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jueves, 8 de febrero de 2018

¿La sangre de los mártires es negociable? (Carlos Alvarez Cozzi)




Debo confesar que en todo este “affaire” de la Santa Sede con el gobierno comunista chino sobre la permanencia o no de dos obispos católicos fieles a Roma en sus diócesis o por el contrario la negociación de su sustitución por obispos de la iglesia patriótica comunista china, es decir, cuya consagración no es válida, por lo que están excomulgados, me produce una gran tristeza. Al lado de esto todo el tema de la situación de la comunidad San Pio X, aparece como extraña, incluyendo las ordenaciones irregulares de obispos, tópico que con los chinos parece no importar nada a la Secretaría de Estado!

“La estrategia de “encamarse con el Diablo” e impregnarse de “olor a azufre”, concluye George Weigel, “lejos de ser realismo… es una especie de cinismo que encaja a duras penas en una diplomacia supuestamente basada en la premisa de que ‘la verdad os hará libres’ (Jn 8,32)”. Esta frase reciente publicada del escritor Weigel, biógrafo de San Juan Pablo II, creo que resume magistralmente lo que sentimos la inmensa mayoría de católicos del mundo.

O como también magistralmente ha escrito el prestigioso vaticanista Sandro Magister: “Para despejar el campo de esta anomalía al filo del cisma – obstáculo grande para un acuerdo – las autoridades vaticanas han decidido, para ambas diócesis, “pedir un sacrificio” a los dos obispos legítimos, es decir, pedirles que se aparten y que reconozcan como único obispo titular de la diócesis al que ha sido nombrado por el gobierno, legitimándolo y absolviéndolo en caso de estar excomulgado

No sorprende, entonces, que esta decisión de la autoridad vaticana haya herido no sólo a los dos obispos “invitados” a abandonar su cargo, sino también a gran parte de la comunidad católica en China, a la que le ha dado voz el cardenal Zen. Obispos fieles, que ya han anunciado que no dimitirán. ¿Qué hará entonces la Santa Sede? ¿Los destituirá por la “falta” de ser fieles?

Y precisamente el cardenal Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, había expresado hace unos días públicamente que siente que el Vaticano está sacrificando a la Iglesia Católica china fiel y a los católicos chinos por razones no evangélicas sino diplomáticas.

Y ha agregado claramente que “quieren obligar a los católicos chinos fieles a entrar en la jaula de los cismáticos”.

Y no podrá decirse que lo que este cardenal afirma no sea verdad porque el mismísimo Secretario de Estado Card. Pietro Parolín ha admitido públicamente que lo que se busca es pactar con el gobierno comunista chino.

El cardenal Zen ha sido muy gráfico, cuando afirmó que «Durante muchos años se dijo que había que resistir, ser fiel, ¡Ahora piden rendirse!».

De un gobierno cualquiera se podría esperar cualquier cosa pero de la Santa Sede, la verdad que este estilo de conducción de las relaciones diplomáticas causa náuseas porque se está faltando el respeto a la sangre de tantos y tantos mártires católicos fieles chinos que entregaron su vida a manos de los opresores comunistas por ser fieles al sucesor de Pedro y a la verdadera Iglesia de Jesucristo!!!

Por ello lo del título: ¿Es negociable la sangre de los mártires, semilla de nuevos cristianos?

La respuesta es obvia y una sola, pero parece que para la Santa Sede, no.

Carlos Alvarez Cozzi