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domingo, 13 de abril de 2025

PSOE y PP recurren a consultores mercenarios sin ideología: José Pablo Ferrándiz y Aleix Sanmartín



En un momento donde la política española se desangra por la ausencia de principios, tanto Pedro Sánchez como Alberto Núñez Feijóo han decidido confiar sus estrategias electorales a figuras externas, impersonales y camaleónicas: José Pablo Ferrándiz y Aleix Sanmartín. Lejos de ser ideólogos o defensores de un proyecto nacional, ambos representan la figura del gurú electoral que vende promesas sin contenido ni intención de cumplimiento. El objetivo es claro: engañar al votante, capturar su voto y luego olvidarlo.

Ferrándiz, el nuevo artífice de la propaganda de Moncloa

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, según Cierre Digital, ha incorporado a José Pablo Ferrándiz como subdirector de análisis territorial del Gabinete de Presidencia. El fichaje fue ejecutado por Diego Rubio, nuevo jefe de Gabinete. Con una larga trayectoria como sociólogo, Ferrándiz ha colaborado con medios como ABC, El País o Grupo Henneo, además de haber trabajado en campañas para el PP, lo que demuestra su absoluta indiferencia ideológica.

José Pablo Ferrándiz ha ocupado cargos clave en casas de encuestas como Metroscopia e Ipsos, y actualmente ejerce docencia universitaria. Sin embargo, su visión es clara: «¿Ideología? Sea cual sea, mi profesión me obliga a valorarlas todas…». Más que un profesional, Ferrándiz se presenta como un técnico sin alma, dispuesto a maquillar cifras y percepciones con tal de conservar poder. En sus propias palabras: «Mi trabajo es ser un fotógrafo callejero, recoger las opiniones de la gente e intentar que sea más autoexplicativa la sociedad».
Enemigo de Tezanos y símbolo del CIS manipulado

Ferrándiz ha sido especialmente crítico con José Félix Tezanos, actual presidente del CIS, al que acusa de despreciar el trabajo de las encuestadoras privadas. «A mí me da mucha rabia porque Tezanos hace lo que critica. Y aparte de no tener ni idea, pone en duda nuestro trabajo por puro interés partidista. Es patético y cabreante», declaró sin tapujos.

Y fue más allá: «El organismo ha cometido errores garrafales y el descrédito del CIS está justificado, pese a que cuenta con estupendos trabajadores. Con sus estimaciones, lejos de acabar con la competencia, cada vez se mira más a las casas privadas».

Sanmartín: del PSOE al PP, siempre al mejor postor

El otro lado del tablero está ocupado por Aleix Sanmartín, quien después de asesorar a Pedro Sánchez, ha recalado ahora en las filas del PP para guiar a Feijóo rumbo a La Moncloa. El consultor valenciano, conocido por su participación en la campaña de Juanma Moreno en 2018, ha firmado un millonario contrato con los populares.

La estrategia de Sanmartín se basa en la manipulación emocional segmentada. Utiliza su famosa “máquina segmentadora” para analizar grupos poblacionales y lanzar mensajes calculados. Así nacieron medidas como los bonos culturales o los viajes gratuitos por Interrail. Promesas huecas que no buscan mejorar la vida del ciudadano, sino comprar su voluntad temporal.

Según se ha filtrado, ahora buscará seducir a hombres rurales de 45 años, una franja clave para Vox. El mensaje será claro: más seguridad y mano dura. ¿Convicción? Ninguna. Solo oportunismo.
El mercadeo de la política: sin moral ni límites

Ambos gurús comparten algo más que un currículum brillante: su desprecio absoluto por la verdad, la coherencia y la moralidad. Como él mismo ha dicho, Sanmartín no distingue entre lo legal y lo ético: «Para mí la ética en elecciones la establece la legislación de cada país. Es ético todo lo que esté dentro de la ley.»

Mientras se enriquecen con contratos millonarios —al PP andaluz le facturó 350.000 euros y al PSOE más de 600.000 anuales—, sus giros ideológicos dejan claro que no trabajan por principios, sino por intereses. En algunos medios, ya le llaman directamente «mercenario».

El fin justifica los medios: cómo se manipula al votante

La llegada de estos consultores demuestra que tanto el PSOE como el PP han renunciado a las ideas. Ya no hay programas ni principios: hay promesas y espectáculo. Y todo vale con tal de ganar votos.

Los partidos han externalizado su alma. En lugar de convencer al pueblo con propuestas reales, se limitan a embaucar al votante. En un escenario así, ¿quién defiende los valores? ¿Dónde queda la familia, la vida, la unidad nacional, la libertad religiosa y educativa?

España merece políticos con convicciones, no gestores de promesas falsas. Merece líderes, no actores dirigidos por asesores a sueldo. El voto no puede comprarse con mentiras. El futuro de una nación no puede depender de mercenarios ideológicos.

El PSOE contra la objeción de conciencia: un nuevo asalto a la libertad

ADELANTE ESPAÑA



La maquinaria ideológica del PSOE sigue en marcha, imparable, en su ofensiva contra los valores fundamentales de nuestra sociedad. Tras haber consolidado el aborto libre de facto en España, los socialistas redoblan ahora sus esfuerzos en una doble vía para ampliarlo: por un lado, eliminar la objeción de conciencia del personal sanitario, y por otro, blindar el aborto como un supuesto “derecho” en la Constitución Española.

Esta estrategia perversa no es improvisada. Se trata de una hoja de ruta planificada, sistemática y profundamente ideológica. La reciente moción presentada por el PSOE en el Senado, aunque rechazada por el Pleno, revela su intención real: acorralar moral, profesional y legalmente a los médicos que se nieguen a participar en la cultura de la muerte.

La propuesta socialista pedía implementar «protocolos claros que aseguren que la objeción de conciencia del personal sanitario no limite el acceso de las jóvenes» al aborto. No se conforman con que España se haya convertido en el paraíso de los abortistas, sino que quieren promocionarlo activamente aún más, borrar toda resistencia y adoctrinar desde las instituciones.

Para ello, los socialistas buscan imponer un registro de objetores —una auténtica lista negra— que permita señalar y marginar a los médicos provida. En palabras del propio texto de la moción, «en muchas comunidades autónomas, la objeción de conciencia del personal sanitario y la falta de recursos impiden que las jóvenes puedan acceder a este derecho en condiciones de igualdad». Se trata de una peligrosa deriva totalitaria que pretende anular un derecho individual reconocido en nuestra Constitución: la objeción de conciencia.

Este registro pone en grave peligro el derecho a la confidencialidad de los médicos, anestesistas, enfermeros y auxiliares de clínica que quieran objetar. En realidad, estas listas solo buscan señalar a los objetores y discriminarles en los procesos de contratación, eliminando cualquier resistencia desde dentro del sistema.

Los socialistas lo dejaron claro: «la objeción de conciencia se está utilizando como una trinchera ideológica en vez de como un derecho individual». Así, lo que el PSOE intenta imponer no es un sistema sanitario justo, sino un modelo ideológico uniforme, donde solo quienes comulgan con la agenda proaborto puedan trabajar sin represalias.

Pero esto no termina aquí. El verdadero objetivo de los socialistas es blindar el aborto en la Constitución Española, como ya propusieron en su último Congreso Federal. No les basta con legislar desde el Ejecutivo: quieren dejarlo inscrito en piedra, como un “derecho” incuestionable. Plantearon incluso incluirlo en la Carta Europea de los Derechos Fundamentales, asegurando además un “número mínimo de ginecólogos” en todas las regiones para garantizar que las mujeres puedan abortar en la sanidad pública, sin importar la conciencia de los profesionales.

Ahora bien, esta deriva no sería posible sin la complicidad del Partido Popular. Aunque el PP se niegue teóricamente de cara a su electorado a apoyar este tipo de iniciativas, en la práctica ha demostrado ser experto en consolidar las políticas del PSOE. No promueve legislación proaborto – ni provida-, pero tampoco deroga ni corrige las legislaciones promuerte socialistas. Esto es, consolidan las legislaciones proabortos. Una vez más, estamos ante el viejo juego de la alternancia sin alternativa, donde la supuesta oposición simplemente asume las conquistas ideológicas de la izquierda.

La objeción de conciencia no es un privilegio, es un derecho humano básico, profundamente vinculado con la libertad de pensamiento, la ética profesional y la dignidad de la persona. Imponer registros, listas o protocolos que lo limiten no es “igualdad”, es represión ideológica.

Desde este diario lo afirmamos sin ambages: la vida humana es sagrada desde la concepción hasta la muerte natural. Y cualquier intento de coacción contra quienes la defienden desde su vocación médica debe ser denunciado y combatido. Porque la libertad, la vida y la conciencia no se negocian.

miércoles, 2 de abril de 2025

El PP y la teoría del caballo muerto: un partido irreconocible que sigue engañando a su electorado

 ADELANTE ESPAÑA

La Teoría del Caballo Muerto es una metáfora utilizada para ilustrar la tendencia de personas, empresas o gobiernos a seguir invirtiendo esfuerzo, tiempo y recursos en algo que claramente ha fracasado. Si un caballo está muerto, lo lógico sería desmontar y buscar otra solución. Sin embargo, en la práctica, muchos optan por estrategias inútiles: comprar un látigo más fuerte, cambiar al jinete o decretar que el caballo sigue vivo.

Este concepto es aplicable a múltiples ámbitos, desde la política hasta la gestión empresarial. En política, se ve cuando los gobiernos insisten en modelos fracasados –otro día hablaremos de la Constitución Española– creyendo que con pequeñas modificaciones podrán hacerlos funcionar, ignorando las señales de su inviabilidad.

La lección clave de esta teoría es que reconocer el fracaso a tiempo permite redirigir esfuerzos hacia soluciones viables. Sin embargo, la naturaleza humana y la burocracia tienden a resistirse al cambio, prolongando la ilusión de que el ‘caballo muerto’ aún puede avanzar. En última instancia, el éxito depende de la capacidad de adaptación y la voluntad de abandonar lo que ya no funciona.

La Teoría del Caballo Muerto describe con precisión la situación actual del Partido Popular (PP) y la reacción de su electorado ante su evidente transformación.

En sus inicios, el PP – y antes, Alianza Popular– se presentaba como defensor de la familia, la vida, la unidad de España y el orden social, oponiéndose, al menos, teóricamente a las imposiciones ideológicas de la izquierda. Así lo entendió su electorado. Sin embargo, hoy su deriva es evidente: ha asumido la ideología de género, se pliega a la inmigración masiva sin control, permite la islamización progresiva de la nación y asume los postulados de la izquierda en aborto, eutanasia y divorcio. Pero el problema no es solo el partido, sino un electorado que insiste en ‘cambiar de montura’, dándole nuevas oportunidades y esperando que vuelva a ser lo que fue.

El PP es, en la actualidad, un partido rendido ante la izquierda. En las últimas décadas ha cedido terreno en las mismas políticas que en su día decía combatir. La implantación de las leyes de ideología de género, antes exclusivas de la izquierda, ha sido normalizada por el PP en varias comunidades autónomas, a menudo con más firmeza que los propios partidos izquierdistas.

En temas como la familia, la vida o la educación, el PP ya no representa los principios que decía defender. En aborto y eutanasia, ha aceptado legislaciones de la izquierda sin intentar revertirlas. Donde antes hablaba de derogar leyes injustas, ahora se refugia en el ‘consenso’ con la izquierda. No solo las asume, sino que las hace suyas sin el menor rubor. Otro claro ejemplo de cómo se siguen dando latigazos a un caballo muerto en un intento absurdo de hacerlo andar.

Otro punto clave en la transformación del PP es su postura respecto a la inmigración. En lugar de plantear políticas responsables y ordenadas, ha asumido el discurso buenista que promueve la inmigración masiva sin control, con consecuencias evidentes en muchos barrios de España: aumento de la delincuencia, inseguridad, intolerancia religiosa y problemas de convivencia. Pero el PP prefiere ignorarlo para evitar ser tildado de ‘ultraderechista’ por la izquierda mediática.

La islamización de España es otro fenómeno que el PP ha decidido no solo obviar sino promover. Donde antes defendía los valores cristianos y la identidad nacional, ahora se pliega al multiculturalismo de la izquierda, aceptando la imposición de costumbres y valores ajenos a nuestra cultura sin resistencia alguna.

La reacción de su electorado: seguir votando al caballo muerto. Pese a esta deriva evidente, muchos votantes del PP siguen aferrados a la esperanza de que, con un cambio de liderazgo, el partido recuperará su esencia. Como en la Teoría del Caballo Muerto, en vez de desmontar y buscar una alternativa real, optan por estrategias inútiles: cambian de jinete (hoy Feijóo por Casado, mañana será Ayuso…), renuevan el nombre del mismo programa o se conforman con ‘al menos no es el PSOE’.»

Cada elección, miles de votantes desilusionados le dan una «última oportunidad» al PP, convencidos de que esta vez será diferente. Sin embargo, los resultados son siempre los mismos: promesas vacías en campaña y concesiones a la izquierda una vez en el poder. Mientras tanto, la izquierda sigue avanzando y el PP se convierte en una mera gestora del legado socialista, sin intención real de cambiar el rumbo de la nación.

Si algo nos enseña la Teoría del Caballo Muerto, es que seguir apostando por una opción fracasada solo prolonga el problema. El PP ha demostrado una y otra vez que ha abandonado sus principios. Su electorado debe decidir si sigue autoengañándose o busca una alternativa real que represente sus valores. La fidelidad ciega a un partido que ha traicionado su esencia no es una estrategia política inteligente, sino un obstáculo para el cambio necesario.

Los votantes conservadores tienen la responsabilidad de no dejarse arrastrar por la nostalgia y actuar en consecuencia. Si el objetivo es recuperar la defensa de la familia, la vida y la unidad de España, la solución no está en seguir votando a un partido sometido al discurso izquierdista. Es el momento de desmontar, aceptar que ese caballo está muerto y apostar por una opción que realmente defienda estos principios. Y en la actualidad, hay varias opciones, parlamentarias y extraparlamentarias, que pueden ser alternativas.

El cambio no se logrará con una «nueva cara» dentro del mismo partido. Se logrará con un nuevo proyecto que tenga el valor de enfrentarse a la izquierda sin complejos, sin buscar la aprobación de sus medios y sin traicionar los valores que millones de españoles esperan ver defendidos. Y para ello, lo primero es dejar de intentar resucitar lo que ya no tiene vida.

viernes, 28 de febrero de 2025

Sánchez impone la censura en Internet: el Gobierno aprueba la ley para el control de los medios



El 25 de febrero marcó el fin de la libertad de expresión y de prensa en España. El Consejo de Ministros dio un paso definitivo hacia la censura de prensa en Internet. El Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado un anteproyecto de ley que impondrá un control sin precedentes sobre los medios de comunicación digitales.

La norma otorgará a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), cuyo presidente es nombrado directamente por el Gobierno, el control y registro obligatorio de los medios de comunicación. Este mecanismo compromete gravemente la independencia del periodismo en España. En manos de un Ejecutivo que ya ha demostrado su afán por amordazar a la prensa crítica, este control administrativo se convierte en una amenaza peligrosa.

El ministro responsable defiende que la normativa busca garantizar la «transparencia» y evitar la concentración de medios. Sin embargo, en la práctica, es un mecanismo de censura encubierta. La CNMC tendrá la facultad de decidir quién es periodista y quién no, con el poder de excluir del registro a medios críticos con el Gobierno.

Otro punto clave de la ley es la restricción en la financiación de los medios de comunicación. Se limitará el acceso a la publicidad institucional, afectando directamente a aquellos que no se plieguen al discurso gubernamental. En definitiva, Sánchez busca asfixiar económicamente a la prensa libre y crítica, eliminando el último resquicio de disidencia en España.

La ley también contempla sanciones draconianas para quienes incumplan sus disposiciones. Las multas van desde 30.000 euros por infracciones leves hasta el 6% del volumen de negocio anual para infracciones muy graves. En definitiva, esta norma se convierte en un instrumento de castigo contra los medios que osen desafiar la narrativa oficial.

No solo los medios tradicionales estarán bajo vigilancia del Gobierno. La nueva regulación también apunta a intermediarios y plataformas en línea, como redes sociales y foros de opinión. El Ejecutivo usará la excusa de combatir la «desinformación» para imponer una mordaza digital.

Con esta ley, se podrá perseguir a ciudadanos que publiquen información contraria al Gobierno, etiquetándolos como difusores de «discursos de odio». Así se consolida un modelo donde las críticas al poder pueden derivar en sanciones económicas o incluso penales.

Este anteproyecto es un nuevo paso en la deriva autoritaria de Pedro Sánchez. No conforme con controlar todos los resortes del poder institucional, ahora fija su objetivo en el único obstáculo que le quedaba: la prensa libre.

Con este nuevo instrumento de censura, la libertad de expresión en España queda aniquilada. Sánchez busca blindarse contra cualquier crítica, eliminando la oposición mediática y allanando el camino hacia un Estado dictatorial.

La censura impuesta desde el poder no solo atenta contra los medios de comunicación, sino contra el derecho fundamental de cada ciudadano a informarse sin manipulaciones ni filtros gubernamentales.

lunes, 3 de febrero de 2025

El PP y Trump: La alineación con el globalismo de izquierdas en su ataque al presidente estadounidense



El Partido Popular ha dejado en evidencia su alineamiento con la agenda globalista, una postura que se ha manifestado no solo en su connivencia con el Partido Socialista en Bruselas, y del blanqueamiento cada vez más descarado a Pedro Sánchez y al PSOE en el ámbito nacional sino también en su rechazo a figuras que desafían el statu quo internacional por sus políticas soberanistas y antiglobalistas. El último ejemplo de esta tendencia ha sido la reacción de animadversión de varios líderes del PP hacia Donald Trump.
Críticas de Aznar y la cúpula del PP contra Trump

Uno de los primeros en manifestar su oposición a Trump fue el expresidente del Gobierno, José María Aznar, quien expresó su inquietud por el retorno del líder republicano. «Algo muy serio sucede en el fondo de un país que elige presidente a una persona que ha sido responsable de un asalto al Congreso y de un intento de golpe de Estado», declaró Aznar. Además, dejó claro que nunca habría votado a Trump y aseguró que, de haber sido estadounidense, habría votado por Joe Biden o Hillary Clinton «sin duda«.

Pero Aznar no ha sido el único en el PP que ha arremetido contra Trump. El eurodiputado y director de FAES, Javier Zarzalejos, también se sumó a la ofensiva contra el presidente norteamericano con declaraciones incendiarias en las que incluso llegó a compararlo con Adolf Hitler. «Él es un presidente que se jacta de no haber entrado en guerras. Menos mal que no estaba en la Casa Blanca cuando Hitler arrasaba Europa«, afirmó en un artículo publicado en El Diario Montañés.

Zarzalejos continuó con su ataque: «Trump es un tratante, en sentido literal, un hacedor de tratos, autoritario y absolutamente personalista en la forma de ejercer su enorme poder». Estas declaraciones evidencian la animadversión del PP hacia el presidente republicano, alineándose con la narrativa impulsada por los demócratas y la élite mediática estadounidense.
González Pons y el desprecio hacia el presidente Trump

El vicesecretario general del PP, Esteban González Pons, también se ha unido a la campaña contra Trump con expresiones despectivas que han causado gran controversia. En una de sus intervenciones, llegó a referirse a Trump como «el macho alfa de una manada de gorilas».

Este tipo de declaraciones muestran de manera evidente el rumbo ideológico que ha tomado el PP en los últimos años. Se han posicionado abiertamente del lado del globalismo de izquierdas tanto de EEUU como de Europa, rechazando las políticas soberanistas e identitarias que defienden la independencia nacional y la autodeterminación de los pueblos. Mientras otras fuerzas políticas en Europa y Estados Unidos fortalecen el discurso en defensa de la soberanía y los valores tradicionales, el Partido Popular prefiere atacar a quienes desafían el pensamiento único promovido por las élites globalistas ya sea Trump en Estados Unidos o figuras como Giorgia Meloni en Italia.
Un PP alineado con la agenda globalista

La insistencia del PP en marcar distancia con Trump no responde únicamente a una estrategia comunicativa coyuntural. Se trata de un movimiento premeditado con el objetivo de reforzar su relación con los organismos supranacionales que dictan la agenda política en Europa. A pesar de que el PP mantiene un discurso conservador en España, sus acciones demuestran que está plenamente integrado en la corriente globalista que defiende el control supranacional de los Estados y el sometimiento a instituciones como la Unión Europea y la ONU y abandonando cualquier atisbo de soberanismo y defensa de los intereses nacionales.

El Partido Popular, que en su día simuló representar una alternativa conservadora en España, se ha convertido en un engranaje más del sistema que promueve la agenda globalista. Sus dirigentes ya no esconden su desprecio por los movimientos que desafían este orden, como el liderado por Donald Trump. Esto es lo que representa el PP. Ha optado por la senda globalista izquierdista. Es un agente más de la agenda globalista. Es una realidad.

miércoles, 15 de enero de 2025

El año del Franco y del PSOE / Reconquista y nueva era (Pío Moa)



El año del Franco y del PSOE

**Caído el régimen del 78, se abre un período incierto, en que, o España involuciona a una tiranía más o menos a la venezolana, o se impone un nuevo régimen con una Constitución democrática que corrija los serios errores de la anterior. Sería el sexto régimen político desde la Restauración.

**El año 2025 puede (debería) ser el de Franco y del PSOE. El de la verdad histórica sobre uno y otro. Y la verdad, reivindicada sobre la farsa, debería poner fin a un PSOE históricamente enemigo de la libertad y de la integridad nacional de España.

**El arma mejor contra el PSOE es la verdad histórica. Por eso han impuesto leyes para impedirla

**A los principios esenciales de unidad nacional y democracia que defiende VOX habría que añadir la neutralidad de España en la guerra europea que planean las oligarquías de la UE.

**La posición histórica y geopolítica de España es muy particular, y aunque VOX entre en los movimientos europeos contra la degeneración antidemocrática, woke, lgtbi y belicista en Europa y en Usa, y colabore con ellos, creo que debería mantener una clara independencia: Trump es un nacionalista o imperialista useño, y sus intereses de fondo no coinciden con los de España, algo que debe tenerse en cuenta.

**Alice Weidel está políticamente muy bien, pero no me parece que sus inclinaciones o costumbres familiares sean para airearlas como un mérito. Los niños no son mascotas, y su primer derecho es a un padre y una madre reales

**No es ninguna paradoja que las feministas simpaticen tanto con el islam: lo que odian y desprecian es ante todo la condición femenina, no al varón, como parece.

**Hay una derecha que no distingue entre Dios y el César, y que se cree predilecta de Dios, aunque Dios no parece muy convencido de ello.




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Reconquista y nueva era.

**La Reconquista fue posible por la previa existencia del reino hispanogodo. Y a su vez hizo posible el cruce del Atlántico y el Pacífico por barcos españoles, inaugurando en la historia humana una nueva era que terminaría con la SGM:

**No hay progre que no odie la Reconquista y que deje de ensalzar a Al Ándalus. Aunque casi ninguno hable árabe. Ni es casual que quienes fomentan la inmigración ilegal masiva, protegen a Marruecos y odian a España, detesten la Reconquista y hasta prohíban su nombre… ¡por motivos “científicos”!

**La Reconquista no solo enfrentó a cristianos contra musulmanes, ese fue el aspecto religioso; pero políticamente enfrentó a España contra Al Ándalus. Son dos facetas que no deben confundirse como a veces se hace. Cristiana era toda Europa occidental pero la Reconquista fue un fenómeno netamente español.

**En el aspecto religioso, la Reconquista terminó con la toma de Granada; en el político, con la reincorporación de Navarra.

**Para la Iglesia era esencial la expulsión del islam y recristianización de la península, pero la reunificación política lo era bastante menos. La secesión de Portugal debió bastante a Roma.

**Un aspecto poco atendido de la Reconquista fue la influencia francoborgoñona, que en parte la enriqueció y en parte la distorsionó.

**En todas las sociedades pugnan tendencias integradoras y disgregadoras, que en la Reconquista alternaron repetidamente. Que triunfara mayoritariamente la integradora se debió a la memoria e influjo del reino hispanogodo. Sin él no habría habido España, sino Al Ándalus o taifas cristianas.

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domingo, 12 de enero de 2025

Año de Franco (III-b) Franquismo y democracia (Pío Moa)



La degradación del pensamiento político, sobre todo en medios periodísticos, lo hace girar sobre la simpleza dictadura/democracia. Pero, como hemos visto, la dictadura de Franco fue extraordinariamente constructiva, mientras que la democracia republicana fue caótica y brutal, y el frente popular perseguía una dictadura de tipo soviético. Por eso debe clarificarse mejor la cuestión en relación con el franquismo.

1. Franco preconizaba en 1930 una democratización en orden. Prefería con monarquía, pero cuando esta se suicidó al año siguiente, aceptó la república y la defendió eficazmente en 1934 contra el asalto del PSOE, los separatistas catalanes y la izquierda en general. Asalto que, aun fracasado, dejó malherida a una república la cual recibió la puntilla con el fraude electoral de febrero de 1936 por el frente popular.

2. Pese al caos republicano, Franco se mantuvo fiel al régimen pensando que podría corregir sus graves defectos. Pero cuando la legalidad republicana, es decir, la propia república, fue destruida por el frente popular, Franco y otros muchos comprendieron que había que elegir entre aceptar el aplastamiento o rebelarse. Y optaron por lo segundo, pese a las condiciones prácticamente desesperadas del comienzo.

3. La experiencia republicana, degenerada en frente popular, hizo pensar a Franco y a muchos otros que la democracia liberal clásica estaba caducada y no podía funcionar en España, donde la pobreza y los odios demagógicos desatados por partidos violentos y totalitarios impedían una convivencia ordenada y en libertad. La idea había cundido mucho en Europa después de la I Guerra Mundial, una sangrienta confrontación entre estados liberalparlamentarios: de aquella contienda habían salido la revolución soviética y una intensa subversión comunista que muchos países solo pudieron afrontar con medidas dictatoriales o fascistas.

4. Por lo tanto, ganada la guerra, el franquismo buscó una articulación política que superase tanto la democracia liberal como el sistema comunista. El resultado fue, primariamente, una dictadura concebida con el objeto de crear una sociedad libre de la miseria y de los odios brutales de la república, que impidiese una vuelta al pasado.

5. La dictadura de Franco no fue totalitaria ni fascista. En estas, un partido único ocupa todo el estado, y el estado ocupa la sociedad, como ocurría en la URSS y, en menor medida, en los estados fascistas. Pero el franquismo no tenía un solo partido, sino cuatro, llamados “familias”: Falange, carlismo, monarquismo de tradición liberal, y católicos-políticos ligados al Episcopado. Los cuatro se unían teóricamente en un Movimiento Nacional, que no pasaba de ser un ministerio con pocos recursos y en la práctica representaba solo a la Falange. Las tensiones entre las “familias”, no se dirimían en elecciones, consideradas focos de demagogias, sino por el arbitraje de Franco. La economía, aun si con cierta intervención estatal, era básicamente de libre mercado. Y el estado no ocupaba la sociedad, pues era pequeño –mucho más pequeño que ahora– y poco entrometido en la vida corriente de la gente.

6. La representación popular se hacía en unas Cortes llamadas orgánicas (democracia orgánica), con sectores sindical, municipal y –aunque no en la práctica– familiar, más un grupo de jefes del Movimiento, otro de representantes de la universidad, las reales academias y demás instituciones culturales, otro de delegados de las cámaras de comercio e instituciones técnicas y científicas, más altos cargos políticos y 40 procuradores nombrados directamente por Franco. Esta composición debía evitar las demagogias atribuidas a la lucha de partidos por el sufragio universal, procurando una política general más responsable y eficiente. En realidad nunca funcionó como parlamento efectivo, siendo el gobierno, con representantes de las cuatro “familias” el principal elemento de orden.

7. Los muy amplios poderes atribuidos a Franco entrañaban un peligro implícito de degenerar en tiranía. Sin embargo, caso no muy habitual, Franco los ejerció con gran cautela y moderación, sin violentar al poder judicial ni a las Cortes ni a las leyes establecidas por el propio régimen (la Constitución la actual ha sido violentada casi constantemente por los gobiernos de PP y PSOE. Lo mismo había pasado en la república) Sin embargo, la especial autoridad de Franco no dejaba de ser una debilidad del régimen, pues nada garantizaba que a su muerte surgiera otro gobernante de su nivel. La muerte del benéfico dictador y los efectos de fondo del Vaticano II, serían la causa determinante de una obligada transición a la democracia, mejor o peor llevada.

8. La campaña del PSOE con el título “50 años de libertad”, encierra dos falsedades radicales: atribuir implícitamente la libertad a dicho partido, y negarla al franquismo. Pero debe distinguirse entre libertad personal y libertades políticas. En la personal, aquella en que no intervenía el estado, existía en el régimen de Franco mucha más que ahora, cuando el estado ha cobrado un volumen (gastos y funcionarios) cuatro o cinco veces mayor que en el franquismo, ejerce sobre los ciudadanos una vigilancia como nunca se había visto, y pretende controlar y reglamentar casi todos los aspectos de la vida personal, hasta los sentimientos (“delitos de odio”, “cancelación”, etc.)

9 . En cuanto a las libertades políticas, las había, obviamente, para los partidos que ganaron la guerra civil, y no, en principio, para los que la habían querido, provocado y ocasionado. Pero incluso para estos se fue relajando la censura conforme el régimen se liberalizaba desde finales de los años 50, quedándose en algunas restricciones y manteniéndose cierta persecución sobre comunistas y terroristas. Manifestación de este hecho es que las amnistías de la transición solo pudieron afectar a unos centenares de presos políticos, número insignificante en una población de 36 millones de habitantes supuestamente contrarios al régimen. En las cárceles no había demócratas ni socialistas (ni el PSOE molestó gran cosa al régimen ni a la inversa).

10 La democracia puede entenderse de dos maneras: como intervención popular cada cierto tiempo para elegir a los partidos u oligarquías que deben gobernar; o mediante una aquiescencia mayoritaria al gobierno expresada en plebiscitos o referéndums y en general ante la actuación de los gobiernos. Y el respaldo popular al franquismo se puso de relieve en dos ocasiones especiales: cuando, durante los años 40, el régimen se vio acosado por soviéticos, anglosajones y la propia ONU, y por el maquis, acoso que no habría podido resistir si el mismo se hubiera combinado con un espíritu de odio o rebeldía en el interior; y cuando, al morir Franco, la disyuntiva de una democracia por reforma o por ruptura, la población, por mayoría aplastante, se inclinó por la salida a partir de la legitimidad histórica del franquismo.

11. En la historia real, el franquismo surgió como remedio a una sociedad enferma de odios, miseria y antagonismos, con amenaza de romper su trayectoria cultural, política e histórica, o de partirse en varios estados. La cura de esa enfermedad exigió una convalecencia de tres décadas y media, pero al final, la sociedad estaba lo bastante sana para permitir una democracia sin las epilepsias del pasado, salida del propio franquismo, y cuya corrosión, hasta el golpismo actual, procede precisamente de los que, como el PSOE, se han empeñado en luchar “heroicamente” contra un régimen desaparecido hace medio siglo y contra el que no habían luchado antes.

martes, 7 de enero de 2025

España en libertad con Fco. Franco: las razones de Franco vs patrañas de Sánchez y el PSOE

EL ESPAÑOL DIGITAL


Franco, el estadista, el buen gobernante, el patriota, frente a los analfabetos, corruptos y antinacionales de siempre, hoy representados por Sánchez (con la colaboración del PP), el PSOE y los secesionistas.

DURACIÓN 5:46 MINUTOS

lunes, 6 de enero de 2025

Ante el año de Franco (I) Por qué la transición (PÍO MOA)



1. Para rehuir o desviar la atención de sus responsabilidades penales, el gobierno del PSOE ha decidido hacer de 2025 algo así como “el año contra Franco”, bajo el título “50 años de libertad”, como si antes no hubiera habido libertad y como si la libertad se debiera al PSOE. Entender esta cuestión es esencial, porque está en la base de todas las políticas desde la transición.

2. La propaganda del PSOE ha presentado al franquismo como una tiranía brutal, incluso genocida, pero aquí entra su primera contradicción. Si fue así, ¿por qué el PSOE no luchó contra ella como hicieron o hicimos los comunistas, afrontando a veces serios riesgos? Al morir Franco solo había un reducido número de presos políticos, ninguno socialista o demócrata, y casi todos comunistas o terroristas. Esta realidad se ha disimulado con ampulosas retóricas antifranquistas, pero la “lucha” del PSOE contra Franco solo se volvió “heroica” mucho tiempo después de haber desaparecido su régimen. Hay que prestar gran atención a este dato, que suele ser pasado por alto.

3. Una segunda contradicción es la pretensión de que la libertad se debió en alguna medida importante al PSOE. Pero por aquellas fechas el número de socialistas era insignificante, así que muy poco pudo influir, aunque pronto el partido se inflara por muchas ayudas recibidas. Y eran personas, como es fácil comprobar, que no solo no habían hecho oposición real a la “dictadura genocida”, sino que habían hecho carrera y prosperado en ella, incluso dentro del mismo funcionariado. También este aspecto suele ser minusvalorado en los análisis e historias corrientes, y tiene gran importancia.


4. Si la oposición real al franquismo era totalitaria comunista o terrorista y no había demócratas en las cárceles, ¿de dónde podía haber venido la transición democrática? Evidentemente, solo podía haber venido de donde vino: del propio franquismo, organizada o impulsada por personas como Fernández-Miranda o Suárez, que habían sido jefes del Movimiento, o por Juan Carlos, un rey decidido por Franco. Nuevamente, esto suele olvidarse o minusvalorarse y es la evidencia decisiva.

5.- Otra cuestión es: ¿Por qué el franquismo, sin ser un régimen democrático, pudo derivar a una democracia sin haber sido derrocado? La respuesta es que el régimen se había agotado políticamente y sus cuatro partidos o familias estaban en descomposición, pero al mismo tiempo la oposición era demasiado débil y sin apoyo popular para derribarlo.

6.- ¿Cómo se produjo el agotamiento del franquismo y cuándo empezó la transición? El franquismo constaba cuatro tendencias “familias” o partidos principales: carlista, falangista, monárquico y próximo al episcopado. El lazo de unión entre los cuatro era el carácter común católico, y el régimen mismo se proclamó católico y seguidor de las orientaciones sociales del papado. Hasta el II Concilio Vaticano de los años 60, Roma y la Iglesia española habían sido un puntal esencial del régimen, pero con dicho concilio se produjo un divorcio que desahució ideológicamente al régimen. Peor aún: gran parte de la Iglesia pasó a apoyar a comunistas, separatistas y terroristas etarras. En las historias y la retóricas supuestamente explicativas sobre la reciente historia del país, este dato crucial apneas recibe la importancia que tiene.

7. Con el Vaticano II empieza realmente la descomposición del régimen, y por tanto una transición que podría haber conducido a reproducir un caos como el de la república o el Frente Popular. Este peligro lo sentían vivamente algunos sectores del régimen, que creían posible mantener el franquismo tal cual después de la desafección de la Iglesia y de la muerte de Franco. Pero los sectores decisivos del régimen constataban que la sociedad creada por el franquismo, muy mayoritariamente reconciliada, políticamente moderada y próspera, hacía muy difícil la repetición de aquella vieja historia.

8. No obstante, el peligro persistía y era doble: que la oposición que surgía no hubiera asimilado la experiencia histórica, y que intentara volver a las andadas aprovechando las dificultades y vacíos de un cambio de régimen sin precedentes. Y, efectivamente, la oposición intentó repetir algo parecido al Pacto de San Sebastián que trajo la república, agrupándose en torno al Partido Comunista en una Junta que se llamó descaradamente “democrática”, y en una “plataforma” también llamada alegremente “democrática” en torno a un PSOE todavía apenas existente pero que saltaba a la palestra con mucho más radicalismo verbal que el PCE (como había pasado en la república, por lo demás).

9. Se creó así una triple pugna entre los rupturistas, que reivindicaban una supuesta legitimidad del frente popular y por tanto una vuelta a las convulsiones del pasado; el llamado “búnker”, que creía posible mantener el régimen como si no hubiera pasado nada importante desde el Vaticano II; y los reformistas, que auspiciaban un cambio democrático “de la ley a la ley”, es decir, partiendo de la legitimidad histórica del franquismo. El cerebro de la reforma fue Torcuato Fernández Miranda. La pugna fundamental, entre reforma y ruptura, se desarrolló durante 1976 hasta culminar en el referéndum de diciembre de ese año. Los intentos rupturistas mediante movilizaciones callejeras, un intento de huelga general, cierto terrorismo y el boicot al referéndum, fracasaron. El referéndum decidió por enorme mayoría popular que la transición salida del régimen era la única salida viable, mientras tanto el búnker como los rupturistas se demostraban demasiado débiles para impedirlo y no tuvieron más remedio que resignarse de mejor o peor grado.

10. En las historias habituales sobre la época, el referéndum de diciembre del 76 apenas es tratado más que como una anécdota o un trámite, pese a su carácter históricamente decisivo, al desarmar cualquier otra opción y asegurar el tránsito básicamente pacífico y ordenado de un régimen a otro. Lo que vino después, bajo el impulso de Juan Carlos y la dirección de Suárez, requiere otro análisis. Baste aquí reseñar que Torcuato, verdadero organizador del cambio y mentor de Suárez, se vio muy pronto desasistido tanto de Suárez como del rey, y la transición comenzó a tomar un rumbo no del todo distinto, pero sí más complicado. Y dado que todo giraba y sigue girando en torno al significado histórico del franquismo, debemos seguir precisamente con ese significado.

Pío Moa

sábado, 7 de octubre de 2023

Hay 10 millones de culpables del escándalo de la amnistía y deberían empezar a notarlo



Lo que está pasando en España, con un gobierno que pretende amnistiar los delitos de sus aliados, es un gran escándalo de corrupción.



La responsabilidad de Sánchez, del PSOE y de sus medios afines

Pedro Sánchez ha decidido poner su interés personal por encima de todo, adoptando una medida que atenta contra la Constitución y es una violación del Estado de Derecho, por cuanto implica privilegiar a delincuentes por el mero hecho de que su apoyo le hace falta a Sánchez para obtener la releeción. Los medios de izquierdas subvencionados por el gobierno que apoyan este escándalo son cómplices de ello, y lo son especialmente porque esperan seguir obteniendo favores económicos del gobierno de izquierdas si se mantiene en el poder.

Obviamente, Sánchez y sus medios afines no son los únicos responsables de este brutal caso de corrupción, con el que están poniendo en grave riesgo la democracia y la convivencia en España, como antes lo hicieron los delincuentes separatistas a los que el gobierno pretende amnistiar. Los altos cargos del PSOE y todos los afiliados de ese partido también son culpables de ello, incluso los que están desmarcándose de la posición de Sánchez pero sin renunciar a su carnet. Si Sánchez hace esto es porque tiene el apoyo de su partido, y los afiliados del PSOE que no quieran ser responsables de ello deberían abandonar el partido de inmediato.

La responsabilidad de los 10,8 millones de votantes del PSOE y Sumar

Más allá de las filas del PSOE, si Sánchez y sus compañeros de gobierno están cometiendo este ataque al Estado de Derecho es porque 10,8 millones de españoles votaron al PSOE y a Sumar en las pasadas elecciones generales. Esos votantes no pueden alegar desconocimiento sobre lo que votaban. Antes de empezar a negociar esta amnistía, Sánchez concedió unos indultos a los autores del golpe separatista de 2017, a pesar de que no estaban arrepentidos de lo que hicieron e incluso anunciaron públicamente que lo volverían a hacer.

La falta de sentido crítico que demuestran los votantes de izquierda en España deberían ser un motivo de estudio, porque muestran hasta qué punto millones de personas pueden llegar a ser cómplices de los atropellos cometidos por un autócrata como Sánchez. Han demostrado que no les importa todo el mal que haga la izquierda, porque ellos siguen apoyándola como si fuese algo legítimo pisotear el Estado de Derecho, violar la independencia judicial, asaltar las instituciones y arruinar a los españoles como viene haciéndolo el gobierno de Sánchez.

Durante años la izquierda ha tratado como apestados a millones de españoles

Con independencia de lo que hayamos votado, todos los españoles vamos a tener que pagar las consecuencias de la irresponsabilidad de esos 10,8 millones. Estamos en nuestro derecho de protestar por ello y a reclamarles explicaciones. Lo mínimo que podemos hacer es pedirles cuentas por su apoyo a Sánchez, sin desaprovechar cualquier oportunidad. Durante años han apoyado a partidos que han defendido imponer cordones sanitarios a sus rivales, primero al PP (con el Pacto del Tinell) y ahora a Vox. Les ha parecido bien tratar como apestados a millones de españoles, y lo mínimo es que ahora se lo reprochemos en cualquier ámbito en el que podamos hablar con ellos. Alguien dirá que con eso podríamos tensar la convivencia:

Tensar la convivencia es aliarse con el brazo político de ETA, con unos fanáticos que se niegan a condenar los asesinatos de más de 800 españoles (niños incluidos) y que llaman "presos políticos" a los terroristas y les organizan homenajes.

Tensar la convivencia es aliarse con comunistas, es decir, con los miembros de un movimiento totalitario que ha provocado más de 100 millones de muertos, unos totalitarios que hoy siguen apoyando a dictaduras criminales en Cuba, Venezuela, Nicaragua o China.

Tensar la convivencia es aliarse con los autores del golpe de 2017 en Cataluña, con los que quisieron romper la unidad de España y enfrentar a los españoles entre sí, y ahora además pretenden que sus delitos sean borrados como si nada hubiese ocurrido.

Sánchez ha hecho todo eso y 10,8 millones de españoles han vuelto a apoyarle. Los que no tenemos la oportunidad de pedirle directamente explicaciones a Sánchez sí que podemos, al menos, pedírselas a quienes le votan, en vista de que están dispuestos a apoyarle a pesar de todo el daño que hace a España. No podemos seguir actuando como si esos 10,8 millones de votantes del PSOE y de Sumar no tuviesen ninguna responsabilidad sobre esto. Por supuesto que la tienen, y deberían empezar a notarlo en su vida diaria, dando explicaciones a los perjudicados por su voto.

Elentir

domingo, 1 de octubre de 2023

Feijóo desvela un truco del PSOE y de los separatistas que también es usado por el PP



Cuando un político carece de principios sólidos y tiene que denunciar que otro tampoco los tiene, corre el riesgo de quedar en evidencia.



Los separaristas exigen un referéndum para apoyar la reelección de Sánchez

Este viernes, los partidos separatistas del Parlamento catalán (ERC, Junts y la CUP) acordaron exigir un referéndum de autodeterminación como condición para apoyar la investidura de Pedro Sánchez. Ese referéndum sería un intento abiertamente inconstitucional de separar a Cataluña del resto de España. Los separatistas lanzan esa exigencia después de ver la docilidad del PSOE a la hora de asumir otra exigencia igualmente inconstitucional: la de la amnistía a los autores del golpe separatista de 2017, perpetrado tal día como hoy.

Sánchez insiste en que logrará la reelección sin explicar el precio

Esa nueva exigencia del separatismo ni siquiera ha inmutado al secretario general del PSOE. Sánchez insistió ayer en que logrará la reelección, pero sin revelar a qué precio y sin referirse a las exigencias de los separatistas. Unas exigencias que el PSOE negocia de espaldas a los españoles, de forma secreta y exhibiendo una vez más la opacidad antidemocrática de la que Sánchez ha hecho gala durante todo su mandato. Sánchez trata a los españoles como meros pagadores de impuestos a los que no debe ninguna explicación. Es una forma de gobernar propia de un político despótico y corrupto, que pone sus intereses personales por encima de la Nación.

Feijóo cree que la exigencia del referéndum es «un cebo»

Este sábado, en el Foro La Toja (ver vídeo, punto 57:34), Alberto Núñez Feijóo se refirió a esa nueva exigencia de los separatistas, haciendo una observación muy interesante y muy reveladora:

"En mi opinión, la autodeterminación es un cebo para no hablar de la amnistía. Lo que aquí está encima de la mesa no es el referéndum de independencia. Lo que está encima de la mesa es la amnistía, y el referéndum es el cebo para concluir que hemos conseguido decir "no" al referéndum de independencia y hemos dicho sí a algo más sensato que es la amnistía. El independentismo no tiene prisa, porque si consigue todo lo que pide se acabaría el objeto social, y en consecuencia primero es la amnistía y después vendrá, lógicamente, la consecuencia de la misma. Pero vamos a hacer que dialogamos, vamos a hacer que ninguno cede para ceder todos. El cebo es el referéndum, eso te diré que no, y lo que te daré será la amnistía, eso te diré que sí".

Un truco que también ha utilizado el Partido Popular

Me ha parecido muy interesante este análisis. Personalmente no se me había ocurrido verlo así. Pero al verlo así, y discurriendo un poco, se me ha ocurrido que no es la primera vez que veo en práctica ese truco del cebo, es decir, de lanzar a la opinión pública o a los votantes de un partido un planteamiento muy inaceptable que haga parecer que otros planteamientos igualmente inaceptables parezcan menos malos. De hecho, lo que Feijóo ha descrito, sin darse cuenta, es el voto del mal menor, una lacra que ha venido degradando políticamente a la derecha en España desde hace décadas y que el PP ha usado muchas veces.

Recordemos, por ejemplo, la época en la que el PP decía defender la vida, pero finalmente acabó asumiendo ciertas excepciones para el aborto, en la creencia de que sería capaz de captar más votantes renunciando a una parte de sus principios y adoptando el papel de un mal menor frente a la izquierda para retener a sus votantes de derechas. Con el paso de los años, el cebo ha ido tirando más y más de esos votantes de derechas, asumiendo abiertamente las tesis proaborto del PSOE, en una situación en la que muchos ya se han hartado y decidieron cambiar su voto y apoyar a Vox.

El partido de Feijóo también ha aplicado esa táctica del cebo a la cuestión nacional. En algunas regiones, el PP ha asumido las tesis del nacionalismo en gran medida, algo que ha ocurrido precisamente en Galicia, una comunidad que ha estado gobernada por Feijóo durante muchos años. El PP adoptó el papel de dique contra el separatismo, mientras asumía una parte de las tesis separatistas, como la exclusión del español de la toponimia oficial y de gran parte de los documentos y rótulos públicos, tratando a los gallegos hispanohablantes como extranjeros en su propia tierra.

Qué signican las llamadas para «reunificar el centro-derecha»

Es normal que Feijóo haya sabido reconocer ese truco al ver como el PSOE y el separatismo lo ponen en práctica, porque él también lo utilizó. De hecho, con ese cebo, con esa apuesta por el mal menor, el PP ha contribuido también a degradar nuestra democracia, y lo ha hecho, además, haciendo todo lo posible para impedir la consolidación de una alternativa política que hiciese frente con firmeza a las tesis de la izquierda y del separatismo. Esos mensajes del PP a favor de "reunificar el centro-derecha", unos mensajes que ahora vuelven a repetir los medios afines a ese partido al ver la posibilidad de que haya unas nuevas elecciones, son un intento para que sigamos siendo rehenes del mal menor, para que sigamos intentando tragarnos ese cebo que el PP, el PSOE y el separatismo vienen usando desde hace muchos años.

Personalmente, agradezco a Feijóo que haya tenido la amabilidad de enseñar su baraja trucada en un intento de desvelar las trampas de otros, porque me reafirma en la idea de que el PP ya no es la solución, sino parte del problema. Vox es la última esperanza que nos queda a los que estamos hartos de esos cebos y de ese mal menor que tanto han beneficiado a la izquierda y a los separatistas.

ELENTIR

domingo, 17 de septiembre de 2023

Así es como la extrema izquierda mintió a las mujeres con una ley que beneficia a violadores



En nombre del feminismo, la extrema izquierda de Podemos ha engañado a las mujeres de España y ha favorecido a sus agresores sexuales.



La Justicia alertó sobre los efectos de la ley pero Montero los negó

Al igual que su partido, Podemos, la ministra de Igualdad, la comunista Irene Montero, lleva meses mintiendo sobre su ley del "sólo sí es sí". Como ya supieron los lectores de Contando Estrelas hace un año, esa ley rebajaba las condenas a los agresores sexuales, algo que ya fue advertido por el Consejo General del Poder Judicial en 2021, antes de que la ley fuese aprobada. A pesar de la evidencia, Montero lo negó y dijo en febrero que "las leyes no bajan penas".

Podemos culpó a los jueces de los resultados de su ley

Desde que empezaron las críticas por esas rebajas penales a violadores y pederastas, Podemos ha venido culpando a los jueces de aplicar mal la ley, en una exhibición de ignorancia jurídica y de cinismo político que buscaba cargar a la Justicia con las culpas de la ley redactada por dirigentes de ese partido. Una campaña de desinformación que muchos simpatizantes de la extrema izquierda se tragaron sin rechistar, de la misma forma que se tragan cualquier mentira que les digan desde Podemos y otros partidos afines.

Podemos defendió esa ley y se negó a modificarla

A finales de agosto de 2023, Montero celebró el primer aniversario de esa ley ensalzándola y sin hacer ni la más mínima autocrítica sobre su contenido y sobre su responsabilidad como ministra sobre el contenido de la ley que redactó su departamento. Recordemos, de hecho, que a comienzos de febrero, desde Podemos justificaron la rebaja de condenas a violadores. Dos meses más tarde, cuando la ley fue reformada por el PSOE y el PP, Podemos votó en contra de la reforma, porque se negaba a cambiar ni una coma de esa ley.

Ahora Podemos cambia de versión y culpa al PSOE

Después de todo esol, ayer, en un mitin de Podemos, Irene Montero se refirió a esa ley y dijo (ver vídeo): "sí, la ley tiene un error, un error garrafal, que como todo el mundo sabe, ha cometido el Ministerio de Justicia, que es del Partido Socialista".

Esta declaración de Montero implica un cambio de versión que deja a la ministra como una mentirosa. Si la ley tenía un gran error (Montero ni siquiera dice cuál) y ese error era responsabilidad del PSOE, ¿entonces por qué cuando el PSOE dio a Podemos la oportunidad de corregir esa ley, Podemos se negó? Podemos actuó como el partido autor de esa ley, un partido que no toleraba que se cambiase ni un ápice de su ley.

Y si el error fue del PSOE, ¿por qué Podemos lleva meses culpando a los jueces? ¿Podemos acusó falsamente a los jueces de aplicar mal la ley, es decir, les acusó falsamente de cometer un delito de prevaricación, a pesar de que sabía que el error supuestamente se debía al PSOE?

Y si ese error fue culpa de los socialistas, ¿por qué Podemos se ha negado a hacer ni la más mínima autocrítica de esa ley, incluso cuando el PSOE decidió modificarla? Podemos defendió con más radicalidad que el PSOE esa ley de la que ahora culpa a sus socios de gobierno. Incluso votó en contra de su modificación.

Una mentalidad de secta en la que la verdad no importa

Obviamente, Montero y la dirección de Podemos saben que los hinchas de ese partido de extrema izquierda tienen unas grandísimas tragaderas. Los comunistas llevan muchos años prefiriendo las consignas del partido cuando éstas entran en colisión con la lógica. Lo hicieron durante décadas llamando "república democrática" a la dictadura comunista de Alemania Oriental, y lo han hecho cada vez que se declaraban "demócratas" y a la vez apoyaban a dictaduras como las de Cuba y Venezuela. ¿Qué les importa una mentira más? El comunismo funciona como una secta, y en las sectas la verdad no importa.

El problema de España es que esa mentalidad sectaria se ha extendido también al mal llamado "centro-izquierda", a los que se declaraban "socialdemócratas" y ahora actúan, en la práctica, como un simple clon de la extrema izquierda. El PSOE es tan culpable de esa ley como Podemos. La apoyaron los diputados de ambos partidos y la aprobó en su conjunto un Consejo de Ministros formado por socialistas y comunistas y presidido por Pedro Sánchez. Por mucho que ahora se tiren los trastos a la cabeza, socialistas y comunistas son responsables por igual de ese favor a los violadores. Y Pedro Sánchez es especialmente responsable de que Irene Montero se mantenga aún hoy en su cargo.

Elentir

viernes, 15 de septiembre de 2023

¿»Maricomplejines»… o más bien «maricómplices»? | Luis Antequera



Cuarenta años llevamos ya llamándoles “maricomplejis”, “maricomplejines”… Lo inventó un famoso locutor de radio y medio país los llama así… El término haría referencia a la cobardía, pusilanimidad y timoracia de las que siempre habría hecho gala en su comportamiento en la escena política española, incapaz de llevar la contraria, ni de hacer nada que pueda desagradar mínimamente, al partido que le amarga la existencia en uno de los debates más broncos que se registra en cualquier cámara legislativa europea, el que tiene lugar en el Parlamento español.

Me refiero, naturalmente, al Partido Popular.

Yo, sin embargo, no estoy ya ni en ese discurso ni en esa idea. Si alguna vez evidenció cobardía, si alguna vez lo hizo, -que yo creo que no, que era otra cosa-, desde tiempos muy antiguos ya, el Partido Popular de lo que da pruebas inequívocas y cada vez menos disimuladas, es de total complicidad con el proyecto que desarrollan los partidos a los que supuestamente se opone.

Es simplemente, como ya he expresado en otros artículos, una cuestión de roles, roles muy bien repartidos para poder alcanzar a todo el espectro electoral, engañarlo, engatusarlo y conducirlo, como se conduce a los corderos hacia el matadero, al plan que para nuestras sociedades han previsto en lejanos laboratorios internacionales.

En España, los roles repartidos por los estrategas del sistema asignan a la izquierda gamberra de todos conocida (podemitas-comunistas-separatistas-terroristas) la fase inicial de «lanzamiento con riesgo incluso de hacer el ridículo” (en su día asistimos a una cansina batería de ellas: el todos-todas-todes; el ataque al consumo de carne; la matria; el derribo de monumentos, etc.).

Al PSOE (un partido «de estado»), el de la «serena y responsable aprobación de la ley».

Y al PP, el que quizás es el más importante de todos esos roles: «el voto negativo en la sesión de su aprobación parlamentaria, para luego, al ascender al poder, con la ley ya aprobada por PSOE & cia, no decir ni pío», incrementando incluso, por lo bajini, las dotaciones económicas de la ley y los medios para su aplicación, anulando así, de manera sibilina y silenciosa, toda resistencia que hubiera podido oponer algún sector del electorado.

Así fue con el aborto, tanto el aborto despenalizado como el aborto-derecho. Así fue con el divorcio express. Así fue con el matrimonio homosexual. Así fue con las leyes y campañas discriminatorias del varón. Así fue con el cambio climático. Así fue con el adoctrinamiento en las aulas. Así fue con las leyes que imponen el lenguaje “inclusivo”. Así fue con la memoria histórica. Así es, incluso, con una cuestión tan en principio nimia como Madrid Central… Y así será con la eutanasia, con la nueva vuelta de tuerca que se da a la memoria histórica y con cualquier otro proyecto que alguien, en algún lugar recóndito del mundo, haya previsto para España.

Todo lo cual no es óbice para que subsista la lucha a muerte «por mi parte del pastel», que en España se presenta, -y cada vez más-, como particularmente suculento y atractivo, de donde el debate tan bronco al que, a pesar del acuerdo ideológico, acudimos atónitos los españoles, y nos lleva a creer que son distintos, cuando en realidad son lo mismo.

Los unos, los que se presentan a sí mismos como “progresistas”, desarrapados y malolientes, ordinarios hasta la zafiedad; los otros, los que se presentan a sí mismos como “conservadores”, trajeados y hasta engominados. Se dicen exabruptos. ¡Pero al final todos lo mismo! Porque al final, todos, “progresistas” y “conservadores”, tenemos que llegar al mismo sitio. Esas son las reglas.

Que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos.

Luis Antequera

viernes, 23 de junio de 2023

El PSOE aprueba quemar la Bandera de España pero no tolera ofensas a una bandera particular



Los socialistas ya apoyaron dos veces legalizar la quema de banderas españolas


Un partido político, al igual que una persona, se retrata por sus actos. Y la izquierda no deja de retratar su radical sectarismo.



Una bandera particular inventada por un británico en 2021

Hace unos días, Vox colocó una lona gigante en un edificio de Madrid con el título "Decide lo que te importa". La pancarta mostraba una mano arrojando a la papelera seis emblemas: el logo feminismo radical, el logo de la Agenda 2030, el emblema del movimiento okupa, una bandera separatista catalana, una bandera comunista y una bandera con un diseño estrafalario y una espantosa combinación de 11 colores.

Esta última es una bandera diseñada en 2021 por el británico Valentino Vecchietti denominada "Bandera del orgullo del progreso", que según él se trata de un rediseño de una bandera muy parecida diseñada por Daniel Quasar en 2018, siendo éste, a su vez, un rediseño de la bandera LGTB. Esta bandera parece diseñada con el mismo gusto estético que el sitio web de Homer Simpson, y por supuesto son muchas las personas a las que dice representar que no se sienten representadas por ella. Es una bandera particular y sin ningún carácter oficial. Tiene la misma representatividad que una bandera particular dibujada por un chaval de 13 años para representar a los miopes, a los amigos de los osos de peluche o a los fans del frente de liberación de las bolas de golf.

El PSOE denuncia la lona diciendo que es un «delito de odio»

Lo más curioso de este caso es que el PSOE ha denunciado esta lona por un posible "delito de odio". Recordemos que el PSOE no ha tenido reparos en aliarse en el Congreso con partidos que promueven el odio a España. Es más: he buscado y rebuscado y no he encontrado ni una sola denuncia del PSOE contra las frecuentes quemas españolas en mítines separatistas, unas quemas que constituyen un claro delito de ultraje a España, tipificado por el Artículo 543, que castiga "las ofensas o ultrajes de palabra, por escrito o de hecho a España, a sus Comunidades Autónomas o a sus símbolos o emblemas, efectuados con publicidad", para los que prevé la pena de multa de siete a doce meses.

El PSOE ya apoyó dos veces legalizar la quema de banderas españolas

La doble vara de medir del PSOE con las banderas no se detiene ahí. El 23 de octubre de 2018, el PSOE votó a favor de una iniciativa de Podemos para legalizar esos ultrajes a España, calificándolos como "libertad de expresión". Esa iniciativa -apoyada por el PSOE, por los comunistas de Podemos y por los partidos separatistas- pretendía, además, legalizar las vejaciones a los creyentes (Art. 525 del Código Penal), las injurias y amenazas a los Ejércitos y a las Fuerzas de Seguridad y a las instituciones del Estado (Art. 504) y las calumnias e injurias contra la Corona y contra la Familia Real (Arts. 490.3 y 491).

Como se puede ver, los mismos que califican como "odio" todo aquello que contradice sus dogmas ideológicos, querían dar barra libre a las peores manifestaciones de odio del separatismo y de la izquierda. Y es que la izquierda, cuando acusa de "odio" a los demás, lo que hace es eso que en psicología se denomina proyección, que consiste en atribuir a los demás defectos propios para así considerarse mejor que ellos.

No fue la única vez que el PSOE se retrató de esa forma: en junio de 2021 los socialistas volvieron a apoyar otra iniciativa de Podemos para legalizar esos delitos. El texto de la iniciativa (se puede leer aquí) pedía derogar el delito de ultrajes a España que castiga la quema de banderas españolas, con el siguiente argumento: "Este delito se está aplicando para atacar la libertad de expresión, reprimiendo la crítica contra los símbolos de nuestro país, materializados en la bandera y el himno nacional". El resultado de la votación se puede ver aquí. Los 120 diputados del PSOE votaron a favor, incluido Pedro Sánchez.

La razón de esa ridícula doble vara de medir de la izquierda

Así pues, después de apoyar la legalización de la quema de la bandera oficial que nos representar a todos los españoles (sea cual sea nuestro sexo, ideología, edad, creencias, raza, clase social, gustos, orientación sexual, etc.), ahora el PSOE quiere perseguir una ofensa a una bandera particular diseñada por un tipo hace dos años, una bandera que no tiene ningún carácter oficial y que sólo representa a aquellos que quieran sentirse representados por ella. Es tan ridículo como si el PSOE denunciase a alguien por ofender a la bandera de los Teletubbies.

Si la izquierda quiere de verdad defender los sentimientos de los ciudadanos frente a las ofensas gratuitas, que empiece por perseguir a los que cometen un delito quemando Banderas de España, que es la bandera oficial que nos representa a todos. En vez de hacer eso -que es algo que exige una ley ya vigente-, la izquierda pone cualquier chorrada por encima del respeto debido a todos los españoles. Y es que el PSOE se siente más cómodo con quienes odian a España que con quienes defienden sus símbolos. Basta con ver a los aliados que se ha buscado estos últimos cuatro años en el Congreso.

Elentir