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jueves, 4 de julio de 2019

Nuevas revelaciones de Viganò: Francisco protege personalmente una “red homosexual”



Esas partes de la entrevista del 10 de junio que el Washington Post le hizo al arzobispo denunciante Carlo Maria Viganò y que fueron censuradas por el diario oligarca han sido publicadas el 3 de julio en el sitio web LifeSiteNews.com.

En estas partes Viganò acusa al papa Francisco de encubrir personalmente dos casos de abusos.

El primer caso se refiere a los monaguillos en la Basílica de San Pedro que eran pupilos en el pre-seminario vaticano Pío X, administrado por la diócesis de Como (Italia). Tres seminaristas, entre ellos Kamil Jarzembowski, un compañero de cuarto de una presunta víctima, supuestamente testificaron muchos incidentes de agresión sexual.

Viganò sabe que la investigación fue bloqueada por el entonces obispo de Como, monseñor Diego Coletti, y por los cardenales Comastri y Coccopalmerio. Jarzembowski fue expulsado del seminario, los otros dos testigos se fueron por propia decisión.

El presunto abusador, Gabriele Martinelli, fue posteriormente ordenado sacerdote en julio de 2017, a pesar de las acusaciones que nunca se investigaron.

El segundo caso de Viganò es la promoción que hizo Francisco del arzobispo Edgar Peña Parra como sustituto en la Secretaría de Estado del Vaticano, a pesar de un detallado informe que lo acusa de haber seducido a dos seminaristas menores en setiembre de 1990.

Viganò vio el documento en el que el entonces rector del seminario mayor de Maracaibo (Venezuela), el padre Enrique Pérez, que se ocupó del caso, confirmó el incidente después de haber sido cuestionado por la Secretaría de Estado del Vaticano.

Peña Parra también estuvo involucrado en la misteriosa muerte en agosto de 1992 de dos jóvenes varones a causa de una descarga eléctrica en el lago Maracaibo. Ambas acusaciones fueron informadas a la Secretaría de Estado en el 2002, mientras estaba a cargo Juan Pablo II.

Sin embargo, el secretario de Estado, el cardenal Parolin, no se opuso a la designación de Peña Parra como sus sustituto.

Ya en enero de 2011, mientras Benedicto XVI era Papa, Parolin, entonces nuncio apostólico en Caracas, no se opuso al nombramiento de Peña Parra como arzobispo y nuncio apostólico en Pakistán.

Además, Viganò testifica que Parolin conoce los nombres de un número de sacerdotes de la Curia involucrados en fornicación homosexual.

Segun Viganò, Peña Parra está íntimamente vinculado a la mano derecha de Francisco, el cardenal pro-homosexual Maradiaga y su desacreditado obispo auxiliar homosexual, monseñor Juan José Pineda.

Viganò interpreta las políticas del papa Francisco como “protección de una red homosexual”.

NOTICIAS VARIAS 4 de julio de 2019



DIANE MONTAGNA


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Selección por José Martí

El cardenal Marx quiere más mujeres en la cúpula eclesial (Carlos Esteban)



“Si yo fuera Papa, lo haría”, ha declarado a la cadena alemana de televisión NDR el cardenal Reinhard Marx en referencia a la posibilidad de nombrar mujeres en puestos clave de la Curia Romana.

La cúpula de la Iglesia, los puestos de responsabilidad en el Vaticano, no deben ocuparlos necesariamente cardenales u obispos, ha señalado el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (CEA) y miembro del C6, el consejo de cardenales que ha venido asesorando al Papa sobre la reforma de la Curia. 

Y, de hecho, debería aprovecharse la apertura que permite la reforma, que aparecerá promulgada con el título de Praedicate Evangelium, de abrir la dirección de algunos dicasterios a los laicos para dar más puestos de responsabilidad en el Vaticano a las mujeres, ha declarado Marx en un programa de entrevistas de la cadena alemana NDR.

“Si yo fuera Papa, lo haría”, añadió el cardenal que, si bien no es todavía Papa, en opinión de sus críticos actúa como tal en lo que se refiere a la Iglesia alemana. Hace unos meses, Marx anunció que la asamblea de la CEA había votado por unanimidad iniciar un “camino sinodal” en el que se revisarían en bloque cuestiones candentes de moral sexual, con carácter vinculante. Recientemente, el Papa dio una oblicua respuesta a tan extraña convocatoria, pidiéndoles que “caminemos juntos”, es decir, que no se les ocurra hacer la guerra por su cuenta.

No es la primera vez que Marx aboga recientemente por una mayor presencia femenina en los órganos rectores de la cúpula vaticana, aunque ve “límites”, especialmente en lo que se refiere a la ordenación de mujeres. 

Uno podría decir que no es que el cardenal los “vea”, sino que la Iglesia ya se ha pronunciado sobre el particular varias veces y, en el caso de Juan Pablo II, con toda la solemnidad requerida, comprometiendo explícitamente su autoridad infalible. Claro que algunos de los puntos que los obispos alemanes se proponen ‘revisar’ también figuran entre las verdades de la doctrina inmutable.

También habló de la ordenación de casados, con una posición idéntica a la de Su Santidad: personalmente, se declaró defensor entusiasta del celibato sacerdotal, pero admitió que la cuestión debe repensarse, que es exactamente lo que va a hacerse, según se recoge en el Instrumentum laboris, en el próximo Sínodo de la Amazonía.

Carlos Esteban

China viola el acuerdo. Un obispo se rebela (Sandro Magister)

Hay una noticia importante en las “Orientaciones” que la Santa Sede dio el 28 de junio a los obispos y sacerdotes chinos respecto a la obligación de firmar un acta de registro civil, “bajo pena de la imposibilidad de obrar pastoralmente”.
La noticia corre el velo sobre un punto clave del hasta ahora secreto “Acuerdo provisorio”, respecto al nombramiento de obispos, firmado entre la Santa Sede y Pequín el pasado 22 de setiembre.
Ahora, por las “Orientaciones” sabemos que en este acuerdo China comunista “ha reconocido” por primera vez “el rol peculiar del sucesor de Pedro”. De aquí deriva que la “independencia” de la Iglesia Católica china de todo poder extranjero, elemento hasta ahora irrenunciable para las autoridades de Pequín, no debe ser entendida ya “en sentido absoluto, es decir, como separación del Papa y de la Iglesia universal”, sino en un sentido “referido sólo a la esfera política”.
Pero los hechos – sabemos también por las “Orientaciones” – no corresponden tampoco a esta concepción, porque “casi siempre” sacerdotes y obispos siguen siendo obligados a firmar documentos en los que “el principio de independencia, autonomía y autoadministración de la Iglesia en China” es confirmado en términos absolutos, “a pesar del compromiso asumido por las autoridades chinas de respetar también la doctrina católica”.
Este es el motivo por el que en la carta a los católicos chinos del 2007 – hasta ahora la “carta magna” de la Iglesia Católica en China – Benedicto XVI definía como “inconciliables con la doctrina católica” los principios inspiradores de la Asociación Patriótica de los Católicos chinos, el órgano de control del régimen, al que estaba obligado a inscribirse todo aquél que quería salir de la clandestinidad.
Pero ahora, para la Santa Sede la inscripción a la Asociación Patriótica – o a otra equivalente – ya no se excluye en absoluto, con tal que se la acompañe con una certificación concomitante de observancia de la doctrina católica, hecha por escrito o “también sólo verbalmente si es posible con la presencia de un testigo”, y en todo caso informando al propio obispo de la “intención” con la que se firmó el acta.
A juicio, entonces, de estas mismas “Orientaciones”, las relaciones entre la Santa Sede y China siguen siendo muy difíciles. A pesar de que Roma haga de todo para allanar o evitar los contrastes, la realidad de los hechos sigue siendo “casi siempre” en perjuicio de los católicos chinos. Al punto que observadores de probada competencia como los padres Sergio Ticozzi y Bernardo Cervellera, del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras, no han dudado en definir como “un poco teórico y optimista” el paso adelante dado por Roma con la publicación de las “Orientaciones” y en denunciar como totalmente fuera de lugar los aplausos profusos el 19 de junio del “Global Times” – órgano oficial en idioma inglés del Partido Comunista – a tres “primeras veces” del Vaticano en Pequín, como si fueran la prueba de un entendimiento magnífico: una muestra de los Museos Vaticanos, una entusiasta conferencia “sobre el papa Francisco y su visión” del jesuita Bernard Vermander y otra conferencia hiper optimista sobre las relaciones entre China y la Santa Sede pronunciada por el padre Antonio Spadaro, director de “La Civiltà Cattolica” e íntimo del papa Francisco, publicada de nuevo el 27 de junio en “L’Osservatore Romano”.
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Si después se quiere entrar en el núcleo del problema, se pueden citar dos casos emblemáticos.
El primero es un documento publicado íntegramente el 25 de junio por “Asia News”. Proviene de Fujian y tiene por título: “Carta de compromiso para los responsables de los lugares de culto y para las personas consagradas”. Su firma es obligatoria para ejercer el ministerio de párroco, bajo pena de ser arrojados de nuevo a la clandestinidad. Y lo mismo vale para las personas consagradas, las religiosas.
Entre las obligaciones impuestas por este documento están las de “prohibir el ingreso a la iglesia a los menores de edad” y de “no organizar cursos de formación para los menores de edad”, es decir, ni siquiera el catecismo a los niños en los locales parroquiales.
Está también la obligación de cortar toda relación con hermanos de la fe católica en el exterior y de rechazar invitaciones a congresos o entrevistas. Mientras que ni siquiera en la propia casa se permite exponer imágenes sagradas, cantar himnos y poner en red comentarios de carácter religioso.
Documentos análogos están en vigencia en Henan, en Hubei y en Zhejiang.
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El segundo caso es el de la diócesis de Mindong, también en Fujian, y de sus dos obispos.
Hasta el 2018 el único obispo de Mindong reconocido por Roma – pero no por Pequín – era Vincenzo Guo Xijin, continuamente vejado por las autoridades chinas, que por el contrario habían incardinado en la misma diócesis al excomulgado Vincenzo Zhan Silu, hombre del régimen, vicepresidente tanto de la Asociación Patriótica como de la seudo conferencia episcopal que reúne sólo a los obispos nombrados por el gobierno, además de miembro de la Conferencia política consultiva del pueblo chino.
Pero cuando el 22 de setiembre del 2018 Roma y Pequín firmaron el acuerdo arriba citado, el papa Francisco revocó la excomunión de Zhan, le asignó el gobierno de la diócesis y rebajó a Guo como su obispo auxiliar.
Pero a su vez Guo no es reconocido como obispo por las autoridades chinas si no después que haya puesto su firma en un documento que exige de él no sólo obediencia al nuevo obispo titular, sino sobre todo sometimiento a las leyes del país y adhesión a los principios de “independencia” y a la Asociación Patriótica.
Guo resiste. Reconoce obediencia al obispo y sumisión a las leyes. Pero se niega a adherir a los principios de “independencia” y a la Asociación Patriótica. Las autoridades chinas le permiten celebrar públicamente los ritos de Semana Santa, prohibidos a él hasta pocos días antes, pero no quieren que se sepa qué ha firmado y qué no. Más bien difunden su adhesión a la Asociación Patriótica para inducir también a los sacerdotes de la diócesis a hacer lo mismo.
Entonces Guo se rebela. Para reivindicar la libertad para sí y para sus sacerdotes, envía a las autoridades una carta en la que escribe:
“El gobierno ha decidido perseguir a los sacerdotes que se niegan a firmar la adhesión a la Asociación Patriótica. Si no están en condiciones de protegerlos, no vale la pena que yo sea reconocido como obispo auxiliar. Estoy dispuesto a afrontar la persecución junto a los otros sacerdotes”.
La retorsión es inmediata. Las autoridades gubernamentales impiden a Guo presidir el 28 de junio la profesión religiosa de algunas hermanas del Sagrado Corazón. Y él reacciona no participando, al día siguiente, en la Misa de Dedicación de la nueva catedral de Mindong, construida con dinero del gobierno.
Explica su gesto en una breve carta a los sacerdotes de la diócesis, publicada íntegramente por “Asia News”, en la que escribe:
“He decidido no presentarme en la ceremonia ni siquiera ni me venían a llevar con el palanquín. Soy un hombre y no un mono que acompaña todos los deseos de los demás. Tenía pensado no contar nada, pero algunos hermanos me han dicho que todos tienen el derecho de conocer la verdad”.
Y Mindong era la diócesis que para los partidarios del acuerdo entre Roma y Pequín debía obrar como “proyecto piloto” para la nueva Iglesia china…
Sandro Magister

Viganò: Vaticano encubrió los abusos sexuales de sus propios monaguillos (Carlos Esteban)



El Washington Post mantuvo extensas entrevistas con el arzobispo Carlo Maria Viganò, pero no lo publicó todo. Hoy hemos sabido por LifeSiteNews que el prelado también acusó a la cúpula vaticana de conocer y no denunciar casos de abusos contra monaguillos de la propia Santa Sede.

Habla Carlo Maria Viganò, en paradero desconocido, con los periodistas del Washington Post sobre la cumbre vaticana contra los abusos y la credibilidad de la jerarquía eclesiástica en este asunto, y dice: “Por volver a la cumbre y su deseo de centrarse en el abuso de menores, me gustaría llamar su atención sobre dos casos recientes y verdaderamente terroríficos que implican supuestas ofensas contra menores durante el mandato del Papa Francisco. El Papa y muchos prelados de la Curia estaban perfectamente al tanto de estas denuncias, pero en ninguno de los dos se abrió un caso o se permitió siquiera investigación exhaustiva

Un observador objetivo no puede sino sospechar que se están encubriendo hechos horribles”.

“El primero sucedió presuntamente dentro de las mismas murallas vaticanas, en el seminario menor Pío X, que está ubicado a pocos pasos de la Domus Sanctae Marthae, donde vive en Papa. Ese seminario enseña a menores que sirven como monaguillos en la Basílica de San Pedro y en ceremonias papales”. 

 “Uno de los seminaristas, Kamil Jarzembowski, compañero de habitación de una de las víctimas, asegura haber sido testigo de docenas de incidentes de agresión sexual. Junto con otros dos seminaristas denunció al agresor, primero en persona a sus superiores del seminario, luego por escrito a los cardenales, y, por último, en 2014, al propio Papa Francisco. 

Una de las víctimas era un chico, supuestamente abusado durante cinco años seguidos, empezando cuando tenía 13 años. El supuesto agresor era un seminarista de 21 años, Gabriele Martinelli”. Ese seminario menor está bajo la responsabilidad de la Diócesis de Como, y lo gestiona la Asociación Don Folci. Se encargó una investigación preliminar al vicario judicial de Como, padre Andrea Stabellini, que descubrió indicios suficientes para seguir investigando. Recibió información de primera mano que indicaba que sus superiores prohibieron que continuara con la investigación. Puede testificar por sí mismo, y les urjo a ustedes a que vayan y le entrevisten. Rezo porque encuentre el valor de compartir con ustedes lo que tan valientemente compartió conmigo.

Junto con lo que acabo de contar, me enteré de cómo las autoridades de la Santa Sede se habían ocupado de este caso. Después de que el padre Stabellino hubiera reunido las pruebas, el caso fue inmediatamente tapado por el entonces obispo de Como, Diego Coletti, junto con el cardenal Angelo Comastri, Vicario General del Papa Francisco para la Ciudad del Vaticano, Además, el cardenal Coccopalmerio, entonces presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, consultado por Stabellini, le exhortó firmemente a detener la investigación”. 

 “Quizá se pregunte cómo pudo cerrarse este horrible caso. El obispo de Como retiró a Stabellini del puesto de Vicario General; el denunciante, el seminarista Kamil Jarzembowski, fue expulsado del seminario; los otros dos seminaristas que se le unieron en la denuncia abandonaron el seminario; y el supuesto abusador, Gabriele Martinelli, fue ordenado sacerdote en julio de 2017. Todo esto sucedió dentro de los muros vaticanos, y ni una palabra de todo ello se pronunció durante la cumbre”.

Carlos Esteban