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jueves, 8 de febrero de 2018

Catecismo católico de la crisis en la Iglesia-Padre Matthias Gaudron


NOTA.  El libro CATECISMO CATOLICO DE LA CRISIS EN LA IGLESIA  del Padre Matthias Gaudron es una obra imprescindible para conocer lo ocurrido tras el Vaticano II . En este blog he colocado sólo los 5 primeros puntos; pero son 53. Dicho libro puede bajarse de internet en la sección descargas de Adelante la Fe. 


1 - ¿Hay actualmente una crisis en la Iglesia?

Habría que taparse los ojos para no ver que la Iglesia católica atraviesa una crisis grave. Se esperaba durante los años 1960, en la época del Concilio Vaticano II, una nueva primavera para la Iglesia, pero sucedió todo lo contrario. Miles de sacerdotes han abandonado su sacerdocio, miles de religiosos y de religiosas han retornado a la vida secular. En Europa y en América del Norte, las vocaciones son muy raras y ya no se puede contar el número de seminarios, de conventos y de casas religiosas que han tenido que cerrarMuchas parroquias permanecen sin párroco y las congregaciones religiosas deben abandonar escuelas, hospitales y casas de ancianos“Por alguna fisura, el humo de Satán se ha introducido en el templo de Dios”, tal fue el lamento del papa Paulo VI el 29 de junio de 1972. [1]

-¿Se sabe cuántos sacerdotes han abandonado su sacerdocio durante los años 1960? 


En toda la Iglesia (entre 1962 y 1972) 21.320 sacerdotes fueron reducidos al estado laico. No están comprendidos en este número los que han tenido negligencia para pedir su reducción oficial al estado laico [2]Entre 1967 y 1974 de treinta a cuarenta mil sacerdotes abandonaron su vocación. Estos hechos catastróficos pueden apenas ser comparados con los acontecimientos que han acompañado a la susodicha “Reforma” protestante del siglo XVI.

-¿Ha habido un desastre análogo en las congregaciones religiosas?

En lo que concierne a las congregaciones religiosas femeninas, veamos lo que cuenta el Cardenal Ratzinger, precisando que no es mas que un ejemplo. Québec, provincia francoparlante de Canadá, era, a principio de los años 60 la región que contaba, proporcionalmente, la mayoría de religiosas en el mundo.

Entre 1961 y 1981, a causa de las salidas, de los decesos y de la falta de reclutamiento, el número de religiosas pasó de 46 933 a 26 294. Una caída de 44% que parece imposible de parar. Las nuevas vocaciones, en efecto, han disminuido durante el mismo período al menos 98.5%. Se afirma en seguida que una buena parte del 1.5% restante no está constituido por las más jóvenes, sino por “vocaciones tardías”. Las simples previsiones permiten a todos los sociólogos coincidir en esta conclusión brutal pero objetiva: “Dentro de poco (salvo una reversa en la tendencia de hecho improbable, al menos humanamente), la vida religiosa femenina tal como la hemos conocido no será mas que un recuerdo en Canadá” [3].

-¿Esta situación no esta mejorando hoy, y no podría considerarse que la crisis está actualmente atrás de nosotros?

En Francia había, durante los años 1950, aproximadamente mil ordenaciones sacerdotales cada año. En los años 1990, no había más que una centena por año; y las entradas a los seminarios continúan en declive. En Alemania, el año de 1996 ha representado un nuevo récord mínimo de candidatos al sacerdocio. Los seminarios y órdenes religiosas no contaron mas que 232 entradas. En 1986 todavía había 727 [4]. El número de religiosos en el mundo continúa disminuyendo [5].

– ¿Esta crisis ha tocado también a los fieles? 

En 1958, 35% de los franceses asistía a Misa cada domingo; hoy en día, son menos del 5% los que lo hacen, y casi siempre personas mayores. En 1950, más del 90% de los franceses estaban bautizados desde niños; hoy en día menos del 60% lo son.

– ¿No han aumentado en Francia los bautismos de adultos? 

Algunos miles de bautismos de adultos no podrían compensar una disminución de centenas de miles de bautismos de niños (tanto más que la perseverancia de los nuevos bautizados deja mucho que desear). En tanto que, en Francia, si hay un promedio de 12 500 conversiones por año, hay más del doble de conversiones al islam (30 000 por año).

-¿El caso de Francia es verdaderamente característico? 

Se encuentra el mismo desinterés por la Iglesia en toda EuropaEntre 1970 y 1993, 1.9 millones de alemanes han dejado oficialmente la Iglesia CatólicaEl odio o la cólera no son los motivos más frecuentes sino simplemente la indiferencia. La Iglesia ya no le dice nada a los hombres, ya no tiene importancia para ellos en su vida, y es por eso que la han abandonado, para economizar el impuesto eclesiástico. A este ritmo, la religión católica se convertirá en una religión de una pequeña minoría. Alemania, según palabras de Karl Rahner, corre el peligro de convertirse en una tierra pagana con un pasado cristiano con algunos restos de cristianismo.

-¿Por lo tanto no se puede decir que esta crisis terrible sea solamente local, golpeando Europa Occidental y América del Norte, pero respetando América Latina, Africa, y Asia, donde, al contrario, el catolicismo parece particularmente dinámico? 

Ciertas cifras pueden hacer creer que la crisis no es mas que local. El Anuario pontifical señala, por ejemplo, que el aumento de los seminaristas y de ordenaciones en los países del Tercer Mundo compensa largamente la disminución constatada en los países occidentales. En realidad, la crisis es universal, aunque no se manifieste de la misma manera.  En los países pobres, donde el sacerdocio representa una promoción social, se reclutan muy fácilmente las vocaciones, pero ¿de qué calidad? América Latina, por ejemplo, que pasa por ser un bastión del catolicismo, está pasando actualmente al protestantismo más rápidamente que Alemania lo hizo en el siglo XVI. En 1900, se contaban en Brasil 3% de protestantes. Actualmente son 16% de protestantes y su número no deja de crecer. Cinco iglesias pentecostales son creadas en promedio en Río cada semana. El padre Franc Rodé, secretario del consejo pontifical para el diálogo con los no creyentes, estima en 1993 que la Iglesia perdía cada año 600 000 fieles latino-americanos. Otras fuentes proveen estimaciones mas graves todavía: 8 000 católicos pasarían diariamente a las sectas [6]. Se considera que en Chile, desde 1960, 20% de la población se ha unido a las sectas protestantes y 30% en Guatemala (en quince años, de 1960 a 1985, el número de protestantes se ha multiplicado por siete en este país).

2. ¿Esta crisis es una crisis de fe?

La fe cristiana parece estar desapareciendo en Europa. Las verdades fundamentales como la fe en Dios, la divinidad de Jesucristo, el cielo, el purgatorio y el infierno son cada vez menos creídos. Lo más inquietante es que estos artículos de fe son negados hasta por personas que se dicen católicas y frecuentan regularmente la iglesia.

-¿Se tienen cifras para ilustrar esta crisis de la fe? 

Sin ser perfectamente fiables, las encuestas son representativas de las grandes tendencias de la sociedad. Según una encuesta reciente [7], solamente el 58% de los Franceses creen en la existencia de Dios cierta o probable (contra el 61% en 1994); 65% (y 80% de los 18 a los 24 años) dicen “no creer del todo” en un Dios en tres personas, y 67% “no creen del todo” en el infierno (contra 48% en 1994); solamente el 12% de católicos dicen creer “de hecho” en el infierno (16% cree “un poco”; 72% no cree); incluso entre los católicos practicantes regulares, las cifras son catastróficas: solamente el 23% cree firmemente en el infierno, mientras que el 54% no cree; en contrapartida, 34% de estos mismos practicantes regulares creen “de hecho” que Mahoma es un profeta, mientras que sólo el 28% no cree (35% lo cree “un poco”, los otros no saben). Hoy en día, solo el 10% de los franceses creen que su religión es la única verdadera. “Se mide la amplitud del cambio si sabemos que la mitad de los católicos pensaban en 1952 que existe una sola religión verdadera” subraya el sociólogo Yves Lambertv [8]. Asimismo, en Valais, 81.3% de los católicos estiman que todas las religiones llevan a la salud eterna [9].

-¿Qué lección podemos sacar de estas cifras? 

Estas cifras manifiestan que la crisis es en primer lugar una crisis de fe. No solamente el número de aquellos que estiman pertenecer a la Iglesia disminuye, sino también ¡la mayoría de los que son oficialmente miembros de la Iglesia no poseen ya la fe católica!El que niega una verdad de fe ha perdido la fe, porque la fe es un todo y debe ser recibida como un todo. Entonces, si el 72% se niega a creer en el infierno, no hay mas que un católico entre tres que tiene fe.

3. Esta crisis ¿es también una crisis moral?

La crisis de las costumbres va unida a la crisis de la fe. Mientras que San Pablo recuerda a los cristianos que deben, por su manera de vivir, brillar en medio de una generación corrompida como las estrellas en el universo (Fil. 2, 15), podemos decir de los cristianos actuales que su género de vida no difiere en nada del de los hijos de este mundo, de los incrédulos. Su fe frágil y vacía de su sustancia no tiene la fuerza de influenciar su vida, menos de formarla.

–¿Cuál es la unión normal entre la fe y la moral? 

El hombre, debilitado por el pecado original, tiene siempre la tendencia de dejar libre curso a sus pasiones y dejar que tomen el control de sí mismo. La fe cristiana, al contrario, muestra al hombre lo que Dios espera de él y cómo debe conducir su vida conforme a la voluntad de Dios. El hombre conoce por la fe las promesas que puede esperar si observa los mandamientos de Dios, pero también conoce las penas con las que Dios lo castigará si se desvíaLa fe y los sacramentos dan al hombre la fuerza de vencer sus malas inclinaciones y de entregarse completamente al bien y al amor de Dios.

-¿Cuáles son las consecuencias morales de una crisis de la fe? 

Si la fe desaparece, el hombre, no creyendo más ser llamado a la perfección moral y a la vida eterna cerca de Dios, se entregará ventajosamente al placer desordenado de esta vida.

-¿La crisis actual de costumbres atenta también contra los católicos? 

Esto es lo que experimentamos hoy en día. Fidelidad, pureza, justicia, espíritu de sacrificio, etc, ya no son, incluso entre los católicos, valores incontestables. De cada tres matrimonios, uno termina después de cinco o diez años en divorcio, y se sabe que un segundo matrimonio después del divorcio es solicitado por un número cada vez más grande de católicos. La revista Herder korrespondenz de marzo de 1984 dio a conocer que, en el Tyrol católico, 84% de la población rechaza la enseñanza de la Iglesia sobre la contracepción, y que, entre los 18-30 años, la adhesión plena es casi nula (1.8%). En Valais, 81.5% de los católicos estiman que las personas divorciadas y casadas en segundas nupcias deben poder comulgar [10]. En Francia, en el año 2003, un cuarto de los católicos practicantes declararon que, para ellos, “la idea de pecado no significa gran cosa”.

4.- Actualmente, ¿existe también una crisis en el clero?

La falta de vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa así como las numerosas defecciones manifiestan la crisis profunda que prevalece aquí también. El clerodonde numerosos miembros han perdido la feno está en condiciones de comunicar esta fe y de entusiasmar a los hombres por ella.

-¿Cuál es la relación entre la crisis de la fe y la crisis del clero? 

La crisis del clero es la causa de la crisis de la fe entre los fieles. Si la fe de los católicos que asisten regularmente a la Misa dominical está en un estando tan lamentable, la causa no puede venir sino de una predicación defectuosa. Si los sacerdotes enseñaran regularmente la fe católica, la situación sería otra completamente distinta. Los hombres no han perdido la fe solos; la han retirado del catecismo y de los púlpitos. Desde que en los sermones, durante años, las verdades de la fe son puestas en duda, relativizadas e incluso abiertamente negadas, ¿cómo sorprenderse que los fieles pierdan la fe?Los más jóvenes ni siquiera la han conocido.

-¿Podría darnos un ejemplo de esta mala enseñanza dispensada por el clero? 
Hoy en día, no es raro que un niño que hace su primera comunión ignore que Nuestro Señor Jesucristo está verdaderamente, realmente y substancialmente presente en la Eucaristía; lo ignora porque su cura no cree tampoco en este misterio
En Comment nous vivons, libro de instrucción religiosa en Alemania, podemos leer: “Cuando los cristianos comparten su comida con Jesús, van al altar. El sacerdote les da un pequeño pedazo de pan. Ellos comen el pan” [11]. ¡Este libro de instrucción religiosa ha recibido el imprimatur y ha sido autorizado por los obispos alemanes!.

-¿No está mejor la situación en Francia? 

Si el 34% de los católicos practicantes regulares franceses creen “de hecho” que Mahoma es un profeta, y 35% lo creen “un poco” (hace un total de 69%), se nota que la cifra es mucho mas baja en los católicos no practicantes (21% y 22%, un total de 43%). Sobre este punto, los no practicantes son entonces más católicos que los practicantes. Esto trae a la evidencia la enseñanza dispensada por la Iglesia. De hecho, algunos obispos franceses han dado Iglesias a los musulmanes, y el Papa Juan Pablo II ha besado el Corán el 14 de mayo de 1999 [12].

-¿La crisis del clero es también una crisis moral? 

La crisis, por principio, es una crisis de la fe, pero un clero, donde la fe es tan frágil, evidentemente no tiene fuerza para guardar el celibato, lo que sólo es posible para aquellos animados de una fe viva y un gran amor a Jesucristo. No es un secreto para nadie que actualmente un gran número de sacerdotes mantienen relaciones pecaminosas con una mujer, de manera más o menos pública; se enteran regularmente que un sacerdote ha abandonado su puesto, alegando que no guardaba el celibato desde hace años. Y a este respecto, la situación del clero en el Tercer Mundo (donde el número de sacerdotes aumenta) no es mejor.

-¿Estas defecciones de sacerdotes no son voluntariamente mediatizadas a fin de obtener la supresión del celibato de los sacerdotes?

Es evidente que el celibato desvía a numerosos jóvenes del sacerdocio; pero en lugar de polemizar sobre esta materia, deberían preguntarse por qué numerosos hombres ofrecían antes voluntariamente este sacrificio, mientras que éste no es el caso hoy en día.

5.- ¿En que difiere la presente crisis de las que ha sufrido la Iglesia en el pasado?

La presente crisis en la Iglesia se distingue de las precedentes principalmente en que son las más altas autoridades de la Iglesia quienes la han provocado, quienes la prolongan y quienes impiden que se tomen medidas eficaces para resolverla.
-¿No ha habido ya graves crisis en la Iglesia? 

En la Iglesia ha habido crisis frecuentes. Ha habido sacerdotes, obispos y hasta papas que no han llevado siempre una vida conforme al Evangelio. La inmoralidad y la indisciplina del clero han nublado con frecuencia a la Iglesia. De tiempo en tiempo ha habido sacerdotes y obispos que se han separado de la verdadera fe. Pero nunca como en nuestra época los errores y la negación pública de las verdades de la fe se han extendido gracias a la tolerancia, la aprobación y hasta la actividad de las autoridades romanas y del episcopado mundial. Esto es lo que le da un carácter particular a la crisis actual, que es favorecida por las más altas autoridades de la Iglesia, papas incluidos.

¿Este carácter singular de la crisis actual ha sido reconocido por las autoridades de la Iglesia? 

El mismo Paulo VI ha pronunciado en 1968 la frase bien conocida, donde dice que la Iglesia se encuentra en una fase de “autodestrucción”:  “La Iglesia se encuentra en una hora de inquietud, de autocrítica, diríamos hasta de autodestrucción: Es como una convulsión interior, aguda y compleja, la cual nadie se hubiera esperado después del Concilio […]. Como si la iglesia se dañara a ella misma [13]

Padre Matthias Gaudron
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[1] .- DC 1972, no 1613, p. 658.

[2] .- Georg MAY, Die Krise der Nachkonziliaren und wir, Viena, Mediatriz.Verlag, 1979, p. 50

[3] .- Cardenal RATZINGER et Vittorio MESSORI, Entretien sur la foi, París, Fayard, 1985, p. 117-118.

[4] .- Osterhofener Zeitung, 19 de abril de 1996.

[5] .- Deutsche Tagespost, 13 de agosto de 1998.

[6] .- Présent, 22 de mayo de 1993

[7] .- Encuesta CSA- La Vie- Le Monde. Realizada en marzo del 2003.

[8] .- Informe de el INSEE, Dones sociales –La société française, (ed. 2002-2003), estudio de Yves LAMBERT (del CNRS) sobre “la religión en Francia desde los años sesenta a nuestros días. El autor nota que la gran ruptura se remonta a los años sesenta y cinco, con un retroceso tanto en las actitudes como en las prácticas religiosas. La pertenencia religiosa resiste sin embargo en un primer tiempo y no conoce una primera desconexión hasta 1975-76.

[9] .- Encuesta realizada por el instituto Link, en septiembre de 1990.

[10] .- Instituto Link, 1990.

[11] .- Wie wir Menschen leben, Ein Religionsbuch, Herder, 1972, p. 78. El imprimatur fue otorgado el 17 de enero de 1972 por el vicario general de la diócesis de Fribourg-en-Brisgau, Dr. Schlund.

[12] .- Ver Le Sel de la Terre 31, p. 186. (NDLR).

[13] .-PAULO VI, discurso del 7 de diciembre de 1968 en DC 1969, no. 1531, p.12.

¿La sangre de los mártires es negociable? (Carlos Alvarez Cozzi)




Debo confesar que en todo este “affaire” de la Santa Sede con el gobierno comunista chino sobre la permanencia o no de dos obispos católicos fieles a Roma en sus diócesis o por el contrario la negociación de su sustitución por obispos de la iglesia patriótica comunista china, es decir, cuya consagración no es válida, por lo que están excomulgados, me produce una gran tristeza. Al lado de esto todo el tema de la situación de la comunidad San Pio X, aparece como extraña, incluyendo las ordenaciones irregulares de obispos, tópico que con los chinos parece no importar nada a la Secretaría de Estado!

“La estrategia de “encamarse con el Diablo” e impregnarse de “olor a azufre”, concluye George Weigel, “lejos de ser realismo… es una especie de cinismo que encaja a duras penas en una diplomacia supuestamente basada en la premisa de que ‘la verdad os hará libres’ (Jn 8,32)”. Esta frase reciente publicada del escritor Weigel, biógrafo de San Juan Pablo II, creo que resume magistralmente lo que sentimos la inmensa mayoría de católicos del mundo.

O como también magistralmente ha escrito el prestigioso vaticanista Sandro Magister: “Para despejar el campo de esta anomalía al filo del cisma – obstáculo grande para un acuerdo – las autoridades vaticanas han decidido, para ambas diócesis, “pedir un sacrificio” a los dos obispos legítimos, es decir, pedirles que se aparten y que reconozcan como único obispo titular de la diócesis al que ha sido nombrado por el gobierno, legitimándolo y absolviéndolo en caso de estar excomulgado

No sorprende, entonces, que esta decisión de la autoridad vaticana haya herido no sólo a los dos obispos “invitados” a abandonar su cargo, sino también a gran parte de la comunidad católica en China, a la que le ha dado voz el cardenal Zen. Obispos fieles, que ya han anunciado que no dimitirán. ¿Qué hará entonces la Santa Sede? ¿Los destituirá por la “falta” de ser fieles?

Y precisamente el cardenal Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, había expresado hace unos días públicamente que siente que el Vaticano está sacrificando a la Iglesia Católica china fiel y a los católicos chinos por razones no evangélicas sino diplomáticas.

Y ha agregado claramente que “quieren obligar a los católicos chinos fieles a entrar en la jaula de los cismáticos”.

Y no podrá decirse que lo que este cardenal afirma no sea verdad porque el mismísimo Secretario de Estado Card. Pietro Parolín ha admitido públicamente que lo que se busca es pactar con el gobierno comunista chino.

El cardenal Zen ha sido muy gráfico, cuando afirmó que «Durante muchos años se dijo que había que resistir, ser fiel, ¡Ahora piden rendirse!».

De un gobierno cualquiera se podría esperar cualquier cosa pero de la Santa Sede, la verdad que este estilo de conducción de las relaciones diplomáticas causa náuseas porque se está faltando el respeto a la sangre de tantos y tantos mártires católicos fieles chinos que entregaron su vida a manos de los opresores comunistas por ser fieles al sucesor de Pedro y a la verdadera Iglesia de Jesucristo!!!

Por ello lo del título: ¿Es negociable la sangre de los mártires, semilla de nuevos cristianos?

La respuesta es obvia y una sola, pero parece que para la Santa Sede, no.

Carlos Alvarez Cozzi

Consideraciones personales sobre la "democracia" (José Martí)


Después de leer el artículo de Elentir en el que habla de los coeducadores de género, me quedé de una pieza. 

TODOS los partidos políticos (¡TODOS!) que se las dan de demócratas, han sido absorbidos por la mentira. En eso coinciden y no hay diferencias esenciales entre ellos. Casi se podría hablar de un único partido, liderado por "una serie de personas desconocidas", escondidas en el más absoluto anonimato, pero que son las que, en realidad, mueven los hilos ... siendo los políticos, simplemente, actores y marionetas, que intentan representar su papel lo mejor posible, para tener contentos a sus "jefes, sean éstos quienes fueren ... muy probablemente masones" ... aunque quien los dirige a todos -lo sepan o no- es el Padre de la mentira y de todos los mentirosos, que es el Diablo ... Jefe de todos los "jefes" ... quien juega, además, con la ventaja de que nadie cree en su existencia, de modo que puede actuar a sus anchas.

En "teoría", todos dicen querer el "bien" de sus gobernados, a quienes se supone que representan. Pero, "en la práctica", que es la que cuenta, hacen lo que les viene en gana: no cumplen sus promesas electorales y nos engañan impunemente. No representan el sentir de la mayoría de los españoles, puesto que no cumplen lo que prometieron en su programa electoral cuando se les votó

Es más: nos encontramos con que las decisiones de mayor impacto que toma el Gobierno -y que afectan al conjunto de todos los españoles- requieren, para hacerse efectivas, de una minoría ...¡y es esta minoría (y no la mayoría) la que, en realidad, gobierna, imponiendo "sus" condiciones que son siempre "interesadas" ... ¡y no precisamente por el bien común!  Sería necesario modificar las atribuciones del Presidente del Gobierno, y darle un mayor poder a la hora de la toma de decisiones: no tiene mucho sentido que quien preside -por haber obtenido la mayoría- tenga que estar supeditado a lo que una minoría decida. El bien general tiene que estar por encima de los "bienes" particulares. Pues son estos pocos los que, en realidad, están rigiendo el devenir de la nación española ... la cual se está descomponiendo, lenta, pero de modo irreversible ... al menos eso es lo que salta a la vista.

Queda así claro que hablar de "democracia" es una superchería y un fraude electoral: se dice que "el pueblo es soberano". Sólo los muy ingenuos pueden creer tal engaño ... porque "los realmente soberanos" son los que, una vez llegados al poder (mediante argucias electorales y populismos) hacen luego de su capa un sayo y piensan que son dueños de las personas y que pueden decidir, incluso, sobre el bien y el mal ..., convirtiéndose, de hecho, en estados totalitarios, en los que la libertad desaparece. Tal ocurrió -y sigue ocurriendo- con el régimen comunista.

Mientras tanto, la nación se va desmoronando, en todos los sentidos, no sólo desde un punto de vista económico, sino también (y sobre todo) moral, siendo éste el punto clave en el que hacen más énfasis los "políticos" ... ¡siendo así que la moral no es competencia del Estado ni de los políticos de turno! Es un ámbito que está relacionado, básicamente, con la Religión, a la que pretenden sustituir (en particular, a la Religión católica contra la cual luchan denodadamente).

Es "curioso" que se hable tanto de "consenso" y de "diálogo" ... cuando ni hay diálogo, ni hay consenso ... ¡todo es mentira! ... Y es que a los distintos partidos (y esto es aplicable a todos) lo que les interesa -por desgracia- es medrar y alcanzar un poder cada vez mayor ... cayendo en el olvido de que el puesto que ocupan, por definición, tiene como objetivo el servicio al bien común de todos los españoles ... de todos ... no sólo de aquéllos que sean de su partido (o que piensen según su "ideario").

Repito que no entiendo por qué es necesario que quienes estén en el Gobierno deban de tener mayoría absoluta para poder tomar decisiones que afectan al bien de toda la nación: cuando este bien está en juego, no debería de ser exigible la mayoría absoluta. Una mayoría simple tendría que bastar ... pues, aunque no sea absoluta, sigue siendo mayoría. 


Esto no es así ... y, en consecuencia, estamos observando estos días, atónitos y sin acabar de salir de nuestro asombro, cómo tan solo unos pocos están decidiendo sobre el futuro de Cataluña (y también el de España) ... y, sin embargo, la inmensa mayoría de los españoles no les ha votado a ellos: ¡El caso de Cataluña es el ejemplo más claro! ... y de tener lugar la escisión, eso sería tan solo el anticipo de nuevas escisiones: el país vasco, Navarra, Galicia, Valencia, etc... ¡Unos nuevos "reinos de Taifas" ... ¡con todo lo que eso conllevaría!


De manera que ... si esto es la democracia ... ¡yo soy antidemócrata!. 

Lo que realmente importa -y esto la gente no suele tenerlo claro- no es el sistema de gobierno (llámese democracia, monarquía, república o cualquier otro nombre). Eso es, en realidad, secundario. Lo esencial es el concepto antropológico de lo que se entiende por persona y por bien común. ¡Y esto falla ... y falla de un modo estrepitoso! 

Como consecuencia lógica, la justicia se resiente. La autoridad brilla por su ausencia y es sustituida por el "poder", al servicio de unos cuantos. Y todo ello sucede ante el silencio "cómplice" de aquéllos que, debiendo hablar, porque es su obligación, sin embargo, callan ... 

Pongamos ahora el caso de los jerarcas de la Iglesia católica: todos, sin excepción, deberían pronunciarse pública y claramente, condenando (de modo rotundo y sin complejos) todo lo que se opone al verdadero bien de las personas ... y las destruye. Ésa es responsabilidad suya ... y de cómo procedan tendrán que responder ante Dios.

Concretando con algunos ejemplos: Todos deberían condenar, sin ambigüedades, el aborto (que es un asesinato y, sin embargo, está reconocido legalmente como un derecho de la mujer), la ideología de género (que se está imponiendo de modo obligatorio y totalitario en la educación, pervirtiendo a los niños desde su más tierna infancia) ... y un sinfín de cosas más, del mismo tipo, que son aberraciones morales ( y que no son competencia de los políticos, aunque ellos se las hayan atribuido) ... 

Es responsabilidad específica de los Jerarcas de la Iglesia la de velar por el bien de todos (no sólo de los católicos) pues la Ley natural, que se identifica con los mandamientos de la Ley de Dios (no matarás, no robarás, no cometerás actos impuros, ...) y que está inserta en nuestra naturaleza, es para todos, sin excepción. Y su cumplimiento redunda siempre a favor del bien común de toda la sociedad, comenzando por la propia Región y el propio País.

Conclusión:

- Si la democracia considera que existen realidades intocables por la ley positiva, como el derecho a la vida (que supone la condena total del aborto como un crimen) el matrimonio, entendido como la unión de un hombre y una mujer (con vistas a la formación de una familia), el respeto a la libertad (siempre que ésta no suponga violencia ni odio contra los que piensen de modo diferente), etc ... entonces:

"Vive la démocratie!" (¡Viva la democracia!) 

- Pero si la democracia es una mera palabra que se utiliza para engañar a la gente y para medrar y subir al poder ... haciendo luego  lo que les venga en gana y eternizándose en el poder, a base de leyes que ellos mismos van fabricando para que eso ocurra (sin consultar con el pueblo al que dicen representar) ... entonces -lo digo sin ambages-:

"Dehors la démocratie!" (¡Fuera la democracia!) 
José Martí

Addressing Mass Rumors



“And you shall hear of wars and rumors of wars. See that ye be not troubled. For these things must come to pass, but the end is not yet.” Matthew 24:6

For several months now, rumors have been circulating about Pope Francis and his intentions for the traditional Roman Mass. Though originating in July 2017, nevertheless these supposedly credible “insider-reports” continue to be repeated—and often as fact—thus the importance to address them even now.

The rumors have been of two kinds:

(1) Pope Francis intends to rescind Summorum Pontificum and allow only the Society of St. Pius X to offer the traditional Mass, but only a) after an agreement had been made between the SSPX and Rome, or b) after Benedict XVI has passed away.

(2) Pope Francis is creating a revised or hybrid missal for the traditional Mass that will include elements from the Novus Ordo Missae. The SSPX will not initially be required to use this problematic missal edition, but it will be imposed on the priestly society after it has been regularized.

The sources of these contradicting reports have also been of two kinds:

(1) From an anonymous and well-informed Vaticanist (supposedly a priest, but as far we actually know, possibly the Papal Gardener).

(2) From an overheard conversation in a Vatican corridor between liberal prelates who are known to hate the Immemorial Mass—while this news itself was related by a journalist who also dislikes the traditional Roman Liturgy.

Of course, when these rumors were publicized, panic and dread ensued among a good portion of traditionally and conservative-minded Catholics, which has yet to subside.

But let’s take a step back for a moment and examine what is being rumored about and if such assertions are logical, let alone practical. A fortiori, let us also consider why we should simply ignore such rumormongering.

To set the background, readers might remember when in late 2012 it was “authoritatively” reported the Vatican was working on a “hybrid missal” for the traditional Mass which was due to appear by mid-2013—and yet, we’re still waiting for it five years later! So what can we say of the present-day circulating rumors?

Firstly, it is important to note that the rumors are contradictory and cannot be traced to a verifiable source. Furthermore, the supposed informants are themselves antagonistic to the traditional Mass—so can we really trust what they are saying as Gospel truth?

Secondly, in each scenario that Pope Francis is supposedly cooking up, it is stated that the SSPX will be initially exempted from his Mass plans, but after signing a regularization agreement with Rome this priestly society will be expected to comply!

Can anyone who is even remotely familiar with the Society of St. Pius X seriously entertain the idea that their priests (and adhering faithful) would agree—let alone desire—such a “pre-nuptial agreement” with the Vatican? It’s positively unthinkable. Furthermore, another rumored scenario has Pope Francis forbidding the traditional Mass to everyone but the priests of the SSPX—again, does such a situation even seem plausible?

And what would become of the priests of the Ecclesia Dei Commission groups or even diocesan priests who are genuinely dedicated to the traditional Mass, often for the same theological reasons famously represented by Archbishop Marcel Lefebvre? Isn’t it more probable that they would either (a) simply ignore this unlawful papal command, or (b) “jump ship” either to function as “independent priests” or even into the arms of the SSPX! Pope Francis is certainly smart enough to consider these outcomes, thus would he actually risk them?

As for the supposed forthcoming “hybrid missal”, examination of this point will have to be delayed until my next piece on this topic. But suffice it to say for the moment (and with the authority of experience in liturgical printing), that such a project is rather impractical, not only from a manufacturing standpoint, but even a financial one, let alone in enforcing its acceptance.

Another important facet to these “Mass rumors” needs to be mentioned before concluding this segment: the ongoing disinformation campaign being waged against the Traditional Movement. For over a decade I have observed how the radicals (whether inside or outside the Vatican) have cleverly spun the rumor mill and craftily-planted stories in the news that cast Tradition in a negative light. Upon closer examination, the methods being employed are strangely reminiscent of Cold War intelligence tactics of sowing fear, doubts, and internal division within the Traditionalist Movement.

Thus, when hearing of such “Mass rumors” we should avoid becoming Chicken Littles who panic that “the end is near” (again). Rather, we should continue to place our hope and confidence in Almighty God“Qui fecit caelum et terram”Who has upheld and protected the traditional Roman Mass during the last 50 years of the liturgical crisis.


Catholic Family News

La larga marcha vaticana hacia la rendición en China (Riccardo Cascioli)



Es cierta la noticia según la cual la delegación vaticana le ha pedido a dos obispos legítimos que renuncien para dar lugar a dos obispos de la Asociación Patriótica. Y el papa Francisco sabe y comparte todos los movimientos de sus diplomáticos en China. Es cuanto se deduce del seco uno-dos de la Santa Sede en respuesta al obispo emérito de Hong Kong, el cardenal Jose Zen Ze-kiun: primero con el comunicado de la sala de prensa, fechado el 30 de enero, y después con la larga entrevista en Vatican Insider realizada al secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin.

La clamorosa noticia de la remoción solicitada de los dos obispos legítimos fue dada por la agencia Asia News y luego fue confirmada por el cardenal Zen, quien, primero en la Nuova BQ y después en su blog, dio cuenta también de su viaje a Roma para entregar al papa Francisco la dolorosa carta de uno de los dos obispos, monseñor Zhuang Jianjian, de Shantou (Guangdong). Del encuentro con el Papa, el cardenal Zen había llegado a la convicción de que el Pontífice no tenía ninguna intención de proceder en la dirección de una rendición total al régimen comunista chino, como por el contrario hacía suponer lo obrado por la delegación vaticana.

Y entonces aparece, puntual, el comunicado de prensa que detalla que “el Papa está en constante contacto con sus colaboradores, en particular de la Secretaría de Estado, sobre las cuestiones chinas, y es informado por ellos de manera fiel y detallada sobre la situación de la Iglesia Católica en China y sobre los pasos del diálogo en curso entre la Santa Sede y la República Popular de China, que El acompaña con especial preocupación”. Comunicado que no oculta el enojo contra el cardenal Zen a quien se le dedica el ácido cierre: “despierta sorpresa y pesar, por lo tanto, que se afirme lo contrario por parte de personas de la Iglesia y se alimenten así confusión y polémicas”.

Ninguna alusión a la historia de los dos obispos, lo cual constituye una confirmación indirecta de la veracidad de los hechos, reforzada por la entrevista del cardenal Parolin quien, detrás de tantas palabras de comprensión y aprecio por los sufrimientos sufridos por la llamada Iglesia clandestina, confirma que será ésta la que deberá pagar el precio de la normalización de las relaciones diplomáticas con el régimen chino.


Se podría objetar ya el lenguaje excesivamente diplomático del secretario de Estado que habla con el idioma de Pekín («Nueva China» es la definición de la China comunista) y, dejando fuera las decenas de miles de católicos (entre obispos, sacerdotes y laicos) asesinados o encerrados y torturados en el Laogai (el Gulag chino), liquida con “graves contrastes y agudos sufrimientos” la grieta de la Iglesia debido a la iniciativa del régimen chino de crear una Iglesia nacionalista, desligada del Papa, con la formación de la Asociación Patriótica de los católicos chinos.

Parolin se la toma con aquéllos que usan palabras como rendición, traición, compromiso, las cuales tienen un sabor político, mientras que la Iglesia, dice él, se mueve solamente por razones pastorales. Por eso deberíamos utilizar otro vocabulario: servicio, diálogo, misericordia, perdón, reconciliación, etcétera.

Nadie quiere negar las buenas intenciones de la Secretaría de Estado, pero el cardenal Parolin también debe darse cuenta de que, aunque las motivaciones de la Santa Sede sean pastorales, lo que la Santa Sede está llevando a cabo es una negociación político-diplomática

Y el término “rendición” es más que apropiado para lo que se está presenciando, porque la Santa Sede está concediendo al régimen comunista chino el poder sobre el nombramiento de los obispos católicos (hecho que ya es grave en sí mismo) sin tener nada a cambio, visto que el gobierno en los últimos meses ha intensificado su represión de las comunidades católicas y a partir de hoy, 1 de febrero, también entra en vigor un nuevo Reglamento sobre las actividades religiosas que llevará a una posterior represión.

El caso de los dos obispos a remover es aún más grave porque los sustitutos deseados por el gobierno chino y avalados por la Santa Sede hasta ahora "no están reconciliados" con Roma. Ni siquiera están entre los que, a pesar de haberse adherido a la Asociación Patriótica, han pedido en los últimos años ser acogidos en la comunión con la Iglesia universal. Un golpe total contra los católicos que durante décadas han padecido grandes sufrimientos por su fidelidad al Papa, y fuente de seria confusión. 

Porque es legítimo, entonces, preguntarse si, para la Santa Sede, los que se han equivocado han sido los obispos, los sacerdotes y los laicos que aceptaron también el martirio para permanecer fieles a la Iglesia.

Tanto más que el mismo cardenal Parolin reconoce que en las relaciones con Beijing "la elección de los obispos es crucial", como siempre lo ha sido: de hecho, es el corazón mismo de la división entre la Asociación Patriótica, controlada por el Partido Comunista, y la Iglesia clandestina. 

Aunque desde los años '90 la Santa Sede ha tenido una actitud muy dispuesta y dialogante respecto a Beijing (en contraposición a lo que el cardenal Parolin sostiene), hoy se advierte un punto de inflexión radical. 

Hasta ahora, de hecho, se considera como obstáculos a la Asociación Patriótica y la pretensión del régimen comunista para nombrar a los obispos, pero hoy se entiende que para la Santa Sede el obstáculo esta tristemente representado por la Iglesia clandestina.

El cardenal Parolin cita la famosa carta de Benedicto XVI a los católicos chinos (27 de mayo de 2007) para reclamar la continuidad de la línea actual con la de los pontificados anteriores. Es cierto que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI expresaron claramente la necesidad de un camino de reconciliación entre los católicos y el deseo de normalizar las relaciones con China; habían asegurado claramente que la Iglesia no está interesada en el conflicto político y que se puede y se debe ser católico romano y buenos ciudadanos chinos, pero dentro de una clara referencia a principios que no se pueden menospreciar y en la valorización del sufrimiento de la Iglesia perseguida.

El cardenal Parolin cita justamente el pasaje de la carta de Benedicto XVI, cuando dice que "no puede buscarse la solución de los problemas existentes a través de un conflicto permanente con las Autoridades civiles legítimas", pero olvida mencionar la segunda parte de la frase: “al mismo tiempo, sin embargo, no es aceptable una docilidad a las mismas cuando interfieran indebidamente en materias que conciernen a la fe y la disciplina de la Iglesia” (n. 4). 
Y más adelante dice también, refiriéndose a la Asociación Patriótica: “la finalidad declarada de los mencionados organismos de poner en práctica ‘los principios de independencia y autonomía, autogestión y administración democrática de la Iglesia, es también inconciliable con la doctrina católica que. desde los antiguos Símbolos de fe, profesa que la Iglesia es ‘una, santa, católica y apostólica’” (n. 7). Y si aún no fuera claro: "la comunión y la unidad — me sea permitido repetirlo (cf. n. 5) — son elementos esenciales e integrales de la Iglesia Católica: por lo tanto, el proyecto de una Iglesia ‘independiente’ de la Santa Sede, en ámbito religioso, es incompatible con la doctrina católica”.

Pretender superar el escándalo de una Iglesia «independiente», reconociéndola legítima tout court, no es misericordia, es rendición incondicional, es traición.


Riccardo Cascioli

Publicado originalmente en italiano en www.lanuovabq.it/it/la-lunga-marcia…

Traducción al español por: José Arturo Quarracino