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domingo, 25 de noviembre de 2018

Obispo Robert Morlino, RIP



Su Excelencia Robert Morlino, obispo de Madison (Wisconsin), falleció ayer por la noche, tres días después de haber sufrido un episodio cardíaco durante una revisión médica programada. Fue obispo de Madison durante quince años y anteriormente ejerció su cargo en Helena (Montana), durante poco menos de cuatro años. Es conocido por los lectores especialmente como un firme defensor de la Misa Tradicional así como un gran promotor de vocaciones sacerdotales. Damos nuestro más sentido pésame a la familia y amigos de Monseñor Morlino, así como a todos los católicos de la Diócesis de Madison.

Da nobis, Dómine, ut ánimam fámuli tui Roberti Epíscopi, quam de hujus sáeculi eduxisti laborióso certámine, Sanctórum tuórum tríbuas esse consortem. Per Christum, Dóminum nostrum. R. Amen.

Concédenos, Señor, que el alma de tu siervo, el obispo Robert, a quien sacaste del laborioso combate de este mundo, sea partícipe de tus Santos. Por Cristo Nuestro Señor R. Amen

(Traducido por Diana Carles. Artículo original)

Ideología de Género׃ no pasa nada ¿o está pasando? Monseñor Aguer


Duración 6:29 minutos

O’Malley se atribuye en una nota la idea de la reunión episcopal de febrero (Carlos Esteban)



El cardenal arzobispo de Boston Sean O’Malley, presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, ha emitido una nota saludando la formación del comité organizativo de la reunión episcopal del proximo febrero recordando que la idea fue suya.

“Me siento agradecido por el anuncio realizado esta mañana con respecto al comité organizador de la reunión para la protección de los menores en la Iglesia, que se llevará a cabo en Roma en febrero de 2019”, empieza la nota hecha pública por el cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, aparecida en la página online de la Archidiócesis de Boston. “La propuesta de una reunión así partió de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, fue revisada por el Consejo de Cardenales y posteriormente aceptada por el Santo Padre. Me complace que se haya convocado por el Santo Padre y espero participar en él”.

Un resumen de ese primer párrafo podría ser: la reunión no fue una idea que se le ocurriera a Su Santidad, sino a mí, y aunque mi nombre no figure entre los elegidos para organizarla, espero que me dejen tener algún papel.

En los dos párrafos siguientes de túrgida prosa burocrática, que por la total ausencia a cualquier realidad sobrenatural o de fe podría ser perfectamente válida, cambiando “iglesia” y “católica”, para cualquier empresa, ONG o departamente estatal, se desmarca significativamente de la estrategia aparentemente elegida por Roma de dejar al laicado fuera de todo este asunto -al contrario de lo que pretendían los planes vetados de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos- y recuerda que toda solución a esta plaga pasa por “una alianza entre los laicos y el clero para responder a los errores del liderazgo episcopal haciendo a los obispos responsables de los crímenes contra niños y adultos vulnerables”.

O’Malley, que para muchos era la ‘Gran Esperanza Blanca’ para que Roma se tomara realmente en serio el asunto de los abusos, perdió buena parte de su credibilidad con el asunto de la carta de una víctima chilena que había entregado en mano o no había entregado en mano, según la versión que se quiera creer, al Santo Padre, y más aún cuando se supo que había ignorado otra misiva en la que se acusaba a McCarrick de abusos a seminaristas antes de que fuera aceptada como creíble la acusación de que había abusado de un menor.

A continuación, el comunicado en inglés:

I am grateful for the announcement made this morning regarding the organizing committee for the meeting on the protection of minors in the Church, to be held in Rome in February 2019. The proposal for such a meeting was developed by the Pontifical Commission for the Protection of Minors, was reviewed by the Council of Cardinals and subsequently accepted by the Holy Father. I am pleased that this meeting has been convoked by the Holy Father and I look forward to participating.

The role of the Pontifical Commission is to serve as an advisory body to the Holy Father, making recommendations on best practices for the universal Church for education and prevention programs regarding the crime of sexual abuse of minors and vulnerable adults. At the request of the Holy Father the Commission will assist and serve as a resource for the organizing committee.

Among the most important programs of the Commission has been its hosting of meetings between survivors and groups of newly named bishops. These meetings have inspired our view that calling the bishops to Rome for a similar high-impact meeting would be very important in addressing the clergy abuse crisis globally.

This is a critical moment for the universal Church in addressing the sexual abuse crisis. The February meeting will be an important moment for developing a clear path forward for dioceses around the world. We must continue to embrace and practice a commitment to zero tolerance, work for greater transparency including the release of names of clergy accused of abuse and encourage all religious orders to adopt a similar policy and cooperate with civil and legal authorities. Above all else, we must place the support and pastoral care of survivors first. This is a life-long journey that is now part of the fabric of the Catholic family and requires a partnership between the laity and clergy in responding to the failures of episcopal leadership by holding bishops accountable for the crimes against children and vulnerable adults.”

Carlos Esteban

Vaticano y Fraternidad Sacerdotal de San Pío X empiezan desde cero



Las discusiones entre el [debilitado] Vaticano y la [floreciente] Fraternidad Sacerdotal de San Pío X tienen que empezar desde cero, según Andrea Tornielli, el vocero de prensa de facto del papa Francisco, tal como se publicó el 24 de noviembre en el sitio web LaStampa

Tornielli publicó su artículo después que el nuevo superior general de la Fraternidad, el padre Davide Pagliarani, fuera recibido la semana pasado por el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Luis Ladaria. Después del encuentro, como era de esperar, la Fraternidad [católica] dio a conocer una “feroz divergencia doctrinal” con el Vaticano [modernista].

Tornielli sabe que el padre Pagliarani le dijo a Ladaria que los textos del [pastoral] Concilio Vaticano Segundo contiene “errores” que deben ser corregidos. [Pero desde entonces se han agregado muchos más y muchos más graves errores].

Bajo el gobierno del ex superior general, monseñor Bernard Fellay, la Fraternidad casi alcanzó un acuerdo con el Vaticano. Pero el último capítulo general eligió al padre Pagliarani, quien insiste en lograr un acuerdo que no se base solamente en formulaciones que pueden ser interpretadas discrecionalmente, en forma antojadiza.

Noticias varias 24 de noviembre de 2018 (Cupich, Burke, Cadena Cope, Franco, masonería, ...)




LIFE SITE NEWS

Pope Francis appoints Cardinal Cupich to organize Vatican summit on clergy sex abuse (Diane Montagna)










INFOCATÓLICA

Sacerdotes varones, célibes y heterosexuales

Tertulianos de la cadena Cope cuestionan la postura de la Iglesia sobre la homosexualidad y los seminaristas (En el programa "religioso" LA LINTERNA DE LA IGLESIA)


El Papa encarga a Cupich organizar el encuentro episcopal sobre abusos (Carlos Esteban)



Su Santidad ha nombrado al cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago, miembro de un comité de cuatro obispos que organizarán la cumbre vaticana del próximo febrero para tratar sobre los abusos sexuales del clero.

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En vísperas de la reciente asamblea plenaria de la Conferencias Episcopal de Estados Unidos cayó como una bomba el veto, comunicado apenas 24 horas antes de su inicio, de votar dos medidas ya preparadas para combatir la plaga de abusos y encubrimientos de abusos que asola la iglesia americana. La orden venía directamente de la Congregación para los Obispos, y el pretexto era que sería mejor esperar a la reunión extraordinaria de febrero, dedicada monográficamente a este asuntos, para aplicar métodos iguales en toda la Iglesia, aunque en esas mismas fechas las conferencias de Francia e Italia aprobaban sus propias medidas al respecto.

Al malestar causado por la súbita prohibición se suma ahora la noticia de que Cupich, el cardenal ascendido por recomendación del pederasta McCarrick y el único que habló a favor del veto en la asamblea de obispos, es la persona elegida por Roma para organizar la reunión de febrero junto al cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el jesuita padre Hanz Zollner, presidente del Centro para la Protección de Menores en la Pontificia Universidad Gregoriana.

Los fieles críticos con la inacción vaticana ante las noticias de abusos que han estallado este verano pasado ven este nombramiento como una evidencia de que Roma quiere a toda costa disociar los abusos de lo que estudio tras estudio muestra como una de sus causas principales: la vasta infiltración de homosexuales en las filas del clero.

En su algo tardía reacción primera, la carta al pueblo de Dios, el Papa se apresuró a encontrar un culpable, el ‘clericalismo’, y obvió toda referencia al elefante rosa en la sala de estar. El propio Cupich fue más lejos, declarando expresamente que la homosexualidad no era un factor significativo en los abusos, pese a que más del ochenta por ciento de las víctimas fueran varones, e incluso disculpó la inacción vaticana alegando que la Curia tiene “una agencia más amplia”, citando el medio ambiente y la inmigración.

Scicluna, por su parte, se supone que es un experto en estas lides. Recibió en 2002 el encargo de Joseph Ratzinger, entonces prefecto para la Doctrina de la Fe, de investigar casos de abusos sexuales a menores por parte de los clérigos, y fue quien se ocupó, en 2005 por orden del mismo Ratzinger, de dirigir la investigación contra el fundador de los Legionarios de Cristo, padre Marcel Maciel.

Francisco ha seguido empleándole en este cometido, y el pasado febrero fue enviado a Chile a investigar acusaciones de que Juan Barros, nombrado por el propio Francisco obispo de Osorno contra el parecer de una mayoría de obispos chilenos, había sido connivente y testigo pasivo en el abuso de niños por su entonces mentor, el notorio pedófilo padre Fernando Karadima. La investigación realizada por Scicluna llevó a que el Papa aceptara al fin la renuncia de Barros. Recientemente, el Papa ha nombrado a Scicluna secretario adjunto de la Congregación para la Doctina de la Fe, ahora encargada de este tipo de casos. Scicluna respaldó para Malta la interpretación pastoral más abierta de la exortación Amoris Laetitia.

Zollner, miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, tiene fama de ser hombre que se toma muy en serio los casos de abusos a menores.

Carlos Esteban