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martes, 8 de abril de 2025

¿«Todos, Todos, Todos»?, El Mantra que se incumple en Alemania. Sacerdote tilda de “Nazi” a monaguillo y lo echa por poner en su estado de WhatsApp foto con líder de partido AfD



Esta información nos ha interesado por el hecho de que los simoniacos obispos alemanes han encontrado otra forma de excluir de su selecto grupo no solamente a los que no les sostienen sus holganzas y extravíos por medio del impuesto eclesial, sino también a los que ellos han dado de llamar “Nazis”, con cualquier justificación, incluso la más rebuscada, como la del ejemplo a continuación. Lea y entienda que aquello de “todos, todos, todos” es un simple slogan barato para mercadear un cierto tipo de Iglesia en donde precisamente no se acepta a todos, sino a los de prosapia similar. Y ahora que nos referimos a Alemania, lo que aquí aparece se parece mucho a un cierto pasaje que describía Ana Catalina Emmerick en sus visiones y revelaciones.

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Continúa el cordón sanitario contra el partido soberanista Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán), ahora también en el sector eclesiástico. En la localidad bávara de Teisnach, un joven monaguillo de 16 años ha sido apartado de sus funciones por su propio párroco después de que saliera a la luz una fotografía en la que aparece junto al eurodiputado de AfD Maximilian Krah.

El adolescente, que llevaba nueve años como monaguillo y era considerado un ejemplo dentro de su parroquia, compartió la imagen en su estado de WhatsApp tras asistir, por iniciativa propia, a varios actos políticos antes de las elecciones, entre ellos uno de AfD. A raíz de esa foto, el sacerdote lo convocó a una conversación privada en la que, según ha relatado la familia, llegó a llamarlo «nazi» y lo expulsó como monaguillo principal.

El joven no milita en ningún partido, pero eso no ha evitado que se le castigue por aparecer con un político de una formación legítima y con representación democrática. Para su familia, el episodio ha sido un mazazo. En una carta abierta, han expresado su tristeza e incomprensión, recordando que el chico incluso había manifestado interés en el sacerdocio.

Desde el obispado de Passau se ha confirmado el caso y se han limitado a recordar que la Iglesia «defiende el orden democrático y libre». Para justificar la medida, han citado una declaración de la Conferencia Episcopal Alemana de febrero de 2024 que afirma que «el nacionalismo étnico y el cristianismo son incompatibles«.

Krah también ha denunciado lo ocurrido en su cuenta en X, donde ha lamentado lo ocurrido y ha asegurado que intentará ponerse en contacto con el joven. «La Iglesia alemana del impuesto eclesiástico ha sido durante mucho tiempo postcristiana y a menudo anticristiana. El niño ahora está aprendiendo esto a las malas. Espero que esto fortalezca aún más su fe. Intentaré ponerme en contacto con él», ha afirmado.

Como ha señalado el político de AfD, lo ocurrido trasciende la anécdota y refleja una tendencia en ciertas estructuras de la Iglesia en Alemania, donde parece pesar más la vigilancia sobre las ideas políticas de los fieles que la misión de formar en la fe. El mensaje que se percibe es claro: si simpatizas con posturas que se salen del marco ideológico aceptado, puedes acabar señalado, incluso dentro de tu propia parroquia.

sábado, 21 de octubre de 2023

Para Tucho el único pecado es el clericalismo


Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata


(Tommaso Scandroglio/La nuova bussola quotidiana)-El cardenal Víctor Fernández, recién nombrado prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, sale a la palestra para reprender a los cardenales dubitativos, es decir, a aquellos cinco cardenales que habían enviado algunas dubia al Papa para que aclarara cuestiones centrales relativas a la moral, la fe y la estructura jerárquica de la Iglesia.

Por supuesto, el prefecto no los menciona directamente y, desde su punto de vista, se trata de una estrategia eficaz. De hecho, sus palabras pueden así adaptarse tanto a los cinco alborotadores como a sus numerosos émulos.

Fernández elige Facebook para lanzar su mensaje. Y sólo eso ya es insólito e irritante. No es un precisamente un lugar muy adecuado para las comunicaciones formales de un prefecto de dicasterio. Pero es una de las infinitas variantes de la adaptación al mundo que tanto gusta a los teo-conformistas. El post de Facebook tiene un título que lo dice todo: Abuso, clericalismo y sinodalidad. Lo esencial es lo siguiente: “Todas las personas con autoridad tenemos tendencia al abuso”. Y el cardenal se refiere al “abuso de cualquier tipo (sexual, de autoridad, manipulación de conciencias, etc.)”. Luego se detiene en una forma particular de abuso que parece haberse extinguido, al menos entre la mayoría: “existía una violencia verbal que llevaba demasiado rápido a juzgar duramente a los demás sin temor alguno a lastimarlos y a destrozar su autoestima, Se decía: “adúlteros”, “sodomitas”, “hijos ilegítimos”, “degenerados”, “pecadores”, etc”. Y así llegamos a descubrir que legiones de santos, desde san Pablo, pasando por santo Tomás de Aquino, hasta san Juan Bosco, eran maltratadores porque utilizaban esos términos malditos.

Pero hay más en la observación del Cardenal Fernández: la categoría moral del adulterio, de la sodomía, de la filiación ilegítima, de la degeneración de las costumbres, e incluso la de pecado, no sólo ya no existen, sino que es erróneo evocarlas. Son como insultos, son palabras o expresiones que ya no indican una realidad objetiva, sino que son meros epítetos despreciables, títulos insultantes. Así, ya no existe el adúltero, sino la persona que encuentra en una nueva unión, después de un serio discernimiento, un camino afectivo bendecido por Dios. Ya no existe la persona homosexual que experimenta una condición intrínsecamente desordenada, sino una persona que experimenta una variante natural diferente de la atracción sentimental y sexual. Ya no existe el hijo nacido fuera del matrimonio; sólo existe el hijo, lo demás es irrelevante. Ya no existe el degenerado moral, sino una persona en búsqueda. Y, por último, ya no existe el pecador, sino sólo la persona frágil. Ya no existe el mal y el vicioso, sino sólo el bien y el virtuoso.

El novelista Cormac McCarthy escribió acertadamente: “Poco a poco, el bandido acaba por volverse indistinguible de la colectividad. Es cooptado. Hoy en día es difícil ser un glotón o un sinvergüenza. Un libertino. ¿Un desviado? ¿Un pervertido? Debes de estar bromeando. Las nuevas directrices casi han borrado estas categorías del lenguaje. Ya no se puede ser una mujer libertina. Por ejemplo. Una puta. El concepto mismo carece de sentido. Ni siquiera se puede ser yonqui. Si te va bien eres un mero consumidor. ¿Un consumidor? ¿Qué diablos significa eso? En un par de años hemos pasado de porreros a consumidores. No hace falta ser Nostradamus para predecir dónde acabaremos. Los criminales más atroces reclaman su estatus. Asesinos en serie y caníbales reclaman el derecho a su estilo de vida. […] Sin malhechores, el mundo de los justos queda completamente desprovisto de sentido” (El pasajero).

Volvamos a nuestro prefecto que, censurando el concepto de autoridad, continúa diciendo que “esto permite comprender por qué el Papa Francisco afirma que el clericalismo es la principal causa de los abusos en la Iglesia, más que la sexualización de la sociedad”. Dos breves apuntes. Como afirmó Benedicto XVI, la causa de los abusos es la falta de fe: “Sólo donde la fe ya no determina las acciones de los hombres son posibles tales crímenes” (Papa Ratzinger: la Iglesia y el escándalo de los abusos sexuales, Corriere della Sera, 11 de abril de 2019). Quita a Dios y habrás eliminado el mayor obstáculo para llevar a cabo el mal. Además, y en relación con el clericalismo -una de las muchas palabras talismán de este Sínodo que significan todo y nada-, el autoritarismo de algunos sacerdotes no es la causa de los abusos, sino sólo una condición. Es como decir que la causa de los divorcios son los matrimonios.

El cardenal continúa diciendo que la referencia al clericalismo “también ayuda a entender el llamado a una Iglesia más «sinodal», donde la autoridad sólo se entienda en el contexto de la corresponsabilidad y de la variedad de carismas”. Aquí la autoridad jerárquica se licúa en un consenso aparentemente entre iguales, en una corresponsabilidad democrática que en realidad sirve de pantalla para ocultar las grandes maniobras de unos pocos.

Y finalmente la arremetida: es necesario “situar la autoridad en un contexto que impida los abusos de cualquier tipo y asegure el religioso respeto de la dignidad de las personas. La historia de la Iglesia nos muestra sobrados ejemplos de la ausencia de ese respeto en medio de la ostentación de la sana doctrina y de una rígida moral”. Así pues, quien pide fidelidad a la doctrina, como los cinco cardenales de los dubia, es un abusador, una persona que desprecia la dignidad de sus hermanos. Cuando es justamente al contrario: la doctrina es rígida porque debe proteger rígidamente la dignidad de las personas.

Está en juego la salvación eterna y por eso es necesario ser rigurosos e inflexibles a la hora de señalar lo que está en consonancia con esa dignidad y te lleva al Paraíso y lo que no está en consonancia con ella y te abre las puertas del Infierno.

TOMASSO SCANDROGLIO

lunes, 29 de noviembre de 2021

Los enfermeros del Papa Francisco, el árbol del Vaticano, ‘la luz en la oscuridad’, el florecimiento del clericalismo.



Los años son los años, y el Papa Francisco se acerca a los 85 que es una edad de mucho respeto. Los obispos presentan la renuncia a los 75, algunos no llegan, los ochenta es la barrera para los cardenales que pierden su derecho a voto, los 85 son respetables y no digamos los 94 de Benedicto XVI. Es normal que a la menor se desaten todas las conjeturas. La renuncia de Benedicto XVI ha inaugurado otra forma de ejercer el ministerio petrino de la que todavía no somos muy conscientes. La renuencia del Papa, hace pocos años posible, pero impensable, hoy es posible y muy pensable. No ha pasado desapercibida la ‘escolta’ de enfermeros que lleva a su lado el Papa Francisco. Hoy se publican incluso sus nombres, el Vaticano es muy pequeño y todos nos conocemos demasiado bien. Ignoramos los motivos por los que el Papa Francisco ha decidido llevar con él a dos personas encargadas de vigilar su salud, quizás pensando en una intervención de emergencia. La salud es aparentemente aceptable, pero es lógico que tanta prevención levante fundadas sospechas.

Stilum Curiae nos ofrece una reflexión sobre la crisis de pensamiento, de libertad, de profesionalidad que se está apoderando del mundo de la información, sometido servilmente a distintos poderes políticos, financieros y ahora también farmacéuticos. La falta de independencia de los periodistas es una de las causas que contribuyen a la deriva totalitaria que vivimos, junto con la desaparición del poder judicial en defensa de las leyes establecidas. Vivimos un descenso de las ventas de periódicos que no se puede achacar únicamente al avance de la web. Los que intentan ir contra corriente terminan mal o son desacreditados en el contexto de programas de televisión empotrados en una trampa; invitando a quienes piensan de manera diferente a la narrativa dominante a asegurar una apariencia de pluralismo, pero con el claro objetivo de denigrar a quienes no están alineados. Es creciente la sensación de que nos sentimos burlados y mal informados.

Cada año es siempre la misma historia y no terminamos, hace unos días se ha colocado en la Plaza de San Pedro el árbol de Navidad que acompañará al Vaticano. El árbol talado tiene 28 metros de altura y 113 años, fue elegido entre millones de árboles, era el más hermoso, el más majestuoso, el más grande. ¿Por qué el Papa no hace nada al respecto? ¿Predica bien y aplica mal cuando habla de los problemas del mundo? La contradicción continúa porque será decorado con materiales eco-sostenibles, tanta ecología para terminar talando árboles.

Entre los actos del Papa Francisco de estos días no está el tradicional homenaje a la Inmaculada Concepción, que volverá a ser ‘un acto de devoción privada’. La justificación es que «a partir del 6 de diciembre Italia entra en régimen de mayores restricciones y la tendencia de infecciones con la llegada de nuevas variantes hace necesario evitar el hacinamiento. El año pasado, el Papa Francisco fue muy en privado al amanecer a Piazza di Spagna». El caos se siembra sembrando la contradicción y esperando que arraigue, unas cosas sin problemas y en interiores, otras no y en exteriores.

Vittorio Messori sigue activo a sus 80 años y nos ofrece ‘La luz y la oscuridad . Reflexiones entre historia, ideologías y apologética’. El jueves 2 de diciembre de 2021, a las 18 horas de Italia, podemos seguir la presentación con primeros espadas en el sitio vittoriomessori.it y en numerosos canales, YouTube Return to Ithaca, en Twitter y en la fanpage de Facebook de Aurelio Porfiri.

Terminamos con Stilum Curiae, que nos ofrece una desconsolada reflexión sobre el estado actual de la Iglesia y el clima que se vive y respira en ella, que tiene muy poco de cristiano y evangélico… La pregunta es desconcertante: ¿Es posible y admisible el abuso de poder de un vicario de Cristo? En los últimos ocho años el significado de clericalismo y anticlericalismo ha cambiado radicalmente; hoy clérigos y laicos católicos están clericalizados, en el sentido de obediencia ciega y absoluta al pontífice de turno. ¿Se puede vivir con miedo en el interior de la Iglesia? ¿Miedo a hablar de Dios, incluso miedo a rezar?

Chesterton decía: “Pedro sigue siendo Pedro para la humanidad, Él sigue dominando Europa hoy en día y millones de cristianos solo respiran en su Iglesia”. ¿Podría decir esto mismo hoy? Asistimos impotentes a la erosión de la Verdad de Cristo Resucitado; vemos a gran parte de la Iglesia imitar a los trabajadores sociales e invitar a los fieles a hacer lo mismo, ocupándose de la miseria material en lugar de la espiritual y sustituyendo la caridad cristiana por una errónea solidaridad social, donde la fe se disuelve en una forma de humanismo sin Dios, pero políticamente correcto (desigualdades, migraciones, medio ambiente). La apologética está siendo sustituida por la “ambientalismo” y los dogmas son ridiculizados y rechazados, porque se los considera anticuados por parte de los católicos ‘adultos’ que ahora dirigen esta Iglesia y tantos cómplices , demasiados, que consienten por cobardía y una presunta autoconservación.

«Señor, no soy digno…»

Buena lectura.

Specola

lunes, 25 de marzo de 2019

Con Pell y Barbarin el Papa usa dos pesos y dos medidas (Sandro Magister)



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Las condenas, por obra de tribunales seculares, de los cardenales George Pell y Philippe Barbarin han provocado diferentes reacciones en la cima de la jerarquía eclesiástica. Que a su vez han desencadenado dentro y fuera de la Iglesia posteriores reacciones de aprobación o de condena. Signo que este terreno de enfrentamiento está muy lejos de estar pacificado.
Además, el sábado 23 de marzo Francisco aceptó la renuncia del cardenal Ricardo Ezzati Andrello, de 77 años, como arzobispo de Santiago de Chile. Renuncia determinada formalmente por haber excedido la edad canónica, pero efectivizada precisamente pocas horas después del llamado a juicio del cardenal frente al tribunal de Santiago, por haber encubierto abusos sexuales. También aquí habrá que ver qué decisiones tomará el Papa. Y con cuáles contragolpes.
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En el caso del cardenal Pell, condenado en Australia a seis años de prisión, la Santa Sede ha hecho saber que quiere tener a su cargo un proceso canónico en la Congregación para la Doctrina de la Fe.
No se conocen ni los tiempos ni las modalidades de ese proceso. En todo caso se ha comunicado que en Roma se esperará, antes de cualquier pronunciamiento, el resultado del proceso de apelación pedido por el cardenal.
Pero a pesar de esto, “como medida precautoria” y “para garantizar el curso de la justicia”, la Santa Sede ha confirmado las dos medidas tomadas contra Pell cuando regresó a Australia: la prohibición del “ejercicio público del ministerio” y “el contacto en cualquiera de sus modos y formas con menores de edad”.
Medidas ambas incomprensibles ahora, al encontrarse el cardenal en una celda de aislamiento e imposibilitado de celebrar la Misa. Pero bien aceptadas por los paladines de la “tolerancia cero”, para ejercerla siempre y en forma preventiva también contra quien – como se lee a propósito de Pell en el comunicado vaticano – “ha manifestado su inocencia y tiene el derecho de defenderse hasta el último grado”
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En el caso del cardenal Barbarin, condenado en Francia a seis meses de prisión condicional y también a la espera de un proceso de apelación, la Santa Sede no anunció, por el contrario, ningún proceso canónico.
Tampoco ha tomado contra él medidas análogas a las impuestas a Pell.
No solo eso. El papa Francisco ha rechazado la renuncia como arzobispo de Lyon presentada a él por el cardenal, recibido en audiencia el 19 de marzo.
¿Cómo justificó Francisco este comportamiento de su parte? Fue el mismo Barbarin quien se refirió a las palabras del Papa, en una entrevista realizada en la televisora católica francesa KTO:
“El Papa me dijo que cuando hay una sentencia que es apelada, existe la presunción de inocencia. En consecuencia, si acepto la renuncia, reconozco que usted es culpable. No puedo hacer esto”.
De regreso en Lyon, Barbarin confirmó que se retira de la diócesis, confiada en forma provisoria al vicario general. Pero ha resaltado que se trata de una decisión personal suya, sobre la cual el Papa habría expresado su “comprensión”, agregando que “no corresponde a Roma intervenir en este género de cosas”.
Como se puede advertir, entonces, al contrario que en el caso de Pell, en el caso de Barberin el papa Francisco no se atuvo a los criterios de la “tolerancia cero”, sino más bien a esos principios garantistas que él mismo había pedido que se prestara atención en la cumbre vaticana del 21-24 de febrero en los 21 “puntos de reflexión” entregados a los participantes, en primer lugar “el principio de derecho natural y canónico de la presunción de inocencia hasta la prueba de la culpabilidad del acusado”.
Ninguna sorpresa, entonces, al ver las indignadas reacciones de los partidarios de la “tolerancia cero” en este comportamiento del Papa. Como también las defensas de lo hecho por él, por parte de los garantistas.
Entre las muchas voces en un campo y en el otro, son ejemplares las dos que se han expresado en las columnas del diario católico francés “La Croix”. De dos eruditos no católicos.
El primero es Dominique Wolton, autor del libro-entrevista más exitoso entre los publicados hasta ahora sobre el papa Francisco y al que quiso que estuviera entre los miembros de su comitiva en el viaje a Panamá el pasado mes de enero.
Wolton defiende la línea garantista adoptada por el Papa en el caso de Barbarin, pero – como teórico de la comunicación que es – critica las ingenuidades comunicacionales, porque al callar y enviar al futuro cualquier decisión, Francisco se expone indefenso a la “locura” de los que quieren que los procesos se lleven a cabo inmediatamente y en las plazas, en vez de hacerlos en las salas y con los tiempos de la justicia.
Escribe Wolton:
“No creo que la lentitud del papa Francisco en reaccionar sea una prueba de mala fe. El hecho que él se niegue a decir algo a cualquier precio no significa que está ‘escondiendo’ algo. Simplemente, se niega a entrar en la lógica de la inmediatez que domina hoy la opinión pública. Esta presión de los medios de comunicación, basada en un uso falsamente democrático de lo social, se ha vuelto intolerable. ¡El hecho que millones de personas expresen su opinión que el cardenal Barbarin es un malhechor no significa que él lo sea realmente! Se quiere que la Iglesia pronuncie inmediatamente un juicio moral. Pero sometida a una sospecha general de actuar con mala fe, la Iglesia ya no es capaz de hacerse entender, y las justificaciones del Papa parecen una retirada de su decisión de poner fin al clericalismo”.
Pero decididamente más crítica es – siempre en las páginas de “La Croix” – la socióloga de las religiones Danièle Hervieux-Léger, de la ”École des hautes études en sciences sociales” y autora en el 2003 de un libro que hizo época: “Catholicisme, la fin d’un monde”, en el que sostenía la “exculturación”, es decir, la expulsión total del catolicismo de la cultura de hoy.
Para Barbarin – dice Hervieux-Léger – “era quizás legítimo recurrir en apelación como ciudadano, pero no como obispo”. Como obispo debía aceptar la condena y el Papa debería haber aceptado su dimisión. Pero Barbarin “engañó al Papa, quien aparece hoy ya no coherente con la ‘tolerancia cero’ que quiere promover. Este estado de confusión es terrible, porque deja en la opinión pública la imagen desastrosa de una institución que se protege, que no realiza sus promesas. La Iglesia no es otra cosa que un objeto de indignación, lo cual me parece irremediable. La Iglesia ha perdido definitivamente su capital de confianza y esto es particularmente terrible para los sacerdotes de más de 75 años que han apostado todo en esta institución cuyo mundo colapsa. Hoy lo único posible – pero el Papa no lo hará – sería redefinir completamente el ministerio sacerdotal, no sólo ordenando a varones casados – cosa que sucederá seguramente algún día – sino sobre todo repensando el puesto de las mujeres en la Iglesia. Porque la cuestión capital es ésta. El clericalismo al cual se imputan todas las derivaciones presentes arraiga en su exclusión”.
Es curioso que tanto Wolton como Hervieux-Léger concluyan sus arengas culpando de todo al “clericalismo”, objetivo fijo del papa Francisco.

sábado, 16 de marzo de 2019

¡Basta ya de clericalismo manipulador de la doctrina! (F. Lacalle)



Los fieles laicos, los tan manoseados fieles laicos, tenemos un derecho estricto por parte de los pastores a que se nos transmita el depósito de la Revelación y los medios de santificación sacramentales.

Dice el Concilio Vaticano II (en su letra y en su espíritu) que “la Sagrada Tradición, pues, y la Sagrada Escritura constituyen un solo depósito sagrado de la palabra de Dios, confiado a la Iglesia; fiel a este depósito todo el pueblo santo, unido con sus pastores en la doctrina de los Apóstoles y en la comunión, persevera constantemente en la fracción del pan y en la oración (cf. Act., 8,42), de suerte que prelados y fieles colaboran estrechamente en la conservación, en el ejercicio y en la profesión de la fe recibida”.

Pero el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo. Este Magisterio, evidentemente, no está sobre la palabra de Dios, sino que la sirve, enseñando solamente lo que le ha sido confiado, por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo la oye con piedad, la guarda con exactitud y la expone con fidelidad, y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como verdad revelada por Dios que se ha de creer” (Dei Verbum, 10).

Todo clericalismo es –para empezar- una desviación de esta misión de servicio y de colaboración con los laicos. Atribuirse una potestad que no les corresponde, porque no fueron elegidos para eso. A, mí no me representan –jamás los voté-, representan a Jesucristo. Pero no le sustituyen, ni le enmiendan.

Los obispos alemanes, según se publica hoy, van a manosear durante los próximos meses nuestra fe, nuestra enseñanza moral, en nombre de Jesucristo. Lo ha explicado el cardenal Marx, al acabar una reunión del episcopado que ha abierto plazo hasta septiembre para una “discusión sinodal”.

Pues bien, no hay derecho a que se manosee la fe de la Iglesia y su perenne enseñanza moral. Tampoco bajo el lema del aggionarmento, ni bajo el procedimiento de la sinodalidad, ni bajo la excusa de la adaptación a los tiempos, ni so capa de “debates teológicos” que no deben estar encorsetados por autoridad alguna, ni aduciendo que se hace solo para el ámbito germánico.

No, señores sucesores de los Apóstoles, señor cardenal, ustedes no son quiénes para manosear un depósito que no les pertenece. Sinodalicen si quieren el celibato –Dios no lo quiera, pero es evidente que es un tema sobre el que pueden debatir hasta gastar todo el dinero de nuestras limosnas-, pero no sinodalicen la moral sexual. Si hay que explicarla mejor, dejen que los expertos hagan sus esfuerzos. Pero no: ustedes dicen querer cambiarla; es decir: abandonarla, traicionarla.

¿Es irrespetuoso pedir que el Santo Padre intervenga para evitar la confusión que semejantes discusiones en sede sinodal tienen para el Santo Pueblo de Dios? ¿No basta con la propaganda incesante de la cultura contemporánea y de los poderes del mundo, para que tengamos que escuchar las mismas sandeces de boca de los pastores impunes? ¿Qué hace el cardenal Marx en el consejo de los colaboradores más íntimos del Papa? ¿No añade esta cercanía fuerza a sus posiciones sembradoras de confusión –y a veces, sencillamente, de errores?

No hay que perder la esperanza, que lleva a perder la caridad y la comunión con los pastores y los demás fieles, y al final la fe. La esperanza es lo que parecen haber perdido estos pastores desanimados por su esterilidad, deslumbrados por los señuelos de la aprobación del mundo, llevados de aquí para allá por cualquier viento de doctrina…

Alegres en la esperanza, sin embargo, hay que gritar un ¡ya basta! Y practicar la tolerancia cero con lo que aparta de Jesucristo. 


Lo único bueno es que uno en días así lee los salmos con más intensidad y confianza que nunca (salmo 42):

1. Hazme justicia, oh Dios, defiende mi causa
contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.

2. Tú eres mi Dios y protector,
¿por qué me rechazas?,
¿por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?

3. Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.

4. Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.

5. ¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabar

Fernando Lacalle

miércoles, 27 de febrero de 2019

Nicola Bux: “La fórmula de ‘tolerancia cero’ es anti-evangélica”



Lo dijo Don Nicola Bux, el que fuera consultor de la Congregación de la Doctrina de la Fe, en una entrevista publicada en La Verità, cuya traducción nos ofrece Secretum Meum Mihi.

Don Bux, la interpretación que da el Papa de los abusos es clara: la culpa no es de los sacerdotes homosexuales, sino del clericalismo. ¿Qué piensa?


El clericalismo es un término insuficiente para explicar la cuestión del abuso.

¿Por qué?

El Centro para la Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana explicó que no se necesita hablar de pedofilia, es decir, de atención no saludable hacia los niños prepúberes, sino de efebofilia, es decir, de atracción por los jóvenes en la edad de pubertad o en la postpubertad.

Entonces, ¿la homosexualidad tiene que ver con eso?


Los autores del estudio agregan que este tipo de atracción concierne, en el 80% de los casos, a personas homosexuales. Por lo cual, hablar de clericalismo y pedofilia significa esparcir una cortina de humo.

Entonces, ¿por qué en los 21 puntos de reflexión distribuidos en la cumbre del Vaticano, no aparece la palabra «homosexualidad»?


Considere que el actual pontificado comenzó en la era de Barack Obama, aquello love is love, de los homosexuales libres de amarse como lo deseen, frente a lo cual está prohibido hablar de terapia….

Disculpe: ¿los sacerdotes homosexuales necesitan terapia?


Durante la conferencia de prensa del viernes pasado, monseñor Charles Scicluna dijo que generalizar sobre una cierta categoría, como la de los homosexuales, no es legítimo. Y que la homosexualidad no predispone al pecado, la cual sobre todo, inclina a la concupiscencia.

¿Qué tiene que ver con esto?


La concupiscencia es la inclinación al mal de la naturaleza humana. A causa de esto, el amor utiliza al otro para su propio placer.

De acuerdo. ¿Entonces?


En el caso de la homosexualidad, la persona objeto de tal tipo de amor no es verdaderamente amada, sino deseada en función del amor que el sujeto prueba para sí mismo. Aquí está el problema moral.

¿El amor homosexual no es amor?


Es un amor desordenado.

Entonces vuelvo a la primera pregunta: ¿cómo comportarse con un sacerdote o un seminarista homosexual?


Se necesita evaluar la etapa de lo que el Catecismo llama “desorden”. En cualquier caso, está prohibida la admisión al Seminario de personas con tal tendencia.

Dígame si lo he entendido bien: ¿el test psicológico que propone la cumbre del Vaticano debería servir para individualizar a los seminaristas homosexuales por excluir?


Al menos según la Ratio de los Seminarios de 2016….

En su libro, Sodoma, Frédéric Martel sostiene que en la Iglesia el lobby gay está tan extendido, que ahora se tolera la homosexualidad, al menos mientras no conduzca a la pedofilia.

De acuerdo con los estudios realizados, por ejemplo por el psicólogo holandés Gerard van den Aardweg, las personas homosexuales son mucho menos de lo que la propaganda afirma para la normalización de la homosexualidad.

¿Hay menos homosexuales de lo que pensamos?


Sí. Y por lo tanto, incluso los clérigos homosexuales son mucho menos de lo que se cree. Hace unos años, la Congregación para el Clero estimó que los clérigos homosexuales no llegaban al 2% del total.

¿Martel está equivocado?


La tesis de Martel es profundamente falsa, pero tiene un objetivo preciso: demostrar que la homosexualidad está tan difundida, que es inútil combatirla. Por el contrario, es necesario legitimarla, un poco como se busca hacer con la drogas.

Una de las palabras al orden en la cumbre del Vaticano es la «tolerancia cero». ¿No existe el riesgo de que la presión de la opinión pública lleve a juicios sumarios?

La fórmula de ‘tolerancia cero’ es anti-evangélica. Si el Señor usara este criterio con la humanidad, habría desaparecido de la faz de la tierra….

¿Dice que está mal ser demasiado severos con los abusadores?


‘Tolerancia cero’ es un eslogan políticamente correcto y repetido como los loros —bajo la presión de la opinión pública— para demostrar que la Iglesia ha empuñado la espada y está haciendo limpieza.

En cambio, ¿qué debería hacer la Iglesia?


La Iglesia debe tener paciencia y prudencia. No debe derogar la verdad: tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento presentan las relaciones homosexuales como graves depravaciones, porque son contra natura. El padre Reginald Garrigou-Lagrange decía que se necesita ser inflexible por lo que reguarda a la doctrina, porque se cree, pero inclusive en la justa medida, porque se ama. E ironizaba, «la Iglesia absuelve a los pecadores, los enemigos de la Iglesia absuelven los pecados”.

¿Inclusive? ¿Le parece posible?


Hoy se usan muchas expresiones como ‘acoger”, ‘acompañar’… ¿Qué quiere decir? Quiere decir salvar a la persona del desorden en el que ha vivido, y si ha cometido delitos castigarlo con una pena justa. Por eso la terapia es importante….

Ah, ¿ve que la terapia tenía que ver con eso?


Sí. Me sorprende que nunca se hable de la terapia. Es porque si la agenda de Obama ha sido aceptada, la homosexualidad ha sido normalizada.

Por lo tanto, por un lado se quiere normalizar la homosexualidad, que es el caldo de cultivo de los abusos. Por el otro lado, se piden penas severas para los abusadores mismos.


Exactamente. Monseñor Scicluna debería explicar por qué, si las relaciones homosexuales no son pecaminosas, el Vaticano ha llegado a tanto con el ex arzobispo Theodore Edgar McCarrick.

McCarrick fue castigado después de las investigaciones de The New York Times.


De hecho ….

¿Se mueve el Papa según cómo sopla el viento mediático?


Me parece a merced de las presiones contradictorias de la opinión pública, que por un lado se horroriza —quién sabe por cuánto tiempo más— cuando se hace algo a los niños, pero por otro lado no quiere considerar inmoral las tendencias homosexuales.

Entre tanto, mientras McCarrick estaba siendo reducido al estado laical, el Papa Francisco nombraba nuevo Camarlengo a un protégé suyo, Kevin Farrell. Que es muy cercano al jesuita pro Lgbt, James Martin.

Esta contradicción ha sido detectada por muchos. El punto es que diferentes pastores de la Iglesia han abandonado la verdad del Evangelio, tal vez por miedo. Este es el origen de la crisis.

¿Realmente el Papa hará limpieza?


No se hacen procesos a las intenciones. Pero no entiendo por qué no se abre la confrontación con esa parte del mundo católico que, sobre la cuestión, intervino metiendo un dedo en la herida. Aquí está el verdadero clericalismo.

¿En qué sentido?

Evitar la confrontación y el debate. Hacer como las avestruces, que meten sus cabezas bajo la arena.

¿Usted se refiere a la confrontación con los cardenales conservadores, quienes atribuyeron la causa del abuso a la homosexualidad?

No son cardenales conservadores, sino que “custodian la fe católica transmitida por los apóstoles”, manteniendo juntas, de manera católica, la doctrina, la moral y la praxis, sin ceder a las modas. Una cosa viene a la mente…

Diga.

Usted piensa que, a propósito de la homosexualidad, también en la Iglesia esté de moda la palabra ‘orientación’.

¿No debería?

¡Pero esta no es una expresión de la moral católica! ¡Es una expresión de los lobbies homosexualistas!

¿Eso es?

No existe una orientación sexual.

¿No existe?

Dios creó el macho y la fémina. O Dios es el ordenador supremo de lo creado, mientras el pecado del hombre crea desorden; o el orden objetivo no existe y cada uno lo construye como le parece. Si en la Iglesia se renunciare a enseñar que Dios ha creado una naturaleza bien precisa, hecha del masculino y femenino, y si se reduce a hablar de ‘orientación’, cae un principio de fondo de la verdad católica.

¿Qué piensa del «político» Francisco, el que se fotografió con el pin «Abramos los puertos»?

Es folklore. La cuestión es otra.

¿Cuál?

Si en la Iglesia debe prevalecer la política o la fe. Si la fe debe prevalecer, la Iglesia también deberá aceptar ser perseguida, para reafirmar la verdad del Evangelio.

Entonces, ¿el Papa se equivoca al pedir acogida para todos?


En realidad, si se pone cuidado de todas sus intervenciones, no se encuentra la invitación a la acogida indiscriminada. Digamos que sus frases son un poco peronistas….

¿Peronistas?


Sí. Usted sabe que el peronismo es la capacidad de armar una cosa y su opuesto, según las circunstancias.

Un disparo al círculo y otro al barril.


En relación con el consenso para no perder. El punto es entender cuán vigente está ahora esta impostación. Viendo lo que está pasando en Italia, en Europa, en América Latina, diría que no está.

¿Y qué piensa del giro ambientalista de la Iglesia?


Otra de esas cosas que funcionan para la agenda Obama. A este paso, la Iglesia terminará encontrándose en un caso Galileo al contrario. Los científicos están divididos. Y la Iglesia no tiene competencia en el asunto.

El padre Antonio Spadaro dice que se necesita un «catolicismo democrático».


Poner juntos el catolicismo y la democracia es un oxímoron.

¿Completamente?


Ciertamente. ¿Qué quiere catolicismo democrático? Cuando se habla de Iglesia Católica, se habla del pueblo de Dios jerárquicamente ordenado. La Iglesia no es en lo mínimo una democracia….

Artículo publicado en Secretum Meum Mihi de una entrevista realizada por La Verità