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viernes, 23 de diciembre de 2022

Cardenal Sarah sobre Traditionis Custodes: “Reina en la Iglesia un profundo malestar y un verdadero sufrimiento en torno a la liturgia”



Valeurs Actuelles, Dic-22-2022, presenta una entrevista con el cardenal Robert Sarah, prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos. Traducción de Secretum Meum Mihi de una de las respuestas en la que específicamente se le pregunta sobre el motu proprio Traditionis Custodes.

El motu proprio Traditionis Custodes ha suscitado mucha incomprensión y desánimo entre los católicos ligados al rito tradicional: ¿qué le dice a los sacerdotes que celebran en latín y que están abatidos por la hostilidad que sufren? ¿Cómo explicar la discrepancia entre el éxito de esta liturgia, especialmente entre los jóvenes, y la desconfianza que suscita en una parte de la Iglesia?


La liturgia no es una cuestión secundaria, ella expresa y forma nuestra manera de entrar en relación con Dios. La liturgia no es una vaga opción facultativa sino una fuente fundamental del alma cristiana. Es el reconocimiento, la veneración y la celebración de los misterios cristianos y de la acción divina. Las formas de culto dan forma a nuestra cultura cristiana. En efecto, en la liturgia, todos nuestros gestos y todas nuestras palabras han sido purificados y cincelados por siglos de experiencia cristiana. La liturgia obedece a esquemas codificados, heredados de mil generaciones.

Toda alma busca a Dios, su grandeza, su majestad y su hermosura.

Pero debemos tener el coraje y la lucidez de constatar que la liturgia católica hoy está enferma. El mismo Papa Francisco lo subrayó. ¿Por qué tantos jóvenes están fascinados por la liturgia antigua? Seamos honestos. Sería demasiado fácil decretar conscientemente que todos ellos tienen una necesidad psicológica equivocada de identidad. ¿No deberíamos admitir que muchas celebraciones los decepcionan? ¿Que no encuentran allí aquello de lo que su alma está profundamente sedienta? Muchas liturgias desacralizadas los dejan hambrientos.

Toda alma busca a Dios, su grandeza, su majestad y su hermosura. Pero uno sólo puede acercarse a Dios con estupor, respeto religioso y temblor filial. Necesitamos signos sagrados para ir a él. Nuestro cuerpo necesita arrodillarse para que nuestra alma se deje abrazar por Dios. Necesitamos alejarnos de la cotidianidad profana para que Dios nos tome de la mano y nos conduzca a Su sagrado corazón. A veces se cree que la liturgia debería hacerse más accesible mediante el uso de música profana, de actitudes artificialmente relajadas, mediante la supresión de las separaciones sagradas y la nivelación arquitectónica de las iglesias. Es una ilusión trágica. Todas estas opciones nos alejan de Dios en lugar de acercarnos.

Ya que me pregunta por el motu proprio Traditionis custodes, quiero ser explícito. Reina en la Iglesia un profundo malestar y un verdadero sufrimiento en torno a la liturgia. Esto prueba que la reforma deseada por el Vaticano II no está completa. Todavía no ha encontrado su punto de equilibrio.

Benedicto XVI, fiel lector del Concilio Vaticano II, nos enseñó de forma definitiva que la liturgia antigua y la liturgia nueva no eran contradictorias ni opuestas, que debían pensarse en continuidad orgánica. Esta es una enseñanza que ahora está establecida. El Papa Francisco, por su parte, nos recordó que estas dos liturgias no deben desarrollarse una al lado de la otra como dos mundos extraños entre sí. También enseñó con fuerza que el Concilio Vaticano II debe guiar e iluminar la práctica de estas dos liturgias. Sin embargo, muy a menudo, las liturgias parroquiales no son fieles al concilio. Por ejemplo, ¿está el canto gregoriano en primer lugar como él lo exige?

De ahora en adelante, para los próximos años, será tarea de los obispos y papas sacar las consecuencias prácticas. Es cierto que la práctica litúrgica actual debe evolucionar. Debe integrar los mejores elementos de lo antiguo a la luz del concilio. La celebración orientada ad Deum o hacia la Cruz, el amplio uso del latín, el uso del antiguo ofertorio o las oraciones dichas “al pie del altar”, el lugar importante que se da al silencio son para mí elementos que harían posible lograr —¡por fin!— la paz litúrgica y realizar la reforma que verdaderamente quería el Vaticano II y que aún no hemos logrado.

martes, 23 de noviembre de 2021

Cardenal Robert Sarah. El futuro de la Iglesia en Europa. Toda la verdad de Dios nos es dada y revelada en Cristo




El futuro de la Iglesia en Europa
Cardenal Robert Sarah
Draguignan, 18 de septiembre de 2021

INTRODUCCIÓN (1) 

Queridos amigos,

En primer lugar quiero agradecerles el honor que me hacen al venir a escucharme; pero en realidad no vine en mi nombre, sino en el nombre de Jesús. Es a él a quien escuchas con mi voz (torpe, torpe, imperfecta), y el tema de mi conferencia, que te ha sido anunciado, es la Visión del futuro de la Iglesia en Europa ...

Tenga la seguridad de que no soy un profeta, ni un hijo de profetas, para hablar del futuro, pero, de mi último libro, " Es de noche y el día ya está empezando a declinar " [ aquí - aquí - aquí ]. Allí trato de analizar la crisis de la fe, la crisis sacerdotal, la crisis de la Iglesia, el colapso espiritual de Occidente ... Después de leerlo, un periodista me hizo la siguiente pregunta:

¿Qué responderías, quién pensaría que este libro es pesimista (ver alarmista)?

Le respondí que “Es de noche y el día ya se pone a declinar” intenta hacer una verificación, un diagnóstico, con la máxima cautela, con mucha atención al rigor, la precisión y la objetividad.

Me parece que no estoy lejos de la verdad y realidad de las cosas y situaciones que vivimos hoy. Es cierto que los signos del declive de Occidente y del mundo pueden parecer sombríos, pero el propio Papa Benedicto XVI, en 2005 en Subiaco , un mes antes de su elección a la cátedra de San Pedro, dijo: Occidente está atravesando una crisis. como no se ha visto en toda la historia de la humanidad. La realidad está ahí. Lo que ahora aparece a plena luz tiene causas profundas. Tienes que tener el coraje y la honestidad para expresarlo con claridad.

1. CRISIS ESPIRITUAL DE FE

La crisis que atraviesan el clero, la Iglesia, Occidente y el mundo es radicalmente una crisis espiritual. Es una crisis de fe en Dios. No se puede decir que no haya crisis de fe cuando vemos claramente que las iglesias en la mayoría de los países europeos están vacías. Por ejemplo: en Alemania, cada año, hay 200.000 católicos que abandonan la Iglesia Católica; en paralelo, 300.000 protestantes que abandonan la Iglesia protestante. 

En el corazón de la crisis actual de la Iglesia y su declive, especialmente en Occidente, está la pérdida de la fe en la presencia real de Jesucristo. Ya no se cree verdaderamente en la presencia real de Jesucristo. Después de ver a un sacerdote celebrar la misa, puedes saber si tiene fe o no ... Cuando el sacerdote administra la Eucaristía puedes saber si tiene fe o no ... De cómo se comporta cuando la gente llega a pedir la Eucaristía el la lengua, se puede saber si el padre que los trata mal tiene fe o no (es decir, no sabe lo que tiene en las manos).

Muchas veces se ha dicho (lo dice George Bernanos), muchas veces se ve con lágrimas de impotencia, pereza u orgullo, que el mundo se está volviendo descristiano, pero el mundo no ha vencido a Jesucristo ... Somos nosotros los que recibimos es por esto que Dios se retira de nuestro corazón ... Somos nosotros los que nos descristianizamos ... miserables ...

2. REEMPLAZO DE LA MISIÓN FUNDAMENTAL DE LA IGLESIA

En lugar de afirmar que la cuestión cristiana de la fe y la misión fundamental de la Iglesia es el anuncio del Evangelio y el nombre de Jesucristo, único salvador del mundo ... Hay quienes pasan mucho tiempo hablando de la homosexualidad. , acogida de inmigrantes, de diálogo, de apertura, de medio ambiente, de cuestiones socioeconómicas, de política. .. Quien organiza una compleja estrategia de presión para cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre el celibato, sobre la moral sexual. No estoy diciendo que estas cuestiones importantes y urgentes deban minimizarse o pasarse por alto. También la Iglesia debe afrontarlos con franqueza ya la luz del Evangelio y de la revelación.

3. RECHAZO DE DIOS EN LAS CONCIENCIAS

Dios, por tanto, es puesto a un lado. La crisis espiritual que atravesamos es casi global, pero se origina en Europa. El rechazo de Dios está en la conciencia occidental. No solo se rechaza a Dios, sino que Frederick Nietzsche, quien podría ser considerado el portavoz de Occidente, afirma que Dios está muerto. Dios ha muerto y somos nosotros quienes lo hemos matado, somos los asesinos de Dios ... al temor de Dios en el mundo de los hombres, Nietzsche opone la profecía del superhombre capaz de sustituir a Dios. Hoy el hombre ha tomado el lugar de Dios se hace a sí mismo Dios y dicta nuevas leyes. Lo que Dios había prohibido, hoy el hombre lo legaliza.

Matar a un niño es un mal, pero Europa legaliza el aborto. Dios dijo, el hombre nunca abandonará a su esposa y la mujer nunca abandonará a su esposo, los dos son una sola carne. Hoy el hombre legaliza el divorcio. Se pone en el lugar de Dios. Este rechazo de Dios y esta crisis de fe no se trata de un problema intelectual o teológico, en el sentido escolástico del término, se trata de encontrar una fe viva, una fe que impregna y transforma la vida. . Si la fe no encuentra una nueva vitalidad, convirtiéndose en convicción profunda y verdadera fuerza gracias al encuentro personal e íntimo que establece con Jesús, todas las reformas de la Iglesia que emprendamos quedarán ineficaces y vacías, y nos conducirán a la ruina total. Esta pérdida del sentido de la fe es el origen y la raíz de la crisis de la civilización., de la iglesia, del sacerdocio, por el que pasamos hoy.

Como en los primeros siglos del cristianismo, cuando se derrumbó el Imperio Romano, todas las instituciones humanas de hoy parecen ser la voz de la decadencia. Y, perdiendo el sentido de Dios, se socavan los cimientos de toda la civilización humana y se abre la puerta a la barbarie totalitaria. El hombre separado de Dios queda reducido a su única dimensión horizontal. Esta amputación es precisamente una de las causas fundamentales del totalitarismo que tuvo trágicas consecuencias en el siglo XX. Al oscurecer la referencia a Dios, se deja espacio para el relativismo y una concepción absolutista y ambigua de la libertad, que acaba por atar al hombre a los ídolos. Si Dios pierde su centralidad, el hombre pierde el lugar que le corresponde y nunca encuentra su lugar en la creación, en las relaciones con los demás.

4. CRISIS SIN PRECEDENTES EN EL SACERDOCIO

El sacerdocio mismo ha entrado en una crisis sin precedentes, única en la historia de la Iglesia. Es cierto, hay una minoría de sacerdotes en crisis profunda, pero es lo mismo si solo fueran dos, cuando un miembro sufre es todo el cuerpo el que sufre. Cuando estoy incapacitado con una mano, mi mano incapacita todo mi cuerpo.

Entonces el sacerdocio mismo entró en una crisis única y sin precedentes en la iglesia:

El celibato sacerdotal se considera una realidad inhumana e imposible, una cruel imposición que debe ser liberada. No creo que en el pasado hayamos sido objeto de acusaciones tan fuertes y horribles como las que actualmente se están haciendo contra cardenales, obispos, sacerdotes, a veces incluso condenados a prisión. 

Es cierto que el clero no siempre ha sido ejemplar en su conducta. Ya en el siglo VII, Gregorio el Grande se quejaba de que había demasiados sacerdotes, porque muchos aceptaban el ministerio sacerdotal, pero no ejercían los deberes del sacerdocio. ¡Qué pasa con el hecho de que hoy somos 400.000 sacerdotes! Pero reconocemos que esto es un invento maquiavélico, y la realidad actual sobre el clero no tiene precedentes, es dolorosa.

5. DEMOLICIÓN DE LA FAMILIA, DECADENCIA, HOMOSEXUALIDAD

En el transcurso de la historia del mundo y de los pueblos, no parece haber existido una civilización en la que los pueblos hayan legalizado el aborto, como dije recientemente, en el que la homosexualidad, la eutanasia, demolía la familia y destruía el matrimonio, al punto donde lo hace Occidente hoy. Estos son aspectos esenciales de la vida humana: si ya no existe la familia, si ya no hay matrimonio, la sociedad desaparece. Estamos en una situación difícil y la crisis es profunda, grave y peligrosa para la supervivencia de la humanidad. El mundo moderno atraviesa una crisis que amenaza mortalmente nuestro futuro.

6. PROGRESA SEGÚN EL MAL

Es cierto que no debemos ignorar los extraordinarios logros de Occidente en ciencia y tecnología. De hecho, es evidente que el mundo moderno presenta una extraordinaria intensidad de vida intelectual con admirables prodigios y avances en todas las ciencias, el extraordinario desarrollo de las letras y las artes. El fantástico avance de multitud de técnicas, poniendo cada vez más medios al servicio del hombre en toda la faz del planeta, el notable desarrollo de las relaciones o contactos humanos gracias a las prodigiosas tecnologías, es verdaderamente excepcional: Los medios de comunicación social.

Los hombres a menudo han podido utilizar toda esa tecnología, todo ese progreso, para hacer el mal, difundir mentiras, incitar a la violencia y la rebelión, provocar guerras y destruirse unos a otros. Sería absurdo negar que, aun así, estos medios técnicos son buenos, representan un progreso real. Del mismo modo, debemos notar una increíble proliferación de las más diversas corrientes de pensamiento e ideologías .

A pesar de todos estos aspectos positivos y de los inmensos logros científicos y tecnológicos, no se puede negar honestamente el déficit crónico de la natalidad, especialmente en Occidente. La planeada demolición de los cimientos de la familia y el matrimonio, los vicios antinaturales, los actos de pedófilos, el abuso infantil, los actos homosexuales y los horrores de la pornografía , que profanan y difaman el cuerpo masculino y femenino. Todo esto manifiesta una profunda crisis antropológica y un declive de la civilización en Occidente. Como dijo el Papa Benedicto XVI (fue un hombre verdaderamente presente, y que estudió a Occidente de manera profunda y seria. Se puede confiar en él cuando analiza la situación del mundo occidental hoy). Él dijo:

"El matrimonio monógamo, como estructura fundamental de la relación entre hombre y mujer y al mismo tiempo como célula en la formación de la comunidad estatal, se forjó sobre la base de la fe bíblica. Ha dado a Europa, tanto occidental como oriental, su rostro particular y su particular humanidad, también y precisamente porque la forma de fidelidad y renuncia aquí esbozada siempre tuvo que ser recuperada, con muchas penurias y sufrimientos. Europa ya no sería Europa si esta célula fundamental de su edificio social desapareciera o se cambiara en su esencia. 

Todos sabemos lo amenazados que están el matrimonio y la familia: por un lado está el vaciamiento de su indisolubilidad por formas de divorcio cada vez más fáciles, por otro lado, se está extendiendo la práctica de la convivencia entre hombre y mujer sin la forma jurídica del matrimonio. Por el contrario, paradójicamente, los homosexuales piden que se dé a sus uniones una forma jurídica, más o menos equivalente al matrimonio. De esta manera salimos de toda la historia moral de la humanidad.".Creo que lo que dijo Benedicto XVI debe conservarse de manera absoluta.

7. IDEOLOGÍA DE GÉNERO: REBELIÓN CONTRA DIOS

Hablamos de ideología de género, que agrava la crisis antropológica. Esta ideología sugiere que cada uno se crea a sí mismo , incluso su identidad sexual, por lo que puede elegir ser hombre, mujer o persona neutral ... ¡Nunca en la historia de la humanidad ha habido tal degradación del hombre! hacer uno mismo, elegir el sexo, cambiar de sexo ...

La ideología de género está, en algunos aspectos, desactualizada, en el presente, de las personas androgénicas o agénicas, entre otras categorías que se multiplican en el discurso contemporáneo ...

Y así, podríamos ser todo y nada, dependiendo de nuestros estados de ánimo internos, de cada uno ... Una forma de sacar al hombre de los límites de su condición humana, mientras todos tenemos que acogernos (aceptarnos) en nuestro propio cuerpo de hombre o mujer, que nos fue dado, en lugar de creer que nos damos, que nos creamos. Por eso un hombre nunca se convertirá en mujer y una mujer nunca se convertirá en hombre, a menos que se mienta a sí mismo o juegue con las apariencias ...

¿Cómo llegamos a tal locura, a tal crisis? Es porque hemos rechazado masivamente a Dios, Dios ya no tiene un lugar en la sociedad. El único lugar donde se tolera, se considera y se entrega a la residencia supervisada: es en el ámbito privado. El hombre ha tomado el lugar de Dios. Elabora nuevas leyes en total oposición a las de Dios y las de la naturaleza.

El hombre occidental valora y permite que los hombres se casen legalmente entre sí y las mujeres por igual, y que las parejas del mismo sexo pueden adoptar niños, trastornando y confundiendo radicalmente a todo el sistema filial y parental.

Entonces, cuando tienes la impresión de luchar por la reducción o abolición de la pena de muerte, ¡hoy es una comedia! Todo el mundo quiere que se elimine la pena de muerte y al mismo tiempo se legalice la muerte de los no nacidos. el aborto se ha convertido en un derecho de la mujer y los ancianos o los enfermos son legalmente sacrificados.

Si bien existe una lucha por todos lados contra la mutilación genital aplicada de manera inhumana en algunos países, al mismo tiempo se legaliza la mutilación de las personas que desean cambiar de sexo en Occidente.

Tuve que enfrentar un caso cuando todavía era prefecto del culto divino y la disciplina de los sacramentos:

Una mujer casada, 11 años de matrimonio, su marido puede estar, muerto o separado, que no figura en su expediente, decide hacerse hombre. Opera, una mama, segunda operación, la otra mama, tercera operación en el útero, y se convierte en una perfecta trans, reconocida por la ley francesa. No sé si el obispo revisó su expediente. Esa persona ingresa al seminario y hace toda su teología, es ordenada diaconisa, pero el obispo que lo ordenó se retira y su sucesor encuentra su expediente. 

Me escribe, mira en qué situación estoy, ¿qué te parece? Dije: escuchen, miren a esa persona, hagan una declaración juntos y digan que posponen la ordenación (fue tres meses antes de la ordenación) y rechazan esa ordenación indefinidamente.y le digo por qué: "Su ordenación como diácono no es válida, porque fue ordenado mujer". Así evitamos la ordenación de una mujer en Francia.

En otro caso, una niña de 13 años, hace ya 2 años, se estaba preparando para la confirmación. El obispo nos escribió: "Esta niña quiere ser hombre, ha comenzado el tratamiento, sus padres están de acuerdo, ¿confirmo a una mujer o a un hombre?". Le escribí: "Es una persona que se rebela contra Dios, porque la rebelión contra Dios es un pecado, es negar lo que Dios me hizo, es decir, Señor, me hiciste mujer, me lastimas, Señor, estoy por convertirse en un hombre. Bueno, no confirmes a esta mujer, a menos que la convenzas de que siga siendo mujer ”.
Estos son casos que nos pueden suceder a menudo en la actualidad. Ver: mientras se lucha contra la mutilación genital, esta mutilación está legalizada en Occidente ...

Pido disculpas por proporcionar estos casos precisos, pero lo que escribo se debe a una larga observación; el diagnóstico es preciso, real, objetivo y me limito a llamar la atención sobre el hecho de que los occidentales van hacia una deriva irreparable, si no dejan de querer transformar al hombre, haciéndolo Dios.

Vivimos hoy en la confusión, el caos real se está extendiendo. Hay un rechazo de ese recibir de Dios. El colapso espiritual, la confusión en la enseñanza doctrinal y moral de la Iglesia, la erosión de la fe cristiana, tienen por tanto características puramente occidentales.

8. RECHAZO DE LA PATERNIDAD VS LUCRO A CUALQUIER COSTO.

Me gustaría hacer hincapié en particular en el rechazo de la paternidad. Nuestros contemporáneos están convencidos de que para ser libre no se debe depender de nadie. Aquí hay un trágico error. Los occidentales están convencidos de que recibir es contrario a la dignidad de la persona humana. Pero el hombre civilizado es fundamentalmente heredero: recibe una historia, una cultura, un idioma; recibe una religión, una fe, un nombre, una familia, una tradición, un país ... El hombre civilizado es un heredero. Esto es lo que lo distingue del bárbaro. 

Negarnos a enrolarnos en una red de dependencia, tradición, herencia, filiación, nos condena a adentrarnos desnudos en la jungla de la competencia de una economía abandonada a sí misma, porque al negarse a aceptarse como heredero, el hombre se condena a sí mismo al infierno de la globalización. sin referencias morales ni éticas,

En el libro " Es de noche y el día ya empieza a declinar " trato de recordar a los occidentales que la verdadera razón de este rechazo de la herencia, de este rechazo de la paternidad es, después de todo, el rechazo de Dios, el rechazo de Dios al interior de la sociedad occidental. Recibimos de él nuestra naturaleza de hombre y mujer; Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó, "varón y hembra los creó". Esto se vuelve insoportable para los espíritus modernos. La ideología de género es en realidad un rechazo a recibir tu naturaleza sexual de Dios.

Algunos en Occidente se rebelan contra Dios y se oponen a su Creador y Padre, y se mutilan horriblemente, pero en vano, para cambiar de sexo. Sin embargo, fundamentalmente no cambian nada en su estructura como hombres y mujeres. La ciencia lo prueba. Podemos mutilar a una mujer para convertirla en hombre, no cambia nada. Lo mismo ocurre con el hombre. Occidente se niega a recibir y acepta solo lo que él mismo construye.

9. TRANSHUMANISMO

El transhumanismo es la última representación de estos movimientos. Como puede ver, cuanto más el mundo se va por el desagüe y amenaza con colapsar, más tiene que soñar. Es necesario alimentar a las poblaciones con promesas desorbitadas, engrandecer al hombre, hacerlo inmortal, hacerlo omnipotente. Pero vemos muy bien cómo los virus nos hacen conscientes de nuestra fragilidad, de nuestra nada. Nosotros que pensamos que somos poderosos ... un virus nos hizo reconocer, notar, que morimos, que no somos eternos. Nadie es eterno. Estamos hechos para encontrarnos con el Señor, porque aquí solo estamos en peregrinaje. Estamos hechos para la eternidad.

10. EL HOMBRE ESTÁ HECHO PARA LA ETERNIDAD

Entonces, cuanto peor va el mundo y amenaza con derrumbarse, las promesas más caras tienen que repetirse hasta el amargo final, revelando otro error, que consistiría en considerar el progreso continuo, con el que la mayor perfección siempre estaría en el futuro , y el presente es un paso hacia algo mejor.

Frente a este error hay que repetir que Jesucristo es absolutamente perfecto, en todo orden, que en él se ha alcanzado la perfección absoluta y definitiva, que nada puede ser más perfecto, ni lo será jamás, y que la Iglesia nunca podrá esperar. perfección nueva, que no encuentras en su origen. La Iglesia es perfecta desde el principio y santa desde el principio. Todas las reformas de la Iglesia son falsas . Somos nosotros quienes debemos reformarnos a nosotros mismos, no la Iglesia. La Iglesia es santa. Lo proclamamos en el Credo. Queremos crear una Iglesia nueva, una Iglesia moderna, pero no la de Cristo.

Cristo y el cristianismo son definitivos, por la eternidad. Pero nosotros, miembros de la Iglesia, debemos reformarnos, convertirnos. Tenemos que convertirnos en cristos. Por eso llevamos el nombre de cristianos, debemos ser cristos. A menudo les digo a los sacerdotes, no sólo son alter Christus , otros Cristos, son ipse Christus , el mismo Cristo, y todos, todos los cristianos, pueden decir lo mismo. Es Cristo quien se prolonga en mi vida. Cuando ves a un cristiano, tienes que ver a Cristo, cuando te sientes cristiano, tienes que escuchar a Cristo. Toda la verdad de Dios nos es dada y revelada en Cristo. Nunca se agregará una nueva verdad a la de la revelación.

La cruz de Cristo es una fuente infinita de santidad a la que nunca habrá nada que agregar. Nunca un santo agregará nada a la santidad de Jesucristo. Nunca habrá otro medio que los siete sacramentos establecidos por Jesucristo, otras sociedades que la iglesia fundada por Él, que pueda ser salvada y santificada por Él. Nunca habrá después del cristianismo una religión nueva y superior que Él (Cristo) he preparado.

Decimos que Cristo es el mismo, ayer, hoy y siempre. Tenemos que creer en ello y vivir exactamente eso. Lo que la fe cristiana nos hace afirmar excluye otro error: el de considerar la evolución de la creación en marcha hacia su fin como una evolución continua sin rupturas. La fe cristiana nos hace considerar dos partes de la historia esencialmente diferentes: antes y después de Cristo. Antes de Cristo, aún no se ha realizado lo perfecto y definitivo. Y en Dios y en el futuro, a partir de Cristo, se realiza.

En la historia, Cristo no es una etapa hacia algo más perfecto, superior. Es una línea que nos lleva a la cima. Con Cristo vemos bien que, detrás de la ilusión de nuevos horizontes, de una humanidad exaltada, finalmente podría aparecer una humanidad disminuida, una humanidad distorsionada, mutilada.

11. REDESCUBRA A DIOS

Entonces, ¿qué hacer para salir de todas estas crisis y la confusión moral y antropológica? ¿Quién echó a Dios del mundo de los hombres?

Para salir de su crisis, el hombre debe redescubrir a Dios y su amor infinito por nosotros. Debemos estar absolutamente convencidos de que la humanidad nunca se encontrará en un orden puramente natural , donde pueda cumplir su destino, por el simple desarrollo de la naturaleza humana, por la simple evolución de la persona humana. Es por la eternidad y de manera inmutable que Dios nos creó, para ser infinitamente más que hombres y tener una naturaleza puramente humana en nosotros.

Dios nos hizo para nosotros, para redescubrir la naturaleza divina, para que compartiéramos su vida divina. Cristo nunca vino a guardarnos humanamente, sino a elevarnos hacia el Padre, a divinizarnos. Cristo nunca nos dijo "sed perfectos como hombres perfectos", "realiza plenamente en tu humanidad". Dijo "sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto".

Estamos hechos para Dios y nuestro corazón está inquieto en la medida en que no descansa en Dios. Este es el corazón de nuestra fe: creer que a partir de ahora podemos compartir la vida de Dios. Por lo tanto, se establece para la eternidad que los hombres ¡No pueden cumplir sus destinos sino dentro de un orden sobrenatural donde, por los dones totalmente gratuitos de la gracia de Dios, son hijos de Dios! No se les dijo "sed perfectos según la perfección humana", plenamente desarrollados en el dominio humano, sino "sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto".El hombre se encontrará y se realizará a sí mismo, y realizará su perfección, no solo en el plano humano, sino en Dios.

En lo que creemos es en la respuesta que Dios da a la inevitable pregunta sobre el significado de la existencia humana. Esta respuesta es completa, en un dicho, tradicional en la Iglesia desde los primeros siglos. Parece que el primero en utilizarlo fue San Ireneo, obispo de Lyon, fallecido en el año 200. Este adagio ha sido repetido por los Padres de la Iglesia, tanto occidentales como orientales. Te lo citaré en latín para que mantenga su carácter de autenticidad. San Ireneo dijo:
" Deus homo factus est ut homo fieret Deus ", es decir, "Dios se hizo hombre para que el hombre se convierta en Dios". 

Por tanto, es urgente re-evangelizar Occidente. Ayúdalo a redescubrir las raíces cristianas de su cultura, de su ser. Occidente debe redescubrir la fuente de su vida, su historia, su cultura, de lo contrario corre el riesgo de paganizar al mundo entero. Si Occidente se niega y se encierra en su secularismo, en su autonomía de Dios, corre el riesgo de desaparecer y morir, como dijimos antes. Un árbol, por vigoroso que sea, muere si pierde sus raíces.

Un río, por majestuoso que sea, si está aislado de su fuente se seca y desaparece.

Gracias.

Cardenal Robert Sarah
______________________
(1) Los subtítulos los inserta el editor.
[Traducción de la Iglesia y postconcilio]

martes, 16 de noviembre de 2021

El futuro de la Iglesia en Europa (Cardenal Robert Sarah Conferencia)



Draguignan, 18 de Sept de 2021

Introducción (1)

Queridos amigos,

Yo deseo, en primer lugar, agradeceros por el honor que vosotros me hacéis, viniendo a escucharme, pero en efecto, yo no he venido en mi nombre, sino en el nombre de Jesús. Es a él a quien vosotros escucháis a través de mi voz, (torpe, inhábil, imperfecta), y el tema de mi conferencia, que les fue anunciado, es la Visión del futuro de la Iglesia en Europa...

Tengan certeza que no soy un profeta, ni un hijo de profetas, por hablar del futuro, pero, en mi último libro, “Se hace tarde y anochece”. Allí, yo trato de analizar la crisis de la fe, la crisis sacerdotal, la crisis de la Iglesia, el derrumbamiento espiritual del occidente... Después de haberlo leído, un periodista me hizo la siguiente pregunta:

¿Qué respondería Ud., a los que podrían estimar, que este libro es pesimista (ver alarmista)?

Yo le respondí que “Se hace tarde y anochece” trata de hacer una constatación, un diagnóstico, con el máximo de prudencia, con gran preocupación por el rigor, la precisión, y la objetividad.

Me parece que no estoy muy lejos de la verdad, y de las realidades de cosas, y de situaciones que vivimos hoy. Bien cierto, los carteles de la decadencia de occidente y del mundo pueden parecer sombríos, pero ya el papa Benedicto XVI, él mismo ha dicho, en 2005 en Subiaco, un mes antes de su elección a la silla de San Pedro: El dijo que el occidente atraviesa una crisis como no se ha visto en toda la historia de la humanidad. La realidad está allí. Lo que ahora aparece a plena luz del día tiene causas profundas. Se debe tener el coraje y la honestidad de denunciar con claridad.

1. Crisis espiritual de la fe

La crisis que viven el clero, la Iglesia, el occidente y el mundo, es radicalmente una crisis espiritual. Es una crisis de la fe en Dios. Uno no puede decir que no hay crisis de la fe, cuando vemos bien que las iglesias en la mayoría de los países europeos están vacías. A título de ejemplo: En Alemania, cada año, hay 200000 católicos que abandonan la Iglesia Católica, paralelamente, 300.000 protestantes que abandonan la iglesia protestante. El descenso de la fe en la presencia real de Jesucristo está al corazón de la crisis actual de la Iglesia y de su declinación, sobre todo en occidente. Realmente no se cree más en la presencia real de Jesucristo. Después de ver un sacerdote celebrar la misa, uno puede saber si tiene la fe o no... Cuando el sacerdote tiene la eucaristía uno puede saber si él tiene la fe o no... Por como se comportan cuando la gente viene a pedir la eucaristía sobre la lengua uno puede saber si él tiene la fe o no, el padre que les trata mal (es decir que no sabe lo que él tiene en sus manos).

Uno ha dicho frecuentemente (dice George Bernanos), uno frecuentemente ve con lágrimas de impotencia, de pereza, o de orgullo, que el mundo se descristianice, pero el mundo no ha vencido a Jesucristo... Somos nosotros que lo hemos recibido por él, es de nuestro corazón que Dios se retira... Somos nosotros que nos descristianizamos... miserables...

2. Reemplazo de la misión fundamental de la Iglesia

En lugar de afirmar que, la cuestión cristiana de la fe, y la misión fundamental de la Iglesia, es el anuncio del evangelio, y el nombre de Jesucristo, único salvador del mundo... Alguno pasa mucho tiempo a hablar de la homosexualidad, del recibimiento a los inmigrantes, de diálogo, de la apertura, del medio ambiente, de cuestiones socio económicas, de política... Otro organiza toda una estrategia de presión por hacer cambiar la enseñanza de la Iglesia, sobre el celibato, sobre la moral sexual. Yo no digo que haya que minimizar o despreciar esas cuestiones importantes y urgentes, que la Iglesia las debe también enfrentar con franqueza y a la luz del evangelio y la revelación.

3. Rechazo de Dios en las conciencias

Dios, por lo tanto, está puesto de costado. La crisis espiritual que nosotros atravesamos es casi mundial, pero ella tiene su origen en Europa. El rechazo de Dios está en la conciencia occidental. No solamente Dios es rechazado, pero Frederick Nietzsche, que uno podría considerarlo como el vocero de occidente, afirma que Dios está muerto. Dios resta muerto y somos nosotros que lo hemos matado, somos los asesinos de Dios... al temor de Dios en el mundo de los hombres, Nietzsche opone la profecía del superhombre capaz de reemplazar a Dios. Hoy el hombre ha tomado el lugar de Dios. Él se hace Dios y dicta nuevas leyes. Eso que Dios había prohibido, el hombre lo legaliza hoy.

Matar un niño, eso es malo, pero la Europa legaliza el aborto. Dios dijo, el hombre no abandonará jamás a su mujer y la mujer no abandonará jamás a su esposo, los dos no son que una sola carne. Hoy el hombre legaliza el divorcio. Él se pone en lugar de Dios. Ese rechazo de Dios y esta crisis de fe, no se trata de un problema intelectual o teológico, en el sentido universitario del término, se trata de encontrar una fe viva, una fe que impregna y transforma la vida. Si la fe no encuentra una vitalidad nueva, convirtiéndose en una convicción profunda y una fuerza real gracias al encuentro personal e íntimo que ella instaura con Jesús, todas las reformas de la Iglesia que nosotros emprendamos quedarán ineficaces y vacías, y nos encaminará hacia la ruina total. Esta pérdida de sentido de la fe es la fuente y la raíz de la crisis de la civilización, de la crisis de la iglesia, del sacerdocio, que atravesamos hoy.

Como en los primeros siglos del cristianismo, cuando se derrumbó el imperio romano, todas las instituciones humanas parecen hoy, ser la voz de la decadencia. Y perdiendo el sentido de Dios, uno socava los cimientos de toda civilización humana y abre la puerta a la barbarie totalitaria. El hombre separado de Dios es reducido a su sola dimensión horizontal. Esta amputación es justamente una de las causas fundamentales de los totalitarismos que han tenido consecuencias trágicas en el siglo XX. Oscureciendo la referencia a Dios, uno deja lugar al relativismo y a una concepción absolutista, ambigua, de la libertad, que termina por enlazar al hombre a los ídolos. Si Dios pierde su carácter central, el hombre pierde su justo lugar y él no reencuentra nunca su lugar en la creación, en las relaciones con los otros. El rechazo moderno de Dios nos encierra en un nuevo totalitarismo: el del relativismo y del liberalismo absoluto que no obedece ninguna ley, si no es la del lucro (ganancia material sin escrúpulos).

4. Crisis inédita del sacerdocio

El sacerdocio mismo ha entrado en una crisis inédita, única en la historia de la Iglesia. Cierto, hay una minoría de sacerdotes que están en una crisis profunda, pero igual, si hubieran sido sólo dos, cuando un miembro sufre es todo el cuerpo que sufre. Cuando yo estoy incapacitado de una mano, mi mano me incapacita todo mi cuerpo.

Entonces, el sacerdocio mismo ha entrado en una crisis inédita y única en la iglesia:

El celibato sacerdotal es considerado como una realidad inhumana, imposible, una imposición cruel de la cual hay que deshacerse. Yo no pienso que en el pasado, nosotros hayamos pasado por acusaciones tan fuertes, tan horribles, como esas dirigidas actualmente contra cardenales, obispos, sacerdotes, algunas veces, incluso condenados a penas de prisión.
Cierto, el clero no ha sido siempre ejemplar en su conducta. Ya en el siglo VII, Gregorio Magno, se quejaba que había demasiados sacerdotes, porque muchos aceptaban el ministerio sacerdotal, pero no hacían el trabajo del sacerdocio. ¡Qué diría de hoy que somos 400.000 sacerdotes! Pero reconozcamos que eso que está orquestado de manera maquiavélica, y eso que es real hoy concerniente al clero, es inédito, es doloroso.

5. Demolición de la familia, decadencia, homosexualidad

En el transcurso de la historia del mundo y de los pueblos, no parece que haya existido una civilización donde los pueblos hayan legalizado el aborto, como he dicho recientemente, donde la homosexualidad, la eutanasia, han demolido la familia y destruido el matrimonio, a un punto tal como lo hace el occidente hoy. Esos son, por lo tanto, aspectos esenciales de la vida humana: si no hay más familia, si no hay más matrimonio, la sociedad desaparece. Estamos en una situación difícil, y la crisis es profunda, grave, y peligrosa para la supervivencia de la humanidad. El mundo moderno está en una crisis que amenaza mortalmente nuestro futuro.

6. Progreso en beneficio del mal

Cierto, no debemos ignorar los éxitos extraordinarios del occidente en el plano de la ciencia y la tecnología. En efecto, es evidente, que el mundo moderno presenta una extraordinaria intensidad de vida intelectual con maravillosos prodigios y progresos de todas las ciencias, el desarrollo extraordinario de las letras y las artes. El progreso fantástico de una multitud de técnicas, poniendo cada vez más medios al servicio del hombre sobre toda la faz del planeta, el desarrollo considerable de relación o de contactos humanos gracias a tecnologías prodigiosas, es verdaderamente excepcional: Los medios de comunicación social.

Los hombres han podido servirse frecuentemente de toda esa tecnología, de todo ese progreso, para hacer el mal, difundir mentiras, incitar a la violencia y a la rebelión, provocar guerras, y destruirse mutuamente. Sería absurdo negar que, incluso así, esos medios técnicos son buenos, son reales progresos. Igualmente hay que notar una proliferación increíble de corrientes de pensamiento y de ideologías, las más diversas.

A pesar de todos esos aspectos positivos y esos inmensos éxitos científicos y tecnológicos, no podemos honestamente, negar el déficit crónico de la natalidad, sobre todo en occidente. La demolición programada de los fundamentos de la familia y el matrimonio, los vicios contra natura, los actos pedófilos, abusos de menores, los actos homosexuales y los horrores de la pornografía, que profanan y malignizan el cuerpo masculino y femenino. Todo eso manifiesta una profunda crisis antropológica y una decadencia de la civilización en occidente. Como decía el papa Benedicto XVI (él fue un hombre que verdaderamente estuvo presente, y que estudió el occidente de manera profunda y seria. Uno puede fiarse de él, cuando analiza la situación del mundo occidental hoy): él decía así:

“El matrimonio monógamo, la estructura fundamental de la relación entre la esposa y el esposo, así como la familia concebida como célula de formación para la comunidad social, es eso lo que se debe modelar y debe llevar la fe cristiana y la fe bíblica. La Europa no sería más la Europa, si esa célula fundamental del organismo social desapareciese y se viese totalmente transformada. Nosotros sabemos todos hasta qué punto el matrimonio y la familia están amenazados. Ellos lo están, en razón del divorcio, hecho siempre más fácil, lo que ha hecho desaparecer el carácter indisoluble: ellos lo están también, en razón de nuevos comportamientos que se van generalizando: la vida común de un hombre y una mujer sin la forma jurídica del matrimonio, en ruidoso contraste, se ve ahora personas homosexuales, que reclaman de manera paradojal, que su vida común sea jurídicamente reconocida, para ser asimilados más o menos al matrimonio. Esta tendencia nos hace salir de la historia moral de la humanidad”.

Yo pienso que eso que Benedicto XVI ha dicho es para retener de una manera absoluta.

7. Ideología de género: Rebelión contra Dios

Hablemos de la ideología de género, que viene a agravar la crisis antropológica. Esta ideología deja entender que cada uno se crea a sí mismo, hasta su identidad sexual, por lo tanto, uno puede elegir ser un hombre, o una mujer o una persona neutra... ¡Jamás en la historia de la humanidad uno ha visto una tal degradación del hombre! hacerse uno mismo, elegir su sexo, cambiar de sexo...

La ideología de género es en ciertos aspectos, superada, cuando uno habla al presente, de personas androgénicas o agenéricas, entre otras categorías que se multiplican en el discurso contemporáneo...

Y así, podríamos ser todo y nada, según nuestros estados de ánimo interiores, de cada uno... Una manera de sustraer al hombre, de los límites de su condición humana, en tanto que todos, tenemos que recibirnos (aceptarnos) en nuestro propio cuerpo de hombre o de mujer, que nos han sido dados, en lugar de creer que nos damos a nosotros mismos, que nos creamos a nosotros mismos. Es por eso que un hombre no cambiará jamás a mujer y una mujer no se convertirá jamás en un hombre, a menos que se mienta a uno mismo o juegue con las apariencias...

¿Cómo hemos llegado a una demencia tal, a tal una crisis? Es porque masivamente hemos rechazado a Dios. Dios no tiene ya lugar en la sociedad. El único ambiente donde él es tolerado, es considerado y consignado a residencia vigilada: Es en el dominio privado. El hombre a tomado el lugar de Dios.

Él edita nuevas leyes en total oposición a las de Dios y a las de la naturaleza.
El hombre occidental estima y permite que hombres puedan legalmente casarse entre ellos y las mujeres igualmente entre ellas y que esas parejas del mismo sexo puedan adoptar niños, rompiendo y enturbiando radicalmente todo el sistema filial y parental.

Entonces, cuando uno tiene la impresión de luchar por la supresión o la abolición de la pena capital, ¡es una comedia hoy!, todo el mundo desea que se suprima la pena capital y al mismo momento la muerte de los niños por nacer se ha hecho legal, el aborto se ha convertido en un derecho de la mujer, uno eutanasia legalmente las personas ancianas o las enfermas.

Mientras uno combate por todos lados contra la mutilación genital aplicada inhumanamente en ciertos países, conjuntamente uno legaliza en occidente la mutilación de personas que desean cambiar de sexo.

Yo tuve que tratar un caso, cuando todavía era prefecto del culto divino y las disciplinas de los sacramentos:

Una mujer casada, 11 años de matrimonio, su marido puede ser, muerto o separado, eso no figura en su legajo, ella decide convertirse en hombre. Ella se hace operar, un seno, segunda operación, el otro seno, tercera operación el útero, y se convierte en un trans perfecto, reconocido por la ley francesa. Yo no sé si el obispo ha controlado su legajo. Esa persona entra al seminario y hace toda su teología, ella es ordenada diácono, pero el obispo que le ordenó va a la pensión y su sucesor encuentra su legajo. Él me escribe, mire la situación en que me encuentro, ¿qué Piensa Ud? Yo le dije: Escuche, vea a esa persona, hagan un comunicado juntos, y diga que aplaza la ordenación (faltaban tres meses para la ordenación) y rechace esa ordenación sine die y yo le digo porque: “Su ordenación diaconal es inválida, porque uno ha ordenado una mujer”. Fue así como impedimos la ordenación de una mujer en Francia.

En otro caso, una chica de 13 años, ya hace 2 años, ella se preparaba para la confirmación. El obispo nos escribió: “¿esta chica desea ser hombre, ha comenzado su tratamiento, sus padres están de acuerdo, yo confirmo una mujer o un hombre?”.

Yo le escribí: “es una persona que se rebela contra Dios, porque la rebelión contra Dios es el pecado, es negar eso que Dios me ha hecho, es decir Señor tu me has hecho mujer, tú has hecho mal Señor, yo voy a convertirme en hombre. Y bien, no confirme esta mujer, a menos que Ud la convenza que quede como mujer”.

Estos son casos que pueden ocurrirnos frecuentemente hoy. Véanlo vosotros: al mismo tiempo que uno combate contra las mutilaciones genitales, en occidente se legaliza esta mutilación...

Yo me disculpo al dar estos casos precisos, pero lo que yo escribo es por una larga observación; el diagnostico es preciso, real, objetivo y yo solamente voy a llamar la atención de que los occidentales van hacia una deriva irreparable, si no dejan de querer transformar al hombre, haciéndolo Dios.

Vivimos hoy en la confusión, un verdadero caos se desparrama. Hay allí un rechazo a ese recibir de Dios. El derrumbamiento espiritual, la confusión en la enseñanza doctrinal y moral de la Iglesia, y la erosión de la fe cristiana, tienen por lo tanto, caracteres puramente occidentales.

8. Rechazo de la paternidad VS beneficio a cualquier precio

Desearía señalar en particular el rechazo a la paternidad.

Se ha convencido a nuestros contemporáneos que para ser libre no se debía depender de nadie. Hay allí un error trágico. Los occidentales están persuadidos que recibir es contrario a la dignidad de la persona humana. Pero el hombre civilizado, él es fundamentalmente heredero: él recibe una historia, una cultura, un idioma; él recibe una religión, una fe, un nombre, una familia, una tradición, una patria... El hombre civilizado es un heredero. Eso es lo que lo distingue del bárbaro. Rechazar el inscribirse en una red de dependencia, de tradición, de herencia, de filiación, nos condena a entrar desnudos en la jungla de la competencia de una economía abandonada a ella misma, porque del rechazo de aceptarse como heredero, el hombre se condena al infierno de la mundialización liberal sin referencias morales ni éticas, donde los intereses individuales se enfrentan sin ninguna otra ley que la del beneficio a cualquier precio.

En el libro “Se hace tarde y anochece” intento recordar a los occidentales que la verdadera razón de ese rechazo de la herencia, de ese rechazo de la paternidad es, en el fondo, el rechazo a Dios, el rechazo a Dios dentro de la sociedad occidental. Recibimos de Él, nuestra naturaleza de hombre y de mujer; Dios ha creado al hombre a su imagen, a la imagen de Dios él les crea, “hombre y mujer los creó”. Eso por lo tanto, se convierte en insoportable a los espíritus modernos. La ideología de género es efectivamente un rechazo a recibir de Dios su naturaleza sexual.

Algunos en occidente, se rebelan contra Dios y se oponen frontalmente contra su creador y Padre, y se mutilan horriblemente, pero inútilmente para cambiar de sexo. Sin embargo, cambian fundamentalmente nada en su estructura de hombres y de mujeres. La ciencia lo prueba. Podemos mutilar una mujer para transformarla en hombre, nada cambia. Igualmente sucede con el hombre. El occidente rechaza recibir y sólo acepta aquello que él mismo construye.

9. Transhumanismo

El transhumanismo es el último avatar de esos movimientos. Como vemos, más el mundo va mal y amenaza derrumbarse, más se debe soñar; es necesario alimentar las poblaciones con promesas exorbitantes, magnificar al hombre, volverlo inmortal, volverlo todopoderoso. Pero vemos muy bien cómo los virus nos hacen tomar conciencia de nuestra fragilidad, de nuestra nada. Nosotros que nos creemos poderosos… un virus nos ha hecho reconocer, notar, que morimos, que no somos eternos. Nadie es eterno. Nosotros estamos hechos para encontrarnos con el Señor, porque estamos sólo en peregrinación aquí. Estamos hechos para los siglos de los siglos.

10. El hombre está hecho para la eternidad

Entonces, cuanto peor va el mundo y amenaza derrumbarse, más deben darse promesas exorbitantes varias veces, revelándonos otro error, que consistiría en considerar un progreso continuo, con el cual lo más perfecto estaría siempre en el futuro, y el presente es una etapa hacia algo mejor.

Contra tal error, hay que repetir que Jesucristo es absolutamente perfecto, en todos los órdenes, que la perfección absoluta y definitiva se realizó en él, que nada puede ser más perfecto, ni será jamás perfecto, y que la Iglesia no esperará jamás una perfección nueva, que no encuentra desde su origen. La Iglesia es perfecta, desde el origen, y santa, desde el origen. Todas las reformas de la Iglesia son falsas. Somos nosotros los que nos debemos reformar, no la Iglesia. La Iglesia es santa. Lo proclamamos en el Credo. Uno desea crear una Iglesia nueva, una Iglesia moderna, pero no la de Cristo.

Cristo y el cristianismo son definitivos, para la eternidad.

Pero nosotros, los miembros de la Iglesia, debemos reformarnos, convertirnos. Debemos convertirnos en cristos. Es por eso que nosotros llevamos el nombre de cristianos, debemos ser cristos. Yo digo frecuentemente a los sacerdotes, ustedes no son solamente alter Christus, otros cristos, ustedes son ipse Christus, Cristo, Él mismo, y cada uno, cada cristiano, puede decir la misma cosa. Es Cristo quien se prolonga en mi vida. Cuando uno vea un cristiano, uno debe ver a Cristo, cuando uno escucha un cristiano, uno debe escuchar a Cristo. Toda la verdad de Dios nos es dada y revelada en Cristo. Jamás una nueva verdad se agregará a esa de la revelación.

La cruz de Cristo es una fuente infinita de santidad a la cual no habrá jamás nada que agregar. Jamás un santo agregará nada a la santidad de Jesucristo. Jamás habrá otro medio que los siete sacramentos establecidos por Jesucristo, otras sociedades que la iglesia fundada por Él, pudiendo ser salvadas y santificadas por Él. Jamás vendrá después del cristianismo una religión nueva y superior que Él (Cristo) hubo preparado.

Decimos Cristo es el mismo, ayer, hoy y siempre. Debemos creer esto mismo y vivir esto mismo. Lo que la fe cristiana nos hace afirmar, excluye otro error: la de considerar la evolución de la creación marchando hacia su fin como una evolución continua y sin ruptura. La fe cristiana nos hace considerar en la historia dos partes esencialmente diferentes: antes y después de Cristo. Antes de Cristo, lo perfecto y definitivo, no ha sido todavía realizado. Y en Dios y en el futuro, a partir de Cristo, Él es realizado.

Cristo no es en la historia, una etapa hacia algo más perfecto, superior. Él es una línea que nos hace llegar a la cima. Con Cristo vemos bien que, detrás de la ilusión de nuevos horizontes, de una humanidad magnificada, bien podría aparecer una humanidad finalmente disminuida, una humanidad desnaturalizada, mutilada.

11. Redescubrir a Dios

Entonces, ¿qué hacer para salir de todas estas crisis y de la confusión moral y antropológica? ¿Quién echó a Dios del mundo de los hombres?

Para salir de su crisis, el hombre debe redescubrir a Dios y su amor infinito por nosotros. Debemos convencernos absolutamente que jamás la humanidad se encontrará en un orden puramente natural, donde ella podrá realizar su destino, por el simple desarrollo de la naturaleza humana, por la simple evolución de la persona humana. Es para la eternidad y de una manera inmutable que Dios nos ha creado, para ser infinitamente más que hombres y tener en nosotros mismos, una naturaleza puramente humana.

Dios nos ha hecho para nosotros, para reencontrar la naturaleza divina, porque nosotros compartimos Su vida divina. Jamás Cristo ha venido para mantenernos humanamente, sino para elevarnos hacia el Padre, para divinizarnos. Jamás Cristo nos ha dicho “sed perfectos como hombres perfectos”, “realízense plenamente en vuestra humanidad”. Él ha dicho “sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”.

Estamos hechos para Dios y nuestro corazón está inquieto en la medida que no descansa en Dios. Ese es el corazón de nuestra fe: creer que desde ahora podemos compartir la vida de Dios. Entonces, está establecido para la eternidad que ¡los hombres no pueden realizar sus destinos, sino es dentro de un orden sobrenatural, donde por los dones enteramente gratuitos de la gracia de Dios, ellos son hijos de Dios!
No le fue dicho “sed perfectos de una perfección humana”, de pleno desarrollo en el dominio humano, sino “sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”.
El hombre encontrará y se realizará, y realizará su perfección, no solamente en el plano humano, sino en Dios.

Lo que creemos, es la respuesta que Dios da, a la pregunta ineludible, sobre el sentido de la existencia humana. Esta respuesta está entera, en un adagio, que es tradicional en la Iglesia desde los primeros siglos. Parece que el primero en utilizarlo fue San Ireneo, obispo de Lyon, que murió en el año 200. Este adagio fue repetido por los padres de la Iglesia, sean del occidente, o del oriente. Yo se los voy a citar en latín para que el tenga su carácter de autenticidad. Decía San Ireneo:

“Dei homo factus est ut homo fieret Deus”, esto es, “Dios se hace hombre para que el hombre se haga Dios”. Es entonces urgente re-evangelizar occidente. Ayudarlo a reencontrar las raíces cristianas de su cultura, de su ser. Occidente debe reencontrar la fuente de su vida, de su historia, de su cultura, sino se arriesga a paganizar el mundo entero. Si occidente se rechaza y se encierra en su laicismo, en su autonomía respecto de Dios, se arriesga a desaparecer y morir, como lo hemos dicho antes.

Un árbol, no importa lo vigoroso que sea, si pierde sus raíces muere.

Un río, por majestuoso que él sea, si es aislado de su fuente, él se seca y desaparece. Gracias.

Cardenal Robert Sarah

lunes, 27 de septiembre de 2021

Entrevista con el cardenal Sarah



La entrevista a la que hacemos referencia fue publicada en el sitio oficial de informaciones de la Iglesia suiza, Cath.ch, Sep-22-2021. Religión en Libertad presenta una traducción al español de la misma, Sep-26-2021, la cual transcribimos (con algunas adaptaciones). En una entrevista en la web católica suiza Cath.ch analiza la actualidad de la Iglesia y la sociedad. Sarah: 
" Lo importante no es el camino, sino la verdad. La verdad no surge del consenso, nos precede». “No soy ni tradicionalista ni progresista. Enseño lo que me enseñaron los misioneros. Quiero ser fiel, eso es todo”. 
Al cardenal Robert Sarah no le gustan las etiquetas. El anterior prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos visitó recientemente la abadía de St-Maurice, en Suiza, para presidir la celebración de los mártires de Agaune. En medio de las celebraciones dedicó un tiempo a los periodistas del portal católico suizo Cath.ch, al cual concedió la siguiente entrevista en la que analiza la actual situación del mundo y la Iglesia: la liturgia, el latín, el proceso sinodal alemán, la actual crisis de la sociedad y el celibato sacerdotal entre otros muchos temas.

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- Algunas personas le llaman intransigente. ¿Acepta este calificativo?

- Dios es exigente, porque el amor es exigente. Si se entiende intransigente en este sentido, sí, estoy de acuerdo. Amar de verdad es morir por los demás. Es Cristo quien lo dice. La religión cristiana es exigente. No es fácil. Si queremos entrar en el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, no podemos vivir nuestra fe a la ligera. Una fe que rechaza la cruz no es cristiana. Cuando Pedro le dice a Jesús: “No, la cruz no es para ti”, Jesús responde “detrás de Satanás”. Otro pasaje dice: “Si tu mano derecha te escandaliza, córtatela”. Si tu ojo te lleva a pecar, sácatelo”. Es intransigente.

- Dejó la Congregación por el culto divino a principios de 2021. ¿Cómo vive hoy su misión?

- Hoy en día, muchos cristianos buscan apoyo en esta confusión, para crecer en la fe, para apoyar sus convicciones. Mi tarea es confirmarlos en la fe, en la medida de lo posible, para que no cambie lo que siempre han creído. El evangelio sigue siendo válido como lo ha sido para los apóstoles, los padres de la Iglesia y los santos a lo largo de la historia. Como cantamos cada Sábado Santo: “Cristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos”.

- En un libro publicado la semana pasada en Italia, el Papa emérito Benedicto XVI ve una causa antropológica para la crisis actual.

- La crisis es múltiple: de fe, del sacerdocio, de la Iglesia, pero sobre todo antropológica, agravada por la ideología de género. El hombre se cree capaz de formarse a sí mismo, de crearse a sí mismo. No quiere depender de Dios ni de nadie más que de sí mismo. Estoy totalmente de acuerdo con el análisis de Benedicto XVI. Esta crisis se acentúa más en Occidente que en otros lugares, debido al envejecimiento de la población, la evolución de la natalidad y el progreso tecnológico. Queremos mejorar, aumentar al hombre, hacerlo inmortal. Pero estas son ilusiones. La perfección pertenece solo a Dios.

- Estas ilusiones chocan con el enigma de la muerte.

- Claro. Mucha gente le tiene tanto miedo a la muerte hoy. Ya no piensan en el alma, sino solo para protegerse físicamente. Todos los arreglos de salud ante la pandemia van en esta dirección, pero nadie se ocupa de la muerte del alma, mientras sea lo esencial de la vida humana.

- ¿Cómo puede la tradición ayudar al hombre en este sentido?

- El hombre es un heredero. Recibe vida, un nombre, una familia, un país, un idioma, una cultura, una tradición. Pero él lo niega, quiere crearlo todo. Lo que solo aumenta la crisis y la desorientación. Un árbol sin raíces muere. Un río tan vasto, por majestuoso que sea, se seca y desaparece si se le corta su fuente. Occidente lo ha olvidado.

- Sin embargo, la tradición es un proceso dinámico.

- Cuando tocas una herencia, no es para enterrarla, ni para malgastarla, sino para hacerla fructificar. La tradición no es algo fijo. Evoluciona, pero sin desarraigarse. Como un hombre que nace con miembros pequeños que luego crecerán y se desarrollarán. Si todos actúan como piensan, independientemente de su historia y tradición, nos dirigimos hacia la anarquía.

- El Papa Francisco nos invita a no tener miedo a la libertad, ni a la novedad.

- Tienes que abrirte, pero permaneciendo tú mismo. Si me abro a alguien, no debo desaparecer. Debo conservar lo que soy. Cristiano, sigo siendo cristiano. Abrirse no es solo buscar un consenso, sino querer intentar hacer crecer al otro, caminar juntos hacia la búsqueda de la verdad.

- Caminar juntos es la definición de la palabra sínodo.

- No. Lo que importa no es la caminata, sino la búsqueda de la verdad. La verdad no surge del consenso, nos precede. Si dialogamos, si nos encontramos, es porque buscamos juntos la verdad que nos hace libres. Cada uno viene con su visión, sus ideas. Pero si soy honesto, tengo que admitir que mi visión es incompleta y estar preparado para abrazar la visión del otro de manera más completa y verdadera.

Si miramos lo que está sucediendo en el camino sinodal alemán, no sé a dónde nos llevará. ¿Hacia una reinvención total de la Iglesia? Tomaremos lo que todos digan para establecer un consenso. Pero la verdad de la Iglesia está por delante de nosotros. No podemos hacerlo nosotros.

Sin embargo, la Iglesia está en movimiento, evoluciona, cambia a lo largo de los tiempos...

- No, la Iglesia no cambia. Ella nació en el costado traspasado de Cristo en la cruz. Somos nosotros los que tenemos que cambiar. Si la Iglesia es santa, solo puede cambiar para volverse aún más santa.

- ¿No corre el riesgo de estancarse? El Concilio Vaticano II nos invita a discernir los signos de los tiempos.

- El Vaticano II no dice que la Iglesia deba cambiar. Crece en número y santidad. Pero no cambia lo que es, es decir la extensión de Jesucristo, uno y santo. Es Jesús quien lo construye y no los hombres. Nosotros somos sus miembros.

- De ahí la importancia, a sus ojos, del anuncio fiel de la fe de la Iglesia a través de la liturgia.

- El adagio dice lex orandi, lex credendi. Mientras oramos, así es como creemos. Cualquiera que sea mi cultura, mi lugar de nacimiento, mi continente, mi fe en Jesucristo no cambia. La inculturación no es poner un barniz africano o asiático en un rito. La inculturación es dejar que Dios penetre en mi naturaleza humana y mi cultura. Es como la encarnación cuando Jesús toma nuestra forma humana, no la deja intacta, la deifica. Como dice san Ireneo: “Dios se hizo hombre para que el hombre se convirtiera en Dios”. De lo contrario, estamos horizontalizando la religión cristiana. Podemos hablar de temas sociales, pero primero tenemos que acercar al hombre a Dios.

- La celebración de la Misa es un sacrificio, pero al mismo tiempo también una comida fraterna.

- Lo que comemos y bebemos es el Cuerpo y la Sangre de Jesús que se sacrificó por nosotros. Entonces la Misa es un sacrificio salvador y no una comida fraterna. Es la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. No es principalmente una comida agradable. Debemos insistir en esto.

- Es aquí quizás donde se localiza la división entre los tradicionalistas y la Misa resultante de la reforma litúrgica promulgada por Pablo VI.

- Mire cómo celebramos la misa hoy. A menudo solo estamos charlando entre nosotros. El sacerdote habla, habla, sin dejar el silencio. En África tenemos muchos bailes, aplausos, pero ¿podemos bailar frente a un muerto? Jesús nos dice: “Haced esto en memoria de mí”. Estamos reunidos juntos, estamos felices, pero eso es todo. La liturgia no es para el hombre, es para Dios. Si perdemos la centralidad, el primado de Dios, entonces la Misa se convierte en una simple comida fraterna. Si no entramos en el misterio, entonces estamos peleando entre nosotros y cada uno quiere imponer su visión. Es Dios a quien celebramos, a quien adoramos. Él es quien nos une para salvarnos.

- La forma de creer está cambiando.

- No sé a qué se refiere. Cuando Jesús dice “creed en mí”, se lo está diciendo a los judíos, a los gentiles, a los griegos. Creer es confiar en Jesús, es confiar en él.

- Por tanto, el respeto de la forma litúrgica es fundamental para la fe.

- Estoy asombrado por otras religiones. Musulmanes, budistas, todos rezan de la misma manera. No entiendo por qué los cristianos estamos peleando por estos temas. La fe es un regalo de Dios. Gastamos demasiada energía en conflictos litúrgicos innecesarios.

- Los círculos tradicionalistas le han convertido en su abanderado…

- No, no soy portavoz. Afirmo lo que la Iglesia Católica siempre ha creído y afirmado. Afirmo la doctrina y la enseñanza moral de la Iglesia. No soy tradicionalista ni progresista. Enseño lo que me enseñaron los misioneros y algunos murieron muy jóvenes para darme a Cristo. No estoy inventando nada, no estoy creando nada. Quiero ser fiel, eso es todo. Dios nos habla como le habló a Adán y a los apóstoles.

- Otros le ven como un adversario del Papa Francisco.

- Es una etiqueta que me pegan. Pero nadie puede encontrar una sola palabra, una sola frase que yo hubiera dicho o escrito en su contra.

- En su lucha por la liturgia, el celibato de los sacerdotes es una cuestión fundamental. Ve un vínculo ontológico entre el sacerdocio y el celibato.

- Cristo es el esposo de la Iglesia y el sacerdote como alter Christus o ipse Christus (otro Cristo o el mismo Cristo) debe estar completamente conformado a Cristo. De modo que el celibato y el sacerdocio están relacionados ontológicamente.

- Las iglesias católicas orientales, sin embargo, tienen un clero casado.

- Las razones son políticas e históricas. Es todo. Estas Iglesias también reconocen la importancia del celibato ya que un sacerdote casado nunca será obispo. Todos los últimos papas, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI e incluso Francisco, han insistido en el celibato. El Papa Francisco dijo, usando las palabras de Pablo VI: “Prefiero morir antes que cambiar la ley del celibato”. Me han acusado de todo, de haber manipulado a Benedicto XVI, pero el Papa Francisco me agradeció personalmente mi libro. No me importa nada de eso. Quizás no tengamos la misma forma de expresarnos. Pero cada uno dará cuenta de ello ante Dios.

- Dedicó uno de sus libros al necesario silencio.

- El silencio es esencial para nosotros humanamente hablando. Cuando quieres descansar, necesitas silencio. Cuando se quiere leer o escribir el silencio es fundamental. En nuestra relación con Dios, es lo mismo. Dios vive en silencio. En nuestras sociedades ruidosas, Dios ha desaparecido. Tiene un total desinterés por Dios, porque nos devora el ruido, el teléfono, internet, las noticias. Nuestras ceremonias también son muy ruidosas.

- ¿En qué sentido?

- Agregamos palabras, inventamos cosas nuevas, comentamos todo el tiempo. Tomemos el comienzo de la Misa: “Preparémonos para la celebración de la Eucaristía reconociendo que somos pecadores”. No necesitamos explicaciones ni comentarios, sino silencio que nos permita entrar en nosotros mismos. Vengo de un país que tiene un 73% de musulmanes. Cuando un musulmán se prepara para orar, hace su ablución y luego se queda solo en un rincón en silencio y cuando termina, entra en la habitación a orar. ¿Qué hacen los sacerdotes? Se preparan para la sacristía charlando y luego continúan charlando durante la procesión de entrada. Queremos humanizar tanto nuestra liturgia que perdamos su significado.

- ¿El mantenimiento del latín podría ser útil en este sentido?

- El Concilio Vaticano II lo recomienda explícitamente. El idioma de la Iglesia, de la liturgia, es el latín. Cuando nos reunimos entre africanos o con gente de otros continentes, el latín nos une y nos permite celebrar juntos.

- Esto no se aplica necesariamente a una celebración en una comunidad local.

- Está mal haber suprimido el latín. Todos los musulmanes rezan en árabe, aunque no sea su idioma. Dividimos lo que Cristo unió. Si no hay más latín, ¿por qué hablar de la Iglesia latina? Lo mismo ocurre con la música con el mantenimiento del canto gregoriano.

- El Concilio también dice que la traducción al idioma del país puede ser útil.

- Esto significa que uno tiene que traducir la palabra de Dios a la lengua vernácula para que la gente pueda entenderla. Pero, de nuevo, no dijo cortar el latín.

- Los países de habla francesa presentarán la nueva traducción del misal para el inicio de Adviento de 2021.

- Es bueno que el misal en francés pueda aparecer. La traducción ha mejorado mucho, aunque todavía hay cosas que podrían haber sido mejores.

- ¿Es justo que la responsabilidad de las traducciones se haya confiado a las conferencias episcopales según la voluntad del Papa Francisco?

- ¿Se corrige un alumno que realiza un examen? Todavía necesita una corrección y una opinión externa. De lo contrario, todos se arriesgan a traducir como deseen. La gente me dirá “una conferencia episcopal conoce su idioma y su cultura”, por supuesto, pero no todas las conferencias episcopales tienen los medios, en particular un conocimiento bastante profundo del latín. Pero no quiero expresarme más sobre este tema.

- No quiere una Iglesia tibia.

- La Iglesia debe hablar un lenguaje claro y preciso que hable doctrina y moral. Muchos obispos guardan silencio o dicen cosas vagas por miedo a los medios de comunicación y reacciones negativas. Debemos pedir la gracia de Dios para aumentar nuestra fe y crecer en su amor. No rezamos lo suficiente.

lunes, 29 de marzo de 2021

Cardenal Sarah: Altares de la basílica de San Pedro están condenados a muerte



El cardenal Sarah pide a Francisco que retire su reciente decreto contra las Misas en la basílica de San Pedro. Al escribir en el blog de Sandro Magister, Sarah se suma explícitamente a las voces de los cardenales Burke, Müller y Brandmüller.

Para él, las normas “violan tanto el sentido común como las leyes de la Iglesia”. Sarah apoya la evidente posición teológica de que una Misa concelebrada reduce el don de la gracia en comparación con varias Misas individuales.

Él advierte “violencia” en la redacción del ukase de Francisco que exige brutalmente que se “supriman” las celebraciones individuales. Sarah no nota un “espíritu de acogida” para los sacerdotes que antes, durante siglos, pudieron celebrar en San Pedro.

El cardenal observa que el coronavirus hace menos prudente la concelebración, y resalta el carácter provincial de la decisión que impone que todas las concelebraciones se realicen sólo en italiano y siguiendo el Novus Ordo.

Sarah recuerda que todos los altares en la basílica de San Pedro contienen las reliquias de santos, pero que ahora ya no es posible celebrar en esos altares: “En este sentido, esos altares están casi condenados a muerte” y reducidos a “meras obras de arte”.

“Esos altares, en cambio, deben vivir, y su vida es la celebración diaria de la Santa Misa”, enseña Sarah lo obvio.

viernes, 8 de mayo de 2020

Comunicado de Mons. Viganó respecto a la firma del Card. Sarah



Asunto: Retirada de la adhesión de S.E. el cardenal Robert Sarah al Llamamiento para la Iglesia y para el mundo difundido ayer 7 de mayo.

En estos momentos de gravísima crisis para la Iglesia y el mundo es mi deseo mantener una actitud de profunda caridad hacia mi hermano en Cristo, el cardenal Robert Sarah, a quien he perdonado inmediatamente el serio agravio cometido contra la verdad y contra mi persona. Con todo, la verdadera caridad no puede prescindir la verdad, ya que en ella se fundamenta. Por consiguiente, tengo el deber, también por corrección fraterna, de dar a conocer los hechos, tal como han sucedido, con relación a la firma del Llamamiento por parte del cardenal Sarah.

Lunes 4 de mayo, 16 horas

He mantenido una conversación telefónica con Su Eminencia el cardenal Sarah. La llamada fue grabada y duró 6 minutos y 25 segundos.

Con relación al texto del Llamamiento, el cardenal declara: «Me parece algo muy serio. Creo que este llamamiento podrá hacer mucho bien, porque obligará a reflexionar y a tomar partido; estoy de acuerdo con que se publique lo antes posible.»

Pregunté a Su Eminencia si tenía intención de firmarlo, y respondió: «Sí, doy consentimiento para incluir mi nombre, porque es una batalla que debemos librar unidos, no sólo por la Iglesia sino toda la humanidad».

Jueves 7 de mayo

A las 8:43 telefoneé a Su Eminencia para preguntarle si tenía el número de teléfono del cardenal Gerhard Ludwig Müller, el cual tuvo la cortesía de enviarme enseguida vía SMS. En el curso de la conversación, que duró 4 minutos, el cardenal no dijo nada de que desease retirar su firma.

A las 15 horas empecé a enviar el llamamiento a las agencias de prensa, el blog y diversos periódicos, junto con la lista de los firmantes, cardenal Sarah incluido.

A las 17:48 recibí un SMS del cardenal del que no tuve noticia hasta aproximadamente una hora y media más tarde. En el momento en que me llegó el mensaje estaba enfrascado en la difusión del llamamiento y no me di cuenta de que me había mandado Su Eminencia un mensaje, por lo que no me fue posible tener noticia de su contenido.

A las 19:37 me telefoneó el cardenal para preguntarme si había visto su mensaje. Le respondí que no.

Éste es el texto de su mensaje:

«Estimadísima Excelencia: Como todavía estoy en funciones en la Curia Romana, una persona del círculo de mis amistades me ha desaconsejado que firme el Llamamiento que usted me ha propuesto. Tal vez sería mejor por esta vez retirar mi nombre. Me desagrada mucho hacerlo. Usted conoce mi amistad y mi cercanía a su persona. Gracias por su comprensión. Roberto cardenal Sarah.»

El cardenal me informó por teléfono de que tenía intención de retirar su nombre de la lista de firmas. Consternado y apenado, hice saber a Su Eminencia que desde hacía cuatro horas el Llamamiento y las firmas habían tenido una difusión universal. La conversación concluyó sin que Su Eminencia me propusiese o sugiriese solución alguna.

Entre otras cosas, se habría podido acordar un comunicado conjunto haciendo pública la decisión del cardenal de retirar su adhesión. No se hizo nada por el estilo. Nos despedimos cordialmente con sentimientos de estima y mutuo respaldo. Ante los hechos consumados, a los que ninguno de los dos hemos podido encontrar una solución, me permití animar a Su Eminencia haciéndole saber que su adhesión al Llamamiento sería de consuelo y aliento para muchísimos fieles.

Con sorpresa y gran pesar, he sabido después que Su Eminencia se ha valido de su cuenta de Twitter, sin darme previo aviso, para hacer declaraciones en grave detrimento de la verdad y de mi persona.

Me desagrada mucho que esta situación, debida a la debilidad humana y por la que no guardo rencor alguno a quien la ha causado, aparte la atención de aquello que debe ser motivo de gran preocupación en estos dramáticos momentos.

Confirmo que el nombre de Su Eminencia el cardenal Robert Sarah ha sido prontamente retirado del sitio oficial del Llamamiento, como se puede verificar en veritas liberavit vos. info

+ Carlo Maria Viganò, arzobispo y nuncio apostólico

(Traducido por Bruno de la Inmaculada/Adelante la Fe)