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domingo, 13 de noviembre de 2022

Más allá de la Batalla Cultural



Duración 11:53 minutos

DIRIGIDO A LOS VOTANTES DEL PSOE, para que abran sus ojos a la realidad y luego voten en consecuencia




La eliminación del delito de sedición para captar el apoyo del separatismo catalán a las cuentas del gobierno no es responsabilidad de una sola persona.



Una traición muy acorde con la tradición política del PSOE

Pedro Sánchez es, sin duda, el máximo responsable de esa traición al Estado de Derecho, al ser el presidente del gobierno, pero si ocupa ese cargo es porque tiene un partido apoyándole en cada cosa que hace: el PSOE. Un partido que se ha caracterizando históricamente por anteponer sus intereses partidistas a las reglas democráticas. Recordemos las palabras pronunciadas en 1933 por el entonces presidente del PSOE, Francisco Largo Caballero, al que su partido sigue revenciando hoy en día: "el Partido Socialista va a la conquista del Poder, y va a la conquista, como digo, legalmente si puede ser. Nosotros deseamos que pueda ser legalmente, con arreglo a la Constitución, y si no, como podamos".

Los dirigentes que comparten la responsabilidad de esa traición

Incluso con todo el poder que tiene como presidente del gobierno, Pedro Sánchez no podría cometer esa traición a nuestra democracia -porque así es como debe calificarse el hecho de desarmar a nuestro país de las herramientas legales para combatir a quienes ya dieron un golpe separatista y pretenden volver a hacerlo- sin el apoyo de su partido. Bastaría con que los barones regionales y locales del PSOE alzasen su protesta y montasen un revuelo interno para que a Sánchez no le quedase más remedio que dar marcha atrás. Sin embargo, a juzgar por el silencio dominante, en el PSOE parecen estar de acuerdo con que Sánchez ponga a España por debajo de su interés personal, sacrificando el bien común a sus ganas de seguir doce meses más en el gobierno, al precio que sea.

Los barones autonómicos del PSOE

Los principales cómplices silenciosos de Sánchez en esa traición son los barones autonómicos del PSOE. Son, después de la dirección nacional, quienes más poder tienen en el seno del partido, especialmente en aquellos casos en los que su cargo dentro del PSOE se simultanea con la presidencia de una comunidad autónoma. Todos ellos han decidido guardar silencio ante esta nueva cesión de Sánchez ante el separatismo, incluidos aquellos que más tienden a marcar distancias con el nacionalismo porque saben que apoyarlo les restaría votos.

El PSOE tiene nueve presidentes de comunidades autónomas: Ximo Puig (presidente de la Comunidad Valenciana), Emiliano García-Page (presidente de Castilla-La Mancha), Javier Lambán (presidente de Aragón), Guillermo Fernández Vara (presidente de Extremadura), María Chivite (presidenta de la Comunidad Foral de Navarra), Adrián Barbón (presidente del Principado de Asturias), Concha Andreu (presidenta de La Rioja), Ángel Víctor Torres (presidente de las Islas Canarias) y Francesca Armengol (presidenta de las Islas Baleares). Ni uno de ellos ha abierto la boca para desmarcarse de la nueva claudicación de su jefe de filas ante los golpistas del 1-O.

Los principales barones locales del PSOE

Los barones autonómicos no están solos en su silencio cómplice ante las maniobras de Sánchez. Lo mismo podemos decir de todos y cada uno de los diputados autonómicos, presidentes de diputaciones, alcaldes, concejales y otros cargos electos. Una mención especial, por su importancia dentro del partido, se merece el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, alcalde de Vigo, que cuando llegan las elecciones siempre procura poner el logo del PSOE de tal forma que cueste distinguirlo.

También se merecen una mención los alcaldes socialistas de importantes ciudades españolas: Antonio Muñoz Martínez (alcalde de Sevilla), José Antonio Serrano Martínez (alcalde de Murcia), José Francisco Hila Vargas (alcalde de Palma de Mallorca), Augusto Hidalgo (alcalde de Las Palmas de Gran Canaria), Óscar Puente (alcalde de Valladolid), Ana González Rodríguez (alcaldesa de Gijón), Núria Marín (alcaldesa de Hospitalet de Llobregat), Inés Rey (alcaldesa de La Coruña), Carlos González Serna (alcalde de Elche), Francisco Cuenca Rodríguez (alcalde de Granada), Rubén Guijarro (alcalde de Badalona), Marta Farrés (alcaldesa de Sabadell), Mamen Sánchez Díaz (alcaldesa de Jerez de la Frontera) y Noelia Posse (alcaldesa de Móstoles), por sólo citar a los que gobiernan en ciudades con al menos 200.000 habitantes.

Existe la idea muy extendida de que una persona se puede presentar a unas elecciones locales sin tener que implicarse en los grandes asuntos nacionales, pero ¿acaso creen aceptable su silencio cuando lo que está haciendo el máximo dirigente del PSOE es dejar indefensa a nuestra democracia? ¿En serio se creen que muchos votantes van a olvidar que los candidatos locales socialistas concurren a las elecciones en las filas del mismo partido del que forma parte Sánchez, un partido que Sánchez está usando para erosionar nuestro Estado de Derecho?

¿Harán examen de conciencia los votantes del Partido Socialista?

No voy a hacer como otros, que piden a los socialistas que al menos piensen en su partido. Con el historial de violencia, juego sucio, corrupción, atropellos y sectarismo que tiene el PSOE, lo mejor que podría pasar es que desapareciese. Sería un gran día para España y para nuestra democracia, porque si bien el pluralismo político gana con la presencia de distintas opciones políticas, lo que no resulta bueno para ningún país es que exista un partido que se dedica a ceder ante unos golpistas mientras todos sus dirigentes se mantiene tan silenciosos como tumbas. Yo ya no les pido a esos barones regionales y locales del PSOE que hagan examen de conciencia, porque no sé si les queda algo de eso. Lo que sí me atrevo a sugerírselo es a sus votantes, porque habrá muchos, espero, a los que les importe más España que su partido. Ya va siendo hora de que despertéis.

Elentir