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viernes, 31 de agosto de 2018

Noticias del 30 de agosto de 2018 (Caso Viganó)



SECRETUM MEUM MIHI




CHIESA E POST CONCILIO


LIFE SITE NEWS

Wall Street Journal: El Papa debe 'explicar la verdad' sobre el encubrimiento de McCarrick 

CRUX

Aftershocks of cover-up accusation against Pope felt in Rome

Selección por José Martí

Caso Viganó: ¿Con la verdad o con el encubrimiento? (Gabriel Ariza)



Nos encontramos en un momento crucial para la Iglesia Católica.  
Las revelaciones que hemos ido conociendo durante el verano, relativas a diferentes escándalos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, desde el depredador sexual McCarrick, ya excardenal, hasta el caso Maradiaga en Honduras, en cuyo seminario intentó suicidarse un joven, y desde Chile hasta Pennsylvania, evidencian que la lacra de los abusos, a pesar del gran empeño de Benedicto XVI para acabar con ella, sigue emponzoñando el rostro de la Iglesia. 
Dejo de lado el tema de la pena de muerte, la censura a San Pablo en la misa de Dublín, o la carta en la que el Papa repartía la culpa de los abusos entre todo el pueblo de Dios. 
La bomba que publicamos el pasado domingo en InfoVaticana, la carta en la que el exnuncio en Estados Unidos revela que Francisco conocía de las acusaciones contra McCarrick y le levantó las sanciones impuestas por Benedicto XVI, abre dos posibilidades, y solo dos:
  1. Nos encontramos ante un arzobispo, Viganó, que está mintiendo para acusar a Francisco de un horrendo crimen, haber encubierto y protegido a un pedófilo, y por tanto debe ser sancionado con las penas que contemple el Código de Derecho Canónico 
  2. Es cierto lo que dice Viganó, y resulta que Su Santidad el Papa encubrió, protegió y promovió al cardenal McCarrick a sabiendas de que era un depredador sexual que asaltaba su seminario para buscar jóvenes seminaristas a los que llevarse a la playa para abusar de ellos. 
Cualquier análisis de la carta de Viganó que no trate de dilucidar si nos encontramos ante la primera o la segunda posibilidad, es decir, si lo que dice Viganó es verdad o mentira, no es periodismo, no es búsqueda de la verdad, sino que es ideología.
Tratar de desacreditar a Viganó, como están haciendo algunos medios, llamándole mentiroso, recurriendo a historias familiares o a episodios inciertos, no es búsqueda de la verdad, sino que es matonismo. 
Defender a Francisco con adulaciones vacías, o diciendo que le atacan porque es "latino", para desviar la atención (ver aquí un ejemplo) de las gravísimas acusaciones que se han conocido y que necesitan una respuesta clara y contundente, como hacen otros, no es búsqueda de la verdad, sino que es papolatría.
Considerar, como sugieren algunos portavoces oficiosos del Vaticano, que porque "no había denuncias de menores de edad, sino solo testimonios de relaciones sexuales con seminaristas" el tema no tenía relevancia para el Papa, no es búsqueda de la verdad, es complicidad.
Señalar con el dedo acusador al que, harto de la omertá, cuenta lo que sabe, y llegar incluso a acusarle de no haberlo contado antes, no es búsqueda de la verdad, es encubrimiento
Atacar a los medios que publicamos en exclusiva la carta el pasado domingo: Marco Tosatti en La Veritá, InfoVaticana y Edward Pentin en el Register, porque 'estropeamos la misa del Encuentro Mundial de las Familias', como han llegado a afirmar algunos, no es búsqueda de la verdad, es clericalismo.
Llegados a este punto, se trata de determinar en qué lado de la historia queremos estar: En el de la búsqueda de la Verdad o en el del encubrimiento de la ponzoña. 
Termino con dos consejos del Papa, que creo que respaldan el trabajo que desde InfoVaticana hemos realizado este verano.
Gabriel Ariza Rossy
A continuación algunos de los artículos y editoriales más clarificadores publicados durante el mes de agosto:

‘Viganó quitó del testimonio todo lo que no fuera absolutamente demostrable’ (Carlos Esteban)



Marco Tosatti, el veterano periodista elegido por Carlo María Viganò para editar su famosísimo informe, asegura que convenció al arzobispo para dejar fuera de él muchos datos que el prelado conocía pero no podía respaldar con pruebas fehacientes.

El incomprensible silencio del Papa Francisco ante las graves acusaciones del Informe Viganò tiene a los ‘renovadores’ sumidos en el desconcierto, dedicados a la labor de desacreditar al arzobispo y ex nuncio en Estados Unidos.

Aparte de esa tarea de revolver en la basura de Viganò, la última estrategia parece consistir en insinuar que el veterano vaticanista Marco Tosatti ha sido el verdadero artífice del documento, que habría aplicado su ‘creatividad’ de escritor con el mismo e incluso que habría animado al arzobispo a lanzar esta bomba, movido por oscuros intereses de odio al pontífice.

Tosatti se ha encargado sobradamente de desmentir que su tarea haya sido otra que la de recibir el documento y aplicar la normal labor de edición junto al prelado, de quien partió en exclusiva la idea de las revelaciones, si bien originalmente pretendía que fuera en forma de entrevista concedida al citado periodista.

Frente a quienes señalan que se trata de un ‘bluf’, de Viganò o del propio Tosatti, el vaticanista insiste en que el arzobispo no solo dispone de pruebas documentales  de cada aserto, sino que parte clave en su colaboración consistió en que el prelado omitiera del informe todo aquello que, aunque lo conociera con certeza, no pudiera probar de forma fehaciente.

A nadie se le ocurre que un arzobispo curial de su importancia y edad pudiera ignorar la gravedad del paso que estaba dando o no previera las consecuencias, asegurándose de disponer de documentos o testigos que respalden todos los cargos. 

De hecho, la pregunta que plantea Tosatti, entrevistado por Church Militant, es: si lo que dice Viganò no es cierto, ¿por qué el Papa no lo desmiente?

Éste es, sin duda, el punto débil en la defensa de los ‘renovadores’ que, precisamente por eso, han optado por ignorar las acusaciones y dedicarse directamente a sembrar dudas sobre la credibilidad del autor del informe

Por su parte, los medios seculares, que tuvieron el papel protagonista en la revelación de los escándalos clericales en 2002, lanzándose con entusiasmo a una labor de derribo y denuncia, se muestran en este caso extrañamente titubeantes, inclinándose más bien por la defensa del Pontífice, lo que debería activar todas las alarmas en quienes conocen la escasa simpatía que siempre han mostrado por la Iglesia Católica.

Pero es inevitable especular sobre todos esos detalles que quedaron fuera del informe, según declara Tosatti, y preguntarnos si guardan alguna relación con otro misterioso caso en el que también estuvo directamente implicado Carlo María Viganò y que, de algún modo, precipitó la presente crisis.

Nos referimos al informe de 300 páginas encuadernado en rojo que los cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgio elaboraron a principios de 2013 por encargo del entonces Papa reinante Benedicto XVI.

El informe fue encomendado a estos tres cardenales después de que estallara el escándalo de filtración de documentos confidenciales de la Curia -conocido popularmente como caso ‘Vatileaks’- sobre abusos financieros, favoritismos y corrupción, algunos de los cuales consistían en denuncias planteadas por el propio Viganò, entonces al cargo de la Gobernación del Estado Vaticano. 

El mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, fue identificado como el responsable material de la filtración, condenado por robo y posteriormente indultado. El extraño destino de Gabriele y su cercanía al Santo Padre sugiere que podría tratarse de una filtración procurada desde las más altas instancias vaticanas para propiciar una investigación que justificara  una ‘limpieza’ de la Curia.

Herranz, Tomko y De Giorgio entregaron los resultados de su investigación en diciembre, y posteriormente una nota oficial del servicio de prensa del Vaticano informaba que 
“el Santo Padre ha decidido que los resultados de este informe, cuyo contenido conoce solamente Su Santidad, permanezcan exclusivamente a disposición del nuevo Pontífice”.

Fue poco después de la lectura de este informe cuando Benedicto XVI anunció su sorprendente renuncia, sobre cuya motivación última siempre ha callado pero que achacó a una ‘falta de fuerzas’ para enfrentar la misión encomendada en el actual estado de la Iglesia. Es difícil no relacionar ambas noticias, y de hecho han sido mucho los medios que han dado ese paso. El primero, poco tiempo después del anuncio, fue el diario italiano La Repubblica que, citando fuentes anónimas, aseguraba que los cardenales habían descubierto una red clandestina de chantajes, sobornos y encuentros homosexuales que involucraba a la jerarquía del Vaticano.

Veamos a distancia el desarrollo de los hechos. Viganò es asignado a la Gobernación, o Governorato, donde descubre enormes niveles de corrupción económica en contratos infladísimos, concesiones a dedo dadas desde muchísimo tiempo atrás a empresas que cobran precios exorbitados por sus servicios y todo tipo de corruptelas, que ataja inmediatamente, no sin antes revelarlas al Santo Padre.

Esto causa un enorme malestar entre los curiales, a algunos de los cuales, previsiblemente, la limpieza de Viganò arruina buenos negocios, y empiezan a surgir en Il Giornale, el diario de Berlusconi, historias sin firmar que critican duramente al arzobispo.

El entonces Secretario de Estado, el Cardenal Bertone, maniobra para quitarse de encima a Viganò, algo que consigue haciendo que lo manden a Estados Unidos como nuncio. 

Pero las denuncias de Viganò y otros documentos de este cariz se filtran en el escándalo Vatileaks, lo que da pie a Benedicto a encargar el citado informe, hoy en poder de Francisco, que no lo ha hecho público ni se ha referido en forma alguna a su contenido.

Y lo demás, como suele decirse, es historia.

Carlos Esteban

Desesperados por el caso Viganò, la comisión Herranz entra en juego, la Iglesia se está cayendo a pedazos (Specola)



En un primer momento se quiso cerrar el caso Viganò muy a la “Vaticana”. El Papa Francisco decide no decir ni una palabra y no existe el más mínimo comunicado oficial. Se intenta hacer ver que es una cosa sin entidad y dejarla morir. Basta ver los primeros artículos aparecidos en la páginas para oficiales y las primeras reacciones.

El silencio inicial se ha convertido en clamor universal. Recogemos una parte de las noticias aparecidas que son muchísimas. En Italia se están resucitando algunos temas como el de los monaguillos de San Pedro que siguen en el limbo y que a nadie parecen importar a pasar de las gravísimas acusaciones. Este caso y otros muchos hacen ver a todo el mundo que hacer no se ha hecho nada.

El silencio lleno de preocupación de los defensores del Papa Francisco es otro dato increíble. Salvo algunas manifestaciones genéricas de respaldo al pontífice, que ni de lejos entran en el problema, nada serio se ha dicho. Las defensas de algunos de los afectados no hacen otra cosa que complicar más su posición con descalificaciones a las personas que no hacen otra cosa que su trabajo.

Los medios oficiosos hacen largos y razonados artículos cocinados en la Secretaria de Estado que intentan salvar la situación. La desesperación se corta y los grupos de trabajo interno multiplican sus reuniones. Los encargados de bloquear la implicación del Vaticano en los tribunales americanos dan su batalla por perdida. Viganò es un alto cargo Vaticano que ha trabajado en Estados Unidos y que ofrece un testimonio de hechos penales gravísimos. Lo peor que podía suceder ha sucedido. La estrategia ahora da un cambio radical y se da por hecho que hasta el Papa Francisco y el Papa Benedicto pueden ser llamados a declarar.

Un nuevo dato entra en juego y se hace referencia al informe Herranz. En torno a cuarenta personas son llamadas a declarar ante la comisión de tres cardenales creada en los tiempos de la renuncia de Papa Benedicto. Es el famoso informe que pasa de papa a papa directamente y sin intermediarios. El contenido es por ahora secreto pero ya Viganò ha insinuado que puede hacer pública su declaración. Los tres cardenales que formaban parte de esta comisión parece que también sabían de gravísimos delitos y han mantenido el más absoluto silencio de oficio.

Son muchos los sacerdotes y obispos que están siguiendo con preocupación lo que está sucediendo estos días y esperan que todo se aclare. Confiar en la Divina Providencia es justo y necesario, pero la Divina Providencia creemos que también confía en que hagamos algo nosotros. La tensión en la curias y en las parroquias es terrible. Los defensores del Papa Francisco titubean y empiezan a marcar distancias y los detractores piden luz sobre todo esto. La Iglesia no puede funcionar con mecanismos propios de una secta y cuanto antes se aclare toda está confusión mejor para todos. Nos parece exagerado hablar de cisma pero cabreo lo hay y no poco.

A los religiosos y eclesiásticos se les puede amenazar y hacer callar. A los laicos es imposible. Son muchos los que simplemente abandonan, basta ver las iglesia tan vacías en  nuestra vieja Europa y esto se está extendiendo a los Estados Unidos. Pero son muchos los que están dispuestos a que no les roben su fe y a que no les obliguen a irse de “su iglesia”. El descrédito de los obispos es enorme y ya nadie les cree cuando repiten como un mantra: “yo no sabía nada”. En Mexíco lo de Maciel lo sabían hasta en el último pueblo.

Estados Unidos no es Chile y mandar a dos curiales a llorar por las montañas diciendo que el papa se ha equivocado no tiene mucho sentido. El llamar a Roma a los obispos americanos y pedirles que renuncien todos no es viable y además éstos no se iban a callar como los chilenos, que están viviendo una situación de continuo martirio.

En medio de todo este silencio oficial la bola sigue creciendo y decir que está dando la vuelta al mundo es poco. Los informativos de máxima audiencia han tratado todo esto como noticia estrella. La crisis infinita que estamos viviendo parece que continuará y que, al menos por ahora, no vemos que se estén tomando decisiones que lleven a una solución razonable.

En tiempos tan complicados como estos nuestros un joven escuchó estas palabras: «Ve, Francisco y repara mi Iglesia que, como ves, se está cayendo a pedazos»

Los caminos de Dios son otros y seguro que ya está actuando donde menos lo podemos imaginar. “Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro.”

Buena lectura.


SUPER EX FA LE PULCI PERSONALI AI DETRATTORI PERSONALI DI MONS. VIGANÒ. E UN DOSSIER CHE CONFERMA LE ACCUSE…

Il giro delle “sette case” fatto da monsignor Viganò prima di chiedere le dimissioni del Papa (di S. Izzo)

Pedofilia, il Papa: “In Irlanda la Chiesa non ha agito adeguatamente”

Progressisti e ratzingeriani delusi: ecco chi sono tutti i «nemici» di papa Francesco

Francesco, altro mea culpa. Ma è rivolta tra i vescovi Usa

Viganò e le accuse a Papa Francesco/ Gänswein: “Nessuna conferma da Benedetto XVI, è solo fake news”

AVVENIRE IMPAZZITO COME IL SISMOGRAFO. FALASCA, PERCHÈ NON CHIEDI AL PAPA SE È VERO, TU CHE PUOI?

Bergoglio contestato a San Pietro. “Fedeli acclamano Viganò”, l’ex nunzio che lo accusa di aver coperto gli abusi

Papa Francesco, nuove accuse di Viganò. Che in un video applaudiva il cardinale molestatore McCarrick

Pedofilia e Vaticano: le accuse al Papa del nunzio Viganò e la nostra inchiesta sugli abusi sui chierichetti

La rivolta del clero americano. “E’ a un passo dallo scisma”

Il vaticanista Sandro Magister: “La pedofilia nella Chiesa è un fenomeno del passato. Ora bisogna fare i conti con l’omosessualità”

Riappare il vescovo anti-Papa. E accusa altri tre cardinali

Pedofilia, procuratore Usa: «omertà fino al Vaticano»

Il sesso, punctum dolens della chiesa nel mondo secolarizzato, e i Papi

Papa Francesco: «Non lascio». L’accusatore Viganò: «Temo per la mia vita»

SPECOLA

El obispo del Ordinariato, sobre los obispos que niegan conocimiento de McCarrick: “No les creo” (Carlos Esteban)



Monseñor Steven Lopes, obispo para América del Ordinariato Personal de la Cátedra de San Pedro, el más joven del episcopado estadounidense, ha declarado en su última homilía que no cree a los cardenales y obispos americanos que afirman no haber oído nada de las andanzas homosexuales de McCarrick.

“Voy a decirles qué respuesta creo que no es lo bastante buena”, declaró Monseñor Steven Lopes, primer obispo del Ordinariato y uno de los más jóvenes miembros de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, en una homilía en su catedral, Nuestra Señora de Walsingham, en Houston, Texas. “Es ese desfile de cardenales y obispos que se precipitan hacia las cámaras de televisión, aferrándose a sus cruces pectorales y asegurando: “¡Yo no sabía nada!”.

“No les creo. Y yo soy uno de ellos. No me lo creo. Porque como uno de los obispos más jóvenes de la Conferencia, mantengo una interesante perspectiva. Por ejemplo, fui seminarista cuando Theodore McCarrick fue nombrado Arzobispo de Newark, y él visitaba a menudo el seminario. Y todos sabíamos”.

Lopes es el primer obispo del Ordinariato Personal, creado por Benedicto XVI para acoger a los clérigos anglicanos que se convertían a la fe católica y a los que permite mantener su ministerio sacerdotal también como hombres casados, de forma similar a como se hace con los católicos de Rito Oriental.

La jurisdicción de Lopes engloba Estados Unidos y Canadá, ya que el Ordinariato equivale canónicamente a un obispado, y tiene su centro en la Catedral de Nuestra Señora de Walsingham en Houston, Texas.

Lopes saltó a los medios católicos en enero del año pasado al puntualizar, ante la aplicación pastoral de la exhortación papal Amoris Laetitia que la ‘conciencia’ no puede justificar la comunión para los divorciados vueltos a casar y que viven ‘more uxorio’.

Carlos Esteban

jueves, 30 de agosto de 2018

El Latín y el Magisterio de la Iglesia (Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa)



Tras el Concilio Vaticano II la decadencia del latín ha sido imparable, ¿pero acaso animada por los documentos conciliares? Una lectura a estos documentos nos ayudará a comprender que no. 

Pero la realidad es que el latín ha desaparecido prácticamente de la liturgia parroquial, viéndose su uso cono algo trasnochado, desfasado, que pertenece a una “iglesia” ya superada. 

Se produce una verdadera exasperación entre obispos, sacerdotes, e influenciados por éstos, entre algunos fieles cuando se les plantea el uso de la lengua latina. Es verdaderamente sorprendente e incomprensible el ataque, cuando no verdadero desprecio, al uso del latín en la liturgia.

Magisterio y latín

Poco antes del inicio del Concilio Vaticano II, Juan XXIII en 1962 escribió la Constitución apostólica Veterum Sapientia, insistiendo en el uso de la lengua latina en la Iglesia

El Concilio y el Magisterio posterior insistió en la importancia del latín, aun cuando permitía el uso de la lengua vernáculo. 

El Código de Derecho canónico de 1983 establece en el canon 249:
Ha de proveerse en el Plan de formación sacerdotal a que los alumnos no sólo sean instruidos cuidadosamente en su lengua propia, sino que dominen la lengua latina[…].
Este canon refleja el contenido del Decreto del Concilio Vaticano II, Optatam totius, sobre la formación sacerdotal que dice en el apartado nº 13:
Han de adquirir el conocimiento de la lengua latina, que les capacite para entender y utilizar las fuentes de no pocas ciencias y los documentos de la Iglesia. Considérese necesario el estudio de la lengua litúrgica propia de cada rito; foméntese mucho el adecuado conocimiento de las lenguas de la Sagrada Escritura y de la Tradición.
EL canon 928:
La celebración eucarística hágase en lengua latina, o en otra lengua con tal que los textos litúrgicos hayan sido legítimamente aprobados.
Concerniente a la liturgia la Constitución Sacrosanctum Concilium insiste en nº36:
Se conservará el uso de la lengua latina con los ritos latinos, salvo derecho particular.
En cuanto a la lengua del Oficio divino para los clérigos, dice en nº101:
De acuerdo con la tradición secular del rito latino, en el Oficio divino se ha de conservar para los clérigos la lengua latina. Sin embargo, para aquellos clérigos a quienes el uso del latín significa un gran obstáculo en el rezo digno del Oficio, el Ordinario puede conceder en cada caso particular el uso de una traducción vernácula.
Y en el nº 54:
Procúrese que los fieles sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del ordinario de la Misa que les corresponde.
Este mismo apartado añade: 
Si en algún sitio parece oportuno un uso más amplio de la lengua vernácula en la Misa, cúmplase lo prescrito en el artículo 40 de esta constitución.
Estos documentos mantienen una enseñanza anterior:

Papa Pío XI, Carta apostólica Officium ómnium(1922): 
Para la Iglesia, precisamente porque acoge a todas las naciones y está destinada a permanecer hasta el fin de los tiempos… por su propia naturaleza necesita una lengua que sea universal, inmutable, y no vernácula.
Papa Pío XII, Encíclica Mediator Dei (1947): 
El empleo de la lengua latina vigente en una gran parte de la Iglesia, es un claro y noble signo de unidad y un eficaz antídoto contra la corrupción de la pura doctrina.
Pablo VI, Carta apostólica sobre la celebración del Oficio divino, Sacrificum Laudis(1966): 
El oficio coral en latín, lejos de ser despreciado, manténgase animosamente siendo como es fuente ubérrima de cultura humana y tesoro riquísimo de piedad.
Juan Pablo II recuerda en la Carta Apostólica Dominicæ Cenæ (1980): 
La Iglesia romana tiene una especial obligación hacia el latín, la espléndida lengua de la antigua Roma, y debe manifestarlo siempre que se presente ocasión. La Congregación para la Educación Católica en su Instrucción Inspectis dierum (1989) sobre el estudio de los Santos Padres enfatizó la necesidad de mantener el estudio del latín y griego en los seminarios con el fin de que los seminaristas puedan leer los texto patrísticos en su lengua original.
El Papa Benedicto XVI retomó el tema del latín en la formación del sacerdote en la Exhortación postsinodal Sacramentum Caritatis (2002) nº 62: 
Pido que los futuros sacerdotes, desde el tiempo del seminario, se preparen para comprender y celebrar la santa Misa en latín, además de utilizar textos latinos y cantar en gregoriano; se procurará que los mismos fieles conozcan las oraciones más comunes en latín y que canten gregoriano algunas partes de la liturgia.
En el año 2012 el papa Benedicto XVI con el Motu Propio Lingua Latina, remplaza la Fundación Latinitas creada por el papa Pablo VI, y establece la Pontificia Academia Latinitas con el fin de una mayor promoción de la lengua latina.

La introducción de la lengua vernácula

El artículo 40, que aparece señalado en el nº 54 de la Constitución Sacrosanctum Concilium, da normas sobre el papel de las Conferencias Episcopales y la sede apostólica sobre una materia tan delicada. Esto dio lugar a que no se diera a esperar solicitudes del uso de la lengua vernácula mucho más amplias. 

Sobre la urgente solicitud de algunas Conferencias Episcopales, el papa Pablo VI autorizó la celebración del Prefacio de la Misa en lengua vernácula, más tarde el canon entero

El 14 de junio de 1971, la Congregación para el Culto Divino mandó una comunicación en la cual se afirmaba que las Conferencias Episcopales podrían autorizar el empleo de la lengua vernácula en todos los textos de la Misa, y cada Obispo en su Diócesis podría dar la misma autorización para la celebración coral o privada de la Liturgia de las Horas. La lengua se introdujo rápidamente, el latín quedo arrinconado.

¿Qué podemos hacer?

Tendríamos que poner lo mejor de nosotros para apreciar y respetar la lengua latina en la liturgia. 
El latín es la lengua que une a los fieles católicos
que los identifica como tales ante quienes no lo son, 
que los entronca con la Tradición milenaria de la Iglesia, 
que les hace vivir y sentir la catolicidad 
que “habla” del misterio del Cordero de Dios que se inmola en el altar 
que les mantiene en la verdad de la fe, pues no permite desviaciones de ésta, 
que remite a la unidad y universalidad de la Iglesia católica.
El latín litúrgico es el idioma santo que la Iglesia especialmente ha purificado para alabar y dar gloria a Dios.

Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa

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Nota: Sobre la importancia del conocimiento del latín para los sacerdotes y también para el pueblo cristiano, podemos leer, en este blog, las siguientes entradas:

Veterum Sapientia, Constitución Apostólica del papa Juan XXIII, relegada al olvido más completo (José Martí)

El Concilio Vaticano II como FALSO pretexto para desterrar la misa en latín (Gloria TV) [comentado]

José Martí

NOTICIAS VARIAS 29 DE AGOSTO DE 2018 (más sobre el testimonio de Viganò y análogos)



ADELANTE LA FE

Caso McCarrick: La implosión de la secta conciliar (Miguel Ángel Yáñez)

«No voy a decir ni una palabra sobre el asunto» [26 de agosto] (De Mattei)

Bergoglio no descansa (Hemos visto)

Reflexión sobre el “Testimonio” del Arzobispo Carlo Maria Viganò del 22 de agosto de 2018 (Correspondencia romana) Monseñor Schneider

INFOCATÓLICA

Mons. Rick Stika cree que el pueblo merece oír algún comentario del Papa sobre la carta de Viganó



El escándalo infinito, la extinción de las dos iglesias, la Iglesia conocía y escondió, la justicia Americana (SPECOLA)

ACLAMACIONES A VIGANÓ EN LA AUDIENCIA PAPAL DE HOY EN LA PLAZA DE SAN PEDRO (Vicente Montesinos)

IOTA UNUM

BORGIA EN LA PICOTA, NADA QUE CELEBRAR (I) (Capitán Ryder)

GLORIA TV

Petición reclama a Francisco que “dé el ejemplo"

Haciendo humo: negación de Gänswein de las falsas noticias es una falsa noticia

Dos cardenales confirman: cardenales pro-homosexuales siguen encubriendo abusos

LIFE SITE NEWS

BREAKING: Vatican Source: Pope dismissed Cdl. Müller for following Church rules on abuse cases

BREAKING: Pope ignored warning from top Vatican cardinal not to reinstate defrocked serial abuser

Online media declaring war on conservative speech: Report

KATHOLISCHES

El Papa invita Arzobispo de Milán el Sínodo de Jóvenes

CRUX

Story of bombshell charges against Pope more surreal by the minute

Selección por José Martí

Estos son los obispos americanos que piden investigar las acusaciones de Viganò (Carlos Esteban)



En el momento de escribir este artículo, son ya ocho los obispos americanos que han dado un paso al frente, exigiendo que se tome en serio el Informe Viganò y que el Papa dé una respuesta a los cargos.

Al inexplicable silencio de Su Santidad a las duras acusaciones que contra él y su Curia vierte el ya famoso Informe Viganò se suma un extraño, casi sonoro, silencio por parte de sus hermanos en el episcopado.

Es, si cabe, más ominoso que el primero, al que, al fin, se le pueden encontrar algunas explicaciones lógicas, malintencionadas o no. Pero los escasos y titubeantes apoyos episcopales al Santo Padre en estos momentos cruciales han deconcertados a los más acérrimos partidarios de la ‘primavera eclesial’ que supuestamente ha de traer Francisco.

En Estados Unidos, los críticos del documento han sido, sobre todo, parte interesada, como ya hemos informado en otra parte, precisamente los mismos que aparecen citados en el informe y retratados de un modo poco halagüeño, como Tobin, Cupich o Wuerl, y no puede tampoco decirse que hayan sido muy afortunados en sus comentarios.

En España, el silencio episcopal desanima hasta tal punto a los forofos de la renovación que uno de los más señalados, Jesús Bastante, de Religión Digital, llega a dar como “respaldo al Papa” en estos difíciles momentos una carta del Cardenal Blázquez … del 23 de agosto. Todo clarividencia, el cardenal veía lo que se le venía encima al Papa antes de que ocurriera.

Por el contrario, sí han empezado a oírse voces, entre algunos prelados norteamericanos, que piden explicaciones y se niegan a aceptar la negativa papal a responder a las acusaciones. Se ve que en ese país, la célebre ‘parresia’ -libertad de expresión, básicamente- que nos pedía el Papa en el pasado viene de serie.

El primero en abrir fuego fue Monseñor Joseph Strickland, obispo de Tyler, en Texas, en una nota dirigida a todos los fieles de su diócesis y publicada en la página web de la misma. En ella afirma que, “aunque todavía se trata de alegaciones, yo, como pastor vuestro, las encuentro creíbles”. Pide a continuación que se aplique con ellas la misma vara de medir que cualquier otra acusación verosímil de esta naturaleza, es decir, que se inicie una investigación. “No tengo autoridad para lanzar una investigación así, pero prestaré mi voz del modo que sea necesario para solicitar esta investigación y urgir a que sus resultados exijan responsabilidades a todos aquellos a los que se halle culpables, incluso al más alto nivel en la Iglesia”.

Para bien o para mal, al de Tyler hay que reconocerle un valor innegable, de ‘Solo ante el peligro’ (muy de Texas, si se me permite el tópico). Pero no permaneció mucho tiempo solo. El titular de una de las diócesis de más rápido crecimiento en la Unión, Phoenix, Arizona, Monseñor Thomas Olmsted, salió a romper una lanza a favor de Viganó. Su caso tiene el mérito añadido de que Olmsted colaboró largos años con el propio Viganò en Roma y le conoce bien.

“Conozco al Arzobispo de Carlo Maria Viganò desde hace 39 años”, dice Olmsted en su nota pública para dar peso a sus palabras. Añade que, si bien no puede dar personalmente fe de la veracidad de sus acusaciones, “puedo darla de su veracidad personal; siempre le he apreciado como a un hombre veraz, íntegro y fiel”.

“Por esta razón”, concluye Olmsted, “pido que todos tomen en serio el testimonio del arzobispo Viganò y que se investigue a fondo cada alegación que hace”.

Sigue el obispo de Tulsa, Oklahoma, Monseñor David A. Konderla, en su página de Facebook, donde recuerda que fue Viganò quien le comunicó su ascenso al episcopado. Y añade: “Las alegaciones que detalla marcan un buen lugar desde donde iniciar las investigaciones que deben llevarse a cabo para restaurar la santidad y responsabilidad de los dirigentes de la Iglesia”.

En otra diócesis del mismo estado, Oklahoma City, su titular, Mons. Paul S. Coakley, se une a la demanda de su paisano: Aunque carezco de conocimiento o experiencia personal sobre los detalles contenidos en su «testimonio», siento el más profundo respeto por Mons. Viganò y su integridad personal. Sus afirmaciones, que aún no han sido investigadas o demostradas, confirman la urgencia de una investigación exhaustiva del progreso del arzobispo McCarrick en la jerarquía eclesiástica, dado su historial de presuntos abusos, que involucraron a seminaristas y jóvenes”.

Robert C. Morlino, de la Diócesis de Madison, destaca entre todos ellos por la audacia y desparpajo de su nota, donde dispara contra más de un blanco. Morlino fue el primero que se atrevió, en el episcopado americano, a decir que la presente crisis está causada principalmente por la homosexualidad rampante en el clero, que compara con la pedofilia y culpa a la “subcultura gay” de que tantos sacerdotes hayan abusado de menores.

En cuanto al escrito de Viganó, asegura que “cumple sobradamente los criterios de una acusación creíble, y desde luego se impone una investigación de acuerdo a los procedimientos canónicos adecuados”.

Morlino le da un especial ‘repaso’ a la prensa de su país en la nota: “El Papa Francisco dijo expresamente que las conclusiones habría que confiarlas a la “madurez profesional” de los periodistas. En Estados Unidos y otras partes, de hecho, pocas cosas hay más cuestionables que la madurez profesional de los periodistas. El sesgo de los medios mayoritarios no podría ser más evidente, como casi todo el mundo advierte. Nunca achacaría madurez profesional al periodismo del National Catholic Reporter, por ejemplo. (Y, como era de prever, dirige la carga en la campaña de descrédito contra el arzobispo Viganò)”.

El obispo auxiliar de Los Angeles Robert Barron es un popularizador habitual de las redes, fundador de Word on Fire, dedicada a la propagación y explicación de la palabra. Ha publicado un artículo en el que defiende la necesidad de tomarse en serio el informe y demanda que se dé una respuesta a las graves acusaciones.
A continuación se ha sumado Monseñor Thomas Paprocki, obispo de Springfield, Illinois. En una nota, califica la respuesta del Papa a las acusaciones presentados por Viganò como “inadecuada” y urge a una investigación en profundidad en la que la Santa Sede ponga a la disposición de sus responsables todos los archivos disponibles a fin de que la situación “se revise por completo y se estudie con atención”.

Y, ‘last but not least’, el Gran Ignorado por Su Santidad, el Cardenal Raymond Burke, que en entrevista concedida a LifeSiteNews ha insistido, entre otras cosas, en que “cada declaración [del informe] debe someterse a una investigación según el derecho procesal eclesiástico consagrado por el tiempo”.

Carlos Esteban

Viganò se defiende de las calumnias de los ‘defensores del Papa’ (Vicente Montesinos)



Adoración y Liberación ofrece la traducción de la entrevista que Aldo María Valli ha realizado al arzobispo que está siendo perseguido por contar la verdad sobre el Papa Francisco y el cardenal McCarrick. A continuación, la entrevista:

Monseñor, ¿cómo está?

Gracias a Dios muy bien, con gran serenidad y paz de conciencia, las cuales son el premio de la verdad. La luz siempre gana sobre la oscuridad, y no puede ser eliminada, especialmente para aquellos que tienen fe. Es por ello que tengo mucha confianza; y albergo grandes esperanzas para la Iglesia.

¿Cómo valora las reacciones a la publicación de su memorándum?

Como sabe hay reacciones opuestas.

Hay quienes ya no saben de donde sacar el veneno para destruir mi credibilidad. Hay hasta quién ha escrito escribió que he sido hospitalizado dos veces para tratamiento obligatorio por consumo de drogas; hay quienes imaginan conspiraciones, complots políticos, complots de todo tipo, etc…

Pero también hay muchos artículos de agradecimiento, y he visto mensajes de sacerdotes y fieles agradeciéndome este testimonio; que ha sido para ellos un destello de nueva esperanza para la Iglesia.

¿Qué responde a quién en estas horas objetan que tendría razones de rencor personal contra el Papa y por esta razón habría decidido escribir y difundir el memorándum?

Tal vez sea ingenuo, y piense siempre lo mejor de la gente, pero confieso que es un regalo que me hizo el Señor, y que nunca he tenido sentimientos de venganza durante todos estos años en que he sido puesto a prueba de tanta calumnia y falsedad contra mí.

Como escribí al comienzo de mi testimonio, siempre creí que la jerarquía de la Iglesia encontraría en sí misma los recursos para sanar tanta corrupción. También lo escribí en mi carta a los tres cardenales enviados por el Papa Benedicto para que investigaran el caso Vatileaks. En una carta que acompañaba el informe que les entregué, les dije: “Ustedes lo sabían, pero guardaron silencio. Al menos ahora que tienen esta orden del Papa Benedicto, tengan el coraje de informar fielmente sobre lo que han descubierto relativo a tantas situaciones de corrupción “.

¿Por qué decide publicar y difundir su testimonio?

Hablé porque la corrupción ha llegado a lo alto de la jerarquía de la Iglesia. Y apelo a los periodistas: ¿por qué no preguntan qué pasó con el caso de los documentos que, como todos sabemos, fueron entregados en Castelgandolfo por el Papa Benedicto XVI al Papa Francisco? ¿Todo fue inútil? Hubiera sido suficiente seguir mi informe y el informe que fue puesto a mi disposición antes del de los tres cardenales a cargo de la investigación del caso Vatileaks (Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi) para empezar a hacer algo de “limpieza” en la curia.

¿Pero saben lo que el Cardenal Herranz me respondió cuando le llamé desde Washington, dado que había pasado mucho tiempo desde que el Papa Benedicto nombró a esta Comisión, sin haber sido informado de nada por ellos? Le dije: “¿No crees que tengo algo que decir sobre la cuestión de mis cartas, publicadas sin mi consentimiento?” Él respondió: “Ah, si realmente quieres”.

¿Qué responde a quién afirma que usted sería el “cuervo”, o uno de los “cuervos”, en el origen del caso Vatileaks?

¿Yo el cuervo? Como has visto con mi testimonio, ¡suelo hacer cosas a la luz del día! Estuve en Washington un tiempo y ciertamente tenía otras cosas en qué pensar. Por otro lado, siempre he tenido la costumbre de sumergirme por completo en mi nueva misión. Así lo hice cuando fui enviado a Nigeria: ya no leí las noticias italianas. Tanto es así que cuando, después de seis años, fui llamado a la Secretaría de Estado por Juan Pablo II me tomó unos meses darme cuenta de dónde estaba metido antes, a pesar de que ya estuve en la Secretaría de Estado once años entre 1978 y 1989.

¿Qué responde a los que dicen que habrían sido expulsado ​​de la Gobernación y que esto también provoca sentimientos de rencor y deseo de venganza en usted?

Como ya dije, el rencor y la venganza son sentimientos que no me pertenecen. Mi resistencia a dejar mi trabajo en la Gobernación fue motivada por un profundo sentimiento de injusticia por una decisión que sabía que no correspondía a la voluntad que el Papa Benedicto XVI me había manifestado.

El cardenal Bertone sólo para alejarme había cometido una serie de graves abusos de autoridad; en relación a la comisión inicial de tres cardenales que el Papa Benedicto había designado para investigar las graves acusaciones hechas por mí como Secretario General y por el Secretario General Adjunto, monseñor Giorgio Corbellini, por los abusos cometidos por Monseñor Paolo Nicolini. 

En lugar de esta comisión, el cardenal había creado una comisión disciplinaria alterando en su composición la institucional de la Gobernación; y antes incluso de crear esta comisión, me había convocado para decirme que el Santo Padre me había nombrado nuncio en Washington; y a pesar de que dicho comité disciplinario había decidido el 16 de julio de 2011 el despido de Monseñor Paolo Nicolini, Bertone había manipulado abusivamente dicha decisión para evitar su publicación. Al hacerlo, me había impedido continuar el trabajo de lucha contra la corrupción en la administración de la Gobernación.


¿Qué responde a quién habla de su fijación por convertirse en cardenal y afirma que ahora ataca al Papa también porque no ha recibido el cardenalato?

Puedo decir con toda sinceridad ante Dios que en realidad he renunciado a ser cardenal.

Después de mi primera carta al cardenal Bertone, que le envió al papa porque hizo lo que él pensaba que era más apropiado, el Papa Benedicto me llamó y me recibió en audiencia el 4 de abril de 2011, e inmediatamente me dijo estas palabras: “Creo que sé que con su nombramiento podría servir mejor a la Santa Sede como presidente de la Prefectura para asuntos económicos, en lugar del cardenal Velasio De Paolis”.

Le agradecí al Papa la confianza que me mostró y agregué: “Santo Padre, ¿por qué no espera seis meses o un año? Porque si ahora me promociona, el equipo que ha confiado en mí para sanar la situación en la Gobernación será inmediatamente dispersado y perseguido" (como de hecho sucedió).

También agregué algo más: Al final de la audiencia, el Papa me dijo nuevamente: “Sin embargo, sigo opinando que el lugar donde mejor puedes servir a la Santa Sede es como presidente de la Prefectura para asuntos económicos”. El Cardenal Re puede confirmar esta noticia. Entonces renuncié al cardenalato por el bien de la Iglesia.

¿Qué responde a quienes involucran a su familia hablando de “saga” bajo la bandera de grandes intereses económicos?

El 20 de marzo de 2013 mis hermanos prepararon un comunicado de prensa, y yo me opuse a la publicación para evitar involucrar a toda la familia. Puesto que ahora se sigue repitiendo la acusación a mi hermano Lorenzo, a saber, que le habría mentido al Papa Benedicto escribiendo sobre mi necesidad de irme porque tenía que cuidar a mi hermano enfermo, he decidido hacer pública ahora la declaración. De su lectura se hace evidente que sentí la grave responsabilidad moral de cuidar y proteger a mi hermano.

Vicente Montesinos