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sábado, 7 de octubre de 2023

Ataque terrorista a Israel: una vez más, los comunistas y los nazis unidos en la infamia



El Estado de Israel, la única auténtica democracia de Oriente Medio, está sufriendo hoy un grave ataque terrorista de Hamás a toda escala.



40 muertos, más de 700 heridos y 52 secuestrados por Hamás

El ataque ha coincidido con el 50º aniversario de la Guerra del Yom Kipur, iniciada por los países árabes con un ataque sorpresa contra Israel pior varios frentes. Un ataque que acabó en una nueva derrota árabe, a pesar de la superioridad numérica de los agresores. Está claro que el terrorismo palestino en general, y el grupo terrorista islamista Hamás en concreto, no han aprendido nada de la historia: siguen empeñados en llevar al pueblo palestino a la desgracia, impidiendo la convivencia pacífica en esa región.

La agresión de los terroristas de Hamás ha consistido en el lanzamiento de miles de cohetes contra la población civil de Israel, que en estos momentos ya han provocado al menos 40 muertos y más de 700 heridos. Además, 52 ciudadanos israelíes han sido secuestrados por Hamás y llevados a la franja de Gaza. Entre los secuestrados hay niños y personas ancianas. Estamos ante un ejemplo más de la clase de escoria que hay en las filas del llamado estado palestino. Una vez más, apoyar a Israel es apoyar a la civilización frente a la barbarie.

El PP y Vox expresan su apoyo a Israel contra el terrorismo

En España, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de Vox, Santiago Abascal, han mostrado su rechazo al ataque terrorista contra Israel. "Condenamos este ataque masivo de Hamas y trasladamos nuestra solidaridad con las víctimas", ha afirmado Feijóo. "Todo nuestro apoyo a Israel, que hoy se encuentra bajo un gravísimo ataque terrorista", ha dicho Abascal. "Y todo nuestro rechazo a los sembradores del odio y a quienes, desde la política occidental, les amparan", ha añadido el líder de Vox.

Los mensajes contradictorios del gobierno de Pedro Sánchez

En lo que respecta al gobierno español, los mensajes han sido contradictorios. Sánchez se ha limitado a expresar su "rechazo a la guerra" durante un acto público del PSOE, para después publicar un mensaje en Twitter hablando de "ataque terrorista contra Israel" y condenando el terrorismo. Sin embargo, la facción comunista del gobierno ha optado por los mismos mensajes equidistantes que exhibieron ante la invasión rusa de Ucrania.

La ministra Ione Belarra, de Podemos, ha publicado un mensaje en el que se desmarca abiertamente de las condenas contra Hamás, omitiendo toda referencia a los secuestros de ciudadanos israelíes y al ataque terrorista de Hamás. A su vez, la vicepresidenta comunista Yolanda Díaz ha expresado su "solidaridad con todas las víctimas", y a continuación ha pedido "poner fin a la ocupación y que el pueblo palestino pueda vivir con dignidad", es decir, repitiendo la propaganda palestina mientras terroristas palestinos atacan a Israel.

Comunistas y nazis, unidos por su odio a Israel

Esa hostilidad a Israel no es exclusiva de los comunistas. Es la misma hostilidad por el único Estado judío que exhiben los nazis hoy en las redes sociales, especialmente en Twitter, donde los mensajes antisemitas de la extrema izquierda coinciden una vez más con los mensajes antisemitas de la extrema derecha. Hoy en día son los dos grandes aliados del islamismo por su odio enfermizo contra el pueblo judío.

Ya vimos esa misma coincidencia ante la invasión rusa de Ucrania, ante la cual comunistas y nazis han adoptado posiciones prorrusas y se han convertido en meros repetidores de las consignas del Kremlin, movidos por sus denominadores comunes: el antiliberalismo y el odio a Occidente. Recordemos que nazis y comunistas se aliaron en 1939 para invadir Polonia, un país católico y conservador. Los totalitarios no han dejado pasar una nueva oportunidad de demostrar que lo más parecido a un nazi es un comunista. Son la misma basura antidemocrática pero con distinto disfraz.

Desde España, todo mi apoyo al Estado de Israel, mis condolencias a las familias de los asesinados por Hamás y mi esperanza de que las Fuerzas de Defensa Israelíes liberen pronto a las personas secuestradas.

Am Israel Jai!
¡El Pueblo de Israel vive!


Elentir

jueves, 30 de abril de 2020

Los crímenes perpetrados por el comunismo al que defiende el ultraizquierdista Pablo Iglesias (Elentir)


 
Durante el siglo XX, el mundo sufrió los terribles efectos de dos ideologías totalitarias: el comunismo y el nacional-socialismo, ambas con muchos millones de víctimas.

El partido de dos ministros españoles llama a seguir el «ejemplo» de un dictador y genocida
Los más de 100 millones de muertos que causó el comunismo, divididos por países

Nazismo y Comunismo iniciaron juntos la Segunda Guerra Mundial

El nacional-socialismo fue derrotado militarmente en 1945, y en el año siguiente, durante los Juicios de Nüremberg, salieron a la luz los innumerables crímenes cometidos por los partidarios de esa monstruosa ideología. El amplio rechazo que, afortunadamente, recibe el nazismo contrasta, lamentablemente, con la insistencia de muchos izquierdistas en blanquear a la otra gran ideología criminal del siglo XX: el comunismo. 

Se trata de toda una paradoja, pue la Segunda Guerra Mundial fue iniciada por Hitler y Stalin con su invasión conjunta de Polonia, acordada en el pacto secreto firmado por sus respectivas dictaduras en agosto de 1939, un pacto en virtud del cual se repartieron tanto ese país como Finlandia, Lituania, Estonia y Letonia, repúblicas que la URSS invadió entre 1939 y 1940.

Los efectos de la alianza entre nazis y comunistas

Los soviéticos rivalizaron con los nazis en criminalidad: prueba de ello es la masacre de 22.000 oficiales polacos en Katyn a manos del NKVD de Stalin, un crimen de guerra por el que nadie fue castigado. Hitler y Stalin mantuvieron su alianza hasta junio de 1941, cuando Alemania invadió la URSS. Fue una alianza tan estrecha que Moscú dio orden a los comunistas franceses de sabotear el esfuerzo bélico de su país en plena invasión alemana de Francia en 1940. Por esa misma razón, los Partidos Comunistas a las órdenes de Stalin no se unieron a los movimientos de resistencia de los países ocupados por los alemanes hasta que éstos invadieron la URSS. En el marco de la alianza entre esas dos potencias totalitarias, el NKVD soviético entregó a la Gestapo nazi a unos 4.000 judíos y comunistas alemanes que habían huido a la URSS.

Media Europa pasó de la tiranía nazi a la tiranía comunista sin poder elegir otra cosa

Al final de la Segunda Guerra Mundial, en algunos países la tiranía sólo cambió de color: media Europa pasó de estar bajo la dictadura nazi a estar bajo la dictadura soviética, sin que la URSS le diese la oportunidad de elegir un sistema democrático. Los comunistas llegaron a aprovechar un campo de concentración alemán para encerrar a polacos que habían combatido contra el nazismo, simplemente porque esos combatientes no obedecían las órdenes de Stalin. En varios países la “liberación” soviética consistió en una ola masiva de violaciones de mujeres y niñas por parte de los soldados del Ejército Rojo. A eso hay que unir el pillaje cometido por los soviéticos. Aún hoy en Polonia se conoce al Ejército de Stalin como “czerwona zaraza” (La plaga roja), por las atrocidades que cometieron en ese país.

Un sistema totalitario que ha matado a más de 100 millones de seres humanos

El comunismo instauró dictaduras allí donde conquistó el poder, estableciendo sistemas de partido único sin elecciones libres, en los que los derechos humanos eran sistemáticamente violados, y en los que más de 100 millones de personas fueron víctimas de sus políticas genocidas. Tomando los dogmas ideológicos de Marx y de Engels como referencia, e impulsando el odio de clase con el mismo fanatismo con el que el nazismo promovió el odio de raza, el comunismo se dedicó a perseguir, torturar y asesinar a científicos, a homosexuales, a huelguistas, a propietarios agrícolas, a disidentes políticos y a religiosos. Ningún otro sistema político ha dedicado tantos recursos a reprimir la libertad y a asesinar a millones de personas: en esto los comunistas ganaron por goleada a los nazis. Aún a día de hoy más de 1.500 millones de personas, es decir, la quinta parte de la humanidad, sigue sometida a dictaduras comunistas (China, Corea del Norte, Cuba, Laos y Vietnam).

El Parlamento Europeo condenó los crímenes del comunismo: el PCE rechazó esa condena

El año pasado, el Parlamento Europeo condenó los crímenes del nazismo y del comunismo, recordando que “los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad”. La moción de condena también rechazaba “toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión”. El Partido Comunista de España (PCE) rechazó esa condena, que considera una “equiparación de los crímenes del nazismo con los supuestos “crímenes del estalinismo”, según los términos utilizados en la resolución del Parlamento Europeo”. Llamar “supuestos” a los crímenes del estalinismo es un claro caso de negacionismo. Y lo peor es que dos ministros del Gobierno español pertenecen a ese partido.

Un vicepresidente del Gobierno español sale en defensa del comunismo

Teniendo en cuenta esto, resulta escandaloso escuchar la defensa que hizo ayer Pablo Iglesias del comunismo. El vicepresidente podemita del Gobierno español llegó a decir que considera “un honor” representar al PCE: 

Duración: 14 segundos
 
El siniestro historial del PCE a las órdenes de Stalin

Iglesias se refiere al mismo partido que estuvo implicado en crímenes de guerra como la Masacre de Paracuellos, en la que fueron asesinadas 5.000 personas por motivos políticos, incluidos 50 niños. Un crimen monstruoso por el que ningún dirigente del PCE ha pedido perdón hasta la actualidad. Es más: el año pasado Podemos acusó de “fascismo” a las víctimas de esa masacre, un insulto miserable por el que el partido de extrema izquierda todavía no se ha disculpado. Hay que decir que los crímenes del PCE no se dirigieron sólo contra católicos y derechistas: también colaboró en la represión de comunistas disidentes como los trotskistas del POUM, siguiendo los dictados de Stalin. También por orden de Moscú, e igual que otros Partidos Comunistas, el PCE justificó la invasión nazi-soviética de Polonia y la invasión soviética de Finlandia, difamando y calumniando a los países invadidos.

El PCE sigue defendiendo hoy a dictaduras y dictadores comunistas

Sé que alguien alegará que el PCE es en la actualidad un partido democrático. No es verdad. El PCE sigue apoyando a dictaduras comunistas como China, Vietnam y Cuba, y sus Juventudes incluso han apoyado a Corea del Norte. De hecho, el pasado 23 de abril el PCE ensalzó al primer dictador comunista, Lenin, cuyo régimen utilizó las más brutales torturas y fue responsable de la muerte de millones de personas por hambre y represión. Un partido así no debería ser legal, como tampoco debería serlo un partido nazi. Es el colmo que un gobernante español considere “un honor” defender a un partido totalitario como ése. Teniendo en cuenta esto, e igual que Pablo Iglesias equiparó el franquismo con el nazismo hace dos años, con mayor motivo cabe preguntarse: ¿qué país libre aceptaría ser gobernado por alguien que defiende el nacional-socialismo? ¿Y por qué aceptamos en España a un gobernante que defiende una ideología igual de criminal como es el comunismo?
Elentir

martes, 11 de septiembre de 2018

5 motivos por los que muchos han perdido el miedo a que les llamen 'ultraderechistas’



Si hacemos caso a algunos políticos y periodistas, el principal problema de Europa es el auge de la “ultraderecha”, una palabra asociada a cosas tan feas como el fascismo, la xenofobia y el racismo.

Lo que significa ser ‘ultracatólico’ allí donde a nadie le llaman ‘ultraateo’ o ‘ultraprogre’

Neolengua: 5 métodos de manipular palabras que se usan para que no te atrevas a discrepar

Pero ¿hay tantos fascistas, xenófobos y racistas en Europa? ¿Dónde se habían escondido todos estos años? Tal vez lo que nos tendríamos que preguntar es si todo lo que ciertos políticos y medios nos presentan como “ultraderecha” lo es en realidad o no. El problema para contestar a esa pregunta es cómo identificamos lo que es la “ultraderecha”. Hoy la “ultraderecha” se ha vuelto un concepto cada vez más difuso. Y cuanto más difuso es, más gente le pierde el miedo a ser tachados de “ultraderechista”. 

Os señalo algunos motivos que podrían explicar este fenómeno:

1. A menudo la acusación de ‘ultraderecha’ disfraza el fanatismo del acusador

Aunque presume de “diálogo”, “tolerancia” y “diversidad”, dentro de la izquierda han ido en aumento las posturas dogmáticas, intransigentes e intolerantes de quienes se niegan a dialogar con los que no son progresistas. Para muchos, ser progresista se ha convertido en algo equivalente a ser moralmente superior a los demás, y para ellos no ser progresista equivale a ser una persona malvada y despreciable. Por eso muchos progresistas ya no admiten que nadie les contradiga. No aceptar contradicciones te hace perder facultades para debatir y, a medida que la izquierda va perdiendo habilidades para debatir ideas, el número de señalados como “ultraderechistas” se multiplica. Cada vez más gente asocia conceptos como “intolerancia”, “fanatismo” e “intransigencia” con la actitud, precisamente, de muchos izquierdistas que llaman “ultraderechista”, sin más, a todo el que les contradice.

2. El concepto ‘ultraderecha’ ya abarca a todo lo que no es izquierda

Desde hace años la izquierda está usando la palabra “ultraderecha” para señalar a derechistas, liberales, conservadores, católicos, anticomunistas y patriotas en general, como si todas esas ideas e incluso el mero hecho de amar a tu Patria te convirtiesen en algo equiparable al nazismo y el fascismo. 

La acusación se ha vuelto tan indiscriminada que ha acabado revelando un intento de acabar con el pluralismo ideológico. La idea que se está transmitiendo, en la práctica, es tan sencilla como burda: si no eres de izquierdas, entonces eres de ultraderecha. Como resultado de esto, cada vez más gente percibe que la “ultraderecha” se ha convertido en una acusación tramposa para imponer una especie de pensamiento único, de forma que ser tachado de “ultraderechista” se convierte en una forma de legítima rebeldía.

3. Te llaman ‘ultraderechista’ para que te dejes robar derechos y libertades

Esto lo estamos viendo claramente en España y en otros países con la imposición de la ideología de género. Nos imponen ideas disparatadas sobre la sexualidad e incluso establecen que sean obligatorias en las escuelas, sin posibilidad alguna de discutirlas. Y si lo cuestionas, eres de “ultraderecha”

De esta forma nos están arrebatando derechos y libertades fundamentales, como la libertad de pensamiento, la libertad de educación, la libertad de expresión e incluso la presunción de inocencia (en España se han creado leyes que establecen la inversión de la carga de prueba en casos de discriminación por orientación sexual; es decir, que si te acusan de discriminar, tienes que probar que eres inocente: algo puramente totalitario). 

El mero hecho de afirmar una obviedad biológica -que hombres y mujeres tienen órganos sexuales distintos- es tachado de “transfobia” (otra palabra-policía asociada a la “ultraderecha”), y es objeto de sanciones administrativas, es decir, ordenadas e impuestas por políticos y no por jueces, algo inadmisible en una democracia. Para muchos ciudadanos la elección es clara: tienen menos miedo de ser tachados de “ultraderechistas” que de dejarse robar derechos y libertades a manos de los políticos.

4. Usan la ‘ultraderecha’ para tapar graves problemas sociales

En Europa tenemos un ejemplo con los problemas de inseguridad provocados por la inmigración masiva. En países que sufren olas de violaciones y de otros crímenes provocados por inmigrantes, lo alarmante para el progresismo es que la gente se harte: a eso lo llaman “ultraderecha”

Se trata de problemas que vienen siendo advertidos desde hace años, pero el progresismo hizo oídos sordos a todas esas advertencias, porque no se ajustaban a su visión idealizada de la inmigración. Si los vecinos de un barrio se hartan de que los “okupas” se apropien de viviendas ajenas y deterioren la convivencia, a eso lo llaman “ultraderecha”. El caso es que para cualquier vecino, es mucho más insoportable la delincuencia en su barrio y la presencia de vecinos “okupas”, que el ser acusado de “ultraderechista” por partidos y medios cuyos dueños viven en zonas residenciales acomodadas, a las que no suelen llegar los problemas asociados a la inmigración masiva y a la ocupación ilegal de viviendas: quienes sufren estos problemas son los que menos recursos tienen.

5. Usan la ‘ultraderecha’ para borrar el pasado más incómodo de la izquierda

Recordemos que los nazis eran nacional-socialistas: proponían un socialismo nacionalista. Y el socialismo es una ideología de izquierdas

De hecho, nazis y comunistas se ayudaron entre sí para desestabilizar las instituciones de la República de Weimar: de 241 cuestiones votadas en el Reichstag y en el parlamento estatal de Prusia en 1929 y 1930, nazis y comunistas votaron juntos en el 70% de las ocasiones

Ya en la Segunda Guerra Mundial, el mayor movimiento de resistencia contra la ocupación nazi se organizó en la católica y conservadora Polonia, un país que Hitler y Stalin invadieron tras firmar un pacto secreto para repartirse su territorio. Alemanes y soviéticos llegaron a desfilar juntos en la Polonia ocupada para celebrar su victoria sobre los polacos, y el Partido Comunista de España defendió sin pudor la invasión, siguiendo las órdenes de Moscú.

En Francia, los comunistas contactaron con las autoridades nazis en 1940 para intentar pactar con ellos tras la ocupación alemana del país, y eso después de haber torpedeado el esfuerzo bélico de Francia contra el Tercer Reich. Cada vez más gente conoce estos hechos y ve en el concepto “ultraderecha” un burdo intento de falsear el pasado de la izquierda.

Elentir

NOTA: Hay un artículo de Adelante la Fe, de Christopher Fleming, titulado: "El demonio es de izquierdas". Muy original e interesante.
José Martí