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jueves, 15 de septiembre de 2016

XVI reunión del Consejo de Cardenales: Reflexión sobre el perfil de los obispos en nuestra época, 14.09.2016


En este corto vídeo se explica primero qué es el consejo de los nueve cardenales y quienes componen este consejo, denominado comúnmente el G-9

Duración 2:44 minutos

A continuación la noticia cuya fuente es la página web del vaticano. Éste es el contenido:


El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke ha informado esta mañana sobre la decimosexta reunión del Consejo de Cardenales que ha tenido lugar del 12 al 14 de septiembre.

“El Consejo de Cardenales –ha dicho Burke- se ha reunido con el Santo Padre durante los días 12, 13 y 14 de septiembre. Estaban presentes todos sus miembros excepto el cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo), ausente por compromisos pastorales. Debido a la audiencia general, el Papa Francisco se ausentó de la reunión esta mañana.

El lunes y el martes los cardenales concelebraron la santa misa con el Papa.

Las reuniones han tenido lugar de las 9 a las 12,30 de la mañana y de las 16,30 a las 19 de la tarde y se han dedicado, en gran parte, a ulteriores consideraciones sobre el modo en que los diversos dicasterios de la Curia pueden servir mejor a la misión de la Iglesia.

En particular esta vez la atención se ha centrado en las Congregaciones para el Clero, para los Obispos, para la Educación Católica y en el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

El cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, participó en una sesión informando así de la labor de la congregación como de la desarrollada por la Comisión Pontificia para América Latina.

Los cardenales han reflexionado ampliamente sobre el perfil espiritual y pastoral necesario para los obispos de nuestra época. A continuación han tocado el tema del servicio diplomático de la Santa Sede y de la formación y de las tareas de los nuncios apostólicos, prestando una atención particular a su gran responsabilidad en la elección de candidatos al episcopado.

El Consejo ha estudiado también en estos días el tema de la “diaconía de la justicia” así como un extenso dossier sobre el papel del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Los cardenales consejeros han examinado posteriormente los últimos pasos ya efectuados en el proceso de la reforma, especialmente con la institución del nuevo dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. La Secretaría para la Comunicación ha entregado un dossier a los cardenales relativo a la andadura de la reforma en ese sector y sobre los próximos pasos que se darán según el proyecto establecido.

Por último el cardenal George Pell, Prefecto de la Secretaría para la Economía, ha informado de las actividades recientes del dicasterio y el cardenal Sean O’Malley ha ilustrado las novedades de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, de la que es presidente.

La próxima reunión del Consejo de Cardenales tendrá lugar del 12 al 14 de diciembre de 2016”.

El verdadero origen de las divisiones en la Iglesia (De Mattei)



Informaciones, desinformaciones, puras verdades, verdades a medias, mentiras, se mezclan al parecer en la estrategia de comunicación de la Santa Sede. La historia de la Iglesia se escribe con entrevistas, discursos improvisados, artículos en blogs extraoficiales e indiscreciones mediáticas, abriendo la puerta a todas las interpretaciones posibles y suscitando la sospecha de que la confusión sea algo planeado. Veamos dos ejemplos recientes:

El primero tiene que ver con el caso la destitución en 2012 del presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR) Ettore Gotti Tedeschi. En el último libro de Benedicto XVI, Últimas conversaciones con Peter Seewald, el Papa emérito se atribuye la responsabilidad de la expulsión de Gotti Tedeschi, debida –sostiene– a la necesidad de renovar la cúpula de la Banca Vaticana. Ahora bien, el secretario del dimitido Pontífice, monseñor Georg Gänswein, ha declarado a su vez que Benedicto XVI era ajeno a dicha destitución y «quedó muy, muy sorprendido por la falta de confianza con el profesor». 

El 22 de octubre de 2013 Andrea Tornielli dio cuenta de ello en un artículo titulado La destitución de Gotti Tedeschi causa gran sorpresa a Benedicto XVI. El 9 de septiembre de 2016, el mismo vaticanista, sin detectar la menor contradicción, presenta la nueva versión, con el título siguiente: Ratzinger: la idea de cambiar la cúpula del IOR en 2012 fue mía. ¿Cuál de las dos declaraciones es cierta? Es innegable que alguien miente, y la confusión está servida.

El segundo caso es más grave. El pasado 5 de septiembre Infocatólica publicó una carta del papa Francisco a los obispos de la región pastoral de Buenos Aires en respuesta al documento Criterios básicos para la aplicación del capítulo VIII de Amoris laetitia. En el documento, destinado a proporcionar al clero algunos criterios con relación al capítulo octavo de la exhortación, los prelados argentinos afirman que, de conformidad con Amoris laetitia, los divorciados vueltos a casar pueden tener acceso a la Comunión sacramental aunque convivan more uxorio sin intención de practicar la castidad

El papa Francisco ha expresado su aprecio por esta indicación, y ha respondido a los prelados: «El escrito es muy bueno y explicita cabalmente el sentido del capítulo VIII de Amoris laetitia. NO HAY OTRAS INTERPRETACIONES. Y estoy seguro de que hará mucho bien». Al momento se ha desatado la polémica, y la carta del Pontífice ha desaparecido del mencionado portal, hasta el punto de que muchos han puesto en duda su existencia. Finalmente, l’Oservattore Romano ha confirmado su autenticidad. «No hay otras interpretaciones.»

Francisco ya había expresado su postura sobre los divorciados vueltos a casar en el vuelo de regreso de la isla de Lesbos, y parece definitivamente clara en este sentido. [Pinchar aquí] Pero si eso es lo que piensa, ¿por qué lo expresa en una nota a pie de página de Amoris laetitia y una carta privada que no se va a publicar, en vez de afirmarlo de modo claro y explícito? ¿Tal vez porque de esa forma la contradicción con el Magisterio perenne de la Iglesia sería pública y formal, cuando lo que se quiere es cambiar la doctrina de la Iglesia de manera ambigua y subrepticia?

Da la impresión de que nos encontramos ante una manipulación informativa que produce en el seno de la Iglesia las mismas tensiones y divisiones de las que se lamentaba el Sumo Pontífice en el discurso que pronunció en Santa Marta el pasado 12 de septiembre: «Divisiones ideológicas, teológicas, que laceran a la Iglesia. El diablo siembra celos, ambiciones e ideas para dividir (…) Las divisiones hacen que se vea esta parte y esta otra contra aquella y contra… ¡Siempre en contra unos de otros! Falta el aceite de la unidad, el bálsamo de la unidad.»

Ahora bien, las divisiones nacen del lenguaje engañoso del demonio y las vence, por encima de todo, la verdad. La verdad de la fe y de la moral, y también la verdad del lenguaje y de los comportamientos, lo cual significa renunciar a toda mentira, falsificación y reticencia, siguiendo las enseñanzas del Evangelio: «Diréis (solamente): Sí, sí; no, no. Todo lo que excede a esto viene del Maligno» (Mat. 5, 37) .

Roberto de Mattei