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domingo, 11 de noviembre de 2018

Vaticano destruye otra comunidad [religiosa]: 90% de las Hermanas se van [por ser demasiado contemplativas y no adaptarse a los tiempos modernos]




34 de las 39 religiosas de las Pequeñas Hermanas de María pidieron ser dispensadas de sus votos. Fundada en 1949, ellas administran cuatro hogares para ancianos en la diócesis de Laval y Tolosa (Francia). Las Hermanas utilizan el Novus Ordo en latín. En el 2012 volvieron a su viejo hábito.

La comunidad sufrió dos visitas canónicas en el 2016 y en el 2018 al ser acusadas de “excesos sectarios”. [¿?] 


Las Hermanas calificaron como “caricatura” y “juicio prejudicial” al informe emitido después de la segunda visita.

La Madre Superiora y la Maestra de novicias fueron exiladas a monasterios lejanos y reemplazadas con tres comisarias modernistas.


Todas las apelaciones y pedidos de misericordia fueron ignorados.

Una comisaria, la hermana Geneviève Médeviellem, enseña en el Instituto Católico de París y afirma que se puede justificar la fornicación.

El 17 de setiembre, el cardenal Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Religiosos, ordenó a las hermanas que aceptaran “sin reservas” a las comisarias, porque en caso contrario serían expulsadas.

34 Hermanas anunciaron el 7 de noviembre que habían decidido en conciencia pedir que sean anulados sus votos.

En el pasado, el Vaticano ya destruyó a las Hermanas de Auerbach (Alemania), a las Hermanas contemplativas de San Juan (Francia) y a las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada (Italia)


Todos ellas habían sido bendecidas con muchas vocaciones.


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Queda claro que el VATICANO no está por la vida contemplativa, por más que se hable de "oración" y de "silencio". Todas estas atrocidades no quedarán sin castigo, pues de Dios nadie se burla. Me alegro por la decisión de prácticamente todas las Pequeñas Hermanas de María, que prefieren servir a Dios antes que a los hombres (pues el mandato del cardenal de aceptar sin reservas a las comisionarias implica aceptar, entre otras cosas, que la fornicación puede justificarse, lo cual es contrario a la doctrina católica)

Monjas francesas perseguidas por el Vaticano



Las cuarenta contemplativas de las Pequeñas Hermanas de María, Madre del Redentor, asentadas en Saint-Aignan-sur-Roe (Francia), son perseguidas por su obispo liberal Thierry Scherrer de Laval, informa el 27 de febrero la página web riposte-catholique.fr.

Las Hermanas administran cuatro hogares para ancianos y anteriormente sirvieron también en la casa del obispo. Scherrer considera que las Hermanas son “demasiado tradicionales”. Él está especialmente irritado por el hecho de que ellas, durante su capítulo general celebrado en el 2012, decidieron volver al viejo hábito.

A causa de una fusión de los hogares de ancianos de las Hermanas, ahora Scherrer es miembro de la junta de gobierno de la asociación civil que administra esos hogares. Sin experiencia en el tema él impuso decisiones administrativas sin escuchar el consejo de ningún experto. Al verse enfrentado con la resistencia de las Hermanas ordenó una visita canónica, cuyos resultados fueron decididos de antemano.

Scherrer consiguió involucrar a la Congregación vaticana para los Religiosos, que suspendió el Concejo de las Hermanas y exilió a la superiora general y a la maestra de novicias de la comunidad. Fueron impuestos tres comisionados apostólicos liberales.

Pero las Hermanas se negaron a recibir a los comisionados y apelaron en la Signatura Apostólica romana contra las medidas tomadas contra ellas.

Papa Francisco: ¿hasta cuándo seguirá la provocación?



Por simples razones de ecología mental y necesidad de poner mi fe a buen resguardo, evito seguir en sus detalles la cotidiana agenda de SS Francisco. Afortunadamente, por gracia de Dios, eso me ha puesto a salvo de caer en mayor depresión por el actual estado de crisis en la Iglesia. 

Los fieles católicos argentinos que no pueden evitar hacerse mala sangre cuando Su Santidad recibe en Roma a la señora Hebe de Bonafini, o le envía un rosario con bendiciones a la señora Milagro Sala, o recibe al señor Pablo Moyano y le firma una camiseta en las vísperas de una “misa peronista” en Luján (por citar sólo tres ejemplos entre tantos), saben de lo que estoy hablando cuando digo estas cosas.

Se trata de actitudes provocativas de Su Santidad, actitudes que no cesan de causar aún más división y laceraciones en el cuerpo de la unidad de los católicos en su país de origen. Sin embargo, los casos arriba mencionados (Bonafini, Sala, Moyano), y apenas cité tres casos de provocaciones entre muchísimas más, prácticamente cotidianas en Su Santidad, son ejemplos de "provocaciones para consumo argentino", que sólo las entendemos cabalmente nosotros, los católicos argentinos.

Por citar otro ejemplo muy actual: la dimensión provocadora (sacrílegamente provocadora) de la futura beatificación de Enrique Angelelli, por más que se viene difundiendo internacionalmente, sólo podemos evaluarla, en su justa medida, los que en realidad sufrimos esta enorme laceración, esta nueva “sal sobre una herida abierta de los argentinos”, como ha dicho el Dr. Hugo Verdera. O como escribió José Arturo Quarracino (a quien conocí en mis años de seminario, cuando nos vendía libros de filosofía y teología): “la beatificación de Angelelli, más que ser errónea [como escribió mons. Baseotto] y de traer consecuencias lamentables para la paz en Argentina, constituirá una nueva mancha y descrédito para su promotor, que no defiende ni acompaña a los propios, sino que se dedica a promocionar a los adversarios de quienes sirven diariamente a la Iglesia y a la Nación, como ovejas sin pastor”. Al respecto, no dejen de leer su informe completo en La Nuova Bussola Quotidiana.

Pero, volviendo, a mi punto de partida, no seguir al detalle la agenda cotidiana de Su Santidad, me pone a salvo de mayor mala sangre. Sin embargo, las “provocaciones para consumo argentino” son a veces largamente superadas por actos provocativos de repercusión internacional. Por citar dos ejemplos: las repetidas entrevistas a Eugenio Scalfari, o la invitación al pro-LGTB James Martin como expositor estrella en el último Encuentro de Familias, en Dublin.

Pues bien, entre estas provocaciones de dimensión internacional, en las que Su Santidad realmente se supera a sí mismo, se me había pasado por alto una de varios meses atrás, de notable (y lamentable) simbolismo: la invitación a Katy Perry, activista pro-homosexual, ocultista new age, pro-satanista (no exagero en el currículum), donante pública a Parental Parenthood, para que hablara como expositora destacada en la Conferencia Internacional de Medicina Regenerativa promovida por el Pontificio Consejo para la Cultura en colaboración con la Cura Foundation, STOQ y Stem for Life Foundation, que tuvo lugar en el Vaticano del 26 al 28 de abril 2018 y cuyo tema fue: “Unite To Cure- A Global Health Care Initiative” (Unidos para curar- Una iniciativa mundial para la protección de la salud).

No encontré reseña más expresiva de lo que significa esta nueva provocación cometida por Su Santidad, que el resumen que hiciera Michael Matt en The Remnant TV (aquí en su versión original en inglés). Y a continuación, una versión subtitulada al español:

Duración 15:12 minutos

Su Santidad lo ha pedido y lo pide continuamente: recemos por él.
IPSI GLORIA

‘Desaparecen’ cuatro sacerdotes de la Iglesia clandestina en China (Carlos Esteban)



Cuatro sacerdotes han sido detenidos en la provincia china de Hebei y se ignora su paradero y destino, después de negarse a aceptar el adoctronamiento religioso de la Iglesia Patriótica, recientemente reconocida por Roma.

Las autoridades chinas parecen haber aprovechado el reciente acuerdo alcanzado por el Vaticano, por el que Roma ha levantado la excomunión que pesaba sobre la Iglesia Patriótica China, creadas y controlada por el Partido Comunista, para adoctrinar al clero clandestino que se había mantenido fiel a Roma en su propia línea nacionalista.

Pero no todos los sacerdotes que llevan décadas sufriendo persecución por su fidelidad a Roma aceptan el lavado de cerebro. Es el caso de cuatro sacerdotes secuestrados recientemente por las autoridades: Zhang Guilin y Wang Zhong, de la Diócesis de Chongli-Xiwanzi, y Su Guipeng y Zhao He, de la Diócesis de Xuanhua.

Este pasado septiembre se llegó a un ‘acuerdo provisional’ por el que, para conseguir el reconocimiento oficial de las autoridades vaticanas por parte de los comunistas chinos, la Iglesia reconoce la hasta ahora cismática y excomulgada Iglesia Patriótica China, obliga a renunciar a obispos fieles para poner en su lugar a los cismáticos, y deja en manos de una tiranía activamente atea el control de la vida eclesial en China. Con esto se cumplen los peores temores del cardenal Joseph Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, expresados esta misma semana en una entrevista concedida a la agencia Reuters en la que llegó a pedir al Secretario de Estado caticano, cardenal Pietro Parolin, que renuncie, dudando, además, de que su colega en el cardenalato mantenga la fe. “No creo que tenga fe”, aseguró Zen de Parolin. “Es solo un buen diplomático en un sentido muy secular y mundano”. El Papa, en reciente rueda de prensa, se hizo personalmente responsable de este acuerdo.

Las consecuencias inmediatas de este acuerdo fue, paradójicamente o quizá no, que el gobierno chino recrudeció la persecución contra los católicos fieles y aceleró la destrucción de iglesias y santuarios, en las provincias de Hebei, Henan, Guizhou, Shaanxi y Shandong. Hay que recordar, asimismo, que en las negociaciones con las autoridades chinas que desembocaron en este acuerdo figuró prominentemente el defenestrado Theodore McCarrick, a quien Francisco ha usado frecuentemente como diplomático oficioso pese a conocerse en Roma sus actividades homosexuales con seminaristas y jóvenes sacerdotes.

Un grupo de católicos ingleses, entre los que se incluye un veterano parlamentario, han firmado una carta abierta expresando su “profunda alarma” por el acuerdo firmado por el Vaticano con Pekín. El diputado conservador Sir David Amess se unión a la ex diputada irlandesa Kathy Sinnott y al profesor David Paton en su crítica al Vaticano por permitir que el ateo gobierno chino tenga un papel decisivo a la hora de elegir obispos en un momento en el que se intensifica la persecución.

“Las autoridades chinas han seguido acosando, arrestando y manteniendo detenidos indefinidamente e incomunicados a ciertos líderes del clero chino, incluyendo los obispos Guo y Shao en el último años”, se lee en la carta, que publica el Catholic Herald.

Carlos Esteban

Misericordia y justicia

(Sí, sí; no, no)


Son dos atributos de Dios que admiramos y nos esforzamos por imitar, mientras que Jesucristo, en su Evangelio, nos los propone con insistencia. Dos virtudes que nos interpelan a cada paso de nuestro vivir cotidiano: según respondemos a estos principios, nos jugamos nuestro destino eterno, porque la misericordia y la justicia son dos matices del amor del Padre Celestial.
Son también dones de inmenso valor, que nos aproximan al misterio de Dios, expresión de su Bondad infinita, en perfecto equilibrio sobre los dos platillos de la balanza, que nos permiten aproximarnos a Él con confianza y esperanza. ¡Cuántos problemas podríamos confiar a Dios para un juicio ecuánime y resolutivo, cuando, por nuestra pobreza, no sabemos cómo resolverlos! Sólo Dios podría sugerir una solución ecuánime a nuestras situaciones más controvertidas. Basta pensar en cuando estamos en pecado: si, humildes y arrepentidos, nos acercamos a la Confesión, obtenemos el perdón y recuperamos la alegría de su amistad. Incluso en estos casos, la divina justicia coincide con su misericordia.
A este propósito, es triste constatar cómo los protestantes, seguidores de Lutero, separados desde hace más de cinco siglos de la Iglesia de Roma, han podido renunciar, no sólo a los Sacramentos de la Eucaristía (esto es, a la presencia real, por medio de la transubstanciación) y al de la Confesión (o Reconciliación), sino también a una debida y noble devoción hacia la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia.
¡Las consecuencias negativas de la Reforma luterana son todavía hoy desoladoras! No serán los encuentros ecuménicos o las buenas intenciones las que reunifiquen a las iglesias separadas, sino que serán los grandes acontecimientos guiados por el Espíritu Santo los que trastornarán los planes de satanás y reunirán a todos los cristianos en la única Iglesia de Cristo.
La Virgen Santísima tiene, hoy, un papel autorizado como guía espiritual, demostrando un gran amor por sus hijos: profetisa de los últimos tiempos, elegida por Dios para preparar al mundo incrédulo a la segunda venida de Jesús a la tierra. Sus apariciones en diferentes partes del mundo – característica exclusiva de la Iglesia católica – indican claramente que la única Iglesia verdadera es la fundada por Jesucristo, confiada a Pedro y a sus sucesores, después de su Pasión, Muerte y Resurrección.
La persecución en acto 
Hoy, la persecución contra la Iglesia católica está en una fase avanzada – 105.000 cristianos muertos en el mundo, en un solo año – pero los perseguidores consiguen a menudo pasar inobservados e incluso justificados por los líderes políticos, los medios de comunicación y la publicidad, imponiendo a todos los gobiernos leyes contra los Diez Mandamientos, presentados en el plano de la propaganda como ¡importantes conquistas sociales y de progreso civil! ¡Una persecución legalizada!
Desde la Revolución francesa en adelante, por medio de las Logias masónicas, los enemigos de Dios han trabajado siempre para destruir la Iglesia, consiguiendo, con la capilar propaganda de los medios de comunicación, conquistar a los últimos indiferentes para el pensamiento único relativista y anticristiano y someter a gran parte de la humanidad ¡a la esclavitud de satanás! Se explica así, hoy, cómo pueden conciliarse leyes aberrantes, como el matrimonio homosexual y la acogida “misericordiosa” de millones de inmigrantes musulmanes en la Europa “cristiana”. 
La opinión pública mundial está desinformada y desprevenida acerca de las profecías, mientras que los enemigos de la Iglesia conocen el significado del “texto auténtico” del tercer secreto de Fátima y el proyecto para destruir la Iglesia católica y facilitar así el camino a la manifestación del hombre inicuo.
De todos modos, poca gente está preparada para acoger al anticristo, por lo que muchas conciencias adormecidas tendrán que despertarse y plantearse las preguntas fundamentales: será el inicio de la sanguinaria persecución y de la gran tribulación (cfr. Mt 24, 9 s).
Considerando, además, que el anticristo es producido por los poderes ocultos, preparado por la masonería, podemos estar seguros de que se manifestará solamente con las condiciones establecidas por Dios: su duración será breve y condicionada por el proyecto inescrutable de su Providencia.
Cuando las circunstancias sean tales que satisfagan los requisitos exigidos, todo se cumplirá, según las antiguas profecías bíblicas y los más recientes mensajes de la Virgen, mensajera privilegiada de la Voluntad de Dios para salvar a la humanidad de la desesperación eterna.
Quien intenta vivir según el Decálogo y el Evangelio, muy despreciados hoy, pero siempre en vigor, y reza el Rosario, meditando los mensajes de la Madre de Dios, aunque arrastrado por acontecimientos dramáticos, no tiene nada que temer, porque saldrá indemne y podrá ayudar también a otros a superar las fases más dolorosas de la dictadura del anticristo.
El periodo actual, marcado por nuestra impaciencia y establecido por Dios para preparar a la humanidad a los últimos tiempos, podría ser el inicio de la gran prueba para introducirnos en los acontecimientos decisivos, aplazados siempre para completar el número de los elegidos, esto es, de aquellas personas elegidas por Él para el diseño de la salvación: aumentar los espacios de la misericordia y reducir los tiempos de la justicia.
“La misericordia sin la justicia es la madre de la disolución” 
El genio de Santo Tomás de Aquino, en el siglo XIII, expresó esta sentencia y nosotros, hoy, vemos la disolución – la disgregación y la corrupción que llevan a la muerte – extenderse ante nuestros ojos, querida y programada por los exponentes de la política, de las finanzas y del pensamiento único, dejando espacio libre a la locura, como, por ejemplo, la inmigración salvaje del Islam, proveniente del Medio Oriente, de África y de Asia, causada por guerras, miseria, persecuciones y graves injusticias sociales.
En base a esta profética sentencia de Santo Tomás (S. Th., I, q. 21, aa. 3-4), podemos decir que la disolución está penetrando en la sociedad y se manifiesta especialmente en las naciones europeas post-cristianas, como preparación a la manifestación del anticristo:
  • con el rechazo cada vez más manifiesto de la divinidad de Cristo y de su Evangelio;
  • con la declaración universal de la equivalencia de todas las religiones existentes:
  • con la declaración de la plena libertad del hombre acerca de la fe y la filosofía;
  • con el vacío espiritual creado de forma deliberada para llenarlo con la gran mentira.
Los exponentes políticos europeos, que hoy se ven obligados a afrontar las emergencias migratorias, son cómplices de la situación inestable que se ha creado en Europa: pueden presentar todas las excusas posibles, pero no pueden negar la realidad.
Pero hay que decir una cosa: estamos todos conmocionados por los muchos centenares de víctimas de las lanchas precarias hundidas en la travesía, desesperados que huyen de su propia tierra en busca de paz y seguridad en Europa. ¿Cómo es que los políticos de izquierda, desde siempre indiferentes hacia la caridad evangélica, se han vuelto tan acogedores, premurosos y “misericordiosos” hacia los musulmanes? ¿No viene la duda de que semejante situación se haya creado deliberadamente, para inducir a los musulmanes a ocupar la Europa post-cristiana? ¡Meditad, gente, meditad!
Pueden dorar la píldora lo que quieran, pero es cada vez más difícil tragársela, especialmente cerca de las consultas electorales. Los políticos pueden hacer muchas bonitas promesas, pero en un cierto momento la situación general se hará insostenible: entonces se darán las condiciones favorables para hacer intervenir al anticristo para que aplaque la tempestad, el “salvador infernal” de la humanidad.
La situación social y política se está erosionando día a día y pronto se volverá explosiva, precisamente como consecuencia de la invasión de Europa por parte de poblaciones extranjeras, “Y cuando se diga: “Paz y seguridad”, entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y nadie escapará. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que el día os sorprenda como ladrón…” (1 Ts 5, 3-4).
Es probable que esta profecía de sabor apocalíptico se refiera prevalentemente a las poblaciones de la cuenca del Mediterráneo – Europa, Norte de África, Medio Oriente – en torno a la Tierra Santa donde nació Jesucristo, nuestro único Salvador, y donde actualmente se están concentrando las fuerzas de la disolución previstas por la intuición profética de Santo Tomás de Aquino.
María, Madre de Misericordia 
Más allá de los dolorosos y trágicos acontecimientos que la humanidad y la Iglesia tendrán que sufrir, durante el breve reinado del anticristo, sabemos que “al final” vendrá el triunfo del Corazón Inmaculado de María, predicho en Fátima, que inaugurará un periodo de paz y de prosperidad.
Actualmente, la Iglesia y la humanidad, oprimidas por fuerzas ocultas infernales, están sufriendo mucho a la espera de la llegada de Jesús para liberarnos del anticristo: la Virgen nos está preparando a estos acontecimientos, aunque por ahora los vemos sólo con los ojos de la fe, porque no todos los especialistas están de acuerdo y la Iglesia todavía no se pronuncia. Estamos todavía en la fase de preparación a la manifestación del hombre inicuoy no podemos prever cuándo sucederá; observamos los acontecimientos en la tierra y los signos del Cielo, que nos harán conocer el acercarse de los acontecimientos decisivos.
Tendremos que prepararnos a acontecimientos extraños y a hechos clamorosos, inexplicables, como elementos preparatorios a la aparición del anticristo; tratándose de un hecho inesperado de manera absolutamente desprevenida, ¡tendrá que presentarse ante el mundo como un personaje extraordinario!
San Luis María Grignion de Montfort (1673-1716), misionero y predicador, escribió un Tratado sobre la verdadera devoción a María, en el que se inspiraron muchos creyentes y almas elegidas. Escribe Montfort en su Tratado“La salvación del mundo tuvo su inicio por medio de María; por medio de María debe tener también su cumplimiento. En la primera venida de Jesucristo, María casi no apareció, para que los hombres, todavía poco instruidos e iluminados sobre la persona de su Hijo, no se alejaran de la verdad apegándose a Ella… Pero, en la segunda venida de Jesucristo, María debe ser conocida y revelada por el Espíritu Santo, para que, por medio de Ella, Jesucristo sea conocido, amado y servido… es la aurora que precede y anuncia al Sol de justicia, Jesucristo… porque, al ser el camino por el que Jesucristo vino a nosotros por primera vez, es también el camino que Él seguirá en su segunda venida, aunque de manera distinta… María debe brillar cada vez más en estos últimos tiempo en misericordia, en fortaleza y en gracia…”.
En el ámbito de la devoción a María, San Luis María Grignion de Montfort escribió una Consagración a Jesús que sigue siendo un ejemplo y una inspiración para las sucesivas Consagraciones, válida para todos los tiempos. Un medio precioso y al alcance de todos para seguir unidos a la Iglesia y a la Madre de Dios, nuestra única salvación. La ofrecemos aquí, como compromiso personal:
“Consciente de mi vocación cristiana, yo renuevo hoy en tus manos, oh María, los compromisos de mi Bautismo. Renuncio a satanás, a sus seducciones, a sus obras, y me consagro a Jesucristo para llevar con Él mi cruz en la fidelidad de cada día a la voluntad del Padre. 
En la presencia de toda la Iglesia, te reconozco como mi Madre y Soberana. A ti te ofrezco y te consagro mi persona, mi vida y el valor de mis buenas obras, pasadas, presentes y futuras. Dispón de mí y de lo que me pertenece para la mayor gloria de Dios, en el tiempo y en la eternidad.”. 
Marco
(Traducido por Marianus el eremita/Adelante la Fe)

NOTICIAS varias 10 de noviembre de 2018




ADELANTE LA FE

La vocación de nuestra época (Roberto De Mattei)

Lo que sólo el cristianismo (y ninguna otra religión) ha aportado al mundo (Peter Kwasniewski)

De la Gaudium et spes a la Humanae vitae (Corrispondenza Romana)

INFOCATÓLICA

El Comité de las Naciones Unidas afirma: «Derecho a la vida» significa «Derecho al aborto»



IPSI GLORIA

Hacia el 50° Aniversario de la Nueva Misa de Paulo VI (II)

EL ORIENTE EN LLAMAS

Carta de un lector al director de la revista Nuestro Tiempo.


El Papa Francisco defiende al nuncio Viganò y critica al fake Viganò, el pontificado Gay Friendly, dime de que hablas…(Specola)

La ‘túnica sin costura’ y la rebelión del votante católico (Carlos Esteban)

Selección por José Martí

Es “diabólico” tratar de adaptar la Iglesia a la cultura del mundo, dice el cardenal Burke (Carlos Esteban)



En una reciente alocución a un grupo de jóvenes reunidos en Roma, el cardenal norteamericano Raymond Leo Burke tachó de “diabólica” la actual situación de la Iglesia aparentemente tratando de “acomodarse” al mundo y su “cultura del muerte”.

Precisamente ahora, cuando nuestra cultura parece empeñada en sus ataques a la integridad de la familia, a la vida y a la libertad de conciencia, es cuando la Iglesia debería proclamar la verdad de modo especialmente “firme y claro”, señaló el cardenal Burke en una conferencia a jóvenes celebrada recientemente en Roma por Voice of the Family.
 “Y, sin embargo, da la impresión de intentar acercarse a esta cultura, que es ciertamente una cultura de muerte, y tratar de algún modo de acomodarse a su cultura. Esto es, a mi juicio, una situación diabólica”.
Desde la misma predicación de Jesús, el cristianismo ha presentado siempre una marcada oposición con el Mundo o el Siglo, es decir, con las cambiantes ideologías y modas intelectuales de cada momento. De hecho, el Mundo, concebido en ese sentido, se ha presentado tradicionalmente como uno de los enemigos del alma, junto al Diablo y a la Carne.

Esta posición milenaria se mitigó marcadamente con el Concilio Vaticano II, explícitamente marcado por el ‘aggiornamento’ -actualización- y su deliberado acercamiento a los ‘signos de los tiempos’ y la modernidad. 

Pero lo que el Concilio apenas esbozaba y se refería más bien a una adaptación del lenguaje para hacer más asequibles las verdades eternas a los hombres de hoy, el llamado ‘espíritu del concilio’ lo transformó en una desastrosa carrera por plegarse a los caprichos intelectuales e ideológicos del momento. Atrás parecía quedar esa Iglesia que, según palabras del converso G. K. Chesterton, liberaba al hombre de la humillante esclavitud de ser “hijos de su tiempo”.

Ahora la Iglesia, denuncia Burke, ofrece una falsa “misericordia”, lo que llama “una especie de expresión del amor y la solicitud de la Iglesia por la humanidad, como su pudiéramos amar a nuestro prójimo sin proclamar la verdad y sin actuar según la verdad”.

Burke, como ya hemos informado a menudo en estas páginas, se convirtió en un paria entre sus pares al hacerse responsable, junto con otros tres colegas en el cardenalato, de una carta formal al Papa en la que se solicitaba aclaración de puntos ambiguos en la exhortación papal Amoris Laetitia, las célebres Dubia.
Los prelados de todo el mundo, y muy especialmente de su país, saben ya que “no conviene” a su carrera eclesial ser vistos junto al cardenal ‘marcado’, mucho menos invitarle a sus diócesis o participar con él en evento alguno.
Pero Burke no se calla, y en esta ocasión ha recordado que si Juan Pablo II convocó a la Iglesia a una nueva evangelización, “primero debe reevangelizarse internamente, porque los males del secularismo y el relativismo han entrado en la propia Iglesia”.

En cuanto a la “terrible” crisis concreta que vive en estos momentos la iglesia de su país, no va a resolverse con comités y directrices burocráticas, asegura el cardenal. 
“A lo que nos enfrentamos aquí es a un pecado grave”, dice, y sólo puede solucionarse “poniéndole un nombre al pecado, responsabilizándonos de él y expiándolo”.
Carlos Esteban