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viernes, 21 de marzo de 2025

Europa asume su papel secundario en el Nuevo Orden Mundial


Las negociaciones directas entre Washington y Moscú sobre el futuro de Ucrania evidencian, una vez más, la absoluta irrelevancia de Europa en los asuntos que marcarán su destino. Por mucho que Francia, Gran Bretaña o Alemania se empeñen en reuniones, gestos grandilocuentes, y declaraciones vacías, lo cierto es que Europa ya no tiene asiento en la mesa donde realmente se decide su porvenir.

Y esto por fin lo ha visto Europa. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dejado claro lo que muchos intuían: Europa y el mundo se enfrentan a un cambio de era. En su discurso más bélico hasta la fecha, pronunciado el pasado 18 de marzo en la Real Academia Militar Danesa, la líder comunitaria asumió la llegada de un Nuevo Orden Mundial, en el que el Viejo Continente ya no ocupará un papel protagonista. Europa será, a partir de ahora, un actor secundario en el tablero internacional dominado por Estados Unidos, Rusia y China.

El mensaje de Von der Leyen no deja lugar a dudas. La propia presidenta reconoció la dureza de sus palabras y la necesidad de que los europeos despierten de una vez por todas ante la gravedad del momento. «Puede que deseemos que estas cosas no sean verdad. O que no tuviéramos que decirlas tan claramente. Pero ahora es el momento de hablar con sinceridad para que todos los europeos entiendan lo que está en juego. Porque la incomodidad de escuchar estas palabras palidece ante el dolor de la guerra. Si no, que se lo pregunten a los soldados y al pueblo de Ucrania. La cuestión es que debemos ver el mundo tal y como es, y debemos actuar de inmediato para hacerle frente. Porque en la segunda mitad de esta década y más allá se formará un nuevo orden internacional«, afirmó sin rodeos Von der Leyen.

Estas palabras, pronunciadas en un lugar simbólico y estratégico como la Real Academia Militar Danesa, son la constatación de que Europa está perdiendo su peso en la geopolítica mundial. Mientras Estados Unidos reorienta su estrategia hacia el Indo-Pacífico, la Unión Europea se ve forzada a asumir que su época de influencia ha terminado. Von der Leyen lo dijo con claridad: es el momento de que «los europeos entiendan lo que está en juego«.

El anuncio va más allá de la retórica. Se trata de una advertencia directa: la historia de Europa se está reescribiendo y el margen de maniobra se reduce cada día. La propia Von der Leyen señaló la fecha límite que Bruselas se ha marcado: el año 2030. Para entonces, Europa espera poder definir su posición en este Nuevo Orden Mundial que ya no girará en torno a los valores ni a los intereses del Viejo Continente.

La realidad es que el mundo se encamina hacia un escenario dominado por tres potencias: Estados Unidos, Rusia y China. Europa, en cambio, queda relegada a un papel de mero espectador.

Este giro en la política internacional obliga a los países europeos a replantearse su papel y su defensa. La Agenda 2030, lejos de ser un plan de prosperidad, se perfila como la hoja de ruta para gestionar la decadencia europea y asumir su rol secundario en el concierto de las naciones.

Las palabras de Von der Leyen son una rendición en toda regla ante la nueva realidad global. Estados Unidos deja de ser el escudo de Europa y el mensaje es claro: «La incomodidad de estas palabras palidece ante el dolor de la guerra». Si Europa quiere sobrevivir, debe actuar ya, aunque todo apunta a que solo le queda esperar su turno mientras otros deciden su futuro.

El tiempo se agota y Von der Leyen lo sabe. La Unión Europea se enfrenta al mayor desafío de su historia reciente, un desafío que evidencia el fracaso de unas élites más preocupadas en imponer su ideología globalista que en defender los verdaderos intereses de los europeos. La propia Ursula von der Leyen ha reconocido el fracaso del modelo globalista que durante décadas se nos ha querido imponer. En palabras de la presidenta de la Comisión Europea, «La visión de un mundo destinado a una cooperación cada vez más estrecha y hacia una hiperglobalización se ha quedado desfasada.» Una afirmación que no deja lugar a dudas: la hiperglobalización ha fracasado, dejando a su paso sociedades desarraigadas, economías dependientes y naciones sometidas a intereses ajenos.

Hoy más que nunca, la soberanía nacional y la defensa de nuestras tradiciones deben ser la prioridad frente a quienes aún pretenden disolver nuestras identidades en un proyecto global sin alma ni raíces. Pero mientras los burócratas de Bruselas miran aún hacia 2030 y su agenda globalista, Estados Unidos, Rusia y China ya están moldeando el nuevo mapa del mundo.

jueves, 7 de septiembre de 2023

La UE se negó a debatir la persecución a los cristianos pero sí debatirá el beso de Rubiales



La izquierda sigue imponiendo su agenda ideológica más sectaria y aberrante en las instituciones europeas, contribuyendo a su degradación.



ERC considera el beso de Rubiales como «violencia en el deporte»

La agencia Europa Press ha informado esta mañana que el 14 de septiembre el Parlamento Europeo debatirá el beso de Luis Rubiales a una futbolista, utilizado por el feminismo de izquierdas para desatar una disparatada polémica y una auténtica caza de brujas. El gobierno de Pedro Sánchez ha utilizado ese beso para tapar el escándalo por su rebaja masiva de penas para agresores sexuales, mediante una ley promovida por la facción de extrema izquierda del gobierno.

El beso de Rubiales será abordado en un debate sobre "violencia y la discriminación en el deporte" en la reunión que se celebrará ese día en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia. El debate fue propuesto por el partido de extrema izquierda Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), uno de los aliados parlamentarios de Sánchez.

ERC apoyó a detenidos por preparar un ataque violento a ciclistas

ERC tiene dos eurodiputados en la cámara legislativa de la Unión Europea: Jordi Solé Ferrando y Diana Riba i Giner, ambos adscritos al grupo parlamentario de Los Verdes/Alianza Libre Europea. Es una paradoja que ese partido quiera debatir un beso como una forma de "violencia en el deporte", pues hace sólo unos días ERC apoyó a varios separatistas detenidos por querer reventar de forma violenta La Vuelta ciclista a España, mediante un ataque que podría haber provocado heridos graves e incluso muertos entre el pelotón ciclista.

ERC votó en contra de debatir la persecución contra los cristianos

Da la casualidad, además, de que el año pasado el Parlamento Europeo rechazó una petición de debatir la persecución a los cristianos en el mundo, una persecución que ya contaba por entonces con cifras terribles: en 2021, 5.898 cristianos fueron asesinados por su fe, 6.175 cristianos fueron detenidos por sus creencias y 5.110 Iglesias fueron atacadas, según datos de la ONG Puertas Abiertas. En total, más de 360 millones de cristianos sufren altos niveles de persecución y discriminación por su fe.

El asesinato de una cristiana por musulmanes no conmovió a la izquierda

La izquierda votó en contra de celebrar ese debate y tumbó la petición. ERC fue uno de los partidos que votaron en contra de ese debate, solicitado por el eurodiputado francés Jean-Paul Garraud, del grupo Identidad y Democracia. Esa petición llegó tras el asesinato de la mujer cristiana Deborah Samuel, golpeada y quemada hasta la muerta por un grupo de musulmanes en Nigeria tras ser falsamente acusada de blasfemar contra Mahoma. Por lo visto, a ERC esto le parece menos importante que el beso de Rubiales.

ELENTIR

domingo, 2 de enero de 2022

El aborto, la mayor causa de muerte en 2021, mató a 42 millones de seres humanos en todo el mundo



En comparación, la pandemia mató a 3,55 millones de personas el año pasado

Desde el inicio de la pandemia se está hablando mucho sobre cuestiones de salud, al ser una enfermedad que ha provocado una gran pérdida de vidas humanas. 


Los datos globales sobre muertes que publica Worldometer

Ciertamente, la pandemia de Covid es un motivo de preocupación muy real para todo el mundo, pero no debe hacernos olvidar que también existen otras causas de muerte que deberían llamar nuestra atención. Sobre esta cuestión pueden servirnos de referencias los datos publicados por la web Worldometer, un sitio cuyos datos son utilizados habitualmente por el gobierno británico y por destacados medios como el Financial Times, The New York Times, Business Insider y la BBC. Esa web incluye datos estadísticos sobre muertes en tiempo real, tanto en el día como en el año en curso.

Archive.ph ha almacenado los datos ofrecidos por Worldometer el 29 de diciembre, y Breitbart ha publicado los datos del día 31. En el capítulo de salud se incluyen algunos datos llamativos sobre 2021 (aunque la web los ordena de otra forma, podéis verlos a continuación ordenados por número de casos):

42.640.209 muertes por aborto.

12.969.028 muertes por enfermedades contagiosas.

8.204.895 muertes por cáncer.

4.994.147 muertes por consumo de tabaco.

2.498.649 muertes por consumo de alcohol.

1.679.420 muertes por VIH/SIDA.

1.348.577 muertes por accidentes de tráfico.

1.071.300 muertes por suicidio.

494.789 muertes por gripe estacional.

393.955 muertes por malaria.

308.786 muertes de madres durante el parto.

‘Our World In Data’ estima en 3,55 millones los muertos por Covid en 2021

En las muertes por enfermedades contagiosas Worldometer no indica los datos relativos al Covid. Otra web que sirve de referencia a muchos medios, Our World In Data, tiene una página dedicada a esta pandemia en la que se indica que el 31 de diciembre de 2020 habían fallecido 1,88 millones de personas por esta causa. A 30 de diciembre de 2021, las muertes se elevaban a 5,43 millones. Restando ambas cifras tendríamos 3,55 millones de muertos por Covid en 2021.

El aborto es, con mucha diferencia, la mayor causa de muerte entre seres humanos

Obsérvese que, con los datos expuestos, obtenemos que el aborto fue la mayor causa de muerte de seres humanos en 2021 con mucha diferencia. Es bien sabido que hay personas, partidos políticos e incluso importantes grupos de presión que niegan la condición humana a los seres humanos en su etapa prenatal, pero la evidencia científica sitúa el inicio de la vida humana en el momento de la concepción, que es cuando la persona adquiere la identidad genética que le acompañará en el resto de su vida. Que determinadas leyes permitan matar a estos seres humanos no resta ni un ápice de humanidad a las víctimas desde un punto de vista médico. Lo único que demuestra es la inhumanidad de esas leyes.

Se mató a casi la quinta parte de los hijos por nacer concebidos en 2021

Según las estadísticas publicadas por Worldometer el 29 de diciembre, en 2021 hubo 139 millones de nacimientos en todo el mundo. Eso indica una realidad alarmante y que debería ser un motivo de seria reflexión para toda la humanidad: los hijos por nacer abortados fueron el 23% de los concebidos, casi la quinta parte. Esta escalofriante cifra deja entrever algo muy preocupante en relación a las políticas de muchos gobiernos para fomentar el aborto, financiándolo con fondos públicos mientras se niegan ayudas públicas a las madres embarazadas que desean tener a sus hijos (es lo que ocurre en España): se está utilizando el aborto como una forma de limitar la natalidad a nivel global. Pero ¿por qué?

Las causas ideológicas de esta ‘pandemia’ de abortos

Además de que muchos gobiernos han cedido a las tesis del liberacionismo sexual (que pretende desligar a las personas de los efectos de sus decisiones a la hora de mantener relaciones sexuales) e incluso a las tesis antifamilia de la ultraizquierda (una de las teóricas de la ideología de género, Shulamith Firestone, propuso utilizar el aborto para acabar con la maternidad, que ella consideraba una forma de opresión de la mujer), hay también otras dos tendencias ideológicas que han influido en esa deriva: el neomalthusianismo, que sostiene un discurso alarmista sobre la superpoblación que viene haciendo desde hace años profecías catastróficas, y el ecologismo radical, que considera al ser humano como una amenaza para el medio ambiente, amenaza que propone resolver reduciendo el número de seres humanos por cualquier medio, incluido el aborto.

Unas tesis que chocan con la realidad pero que tienen una gran influencia en la ONU y la UE

El neomalthusianismo y el ecologismo radical suelen solaparse a menudo. Sus profecías catastróficas han chocado con la realidad una y otra vez, pero a pesar de ello siguen siendo muy influyentes en organismos internacionales como la ONU o la Unión Europea, en los que la izquierda política -que simpatiza con esas tesis ideológicas- ha ido sumando a esa causa a buena parte de la derecha. Cabe preguntarse qué clase de mundo estamos dejando cuando la muerte de 42 millones de seres humanos en un solo año ni siquiera es noticia, salvo en determinadas webs que son señaladas como “extrema derecha” por los partidarios del aborto, simplemente por atreverse a señalar lo aberrante que es legalizar y promover un acto tan perverso como es matar a los miembros más débiles e indefensos de nuestra propia especie, mientras quienes promueven eso nos piden, al mismo tiempo, salvar a focas, a pulpos y otras especies animales.

Elentir

jueves, 23 de abril de 2020

El Día de la Tierra no es de precepto (Carlos Esteban)

 INFOVATICANA


Mientras los fieles piden sacramentos y tienen sed de realidades sobrenaturales, Su Santidad pone toda su pasión, esta mañana, en pedir por la unidad de la Unión Europea y, en la audiencia general, por clamar por la Naturaleza en el Día de la Tierra, una fiesta absolutamente secular.

 
Y no, no es una fiesta del calendario litúrgico, sino uno de esos ‘días internacionales’ instituidos por las Naciones Unidas. En este caso, su promotor fue el senador estadounidense Gaylord Nelson, famoso por su obsesión por las píldoras anticonceptivas (llegaron a ser conocidas como ‘píldoras de Nelson), que lo instauró para crear una conciencia común a los problemas de la sobrepoblación.

Sin embargo, Su Santidad ha aprovechado la festividad para lanzar un apasionado mensaje en el que ha insistido en su ya conocida tesis de que la pandemia que sufrimos, si bien de ningún modo es un castigo o advertencia de Dios, sí es una ‘respuesta’ de la Tierra.

“La Tierra no perdona, si nosotros hemos deteriorado la Tierra, la respuesta será muy contundente”. Es cierto que la Tierra no perdona, pero tampoco deja de perdonar: sencillamente, la Tierra no es un ente unitario autoconsciente.

En cuanto a su ‘deterioro’, la pregunta obvia es “¿respecto a qué?”. Es decir, ¿hay un estado concreto del planeta que sea el óptimo, y todo lo que se aleje de él es deterioro? Marte es otro planeta de nuestro sistema solar, totalmente fuera de nuestro alcance hasta hace muy poco, como Venus, Urano, Saturno y todos los demás. Y todos están perfectamente muertos, mientras que el nuestro está lleno de vida.

Por lo demás, la propia Tierra ha eliminado cerca de nueve de cada diez especies que hayan existido, mucho antes de que apareciera el hombre. Porque la naturaleza no conoce la ‘stasis’, está siempre cambiando y la vida se está siempre adaptando. No hay un momento en la vida del planeta del que podamos decir: “¡Éste! ¡Ésta es la Tierra como debe ser ahora y para siempre, con este clima justo y esta precisa diversidad biológica!”. Ni siquiera extinguiéndonos lograríamos que la Naturaleza no cambiase y que las especies -a la larga, todas- se extinguiesen.

Del mismo modo, es difícil saber a qué se refiere el Santo Padre cuando dice que “hemos pecado contra la Tierra”. No podemos pecar contra la Tierra. Podemos pecar usando mal la creación, descuidándola, contaminando -aunque, como pecado personal, es ciertamente elusivo para la mayoría no responsable de una multinacional o un gobierno-, pero no contra ella, como si fuera un ser personal, como si existiera la Pachamama, que se venga y responde y tiene una pataleta. No hay otro Dios que Dios.

En cualquier caso, qué medidas tengan que tomarse para cuidar convenientemente la naturaleza son cuestiones técnicas sobre las que, en principio, la autoridad de nuestros pastores es nula, mientras que quitan tiempo y energía para responder al hambre de Dios de los fieles.
 
Carlos Esteban

lunes, 3 de junio de 2019

El Papa sigue haciendo campaña por la Unión Europea y contra el soberanismo (Carlos Esteban)



El Santo Padre, en la rueda de prensa en vuelo, ha pedido a los cristianos que recen por la Unión Europea y ha denostado, sin citarlos, los movimientos soberanistas. Otra vez.

Dice nuestro Specola que en Roma no veían desde hacía décadas una injerencia política tan descarada y embarazosa en un Papa, así como contraproducente en atención a los resultados electorales en Italia, y añade que en la Curia, visto el desastre y el peligroso desencuentro con el gobierno italiano y con tantísimos de su propia grey, ya están dando tímidos y discretos pasos para recomponer relaciones.

Pero si esto es así con el episcopado italiano, que entiende al menos la política nacional, e incluso con la mayoría de quienes rodean al Santo Padre, Francisco parece incapaz de contenerse y aplicar una moratoria a una prédica política que, en un particular, sería absolutamente respetable pero que en el sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo resulta perturbadora y divisiva.

Lo ha vuelto a hacer en la rueda de prensa en vuelo a la vuelta de su viaje a Rumanía, cuya transcripción completa pueden leer aquí. Y lo ha hecho sobre la Unión Europea, una institución que, por humana y coyuntural, cualquiera consideraría discutible, abierta al debate en su misma existencia, y no digamos en su desarrollo y su presente. Pero Su Santidad habla de ella casi como si fuera una necesidad, una entidad mística:

“Por favor, que Europa no se deje vencer por el pesimismo o las ideologías, porque Europa es atacada no con cañones o bombas en este momento, sí con ideologías, ideologías que no son europeas, que vienen de afuera, o crecen en los grupitos de Europa, que no son grandes. Piensen en la Europa dividida y beligerante del 14 y del 32, 33, hasta el 39, que ha estallado la guerra”.

No tomaré por idiotas a mis lectores especificando que, cuando habla de Europa -como se desprende por el inicio del discurso-, se refiere específicamente, y que las ‘ideologías’ que para el Papa están destruyendo Europa son los movimientos soberanistas. Esto último lo deja claro, no en esta ocasión, sino en un sinfín de declaraciones de una postura consistente a lo largo de su pontificado.

Pasemos de puntillas sobre esa curiosa idea de que la defensa del Estado nación sea una “ideología no europea”, aunque el propio Estado nación sea un invento de Europa. ¿De dónde supone Su Santidad que procede? ¿Qué bien hace que el padre visible de todos los católicos del mundo defienda un modelo político concreto, demonizando al otro pese a que no solo es perfectamente lícito, sino que ha sido el dominante por defecto durante los últimos siglos?

Antes ha hablado de modo ambiguo y contradictorio contra las fronteras y, a la vez, a favor de conservar la propia identidad nacional y las propias raíces, sin aclarar en ningún momento cómo pueden los meros mortales obrar semejante milagro. Y termina con estas palabras: “Recen por Europa, recen por Europa, el Señor nos dé la gracia. A los no creyentes deseen la buena voluntad, el deseo de corazón para que Europa regrese a ser el sueño de los padres fundadores”.

Si el Santo Padre pide a los católicos que recen por una intención, el impulso lógico y filial es hacerlo. Y, naturalmente, rezar por Europa es bueno, justo y probablemente necesario. Pero, ¿pedirle a Dios que “Europa regrese a ser el sueño de los padres fundadores”? ¿Por qué? De entrada, la idea de que ‘Europa’ tenga otros padres fundadores que San Benito y otros tantos personajes que moldearon la Cristiandad es, una vez más, identificar esa profunda realidad geográfico e histórica que es Europa con el proyecto, reciente en su historia, de unificarla mediante un tratado principalmente comercial. Aquí, los ‘padres de Europa’ serían los Schumann, Di Gasperi, Adenauer y demás mandatarios que pergeñaron el Mercado Común, embrión de la Unión Europea. ¿Debemos los cristianos rezar por una institución laica concreta de naturaleza discutible?

Carlos Esteban

jueves, 17 de enero de 2019

Jacob Rees-Mogg: “La UE va camino de convertirse en un Estado apóstata” (Carlos Esteban)



Con la abrumadora derrota en los Comunes del acuerdo sobre el Brexit presentado por la primera ministra, Theresa May, estalla el caos en el Reino Unido sobre su futuro inmediato. Entre las filas conservadoras, un diputado católico, Jacob Rees-Mogg, explica a CNA por qué permanecer en la Unión Europea sería un error.
La Iglesia -ni la universal ni la nacional- no tiene una postura oficial sobre el resultado del referéndum del pasado junio de 2016 en el que el pueblo británico expresó mayoritariamente su voluntad de abandonar la Unión Europea, aunque, a título personal, una mayoría de prelados británicos se ha decantado públicamente o en privado a favor de la permanencia en el club europeo.

Sería un grave error, asegura el parlamentario conservador Jacob Rees-Mogg. Rees-Mogg, diputado por North East Somerset, es uno de los católicos más prominentes en la escena política británica, además de haberse convertido en uno de los favoritos para suceder Theresa May al frente de los ‘tories’ y en incansable adalid de una salida de la Unión que es, al fin, un mandato directo del pueblo británico.

“Creo que hay mucho afecto residual hacia la Unión Europea por sus orígenes”, declara a CNA. “Como proyecto, lo propusieron inicialmente demócratas cristianos de los países fundadores, y pretendía basarse en un ‘ethos’ cristiano y democrático”.

Pero de lo que pretendía ser a aquello en lo que se ha convertido hay un abismo, como puede apreciarse y recuerda Rees-Mogg. “Vale la pena recordar que, contra las firmes objeciones de Papas sucesivos, no se hacía mención a Dios o a la herencia cristiana de Europa en la primera propuesta de Constitución europea”.

Esa Constitución fue rechazada por los votantes holandeses y franceses y se transformó en el actual Tratado de Lisboa, este ya no sometido a votación popular alguna. “Con independencia de sus orígenes, la UE es hoy un Estado profundamente secular”, deplora Rees-Mogg. La Unión, que en 2004 obligó a retirar la candidatura del europarlamentario italiano Rocco Buttiglione por su oposición al matrimonio homosexual, ha sido una defensora a ultranza de extender el aborto en África como parte de la misión y los ‘valores’ europeos.

No es que no sea una organización cristiana, es que ni siquiera es meramente neutral, advierte el parlamentario. Más bien, añade, “está avanzando en la dirección hacia un Estado apóstata, lo que la Iglesia ha considerado históricamente como el peor resultado posible”.

Tampoco es ‘democrático’ en ningún sentido discernible, y aquí recurre el político conservador a la reciente advertencia del Papa contra el ‘clericalismo’, entendido como la fórmula por la que se ejerce y abusa del poder en beneficio de quienes lo controlan y sin referencia al pueblo al que se supone sirven o responsabilidad frente a él. Según Rees-Mogg, algo similar sucede dentro de la UE que, dice, funciona en la práctica como un “estado clericalista” en el que se pierde la soberanía del pueblo en favor de una élite.

“Si uno se fija en cómo llegan al poder en la UE los líderes europeos, verá que se nombran unos a otros y se dan cuentas unos a otros, no al pueblo. La Comisión Europea es el destino último de muchos políticos rechazados por los votantes en sus propios países, incluso por sus propios partidos a veces. Son una élite que cuida de sus miembros”

Carlos Esteban