BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



martes, 4 de julio de 2017

Clavo argentino (por Luigi Bisignani)



La soledad del Papa Francisco. Desde Argentina a Estados Unidos cae la popularidad de Jorge Mario Bergoglio entre escándalos, errores, purgas y disputas internas que dividen la Curia.

-------

Desde Argentina a Australia, y hasta en las habitaciones secretas de los pasillo vaticanos, sopla impetuoso el viento que amenaza con hacer volar el solideo blanco del Papa Bergoglio. 


La última novedad es la sustitución en el ex Santo Oficio del conservador Gerhard Müller por el arzobispo Luis Ladaria Ferrer, un jesuita español que tendrá la misión “revolucionaria” de abrir la Iglesia primero el diaconado y luego el sacerdocio femenino.

[Nota del traductor: un día después de publicada esta nota, se conoció la noticia que Mons. Ladaria Ferrer no denunció a la justicia italiana a un sacerdote condenado canónicamente por múltiples abusos de menores].
  • En Argentina, una disputa comenzó a crecer, y puede convertirse en un incidente diplomático, cuando se anunció oficialmente que en enero de 2018 Francisco volverá “al fin del mundo” pero para visitar la desconocida y pequeña ciudad de Temuco, en Chile. 
Para los argentinos, siempre con diferencias contenciosas con los chilenos, la decisión del Papa de no volver a la catedral de Buenos Aires es considerada una provocación inaceptable, con ventajas solamente para los evangélicos. Hay quien dice, por lo bajo, que Bergoglio es de tal modo polémico en su propio país, que estaría preocupado por posibles disputas públicas. Parece, incluso, que a las autoridades chilenas les ha llegado la discreta novedad de que no sería agradable para el pontífice que asistieran huéspedes civiles o religiosos argentinos durante la visita, ni siquiera los miembros de su propia familia.

La imagen de Francisco que tenía los números suficientes para constituirse en “líder continental moral” sin la sombra de Barack Obama está velozmente entrando en crisis, no obstante el trabajo extraordinario del Secretario de Estado Pietro Parolin: 
  • En Cuba con Trump, la diplomacia vaticana tartamudea. 
  • En Colombia, el referendum por la paz se perdió porque los evangélicos del país lo sabotearon. 
  • En Venezuela, todas las partes políticas están de acuerdo en decir que el tentativo de pacificación emprendido por el Vaticano, ha agravado la situación en vez de mejorarla. 
  • Finalmente, en Brasil, después del éxito de la jornada mundial de la juventud, Río de Janeiro tiene como intendente a un obispo evangélico, anticatólico y, sobre todo, crítico de la Conferencia Episcopal.
Frente a este escenario internacional se puede comenzar a plantear un primer balance sobre los cuatro años de pontificado, intentando alguna comparación entre Francisco y sus predecesores. 

Lo que ocurrió luego de la renuncia de Benedicto XVI es muy similar a la transición entre el Papa Pío XII y su sucesor Juan XXIII. Bergoglio se inspiró en Roncalli, quien, sin embargo, se hizo cargo de una Iglesia lejana del pueblo, en profunda crisis misionera y, sin muchas proclamas, la revolucionó con la convocatoria del Concilio Vaticano II. Exactamente lo contrario a lo sucedido en la transición entre Ratzinger y Bergoglio. 

Después de haber realizado una campaña de prensa que transformaba al Papa argentino en un ídolo, el mundo está cayendo en la cuenta que, en el fondo, el trabajo del Ratzinger fue profundamente infravalorado. 

En un Vaticano divido por disputas, el Papa alemán puso al IOR en la white list, declaró la tolerancia cero a la pedofilia y comenzó un profundo estudio de la crítica de la Iglesia moderna frente a los desafíos futuros. Francisco, por tanto, llegó con un assist sin precedentes del que quizás ni siquiera él se dio cuenta, circundado de un modesto círculo mágico que le quita visión y que no le hace ver las críticas que amenazan con asumir dimensiones cada vez más grandes, alejándolo de sus predecesores. Casi un Matteo Renzi vestido de blanco.

Munido de una rara intuición, Bergoglio por lo menos juntas sus manos cuando delante de la Virgen de Fátima pide perdón por el “mal gusto que ha tenido en elegir a sus colaboradores”. 

El cardenal australiano George Pell, alejado en los últimos días, fue el puntero del escuadrón argentino elegido por Bergoglio. Pero, pedofilia aparte, la posición de Pell se agravó porque, después de haberlo llamado al Vaticano, no fue capaz de controlar las sociedades revisoras que están haciendo los exámenes a las cuentas pasadas y presentes de la Iglesia. Con algunas de ellas, había firmado preliminares de contrato para la creación del VAM (Vatican Asset Management) en el cual confluirían todos los bienes inmuebles de la Iglesia (incluso los que posee en Londres, París, New York y Hong Kong) y ahora las sociedades están pidiendo dinero. Mientras, el revisor de cuentas de la Santa Sede, Libero Milone, elegido por el propio Pell, parece que fue echado porque no quería avalar el balance de la Secretaría de Comunicaciones que contrataba voces millonarias.

Y mejor no hablemos de la modestia de los nuevos obispos italianos. En ciudades clave como Palermo, Padua, Brescia o Bolonia, y en gran medida por sugerencia del círculo mágico (San Egidio, Mons. Darío Viganò y aquellos que, en broma, son llamados los nuevos masones del “Nouvel observateur”), han sido nombrados honestos párrocos de barrio, pero que no están preparados para gestionar realidades complejas, y probablemente se convertirán en sus víctimas.

Siempre en Italia, nadie ha comprendido todavía el desastre financiero en torno al Hospital del Niño Jesús. En sólo dos años de la nueva gestión, se han quemado decenas de millones de euros bajo el gerenciamiento de la apedreada Mariella Enoc. 
Tiempos duros son los que le esperan al Papa Francisco; 

  • La plaza ya no se llena de gente como en otros tiempos. 
  • Las tan proclamadas reformas se han eclipsado en pequeñas nominaciones 
  • Y los slogans publicitarios sirven poco para mantener alta la tensión mediática. 
La Iglesia americana ya le dio la espalda, así como la africana, y la soledad de un Papa que le dice a los suyos “Sigo solo adelante”, se enfrenta con la parábola del buen pastor que se detiene a recuperar hasta la última oveja perdida. 

¿Se verificará nuevamente el año de los tres papas como en 1978? Pero en este caso estarían los tres vivos y, por tanto, mientras esperamos a que Bergoglio se tome diez minutos para pensar lo que está haciendo, permanecemos en la Tradición Católica y le deseamos larga vida a los Papas.

-------

Il Tempo, domingo 2 de julio de 2017.
Traducción: Rubén Peretó Rivas 

[Nota del traductor: El autor, Luigi Bisignani, está considerado uno de los hombres más poderosos de Italia]

"NADIE NOS PUEDE IMPEDIR PROCLAMAR LA VERDAD" (por el R P Custodio Ballester)

Tomado de Agnus Dei Prod

Duración 11:29 minutos