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martes, 5 de diciembre de 2017

Bergoglio concluye una faena: el caso Teilhard de Chardin






No hay descanso posible para quienes combatimos a ese castigo divino que es el bergogliato. Y esta es una de las últimas maldades que se prepara:
“La propuesta para preguntar si es posible eliminar el Monitum de las obras de Pierre Teilhard de Chardin fue entregada al Papa Francisco. La carta fue bienvenida por los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Cultura durante el trabajo sobre el Futuro de la Humanidad. La propuesta, como se explicó anteriormente, nace en el contexto particular de estas obras de la Asamblea Plenaria, durante la cual el propio Papa Francisco ha pedido un “ mayor diálogo entre la Iglesia, la comunidad de creyentes y la comunidad científica”.
https://agensir.it/quotidiano/2017/11/17/teilhard-de-chardin-plenaria-pontificio-consiglio-cultura-allesame-proposta-di-petizion
“Un acto semejante no solo rehabilitaría el genuino esfuerzo del piadoso jesuita en su intento de reconciliar la visión científica del universo con la escatología cristiana, sino que representaría un formidable estímulo para que todos los teólogos y científicos de buena voluntad colaboren en la construcción de un modelo antropológico cristiano que, siguiendo las indicaciones de la encíclica Laudato SI, se coloquen naturalmente en la maravillosa trama del cosmos”
http://www.lastampa.it/2017/11/21/vaticaninsider/ita/documenti/teilhard-de-chardin-petizione-del-pontificio-consiglio-della-cultura-per-rimuover


- El Monitum de la Sagrada Congregación del Santo Oficio disponía:

“Ciertas Obras del Padre Pedro Teilhard de Chardin, incluso obras póstumas, son publicadas y encuentran una acogida nada despreciableIndependientemente del juicio que se forme acerca de lo que atañe a las ciencias positivas, en materia de filosofía y teología, aparece claramente que las obras mencionadas abundan en tales ambigüedades, o más bien en errores tan graves, que ofenden a la doctrina católicaAsí, pues, los Emmos. y Rvdmos. Padres de la Suprema S. Congregación del Santo Oficio exhortan a todos los Ordinarios y a todos los Superiores de Institutos religiosos, a los Rectores de Seminarios y a los Presidentes de Universidades a defender los espíritus, particularmente los de los jóvenes, contra los peligros de las obras del P. Teilhard de Chardin y de sus discípulos. 
Dado en Roma, en el Palacio del Santo Oficio, el 30 de junio de 1962. Sebastián Masala, Notario


- Sobre el punto, es muy interesante repasar cómo su aplicación fue torpedeada progresivamente, según lo cuenta Gerald O´Connell, corresponsal en el Vaticano de America, la revista de los jesuitas de los EE.UU:
PABLO VI, que fue elegido Papa casi exactamente un año después, claramente tenía reservas sobre el monitum. Esto se hizo evidente cuando, en un discurso a empleadores y trabajadores de una importante compañía farmacéutica el 24 de febrero de 1966, mientras expresaba algunas reservas, elogió una visión clave de la teoría de los jesuitas sobre la evolución del universo, señaló que era una modelo para la ciencia y citó la declaración del autor: “Cuanto más estudio la realidad material, más descubro la realidad espiritual”.
- Quince años después, en el centenario del nacimiento de Teilhard de Chardin, el cardenal Agostino Casaroli, secretario de estado de Juan Pablo II, escribió una carta a Monseñor (ahora cardenal) Paul Poupard, director del Instituto Católico de París, en la que elogiaba al Jesuita francés en palabras que fueron ampliamente interpretadas como una señal de que su rehabilitación estaba en el horizonte. Pero la Congregación para la Doctrina de la Fe lo negó el 24 de julio de 1981, llamó la atención sobre el hecho de que la carta del cardenal contenía reservas, y dijo que el monitum todavía estaba en vigor. Pero el 1 de junio de 1988, JUAN PABLO II en una carta a George Coyne SJ, director del Observatorio del Vaticano, también pareció referirse positivamente al jesuita francés.

- BENEDICTO XVI también lo hizo en una homilía durante la oración vespertina en la catedral de Aosta, en el norte de Italia, el 24 de julio de 2009. Elogió un aspecto de la visión del jesuita francés cuando dijo: 

“El papel del sacerdocio es consagrar el mundo para que se convierta en un anfitrión viviente, una liturgia: para que la liturgia no sea algo paralelo a la realidad del mundo, sino que el mundo mismo se convierta en un ser viviente, en una liturgia. Ésta es también la gran visión de Teilhard de Chardin: al final lograremos una verdadera liturgia cósmica, donde el cosmos se convierte en un anfitrión viviente”. 
https://www.americamagazine.org/faith/2017/11/21/will-pope-francis-remove-vaticans-warning-teilhard-de-chardins-writings
(Y eso que algunos tienen a Benedicto XVI como un conservador…)

En rigor, con esta rehabilitación de Teilhard, Bergoglio no hará más que consumar una de las tareas pendientes del Vaticano II, ese auténtico desastre que Dios permitió para ponernos a prueba.

¡Bendito sea el nombre del Señor!

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NOTA: Sobre este tema del Evolucionismo se pueden leer dos artículos de Infocatólica, uno del padre Iraburu, titulado: Lenguaje del P. Castellani – Teilhard y otros dos de Javier Olivera Ravasi de títulos ¿Evolucionismo católico? El caso del padre Teilhard de Chardin (1-2)  (2-2), en donde se dan los argumentos del padre Julio Meinveille contra Teilhard de Chardin.

Comunión en la mano versus Comunión en la lengua (Por el Dr. Stuart Reiss)



Decir la verdad es legal (todavía): “la homosexualidad es un peligro para la salud” ... y otras noticias


Amoris Laetitia, de interpretación en interpretación (Carlos Esteban)



Si el objetivo último de los escritos papales es el de aclarar puntos de doctrina a los fieles, creo que ni los más entusiastas defensores del actual pontificado -los Periodistas Pro Francisco, digamos- pueden decir sin sonrojarse que la exhortación Amoris Laetitia haya logrado su objetivo.

Desde el mismo día de su promulgación, su Capítulo VIII, relativo al tratamiento eclesial de los divorciados vueltos a casar, ha encendido una viva polémica en cuanto a su alcance, por cuanto unos han querido interpretarlo en el sentido de que es ahora lícito para los sacerdotes ofrecer la comunión a quienes, al vivir ‘more uxorio’ con una mujer distinta de la desposada canónicamente, se han visto hasta ahora privados de la Eucaristía, siempre que se cumplieran determinadas condiciones.

Pero no es imposible interpretar ese mismo capítulo de modo que quede perfectamente en línea con lo que ha sido el Magisterio de la Iglesia invariable hasta ahora en esta cuestión.

En cualquier caso, estas dispares interpretaciones ya dejaban claro que el documento no lo es. De hecho, resulta oscuro o ambiguo incluso para las mentes más preclaras y los estamentos más altos, como prueban las cuestiones planteadas por cuatro cardenales -hoy reducidos a dos-, los famosos Dubia, en carta primero privada y luego, ante el silencio de la Santa Sede, hecha pública. El silencio persiste, más de un año después.

Las dudas no afectan a un asunto marginal o menor. De lo que se trata es de si la exhortación plantea una nueva comprensión de tres sacramentos -Matrimonio, Eucaristía y Penitencia- y, aún más, de toda la base moral católica.

A las Dubia siguió la Correctio Filialis, más duras, redactadas por una cuarentena de teólogos y pensadores católicos en la que se conminaba al Santo Padre a despejar sospechas de herejías que parecían deslizarse en la redacción de la exhortación.

Esta segunda petición al Papa también ha quedado sin respuesta por parte de Francisco, aunque no del grupo de teólogos favoritos de Santa Marta, que se han movilizado airadamente contra los firmantes de la correción.

Pero si el Papa ha respondido con un hermético silencio a unos y otros, no por eso ha dejado de tratar la cuestión.

El pasado año, el Papa respondió en carta privada a la Conferencia Episcopal Argentina alabando sus directrices para la aplicación en la práctica pastoral de este debatido asunto. “El documento es muy bueno y explica completamente el sentido del capítulo VIII de Amoris Laetitia. No hay otras interpretaciones”.

El lenguaje es claro y tajante y, aunque no deja de ser una carta privada, se incluyó en agosto entre los escritos papeles en la web del Vaticano.

Pero la carta en cuestión ha subido de rango, al publicarse en los Acta Apostolicae Sedis, donde se incluyen los escritos oficiales, acompañada de una breve nota del secretario de Estado, el Cardenal Cardinal Pietro Parolin, y un rescripto en el que se anuncia la voluntad del Papa de incluirla entre sus escritos magisteriales. Es decir, lo que era privado y de orden ‘pastoral’ pasaría a ser público y probablemente con rango de magisterio auténtico, merecedor del asentimiento de los fieles.

No hay acuerdo en este sentido, es decir, en cuanto a que la carta exija de los fieles un ‘asentimiento de la voluntad y el pensamiento’ a las opiniones vertidas en la carta. Pero lo que queda claro es la voluntad de elevar la categoría de esta interpretación.

¿Y cuál es esta interpretación frente a la que “no caben otras”? Ese es el problema: que el texto de los obispos de la región de Buenos Aires es tan oscuro, si no más, que el propio capítulo de la discordia, al proponer “la posibilidad de acceso a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía” a los divorciados vueltos a casar en “circunstancias complejas” y cuando se den “limitaciones que reduzcan la responsabilidad y la culpa” de parejas que no se obligan a “vivir en continencia” pese a vivir en una situación objetivamente adulterina.

La pregunta obvia es: ¿para qué dar un espaldarazo tan obvio e incluso solemne a una interpretación que no aclara nada en absoluto, sino más bien al contrario? Y si Su Santidad cree haber encontrado la interpretación adecuada a sus palabras en Amoris Laetitia, ¿por qué mantener ese obstinado silencio respecto a las dudas de cuatro (ahora dos) de sus hermanos en el episcopado?

La interpretación de los obispos argentinos, después de todo, no responde con alguna claridad a lo que es de urgente necesidad aclarar para los fieles de toda la cristiandad católica, referido a lo que debemos entender sobre tres sacramentos y el concepto mismo de mal moral objetivo.

¿Tiene algún sentido mantener a los fieles en vilo ante cuestiones que constituyen la base misma de su vivencia de fe?

Carlos Esteban

The Amoris Laetitia Game: Keep Them Guessing While We Do What We Planned to Do (Christopher A. Ferrara)



Only the terminally naïve continue to maintain that, with the publication of Amoris Laetitia (AL), Pope Francis and his collaborators have not knowingly and willingly authorized the absolution and admission to Holy Communion of “certain” people who are involved in adulterous “second marriages” and who intend to continue their adulterous relations.
Recall the infamous guidelines for implementing AL, published by the bishops of Buenos Aires, wherein we read:
“When the concrete circumstances of a couple make it feasible, especially when both are Christians with a journey of faith, one may propose that they commit to living in continence.”…
“In other more complex circumstances, and when it is not possible to obtain a declaration of nullity, the aforementioned option may not, in fact, be viable. Nonetheless, it is equally possible to undertake a journey of discernment…. [I]f one arrives at the recognition that, in a concrete case, there are limitations that diminish responsibility and culpability (cf. 301-302), particularly when a person judges that he would fall into a subsequent fault by damaging the children of the new union, Amoris Laetitia opens up the possibility of access to the Sacraments of Reconciliation and the Eucharist (cf. notes 336 and 351).”
In other words, the constant teaching of the Church — affirmed by John Paul II in Familiaris consortio — that no one involved in an adulterous union may be admitted to the sacraments without a commitment to continence is now reduced to a mere “proposal” from which one may be exempt depending on “complex circumstances.”
Recall also the letter Francis sent to the bishops of Buenos Aires wherein he approved of their guidelines as the only correct interpretation of AL: “The document is very good and completely explains the meaning of chapter VIII of Amoris Laetitia. There are no other interpretations.”  That letter was later published in the original Spanish on the Vatican website.
Since then, the “normalist” brigade has been working furiously to deny that Pope Francis has done what he has done, seizing on bits and pieces of his other pronouncements to argue, in desperation, that AL has been misinterpreted by its critics and that Francis never intended to allow the admission of public adulterers to the sacraments in any case.
For example, the normalists cite Francis’ address to the Roman Rota on November 25, wherein he described his radical reform of the annulment process as a way “to be close to the solitude and suffering of the faithful who expect from ecclesial justice the competent and factual help to restore peace to their consciences and God’s will on readmission to the Eucharist.”  
See!, the normalists declare, Pope Francis does not intend that anyone in a “second marriage” be admitted to the sacraments unless he or she has first obtained an annulment.  But, as Father Brian Harrison notes, “the Pope’s observation fails to state or imply what the dubia cardinals and others troubled by Amoris Laetitia rightly wish to hear him teach, namely, that if and only if a declaration of nullity is granted may those in question eventually be readmitted to the Eucharist. Francis’ November 25 speech leaves open the possibility that some such persons may be absolved and readmitted to the Eucharist by a different path – one of ‘dialogue,’ ‘accompanying’ and ‘discernment’ – that requires neither a commitment to continence nor the Church’s recognition that the first marriage was invalid.”
And, sure enough, Francis’ “no other interpretations” letter to the Buenos Aires bishops was published in Acta Apostolicae Sedis (AAS), the Holy See’s official compilation of papal pronouncements, in the volume designated 2016/10, with a papal rescript, dated June 5, 2017, in which Cardinal Parolin, Vatican Secretary of State, declares on behalf of Pope Francis that the letter is “authentic Magisterium.”
In August of this year, the canonist Ed Peters minimized the import of the letterprecisely because it had not been published in the AAS, which, under Canon 8 § 1 of the 1983 Code of Canon Law, is the place where “Universal ecclesiastical laws are promulgated by publication…” Peters (evidently unaware of publication in the AAS two months before) argued at the time that “for over a century the Acta Apostolicae Sedis (Documents of the Apostolic See)… has been the nearly-exclusive vehicle for publishing the official, binding documents of the Holy See.”
Well, what now Dr. Peters?  And what now for the normalist brigade in general?
What is going on here is an old game from the Modernist playbook of ecclesial subversion. It is well explained here by Professor Claudio Pierantoni:
“[T]o think that a few orthodox sentences that ‘could be taken’ to express the correct doctrine in the disputed issues can quiet papal critics shows a thorough lack of understanding of Francis’ tactics. He has been shown on quite a number of occasions ‘quieting’ his interlocutor with sentences that ‘can be taken’ in an orthodox sense; but without excluding ‘exceptions’ or ‘precisions’ that come from the opposite point of view…. So, there is nothing surprising in the fact that he can say many things that can be, or at least sound orthodox.”
It is long past time for the normalists to face reality.  As Prof. Pierantoni observes, one must conclude “after more than one year and a series of occasions that have been given to the Pope in order that he clarify his position, that he [Francis] doesn’t really maintain the doctrines to which the dubia make reference…”
While Pierantoni concludes that Francis has “fallen into heresy,” that ultimately is not for any of us, but only for the Church (an ecumenical council or subsequent Pope as in the case of Honorius I), to judge definitively. What is undeniable, however, is that the Church is now afflicted by an unprecedented pontificate that is openly undermining “the dogma of the Faith,” to recall the beginning of the Virgin’s prophecy in the Third Secret of Fatima, the remainder of which the Vatican has not permitted us to see — for reasons that, by now, should be obvious.
by Christopher A. Ferrara
December 4, 2017

Machado en el Vaticano ( Capitán Ryder)

FUENTE: IOTA UNUM


Ayer, el blog Dominus est se hacía eco de una noticia de Church Militant que señalaba “Church Militant está confirmando que el papa Francisco ha aprobado oficialmente la interpretación de Amoris Laetitia que abre la Comunión para los divorciados vueltos a casar civilmente en algunas instancias, contradiciendo directamente el Canon 915 del Código de Derecho Canónico, posiblemente haciendo vinculante [obligatoria] esta interpretación para las conciencias de los fieles”.

Decía Antonio Machado que “En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa”. Parece que el dicho podría aplicarse al Vaticano actual, con la salvedad de que han expulsado al décimo, tanto da si el que embiste es Spadaro contra los católicos y protestantes americanos que son contrarios al aborto, como Sánchez Sorondo si se trata de embestir al no-nato o Tucho el osculario, si se trata de embestir el pudor y el matrimonio católico.

¿Qué significa esta noticia?

Según el artículo citado;

“En un Rescripto Papal concedido ex Audientia Sanctissimi al Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin el 5 de junio de 2017, y publicado justo ahora por el Vaticano en el Acta Apostolicae Sedis, el Santo Padre ha elevado a nivel de “auténtico Magisterio” tanto la carta privada que escribió el 5 de septiembre de 2016 al obispo Sergio Alfredo Fenoy, Delegado de la Región Pastoral de Buenos Aires de la Conferencia Episcopal de Argentina, y los Criterios Básicos para la aplicación del capítulo VIII de Amoris laetitia, publicados el mismo día por los obispos de la Región Pastoral de Buenos Aires.

Las directrices de los obispos de Buenos Aires causaron controversia el año pasado debido a que interpretaron la exhortación apostólica del Papa como permitir la Santa Comunión en ciertos casos para aquellos que se encuentran en uniones sacramentalmente inválidas y deliberadamente mantienen relaciones sexuales. 


En la carta del Papa del 5 de septiembre a los obispos, elogió su interpretación: “El documento es muy bueno y explica completamente el significado del Capítulo VIII de Amoris Laetitia”, dijo, agregando, “No hay otras interpretaciones”.

De acuerdo con expertos que Church Militant ha consultado, la importancia de la decisión oficial del Papa de elevar los documentos referidos a nivel de auténtico Magisterio y ordenar su publicación en el Acta Apostolicae Sedis no puede ser subestimada. La emisión de la decisión a través de la forma de Rescripto termina con cualquier discusión respecto a la interpretación precisa y oficial que será dada a Amoris Laetitia por parte de la jerarquía episcopal y los fieles”.

Algunos argumentan que el papa Francisco está utilizando una “puerta trasera” con el fin de elevar a nivel de enseñanza oficial lo que sus defensores han estado describiendo como simplemente nueva disciplina “pastoral”.

Canon 915
No deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave.
¿Está clarito no?

Para el que no quiera enterarse todavía de quién es Francisco, este tema se podría resumir brevemente de la siguiente manera (aunque nos ocuparemos más detalladamente en próximos post):

  • Se convoca un Sínodo sobre la familia que se dice “pastoral”
  • Se reservan los puestos claves para personas cercanas a Francisco, por ejemplo, Bruno Forte y Baldiseri. Atado y bien atado.
  • La introducción del Sínodo la hace Kasper, partidario de la comunión a las parejas que viven en adulterio.
  • La Congregación para la Doctrina de la Fe prepara un artículo de signo contrario a lo expuesto por Kasper para ser publicado en el LÓsservatore Romano y firmada por un Cardenal de campanillas. Francisco la prohíbe.
  • Las propuestas de Kasper reciben una fuerte oposición.
  • Al día siguiente Francisco, a pesar de sus llamados a todos los obispos a expresarse libremente, toma partido por las tesis de Kasper.
  • Posteriormente Kasper dirá que su discurso estaba consensuado con Francisco.
  • Se decide no hacer públicas las intervenciones en el aula.
  • Las propuestas más polémicas rechazadas en el primer Sínodo son rescatadas por el propio Francisco para incluirse en el segundo, lo explica en rueda de prensa Federico Lombardi. El tan cacareado “espíritu sinodal” es enviado a la basura al no conseguir el respaldo esperado.

El 13 de octubre de 2014, ante más de doscientos periodistas de todo el mundo, el cardenal delegado que figura como el autor formal de la Relatio post disceptationem, el húngaro Péter Erdõ, preguntado sobre los párrafos concernientes a la homosexualidad, se niega a responder y cede la palabra a Forte diciendo: “Quien ha redactado este pasaje debe saber qué decir”. Se le pide aclarar si los párrafos sobre la homosexualidad pueden ser interpretados como un cambio radical en la enseñanza de la Iglesia en materia, a lo que el cardenal Erdõ responde: “¡Ciertamente!””, haciendo patente su desacuerdo. 

Parece que detrás de estos párrafos están sólo unos pocos padres sinodales, entre ellos el jesuita Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, nombrado miembro del sínodo personalmente por el Papa Francisco.

Tiempo después del segundo sínodo Bruno Forte dirá en una charla sobre “Los amores de Leticia”, y en relación a la comunión a los divorciados vueltos a casar que, durante el Sínodo, Francisco hizo una broma (“una battuta”) diciendo: “si hablamos explícitamente sobre la comunión para los divorciados vueltos a casar armaremos un tremendo lío.” Entonces, Francisco le dijo a Bruno, “no hablaremos de esto abiertamente; háganlo de tal manera que las premisas estén ahí, luego yo sacaré las conclusiones.” [Típico de un jesuita, bromeó Monseñor Forte].

Las conclusiones las saca Francisco en una carta privada a los obispos de Buenos Aires que se hace pública. Y también, muy importante para los que somos padres de familia, no se habla ni una palabra de la ideología de género. La verdadera amenaza que enfrentamos y tras dos sínodos sobre la familia no se dice una palabra. Y hay quien presenta esto como fruto del Espíritu Santo. Debería reflexionar un poco: manipulaciones, engaños, ocultaciones, etc ...


Capitán Ryder

Francisco encuentra la presencia de Dios en su viaje a Bangladesh ... y otros