejemplo, el psiquiatra y teólogo Manfred Lütz. Según él, el estudio de MHG se basa en muy pocos datos y los supuestos resultados no son comprobados. Lütz critica el estudio como poco científico, en gran parte. Además, faltaría una discusión científico-crítica de los resultados, en lugar de argumentos no comprobados, afirmaciones poco o nada representativas y, por lo tanto, difícilmente utilizables. Sin embargo, los artífices sinodales se refieren a este estudio para aprobar demandas como la abolición de la doctrina sexual de la Iglesia. Aquí también toman la palabra algunas víctimas de abusos, para testimoniar cuánto les hubiera gustado que sus verdugos se hubieran mantenido fieles a la enseñanza de la Iglesia. No se puede culpar a la doctrina de la Iglesia por los horribles actos que se han cometido. El autor del crimen es siempre responsable, a menudo por un alejamientos de los preceptos de Dios, cualquiera que lo haga notar es inmediatamente desacreditado y reprochado. A menudo se constata en el debate excesos de emotividad y maquinaciones deliberadas para montar escándalos, pequeños y grandes. Recordemos el caso del arzobispo de Colonia, Rainer Maria Woelki. Este cardenal ha sido difamado de todas las formas posibles e imaginables por la prensa y por las redes sociales. Me parece precisamente que están tratando de sacarlo de cualquier rol activo. Pero en realidad ningún otro obispo ha sido tan consistente como él en resolver el escándalo de abusos en su diócesis. La instigación al escándalo y la excesiva emotividad ofuscan la visión de los hechos y quitan la base para un debate honesto, objetivo y calmado. Por eso, la discusión pierde fácilmente los objetivos fundamentales: falta de fe, falta de conocimiento necesario de la fe y falta de relación con Cristo. Cuando se trata de abusos en el camino sinodal, el contexto casi siempre es el de hacer pasar los cambios esperados de la Iglesia. La afirmación de obispos críticos y de algunas víctimas de que se trata de un abuso de los abusos no es en absoluto la provocación de una minoría, sino que es simplemente la verdad de los hechos. Si queremos poner a plena luz este oscuro capítulo, debemos afrontar la verdad y proceder con objetividad”.
¿Cuáles serán, a su juicio, las consecuencias de las decisiones del camino sinodal?
“En realidad son presentes dos frentes opuestos, y el foso que los separa es cada vez más profundo. La atmósfera se vuelve agresiva, especialmente hacia nuestra minoría que busca una posición central y se opone a inventar una Iglesia completamente nueva, como si solo fuera Alemania. El camino sinodal va derecho hacia un cisma. Y este cisma en realidad ya está presente, donde obispos individuales socavan el derecho eclesiástico del trabajo, bendicen a las parejas homosexuales, donde la misa es presidida por mujeres. Por eso era lógico que el Papa, como una piedra en el fuego, dijera: ‘Por favor, amigos, déjenlo en paz’. Pero muchos participantes en el camino sinodal se limitan a quejarse y siguen haciendo lo que quieren, pisoteando a la Iglesia universal y llamando extremistas a todos los que luchan por la unidad con la Iglesia universal. En mi opinión, sería deseable que la Congregación para la Doctrina de la Fe o el Papa pusieran fin al camino sinodal. De lo contrario, la división de la Iglesia será imparable. Se está formando una Iglesia alemana particular que se inclina al espíritu del tiempo. Los obispos, sin embargo, no deben convertirse en marionetas en manos de la mentalidad de la época (y cambiar sus mitras por gorros de bufón), deben, por el contrario, mantener la unidad con el Papa y con la Iglesia universal”.
¿Y en cambio cuál es su idea de reforma?
“Tenemos que mirar las emergencias reales: muchos ya no creen en un Dios real, vivo y presente. El conocimiento necesario de la fe falta en todas partes. Demasiados ni siquiera conocen las oraciones más comunes y las principales recurrencias del año litúrgico, no tienen idea de quién es el Espíritu Santo ni lo qué hace. Es de aquí que la Iglesia debe partir. Necesitamos urgentemente una mejor catequesis, de una inserción más plena y vital en el Cuerpo de Cristo, en lo que la Iglesia cree, en su forma de vivir, en todo lo que espera. Necesitamos de los sacramentos, de todos los sacramentos, de manera integral, para que las personas se curen, se nutran y se reconcilien. Necesitamos un anuncio del Evangelio lleno de pasión, que impulse a emprender el camino del seguimiento de Jesús. Necesitamos una escuela de oración, donde podamos aprender a experimentar verdaderamente la presencia santa y sanadora de Dios, como un Padre lleno de amor misericordioso e infinito. La experiencia de ser amado debe repetirse una y otra vez, la experiencia de que el anuncio de Jesús tiene una fuerza transformadora que puede hacer florecer toda nuestra vida. Sueño con una Iglesia que ponga en el primer puesto el Evangelio, que lleve directamente a Jesús, que sepa ser exigente, que brille en la alegría de haber descubierto a Dios. Ser la Iglesia de Jesús es un desafío, es verdad, pero da auténtica alegría y una profunda e indescriptible sensación de realización. Sueño con una Iglesia que no deje meter de los demás en la boca lo que tiene qué decir, sino que dé testimonio gozoso de su esperanza, con un corazón ardiente. No podemos hacer esto si no hemos aprendido a conocer y amar a Cristo, si no nos hemos dejado inflamar por él. Las estructuras, los ritos y las tradiciones no contagian, no atraerán a nadie a la fe, si falta una relación vital y auténtica con Jesucristo. Hans Urs von Balthasar lo expresó admirablemente: ‘Ser cristiano significa ser aferrado’. Solo cuando nos dejemos atrapar seremos capaces de reavivar el fuego de la fe en nuestra tierra y mantenerlo encendido”.
Matteo Matzuzzi
jueves, 10 de marzo de 2022
Nuestra admiración por Monseñor Daniel Fernández Torres, lo que va del Zanchetta a Daniel, de Roma viene lo que a Roma va.
Comenzamos otro día con noticias que nos gustaría no haber tenido nunca que contar. La situación de descomposición y caos que estamos viviendo dentro de la Iglesia Católica no tiene precedentes históricos. El caso Zanchetta es una vergüenza universal y pública que el pueblo de Dios no merece, sigue ensuciando a toda la iglesia por muchos silencios que lo cubran. Nos imponen obispos claramente indignos que tenemos que aceptar por una presunta obediencia debida y nos privan de pastores ejemplares, por acción u omisión, que el pueblo de Dios necesita como la tierra en sequía. El terremoto de hoy, que parte de Puerto Rico con epicentro en Roma, es de traca. Hoy el episcopado se ha convertido en una especie de empleado de una multinacional al que se puede poner y quitar desde una estructura piramidal y tiránica que no respeta ni a Dios ni a los hombres. Sabemos, lo hemos confirmado tantas veces, que lo único que hace recular a esta cuadrilla de acémilas es que pregonemos sus vergüenzas , nos lo ponen muy fácil, ¡son tantas!. Es muy complicado encontrar en la bimilenaria historia de la iglesia episodios tan barriobajeros, con formas y maneras propias de una asociación mafiosa, como el caso del Obispo Daniel de Arecibo. La protección de Zanchetta, y de tantos ‘zanchettas’, es una de las caras de la misma moneda que ha destituido a Monseñor Daniel Fernández Torres, hasta ayer dignísimo obispo de Arecibo.
La noticia saltó a los medios con la firma de David Ramos de Aciprensa, tan bien informado sobre los temas vaticanos. Sabemos que nuestros lectores están al día, pero mejor recordar lo que hasta ahora pueden encontrar publicado. No podemos tolerar que se trate así a nadie y mucho menos a un obispo ejemplar:
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Un obispo es un sucesor de los apóstoles, tanto en Arecibo como en Roma, y el primado petrino nunca puede ser una forma de destrozar a un hermano sucesor de los apóstoles. No hemos visto esto entre los apóstoles, que tenían sus diferencias, como es bueno y justo que así sea, pero eran un ejemplo de amor hasta el martirio, no a Pedro o sus sucesores, sino a Cristo muerto y resucitado. El comunicado de prensa, que contiene la amarga y sobrenatural declaración del obispo misericordiado, es un ejemplo para el resto de episcopado mundial que se tienen motivos para sentirse orgullosos de contar entre sus filas con personas de la talla humana y sobrenatural del Obispo Daniel. Por si alguno tiene alguna duda, nosotros no la tenemos, toda esta operación es absolutamente personal del Papa Francisco. Las causas que se invocan son excusas para vestir una destitución injusta, es mentira que se negara a que sus seminaristas fueran al seminario interdiocesano y mentira que sea antivacunas o este en contra de lo recomendado por Doctrina de la Fe. Asistimos a un cese inusual y sin justificación en dónde se quiere sembrar la sombra de duda sobre un hombre honesto vendiéndonos una absurda caricatura.
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Por hoy, dejamos descansar otros temas, la gravedad del caso del obispo de Arecibo es tal que oscurece otras muchas. Imaginamos que muchos obispos hoy han abierto los ojos ante una realidad que intuían hace tiempo y que preferían no ver. Sus miedos y cobardías no los salvarán, ni ante el juicio de Dios, ni ante los hombres. Confiamos en que Dios conceda serenidad en estos momentos al obispo Daniel que ya es un buen ejemplo para sus hermanos. Entre Zanchetta y Daniel, algunos están claramente con Zanchetta, y ¡tantos zanchettas!, ellos sabrán por qué y porqué no pueden confesar los motivos de tantos cariños; nosotros sin duda alguna con Daniel, y tantos ‘danieles’, que están sufriendo su tortura en soledad. Su sustituto es un joven jesuita de 80 años, el emérito Alvaro Corrada del Río de andares sobradamente conocidos en la ‘islita’, los fieles, muchos, y sacerdotes, más, encabritados y en pie de guerra. El resto de obispos de Puerto Rico de postureo como si no supiéramos, con nombre y apellidos, que de Roma viene lo que a Roma va. Pensábamos ilustrar nuestra specola de hoy con una fotografía de obispo misericordiado, creemos que le dará mucha más alegría y consuelo la imagen del Perpetuo Socorro patrona de Arecibo.
¡Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!
Specola
jueves, 3 de marzo de 2022
Obispos ucranianos piden a Francisco que consagre a Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María (Carlos Esteban)
El episcopado católico de Ucrania, que sufre la invasión del ejército ruso, ha escrito una carta al Papa Francisco para implorarle que consagre su país y Rusia al Inmaculado Corazón de María, como había pedido la Virgen en las apariciones de Fátima.
“¡Padre Santo!”, invoca la carta enviada por los obispos ucranianos. “En estas horas de dolor inconmensurable y terrible prueba para nuestro pueblo, nosotros, los obispos de la Conferencia Episcopal de Ucrania, somos portavoces de la incesante y sentida oración, sostenida por nuestros sacerdotes y consagrados, que nos llega de todo el pueblo cristiano para dedique Su Santidad nuestra Patria y Rusia”.
“Respondiendo a esta oración, pedimos humildemente a Su Santidad que realice públicamente el acto de consagración al Sagrado Inmaculado Corazón de María de Ucrania y Rusia, como lo solicitó la Santísima Virgen en Fátima”.
“Que la Madre de Dios, Reina de la Paz, acoja nuestra oración: Regina pacis, ora pro nobis!”.
Ahora, la pregunta es: ¿no realizó ya esa consagración, tanto tiempo postergada, el Papa San Juan Pablo II el 25 de Marzo de 1984? Esa es, ciertamente, la respuesta oficial del Vaticano cuando se solicita por unos y por otro el cumplimiento de la orden celestial. Pero no todo el mundo, ni mucho menos, está de acuerdo.
“Es evidente que la consagración (de Rusia) no se hizo como pidió Nuestra Señora”, declaró en 2017 el Cardenal Raymond Burke en su discurso durante la conclusión de la Cumbre sobre el Centenario de Fátima, que se ha llevado a cabo este fin de semana.
“No dudo en absoluto de la intención del Papa San Juan Pablo II cuando llevó a cabo la consagración el 25 de marzo de 1984”, dijo Burke, añadiendo que Sor Lucía declaró que “Nuestra Señora la aceptó”.
Pero el cardenal norteamericano insiste en reconocer “la necesidad de una conversión total del materialismo ateo y del comunismo a Cristo, como también la urgencia de que Rusia siga la llamada de Nuestra Señora de Fátima y se consagre a Su Inmaculado Corazón siguiendo las explícitas instrucciones de la Virgen”.
El ex prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica volvió a hacer un llamamiento para realizar la consagración de Rusia según las instrucciones específicas de Nuestra Señora. Citó también el final del famoso secreto a los niños, en el que Nuestra Señora predijo: “Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz”.
Carlos Esteban
lunes, 3 de enero de 2022
El arzobispo de Washington, cardenal Wilton Gregory, ha anunciado que ha dado positivo para covid en un test rápido de antígenos, pese a estar triplemente vacunado (Carlos Esteban)
No sabemos si han fallado el test con un falso positivo o los tres ‘actos de amor’ que realizó debidamente el primado de Estados Unidos, el caso es que la prueba de antígenos a la que se sometió recientemente señala al cardenal Wilton Gregory como infectado con el SARS-COV2, según ha anunciado él mismo.
“Estoy completamente vacunado y reforzado. No tengo síntomas en este momento y, en general, me siento bastante bien. Siguiendo las indicaciones de mi médico, ahora me pondré en cuarentena en casa”, informó el Purpurado en un comunicado oficial.
Por otro lado, lamentó que el contagio signifique cancelar su participación “en las liturgias del 1 de enero, solemnidad de María, Madre de Dios, en la Catedral de San Mateo Apóstol y, más tarde ese mismo día, en el Santuario del Sagrado Corazón para la Misa con nuestra comunidad católica haitiana”.
“Tampoco podré volver a celebrar Misa en nuestra catedral el 2 de enero por la Solemnidad de la Epifanía”, dijo.
I’ve tested for Covid-19. I feel fine, no pains, fever, or other symptoms. I’m sorry to miss being present this weekend at our Cathedral & with the Haitian community. I’ll follow my doctor’s advice & not be in public. I’ll miss my annual retreat. I ask for your prayers. +WDG
— Wilton Cardinal Gregory (@WashArchbishop) December 31, 2021
Gregory no es en absoluto la única figura pública doble o triplemente inoculada con alguno de los productos comerciales autorizados como tratamientos de urgencia contra la pandemia. El más reciente en nuestro país ha sido el caso del líder del PP, Pablo Casado, que lo ha anunciado desde su cuenta en la red social Twitter.
A medida que se acumulan los casos, se afianza la duda sobre las draconianas medidas de control que exigen la vacuna para realizar muchas actividades elementales como, por ejemplo, trabajar en la Ciudad del Vaticano.
Carlos Esteban
domingo, 19 de diciembre de 2021
Excepciones a la sinodalidad
La iglesia sinodal, que ha hecho estallar la revolución de la ternura, ha dado hoy otra muestra evidente del rumbo que toman sus sinodalidades y sus ternuras, con la resolución de algunas dubias planteadas por los obispos a la Congregación del Culto Divino acerca de la aplicación de Traditionis Custodes. Por supuesto, las respuestas a estas dudas que fueron rápidamente resueltas y no como otras que aún esperan ser respondidas, se ordenan todas a sofocar aún más la liturgia tradicional en la Iglesia católica.
La sinodalidad, nos explica el Papa Francisco, exige que la Iglesia escuche a todos los hombres, e insiste en el “todos”, sin ningún tipo de excepción. Pero los hechos, que son más elocuentes que las palabras, nos dicen que hay un “colectivo” que no debe ser escuchado sino que más bien, debe ser masacrado: es el “colectivo” de los católicos tradicionalistas. Ellos son una rémora de la que hay que desembarazarse cuanto antes mejor.
Hay algunos detalles del documento que provocan expresiones de incredulidad. Por ejemplo, se dice: “Además, dicha celebración [se refiere a la misa tradicional] no es oportuno que sea incluida en el horario de las Misas parroquiales, ya que a ella sólo participan los fieles que forman parte del grupo. Por último, evítese que coincidan con las actividades pastorales de la comunidad parroquial”. Una discriminación documentada, no sea que los fieles “normales” se contagien del virus tradicionalista. Los fieles de ese “grupo” deben permanecer aislados y escudados, evitando cualquier contacto con la gente normal.
Y recuerdo que hace cinco días, el Vaticano pidió disculpas por haber causado dolor a la comunidad LGTB al sacar de su página oficial un vínculo a un sitio de ese “colectivo” que defiende los derechos de los homosexuales. Los pobrecitos se habían sentido discriminados. Yo me pregunto si los cardenales de la Curia o el Papa Francisco no perciben el dolor que causan a los fieles católicos que prefieren a la liturgia tradicional y que también se sienten discriminados por disposiciones como estas. No esperamos un disculpa pública como sí la tuvieron los LGTB; mucho menos esperamos que incluyan enlaces de sitios tradicionalistas en la página web oficial del Vaticano. Nos conformamos con que no nos persigan y nos dejen seguir existiendo.
Con respecto al documento en sí, lamentablemente no afectará demasiado a los fieles de España o Hispanoamérica, puesto que en esta porción del globo, estas crueldades ya habían sido perpetradas por los obispos hace muchos años. No se notará mucho. El daño sí podría ser notable y cuantioso en Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, donde el movimiento tradicionalista es fuerte y tiene muchos años de historia. La cuestión es ver hasta dónde será obedecido. Tantos parloteos sobre la sinodalidad pueden dar argumentos a los obispos para ponerse firmes o para hacerse los distraídos. Muchos de ellos aprecian sinceramente a los fieles tradicionalistas y a sus sacerdotes, y saben que no son contagiosos ni dañinos, sino que guardan la fe católica. Si son sinceros y actúan movidos por el afán de pastorear a las ovejas que les fueron confiadas, es probable que estas disposiciones sean acatadas pero no obedecidas. Y que mande Mons. Roche a la gendarmería vaticana a hacerlas cumplir.
Como bien lo ha señalado el P. Claude Barthe, el problema más serio y complejo se dará en los seminarios de las comunidades religiosas Ecclesia Dei, puesto que el documento prohibe explícitamente el uso del Pontificale Romanum previo a la reforma litúrgica. Es decir, prohibe conferir los sacramentos de la confirmación y del orden sagrado según el rito tradicional. Y los numerosos seminaristas que pueblan esos seminarios están allí porque desean ser ordenados con ese rito, y desean luego celebrarlo.
Prohibir el Pontificale Romanum tradicional es un disparo en el corazón de estas comunidades (se rumorea que en febrero vendrán otros disparos). Frente a esto, el P. Barthe insiste en que el deber es la resistencia hacia una ley injusta. Y estoy de acuerdo. Serán los responsables de esos institutos quienes, aconsejados por los que saben, comiencen la resistencia del modo que pueda ser más efectivo.
Algunas reflexiones finales:
1. La situación de hoy es, por cierto, mucho peor a la de hace un año. Pero es mucho mejor a la que tuvimos durante décadas bajo los pontificados de Pablo VI y Juan Pablo II. Conviene tenerlo en cuenta.
2. En mi opinión, los fundamentalistas del Vaticano II —como Mons. Viola, secretario de la Congregación del Culto y ejecutor de todas estas maldades, junto a su asesor Andrea Grillo—, se espabilaron demasiado tarde. El movimiento tradicionalista es demasiado numeroso para ser dispersado a fuerza de documentos y los obispos han tenido muchos años para ver los frutos de la liturgia tradicional en sus fieles.
3. Este documento no hace más que atizar el fuego. La pax liturgica que había alcanzado el Papa Benedicto ha sido rota, y habrá guerra. Y la guerra provoca daños, graves en muchos casos, y ningún obispo con fe católica querrá guerras cruentas en sus diócesis. Habrá que aguantar el aguacero y esperar que Bergoglio muera lo más pronto posible. Guardo esperanzas de que su sucesor, sea el que sea, volverá a la pax benedictina, si no por convicción, al menos para no ver manchado su pontificado de sangre.
4. Cuando hace pocos días el cardenal Burke anunció con bombos y platillos que su regreso a la vida pública sería con una seguidilla de pontificales y ceremonias tradicionales, me llamó la atención. El horno no estaba para bollos, y sin embargo, se animó a hablar y actuar de acuerdo a su conciencia. Un hombre que vio la cara de la muerte y que estuvo a punto cruzar el Leteo, ya no es el mismo (digo yo, que la experiencia no le he tenido. Y conozco a varios que la tuvieron, y siguieron tan malos y pecadores como antes). Pero quizás el cardenal se anime a plantarse y, por ejemplo, celebre una ordenación sacerdotal siguiendo el pontifical tradicional. ¿Qué podría pasar? Que lo suspendieran a divinis. ¿Se animaría a hacerlo Bergoglio, el rey de las misericordias? El mismo que concedió permiso a los sacerdotes de la FSSPX para celebrar los sacramentos del matrimonio y de la penitencia según el ritual tradicional, ¿suspendería a un cardenal de Santa Romana Chiesa por un hecho análogo? ¿Qué ocurriría si tal cosa sucediera? Crearía un nuevo Lefebvre, y eso no le conviene a nadie, y mucho menos a él.
The Wanderer
miércoles, 15 de septiembre de 2021
Visita ad limina de los obispos franceses: "basta" a la misa tridentina
Una noticia dolorosa pero no sorprendente, dadas las premisas, de las palabras de Bergoglio a los obispos franceses sobre la Misa de siempre. Las resumiré en un artículo específico porque, además de duras y despectivas, son falsas (la Misa antigua -estamos hablando de la reactualización del Sacrificio de Cristo- no es una atracción litúrgica ni abarca posiciones de ideología y no debe quedarse sin refutación coram populo ...
Mientras tanto, más abajo, la crónica, que también concierne a París. Aquí el índice de los precedentes sobre el TC. Los obispos franceses están realizando actualmente su visita ad limina , abreviatura de ad limina apostolorum que significa "en el umbral [de las basílicas] de los apóstoles". Este término designa la visita que todo obispo debe realizar periódicamente a la Santa Sede. Los obispos europeos hacen esta peregrinación cada 5 años.
La visita ad limina es una peregrinación a las tumbas de los apóstoles San Pedro y San Pablo. Pero fue creada para fortalecer los lazos con la Santa Sede. Durante la visita ad limina , los obispos se encuentran con el Papa y los jefes de los dicasterios y congregaciones de la Curia romana.
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Así, el Papa Francisco recibió una primera delegación de obispos franceses, en visita ad limina , el viernes 10 de septiembre de 2021. Según informa la revista on line Famille Chrétienne , en la edición del mismo día, hubo una discusión de más de dos horas ” de política, del motu proprio Traditionis Custodes o del sínodo sobre sinodalidad "[ ver ].
Entrevistados por los medios de comunicación, algunos prelados informan que "los obispos fueron animados por el pontífice a una auténtica" proximidad pastoral a hombres y mujeres involucrados en la política ".
La revista añade que el Papa les instó a no participar en una corriente ni a sacar provecho de ella, sino a recordar los grandes principios de la Iglesia, en primer lugar el de la dignidad de la persona humana en todas las etapas de la vida.
En cuanto al motu proprio Traditionis custodes , el Papa, informa Famille Chrétienne , citando a algunos obispos, "insistió en que la celebración del rito antiguo no debe ser un pretexto para rechazar el Vaticano II".
Finalmente insistió: "Hay que poner un límite y ya está", para que un atractivo litúrgico no cubra una posición ideológica. Al mismo tiempo, el sucesor de Pedro les animó a adoptar una "actitud paternal" hacia los fieles.
El Papa Francisco puede hablar de una "actitud paternal", pero cuando le dice a su hijo "¡Basta!" parece difícil hacer creer que se trata de un lenguaje amoroso. Es más una invitación a salir de casa que cualquier otra cosa.
Además, los obispos franceses no esperaron la invitación explícita de Francisco para interpretar su motu proprio. Veamos la acción de Mons. Roland Minnerath, obispo de Dijon, que expulsó a una comunidad de Ecclesia Dei [ aquí y aquí ], incluso antes de la publicación del texto, pero en previsión de ello. O el de Mons. Michel Aupetit quien lo aplica de una manera que se encuentra entre las más severas de la archidiócesis de París.
La impaciencia de Francisco confirma su venganza frente a la Misa tradicional, así como su impotencia ante las crecientes críticas al Concilio Vaticano II, que ya no puede detenerse. Esta actitud es dolorosa y presagia un final doloroso y patético para el reino.
( Fuentes : Famille chrétienne / Eglise catholique de France - FSSPX.Actualités)
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viernes, 7 de mayo de 2021
Los obispos no sancionarán al ladrón de las elecciones en Estados Unidos
Los obispos estadounidenses no harán cumplir el Derecho Canónico contra el ladrón electoral y militante del aborto Joe Biden, predice George Neumayr en The Spectator. Los obispos estadounidenses carecen de la voluntad de negar la Comunión a Biden, a pesar de que el Canon 915 “obliga al ministro de la Sagrada Comunión a rechazar el Sacramento” a aquéllos que están en “pecado grave manifiesto”. Neumayr pregunta: “Si la facilitación directa de Biden de la matanza de niños no nacidos no entra en esa categoría, ¿qué lo hace?”
Neumayr observa que la Iglesia del Vaticano II ha engendrado a muchos de sus propios destructores. Llama a Biden un “católico” anticatólico que persigue a su propia Iglesia. Los obispos podrían haber aplastado a esta serpiente en su caparazón, pero debido a su laxitud y heterodoxia declinaron hacerlo. Biden es para Neumayr el producto de la pasividad de los obispos, la culminación de un catolicismo secularizado que los obispos permitieron que se extienda durante décadas.
Estos obispos explican por qué no aplican el derecho canónico contra los enemigos de la Iglesia, diciéndonos que “no somos guardianes de la Eucaristía”. Neumayr observa que tal afirmación habría sorprendido a los primeros obispos de la Iglesia. “Al negarse a controlar el sacramento de la Sagrada Comunión, los obispos han permitido que los enemigos de la Iglesia lo controlen”. Biden y sus amigos exigen autonomía para sí mismos en la esfera política, mientras se reservan el derecho de burlar las reglas de la Iglesia.
Todos los prelados influyentes de Francisco están en el tanque para Biden. Neumayr nombra a McElroy de San Diego, Gregory de Washington, Cupich de Chicago y Tobin de Newark. El cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, un supuesto “conservador” que dijo que “las cuestiones incendiarias son cosa del pasado”, no es mejor. Ellos dicen que la Iglesia debe buscar el “diálogo” por encima de la confrontación. Neumayr observa que “por supuesto, ese diálogo nunca se produce”. Identifica esto como el llamado “enfoque pastoral” que ha vaciado los pastos de la Iglesia y expuesto el rebaño a los lobos.
viernes, 30 de abril de 2021
Cardenal George Pell: “Cristianismo liberalizado” es aburrido
La situación de la Iglesia en Alemania parece “ominosa”, con un porcentaje que va decididamente en la dirección equivocada, dijo el 27 de abril el cardenal George Pell, de 79 años, en el sitio web EWTN.com.
Para Pell está claro que -lo que él llama- un “cristianismo liberalizado”, ya sea catolicismo o protestantismo, “en una generación más o menos se fusiona con el agnosticismo”.
“Si adoptas las políticas del mundo y te limitas a seguir la corriente para que te aprueben, a nadie le va a interesar”, afirmó Pell, lo que implica que el “cristianismo liberalizado” es aburrido.
Él recuerda a los obispos alemanes su deber de mantener las enseñanzas de la Iglesia: “No tienen poder para cambiarlas, ninguno de nosotros lo tiene”.
miércoles, 14 de abril de 2021
“Futuro brillante”: Arzobispo escribe tratado sobre el Rito Antiguo
Fue el “gran consuelo” que experimenta al celebrar el Rito Romano original en su capilla de retiro de Sioux Falls lo que lo inspiró a predecir la restauración inminente de esta liturgia, escribe el 13 de abril el arzobispo Thomas Gullickson escribe en el sitio web utadmereamur.blogspot.com.
Gullickson expresa optimismo “en nuestro brillante futuro”, porque mucha gente buena está abandonando la “corriente principal del Novus Ordo” - que odia el Rito Antiguo tanto como Hans Küng - en dirección al Rito Romano.
También hay más sacerdotes de mediana edad que aún no han sido conquistados personalmente por el Vetus Ordo, pero lo celebran para los fieles.
Gullickson anima a los obispos a seguir el ejemplo de los jóvenes, a celebrar el Rito Antiguo y a empezar a utilizar el Breviario antiguo.
Él planea escribir un tratado sobre su optimismo en un futuro brillante del Rito Romano.
jueves, 18 de marzo de 2021
La jerarquía ha renunciado al deber de corregir doctrinas falsas (Carlos Esteban)
De un tiempo a esta parte -digamos, desde el Vaticano II, aunque la cosa viene de antes-, la jerarquía eclesiástica ha renunciado en general a su labor de corregir doctrinas erróneas. No todas, lo que es casi peor: solo las que puedan chocar al mundo, las que puedan hacernos antipáticos y, quién sabe, provocar una nueva persecución.
Si uno va a ver, si consulta fuentes autorizadas, la doctrina sigue siendo la de siempre. Pero nadie lo diría. Porque un día con otro nos encontrábamos desde teólogos renombrados con cátedra a fieles corrientes y molientes defendiendo en público y en privado que “la Iglesia ya no defiende” tal o cual enseñanza perenne. Y, en un sentido del verbo, la afirmación era cierta: la doctrina en cuestión aún se mantiene, pero no se “defiende”.
Venía a ser un poco como la política con respecto a los homosexuales en el Ejército americano en tiempos de Bill Clinton, cuando la consigna era: “Don’t ask, don’t tell”. Los tiempos aún no parecían maduros para que se aceptara la homosexualidad abierta en filas, pero tampoco quedaba bien mantener la prohibición, así que se le aconsejaba al recluta que no lo proclamara y al oficial, que no preguntara.
Esta política permite a nuestros pastores llevar una vida plácida, hablando con pasión de ‘conversiones ecológicas’ y ‘acogidas’ varias. Por un lado, nadie puede echarles en cara que lo que dicen les sitúe fuera de la Iglesia o contradiga la doctrina inmutable; y, por otro lado, pueden seguir asistiendo a los cócteles de la gente de poder y evitar que la gente les tire piedras por la calle. ¿Que luego una holgada mayoría de católicos americanos no cree en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía? Bueno, no se puede tener todo. Que busquen en el Catecismo, que ahí sale.
Pero esta situación no puede durar indefinidamente, como empezamos a ver. El Papa acaba de refrendar un ‘responsum’ de Doctrina de la Fe negando que los sacerdotes puedan bendecir uniones homosexuales, porque Dios no puede bendecir el pecado y se ha desatado el infierno. Literalmente. Llevamos ya dos días dando noticias de rebeliones e indignaciones, como si la sodomía se acabara de declarar pecado, y no lo fuera desde bastante antes de Cristo.
Ese es el problema: renunciando a corregir las falsas percepciones sobre nuestra fe, lo que puede cambiar y lo que no, no vas a evitar que el mundo odie a la Iglesia con la pasión habitual, al menos en última instancia; solo conseguirás dejar por el camino un numero pavoroso de almas confundidas sobre su fe y en peligro de condenación eterna. Y es que siempre llegará un punto en que, entre la espada y la pared, ante la pregunta directa, no queda otra que confirmar aquello en lo que creemos, aunque repatee al siglo.
Porque la misión de la Iglesia es llevar almas a Dios, al Cielo. Lo demás es, por decirlo con jerga marxista, superestructura: a veces útil, a veces necesaria, a veces inevitable y otras, ninguna de las tres cosas. Pero el fin último es la salvación, que es para siempre, cuando el planeta y las galaxias sean un lejano recuerdo.
Carlos Esteban
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