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jueves, 24 de diciembre de 2015

Discurso de Clausura del Sínodo - 12 (Análisis crítico)


Porque, además, cabe el peligro de interpretar las palabras del Papa como si toda persona que viene a este mundo se fuera a salvar necesariamente; y esto independientemente de cuál sea su conducta, puesto que Dios es clemente y misericordioso. Acerca de este tema se puede leer algo en mi otro blog (pinchar aquí).

En fin: sigamos con el discurso del santo Padre. El Sínodo ha significado muchas cosas y, según sus palabras, parece que han sido cosas buenas ... El cómo ha llegado a esa conclusión es una pregunta que me hago, aunque la respuesta a la que llego no coincide con sus aseveraciones, pues, con los pocos datos de que dispongo, lo que he podido observar no coincide, sino que es más bien todo lo contrario de lo que el papa Francisco expone en su alocución. 

Lo que yo he visto es demasiada división (y no precisamente enriquecedora) entre el conjunto de los cardenales; y esto con respecto a unas cuestiones que ni siquiera debieran haber sido planteadas nunca, pues no admiten discusión ... siendo lo más grave, a mi entender, el hecho de que tales cuestiones, cuya respuesta ya se conoce desde el comienzo del cristianismo, hayan sido planteadas al pueblo cristiano en forma de encuesta (Véase aquí y aquí). 


Y luego está la situación que, en términos generales, se está viviendo actualmente en la Iglesia, a nivel de altas jerarquías y que es muy preocupante. Por poner algún ejemplo:

- ¿Dónde ha quedado la realeza de Cristo, de la que no se habla? Todo el mundo sabe que la Iglesia no es una democracia ni puede serlo, en modo alguno. Tuvo un Fundador, que es Jesucristo ... y el Papado como Institución tiene un carácter divino. Jesucristo encomendó a Pedro el cuidado de su Iglesia. Y este cuidado se lo encomendó sólo a Pedro ... y a todos sus sucesores, en comunión con Pedro, que han sido los diferentes Papas, vicarios de Cristo en la Tierra, cuya misión ha sido, es y seguirá siendo, la de transmitir con fidelidad la Doctrina recibida. 


Cualquier intento de democratizar a la Iglesia queda fuera de la voluntad de su Fundador (ver aquí y aquí) ... La Constitución Jerárquica de la Iglesia le es esencial. La Iglesia de Cristo es únicamente la Iglesia católica: ésta -y ninguna otra- es la Iglesia verdadera, que es gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él. 

El conjunto de los obispos o colegio episcopal, si si separa del Papa, deja de tener autoridad. Sin embargo, hay muchos obispos, en especial los alemanes, que no tienen muy clara esta idea. El propio Papa se define a sí mismo como el obispo de Roma ... que ciertamente lo es, pero no al modo y manera en que pueda serlo cualquier otro obispo, pues en cuanto Papa tiene un Primado absoluto. El mero hecho de hablar de Papa emérito, refiriéndose al cardenal Ratzinger (que, además, sigue vistiendo de blanco, como si aún mantuviera su condición de Papa) indica que hay un clima de confusión en el seno de la Jerarquía Eclesiástica, clima que no hace ningún bien al sencillo pueblo cristiano.

- Tenemos luego el hecho de que, desde el primer día en que Francisco tomó el relevo de Benedicto XVI, lo primero que hizo fue el pedir ser bendecido por los fieles. Es el Papa el que tiene que bendecir como Vicario y representante de Cristo en la tierra que es. Causa verdadero estupor el ir observando cómo el santo Padre pide continuamente ser bendecido ... incluso por miembros de otras religiones: rabinos, imanes, anglicanos, etc ... como si eso fuese señal de humildad siendo, como es, signo de capitulación ante el mundo y de avergonzarse de Jesucristo como el único que nos puede salvar (Hech 4, 12).

- La pastoral católica debería de pasar por dar a conocer a los católicos el auténtico contenido de su fe, de modo que sepan dar razón de su esperanza a todo el que se lo pida (1 Pet 3, 15), pero no es eso lo que está ocurriendo. Dentro de las obras de misericordia está aquella que dice: "Enseñar al que no sabe". Esta obra de misericordia, tan necesaria, no se está practicando en la Iglesia. 

- Y, sin embargo, no es este desconocimiento -real- que posee la inmensa mayoría de los fieles cristianos lo que preocupa al santo Padre, sino que su máxima preocupación, según se deduce de los hechos, parece estar centrada en temas como el ecumenismo, el diálogo inter-religioso y el medio ambiente, entre otros. 

- Nos encontramos también con el hecho de que el papa Francisco es considerado por la inmensa mayoría de la gente como el papa de los pobres. Pero lo que se viene observando en la Iglesia, desde el Concilio Vaticano II es, en cambio, un gran derroche de dinero, en particular en viajes papales. Desde 1962 han tenido lugar 148 de estos viajes (de ellos 11 el papa Francisco) y lo peor de todo es que no se puede hablar de que haya habido en esos viajes una verdadera Evangelización, puesto que los hechos cantan. Y según éstos, es cada vez menor el número de católicos que viven conforme a su fe, una fe que -en realidad- desconocen.

El papel principal del Papa, según se puede leer en el link anterior, es el de salvaguardar la pureza de la fe, mantener la integridad de la moral católica, y disciplinar a aquellos católicos, bien sean sacerdotes, obispos o líderes cívicos, que causen escándalo debido a su enseñanza heterodoxa y mal ejemplo ... Sin embargo, lo que hoy en día se observa es justamente lo contrario: nos encontramos ante una Iglesia en descomposición, empeñada en eliminar cualquier vestigio de sobrenaturalidad que se encuentre como si se tratara de un virus que hubiera que extirpar lo más pronto posible. Son hechos reales -aunque poco conocidos, por ser silenciados-el lamentable caso de los Franciscanos de la Inmaculada (pinchar aquí y aquí), el caso de la destitución de Monseñor Liviéres, recientemente fallecido (pinchar aquí y aquí), un obispo con ideas ortodoxas y fiel a la Tradición, etc...


Todo esto -y mucho más- es causa de sufrimiento para todos aquellos que pretenden vivir su fe con fidelidad a las enseñanzas de Jesucristo pues, al fin y al cabo, todos -si estamos en estado de gracia- somos parte del Cuerpo Místico de Cristo. Tal vez ese sea el sacrificio que hoy nos está pidiendo el Señor a todos los cristianos: hacer realidad en nuestra vida las palabras del apóstol san Pablo: "Tengo que completar en mi carne lo que falta a la Pasión de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1, 24)
(Continuará)

Feliz Navidad ... con perdón (Fray Gerundio)


Para leer el artículo original pinchar aquí
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He decidido tomarme las Navidades con espíritu de burbuja. O sea, aislarme de todo lo exterior y vivir el Nacimiento del Niño Dios con la mayor intimidad posible. Tengo interés en que sean unas navidades católicas, como antaño. Mi celda se ha convertido en un pequeño portal de Belén en el que pueda admirar el Misterio, vivir la venida del Hijo de Dios -el Verbo se hizo carne-, sin ambigüedades, sin distingos, sin filologías, sin acomplejamientos y sin irregularidades en la fe (vamos, sin herejías). Me lo aconsejan una vez más los médicos, que están muy interesados en que mis coronarias no se atasquen e incluso se refrigeren un poco con el donaire, la risa sana y el espíritu de regocijo que surge ante la comicidad tronchante de nuestra Iglesia, que pugna por ser lo más neutral posible para dar cabida a todos. Al fin y al cabo, -dicen- la Iglesia es Madre y no madrastra. Es la calle y no la institución. Es la periferia y no el centralismo. Es el amor y no las exigencias.

Mis novicios modernistas están contentos. Dicen que por fin se habla en la Iglesia de la misericordia de Dios. Vienen a mi celda para felicitarme anticipadamente las Navidades al modo moderno (que es el que a ellos les va), y para eso me traen muy ufanos el anuncio que han visto en 13 TV, que es la cadena televisiva de la Conferencia Episcopal Española. Me he quedado de piedra cuando he podido ver el anuncio en cuestión. Debe de haberlo pensado alguno de los ideólogos de la cadena, moderno -por supuesto-, que lee el Evangelio desde la modernidad y sitúa a la Sagrada Familia entre tantas familias de la calle que se ven apresuradas por el nacimiento de un nuevo niño. Todo muy natural, laico, guay y chic. No me extraña que la propia Conferencia Episcopal haya reconocido -con la boca pequeña- su culpa en la descristianización de España. Pero si ésta es la única forma de felicitar la Navidad que se les ocurre, apañados vamos. Menos mal que ya nadie le hace caso. Se han desprestigiado ellos mismos.

El mensajito final es de lo más surrealista y delirante, aunque expresa perfectamente el núcleo del problema. Acorde con las más actuales doctrinas místicas:

La luz está en tí

Y es que son Navidades antropocéntricas. Y siguiendo las doctrinas al uso, deben de ser Navidades en las que pensemos en un mundo mejor. Eso que decía San Juan, de que la Luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la acogieron, está pasado de moda y es una fruslería sin importancia. Porque, en realidad, Jesucristo viene a hacernos conscientes de que en nosotros está la salvación. Él es un mero recordatorio de que la fraternidad es su Gran Regalo. Las velitas del vídeo de marras expresan esa luz que todos llevamos dentro y que no quieren compartir los pepinillos en vinagre. Y todo, en la Plaza del Portal de Belén. ¡Qué lindo!

Les he dicho a mis novicios bobos que yo quiero felicitar las Navidades diciendo que el Niño Jesús ha venido a salvarnos de nuestros pecados. No sé cómo hacerlo para no herir sensibilidades. Ya no se puede convertir a los judíos. Ni hacer proselitismo con ellos. No hay que vulnerar al agnóstico. No hay que maltratar al ateo. No hay que magullar al protestante (tan cercano a nosotros). No hay que desollar al musulmán. No es bueno contusionar al masón. Nada de lacerar al adúltero. Nada de zaherir al amante de Isis. No se puede lisiar al siervo de Gea. Nada de bendecir al que es de otra creencia y nada de bendecir bambinos para el Belén, porque eso es una tradición algo mágica con la que hay que acabar.

La verdad es que nunca hubo más totalitarismo en la Iglesia. Ahora que tanto se habla de libertad, descentralización, sinodalidad y sensus fidelium, no se puede poner en duda el holocausto. No se puede titubear sobre el cambio climático. Ni se puede pensar de pasada en que el evolucionismo es falso. No se puede vacilar sobre la Nueva Misa. No se debe cuestionar cualquier Palabra del Santo Padre, devenida Magisterio en cuanto es pronunciada. Hay que luchar por las tres T: Tierra, Trabajo, Techo. Y hay que acoger. Y hay que respetar la respetuosidad, aunque parezca un trabalenguas pontificio.

Mis novicios no comprenden que una vez que hemos declarado que todas las religiones son iguales, que todos estamos en el mismo propósito de buscar la paz, que nos une el mismo aprecio por la salvación de la Tierra, que luchamos todos juntos por abolir la pena de muerte, que tenemos todos por padre a Dios (se llame como se llame) y que Dios es madre, la conclusión lógica es que ya no sirve de nada la venida de Cristo. De ahí que en el Vaticano lo mismo se haga una puesta en escena masónica, que un Congreso ginecológico estético (ojo con esto), que una danza de los Hare Krisna, que un espectáculo de luz New Age, que una audiencia a los rabinos para merendar e incluso alguna reflexión litúrgico-pastoral sobre Star Wars. De hecho, ya nos han tomado la delantera los protestantes, que en esto de ser payasos en Misa son mucho más serios que nosotros y nos llevan 450 años de ventaja. Miren si no, la celebración de estos pastores y pastoras. La Fuerza les acompaña, sin lugar a dudas. Pronto habrá una parroquia católica dispuesta a repetir el ensayo. No se puede ser más panoli ni más superficial.

El Santo Padre ha dado a la Curia 10 recetas de antibióticos para curar los males que la aquejan. Aquí se los pongo, aunque reconozco que mis neuronas están algo atascadas. Parece entresacado de un documento neoevangelizador.

“Misionariedad y pastoralidad”

“Idoneidad y sagacidad”
“Espiritualidad y humanidad”
“Ejemplaridad y fidelidad”
“Racionalidad y amabilidad”
“Inocuidad y determinación”
“Caridad y verdad” 
“Honestidad y madurez”
“Respeto y humildad”
“Dadivosidad y atención”
“Impavidez y prontitud”
“Atendibilidad y sobriedad”

Les ha dicho que "la reforma de la Curia seguirá adelante con determinación, lucidez y resolución porque Ecclesia semper reformanda". Es verdad: solamente que se le ha olvidado que siempre que se decía antiguamente este adagio (aceptado durante toda la existencia de la Iglesia) se añadía que esta reforma era in capite et in membris. Francisco está de momento entregado a la reforma de los miembros. El tema de la cabeza, se abordará dentro de un tiempecito. Voy a ver si preparo una lista de 10 antibióticos para la Reforma de la Cabeza.

Mientras tanto, seguiré con los pastores y la burrita y el buey. Y una Navidad en la que se respeten en mi celda las tres T: Turrón, Tortas y Tradición. Lo mismo es la última Navidad …

¡¡Feliz Natividad del Señor!!

Fray Gerundio