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martes, 11 de febrero de 2025

Nuestra Señora de Lourdes, salud de los enfermos



La de Lourdes es la advocación mariana más vinculada a los enfermos. «La Virgen hace muchos milagros» decía el Papa hace unos días. Que Nuestra Señora interceda por tantos niños enfermos.

(Mercaba.org)- En 1858 Lourdes era un pueblecito desconocido, de unas cuatro mil almas. Simple capital de partido judicial, tenía su juzgado de paz, su tribunal correccional y hasta un pequeño destacamento de gendarmería. Esto y un mercado bastante concurrido era lo único que le daba un poco de superioridad sobre los demás pueblecillos de los alrededores, perdidos, como él, en las estribaciones de los Pirineos.

Si el paisaje no ha cambiado, la población en cambio se ha transformado por completo. El pueblecillo, entonces ignorado, es hoy conocido en todo el mundo. El flujo y reflujo de Lourdes durante la época de las peregrinaciones no conoce descanso y es algo único e impresionante. De aquí el nacimiento de una nueva ciudad, la de los hoteles y las tiendas de recuerdos, que han venido a erigirse y casi a eclipsar a la antigua.

¿Qué ha ocurrido?

Había en Lourdes una pobre niña, analfabeta, que por su rudeza no había podido aprender el catecismo ni estaba aún en condiciones de hacer su primera comunión. Ni siquiera sabia hablar francés, y tenía que expresarse en el dialecto de la región. Era hija de padres pobrísimos, que atravesaban por aquellos días una situación de auténtica miseria. Pero, aunque pobre en las cosas materiales, era riquísima en las del espíritu, buena, humilde, caritativa, pura y, sobre todo, sincera. El testimonio de cuantos convivieron con ella a lo largo de su existencia es terminante sobre este punto: antes y después de las apariciones María Bernarda Soubirous, que así se llamaba la niña, había dicho siempre la verdad con la sinceridad más plena.

Un 11 de febrero, cuando ella llevaba escasamente quince días en Lourdes, a su regreso de Bartres, donde había estado haciendo de pastorcita, salió en busca de leña y de huesos, en compañía de una hermana suya y de una amiguita. Estaba en una pequeña isla, formada Por el Gave y el canal que en él desembocaba. Sus compañeras la habían dejado sola. Era el mediodía. Oyó un fragor como de tempestad, dirigió su vista hacia una concavidad que había en la roca por encima de ella, y la encontró ocupada por una jovencita de su misma estatura, de rostro angelical, vestida de blanco, ceñida por una banda azul, cubierta con un velo, que tenia un hermoso rosario entre las manos.

Había comenzado una serie de dieciocho apariciones que se sucederían durante los días siguientes, con algunos intervalos, hasta terminar el 16 de julio. Durante esa temporada, las autoridades estarían alerta, el pueblo dividido, el clero en un silencio total y más bien reticente. Sospechas, que humanamente podían considerarse fundadas, habrían de envolver a la niña. Era mucha la miseria que había en casa de los Soubirous para que se pudiera excluir la hipótesis de que acaso se estuviese buscando una solución a tan trágica coyuntura económica.


María Bernarda sufrió con paz celestial y sin inmutarse toda clase de pruebas. Ya sea el procurador imperial, ya el comisario de policía, ya el párroco, ya los visitantes…, a todos contestará con absoluta serenidad y paz, repitiendo exactamente las mismas expresiones. En vano los visitantes buscarán con habilidad la manera de sorprender su buena fe. Ella se mantendrá firme, dando testimonio de la verdad de lo que ha visto. Cuando los alrededores de la gruta estén rebosantes de público y la aparición no se produzca, ella dirá con toda sinceridad que nada ha visto. Cuando le amenacen para que calle, ella continuará diciendo siempre que ha sido verdad la aparición. Será testigo de la verdad, sin conocer un instante de vacilación, ni un desfallecimiento.

El párroco ha pedido una señal del cielo: quisiera que floreciese el rosal que está junto a la gruta. La aparición no ha querido que fuese así. Pero se va a producir un acontecimiento con el que nadie contaba. A lo largo de una aparición extraña, que decepciona al público, mientras Bernardita prueba unas hierbas no comestibles y araña la tierra, ésta se abre bajo sus dedos y brota una fuente. El público se marcha decepcionado. Hay críticas. Más de uno siente vacilar sus anteriores convicciones, favorables a la aparición. Y, sin embargo, aquel jueves, 25 de febrero, será decisivo en la historia de Lourdes. La fuente continuará brotando, para no secarse ya jamás. Muy pronto ese agua comienza a ser instrumento de maravillosas curaciones. Y el rumor de esas curaciones empezará a atraer las muchedumbres a Lourdes, que tampoco faltarán ya jamás.

La aparición ha dado a la niña un encargo concreto: decir al clero que han de edificar una capilla, y que se ha de ir allí en procesión. El cura de Lourdes se ha mostrado severo. No puede creer en semejante encargo, sin más ni más. Por otra parte, la aparición no ha dicho todavía su nombre. Es lo menos que puede exigírsele.

Y un día, el de la Anunciación, lo dice: «Yo soy la Inmaculada Concepción». La niña no sabe lo que significa aquello. Es más, las primeras veces que cuenta lo que ha ocurrido, pronuncia mal la palabra «Concepción», hasta que las hermanas del hospicio de Lourdes la corrigen y la enseñan a decirlo bien. No importa. Esta misma ignorancia suya será una de las pruebas de que no se trata de nada que haya sido fingido. Ahora ya se sabe quién se aparece: la Santísima Virgen, a quien poco tiempo antes el Papa ha declarado solemnemente libre del pecado original desde el mismo instante de su concepción.


El 7 de abril, doce días después de la Anunciación, tiene lugar la decimoséptima aparición, y el 16 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen, la decimoctava. Bernardita no volverá a ver a la Santísima Virgen mientras esté en la tierra. El demonio no podía contemplar lo que estaba sucediendo sin intentar algo por desacreditarlo. Ya en una de las primeras apariciones, exactamente en la cuarta, unos diabólicos aullidos fueron apagados instantáneamente por una mirada severa de la Santísima Virgen. Era sólo el comienzo. Poco tiempo después, una epidemia de visionarios se produce en la pequeña ciudad pirenáica. Ahora son unas mujeres que dicen haber visto extrañas apariciones; luego unos niños momentáneamente delirantes y posesos; más tarde extravagantes hombres, que aparecen como portadores de extraños mensajes, y tienen que ser retirados por alucinados. Es cierto que nunca tan sacrílegas mascaradas llegan a poder utilizar la misma gruta. Pero sus alrededores son manchados con esta clase de manifestaciones. Es notable: el contraste con la serena majestad, con la humildad y dulzura de Bernardita es tal, que puede decirse que esta clase de manifestaciones, lejos de servir para oscurecer su gloria, sirvió, por contraste, para enaltecerla más y más. La diferencia entre la única vidente verdadera y las burdas falsificaciones diabólicas, apareció siempre manifiesta y clara.

No iba a ser fácil la realización de lo que la Virgen había pedido. Durante no poco tiempo la gruta misma iba a estar cerrada, y el acceso a la misma prohibido. Se conserva todavía el cuaderno en el que el guarda jurado fue apuntando, con pintoresca ortografía, los nombres de los contraventores. Un día fue la señora del almirante Bruat, aya de los hijos del emperador. El mismo día, Luis Veuillot, el temible polemista. Estas visitas producen una cierta emoción en la ciudad. Hasta que, por orden del emperador Napoleón III, desaparecen las barreras y se decreta de nuevo que el acceso a la gruta es enteramente libre. Fue un día de inmensa alegría en Lourdes.


Pero ¿hasta qué punto se podía hablar de apariciones verdaderas? El obispo de Tarbes había mantenido hasta entonces una actitud sumamente prudente. Casi al mismo tiempo que se decretaba la libertad para ir a la gruta, monseñor Laurence daba, por su parte, otro decreto constituyendo una comisión de información sobre los hechos ocurridos en Massabielle. Y la comisión comenzaba inmediatamente, de manera concienzuda, sus informaciones. Estas habrían de tardar más de dos años. Por fin, entregaba sus conclusiones al señor obispo. Este quiso presidir personalmente la sesión final, que tuvo lugar en la sacristía de Lourdes.

La asamblea era impresionante. En torno al señor obispo, todas las personalidades que formaban parte de la comisión. En medio, Bernardita, tocada con su capuchón, calzada con zuecos, hablaba con absoluta sencillez, pero con una autoridad sorprendente. Sobre todo, como siempre solía ocurrir, cuando llegó el momento en que reprodujo el gesto de la Virgen, juntó sus manos, alzó su mirada y dijo: «Yo soy la Inmaculada Concepción», y pareció envuelta de una gracia tan celestial, que un escalofrío circuló por toda la reunión. El anciano obispo sintió cómo se le humedecían las mejillas, y dos gruesas lágrimas resbalaron por su rostro. Apenas salió la niña, exclamó movido por la emoción: «¿Han visto ustedes esta niña?»

Sólo faltaba proclamar la verdad. El sábado 18 de enero de 1862 el obispo firmaba la «Carta pastoral con el juicio sobre la aparición que tuvo lugar en la gruta de Lourdes». Después de haber expuesto los antecedentes, declaraba con toda solemnidad: ‘Juzgamos que la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, se apareció realmente a Bernardetta Soubirous el 11 de febrero de 1858 y días siguientes, en número de dieciocho veces, en la gruta de Massabielle, cerca de la ciudad de Lourdes; que tal aparición contiene todas las características de la verdad y que los fieles pueden creerla por cierto… Para conformarnos con la voluntad de la Santísima Virgen, repetidas veces manifestada en su aparición, nos proponemos levantar un santuario en los terrenos de la gruta».


Las dificultades no iban a ser, sin embargo, pequeñas. Unas veces nacerían del criterio restrictivo del ministerio de cultos, que había de dar su autorización para el nuevo santuario. Otras serían minúsculas cuestiones locales, como un pleito que hoy se nos antoja ridículo, entre el cabildo de Tarbes y la prefectura a propósito de la construcción de unos almacenes y unas cuadras en terreno de ésta, otras veces se mezclarían miras puramente humanas en lo que debiera ser única y exclusivamente sobrenatural. No importa: pese a tantas dificultades, el santuario de Lourdes habría de ser un hecho, y rápidamente, Massabielle cambiaría de fisonomía: ya el 22 de enero de 1862 escribía el párroco al señor obispo que Ia nivelación del terreno le da un aspecto grandioso». El arquitecto diocesano concibió un proyecto atrevido, que en un principio se creyó irrealizable: dar por corona gigantesca a la roca de la aparición un edificio que armonizase con el círculo de las graciosas colinas y cuya flecha ostentaría la cruz a una altura de cien metros sobre el nivel del Gave. De esta forma la gruta continuaría de la misma manera que cuando la consagraron las visiones de Bernardetta, abierta siempre sobre el río y su murmullo, bajo el cielo azul y las estrellas. No a todos gustó este proyecto, y se conserva la airada carta de un cura español al obispo de Tarbes, amenazándole con toda suerte de castigos del cielo si se llegaba a realizar. Pero a pesar de todo fue el que se llevó a cabo, y hoy los peregrinos agradecen tan feliz idea.

El 14 de octubre de 1862 se dio el primer golpe de pico para poner los cimientos de la futura capilla. Entre los sesenta obreros que trabajaban, se contaba Francisco Soubirous, padre de Bernardita, orgulloso de cooperar, desde puesto tan humilde, a tan grandiosa obra. El 4 de abril de 1864 se colocaba la estatua que todos los peregrinos conocen, en la gruta. Rápidamente Lourdes fue tomando el aspecto que hoy presenta. El 19 de mayo de 1866, vigilia de Pentecostés, quedaba consagrada la cripta, que había de ser el cimiento de la futura capilla. Su inauguración quedó señalada para dos días después, lunes de Pentecostés, en presencia de una inmensa multitud. Todavía pudo asistir a ella Bernardita. Pero le costaba reconocer el terreno. Estaba todo muy cambiado.


En 1873 se inician las grandes peregrinaciones francesas. En 1876 es solemnemente consagrada la basílica y coronada la estatua de la Virgen. Los veinticinco años de las apariciones se celebran con afluencia de una inmensa multitud, y colocando la primera piedra de la iglesia del Rosario, para suplir la insuficiencia, de la primitiva basílica. Seis años más tarde era inaugurada esta iglesia, que fue solemnemente consagrada en 1901. Todavía con la marcha del tiempo habría de resultar insuficiente, y el 25 de marzo de 1958, el cardenal Roncalli, futuro papa Juan XXIII, consagraba una nueva y más inmensa basílica subterránea, dedicada a San Pío X.

No ha faltado el sello oficial de la Iglesia. En 1869, Pío IX, por un breve de 4 de septiembre, proclamaba la luminosa evidencia de los hechos. León XIII autorizó un oficio especial y una misa en memoria de la aparición, que San Pío X, su sucesor, extendió por decreto de 13 de noviembre de 1907 a la Iglesia universal. Todos los Romanos Pontífices han rivalizado en dar muestras de benevolencia a este santuario mariano, Es digna de destacarse la preciosa encíclica Le pélerinage, de Pío XII, con motivo del grandioso centenario de las apariciones. Con tales testimonios de la Iglesia, el fiel cristiano puede invocar con seguridad a la Virgen de Lourdes y descansar tranquilo en su maternal regazo.

jueves, 15 de diciembre de 2022

Exprofesor judío de Harvard se convierte al catolicismo gracias a la Santísima Virgen



Hay paralelismos con la conversión del Gran Rabino de Roma, Israel Zoller (Eugenio Zolli) y con la del judío Alfonso Ratisbonne (ver aquí - aquí).

Estadounidense, universitario (licenciado en Economía y Marketing), de origen judío, Roy Schoeman vivió una conversión en dos etapas. Lo llamativo es que en esta conversión el papel de la Santísima Virgen fue extraordinariamente decisivo.

Otra nota: tenga en cuenta que es particularmente inusual que un judío se convierta a cualquier religión. Es más común que una persona de origen judío se vuelva ateo. En cualquier caso, por una especie de odio inducido por la educación familiar contra el cristianismo (también por las persecuciones que a lo largo de la historia han sufrido por parte de los occidentales "cristianos"), es realmente difícil para un judío pasarse al... cristianismo (y católico). )… Por tanto, esta conversión es muy difícil de explicar con criterio humano. También porque las amistades y parientes judíos difícilmente te perdonarán por tal cosa.

1. El tipo

Roy Schoeman nació en 1951 en una familia judía ortodoxa que huyó de la Alemania nacionalsocialista. De joven era bastante religioso, pero a medida que se hizo mayor su fervor religioso fue disminuyendo hasta perder "la alegría" de la oración y el "contacto" con Dios: esa alegría, dice, era sólo un recuerdo abstracto, y me encontré casi enteramente arraigado en la vida del mundo [...], y al perder el contacto con Dios había perdido el sentido de mi vida; en cada encrucijada elegí el camino del menor esfuerzo, el camino que a los ojos del mundo significaba el éxito.

2. «Me caí al cielo»

Pero en cada etapa de su vida, un sentimiento de "vacío" impide que el joven Roy disfrute plenamente de sus éxitos. Cuanto más avanza, más "internamente molesto" se siente. Luego busca consuelo saliendo a caminar. Y es durante uno de esos que Dios lo golpea con su propia luz. He aquí lo que dice en su libro-testimonio “La salvación viene de los judíos”:

Fue durante un largo paseo por la naturaleza que recibí la gracia más excepcional de mi vida. Caminé solo, escuchando el canto de los pájaros antes del despertar del mundo, cuando (no sé de otra manera) "caí al cielo". Es decir, me encontraba consciente y materialmente en la presencia de Dios, veía mi vida hasta ese punto extendida ante mí: todo lo que me agradaba y todo lo que me apenaba. Supe en un instante que el propósito de mi vida era amar y servir a mi Señor ya mi Dios; vi como su amor me envolvía y me sustentaba en cada instante de mi existencia; Vi cómo cada una de mis acciones tenía un contenido moral, para bien o para mal; Vi como todo lo que había pasado en mi vida era lo mejor que me podía pasar, lo más perfecto dispuesto para mi bien por un Dios muy bueno y amoroso, especialmente las cosas que más sufrimiento me causaron; Vi el remordimiento más grande que me vendría en la última hora: cada hora que había desperdiciado sin hacer nada y que habría tenido un valor, ante Dios, ya que en cada momento de mi existencia estaba sumergido en el mar de inmenso amor inimaginable de Dios.

3. Segunda “gracia”

Por cada pregunta que hace Roy, obtiene una respuesta. Con una excepción, hecha a su medida: ¿cómo se llama ese Dios que se le revela? de Buda? de Krishna? Pero que importa? Está listo para convertirse en budista o hindú para servirlo y adorarlo. Pide al Señor que le revele su nombre, con la esperanza de que no le responda "Jesucristo", lo que le habría obligado a hacerse cristiano, una clara negativa basada en el "sentimiento de que el cristianismo era el enemigo, la perversión del judaísmo, causa de dos mil años de sufrimiento del pueblo judío.

Ese día Roy no recibe su respuesta -lo que luego interpretaría como una fuerte señal de "respeto" al Señor ante su negativa a conocerlo-. Dios quiere hacerle descubrir que Él es el único. Precisamente lo que está a punto de hacer Schoeman: dedicar su tiempo libre a buscar a "este" Dios, en sus paseos, en sus lecturas, pidiendo consejo a expertos en "experiencias místicas"...

Día tras día, pasa un año: en un sueño recibe la segunda "gracia más grande" de su vida y despierta "habiéndose enamorado locamente de la Santísima Virgen María". Sí, en un sueño -confiesa-, pero cuando me fui a dormir esa noche no sabía mucho sobre el cristianismo y no tenía simpatía por él, ni por ninguno de los aspectos que emanaban de él, señala.

4. El 'Sueño' de Roy Schoeman:

Me habían conducido a un salón donde me concedieron una audiencia con la mujer joven más hermosa que podía imaginar. Sin que nadie me lo dijera, supe que era la Virgen María. Ella respondió rápidamente cualquier pregunta que le hice; Todavía me imagino vívidamente de pie, considerando una serie de preguntas posibles, y le hice cuatro o cinco. Ella respondió, luego me habló durante varios minutos y luego terminó la audiencia. Mi experiencia y mi recuerdo situarían la experiencia en pleno estado de vigilia. Recuerdo todos los detalles, incluidas, por supuesto, las preguntas y respuestas; pero todo esto palidece en comparación con el éxtasis de haber estado simplemente en presencia de la Virgen, en la pureza e intensidad de su amor.

5. Hacia la meta

En este punto, Roy sabe que el Dios que se le reveló durante su caminata es Cristo. Pero sin saber prácticamente nada sobre el cristianismo, ni siquiera está seguro de la diferencia entre católicos y protestantes. Luego intenta una "incursión" entre los protestantes, pero "el desprecio apenas velado" de un pastor hacia María lo hará huir. Entonces decidió pasar un tiempo en los santuarios marianos, especialmente en los de Notre-Dame de la Salette, en Ipswich, Massachusetts, y luego en los mismos lugares de la aparición, en los Alpes franceses. Su amor a María y su sed de Eucaristía -que descubre al mismo tiempo- son ahora como "una brújula hacia la meta".

Roy Schoeman se bautizó unos años después, en 1992.

lunes, 12 de diciembre de 2022

Los misterios de la tilma de Guadalupe. Conferencia impartida por el doctor Andrés Brito (VIDEO COMPLETO)



Duración 1:14:53



Esta conferencia del doctor Andrés Brito es una de las más completas y documentadas sobre la tilma en la que quedó plasmada la aparición y milagro de la Virgen de Guadalupe ante el indio Juan Diego en 1531. Una tela cuya impronta sobrenatural es innegable, a la luz de todas las aproximaciones científicas que se han hecho a ella, aquí explicadas.

Este interesante vídeo de Nazaret TV, ha alcanzado más de dos millones de visitas.

sábado, 16 de julio de 2022

Nuestra Señora del Carmen y el santo Escapulario



Artículo publicado el 16-julio-2016. Revisado

I. La fiesta de nuestra Señora del Carmen conmemora el día en que, según las tradiciones carmelitanas, el primer superior general de la Orden del Carmelo tuvo una aparición de la Virgen en la que María Santísima le prometió una bendición especial para todos los que llevaran su escapulario.

El 16 de julio de 1251, san Simón Stock había acudido a la Virgen María en unas circunstancias especialmente difíciles para los carmelitas que se estaban extendiendo por el Occidente cristiano. La regla, que había sido concebida originalmente para ayudar a los ermitaños del monte Carmelo en Palestina a alcanzar la perfección, fue adaptada a las nuevas necesidades de una orden de frailes mendicantes dedicados a la predicación y al ejercicio de los ministerios sacerdotales. En 1247 el papa Inocencio IV aprobó las nuevas constituciones y en 1252 publicó una carta en defensa de los carmelitas cuyo éxito había provocado la envidia y la hostilidad del clero en varios países.

La Bienaventurada Virgen María, acompañada de una multitud de ángeles, se apareció a san Simón con el escapulario de la Orden en sus manos y le prometió su especial protección, añadiendo: «Tú y todos los carmelitas tendréis el privilegio de que quien muera con él no padecerá el fuego eterno», es decir, quien muera con él se salvará.

Un escapulario (=del latín scapulae, hombros) es un hábito sin mangas, abierto por los costados, que se ponía encima de la túnica, metiéndolo por la cabeza, descansa sobre los hombros, y cae una parte suelta hacia delante y otra hacia atrás. Comenzaron a usarlo los benedictinos para el trabajo y también lo adoptaron, entre otros, los carmelitas. Es por tanto, el símbolo o lo sustancial del hábito religioso.

En el siglo XIII comenzó la costumbre de conceder los frailes a sus bienhechores participación en sus oraciones y buenas obras. Así, los carmelitas hicieron partícipes de la promesa de especial protección de la Virgen en esta vida y de salvación en la hora de la muerte a quienes llevasen su escapulario que, con este motivo se redujo hasta el símbolo de dos pedazos de lana marrón unidos por cordones o cintas.

La particular protección de María Santísima hacia el Carmelo fue confirmada cuando nuestra Señora se apareció en 1314 al cardenal Giacomo Duèse que llegaría al Papado en 1316 con el nombre de Juan XXII. La Virgen le aseguró una especial asistencia a los que llevasen el escapulario del Carmen, asegurándole que los libraría del purgatorio el primer sábado después de su muerte. Esta promesa, conocida como “Privilegio Sabatino” se considera que fue promulgada solemnemente por Juan XXII en el año 1322 en un texto muy citado aunque no hay de él una constatación documental fehaciente. Numerosos testimonios posteriores avalan esta creencia:


«Además, esta Madre piadosísima no dejará ciertamente de interceder ante Dios según la tradicional promesa del llamado privilegio Sabatino, para que aquellos de sus hijos que hayan de expiar sus faltas en el Purgatorio, consigan cuanto antes[1] el eterno descanso de la patria»[2].

En la sexta aparición mariana de Fátima, cuando se obró el milagro del sol, los Lucía, Jacinta y Francisco vieron a la Virgen bajo la advocación del Carmen con el Niño en brazos y el Escapulario. De hecho, las referencias al infierno, al purgatorio, a la necesidad de penitencia y a la intercesión de Nuestra Señora contenidas en el mensaje de Fátima están en entera consonancia con las promesas del escapulario. En el texto que hemos citado, Pío XII lo consideraba un medio de reconocer la consagración al Corazón sacratísimo de la Virgen Inmaculada.

II. La condición para beneficiarse de la promesa principal, la preservación del infierno, es el uso del escapulario, desde que se haya recibido con recta intención, y que se lleve puesto efectivamente en la hora de la muerte. Se admite a tal efecto, que una persona lo lleva puesto de manera continua, en el caso de que sea privada de su uso, como por ejemplo, los enfermos en los hospitales. San Pío X concedió la facultad de sustituir el escapulario de tejido por una medalla que debe tener en una de las caras el Sagrado Corazón de Jesús y en la otra cualquier imagen de Nuestra Señora.


«Y, en verdad, no se trata de un asunto de poca importancia, sino de la consecución de la vida eterna en virtud de la promesa hecha, según la tradición, por la Santísima Virgen; se trata, en otras palabras, del más importante entre todos los negocios y del modo de llevarle a cabo con seguridad. Es ciertamente, el Santo Escapulario una como librea mariana, prenda y señal de protección de la Madre de Dios»[3].

Para beneficiarse del “Privilegio Sabatino”, es necesario cumplir tres requisitos.Llevar puesto habitualmente el escapulario (o la medalla).
Conservar la castidad, de acuerdo con el propio estado (total, para los célibes; y conyugal para los casados). Hay que decir que esta es una obligación de todo cristiano, por lo que el privilegio se entiende aplicable a aquéllos que vivan habitualmente en tal estado.
Recitar diariamente el Oficio Parvo de nuestra Señora. Es costumbre sustituirlo por la recitación diaria del Rosario.

Apenas es necesario advertir, como recuerda Pío XII, que obrarían temerariamente aquéllos que viviesen una vida de pecado de forma deliberada, juzgando erróneamente que por usar el escapulario se salvarán: «Mas no piensen los que visten esta librea que podrán conseguir la salvación eterna abandonándose a la pereza y a la desidia espiritual, ya que el Apóstol nos advierte: “obrad vuestra salvación con temor y temblor” (Flp 2, 12)»[4]. Sin embargo, tampoco debemos renunciar al uso del escapulario al reconocer nuestra condición de pecadores. El jesuita san Claudio de la Colombière, en un sermón sobre la Virgen del Carmen en la Iglesia de los carmelitas de Lyon, dijo:


«No quiero lisonjearos; de ninguna manera se puede pasar de una vida licenciosa y desordenada a la vida eterna, sino por el camino de la sincera penitencia; pero ese sincero arrepentimiento en tal modo os lo sabrá facilitar la más cariñosas de las madres. Cuando menos lo penséis hará brillar en vuestras almas un rayo de luz sobrenatural que de golpe os descubrirá el engaño. Si, a pesar de todas estas gracias, os obstináis en no cambiar de vida, si cerráis los ojos a tantas luces, en una palabra, si queréis morir en vuestro pecado… ¡en el moriréis! Pero no moriréis con el Escapulario. Vosotros mismos; sí, vosotros mismos, antes de morir reprobados y con el santo habito, os despojareis de él»[5].

A la Virgen María, bajo esta advocación del Carmelo nos acogemos con la esperanza de que Ella adelante el momento en que todos los difuntos, y también un día nosotros, podamos ver a Dios y vivir para siempre con Él en el Cielo.

NOTA: Indulgencias vinculadas al Escapulario[6]Se concede indulgencia parcial a aquél que, llevando piadosamente el Escapulario, o la medalla, haga un acto de unión con la Santísima Virgen o con Dios a través del Escapulario, por ejemplo, besándolo, formulando una intención o un pedido.
Se concede indulgencia plenaria (remisión de todas las penas del purgatorio) en el día en que se recibe por primera vez el escapulario, y también en otras fiestas como la de Nuestra Señora del Carmen, 16 de julio.

Hay que decir que las indulgencias son recibidas si se cumplen las condiciones habituales: confesión, comunión, desapego de todo pecado, incluso los veniales, y oración por las intenciones del Santo Padre (se acostumbra a rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria).

[1] «En las citas de la «Bula sabatina» por los diversos autores, se encuentran diversas lecturas de ella (lo que prueba que no dependen de un solo documento inmediato). Por ejemplo, algunos en vez de ser «sábado» cuando la Virgen socorre a los cofrades del purgatorio leen «súbito» (cuanto antes), lo que parece una errata de transcripción, aunque así ha pasado a la liturgia y a las encíclicas de Pío XII: El escapulario del Carmen»: El escapulario del Carmen.

[2] PÍO XII, Carta con motivo del VII Centenario del Escapulario del Carmen (11-febrero-1950)

[3] Ibíd.

[4] Ibíd.

[5] Oeuvres completes, vol 2-2, 337-406; cit por: El escapulario del Carmen.

[6] Cfr. El Escapulario de Nuestra Señora del Carmen


Padre Ángel Martín David Rubio

Homilía de hoy | Nuestra Señora del Carmen | 16-7-2022 | P. Santiago Martín FM



10:43 minutos

viernes, 29 de abril de 2022

¿Día de la madre el 1 de mayo? Dejemos de hacer el idiota



Suma y sigue la campaña de intoxicación y descristianización gradual de la sociedad española (en otro tiempo nación católica). Ahora llega el 1 de mayo y las grandes compañías comerciales se unen al empeño del sistema político para seguir secularizando el calendario: se impone el día de la madre. No deja de sorprender que se haga precisamente el día del trabajo (san José Obrero) cuando se podía haber elegido otra fecha de forma que ambas celebraciones no se solapen. No obstante la intencionalidad es clara: sustituir, poco a poco, el calendario tradicional cristiano por un nuevo calendario que tendrá por objeto seguir apuntalando el cambio de mentalidad del pueblo español.

Ante ello los católicos debemos reivindicar la verdadera fecha de la madre: el 8 de diciembre. Cuando se proclamó el dogma concepcionista, en 1854, por el Papa Pío IX, quedó establecida en España esa gloriosa fecha como jornada dedicada a todas las madres. No en vano el sentir del pueblo español ya creía, en su gran mayoría y desde siglos antes, en la inmaculada concepción de la Madre de Dios.

Pero deberíamos aprovechar esta reivindicación, justa y entrañable, del día de la madre (8 de diciembre) para hacen revisión general del calendario anual y advertir que ya hay otros cambios de fecha que desde hace años van siendo asumidos por la mayoría social sin que apenas se constate una respuesta coherente desde la Fe que debe regir en toda costumbre popular. En definitiva, y perdón por la expresión: es hora YA de dejar de hacer el IDIOTA aceptando la ideología repulsiva de un sistema político (el que rige en España) que pretende vaciar de contenido religioso el calendario para suplirlo por un contenido secularista y pagano. Hagamos examen del mismo:

* El gran día de todos los santos, 1 de noviembre, ha quedado sustituido en la praxis social por el paganizado evento de hallowen la noche del 31 de octubre. En consecuencia la vigilia y/o víspera de la solemnidad cristiana queda desplazada por una celebración yanqui y hortera que ha conseguido poblar locales festivos y reducir la asistencia a Misa en ese día de precepto.

* La nochebuena, 24 de diciembre, pórtico de la gran fiesta de la navidad cuando celebramos al Niño Jesús, queda suplantada por la llegada de “papá noel” de forma que muchísimos niños de familias “cristianas” ni siquiera saben que en esa noche se celebra el nacimiento del hijo de Dios. Otra victoria más de las grandes firmas comerciales sobre la tradición familiar católica. Incluso el hermoso saludo de “feliz navidad” queda solapado por el paganizante “felices fiestas” a la par que muchas tarjetas de navidad ya no dibujan el portal de Belén con la Sagrada Familia sino escenas ajenas a lo religioso donde si aparece la imagen de los que felicitan: todo un símbolo del desplazamiento de DIOS por el HOMBRE que quiere ser como Dios emulando el pecado original.

* El 1 de enero se celebra la advocación mariana más importante de todas: la Maternidad Divina de María Santísima. Y es día de precepto. Pero para la inmensa mayoría es, sencillamente, el día de año nuevo donde no cabe ni por asomo la asistencia a Misa para “respetar” la fiesta de fin de año ya sea en su preparación, desarrollo y posterior resaca

Son tres ejemplos muy representativos y que nos deben hacer reflexionar a los católicos. Y considero que nuestra actitud debe concretarse en:

1: Acentuar en nuestras familias la celebración del calendario cristiano en todas sus fechas y hacerlo sin complejo alguno.

2: A la vez desechar toda participación en estos nuevos eventos paganizantes pues la asistencia a los mismos nos hace cómplices y nos impide moralmente quejarnos, a posteriori, de la misma descristianización social.

3: Hacer el mayor eco posible de esta ideología suplantadora de la tradición católica y hacelo con argumentación sólida.

Por tanto en este domingo 1 de mayo celebremos el tiempo de Pascua, el inicio del mes de María Santísima y al patrono de los trabajadores san José. Y celebremos el día de la madre el 8 de diciembre.

Padre Ildefonso de Asís

viernes, 25 de marzo de 2022

El Papa Francisco consagra Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de la Virgen María



Puntual, a las 17:00 horas de Roma ha dado comienzo la Celebración. Aproximadamente 2000 personas han seguido este acto desde la plaza de San Pedro y unas 3.500 desde el interior de la Basílica, según el Vaticano.

El acto penitencial ha comenzado con la celebración de la Liturgia de la Palabra. Se ha leído la carta de San Pablo a los colosenses, tras ello se ha cantado el Salmo 97 y posteriormente el Evangelio según san Lucas, donde se narra la escena de la Anunciación, festividad que celebra hoy la Iglesia.

El perdón, eje de la homilía del Papa


La homilía, pronunciada por el Santo Padre, ha comenzado comentando la escena del anuncio del ángel Gabriel a la Virgen. «Confesarse es darle la alegría al Padre de volver a levantarse», ha dicho Francisco. El Papa Francisco ha insistido en acudir al sacramento del perdón «para recuperar la Gracia y así redescubrir la importancia del sacramento de la alegría y experimentar el cálido abrazo del Padre».

A los sacerdotes les ha pedido «estar alegres y alejados de cualquier rigidez a la hora de ofrecer el sacramento de la confesión». «Estamos llamados a ser canales de gracia», le ha dicho a los sacerdotes. También ha añadido que «el miedo nos hace rehenes, si tus pecados te asustan o tu pasado te inquieta, no temas, Dios conoce tus debilidades y es mas grande que tus miserias, te pide que tus fragilidades y miserias no las guardes dentro de ti y se las lleves al Padre».

Francisco ha insistido en que «la Virgen nos acompaña y hemos de mirar a ella como modelo y «no temer», ya que ella nos enseña a comenzar desde Dios y acudir al Señor que es el remedio radical para quitar el miedo».

Sobre la guerra en Ucrania también ha hecho referencia para denunciar «como las bombas están destruyendo las casas de nuestros hermanos». «Sin amor, ¿qué podemos ofrecer al mundo? Un cristiano sin amor es como una aguja que no cose, por eso es necesario obtener del perdón la fuerza del amor, porque si queremos que el mundo cambie primero tenemos que cambiar nuestro corazón», ha subrayado el Papa.

Para concluir la homilía, ha pedido «renovar la entrega del mundo a la Virgen, especialmente al pueblo ruso y ucraniano. Depositemos nuestro miedo y dolor en el corazón limpio e inmaculado de la Virgen. Los labios de María pronunciaron la frase más bella que el ángel pudiera llevar a Dios, «hágase en mí según tu palabra». Nos consagramos a María para ponernos en disposición a los proyectos de Dios». Al finalizar la homilía, el Papa ha dejado unos minutos de oración personal en silencio.

Tras los minutos de silencio, ha continuado la celebración con el rito de la reconciliación. Los presentes, han hecho una confesión general de los pecados rezando el «Yo confieso», proseguido de un padrenuestro y nueve peticiones de perdón. Acto seguido, el Papa ha ido a uno de los confesionarios de la Basílica para confesarse. Al acabar de confesarse, Francisco se ha sentado en el confesionario donde se ha puesto a confesar a algunos fieles. De igual modo han hecho más de 100 sacerdotes allí presentes.

At this evening’s Penitential Liturgy with the Consecration of Russia and Ukraine to the Immaculate Heart of Mary, Pope Francis leads by example and this is first person to have sins forgiven in the Sacrament of Confession. pic.twitter.com/jogmrpeEE2

— Catholic Sat (@CatholicSat) March 25, 2022
Acto de Consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María

Acto seguido, el Papa Francisco se dirigió hacia la imagen de la Virgen de Fátima, que presidía la Basílica de San Pedro, y recitó la oración compuesta para la ocasión que reproducimos a continuación:


Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulación, recurrimos a ti. Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz.

Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes. Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo. Hemos preferido ignorar a Dios, convivir con nuestras falsedades, alimentar la agresividad, suprimir vidas y acumular armas, olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de nuestra casa común. Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra, hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas. Nos hemos vuelto indiferentes a todos y a todo, menos a nosotros mismos. Y con vergüenza decimos: perdónanos, Señor.

En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, tú, Madre Santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, deseoso de perdonarnos y levantarnos de nuevo. Es Él quien te ha entregado a nosotros y ha puesto en tu Corazón inmaculado un refugio para la Iglesia y para la humanidad. Por su bondad divina estás con nosotros, e incluso en las vicisitudes más adversas de la historia nos conduces con ternura.

Por eso recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”. Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio.

Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: «No tienen vino» (Jn 2,3). Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, porque hoy hemos terminado el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad. Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna.

Acoge, oh Madre, nuestra súplica.

Tú, estrella del mar, no nos dejes naufragar en la tormenta de la guerra.

Tú, arca de la nueva alianza, inspira proyectos y caminos de reconciliación.

Tú, “tierra del Cielo”, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo.

Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar.

Líbranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear.

Reina del Rosario, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar.

Reina de la familia humana, muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.

Reina de la paz, obtén para el mundo la paz.

Que tu llanto, oh Madre, conmueva nuestros corazones endurecidos. Que las lágrimas que has derramado por nosotros hagan florecer este valle que nuestro odio ha secado. Y mientras el ruido de las armas no enmudece, que tu oración nos disponga a la paz. Que tus manos maternas acaricien a los que sufren y huyen bajo el peso de las bombas. Que tu abrazo materno consuele a los que se ven obligados a dejar sus hogares y su país. Que tu Corazón afligido nos mueva a la compasión, nos impulse a abrir puertas y a hacernos cargo de la humanidad herida y descartada.

Santa Madre de Dios, mientras estabas al pie de la cruz, Jesús, viendo al discípulo junto a ti, te dijo: «Ahí tienes a tu hijo» (Jn 19,26), y así nos encomendó a ti. Después dijo al discípulo, a cada uno de nosotros: «Ahí tienes a tu madre» (v. 27). Madre, queremos acogerte ahora en nuestra vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, agotada y abrumada, está contigo al pie de la cruz. Y necesita encomendarse a ti, consagrarse a Cristo a través de ti. El pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que te veneran con amor, recurren a ti, mientras tu Corazón palpita por ellos y por todos los pueblos diezmados a causa de la guerra, el hambre, las injusticias y la miseria.

Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz. El “sí” que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de la paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará. A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo.

Que a través de ti la divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas. Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios. Tú que eres “fuente viva de esperanza”, disipa la sequedad de nuestros corazones. Tú que has tejido la humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión. Tú que has recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz. Amén

Al acabar de recitar la oración, depositó junto a la Virgen un ramo de flores y permaneció unos minutos a sus pies rezando.

sábado, 19 de marzo de 2022

FSSPX/SSPX recibe con alegría el anuncio de la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón



Los que se juran papistas, fidelísimos e incondicionales a Francisco dudan, vacilan, tardan, postergan, aplazan, en manifestarse unidos a la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María pero, para que vaya viendo usted cuántos pares son tres moscas, éstos, sobre quienes se posa el misericordino dedo acusador y señalante de rebeldes, cismáticos, sectarios, no en comunión con la Iglesia, etc, no han tenido ningún reparo en manifestarse alegres por el anuncio. Hablamos, cómo no, de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, FSSPX/SSPX, la cual publica un “comunicado de la Casa General”, Mar-19-2021, que dice:
La Fraternidad Sacerdotal San Pío X ha recibido con alegría el anuncio de la consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María, prevista para el 25 de marzo.

Después de una larga espera, jalonada por fervorosas cruzadas y el asiduo rezo del rosario, se alegra de que se tenga en cuenta el pedido de la Virgen de Fátima, que reclamaba un acto solemne del Papa en unión de todos los obispos.

La Fraternidad San Pío X confía más que nunca en el rezo del santo rosario y en la práctica de la penitencia. Ora de manera especial por la paz en el mundo, cada vez más convencida de que las naciones sólo encontrarán la concordia mediante una verdadera conversión a Cristo Rey, a través del Corazón Inmaculado de María.

En la fiesta de San José
Patrono de la Iglesia Universal

martes, 15 de marzo de 2022

El Papa Francisco consagrará Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María


Esta noticia puede leerse también en SECRETUM MEUM MIHI


El Papa Francisco consagrará Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María. Así lo ha comunicado esta tarde a través de una nota el director de comunicación de la Santa Sede Matteo Bruni. Sin duda, una noticia muy esperada por todos.

«El viernes 25 de marzo, durante la Celebración de la Penitencia que presidirá a las 17.00 horas en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco consagrará Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María. El mismo acto, el mismo día, será realizado en Fátima por Su Eminencia el Cardenal Krajewski, Limosnero Apostólico, como enviado del Santo Padre», es el breve comunicado ofrecido por la Santa Sede. La Consagración se producirá el mismo día en el que san Juan Pablo II consagró en 1984 el mundo entero al Corazón Inmaculado de María.

En esa Consagración, san Juan Pablo II pidió a la Virgen «Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios». ¡Oh Madre de los hombres y de los pueblos!, tú que «conoces todos sus sufrimientos y esperanzas», tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas que invaden el mundo contemporáneo, acoge nuestro grito que, como movidos por el Espíritu Santo, elevamos directamente a tu corazón y abraza, con el amor de la Madre y de la Sierva, este nuestro mundo humano, que ponemos bajo tu confianza y te consagramos, llenos de inquietud por la suerte terrena y eterna de los hombres y de los pueblos. De manera especial ponemos bajo tu confianza y te consagramos aquellos hombres y naciones, que necesitan especialmente esta entrega y esta consagración».

Petición de los obispos de Ucrania

Esta noticia llega tras la reciente petición de los obispos ucranianos al Papa para que realizara esta Consagración, pedida hace 100 años por la Virgen de Fátima. Recientemente, el pasado 2 de marzo, al poco de estallar la guerra de Ucrania a causa de la invasión de Rusia, los obispos de Ucrania pidieron al Papa Francisco lo siguiente:

“¡Padre Santo!”, invoca la carta enviada por los obispos ucranianos. “En estas horas de dolor inconmensurable y terrible prueba para nuestro pueblo, nosotros, los obispos de la Conferencia Episcopal de Ucrania, somos portavoces de la incesante y sentida oración, sostenida por nuestros sacerdotes y consagrados, que nos llega de todo el pueblo cristiano para dedique Su Santidad nuestra Patria y Rusia”.

“Respondiendo a esta oración, pedimos humildemente a Su Santidad que realice públicamente el acto de consagración al Sagrado Inmaculado Corazón de María de Ucrania y Rusia, como lo solicitó la Santísima Virgen en Fátima”. “Que la Madre de Dios, Reina de la Paz, acoja nuestra oración: Regina pacis, ora pro nobis!”. Pues bien, está petición de los obispos ucranianos ha sido escuchada y aceptada por el Santo Padre.

Lo que dijo el cardenal Burke

Recientemente, nuestro articulista Carlos Esteban escribió sobre la Consagración realizada por Juan Pablo II precisamente el 25 de marzo de 1984.

“Es evidente que la consagración (de Rusia) no se hizo como pidió Nuestra Señora”, declaró en 2017 el Cardenal Raymond Burke en su discurso durante la conclusión de la Cumbre sobre el Centenario de Fátima, que se ha llevado a cabo este fin de semana.

“No dudo en absoluto de la intención del Papa San Juan Pablo II cuando llevó a cabo la consagración el 25 de marzo de 1984”, dijo Burke, añadiendo que Sor Lucía declaró que “Nuestra Señora la aceptó”.

Pero el cardenal norteamericano insiste en reconocer “la necesidad de una conversión total del materialismo ateo y del comunismo a Cristo, como también la urgencia de que Rusia siga la llamada de Nuestra Señora de Fátima y se consagre a Su Inmaculado Corazón siguiendo las explícitas instrucciones de la Virgen”.

El ex prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica volvió a hacer un llamamiento para realizar la consagración de Rusia según las instrucciones específicas de Nuestra Señora. Citó también el final del famoso secreto a los niños, en el que Nuestra Señora predijo: “Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz”.

¿Qué dijo la Virgen de Fátima sobre la Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María?

Los tres pastorcillos, Lucía, Francisco y Jacinta, contaron que en la aparición de junio de 1917, la Santísima Virgen les dijo: «Vendré a pedir la Consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado. Si atienden a mis peticiones, Rusia se convertirá y el mundo tendrá paz”.

Los pastores dijeron que el 13 de julio de 1917, la Virgen María les dijo: «Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado. Si hacen lo que les digo, muchas almas se salvarán, y habrá paz. La [Primera] guerra [Mundial] terminará; pero si los hombres no dejan de ofender a Dios, otra guerra más terrible comenzará durante el pontificado de Pio XI. Cuando vean una noche iluminada por una luz extraña y desconocida, sabrán que ésta es la señal dada por Dios para indicarles que está apunto de castigar al mundo por sus crímenes, con la guerra, el hambre, y persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para prevenir esto, vengo a pedir que Rusia sea consagrada a mi Inmaculado Corazón… Si mis peticiones se cumplen, Rusia se convertirá y habrá paz. Si no, Rusia esparcirá sus errores alrededor del mundo, trayendo nuevas guerras y persecuciones a la Iglesia. Los justos serán martirizados y el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, y muchas naciones serán aniquiladas. Pero al final, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, y ésta se convertirá y se le concederá al mundo un período de paz”.

Años más tarde, Sor Lucía declaró que la Virgen de Fátima se le apareció nuevamente el 13 de junio de 1929, y le dijo: «Ha llegado el momento en que Dios pide: Al Santo Padre que realice, en unión con todos los Obispos del mundo, la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón. Dios promete salvarla por este medio. Son tantas las almas que la justicia de Dios condena por pecados cometidos contra mí, que vengo a pedir reparación; sacrifícate por esta intención y reza”.

El próximo viernes 25 de marzo tendrá lugar dicha Consagración pedida por la Virgen de Fátima. Se hará de modo simultáneo desde Roma y Fátima. De aquí, según las promesas de la Virgen, vendrá la paz y la conversión de Rusia. Será por tanto una fecha histórica a marcar en el calendario a la que todos los católicos debemos proponernos unirnos en oración para este acontecimiento.

viernes, 7 de enero de 2022

Mensaje de S. E. monseñor Carlo Maria Viganò convocando una cruzada mundial del Rosario



Al cabo de dos años de mentiras y engaños, la humanidad sometida por la oligarquía mundialista asiste a los últimos coletazos del leviatán. Y mientras en muchos lugares va aflorando la verdad, revelando el fraude y la traición de muchos, da la impresión de que éstos quieren desencadenarlos más cada vez imponiendo leyes cada vez más absurdas para someter a esclavitud en nombre de una emergencia sanitaria que tiene por objeto legitimar las restricciones a las libertades fundamentales, la segregación de quien no cede al chantaje y la criminalización de los disidentes.

Nos hemos dado cuenta de la dimensión espiritual de esta batalla, en la que un virus creado en laboratorio haría posible la instauración del Gran Reinicio que el Nuevo Orden Mundial tenía proyectado desde hace tiempo hasta en sus más mínimos detalles con miras a borrar todo rastro de nuestra identidad cristiana, y junto con ella todo lo que queda de la civilización y de la cultura que la religión ha inspirado en la sociedad.

Hemos entendido también que en la pérfida dejación de funciones por parte de las autoridades no sólo participan quienes rigen el destino de las naciones, sino también la jerarquía católica, con vistas a transformar a la Iglesia de Cristo en sierva de la ideología mundialista. Hemos presenciado consternados como el estado profundo y la iglesia profunda se alían contra Dios y contra el hombre a fin de instaurar en la Tierra el reinado del Anticristo.

Así como la Virgen quiso mostrarles a los pastorcillos de Fátima las penas del Infierno y las almas condenadas, también a nosotros se nos ha mostrado el modelo de sociedad infernal que la élite mundialista quiere instaurar en el mundo: una sociedad sin Dios, sin verdad, sin Bien, en la que reinan la muerte, el odio, la impiedad, el vicio y el pecado, y en la que la criatura se rebela contra el Creador.

Para librar una batalla espiritual hacen falta armas espirituales. Lo han entendido bien millares de católicos, hombres sobre todo, que en varios lugares del mundo han empezado a rezar públicamente el Rosario por la liberación de su patria. Tan loable y valerosa iniciativa es el comienzo de un contraataque cristiano y un resurgir de la Fe, además de un acto solemne de veneración a la Madre de Dios.

Las fuerzas humanas son incapaces por sí solas de hacer frente al peligro que nos acecha. Por eso, es preciso que entendamos lo importante e insustituible que es recurrir a la oración y la ayuda de Dios con el arma invencible que nos ha dado la bienaventurada Virgen María para combatir al enemigo del género humano.
Convoco una cruzada mundial del Rosario a fin de obtener mediante la poderosa intercesión de la Virgen Santísima la intervención y el triunfo de Dios sobre las fuerzas del mal desencadenadas. Uno la mía a la súplica de todos vosotros en el rezo de los tres tercios del Rosario.
Álcese confiado y firme en todas las naciones y ciudades del mundo el clamor de nuestra plegaria. Como hijos atribulados, nos arrojamos a los pies de nuestra Madre invocándola con la certeza de que nos dará oídos. Hagamos nuestras las palabras de San Bernardo: «Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro haya sido abandonado de ti».

Postrémonos de rodillas a rezar en nuestra casa, en los templos, en las calles y plazas de nuestras ciudades. Reconociendo que todos necesitamos la ayuda de la Virgen y del Santo Rosario, honremos el orden divino ante el caos infernal cifrando nuestra esperanza en Aquella que nos fue dada como Madre al pie de la Cruz, y que como Madre nos ama y socorre, como ha hecho siempre a lo largo de la historia.

Que en esta cruzada nos acompañen hasta los más pequeños, cuya inocencia conmueve al Cielo. Y que se nos unan espiritualmente los ancianos y los enfermos, ofreciendo sus padecimientos asociados a la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. El Demonio siente pavor ante la oración de los niños y la penitencia de los que sufren, porque en la pureza y el sacrificio ve la imagen de Cristo, que lo ha derrotado.

Resuene en todo lugar nuestra sentida oración. Imploremos a la Mediadora de todas las gracias que ponga fin a esta destrucción de nuestro mundo, nuestra libertad, nuestra identidad y nuestros afectos. Pidámosle que nos abra los ojos para que no nos dejemos arrastrar al abismo de la desesperación, el odio y los conflictos sociales por quienes siembran división para atacar los cuerpos y las almas. 

Supliquemos a nuestra Madre que ilumine la mente vacilante de los padres, ignorantes del suero genético que inoculan a sus retoños; que motive a los médicos a sanar a sus pacientes en vez de seguir cínicos procedimientos ineficaces; que estimule a los gobernantes, los jueces y las fuerzas del orden a trabajar en pro del bien común y no obedecer a dictadores inmorales. Roguémosle que convierta a los pastores a los que el Señor ha confiado su grey y a los que pedirá cuentas de toda alma. Para que todo esto sea posible, imploremos el perdón de nuestros pecados y de los pecados públicos de las naciones, porque sólo con el arrepentimiento y el propósito de enmienda para no ofender más a su divino Hijo podemos contar con que nos escuche.

"Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana. No deseches mis humildes súplicas, oh Madre del Verbo divino, antes bien, escúchalas y acógelas benignamente." 

+Carlo Maria Viganò, arzobispo

6 de enero de 2022

In Epiphania Domini

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ORACIÓN DE SAN BERNARDO EN LATÍN


Memorare, o piissima Virgo Maria, 
a saeculo non esse auditum 
quemquam ad tua currentem praesidia, 
tua implorantem auxilia, tua petentem 
suffragia esse derelictum. 

Ego, tali animatus confidentia, 
ad te, Virgo virginum, Mater, curro; 
ad te venio, coram te, 
gemens peccator, adsisto. 

Noli, Mater Verbi, verba mea despicere, 
sed audi propitia, et exaudi. Amen.

sábado, 18 de diciembre de 2021

La adoración a Dios: "Esten siempre guardados en el Inmaculado Corazón de María". Conferencia de Mons. Schneider.



Duración 29:34 minutos


Ofrecemos esta conferencia impartida por Monseñor Schneider sobre la Adoración a Dios en la cual nos deja un mensaje principal; «Estén siempre guardados en el Inmaculado Corazón de María»

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La presentación corre a cargo de Javier Lozano, miembro del grupo de catequesis y padre de una de las familias participantes. Al final de la conferencia, Marieta, nuestra querida amiga de 10 años con síndrome de Down, da las gracias a Monseñor y nos conmueve a todos con ese «gracias por ayudar a los niños como yo». Interviene también otra niña de 12 años y la madre superiora de una Congregación religiosa.

Destacamos algunas de las frases que nos deja Monseñor Schneider para la reflexión de cada uno de nosotros:

«Los laicos han sido elegidos para ser los soldados y confesores de Cristo en el mundo allá donde vayan.»

«Los primera tarea de los padres cristianos es ser maestros de fe para sus hijos y formar una iglesia doméstica dándoles ejemplo con su forma de vida. Los padres y madres deben tener un sentido profundo de lo sobrenatural y del temor de Dios y también de Su Presencia y de Su Gloria.»

«Los jóvenes necesitan cultivar el don de fortaleza, piedad y temor de Dios para profesar a Cristo sin miedo en esta sociedad neopagana. A los jóvenes les dice que estén orgullosos de ser cristianos y de ser soldados de Cristo sin olvidar que nuestra meta es el Cielo.»

Les invitamos a escucharlo en el siguiente enlace:


Las ideas principales que se tratan en la conferencia son las siguientes:

– Dios nos creó para alabarlo y adoración significa postrarse para indicar que Dios es lo más grande. La Santa Misa es la adoración más sublime a Dios, que debe ser amado por encima de todas las cosas.

– El propósito principal de la Santa Misa es la Adoración a Dios, el Santo sacrificio atrae a todos los corazones y los reúne alrededor del Altar.

– La Iglesia y el mundo tienen gran necesidad del Culto Eucarístico, es la verdadera fuente de santidad y paz que el mundo no puede dar. La Adoración en la Santa Misa y la Adoración Eucarística transforman al hombre.

-El acto de adoración está indisolublemente ligado a la virtud de la reverencia. Es muy importante el gesto externo de postrarse de rodillas. El fruto de la verdadera adoración es hacernos pequeños, cómo nos enseña la Santísima Virgen en el Magnificat.

– Jesucristo es el modelo supremo de la verdadera adoración que las criaturas deben al Creador.

– El Sacramento de la Eucaristía debe permear toda la vida cristiana de las familias.

Estas son las preguntas realizadas a Monseñor Schneider:

-1) Somos un pequeño grupo de familias que tratamos con todas nuestras limitaciones y carencias de formar a nuestros hijos en la Fe de Cristo. ¿Qué consejos nos daría para perseverar y mantenernos firmes en esta misión?

2) Para usted la Santa Misa ha sido un pilar centrar ya desde su niñez y juventud. Desde su vivencia de amor profundo por la Eucaristía ¿qué podría decir a estos niños y jóvenes para qué les ayude a vivir y amar la Misa cómo Usted?

3)Nuestros hijos forman un grupito de niños que van desde bebés a los 15 años. Viendo el panorama de un anticristianismo creciente, a veces es difícil no preocuparnos por lo que les tocará vivir a estos pequeños. Para usted la persecución ha sido mucho más que una amenaza: ha sido una realidad padecida por usted y su familia. ¿Qué consejos nos daría a nosotros, padres y madres para transformar esa persecución en abandono gozoso en el Señor?

4)Por último, quisiéramos pedirle que enviara su bendición sobre estos niños y estas familias. Para que el Espíritu Santo derrame sobre ellos sus dones y especialmente el don de fortaleza, y así “se mantengan fieles a Cristo” (como su madre siempre le decía a Usted). Monseñor, cuente desde ahora con la oración de estos pequeños. Trataremos de tenerle a Usted y su ministerio presente en cada Rosario que recemos juntos. Estamos agradecidos por este tiempo que nos va a dedicar, pero sobre todo por su valentía y fidelidad a la Iglesia de Cristo, Dios le bendiga

Pueden escuchar la conferencia en el siguiente enlace: La adoración a Dios. Conferencia de Monseñor Schneider.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

NOTICIAS 7 y 8 de Diciembre de 2021





ADELANTE LA FE

- Las comunidades ex-Ecclesia Dei enfrentan una decisión

https://adelantelafe.com/las-comunidades-de-la-ex-ecclesia-dei-enfrentan-una-decision/


DESDE MI CAMPANARIO

- Decisiones constitucionalmente incorrectas (Ángel Martín Rubio)

http://desdemicampanario.es/2021/12/06/reflexiones-constitucionalmente-incorrectas-2/

ECCLESIA E POST CONCILIO


- El cardenal Zen recuerda el 25 aniversario de su ordenación episcopal e invoca la Inmaculada Concepción

http://chiesaepostconcilio.blogspot.com/2021/12/il-card-zen-ricorda-il-25-della-sua.html

CONTANDO ESTRELAS

- Los actos del Ejército de Tierra por el día de la Inmaculada Concepción en España y el exterior

https://www.outono.net/elentir/2021/12/08/los-actos-del-ejercito-de-tierra-por-el-dia-de-la-inmaculada-concepcion-en-espana-y-el-exterior/


INFOCATÓLICA

- Balbuciendo (Bruno Moreno)

https://www.infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/2112080452-balbuciendo?utm_medium=RSS&utm_source=atom-blog&utm_campaign=B10

- Cardenal Müller critica la insistencia rígida en la obediencia ciega en temas litúrgicos

Acto de veneración con motivo de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción (Cardenal Carlo María Viganò)




Plaza de España, Roma, 8 de diciembre de 2021

Ab initio et ante sæcula creata sum, et usque ad futurum sæculum non desinam:

et in habitatione sancta coram ipso ministravi.

Et sic in Sion firmata sum, et in civitate sanctificata similiter requievi, et in Jerusalem potestas mea.

Et radicavi in populo honorificato, et in parte Dei mei hæreditas illius,

et in plenitudine sanctorum detentio mea.

Eclo. 24, 14-16

Estas palabras solemnes con las que la Sagrada Escritura habla de la Sabiduría divina las aplica la liturgia a la Santísima Virgen. Quien habla es la Inmaculada: 

«Desde el principio y antes de los siglos me creó y hasta el fin no dejaré de ser. En el tabernáculo santo, delante de él ministré. Y así tuve en Sion morada fija y estable, reposé en la ciudad de Él amada y en Jerusalén tuve la sede de mi imperio. Eché raíces en el pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad».

Elegida desde antes de todos los tiempos y establecida en la Iglesia, Nuestra Señora intercede por nosotros en la morada santa, habita entre nosotros y es nuestra Reina. Resulta significativo que, por una singular simetría, el himno para la dedicación de una iglesia, Caelestis urbs Jerusalem, compuesto por San Ambrosio –cuya festividad celebramos ayer– puede aplicarse a la Virgen: O sorte nupta prospera, dotata Patris gloria, respersa Sponsi gratia, Regina formosissima, Christo jugata principi, cœli corusca civitas. Desposada por un destino providencial, honrada con gloria por el Padre, unida a Cristo Príncipe y esplendorosa ciudad del Cielo.
En esta fecha bendita conmemoramos la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, preservada de toda mancha de pecado original para que pudiera ser tabernáculo viviente e impoluto del Altísimo. Y mientras el mundo corrompido y esclavo del pecado erige en modelo una feminidad corrompida y viciosa despreciando la virginidad, la pureza y la maternidad, honramos a la siempre Virgen Madre de Dios, a Aquella que con toda razón es también Madre de la Iglesia y Madre nuestra.
Somos hijos de María Santísima e hijos de la Iglesia, porque la Virgen nos engendra en Cristo al Padre mediante el Bautismo, y al pie del altar Él nos ha encomendado como hijos a Ella mientras el agua y la Sangre que brotaron del costado del Señor se derraman en abundancia en sus sacramentos y en la Santa Misa mostrándonos el amor del divino Esposo por la Esposa, la Caridad de su jefe Cristo en el Cuerpo Místico.
No olvidéis, queridos hermanos, que del mismo modo que no es posible ir al Padre si no se va a través de su único Hijo, tampoco es posible ir al Hijo sino por medio de María Santísima, que es nuestra Reina, nuestra Abogada, nuestra Mediadora ante el trono de Dios, vida, dulzura y esperanza nuestra. No hay iglesia donde no esté María, Madre nuestra y Madre de la Iglesia, Reina nuestra y Reina de la Iglesia.
Honremos, pues, a Nuestra Señora, que ha hecho de la nueva Jerusalén –la Santa Iglesia– su habitación y ha escogido «echar raíces en un pueblo glorioso», como dice el Eclesiástico. Un pueblo que es glorioso y digno de honor no por su propia virtud, sino porque es santificado por la Gracia de Dios y porque pertenece a la Ciudad Santa a la que todos somos llamados. Un pueblo que hoy tiene que recuperar el orgullo de su propia identidad, el orgullo de pertenecer a Cristo, el honor de alistarse baja la santa bandera del Rey de reyes. Un pueblo que a lo largo de los siglos ha sabido construir una sociedad cristiana actualmente menospreciada y excluida por quienes, rebelados contra Cristo, no toleran que se pronuncie siquiera el bendito nombre de su Santísima Virgen María.

Congregados en la Plaza de España ante la estatua de la Inmaculada que erigieron las autoridades civiles en honor de su propia Madre y Reina, renovamos nuestro homenaje y nos proponemos reconstruir a partir de las ruinas de un mundo apóstata el Ordo christianus, único orden social que puede garantizar paz a la humanidad, concordia entre los pueblos, prosperidad para las naciones y salud para las almas. Esta reconstrucción, este resurgimiento espiritual y moral que todos anhelamos, sólo será posible si sabemos reconocer la realeza social de Nuestro Señor y vivimos de forma coherente la Fe que profesamos.

Esto lo que pedimos e imploramos con fe firme y confiada a la Madre de Dios: Salve Regina, Mater misericordiæ…

Carlo Mª Viganò

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)