BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



viernes, 30 de abril de 2021

¡AYUSO PIDE LA ABSTENCIÓN DEL PSOE PARA NO PACTAR CON VOX EN MADRID! || VOTAR AYUSO ES VOTAR CASADO

 ROBERSR






DURACIÓN 15:18 minutos

https://youtu.be/jLXN0kS_D-E

Isabel Díaz Ayuso ha abierto la posibilidad de una abstención del PSOE para no pactar con VOX un gobierno en la Comunidad de Madrid tras las elecciones del martes 4 de mayo. Una Ayuso, que ha dejado claro que votarla a ella es como votar a Casado y que su proyecto es el mismo que el proyecto del PP a nivel nacional. 

Es decir, un acercamiento al PSOE mientras va diciendo que VOX es muy malo y Abascal mancha la sangre de las víctimas de ETA. Esto es el PP. Y para evitar que se apliquen las políticas progres en la Comunidad de Madrid, votar masivamente a VOX es esencial. 

El más largo de Europa: Irlanda detiene un misterioso ritual de confinamiento

 ES NEWS


Irlanda suavizará sus medidas Covid-19 a partir del 10 de mayo, según decidió el gobierno el 28 de abril. Esto beneficiará a las peluquerías, los viajes y las Misas.

No se permitirán las cenas en interiores antes de julio. La asistencia a Misa se limitará a 50 fieles, independientemente del tamaño de la iglesia, lo que demuestra una vez más que las medidas Covid son irracionales. Es un misterio que Irlanda haya tenido el confinamiento más largo de Europa.

Un artículo revisado en enero en el European Journal of Clinical Investigation no encontró “ningún efecto beneficioso significativo claro” de los confinamientos por Covid en Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Irán, Italia y Países Bajos, frente a las medidas voluntarias (= sin confinamientos) en Corea del Sur y Suecia.

El documento fue elaborado por Eran Bendavid, Christopher Oh, Jay Bhattacharya y el famoso John Ioannidis, todos ellos investigadores de Stanford.

The Big Reset Movie

MROY

 

Duración 18:02 minutos

THE BIG RESET



Amparado bajo el pretexto de una pandemia a nivel global, estamos asistiendo al mayor atentado perpetrado en la historia contra nuestros derechos y libertades fundamentales.

Mediante el MIEDO, en apenas un año se han llevado a cabo políticas que en condiciones normales nos parecerían impensables. Confinamiento de toda la gente en sus casas, represión policial, estados de alarma, control absoluto de los grandes medios de comunicación, implantación de censura informativa a nivel planetario, silenciamiento de cualquier voz disidente con campañas de descalificación, ausencia de debate, campañas de desinformación, utilización de fondos del Estado sin ningún control, así como el intento de una vacunación obligatoria a nivel mundial.

El poder siempre ha utilizado las crisis para instaurar un control totalitario sobre la población. Es lo que se llama la doctrina del shock, descrito por Naomi Klein,
en la que, a través de impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias y aprovechando la confusión y conmoción generales se puedan llevar a cabo reformas impopulares.

LA FALSA PANDEMIA: Asumida como real por todo el mundo, ha sido posible merced a una sociedad no acostumbrada a pensar por sí misma sino a asumir “verdades oficiales”. Orquestada mediante una estrategia basada en inexactitudes,
manipulaciones, bulos y mentiras de los actuales responsables de la Organización Mundial de la Salud, con la complicidad de grandes grupos de poder, la utilización descarada de grandes medios de comunicación y con el silencio cómplice de muchos científicos, médicos, investigadores, académicos, políticos, fiscales, jueces y magistrados y, en definitiva, a una sociedad acostumbrada a asumir las verdades impuestas desde los medios que nos desinforman.

El documental «The Big Reset» será enemigo de la censura, e intentará hacer llegar al mayor número de gente posible las opiniones de personas muy preparadas que están siendo sistemáticamente silenciadas por no comulgar con el pensamiento único y obligatorio que nos están intentando imponer. El documental tratará de generar debate, así como de resolver muchas de las preguntas que tenemos derecho a saber sus respuestas.

Una de las preguntas clave es porqué en los medios de comunicación apenas se habla de El Gran Reinicio, o El Gran Reseteo. El Gran Reinicio es una propuesta del Foro Económico Mundial (FEM) para reconstruir la economía de manera sostenible tras la pandemia de COVID-19. Enmarcado en el plan de los globalistas y su Agenda 2030, la actual pandemia se presenta como un “agente acelerador” de todas las políticas totalitarias que se están llevando a cabo a nivel planetario.

Esta idea lleva décadas gestándose. Para alcanzar el estado omnipotente, y llevar a cabo una transformación radical de la sociedad, es necesario un mayor intervencionismo y control de los gobiernos a través de organizaciones culturales y científicas. Con el pronunciamiento de una supuesta pandemia a nivel global, la libertad se enfrenta a un nuevo enemigo. La tiranía se disfraza de gobierno experto y dictadura benevolente. Los nuevos gobernantes no justifican su derecho al dominio debido a la providencia divina, si no que ahora reclaman el derecho a gobernar al pueblo en nombre de la salud y la seguridad universales, basándose en presuntas pruebas científicas.

Sería imposible orquestar un golpe de estado desde arriba, como están intentando llevar a cabo estos grupos de poder, sin contar con la ayuda de los grandes medios de comunicación. Hace tiempo que estos medios de comunicación no son independientes, si no que están controlados por grandes grupos alineados con las consignas globalistas. Su mecanismo de ingeniería social, hace que las empresas mediáticas sean instrumentos a las órdenes del poder. En ellos está la clave de la manipulación, la cual estamos viendo crudamente en esta pandemia.

Afortunadamente cada vez hay más profesionales del ámbito de la medicina,
la salud y el periodismo, así como de otras disciplinas que ponen en tela de juicio estas “verdades oficiales”. Desde la declaración de Great Barrington, firmada por más de 6.000 especialistas de todo el mundo y 50.000 personas, en la que se cuestiona con dureza las medidas de los gobiernos para hacer frente a la pandemia, pidiendo la reanudación de todas las actividades laborales, hasta el Mensaje de alerta internacional de profesionales de la salud a los gobiernos del mundo, firmado ya por un millar de profesionales, mayoritariamente médicos, pertenecientes al colectivo United Health Professionals, en la que denuncian que la COVID-19, es “la mayor estafa sanitaria del siglo XXI”.

Si nunca has oído hablar de todo esto que aparece aquí, es normal. Hay un intento deliberado desde los medios de comunicación de masas de esconder este tipo de información. Llevan un año apabullándonos con cifras y datos manipulados con la intención de confundirnos y hacernos perder el sentido de la realidad, mientras poco a poco van socavando nuestras libertades.

Sin embargo, existen personas valientes y muy preparadas en las disciplinas que les competen; desde epidemiólogos, genetistas, biólogos moleculares, bioquímicos, abogados, periodistas de prestigio y hasta Premios Nobel, que llevan denunciando desde hace tiempo la situación en la que nos encontramos. Estas son las personas a las que daremos voz en este documental, para hacer llegar al mayor número de gente posible un mensaje de verdad.

En este mundo que nos quieren pintar, la tendencia dominante es plegarse a la llamada “Nueva Normalidad”, que no es más que un estado anormal y antidemocrático de libertad controlada, bajo el pretexto de una supuesta enfermedad pandémica que asola al planeta, por ello han decidido que la presión no cambiará hasta que aceptemos sus condiciones. Y en este acto de soberbia, han corrompido los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero esta vez han ignorado un detalle, inexistente en los conflictos anteriores, y es que ahora la masa, tiene voz.

Como dijo Abraham Lincoln, “Puedes engañar a todo el mundo durante un tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

NOTICIAS 29 de abril de 2021

 



ADELANTE LA FE

Cinco años después, las críticas a Amoris laetitia siguen sin respuesta (De Mattei)

MARCHANDO RELIGIÓN

Sobre la política desde una perspectiva del tradicionalismo

Selección por José Martí

Declaración de las verdades relacionadas con algunos de los errores más comunes en la vida de la Iglesia de nuestro tiempo

 ADELANTE LA FE


«La Iglesia del Dios vivo, columna y cimiento de la verdad» (1Tim 3,15)


Fundamentos de la Fe

1. El sentido correcto de las expresiones tradición viva, Magisterio vivo, hermenéutica de la continuidad y desarrollo de la doctrina incluye la verdad que cada vez que se profundice en el entendimiento del Depósito de la Fe, sin embargo esta profundización no puede ser contraria al sentido que ha expuesto siempre la Iglesia en el mismo dogma, el mismo sentido y el mismo entendimiento (cf. Concilio Vaticano I, Dei Filius, sess. 3, c. 4: «in eodem dogmate, eodem sensu, eademque sententia»).

2. «El significado mismo de las fórmulas dogmáticas es siempre verdadero y coherente consigo mismo dentro de la Iglesia, aunque pueda ser aclarado más y mejor comprendido. Es necesario, por tanto, que los fieles rehúyan la opinión según la cual en principio las fórmulas dogmáticas (o algún tipo de ellas) no pueden manifestar la verdad de modo concreto, sino solamente aproximaciones mudables que la deforman o alteran de algún modo; y que las mismas fórmulas, además, manifiestan solamente de manera indefinida la verdad, la cual debe ser continuamente buscada a través de aquellas aproximaciones.» Así pues, «los que piensan así no escapan al relativismo teológico y falsean el concepto de infalibilidad de la Iglesia que se refiere a la verdad que hay que enseñar y mantener explícitamente» (Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración sobre la doctrina católica acerca de la Iglesia para defenderla de algunos errores actuales, 5).

Credo

3. «El reino de Dios, que ha tenido en la Iglesia de Cristo sus comienzos aquí en la tierra, no es de este mundo (cf. Jn 18,36), cuya figura pasa (cf. 1Cor 7,31), y también que sus crecimientos propios no pueden juzgarse idénticos al progreso de la cultura de la humanidad o de las ciencias o de las artes técnicas, sino que consiste en que se conozcan cada vez más profundamente las riquezas insondables de Cristo, en que se ponga cada vez con mayor constancia la esperanza en los bienes eternos, en que cada vez más ardientemente se responda al amor de Dios; finalmente, en que la gracia y la santidad se difundan cada vez más abundantemente entre los hombres. Pero con el mismo amor es impulsada la Iglesia para interesarse continuamente también por el verdadero bien temporal de los hombres. Porque, mientras no cesa de amonestar a todos sus hijos que no tienen aquí en la tierra ciudad permanente (cf. Heb 13,14), los estimula también, a cada uno según su condición de vida y sus recursos, a que fomenten el desarrollo de la propia ciudad humana, promuevan la justicia, la paz y la concordia fraterna entre los hombres y presten ayuda a sus hermanos, sobre todo a los más pobres y a los más infelices. Por lo cual, la gran solicitud con que la Iglesia, Esposa de Cristo, sigue de cerca las necesidades de los hombres, es decir, sus alegrías y esperanzas, dolores y trabajos, no es otra cosa sino el deseo que la impele vehementemente a estar presente a ellos, ciertamente con la voluntad de iluminar a los hombres con la luz de Cristo, y de congregar y unir a todos en Aquel que es su único Salvador. Pero jamás debe interpretarse esta solicitud como si la Iglesia se acomodase a las cosas de este mundo o se resfriase el ardor con que ella espera a su Señor y el reino eterno.» (Pablo VI, Constitución apostólica Solemni hac liturgia, “Credo del pueblo de Dios”, 27). Es, por tanto, erróneo afirmar que lo que más glorifica a Dios es el progreso de las condiciones terrenas y temporales de la especie humana.

4. Después de la institución de la Nueva y Eterna Alianza en Cristo Jesús, nadie puede salvarse obedeciendo solamente la ley de Moisés, sin fe en Cristo como Dios verdadero y único Salvador de la humanidad (cf. Rm 3,28; Gal 2,16).

5. Ni los musulmanes ni otros que no tengan fe en Jesucristo, Dios y hombre, aunque sean monoteístas, pueden rendir a Dios el mismo culto de adoración que los cristianos; es decir, adoración sobrenatural en Espíritu y en Verdad (cf. Jn 4,24; Ef 2,8) por parte de quienes han recibido Espíritu de filiación (cf. Rm 8,15).

6. Las religiones y formas de espiritualidad que promueven alguna forma de idolatría o panteísmo no pueden considerarse semillas ni frutos del Verbo puesto que son imposturas que impiden la evangelización y la eterna salvación de sus seguidores, como enseñan las Sagradas Escrituras: «El dios de este siglo ha cegado los entendimientos a fin de que no resplandezca para ellos la luz del Evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios» (2Cor 4,4).

7. El verdadero ecumenismo tiene por objetivo que los no católicos se integren a la unidad que la Iglesia Católica posee de modo inquebrantable en virtud de la oración de Cristo, siempre escuchada por el Padre: «para que sean uno» (Jn 17,11), la unidad, la cual profesa la Iglesia en el Símbolo de la Fe: «Creo en la Iglesia una». Por consiguiente, el ecumenismo no puede tener como finalidad legítima la fundación de una Iglesia que aún no existe.

8. El Infierno existe, y quienes están condenados a él a causa de algún pecado mortal del que no se arrepintieron son castigados allí por la justicia divina (cf. Mt 25,46). Conforme a la enseñanza de la Sagrada Escritura, no sólo se condenan por la eternidad los ángeles caídos sino también las almas humanas (cf. 2Tes 1,9; 2Pe 3,7). Es más, los humanos condenados por la eternidad no serán exterminados, porque según la enseñanza infalible de la Iglesia sus almas son inmortales (cf. V Concilio de Letrán, sesión 8.)

9. La religión nacida de la fe en Jesucristo, Hijo encarnado de Dios y único Salvador de la humanidad, es la única religión positivamente querida por Dios. Por tanto, es errónea la opinión según la cual del mismo modo que Dios ha querido que haya diversidad de sexos y de naciones, quiere también que haya diversidad de religiones.

10. «Nuestra religión [la cristiana] instaura efectivamente una relación auténtica y viviente con Dios, cosa que las otras religiones no lograron establecer, por más que tienen, por decirlo así, extendidos sus brazos hacia el cielo» (Pablo VI, exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, 53).

11. El don del libre albedrío con que Dios Creador dotó a la persona humana, concede al hombre el derecho natural de elegir únicamente el bien y lo verdadero. Ningún ser humano tiene, por tanto, el derecho natural a ofender a Dios escogiendo el mal moral del pecado o el error religioso de la idolatría, de la blasfemia o una falsa religión.

La Ley de Dios

12. Mediante la gracia de Dios, la persona justificada posee la fortaleza necesaria para cumplir las exigencias objetivas de la ley divina, dado que para los justificados es posible cumplir todos los mandamientos de Dios. Cuando la gracia de Dios justifica al pecador, por su propia naturaleza da lugar a la conversión de todo pecado grave (cf. Concilio de Trento, sesión 6, Decreto sobre la justificación, cap. 11 y 13).

13. «Los fieles están obligados a reconocer y respetar los preceptos morales específicos, declarados y enseñados por la Iglesia en el nombre de Dios, Creador y Señor. El amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables de la observancia de los mandamientos de la Alianza, renovada en la sangre de Jesucristo y en el don del Espíritu Santo» (Juan Pablo II, encíclica Vertitatis splendor, 76). De acuerdo con la enseñanza de la misma encíclica, es errónea la opinión de quienes «creen poder justificar, como moralmente buenas, elecciones deliberadas de comportamientos contrarios a los mandamientos de la ley divina y natural». Por ello, «estas teorías no pueden apelar a la tradición moral católica» (íbid.).

14. Todos los mandamientos de la Ley de Dios son igualmente justos y misericordiosos. Es, por tanto, errónea la opinión de que obedeciendo un mandamiento divino – como, por ejemplo, el sexto mandamiento que prohibe cometer adulterio – una persona puede, en razón de esa misma obediencia, pecar contra Dios, perjudicarse a sí misma moralmente o pecar contra otros.

15. “Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito, por ser contrario a la Ley de Dios, escrita en el corazón de cada hombre, reconocible por la misma razón, y proclamada por la Iglesia” (Juan Pablo II, encíclica Evangelium vitae, 62). La divina revelación y la ley natural contienen principios morales que incluyen prohibiciones negativas que vedan terminantemente ciertas acciones, por cuanto dichas acciones son siempre gravemente ilegítimas por razón de su objeto. De ahí que sea errónea la opinión de que una buena intención o una buena consecuencia, pueden ser suficientes para justificar la comisión de tales acciones (cf. Concilio de Trento, sesión 6, de iustificatione, c. 15; Juan Pablo II, Exhortación Apostólica, Reconciliatio et Paenitentia, 17; Encíclica Veritatis splendor, 80).

16. La ley natural y la Ley Divina prohíben a la mujer que ha concebido a un niño matar la vida que porta en su seno, ya sea que lo haga ella misma o con ayuda de otros, directa o indirectamente (cf. Juan Pablo II, encíclica Evangelium vitae, 62).

17. Las técnicas de reproducción «son moralmente inaceptables desde el momento en que separan la procreación del contexto integralmente humano del acto conyugal» (Juan Pablo II, Evangelium vitae, 14).

18. Ningún ser humano puede estar jamás moralmente justificado, ni se le puede permitir desde el punto de vista moral, de quitarse la vida o hacérsela quitar por otros con el fin de escapar el sufrimiento. «La eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal» (Juan Pablo II, Evangelium vitae, 65).

19. Por mandato divino y por la ley natural, el matrimonio es la unión indisoluble de un hombre y una mujer, ordenada por su propia naturaleza a la procreación y educación de la prole y al amor mutuo (cf. Gn 2,24; Mc 10,7-9; Ef 5,31-32). “Por su índole natural, la institución del matrimonio y el amor conyugal están ordenados por sí mismos a la procreación y a la educación de la prole, con las que se ciñen como con su corona propia” (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 48)

20. Según el derecho natural y el divino, todo ser humano que hace uso voluntario de sus facultades sexuales fuera del matrimonio legítimo peca. Por tanto, es contrario a las Sagradas Escrituras y a la Tradición afirmar que la conciencia es capaz de determinar legítimamente y con acierto que los actos sexuales entre personas que han contraído matrimonio civil pueden en algunos casos considerarse moralmente correctos o hasta ser pedidos e incluso ordenados por Dios, aunque una de ellas o las dos estén casadas sacramentalmente con otra persona (cf. 1Cor 7, 11; Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris consortio, 84).

21. La ley natural y Divina prohibe “toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación.” (Pablo VI, encíclica Humanae vitae, 14).

22. Todo marido o esposa que se haya divorciado del cónyuge con quien estaba válidamente casado y contraiga después matrimonio civil con otra persona mientras aún vive su cónyuge legítimo, conviviendo maritalmente con su pareja civil, y que opte por vivir en ese estado con pleno conocimiento de la naturaleza de este acto y pleno consentimiento de la voluntad a este acto, está en pecado mortal y no puede por tanto recibir la gracia santificante ni crecer en la caridad. Por consiguiente, a no ser que tales cristianos convivan como hermano y hermana, no pueden recibir la Sagrada Comunión (cf. Juan Pablo II, exhortación apostólica Familiaris consortio, 84).

23. Dos personas del mismo sexo pecan gravemente cuando se procuran placer venéreo mutuo (cf. Lev 18,22; 20,13; Rm 1,24-28; 1Cor 6,9-10; 1Tim 1,10; Jds 7). Los actos homosexuales “no pueden recibir aprobación en ningún caso” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2357). Así pues, es contraria a la ley natural y a la Divina Revelación la opinión que sostiene que del mismo modo que Dios el Creador ha dado a algunos seres humanos la inclinación natural a sentir deseo sexual hacia las personas del otro sexo, así también el Creador ha dado a otros la inclinación a desear sexualmente a personas del mismo sexo, y que es la voluntad del Criador que en determinadas circunstancias esa tendencia se lleve a efecto.

24. Ni las leyes de los hombres ni ninguna autoridad humana pueden otorgar a dos personas del mismo sexo el derecho a casarse, ni declararlas casadas, ya que ello es contrario al derecho natural y a la ley de Dios. “En el designio del Creador complementariedad de los sexos y fecundidad pertenecen, por lo tanto, a la naturaleza misma de la institución del matrimonio” (Congregación para la doctrina de la fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuals, 3 de junio de 2003, 3).

25. Aquellas uniones que reciben el nombre de matrimonio sin corresponder a la realidad del mismo, no pueden obtener la bendición de la Iglesia, por ser contrarias al derecho natural y divino.

26. Las autoridades civiles no pueden reconocer uniones civiles o legales entre dos personas del mismo sexo que claramente imitan la unión matrimonial, aunque dichas uniones no reciban el nombre de matrimonio, porque fomentarían pecados graves entre sus integrantes y serían motivo de grave escándalo (cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, 3 de junio de 2003).

27. Los sexos masculino y femenino, hombre y mujer, son realidades biológicas, creadas por la sabia voluntad de Dios (cf. Gn 1, 27; Catecismo de la Iglesia Católica, 369). Es, por tanto, una rebelión contra la ley natural y Divina y un pecado grave que un hombre intente convertirse en mujer mutilándose, o que simplemente se declare mujer, o que del mismo modo una mujer trate de convertirse en hombre, o bien afirmar que las autoridades civiles tengan el deber o el derecho de proceder como si tales cosas fuesen o pudieran ser posibles y legítimas (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2297).

28. De conformidad con las Sagradas Escrituras y con la constante Tradición del Magisterio ordinario y universal, la Iglesia no erró al enseñar que las autoridades civiles pueden aplicar legítimamente la pena capital a los malhechores cuando sea verdaderamente necesario para preservar la existencia o mantener el orden justo en la sociedad (cf. Gn 9,6; Jn 19,11; Rm 13,1-7; Inocencio III, Professio fidei Waldensibus praescripta; Catecismo Romano del Concilio de Trento, p. III, 5, n. 4; Pio XII, Discurso a los juristas Católicos, 5 de diciembre de 1954).

29.Toda autoridad en la Tierra y en el Cielo pertenece a Jesucristo; de ahí que las sociedades civiles y cualquier otra asociación de hombres esté sujeta a su realeza, por lo que «el deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado» (Catecismo de la Iglesia Católica, 2105; cf. Pio XI, Encíclica Quas primas, 18-19; 32).

Los sacramentos

30. En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía tiene lugar una maravillosa transformación de toda la sustancia del pan en el Cuerpo de Cristo y de toda la sustancia del vino en su Sangre, transformación que la Iglesia Católica llama muy apropiadamente transubstanciación (cf. IV Concilio de Letrán, cap.1; Concilio de Trento, sesión 13, c.4). «Cualquier interpretación de teólogos que busca alguna inteligencia de este misterio, para que concuerde con la fe católica, debe poner a salvo que, en la misma naturaleza de las cosas, independientemente de nuestro espíritu, el pan y el vino, realizada la consagración, han dejado de existir, de modo que, el adorable cuerpo y sangre de Cristo, después de ella, están verdaderamente presentes delante de nosotros bajo las especies sacramentales del pan y del vino» (Pablo VI, carta apostólica Solemni hac liturgia, “Credo del pueblo de Dios”, 25).

31. Las palabras con las que expresó el Concilio de Trento la fe de la Iglesia en la Sagrada Eucaristía son idóneas para los hombres de todo tiempo y lugar, ya que son «doctrina siempre válida» de la Iglesia (Juan Pablo II, encíclica Ecclesia de Eucharistia, 15).

32. En la Santa Misa se ofrece a la Santísima Trinidad un sacrificio verdadero y propio, y este sacrificio tiene un valor propiciatorio tanto para los hombres que viven en la tierra como para las almas del purgatorio. Es, por lo tanto, errónea la opinión según la cual el Sacrificio de la Misa consistiría simplemente en el hecho de que el pueblo ofrezca un sacrificio espiritual de oración y alabanza, así como la opinión de que la Misa puede o debe definirse solamente como la entrega que hace Cristo de Sí mismo a los fieles como alimento espiritual para ellos (cf. Concilio de Trento, sesión 22, c. 2).

33. «La misa que es celebrada por el sacerdote representando la persona de Cristo, en virtud de la potestad recibida por el sacramento del orden, y que es ofrecida por él en nombre de Cristo y de los miembros de su Cuerpo místico, es realmente el sacrificio del Calvario, que se hace sacramentalmente presente en nuestros altares. Nosotros creemos que, como el pan y el vino consagrados por el Señor en la última Cena se convirtieron en su cuerpo y su sangre, que en seguida iban a ser ofrecidos por nosotros en la cruz, así también el pan y el vino consagrados por el sacerdote se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo, sentado gloriosamente en los cielos; y creemos que la presencia misteriosa del Señor bajo la apariencia de aquellas cosas, que continúan apareciendo a nuestros sentidos de la misma manera que antes, es verdadera, real y sustancial» (Pablo VI, Solemni hac liturgia, “Credo del pueblo de Dios”, 24).

34. «Aquella inmolación incruenta con la cual, por medio de las palabras de la consagración, el mismo Cristo se hace presente en estado de víctima sobre el altar, la realiza sólo el sacerdote, en cuanto representa la persona de Cristo, no en cuanto tiene la representación de todos los fieles. (…) Que los fieles ofrezcan el sacrificio por manos del sacerdote es cosa manifiesta, porque el ministro del altar representa la persona de Cristo, como Cabeza que ofrece en nombre de todos los miembros. Pero no se dice que el pueblo ofrezca juntamente con el sacerdote porque los miembros de la Iglesia realicen el rito litúrgico visible de la misma manera que el sacerdote, lo cual es propio exclusivamente del ministro destinado a ello por Dios, sino porque une sus votos de alabanza, de impetración, de expiación y de acción de gracias a los votos o intención del sacerdote, más aún, del mismo Sumo Sacerdote, para que sean ofrecidos a Dios Padre en la misma oblación de la víctima, incluso con el mismo rito externo del sacerdote”. (Pío XII, encíclica Mediator Dei, 112).

35. El sacramento de la Penitencia es el único medio ordinario por el que se pueden absolver los pecados graves cometidos después del Bautismo. Según el derecho divino todos esos pecados deben confesarse según su especie y su número (cf. Concilio de Trento, sesión 14, canon 7).

36. El derecho divino prohíbe al confesor violar el sigilo del sacramento de la penitencia fuere por el motivo que fuere. Ninguna autoridad eclesiástica tiene potestad para dispensarlo del secreto del sacramento, y tampoco las autoridades civiles están facultadas para obligarlo a ello (cf. CIC 1983, can. 1388 § 1; Catecismo de la Iglesia Católica 1467).

37.Por la voluntad de Cristo y por la inmutable tradición de la Iglesia, no se puede administrar el sacramento de la Sagrada Eucaristía a quienes estén objetivamente en estado de grave pecado público, y tampoco se debe dar la absolución sacramental a quienes manifiesten no estar dispuestos a ajustarse a la Ley de Dios, aunque esa falta de disposición corresponda a una sola materia grave (cf. Concilio de Trento, sess. 14, c. 4; Juan Pablo II, Mensaje al Cardinal William W. Baum, 22 de marzo de 1996).

38. Conforme a la constante tradición de la Iglesia, no se puede administrar el sacramento de la Sagrada Eucaristía a quienes nieguen alguna verdad de la fe católica profesando formalmente adhesión a una comunidad cristiana herética o oficialmente cismática (cf. Código del Derecho Canónico 1983, can. 915; 1364).

39. La ley que obliga a los sacerdotes a observar la perfecta continencia mediante el celibato tiene su origen en el ejemplo de Jesucristo y pertenece a una tradición inmemorial y apostólica, según el testimonio constante de los Padres de la Iglesia y de los Romanos Pontífices. Por esta razón, no se debe abolir esta ley en la Iglesia Romana por medio de la innovación de un supuesto celibato opcional de los sacerdotes, ya sea a nivel regional o universal. El testimonio válido y perenne de la Iglesia afirma que la ley de la continencia sacerdotal «no impone ningún precepto nuevo. Dichos preceptos deben observarse, porque algunos los han descuidado por ignorancia y pereza. Con todo, los mencionados preceptos se remontan a los apóstoles y fueron establecidos por los Padres, como está escrito: “Así pues, hermanos, estad firmes y guardad las enseñanzas que habéis recibido, ya de palabra, ya por carta nuestra” (2Tes 2,15). Lo cierto es que muchos, desconociendo los estatutos de nuestros predecesores, han violado con su presunción la castidad de la Iglesia y se han guiado por la voluntad del pueblo, sin temor a los castigos divinos» (Papa Siricio, decretal Cum in unum del año 386).

40. Por voluntad de Cristo y por la divina constitución de la Iglesia, sólo los varones bautizados pueden recibir el sacramento del Orden, ya sea para el episcopado, el sacerdocio o el diaconado (cf. la carta apostólica de Juan Pablo II Ordinatio sacerdotalis, 4). Es más, la afirmación de que sólo un concilio ecuménico puede dirimir esta cuestión es errónea, dado que la autoridad de un concilio ecuménico no es mayor que la del Romano Pontífice (cf. V Concilio de Letrán, sesión 11; Concilio Vaticano I, sesión 4, c.3).

31 de mayo de 2019

Cardenal Raymond Leo Burke, Patrono de la Soberana y Militar Orden de Malta

Cardinal Janis Pujats, Arzobispo emérito de Riga

Tomash Peta, Arzobispo de la arquidiócesis de María Santísima en Astana

Jan Pawel Lenga, Arzobispo-Obispo emérito de Karaganda

Athanasius Schneider, Obispo Auxiliar de la arquidiócesis de María Santísima en Astana

Cardenal George Pell: “Cristianismo liberalizado” es aburrido



La situación de la Iglesia en Alemania parece “ominosa”, con un porcentaje que va decididamente en la dirección equivocada, dijo el 27 de abril el cardenal George Pell, de 79 años, en el sitio web EWTN.com.

Para Pell está claro que -lo que él llama- un “cristianismo liberalizado”, ya sea catolicismo o protestantismo, “en una generación más o menos se fusiona con el agnosticismo”.

“Si adoptas las políticas del mundo y te limitas a seguir la corriente para que te aprueben, a nadie le va a interesar”, afirmó Pell, lo que implica que el “cristianismo liberalizado” es aburrido.

Él recuerda a los obispos alemanes su deber de mantener las enseñanzas de la Iglesia: “No tienen poder para cambiarlas, ninguno de nosotros lo tiene”.

Trombocitopenia trombótica inducida por la Vacuna Covid (Doctora Natalia Prego)

 MÉDICOS POR LA VERDAD

DURACIÓN 15:04 MINUTOS

https://medicosporlaverdad.net/trombocitopenia-trombotica-inducida-por-la-vacuna-covid

La Dra Prego nos explica las coagulopatia graves que han provocado las vacunas Covid-19 durante este 2021 y que muchas de ellas han llevado a la muerte de los pacientes. El estudio de las mismas se ha iniciado identificando una nueva entidad clínica, en este nuevo contexto médico. Esta nueva patología se denomina TROBOCITOPENIA TROMBÓTICA INMUNE INDUCIDA POR LA VACUNA COVID. Esa una entidad clínica ente muy parecía a la trombocitiponeia auto inmune inducida por heparina.

Para más información:

jueves, 29 de abril de 2021

¿Excomunión al que no paga? ... Blog de Tosatti sobre los primeros cristianos



Vamos terminando abril con lluvias mil en la ciudad eterna, los calores van llegando y esperamos gozar de un esplendoroso y tranquilo mayo, el segundo de la peste. Mientras Francisco vuelve a otro de sus mantras: ‘Las misas no se pagan’. La Instrucción de Congregación para el clero pretende rediseñar las parroquias a la luz de necesidades «misioneras» y una mayor atención a los pobres. La Misa y los sacramentos no pueden implicar “un precio a pagar «,» un impuesto que se cobrará «, no se puede» dar la impresión de que la celebración de los sacramentos, especialmente la Eucaristía y otras acciones ministeriales pueden ser sujeto a tarifa «. La escasez de sacerdotes la resolveremos con más protagonismo para los laicos, incluso no bautizados, que también podrán celebrar bautismos y funerales de forma excepcional y matrimonios, pero que no podrán asumir bajo ningún concepto el papel de los párrocos.

Son muchos los sacerdotes que viven de las donaciones de los fieles con motivo de sacramentos y sacramentales, sobre todo en los países más pobres, y no se les puede demonizar de esta manera. En Alemania no necesitan cobrar por las misas porque imponen a los fieles un impuesto con pena de excomunión, de esto no se dice nada. El Vaticano, el amigo Edgar, sigue repartiendo, misas al doble del precio normal, para redondear sueldos superiores a los de cualquier sacerdote, de los chicos de Secretaría de Estado y esto se mantiene sin problemas. Sabemos que los fieles nunca dejaran pasar hambre a sus sacerdotes, pero convendría que el Papa Francisco levante la excomuniòn a los que no pagan en Alemania y verá cómo se disuelve el cisma.

------------------------

El Blog de Tosatti nos recoge un testimonio lleno de esperanza en este tiempo de confusión y sufrimiento, por el «Reset» de los valores morales y de la doctrina recordando cómo pensaron y actuaron los primeros cristianos para defender y difundir la Fe. Según los comentarios al Evangelio de San Mateo de San Juan Crisóstomo: «Los primeros cristianos no prestaron atención a los peligros de la muerte. No les preocupaba que fueran pocos, ni que sus adversarios fueran muchos. No les importaba el poder, la fuerza y ​​la habilidad de sus enemigos. Solo contaban con una fuerza superior a todo esto: el poder de Aquel que había muerto en la Cruz y luego resucitado. No buscaban la gloria personal, sobre todo no buscaban el aplauso ni el consentimiento del pueblo. Actuaron solo con la intención correcta, con la mirada puesta en el Señor, el propósito y el motivo de sus acciones. No buscaban la aprobación de los demás, no les importaba lo que dirían, cómo los considerarían. No tenían miedo del medio ambiente para realizar su labor apostólica y evangelizar el mundo. Sabían que si se adaptaban para ajustarse al entorno comenzarían a ser inconsistentes con los principios y podrían caer en la tentación de comportarse y decir lo que los haría obtener aprobación en lugar de persecución».

«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré».

Buena lectura.

Specola

miércoles, 28 de abril de 2021

El culto al Covid: cómo escapar del totalitarismo patologizado global


LA LECTURA DE ESTE ARTÍCULO ES IMPORTANTÍSIMA PARA "ENTENDER" LO QUE ESTÁ OCURRIENDO ACTUALMENTE EN EL MUNDO.


Una de las señas de identidad del totalitarismo es la conformación de las masas a una narrativa psicopática oficial: no al menos una narrativa coherente, como la de la "Guerra Fría" o la "Guerra contra el Terrorismo", sino una ideología delirante que tiene poca o sin conexión con la realidad y que se contradice con los hechos.

El nazismo y el estalinismo son ejemplos clásicos, pero el fenómeno también es observable en sectas y otros grupos sociales (cada uno con su propia narrativa psicótica) como la familia Manson , el Templo del Pueblo de Jim Jones y la Cienciología . La naturaleza delirante de estas narrativas es obvia para la mayoría de los individuos racionales. Lo que muchos no comprenden, sin embargo, es que para aquellos que caen presa de ellos (ya sean miembros individuales de una secta o sociedades totalitarias enteras) tales narrativas no se perciben como una locura. Todo en su "realidad" reafirma la narrativa, y lo que la contradice se percibe como una amenaza.

Estas narrativas suelen ser paranoicas: presentan al culto amenazado o perseguido por enemigos o entidades malignas de las que solo puede salvarse con perfecta adhesión a su ideología. No importa si el antagonista es la cultura dominante, los contrarrevolucionarios, los judíos o un virus. El punto no es la identidad del enemigo, sino la sensación de paranoia e histeria que la narrativa oficial es capaz de despertar y que mantiene a raya a los miembros de una secta (o de toda una sociedad).

Además de ser paranoicos, tales narrativas son a menudo inconsistentes e ilógicas, si no simplemente ridículas. Sin embargo, esto no los debilita, por el contrario aumenta su poder, ya que obliga a los seguidores a reconciliar su inconsistencia e irracionalidad con su concepción del mundo, con el fin de respetar el culto. Tal conciliación es obviamente imposible y hace que las mentes de los miembros de la secta se acorten y pierdan cualquier apariencia de pensamiento crítico, exactamente lo que el líder de la secta está buscando.

Los gerentes de las sectas a menudo cambian radicalmente la narrativa sin razón aparente, lo que obliga a los seguidores a renunciar en el acto (y a menudo incluso a denunciar como "herejía") las creencias que previamente se vieron obligados a profesar y a comportarse como si nunca las hubieran creído. Fenómeno que provoca un nuevo cortocircuito en sus mentes, hasta que finalmente terminan repitiendo cualquier tontería con la que el líder del culto les llena la cabeza.

Además, las narrativas sin sentido del líder de la secta no son tan insignificantes como podrían parecer. El líder de la secta no está tratando de "comunicar" nada, sino sólo de desorientar al adepto y controlar su mente, con una corriente de asociaciones sin sentido, como la descrita por el psiquiatra Robert J. Lifton en un estudio sobre " lavado de cerebro " en China en 1961:
“El lenguaje del entorno totalitario se caracteriza por los clichés que anulan el pensamiento. Los problemas humanos más complejos y de mayor alcance se comprimen en frases breves, altamente selectivas, que suenan definitivas, que se memorizan y expresan con facilidad. Se convierten en el principio y el final de cualquier análisis ideológico ”.
Las mismas técnicas que utilizan las sectas para controlar las mentes han sido utilizadas por sistemas totalitarios para controlar sociedades enteras. Puede sucederle a prácticamente cualquier sociedad, al igual que cualquier persona, en determinadas circunstancias, puede ser víctima de una secta.

De hecho, le está sucediendo a la mayoría de nuestras sociedades en este momento. Se está desarrollando una narrativa oficial totalitaria, totalmente psicótica, no menos delirante que la de los nazis, o la familia Manson, o cualquier otro culto.

La mayoría de las personas no comprenden lo que está sucediendo, precisamente porque les está sucediendo a ellos: literalmente son incapaces de verlo. La mente humana es extremadamente resistente cuando se la empuja más allá de sus límites. Pregúntele a cualquier persona que haya sufrido psicosis o haya tomado demasiado LSD. No sabemos cuando nos estamos volviendo locos. Si nuestra percepción de la realidad se desmorona por completo, la mente crea una narrativa delirante, que parece tan "real" como nuestra realidad normal, porque incluso una ilusión es mejor que el terror y el caos.

Los rituales de iniciación reales (a diferencia de los rituales puramente simbólicos) comienzan minando la mente del sujeto con terror, dolor, agotamiento físico, drogas psicodélicas o algún otro medio de borrar la percepción de la realidad del sujeto. Una vez logrado esto, la mente del sujeto intentará desesperadamente construir una nueva narrativa para dar sentido al caos cognitivo y al trauma psicológico que está experimentando: en ese punto será relativamente fácil "guiar" el proceso y hacerle creer cualquier narrativa.

Y es por eso que tantas personas - personas que son capaces de reconocer fácilmente el totalitarismo en sectas u otros países - no perciben el totalitarismo que está tomando forma ahora, justo frente a sus ojos (o, más bien, justo dentro de sus propias cabezas). Tampoco pueden percibir la naturaleza delirante de la narrativa oficial del COVID-19, al igual que aquellos en la Alemania nazi no pudieron percibir cuán completamente delirante era su narrativa oficial de "raza superior". Estas personas no son ignorantes ni estúpidas. Han sido captadas con éxito en una secta.

Su iniciación en el culto covid comenzó en enero, cuando las autoridades sanitarias y los medios de comunicación despertaron el miedo al anunciar cientos de millones de muertes y distribuir fotos de chinos cayendo muertos en la calle. El condicionamiento psicológico continuó durante meses. Las masas han sido sometidas a una corriente constante de propaganda, histeria artificial, especulación salvaje, directivas contrapuestas, exageraciones, mentiras y efectos teatrales chillones. Además de encierros , hospitales de campaña y morgues de emergencia, enfermeras que bailan y camiones de la muerte, UCI colapsadas, bebés muertos, estadísticas manipuladas, monatti, máscaras y todo lo demás.

Después de un año y más, aquí estamos. El director del programa de emergencias sanitarias de la OMS básicamente confirmó una tasa de letalidad del 0,14%, aproximadamente lo mismo que la gripe estacional. Y aquí están las últimas estimaciones de la tasa de supervivencia del Centro para el Control de Enfermedades :

0-19 años: 99,997%
20-49 años: 99,98%
50-69 años: 99,5%
70+ años: 94,6%

Los argumentos "científicos" son cero. Un número creciente de médicos y expertos están saliendo de las filas que denuncian que la histeria masiva actual sobre "casos" (que ahora incluye a personas perfectamente sanas) es esencialmente propaganda sin sentido. Y luego está la presencia de Suecia y otros países que no están jugando el juego de la narrativa oficial, burlándose de la histeria colectiva.

No es necesario desacreditar nada: todos los hechos están disponibles, no en los sitios de conspiración, sino en los portales de los medios de comunicación y las autoridades sanitarias. Lo cual no importa, no para los miembros del culto al  covid. Los hechos no les importan a los miembros de la secta. Lo que importa es la lealtad al culto o al partido.

Lamentablemente, esto significa que nos enfrentamos a un problema grave, aquellos de nosotros para quienes los hechos aún importan y que hemos tratado de utilizarlos para convencer a los cultistas de que están equivocados sobre el virus. Si bien es vital seguir informando los hechos y compartirlos con la mayor cantidad de personas posible, es importante aceptar lo que estamos tratando. Es decir, un movimiento ideológico fanático, un sistema totalitario global, el primero de su tipo en la historia de la humanidad.

No es un totalitarismo limitado a una nación, porque vivimos en un imperio capitalista global, que no está gobernado por estados-nación, sino por entidades supranacionales y el propio sistema capitalista global. Y así, el paradigma culto / cultura se ha invertido: en lugar de un culto que existe dentro de la cultura dominante, aquí es el culto la cultura dominante. Y aquellos de nosotros que no nos hemos unido a él, ahora representamos los focos de resistencia dentro de él.

Para comprender cómo llegamos a este punto, es necesario comprender cómo las sectas controlan las mentes de sus seguidores, porque los movimientos ideológicos totalitarios operan de la misma manera, solo que en una escala social mucho mayor. Existe una gran cantidad de investigaciones y conocimientos sobre este tema (ya he mencionado a Robert J. Lifton), pero en resumen, utilizaré como guía las Seis condiciones para el control del pensamiento de Margaret Singer de su libro de 1995, Los siete entre nosotros .

1. Mantener al sujeto en la oscuridad sobre lo que está sucediendo y cómo su personalidad está siendo manipulada paso a paso. 

Los nuevos miembros son guiados a través de un programa de acondicionamiento conductual sin ser plenamente conscientes de las metas del grupo. Es fácil ver cómo la gente ha sido condicionada a aceptar la "nueva normalidad": ha sido bombardeada con espantosa propaganda, encerrada, privada de sus derechos civiles, obligada a llevar máscaras al aire libre, a realizar absurdos rituales de "remoción social", someterse a continuas "pruebas" y todo lo demás. Cualquiera que no se adhiera a este programa de condicionamiento es demonizado como un teórico de la conspiración, negacionista. Es, en esencia, un enemigo del culto.

2. Verificar el entorno social y / o físico del individuo, así como también cómo emplea su tiempo.

Desde hace más de un año, las autoridades vigilan el medio ambiente y la forma en que las personas pasan su tiempo, con encierros , rituales de distanciamiento social, cierre de actividades "no esenciales", propaganda omnipresente, aislamiento de los ancianos, prohibición de viajar, máscaras obligatorias y ahora incluso la segregación de los "no vacunados". Básicamente, la sociedad se ha convertido en una sala de enfermedades infecciosas o en un enorme hospital del que no hay escapatoria. Una patologización de la sociedad y la vida cotidiana, la manifestación física (social) de una obsesión mórbida por la enfermedad y la muerte.

3. Generar sistemáticamente una sensación de impotencia en la persona.

¿Qué tipo de persona podría sentirse más indefensa que un covidiot obediente, siguiendo obsesivamente el recuento de muertes, compartiendo fotos en una máscara o parche post-vacuna en las redes sociales, mientras espera el permiso de las autoridades para salir al aire libre, visitar a su familia, besar a alguien? o darle la mano a un colega? El hecho de que en el Culto Covidiano el líder carismático tradicional ha sido reemplazado por un puñado de expertos médicos y funcionarios del gobierno no cambia la total dependencia y total desamparo de sus miembros, que han quedado prácticamente reducidos a niños. Esta abyecta impotencia no se experimenta como negativa; al contrario, se celebra con orgullo.

4. Establecer un sistema de recompensas y castigos que inhiba una actitud que recuerde la identidad social previa del sujeto.

El punto aquí es la transformación de una persona racional en un individuo completamente diferente, convertido al culto. El punto se aplica principalmente a los cultos sectarios, no a los movimientos totalitarios a gran escala. Para nuestros propósitos, podemos agruparlo en la condición número 5.

5. Establecer un sistema de recompensas y castigos para promover el aprendizaje de la ideología o el sistema de creencias del grupo y los comportamientos grupales aprobados. 

Se premia la aceptación de las creencias del grupo y su cumplimiento, mientras que las dudas o críticas generan desaprobación. Cualquiera que exprese dudas está en condiciones de sentirse incómodo por haber cuestionado la creencia.

Así es como funciona en sectas y sociedades totalitarias más amplias. Por lo general, la Gestapo no viene a buscarte, sino amigos o colegas. Este tipo de condicionamiento ideológico se da en todas partes, todos los días, en el trabajo, entre amigos, incluso en la familia. La presión para obedecer es intensa, porque nada es más amenazante para los cultistas devotos, o miembros de movimientos ideológicos totalitarios, que aquellos que desafían sus creencias fundamentales, las confrontan con hechos o demuestran que su "realidad" no es la verdad en absoluto sino más bien una ficción delirante y paranoica.

La diferencia clave entre la forma en que funciona en las sectas y los movimientos ideológicos totalitarios es que, por lo general, una secta es un grupo subcultural y, por lo tanto, los no seguidores pueden valerse de la ideología de la sociedad dominante. En nuestro caso, sin embargo, este equilibrio de poder se invierte. Los movimientos ideológicos totalitarios tienen de su lado el poder de los gobiernos, los medios de comunicación, las fuerzas del orden, la industria cultural, la academia y las masas complacientes. Y así no necesitan persuadir a nadie. Tienen el poder de dictar la "realidad". Solo las sectas que operan en total aislamiento, como el Templo del Pueblo de Jim Jones en Guyana, pueden aprovechar este nivel de control sobre sus miembros.

Debemos resistir la presión para conformarnos y el condicionamiento ideológico, independientemente de las consecuencias, tanto en público como en privado; de lo contrario la "Nueva Normalidad" seguramente se convertirá en nuestra "realidad". Aunque los "negadores" actualmente somos superados en número por los covidiots, debemos comportarnos como si no lo fuéramos, y ceñirnos a la realidad, los hechos y la ciencia y tratar a los seguidores del culto por lo que son: un nuevo movimiento totalitario.

6. Imponer un sistema cerrado y una estructura autoritaria y piramidal que no permita ningún enfrentamiento con el mundo exterior.

Totalitarismo patologizado global. Sectarios que tratan desesperadamente de  amoldarnos a sus creencias paranoicas, presionando, intimidando, amenazando.

No dejes que te obliguen a aceptar sus premisas, de lo contrario te absorberán en su narrativa. Ponlos en su lugar, defiéndelos. Probablemente no cambien de opinión, pero el ejemplo podría ayudar a los escépticos a reconocer que les han lavado el cerebro y abandonar el culto.

Fuente: CJ Hopkins, The Covidian Cult (Part I & Part II), Consent Factory , 21 de abril de 2021) por aquí

Arzobispo Chaput: «No tengáis miedo de morir. Tened miedo de no vivir realmente»



(CWR/Paul Senz) El arzobispo Charles J. Chaput, O.F.M. Cap., ha sido una voz prominente en la Iglesia durante décadas. Sacerdote capuchino, fue obispo de la diócesis de Rapid City (Dakota del Sur) de 1988 a 1997, cuando fue nombrado arzobispo de Denver, cargo que ocupó hasta 2011. Fue arzobispo de Filadelfia desde 2011 hasta su jubilación en 2020.

Creció en una zona rural de Kansas y es miembro de la Prairie Band Potawatomie Nation: es el primer arzobispo con sangre nativa americana y el segundo obispo nativo americano de los Estados Unidos. Ha sido sacerdote durante más de 50 años y ha realizado tareas como profesor de teología, párroco y administrador provincial. Entre estos cargos y sus nombramientos episcopales, Chaput tiene una amplia experiencia de la vida de la Iglesia en los Estados Unidos, lo que le ha dado una visión particular de muchos de los problemas a los que se enfrentan los cristianos en nuestra sociedad.

Es autor de numerosos libros, el último de ellos titulado Things Worth Dying For: Thoughts on a Life Worth Living (Henry Holt and Co., 2021), en el que explora cuestiones sobre la fe, nuestro anhelo de Dios, el individualismo moderno y sus ídolos, y cómo podemos discernir lo que es realmente importante.

*******

El arzobispo Chaput ha hablado recientemente con Catholic World Report sobre este nuevo libro.

Catholic World Report: ¿Qué le impulsó a escribir este libro?

Arzobispo Charles Chaput: No fue una idea mía. Fue Bill Barry quien me lo sugirió. Bill ha sido mi agente y amigo durante 14 años. Cuanto más pensaba en ello, más sentido tenía su propuesta. Todos morimos, pero no todos vivimos realmente, «vivir» en el sentido de comprometernos con las cosas que finalmente importan. Así que, ¿cómo podemos conseguirlo? Quería escribir sobre ello.

CWR: Nuestra cultura no suele dar ningún valor a la muerte; en consecuencia, el concepto de que haya cosas por las que merezca la pena morir resulta extraño para mucha gente. ¿Cómo puede merecer la pena morir por algo cuando damos tanta importancia a la protección y a la prolongación de la vida (para mucha gente, a toda costa)?

Arzobispo Chaput: Esa pregunta sólo tiene sentido si vemos nuestra mortalidad, literalmente, como un «callejón sin salida». Muchos de nosotros sufrimos un tipo de desesperación sutil. El miedo a la muerte es venenoso. Lleva a la gente a sumergirse en todo tipo de evasiones y distracciones. Y es comprensible. Nadie quiere morir, incluido yo. Pero lo haremos. No hay manera de evitarlo. Leon Kass, el gran bioeticista judío, plantea una pregunta en sus escritos: ¿Por qué querríamos vivir otros 50 o 100 años más de lo normal? ¿Cuál es el propósito? La fe proporciona una respuesta que da sentido a nuestros límites. La fe cambia toda la dinámica de nuestro tiempo en el mundo. Si creemos en un propósito superior para nuestras vidas, y ajustamos nuestras elecciones y acciones a la realidad de una vida después de la muerte, eso arroja una luz completamente nueva sobre nuestro tiempo aquí. Sustituye el miedo por la esperanza; y la esperanza nos libera y nos hace capaces de amar.

CWR: «Tu coche fúnebre no tendrá portaequipajes». Esta es una frase que atribuye a su padre, y creo que es muy útil para explicar esta cuestión: «no puedes llevarte nada contigo», como dice el refrán. ¿Cómo podría ayudar a nuestra cultura si todo el mundo entendiera esto?

Arzobispo Chaput: Jesús dijo: «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8,32). Él encarnó la verdadera libertad porque se enfrentó y superó el miedo a la muerte, y al hacerlo nos liberó a todos para una vida nueva y eterna. Compara eso con la cultura que tenemos ahora. Como estadounidenses, nos enorgullecemos de nuestra nación como la tierra de los libres y el hogar de los valientes. Pero con demasiada frecuencia no somos ni lo uno ni lo otro. Estamos envueltos en distracciones y apetitos fabricados que nos asfixian y enervan. Si pensáramos más con claridad -no con morbosidad, sino con claridad- en nuestro fin, eso nos daría la sobriedad necesaria para cambiar el rumbo y perseguir las cosas correctas.

CWR: Como cristianos, como católicos, ¿tenemos una visión especial de aquello por lo que realmente vale la pena morir que no tienen nuestros hermanos no cristianos?

Arzobispo Chaput: Toda búsqueda seria de Dios tiene mérito. Pero no hay mejor explicación para el sentido de nuestras vidas que el cristianismo, y la razón es simple. Es verdad.

CWR: ¿Cree que la aparición de la COVID-19 el año pasado ha contribuido a la capacidad, o a la voluntad, de la gente de abordar cuestiones relativas a la mortalidad y a lo que es realmente importante en la vida?

Arzobispo Chaput: Para algunos ha sido así. Pero creo que la mayoría de la gente se ha centrado en tratar de evitar el virus, sin pensar mucho más allá de eso. Tal vez esté equivocado. Ojalá lo esté.

CWR: ¿Cómo le ha permitido la jubilación mirar esta cuestión de una manera nueva?

Arzobispo Chaput: Bueno, al menos para mí, el camino por delante es mucho más corto que antes. Eso sí que capta tu atención.

CWR: Como capuchino, ¿cree que la tradición franciscana (y específicamente capuchina) puede darnos una visión especial de las cosas por las que vale la pena morir?

Arzobispo Chaput: Sí, mucho. Los capuchinos fueron un movimiento de reforma dentro de la comunidad franciscana más amplia. Fueron un esfuerzo por purificar y volver al carisma franciscano original. Francisco amaba a los pobres, amaba la creación y amaba la mano de Dios en el mundo. Pero no había nada blando o indulgente en él. Exigía santidad en sí mismo y en sus hermanos. Conocía bien a la Hermana Muerte y entendía muy bien que para encontrarla con paz una persona necesita vivir para Dios y para los demás más que para sí misma.

CWR: En su ministerio sacerdotal y episcopal, es conocido por ser un defensor acérrimo de la verdad y predicador del Evangelio. ¿Se debe esto a que aprecia que son cosas por las que vale la pena morir?

Arzobispo Chaput: Ciertamente vale la pena vivir por ellas, porque son verdaderas y están llenas de libertad y alegría. Creo que cuando uno intenta realmente vivir según las convicciones en las que dice creer, cueste lo que cueste, hace maravillas.

CWR: ¿Hay algo más que quiera añadir?

Arzobispo Chaput: No tengáis miedo de morir. Tened miedo de no vivir realmente, de no vivir de una manera que nos conduzca, a nosotros y a los que amamos, a una eternidad de vida con Dios. La muerte no es el final. Es un comienzo. Es la puerta de entrada a un Padre que nos ama.

Covid Transmisión Aérea ¿Sí o No?

MÉDICOS POR LA VERDAD


Duración 12:07 minutos

https://medicosporlaverdad.net/covid-transmision-aerea-si-o-no/

martes, 27 de abril de 2021

La Ley exime del uso de mascarillas cuando se hace ejercicio

MEDICOS POR LA VERDAD

Video 13:38 minutos



No use mascarilla en el ejercicio de deporte individual al aire libre, ya que las máscaras pueden reducir la capacidad de respirar cómodamente. El sudor puede hacer que la mascarilla se moje más rápidamente, lo que dificulta la respiración y promueve el crecimiento de microorganismos. Los atletas suelen ser muy sensibles a los cambios sutiles en su condición física o rendimiento. Esto incluye síntomas como un tiempo prolongado de recuperación, fatiga o dolor muscular periférico.

Los biomarcadores cardíacos elevados como la troponina o la creatina quinasa también pueden explicarse por el ejercicio agudo. Tenga en cuenta que la miocarditis es una de las principales causas de muerte súbita cardíaca asociada al deporte en el grupo de deportistas menores de 35 años. La presentación clínica de la miocarditis en general muestra un espectro de síntomas amplio y heterogéneo. Los atletas suelen presentar síntomas inespecíficos como fatiga, malestar, rendimiento reducido, dolor muscular o aumento de la frecuencia cardíaca en reposo, que a menudo pueden malinterpretarse en el contexto de otros diagnósticos diferenciales (p. Ej., Agotamiento / sobreentrenamiento relacionado con el entrenamiento, depresión o trastornos psicosomáticos).


Doctora Natalia Cancelo Prego

La iglesia y el rito

 THE WANDERER


El abandono de muchos obispos y sacerdotes hacia sus fieles durante más de un año, aterrorizados en algunos casos por el virus y en otros, atacados de un civismo exacerbado que los llevó a ir mucho más allá de las normas impuestas por las autoridades, provocó que los templos en los que se celebraba la misa en el rito tradicional, y se da la comunión en la boca, vieran aumentar su feligresía en términos muy notables. Las iglesias de la FSSPX en Argentina han cuadriplicado, por lo bajo, sus fieles. En el priorato de Mendoza, por ejemplo, hay cinco sacerdotes que no dan a basto para atender todas las tareas que les demanda la feligresía, y esto no sucede en las parroquias “normales” de la arquidiócesis, que alojan dos sacerdotes, o tres en casos excepcionales, buena parte de ellos cercanos a la edad de la jubilación. Bendito virus que vino a exponer tantas de las bondades y pastoralidades que nos vendieron como frutos del Concilio.

Frente a esta situación, quienes han quedado en situación insegura, o tecleando para utilizar términos tangueros, han sido los sacerdotes denominados “línea media”, o “juanpablistas”; los que “sí, pero no tanto”; “está bien pero habría que ver”; “el rito de Pablo VI bien celebrado”, etc. Los que en este blog hemos definido con mayor o menor acierto como “neocones” (ver la editio princeps del diccionario neocon aquí). Es que a ellos han recurrido muchos fieles desencantados por los giros de la iglesia oficial a confesarles que han comenzado asistir con cierta regularidad a las misas de la misa tradicional debido a que en ellas pueden confesarse normalmente y recibir la comunión en la boca.

¿Qué hacer?, se preguntaron, y pareciera que han recibido de sus gurúes o chorepíscopos una respuesta estandarizada: “Está bien, puedes ir, pero recuerda que el rito no es la Iglesia”, es lo que le dicen a los fieles. La típica respuesta que busca extremar las relativizaciones, a fin de salvar su fundamentalismo de permanecer siempre en el medio. En el fondo, lo que están diciendo es que el rito es algo accesorio, y la Iglesia es mucho más que una práctica ritual determinada para la celebración de los misterios de la fe. Ellos son los ecuánimes que ponen en su lugar a la liturgia evitando que absolutice a la Iglesia.

Ciertamente, la Iglesia es más que el rito. Quien es hijo de la Iglesia debe tener fe católica, practicar de las virtudes, amor a Dios y al prójimo, además de ir a misa. Más aún, en varias situación extremas de persecución, como la ocurrida en los países comunistas, los fieles subsistieron buen tiempo sin el rito. Sin embargo, la frase esconde también otra idea peligrosa: el rito, para línea media, es sólo una expresión de la Iglesia. Los cristianos dan culto a Dios a través de la liturgia, y los ritos en los que ésta se celebra son variopintos y circunstanciales. Lo importante es permanecer en la Iglesia, más allá de la accidentalidad del rito al que se asista. En pocas palabras, ellos dirán: “La batalla es por la Verdad; no nos entretengamos demasiado en cuestiones rituales”.

Y en esto veo yo un error grave, repetido una vez más por el neoconismo, y que desgloso en dos facetas.

La primera tiene que ver con el resabio jesuita que suelen tener todos los movimientos neocones. Sea Opus Dei, Legionarios, Miles Christi, IVE, seminario de San Rafael, o tantos otros del mismo género, no pueden desprenderse de la espiritualidad jesuita y el relegamiento a la que ésta condenó a la liturgia y a la contemplación en favor del activismo. Para ellos, la liturgia no es más que una cuestión ceremonial, análoga a la que se utilizaba en las cortes reales, de importancia relativa, y que puede ser modificado según cambian las modas y “sensibilidades” sociales. Sobre este tema vuelvo a recomendar el libro del benedictino dom Maurice Festiguére, sobre el que escribí un post que pueden leer aquí, titulado La liturgie catholique. Essai d’une synthèse (Abbaye de Maredsous, 1913), y al que el P. Navatel, S.J, respondió en un largo artículo en la revista Esprit.

La segunda es de orden metafísico. La aserción en discusión podría reducirse a estos términos: la Iglesia es sustancial; el rito es accidental. El problema es que aplican estos conceptos de acuerdo a la vulgata que ciertos manuales neotomistas han expandido, según la cual los “accidentes son accidentales”, es decir, secundarios cuando no insignificantes, y de una importancia relativa. Y esto es un error sobre el que Aristóteles y Santo Tomás alertarían rápidamente. Los accidentes son la expresión de la sustancia; ellos dicen la sustancia y la sustancia es dicha por ellos. Desaparecidos o mutilados los accidentes, desaparece o es mutilado el conocimiento de la sustancia. Sobre este tema hay mucho escrito por buenos filósofos y no es este el lugar para honduras metafísicas. Sin embargo, me permitiré una vulgarización de la cuestión.

Todos sabemos lo que es un elefante: un paquidermo de gran tamaño, de color gris, con una larga trompa, grandes orejas y rabo corto, entre otras características. Todas estas propiedades son accidentes. La trompa no es el elefante, pero ¿qué quedaría de un elefante sin trompa? ¿O si, en vez trompa, se le adhiriera un hocico de jirafa? Y si, dado que los accidentes son secundarios, en vez de color gris fuese rayado como una cebra y tuviera orejas de buey? ¿Sería eso un elefante? ¿Quién lo reconocería como tal? Ese paquidermo sería irreconocible, porque el ser o la sustancia elefante se expresa en sus accidentes.

La Iglesia no es el rito, y el elefante no es la trompa, pero un elefante sin trompa es un pobre y desgraciado elefante.

The Wanderer

lunes, 26 de abril de 2021

Juan Manuel de Prada: «Una cosa es no ser negacionista y otra no ser un gilipollas»

 INFOVATICANA

Juan Manuel de Prada acaba de publicar su último libro: “Una biblioteca en el oasis”, 60 artículos publicados en la revista católica Magnificat, en los que trae a autores clásicos como Cervantes, Dickens o Chesterton

El escritor zamorano publicó antes “Cartas del sobrino a su diablo”, homenaje explícito y devoto a la magna obra de C.S. Lewis, en la que brinda a los lectores un muy mordaz y penetrante análisis de la España azotada por el coronavirus.

Con motivo de la publicación de “Una biblioteca en el Oasis”, el escritor ha concedido una entrevista a El Correo de Zamora en la que habla de sus posiciones cristianas.

Conocido partidario del distributismo, Prada aclara que no es una doctrina, sino “una alternativa al comunismo o capitalismo, que son lo mismo”. “Es la reivindicación de la economía natural: distribuir para acabar con los males económicos, personales, sociales. Si tienes propiedad, hay arraigo, te quedas en tu tierra y luchas”, explica.

“Si el sentido común no se hubiera proscrito, se impondría el reparto de la propiedad”, sostiene. “La concentración de la economía da beneficios monstruosos a grandes conglomerados empresariales que destruyen las economías nacionales, pequeños negocios van cerrando y Amazon apenas paga un 5% de impuestos. La plutocracia quiere concentrar la propiedad y los gobiernos trabajan para ella”, señala Prada.

Según el zamorano, la Iglesia católica, en los últimos tiempos, “denuncia la deriva del capitalismo”. “Antinatalismo y capitalismo van de la mano, este necesita trabajadores que no tengan hijos, así se conforman con sueldos peores, no luchan tanto por mantenerse en su tierra, te debilitas a ti mismo”, advierte. “Estas grandes cuestiones han dejado de hablarse en la Iglesia, aunque el Papa Francisco las ha puesto sobre la mesa”, asegura Prada.

Para el escritor la fe no tiene nada que ver con una ideología. “Las creencias son sucedáneos de la religión, la gente se aparta de la fe porque las adopta. Se usa la religión para lanzar determinadas ideologías”, aclara.

“La invasión ideológica mata la fe que promete una vida dichosa en la que resarcirse de sufrimientos; y las ideologías, traer esa vida a la tierra mediante una especie de taumaturgia extraña que no se lleva a cabo. Cada vez hay más personas que viven sin religión, nunca se ha dado un mundo tan radicalmente ateo, tan descreído”, alerta el afamado escritor.

El ateísmo “es una mutilación”. “En la Biblia no aparecen ateo ni ateísmo; la idolatría existía, pero no el ateísmo. Es negativo porque ese hueco lo llenas con una idolatría. La naturaleza del ídolo es difícil de determinar, siempre es el dinero, porque todo apela al dinero, al final, también los placeres más hedonistas”, añade.

La ideología “está destruyendo a las naciones y a España, que es la que me preocupa, es una sociedad incapacitada para el esfuerzo común porque la gente se odia de forma concreta y minuciosa”, afirma.

“El odio que ha introducido es monstruoso, hace fuertes a las oligarquías partitocráticas que necesitan exacerbar la división para ello, ofrecer posturas distintivas, ideologizarlo todo para construirse identitariamente”, continúa Prada.

El novelista se siente arrinconado por su fe católica. “Una persona religiosa se percibe como un bicho raro, poco común y que ha decido romper con su época y no tiene nada que ver con su realidad”, explica.

Prada cree que no se puede ser católico y de izquierdas o derechas. “Las ideologías son herejías del cristianismo, se quedan con aspectos parciales del mismo. La derecha toma más los aspectos morales y se desarrolla anticristiana en aspectos sociales; las izquierdas toman la visión económica y rechazan la visión moral”, advierte.

Para el escritor, el cristiano se caracteriza por hacer suyos paradigmas de otras culturas, “las acepta: la grecolatina, primero; e incorpora las culturas de los lugares por los que se extiende”. “Hoy el hombre rompe con su tradición y se convierte en huérfano, en una persona más manipulable, a través de los medios de comunicación, de la propaganda puedes provocar reacciones”, señala.

“Estoy perplejo de que la gente salga a la calle con mascarilla, que no sirve para nada, solo que tiene sentido en ambientes cerrados o muy cerrados”, dice, “lo hacemos porque nos lo ordenan”.

“No será un negacionista”, le interrumpe el entrevistador. “No”, contesta Prada, “en cuanto te atreves a discutir el relato oficial te conviertes en un negador de la realidad”. “En absoluto, pero hay cosas irracionales, llevo una vida muy recogida porque estoy con mis padres. Una cosa es no ser negacionista y otra no ser un gilipollas, hay cosas que pueden discutirse”, añade.

Prada sostiene que necesitamos hacer públicas las cosas en que creemos, “no mantenemos nuestro amor en el ámbito privado, lo hacemos público, cualquiera de nuestras inquietudes, necesitamos expresar lo que creemos”. Lo mismo sucede con la religión, “hay un vínculo vertical entre Dios y la persona, pero también horizontal, con la comunidad y necesita una expresión comunitaria”.

Prada recuerda como hace poco, en la radio, dijo que “cuando se empezó a experimentar con las vacunas se nos dijo que los protocolos no se podían saltar y que no habría vacunas hasta 2021, de hecho, cuando sale la primera vacuna, los científicos dijeron que no había fiabilidad y que no era seria, no admitía crédito, y una semana después salen las occidentales y, de repente, de eso se deja de hablar. Si hoy recuerdas esto, todo el mundo se vuelve contra ti. Se recuerda lo que se dijo, lo que están haciendo es utilizarnos como cobayas y esto me deja perplejo. Se han abreviado misteriosamente”.

Prada explica que la pandemia dejará una sociedad “muy inquietante”, pero también la naturaleza humana “cambia y, tarde o temprano, llegará una gran transformación porque la gente se dará cuenta de que la están engañando”.

“Será una sociedad más insolidaria e individualista, llena de desconfianza y reservas, tras la pandemia, ya lo estamos viendo. Pero no soy fatalista y esto cambiará. Una vía es la recuperación de la fe religiosa que tiende a hermanar y generar vínculos de apoyo y ayuda mutua, puede contribuir a esa regeneración necesaria”, opina Prada.

En el plano político cree que la plutocacraia “será más poderosa”, las economías nacionales “serán devastadas”, los gobernantes “se dedicarán a acatar este designio y a generar sociedades cada vez más enviscadas, con clases medias más empobrecidas, una ingente proporción de la población sin trabajo vivirá con subsidios, mientras los grandes conglomerados crecen e invaden todo”. Un futuro poco apetecible.

Juan Manuel de Prada