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domingo, 13 de enero de 2019

Discurso del Papa Francisco a la Curia romana en las Navidades de 2018 (10) [LA IGLESIA Y EL AMOR A LA VERDAD ] (José Martí)



FRANCISCO - Las alegrías han sido numerosas este año, por ejemplo la feliz culminación del Sínodo dedicado a los jóvenes.  

¿A qué jóvenes se refiere aquí Francisco? Más que nada, porque brillaban por su ausencia. Y de los pocos que fueron, una gran mayoría habían habían sido previamente seleccionados, no permitiendo que asistieran jóvenes con pensamiento "pre-conciliar". 

Por otra parte, en este sínodo se trató, sobre todo, del tema de la colegialidad, sin haberlo comunicarlo previamente a la mayoría de los que iban a intervenir en él, que se enteraron muy poco antes de que saliera a relucir este asunto, no teniendo tiempo, por lo tanto, de reflexionar.  Para una información mayor sobre dicho Sínodo pueden leerse:
FRANCISCO - Los pasos que se han dado hasta ahora en la reforma de la Curia, ¿cuándo terminará? No terminará nunca, pero los pasos son buenos. 

No quiero pecar de falta de respeto, pero, la verdad ... ¡no sé si romper en carcajadas o bien, echarme a llorar! ... Es cierto que la Curia se está reformando ... pero en un sentido equivocado: cada vez es mayor el número de cardenales "progresistas" nombrados por el Papa. No sé quien decía aquello de "corren ... y corren bien ... pero fuera del camino". Sea quien fuese el que lo dijese, queda suficientemente claro que tal dicho se puede aplicar perfectamente a lo que está ocurriendo en la renovación de la Curia que Francisco está llevando a cabo ... Claro que la Curia debe de ser reformada, pero en el sentido de un acercamiento mayor a Jesucristo y a la Tradición Perenne de la Iglesia, lo cual no se consigue nombrando como cardenales a personas que son claramente pro-homosexuales, pro-divorcio ... y todo lo que suponga un "acercamiento" al pensamiento mundano. 

FRANCISCO - Los ejemplos son: los trabajos de clarificación y transparencia en la economía; 
los encomiables esfuerzos realizados por la Oficina del Auditor General y del AIF;  los buenos resultados logrados por el IORla nueva Ley del Estado de la Ciudad del Vaticano; el Decreto sobre el trabajo en el Vaticano, y tantos otros logros menos visibles. 

Habría que estudiar bien cada uno de esos "logros" y analizarlos con detalle para comprobar hasta qué punto han sido "buenos" y en qué sentido. Yo no soy la persona adecuada para ello. Pero, por lo poco que he leído de gente experta y sabia, me permito ponerlo en duda. De hecho, cuando el Cardenal Pell y su secretario Bertone, estaban investigando con relación al IOR, y parecía que la verdad ignominiosa iba a salir a relucir, fueron ambos "misericordiados" rápidamente. Podemos recordar algo en estos links:






FRANCISCO - Un gran motivo de alegría es también el gran número de personas consagradas, de obispos y sacerdotes, que viven diariamente su vocación en fidelidad, silencio, santidad y abnegación (...) Pienso especialmente en los numerosos párrocos que diariamente ofrecen un buen ejemplo al pueblo de Dios, sacerdotes cercanos a las familias, que conocen los nombres de todos y viven su vida con sencillez, fe, celo, santidad y caridad. Personas olvidadas por los medios de comunicación pero sin las cuales reinaría la oscuridad.

Gracias a Dios esas personas existen. Y esa es una de las razones más importantes por las que la Iglesia se mantiene todavía en pie. Sería bueno (o mejor dicho, sería necesario) no relegar al olvido a aquellas personas, consagradas a Dios, que se dedican -en cuerpo y alma- a la oración, p.e. en los monasterios de clausura: ellos son el alma de la Iglesia. En teoría, Francisco defiende este estilo de vida: sus palabras son impecables. Verdaderamente es motivo de inmensa alegría que existan esas personas que lo han dejado todo para servir sólo a Dios, bien sea en el mundo (sacerdotes) o bien alejados del mundo (monjes y monjas). Por el misterio del Cuerpo Místico de Cristo conocemos lo importante que es para la vida de la Iglesia que haya fieles cristianos que, con total generosidad, le hayan ofrendado su vida a Dios, por completo. No están aislados, sino intercediendo ante Dios por todos aquellos que lo necesitan y que sufren, bien en su cuerpo, bien en su alma, o bien en ambos. El poder de la oración es el poder mismo de Dios, que actúa -porque así lo ha dispuesto- a través de nosotros para extender su Reino por el mundo entero. No es preciso "hacer lío" ni "ser revolucionario" para agradar a Dios. De hecho, Santa Teresa del Niño Jesús es, junto a San Francisco Javier, patrona de las misiones ... y todo ello sin salir del convento, en clausura completa y absoluta.

Y por eso digo que, "en teoría", está muy bien todo cuanto dice el papa Francisco, pero a la hora de la verdad, a la hora de poner por obra lo que ha dicho, hay un cambio radical, porque ocurre justamente lo contrario de lo que ha proclamado. Conocemos muy bien el caso de los Franciscanos y Franciscanas de la Inmaculada, que fueron a pique ... ¡por rezar demasiado! (es un modo de hablar pero sí hay bastante de verdad en ello). Pero es que, por si quedara todavía alguna duda, ahí tenemos la famosa constitución apostólica Vultus Dei quaerere así como su aplicación a la vida contemplativa Cor OransSobre este tema pueden leerse también algunos posts:


El papa Francisco se entromete en la vida de las monjas de clausura 28-05-2018


Vírgenes y mártires en modo #Francisco (The Wanderer) 24-06-2018


El papa Francisco acaba su discurso con frases completamente ortodoxas y en total conformidad con la Iglesia de siempre. Aunque luego esto no se refleje siempre en los hechos, da gusto oírlas porque reflejan bastante bien el devenir de la Iglesia, que es santa y pecadora a un tiempo: santa en su Cabeza, que es Cristo; pecadora en muchos de sus miembros ... pero eso no quita nada a su santidad esencial. Y si no comprendemos esto, tengamos presente que tal falta de comprensión es normal. ¿Por qué? Porque la Iglesia es un misterio. El misterio de la Iglesia es una verdad de fe. Y así lo proclamamos cuando rezamos el Credo y decimos: "Creo en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica". 

FRANCISCO - La Navidad nos da cada año la certeza de que la luz de Dios seguirá brillando a pesar de nuestra miseria humana; la certeza de que la Iglesia saldrá de estas tribulaciones aún más bella, purificada y espléndida. Porque todos los pecados, las caídas y el mal cometidos por algunos hijos de la Iglesia nunca pueden oscurecer la belleza de su rostro; es más, nos ofrecen la prueba cierta de que su fuerza no está en nosotros, sino que está sobre todo en Cristo Jesús, Salvador del mundo y Luz del universo, que la ama y dio su vida por ella. 
La Navidad es una manifestación de que los graves males cometidos por algunos nunca ocultarán todo el bien que la Iglesia realiza gratuitamente en el mundo. La Navidad nos da la certeza de que la verdadera fuerza de la Iglesia y de nuestro trabajo diario, a menudo oculto, reside en el Espíritu Santo, que la guía y protege a través de los siglos, transformando incluso los pecados en ocasiones de perdón, las caídas en ocasiones de renovación, el mal en ocasión de purificación y victoria.
Muchas gracias y Feliz Navidad a todos.

Gracias, Santidad. Y amén a todo lo bueno que ha dicho, en particular los últimos párrafos. Ojalá que, con la ayuda de Dios, supiéramos ponerlo en práctica.

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Y dicho esto, insisto en este post, en aquello a lo que el papa Francisco se suele referir con mucha frecuencia: el discernimiento ... teniendo muy presente que dicho concepto de discernir está intrínsecamente relacionado con la verdad. No discierne bien aquel que al hacerlo actúa en contra de la voluntad de Dios; una voluntad que podemos conocer si tenemos en nuestra mente y en nuestro corazón las palabras de Jesús, nuestro Maestro y Señor, Aquel que nos ama y que dio su vida por nosotros, por todos y por cada uno. Y éstas fueron las palabras de Jesús: "Por sus frutos los conoceréis" (Mt 7, 16; 20). Ésta es la clave para diferenciar el error de la verdad cuando escuchemos a alguien. Y  vale para todos. Aplicable también, por lo tanto, al papa Francisco quien, por otra parte, nos lo ha dicho  muy claro, y es de agradecer: No es pecado criticarle. Evidentemente, estamos hablando de una crítica constructiva y bien entendida ... aquella que todos los católicos tenemos la obligación de ejercer si está en juego el bien de la Iglesia, que es lo que está ocurriendo en la actualidad.

Duración: 37 segundos

Por eso no debemos desconcertarnos. Con relación a Francisco, más que en lo que dice (aunque también en ello, cuando yerra), debemos fijarnos en sus hechos, en aquello que hace u omite porque ahí es donde se refleja su verdadero "pensamiento" sobre la Iglesia, su "idea" de Iglesia.

Y así, podemos constatar (pues lo estamos padeciendo en nuestra propia carne, a lo largo de casi seis años, desde el 13 de marzo de 2013)  que el "paradigma" de Francisco sobre la Iglesia se aleja, con bastante frecuencia, de la realidad de la única y auténtica Iglesia, aquella que es conforme al pensamiento de Nuestro Señor Jesucristo. 

De manera, pues, que cuando eso ocurra, por nuestro propio bien y, aún más, por el bien de la Iglesia (¡de la verdadera!) es necesario que no nos dejemos engañar por sus palabras ( a veces bellas y hermosas, otras no tanto) o por sus silencios [¡no hablo, en ningún momento de intenciones! ... eso sólo le corresponde a Dios] cuando lo que diga, haga u omita esté en disconformidad con aquello que viene diciendo y haciendo la Iglesia durante dos mil años. Necesitamos de una catequesis urgente, que nos libre de toda la cantidad de disparates y herejías, más o menos encubiertas, con las que nos encontramos cuando hablamos con quienes son, "supuestamente", católicos. Hay una gran ignorancia y desconocimiento, entre los católicos, de su propia religión. Por eso tenemos que pedir al Señor "que envíe obreros a su mies" (Mt 9,38)

Es el amor a la verdad lo único que nos puede salvar: "Todo el que ama la verdad viene a la Luz", que es Jesucristo. Y sólo en Él está la salvación.  Cada uno tendrá que dar cuenta a Dios de sus acciones u omisiones ...  sólo a Él y a ningún otro. Tenemos necesidad de fortaleza y eso le pedimos al Señor: que nos conceda valentía para serle fiel en todo momento, sean cuales fueren las dificultades con las que nos encontremos y que no nos avergoncemos nunca de Él. Así lo entendieron los Apóstoles: "Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29) y así debemos de entenderlo igual nosotros. 

Acabo esta última entrada, referente al discurso del Papa a la Curia en las Navidades de 2018,  con una cita de la segunda carta del apóstol San Pablo a los tesalonicenses: "La venida del impío, por la acción de Satanás, vendrá con toda clase de poderes, señales y prodigios falsos, y con todo género de seducciones propias de la maldad para aquellos que se pierden por no haberse abierto al amor de la verdad, que los salvaría" (2 Tes 2, 9-10) ... "de modo que sean condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que pusieron su complacencia en la injusticia" (2 Tes 2, 12)

José Martí 

sábado, 12 de enero de 2019

Discurso del Papa Francisco a la Curia romana en las Navidades de 2018 (9) [ACUSACIONES Y MISERICORDIA ] (José Martí)



FRANCISCO - Ahora permitidme hablar también de otra aflicción, a saber, la infidelidad de quienes traicionan su vocación, su juramento, su misión, su consagración a Dios y a la Iglesia; aquellos que se esconden detrás de las buenas intenciones para apuñalar a sus hermanos y sembrar la discordia, la división y el desconcierto; personas que siempre encuentran justificaciones, incluso lógicas y espirituales, para seguir recorriendo sin obstáculos el camino de la perdición; (...) el Tentador, el Gran Acusador, es el que divide, siembra la discordia, insinúa la enemistad, persuade a los hijos y los lleva a dudar.

Si, como parece dar a entender, aun cuando no lo diga expresamente, al hablar del Gran Acusador se refiere a monseñor Viganò y todos cuantos lo defienden, está realizando un juicio de condena hacia alguien que quiere que resplandezca la verdad, conforme a las palabras bíblicas:  "El que ama la verdad viene a la Luz". No hay más que leer la carta que escribió monseñor Viganò el 22 de agosto de 2018 y que salió a la Luz el 26 de agosto, cuatro días después. De esto hace ya cuatro meses y medio. Hay que tener muy en cuenta que el testimonio que da no ha sido contradecido por nadie, prueba de que son verdad. Es más: lo hace plenamente consciente de la importancia de lo que dice, puesto que peligra la barca de Pedro. Y afirma que lo hace porque debe de dar cuenta de ello ante Dios: no puede seguir callando a la vista de tanta infamia en el interior de la Jerarquía (¡tal vez debería de haber hablado antes, pero más vale tarde que nunca!). Ante lo cual Francisco no responde: que se encarguen de ello los periodistas. Se da un margen de seis meses para hablar de pedofilia en la reunión que tendrá lugar del 21 al 24 de febrero, pero no condena la homosexualidad que es la verdadera causa de todos esos abusos, como bien lo han explicado personas de reconocido prestigio intelectual y moral.  

FRANCISCO - Para hacer resplandecer la luz de Cristo, todos tenemos el deber de combatir cualquier corrupción espiritual, que «es peor que la caída de un pecador, porque se trata de una ceguera cómoda y autosuficiente donde todo termina pareciendo lícito: el engaño, la calumnia, el egoísmo y tantas formas sutiles de autorreferencialidad, ya que «el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz» (2 Cor 11,14)

Así lo dice San Pablo: ciertamente el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz ... pero, si eso es así, como lo es, entonces "es posible" que  Francisco no se esté refiriendo con esas palabras a Monseñor Viganò, puesto que lo propio de aquel que está influenciado por Satanás es quien se regocija con la mentira: Éste no es el caso de monseñor Viganò, ni de todos aquellos que han sido misericordiados por Francisco, por atreverse a pensar ... Al fin y al cabo: ¿no dijo Francisco que al Papa se le puede criticar y que no había en ello ningún pecado? Y, si hablando de homosexuales dijo aquello de ¿Quién soy yo para juzgar? ... suponiendo que Dios es quien conoce los corazones de las personas, como en verdad es, ¿acaso no podría aplicar esa misma frase con referencia a aquellos cardenales que intentan corregirle? Sin embargo, no lo hace ... A quien se atreva a contradecirle o, incluso, aun cuando no lo corrija, simplemente viva su ministerio sacerdotal conforme a lo que la Iglesia siempre ha enseñado, ese tal, más pronto o más tarde (¡más bien pronto que tarde!)  conoce ya lo que ocurrirá con él: ¡será "misericordiado", o bien por él, o bien por aquellos obispos y cardenales que han medrado gracias a Francisco. La misericordia, si es tal, no debe de ser selectiva. Y no debe de insultar a los misericordiados ... por muy Papa que sea (algo que yo no discuto).

Coloco aquí algunas entradas del blog que hacen referencia a varios puntos de los que se ha tratado más arriba:

"Podéis criticarme. No es pecado" -dice Francisco- ... Muy bien: pues atreveos a criticarlo ... y veréis lo que ocurre (José Martí).

Papa Francisco: “No diré una sola palabra”, gritos generales y silencios vaticanos, los gays pequeños al psiquiatra (Specola)

Cuando la corrección pública se hace urgente y necesaria (Roberto de Mattei)

Misericordia con cicuta (Fray Gerundio)
José Martí (continuará y acabará)

jueves, 10 de enero de 2019

Discurso del Papa Francisco a la Curia romana en las Navidades de 2018 (8) [VÍCTIMAS Y ESCÁNDALOS DE LOS QUE NO SE HABLA] (José Martí)


FRANCISCO - Por favor, ayudemos a la santa Madre Iglesia en su difícil tarea, que es reconocer los casos verdaderos, distinguiéndolos de los falsos, las acusaciones de las calumnias, los rencores de las insinuaciones, los rumores de las difamaciones. Una tarea muy difícil porque los verdaderos culpables saben esconderse tan bien que muchas esposas, madres y hermanas no pueden descubrirlos entre las personas más cercanas: esposos, padrinos, abuelos, tíos, hermanos, vecinos, maestros… Incluso las víctimas, bien elegidas por sus depredadores, a menudo prefieren el silencio e incluso, vencidas por el miedo, se ven sometidas a la vergüenza y al terror de ser abandonadas.
Aparte del aspecto sexual, muy importante, hay muchas otras "víctimas" en este Pontificado, de las que nadie se compadece. Según se recoge en el Diccionario, una víctima es una persona que padece daño por culpa ajena. En ese sentido se puede hablar de víctimas de abusos sexuales y de culpables, que merecen un castigo. Nada en contra, por supuesto ... pero aprovecho para decir que se puede ser víctima de muchas maneras, no tan solo por abusos sexuales. Y tales víctimas se cuentan por millares y los culpables del daño que se les ha hecho y que se les sigue haciendo, no son considerados verdugos, cuando realmente lo son ... y se encuentran dentro de la Jerarquía eclesiástica, por desgracia, como auténticos caballos de Troya. 

Si somos sinceros y objetivos, nos daremos cuenta enseguida que aquellos que más han padecido (víctimas, por lo tanto) desde que Francisco fue nombrado Papa son, precisamente, aquellos que le han dado más vocaciones a la Iglesia, que tan necesitada se encuentra de verdaderos pastores. El número de casos es enorme, pero me viene a la mente ahora el caso de Monseñor Livières, antiguo obispo de la Ciudad del Este, en Argentina (fallecido en agosto de 2015, antes de cumplir los 70 años) y muy querido por todos por el bien tan grande que hizo y la labor que desempeñó. Y despedido por Francisco, sin razones de peso. Es más, parece ser que influyó en esta decisión papal el que Monseñor Livières acusara a un sacerdotes de abusos sexuales. Pues bien: pese a ello, nadie salió en su defensa, y fue abandonado por los suyos que lo dejaron completamente solo .

Me viene también al pensamiento el caso dramático e injusto que se cometió con los Franciscanos y Franciscanas de la Inmaculada; se puede obtener información sobre ello leyendo una entrada de este blog de título:  Incongruencias en torno a la figura del padre Pío y los Franciscanos de la Inmaculada (Padre Alfonso Gálvez). Su fundador, el padre Manelli fue discípulo del padre Pío. Y su orden fue bendecida con múltiples vocaciones sacerdotales ... ¡todo se fue al carajo!

Y si pensamos en el "acuerdo del Vaticano con China", se trata de una clara traición a la Iglesia China. Los fieles chinos son víctimas y muchos están completamente escandalizados por esta conducta del papa Francisco: Austria y China: historia de dos iglesias nacionales (Carlos Esteban)

Por razones que se me ocultan y que no acabo de comprender, es lo cierto que todo aquel que se enfrentado con el Papa Francisco, contrariando sus "ideas", ha sido rápidamente "misericordiado" ... Y no dejar de ser "curioso" que tal "misericordia" se haya ejercitado solamente sobre aquellos miembros de la Curia fieles a la Tradición de la Iglesia de toda la vida ... así como también con los verdaderos católicos, es decir, con aquellos que no se han dejado seducir por el mundo ... [no tenemos más que escuchar las homilías de santa Marta y la infinidad de insultos, de todo tipo, que lanza contra ellos, a los que considera cristianos rígidos e hipócritas ... otra cosa que no acabo de comprender y que considero que es injusto a todas luces]. 

Por contra,  consiente que ejerzan como sacerdotes hombres sin fe, homosexuales declarados, masones, comunistas, etc ... De esta manera está consiguiendo que se trivialice  cualquier atisbo de verdadera religiosidad y que se vacíen las Iglesias (aún más de lo que ya están) ... Eso es algo que no le preocupa: los verdaderos problemas de la Iglesia son el cambio climático, la ecología, los inmigrantes y los muros. 

FRANCISCO - «Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que sucedan escándalos, ¡pero ay del hombre por el que viene el escándalo!» (Mt18,6-7).
Esto es palabra de Dios; por lo tanto, no admite discusión. Eso es así. El Papa cita textualmente el Evangelio. Y es Jesús quien habla: el escándalo es un pecado muy grave. Mediante él se incita al pequeño a pecar y a separarse de Jesús.  Pero hay que tener en cuenta que son muchos los modos de escandalizar ... no sólo en el aspecto sexual.  Y hoy en día son muchos los cristianos que están escandalizados "realmente" por el comportamiento de Francisco en todo lo que se refiere a lo doctrinal y por sus diatribas contra los que considera cristianos rígidos e hipócritas, mientras que dice que "los comunistas son los que piensan como cristianos" ... y esto no son invenciones mías: evidentemente hablar así es un disparate teológico, por no ir mas allá. Un artículo de interés sobre las enseñanzas de Francisco en comparación con las enseñanzas de la Iglesia puede leerse pinchando aquí. Aunque parezca increíble es así.

José Martí (continuará)

miércoles, 9 de enero de 2019

Discurso del Papa Francisco a la Curia romana en las Navidades de 2018 (7) [LA VERDAD NO PUEDE CAMBIARSE] (José Martí)























FRANCISCO - Está claro que, ante estas abominaciones, la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes. (...) En el próximo mes de febrero, la Iglesia reiterará su firme voluntad de continuar, con toda su fuerza, en el camino de la purificación.
Me pregunto por qué hay que esperar tanto (seis meses) cuando el problema se ha detectado "de modo público" y es bien conocido desde el 26 de agosto del pasado año de 2018, a raíz del testimonio Viganò (quien hizo una petición a la que todavía no ha respondido Francisco).  ¿Por qué impedir al Presidente de la Conferencia Episcopal de los EEUU, monseñor Dinardo, que investigue? Todo ello da lugar a que la duda y la inseguridad cobren forma en el pueblo cristiano. 

Cuando no se habla con sencillez y se ponen pegas al descubrimiento de la verdad, adornándolo con "bellas" palabras, es señal de que nos encontramos ante algo que está fallando en la Iglesia (¡algo, además, muy importante!) ... aunque expresándome con más rigor, debería decir que algo muy grave está sucediendo con algunos de los miembros de la Iglesia [puesto que la Iglesia, en sí, es pura, santa e inmaculada, como Cuerpo Místico de Cristo que es]. Por desgracia, son muchos los "miembros" de la Jerarquía, elegidos adrede por Francisco, a quienes se les ha otorgado un gran poder de decisión en cuestiones esenciales para la vida de la Iglesia.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              
FRANCISCO - La Iglesia se cuestionará, valiéndose también de expertos, sobre cómo proteger a los niños; cómo evitar tales desventuras, cómo tratar y reintegrar a las víctimas; cómo fortalecer la formación en los seminarios (...)

Habría que tener aquí muy en cuenta que uno de los males que afligen al clero es el de la homosexualidad ... lo cual no se nombra. Tal vez ése sería el camino correcto a seguir. Una persona homosexual no debería ser ordenada nunca como sacerdote, pues puede hacer mucho daño. Por otra parte, no debería consentirse (y, sin embargo, se hace) que determinadas asignaturas, impregnadas en su contenido de ideología de género, estuviesen permitidas en algunos colegios "religiosos": esto es algo realmente difícil de entender - por no decir imposible- en una enseñanza católica. Una auténtica formación de los seminaristas pasaría por volver al estudio de la filosofía y teología de santo Tomás de Aquino, tan aconsejado por los Papas anteriores al Concilio Vaticano II (e incluso, por el propio papa Juan XXIII, en su encíclica "veterum sapientia", la cual no se llevó a la práctica. El estudio del latín así como la vuelta a la Misa Tradicional, en latín, podría ayudar muchísimo en la formación de los futuros sacerdotes y contribuir, de un modo efectivo, a la unidad de la Iglesia, al utilizar todos los sacerdotes del mundo el mismo lenguaje, es decir, el latín, que es el idioma oficial de la Iglesia.

FRANCISCO - Incluso si se tratase sólo de un caso de abuso ―que ya es una monstruosidad por sí mismo― la Iglesia pide que no se guarde silencio y salga a la luz de forma objetiva, porque el mayor escándalo, en esta materia, es encubrir la verdad.

Ciertamente es un escándalo encubrir la verdad ... pero no sólo en esta materia: en todo cuanto haga referencia a la verdad, la Iglesia debe de intervenir, pues ésa es su misión, la misma que la de su Maestro, quien respondió a Pilato cuando éste le preguntó si es que era rey:  "Tú lo dices: Yo soy Rey. Yo para esto he nacido y para eso he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz" (Jn 18, 37). 

Francisco habla de no encubrir la verdad, y sin embargo ... 

- ¿Acaso no ha encubierto él la verdad en Amoris Laetitia, admitiendo la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar puedan recibir la sagrada comunión? 
- ¿Acaso no ha encubierto la verdad en su acuerdo secreto con China, que penaliza más aún (y traiciona) a los católicos chinos, con la agravante de haber retirado la excomunión a los obispos que no son fieles a Roma sino al Partido Comunista Chino? 
- ¿Acaso no ha encubierto también la verdad desde el momento en el que ni siquiera contestó a las Dubia de los cuatro cardenales  ni los recibió después de su humilde petición ... mientras que sí recibe, con sonrisas y abrazos, a comunistas, masones,  judíos, musulmanes, homosexuales declarados, etc...? 

¿No decía Jesús que no está bien tomar el pan de los hijos y dárselo a los perrillos? (Mt 15, 26) Primero son los hijos de la Iglesia, los que están bautizados ... y máxime si son sacerdotes, obispos o cardenales. Éstos son quienes merecen primero la atención del Santo Padre, pues eso es lo que ocurre en cualquier familia: los padres cuidan primero de sus hijos y luego, en segundo lugar, se ocupan o pueden ocuparse,  de los demás, de los que no son sus hijos. 

Para Francisco, sin embargo,  parece que  los "extraños" son sus hijos: en particular, los que se mantienen fieles al legado recibido de los Apóstoles y del Magisterio y la Tradición de la Iglesia. Para ellos,  desde que comenzó su Pontificado, el 13 de marzo de 2013, sólo hay ataques, tachándolos de hipócritas e insultándolos de mil y una maneras ...  y, en cambio, se desvive por los musulmanes, los ateos, los rabinos, los indígenas, los masones, los protestantes, etc ... ¡no para intentar convertirlos sino para bendecirlos y dejarse bendecir por ellos! Éstas son sus palabras:

Los que son cristianos, con la Biblia, y los que son musulmanes con el Corán, con la fe que recibieron de sus padres. Dios es un solo: el mismo.

¿Dónde queda aquello que dijo San Pedro, hablando de Jesucristo: "En ningún otro hay salvación, pues ningún otro Nombre hay bajo el cielo, dado a los hombres, por el que podamos salvarnos" (Hech 4, 12). Pero no. Francisco habla con su "amigo" ateo Scalfari y le dice que no pretende convencerle y que el proselitismo es una solemne tontería. 

Entonces, ¿a quién le hacemos caso: al papa número 1, que es San Pedro, o al papa número 266, que es Francisco? ¿Quién es más fiel a la Doctrina contenida en el Evangelio? ¿Puede acaso Francisco contradecir a Pedro? ¿Puede el magisterio actual ir en contra del magisterio anterior? Sabemos que no. De ser así, no habría magisterio alguno. Pues por la misma regla de tres, el magisterio de hoy sería falso con relación al magisterio de mañana. 

Estos "cambios", que son mutaciones y no desarrollo de la doctrina- son contrarios al sentir de la Iglesia de toda la vida. El Maligno se ha infiltrado en la Iglesia muy hábilmente ... y será muy difícil arrojarlo fuera. Pero la victoria final es de Jesús. Lo diga quien lo diga -no importa que sea el mismo Papa- la Verdad no es cambiable, pues Jesucristo es la Verdad (Jn 14, 6) y "Jesucristo es el mismo ayer y hoy y lo será siempre" (Heb 13, 8). De eso estamos completamente seguros. San Pablo es muy claro: "Aunque nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!" (Gal 1, 8) ... Pues eso.


José Martí (continuará)