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miércoles, 19 de junio de 2019

SÍNODO DE LA SERPIENTE: ¡APOSTASÍA!


Duración 4:08 minutos

NOTICIAS 19 de Junio de 2019




SPECOLA

Desde laicos que dicen misa hasta la abolición de la castidad, retos de la biomedicina, San Juan Pablo I, los curas del Lacio.

NOTICIAS FSSPX

Fraternidad San Pío X: 13 sacerdotes serán ordenados en junio de 2019

El obispo de Springfield, Illinois, toma medidas contra los políticos pro-aborto

Entrevista Monseñor Fellay: "Más que otra cosa, el mundo actual necesita sacerdotes"

GLORIA TV

Todas las señales apuntan a la abolición temeraria del celibato

Vaticano niega rumores sobre que Benedicto ha sufrido un derrame cerebral leve

Documento vaticano sobre [la Ideología de] Género está lleno de formulaciones “ambiguas” y “sentime…

Arzobispo argentino: Votar por políticos pro-aborto es un “pecado mortal”

Cardenal italiano confiesa que Benedicto XVI promovió a enemigos teológicos

Dos sacerdotes nigerianos se unen a la FSSPX: el arzobispo está furioso

INFOCATÓLICA

Los católicos practicantes italianos votaron mayoritariamente al partido de Matteo Salvini

El obispo de Getafe invita a los fieles a renovar el 30 de junio la Consagración de España al Corazón de Jesús

SECRETUM MEUM MIHI

Si así se prepara en Roma a los exorcistas... ¡Entérate qué cardenal fue uno de los conferencistas! Uds. saben que cada ...

Con el expreso visto bueno de Francisco: Capuchinos en EEUU eligen provincial laico Información de Crux, Jun-19-2019. Tr...

Selección por José Martí

Modernista radical redactó el Documento de Trabajo del Sínodo para la Amazonia



Francis McDonagh informó el 9 de mayo en el sitio web TheTablet.com que el conocido obispo brasileño Erwin Kräutler es “el autor” del Instrumentum laboris para el Sínodo venidero.

Nacido en Austria, Kräutler hace propaganda a los sacerdotes casados y al sacerdocio femenino. Él fue obispo en Brasil desde 1980 hasta el 2015 y es considerado uno de los obispos modernistas más radicales en toda la Iglesia.

Kräutler ya escribió partes de la encíclica Laudato Sii de Francisco

Para los medios de comunicación oligarcas y para muchos enemigos de la Iglesia él es un héroe.

SOLO EXISTE UN ENEMIGO… (Capitán Ryder)


…para un buen número de pastores, y no es Satanás.
En épocas de confusión, esta lo es especialmente, es importante analizar adecuadamente lo que dicen y hacen los líderes de distinto tipo. También cobra importancia detenerse en aquello de lo que no hablan y a lo que no señalan.
Es evidente que hacer especial hincapié en una cosa puede deberse a múltiples razones, y entre ellas no tiene porque estar la de la sinceridad. De hecho, puede deberse a la necesidad de evitar poner los focos en otros temas que serían especialmente incómodos. Así, cual trileros, van escondiendo la bolita al incauto.
Este actuar, típico de la política actual, es evidente también entre los hombres de Iglesia. Y haría bien el fiel en estar alerta, nunca el campo católico ha estado tan minado como ahora.
Viene esto a cuenta de unas declaraciones del Cardenal Ravasi en las que dirige unas cuantas andanadas al político italiano Matteo Salvini.
Pongámonos en contexto; mitin de Matteo Salvini rosario en mano:
“Amamos la Madonnina (la virgen del Duomo) que nos mira desde ahí arriba”, “Nos entregamos a las mujeres y a los hombres de buena voluntad, a los seis patronos de Europa: San Benito de Nursia, San Cirilio y San Metodio, Santa Catalina de Siena, Santa Brígida de Suecia y Santa Teresa Benedicta de la Cruz”, “Os entregamos nuestro destino, nuestro futuro y nuestros pueblos. Y yo entregaré personalmente vuestra vida y la mía al corazón inmaculado de María, que estoy seguro que nos llevará a la victoria”.  Estas frases las acompaña de una defensa de su política migratoria frente a la del Papa Francisco, que al ser nombrado recibe abucheos por parte de los asistentes.
Rápidamente encuentra respuesta desde el Vaticano, a través de filtraciones y de declaraciones, nada menos, que del Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin.
El último en sumarse a la fiesta es el Cardenal Ravasi, quien en declaraciones al Corriere de la Sera manifiesta:
“fe y religión no son sinónimos, incluso aunque están conectadas. La fe es una experiencia existencial, una elección radical. La religión es la manifestación exterior. Blandir el Evangelio, mostrar el Rosario, besar el crucifijo no necesariamente te hace un creyente».
«son signos que en sí mismos no representan la autenticidad de la creencia. Cristo condena a quienes toman los primeros lugares en la sinagoga, a quienes extienden el filattèri, los pergaminos con los versos de la Torá. Cristo perdona todos los pecados, pero no puede soportar la hipocresía. La auto-salvación no existe. Uno no se salva por manifestaciones externas, sino por una profunda adhesión a las elecciones morales y existenciales. No es el gesto ritual lo que salva. El sacramento es opus operatum, un acto objetivo marcado por la presencia divina, pero también opus operantis, un acto subjetivo, una elección vital y moral. De lo contrario es un ritual mágico. Magia».
Podríamos responderle que ser Cardenal tampoco obedece necesariamente a que profeses la fe católica. Su caso es una manifestación evidente.
Así, en el año 2016, se publicaba la siguiente noticia en Infocatólica:
El cardenal dice en el artículo -cuyo título no es atribuible a él sino al medio en que ha sido publicado- que la Masonería tienen una visión del hombre «basada en la libertad de conciencia y el intelecto y en la igualdad de derechos» y, por otro, «un deísmo, que reconoce la existencia de Dios, pero deja abierta la definición de su identidad». 
El cardenal Ravasi reflexiona en su artículo sobre la relación entre la Masonería y otras iglesias cristianas. Recuerda que muchas Respetables Logias inglesas se nutren del clero de la Comunión eclesial Anglicana y que fue un pastor presbiteriano quien redactó las Constituciones de la Masonería Regular, en las que se afirma que un masón «no sera nunca un ateo estúpido ni un libertino irreligioso».
El artículo no cuestiona las diversas declaraciones de incompatibilidad por parte de la Iglesia Católica de una doble membresía, pero añade que estas «no impiden, sin embargo, el diálogo». El cardenal Ravasi hace un llamamiento a superar las actitudes de «ciertos ambientes católicos integristas» y pide «ir más allá de la hostilidad, los insultos, y los prejuicios recíprocos».
El Gran Maestro del Grande Oriente de Italia, Stefano Bisi, ha realizado ya una valoración del artículo del purpurado, que sólo ha sido difundido hasta ahora en italiano:
«Me alegra saber que ha hablado de la Masonería sin prejuicios y con la amplia visión cultural que lo caracteriza, y que, más allá de las aclaraciones y de la posición oficial y escrita de la Iglesia ampliamente conocida, ha reconocido, sin ideas preconcebidas, que entre estas dos realidades existen también valores comunes que nos unen y que, sin embargo, no anulan los diferentes puntos de vista y las marcadas diferencias».
Dicen que antes se pilla al mentiroso que al cojo.
Aquí tenemos a la Iglesia post-Vaticano II en todo su esplendor. Hay que dialogar y abrazarse a todos: comunistas, socialistas, liberales, masones, nadie queda excluido. Tampoco sus ideas, que son respetables y a las que la Iglesia debe prestar la debida escucha.
Las condenas de otras épocas han pasado a la historia, eran fruto del integrismo, nada que no se pueda superar a través del diálogo. Todo eso nos dicen día y noche.
Pero, ¡oh cielos!, ahora llega Salvini, del que por ahora me reservo la opinión, y con este no hay diálogo posible, ni escucha, hay que lanzarse al ataque. Un cardenal, y otro, y otro…
Se ve que la apertura al mundo era como el discernimiento; caso por caso. Como este, no responde a los parámetros de lo que está bien o mal, barreras ya superadas, sino a coordenadas exclusivamente ideológicas.
Y así se va destruyendo la Iglesia, y cambiando la Fe por un naturalismo sin ninguna transcendencia, justo lo que es la masonería. No es extraño que este Cardenal la vea con tanta simpatía, su fe es muy cercana a la enseñada en las logias.
Lo dicho, sólo hay un enemigo para estos pastores, los políticos denominados populistas. No el comunismo chino, muy cercano a la doctrina social de la Iglesia según comentó otro Cardenal, no las políticas Neo Maltusianas, promotoras del aborto disfrazado de ecologismo, esas políticas representadas en Jeffrey Sachs pueden asesorar al Papa en la redacción de la Laudato Sí, no la Teología de la Liberación que será rehabilitada a través de beatificaciones de risa o levantamiento de sanciones  a los Ernestos Cardenales de turno, no a los sacerdotes, obispos o cardenales abusadores que encontrarán defensa y protección hasta que ya sea demasiado evidente.
No, centremos nuestros esfuerzos en Matteo Salvini. Lo dicho, en épocas de confusión seguir el rastro de migas que van dejando algunos ayuda mucho a encontrar la salida.
Capitán Ryder
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=26032

Para acabar de una vez con el ‘diálogo’ (Carlos Esteban)



El Instrumentum Laboris del próximo Sínodo de la Amazonía está atravesado por ese ‘leit motiv’ del presente pontificado que se resume en dos palabras machaconamente repetidas: “diálogo” y “escucha”. Y son las dos que están, más que ninguna otra, dividiendo irremisiblemente a la Iglesia.

Sí, mi titular tiene mucho de desvergonzado ‘clickbait’, de amarillismo descarado y escandaloso. Lo matizo de entrada: en un sentido obvio, el diálogo es imprescindible, la conversación; y no puede mantenerse una conversación sin escuchar al contrario. Esto, para quitarme de encima perogrulladas varias.

Pero las palabras nunca son inocentes, ni responden meramente a las acepciones asépticas del diccionario. Por citar un ejemplo evidente y actual, ‘odio’, especialmente cuando va unido a ‘delito de odio’, no se corresponde hoy con su significado original, y estamos hartos de leer cómo se achaca ‘odio’ a la mera no aceptación, reflexiva y calmada, de una situación que nuestras élites intelectuales han decretado ‘buena’, como el matrimonio homosexual o la transexualidad.

Hay muchísimas más: discriminación, diversidad, inclusivo… Y, naturalmente, ‘diálogo’. 

Tomado literalmente, en su acepción habitual, viene a ser conversación, una actividad tan natural y frecuente que resulta extraño insistir en ella. ¿Cuándo no ha ‘dialogado’ la Iglesia con el mundo? ¿Cómo podría no hacerlo? Pero, como decimos, si ese fuera el concepto al que se refieren, repetirlo una y otra vez no tendría mayor sentido que recordarle a alguien la necesidad de respirar.

Precisamente por eso, y porque vivimos en el mundo de hoy, sabemos que esa exhortación repetida al ‘diálogo’ significa otra cosa, connota otra cosa. Cuando en la vida política o en las relaciones internacionales se apela al ‘diálogo’, se está llamando a la negociación, es decir, a que un lado ceda un poco y el otro, otro poco, hasta que se llegue a un entendimiento que, sin contentar del todo a ninguna de las dos partes, les satisfaga lo suficiente como para llegar a un acuerdo.

Ahora bien, eso podría tener sentido aplicado a la Iglesia si nuestra doctrina, si nuestra fe, fuera la consecuencia de una intuición intelectual, de la reflexión de un grupo de sabios, incluso de los ‘descubrimientos’ más o menos luminosos de unos maestros del pensamiento. En ese caso se podría entablar ese ‘diálogo’ y renunciar, por razones pragmáticas, a las ideas que más entren en conflicto con las de nuestros interlocutores y afinar otras con la aportación del otro.

Pero no es el caso. La Iglesia porta y da al mundo un Mensaje que no es suyo, que no ha inventado, que no ha deducido. Es un mensaje del Autor de la Vida, una Revelación, y los mensajes no se negocian. Si recibes un correo electrónico y te preguntan por él, no puedes sentarte con quien te interroga para decidir su contenido.

Este sentido de cesión se ve reforzado por esa segunda palabra, ‘escucha’. Una Iglesia “que escucha”. En un diálogo, las dos partes hablan y escuchan, alternativamente. Si una de las dos insiste para sí misma en la necesidad de la ‘escucha’, es que cree que puede aprender más de lo que es capaz de enseñar. Y esa conclusión es desastrosa.

Y por eso la gente abandona la Iglesia a borbotones, por eso la apostasía en Occidente es multitudinaria: porque la única razón para pertenecer a la Iglesia católica es creer que es la portadora de certezas transmitidas por el único que tiene autoridad para hacerlo, Dios mismo. Si es una opinión, por muy interesante que sea, sobra toda la parafernalia eclesial y, por lo demás, es inútil, porque en lo que menos parece dudar hoy es precisamente en lo que coincide con el pensamiento dominante en el siglo. Y eso es lo que se transmite, intencionadamente o no, cuando se insiste tanto en el diálogo y tan poco en el Anuncio; cuando se habla más de la ‘escucha’ que de la predicación.

En el Instrumentum Laboris del Sínodo de la Amazonía, esa actitud de cesión, de inseguridad, llega al paroxismo, hablando de la ‘espiritualidad indígena’ como de algo que puede de algún modo perfeccionar nuestro conocimiento de Dios, y no meramente del ser humano, y un ser humano muy minoritario cuyas nociones del universo solo valoran antropólogos o adeptos del New Age.

La Iglesia es la Roca o no es nada; es el intérprete infalible del mensaje salvífico de Cristo, o puede dejarse extinguir sin demasiadas lamentaciones. Porque no estamos en ella porque su doctrina se adapte o no a los tiempos, sino porque solo ella, por ser la Esposa de Cristo, tiene palabras de vida eterna.

Carlos Esteban

TESTIMONIO DE FE, desde Alicante.


Duración 19:54 minutos