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martes, 29 de septiembre de 2015

LAS GRANDES MENTIRAS DE LA HISTORIA (Vídeos) (Javier Paredes)


Es bueno y mentalmente sano llamar a las cosas por su nombre. Pero para eso es conveniente conocer la verdad, en este caso la verdad histórica acerca de lo que realmente ocurrió en infinidad de casos ... una verdad que desconocemos. Y en el programa Marcando el Norte, en unas entrevistas del doctor Javier Paredes al doctor Bárcenas, de tan solo 25 minutos cada una, se van aclarando ciertos temas, de una manera sencilla y rigurosa.

Merece la pena escucharlas (no todas el mismo día, pues no es conveniente atiborrarse de conocimientos). El enlace para ello se puede encontrar pinchando aquí.  De momento disponemos de tres de ellas que paso a reflejar en este blog:






Persecución actual de los cristianos en el mundo árabe (Videos)


PERSECUCIÓN CRISTIANA A NIVEL MUNDIAL
 3:42 minutos (Abril 2015)

 SILENCIO CULPABLE 
6:39  minutos (Junio 2015)


 TOCAN A REBATO 
5:18 minutos (Agosto 2015)

viernes, 25 de septiembre de 2015

La nueva Evangelización (1) : La "canonización" del Concilio Vaticano II



San Pío X, Benedicto XV, Pío XI, Pío XII (antes del Concilio Vaticano II)
San Juan XXIII, Beato Pablo VI, Juan Pablo I, San Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco (después del Concilio Vaticano II)

Era yo todavía muy joven y ya llegaban a mis oídos esas expresiones que, a primera vista y no pensando demasiado, aparecen como agradables al oído, por esa idea de "lo nuevo" a la que solemos tender la mayoría de los hombres: Es preciso cambiar. Renovarse o morir. No podemos ser retrógrados y quedarnos en la antigüedad. Tenemos que vivir en el tiempo en el que nos ha tocado vivir, etc... En el caso del cristianismo todo ello se concretaba en una expresión un tanto especial: el "aggiornamento" (que surgió posteriormente a la celebración del Concilio Vaticano II). 

Traducido al lenguaje ordinario significaba -en teoría- que el cristiano debía de ser un hombre de su tiempo y hablarle a la gente con el lenguaje que la gente utilizaba para poder ser así entendido por ellos. Si no se actuaba de esa manera, entonces el atractivo del Evangelio quedaría difuminado, la mayoría no entendería nada del mensaje de Jesucristo y éste sería sólo para unos pocos cristianos de élite, pero no para la gran mayoría de las personas. Es preciso modernizarse y no quedarse anclado en el pasado -se decía. Sólo así se podría atraer a la gente al Señor, que de eso se trataba.

Y algo de verdad había en ello. Es más: en cierto modo, tenían toda la razón del mundo, pues ¿cómo va a seguir la gente a Jesucristo si no entiende tu lenguaje cuando les hablas de Él? ... Sin embargo, como suele ocurrir en casi todas las cosas, también aquí había gato encerrado. Este tipo de argumentación, al que acabamos de aludir, esconde un sofisma, que es incluso desconocido, a veces, por quien argumenta ... Y es que el lenguaje que la gente entiende (
¡de verdad!) no es tanto el del significado de las palabras que, por supuesto, es esencial, cuanto el de los hechos, pues éste no engaña nunca. Las palabras, por bellas que sean, si se quedan sólo en palabras, producen un gran desencanto en quien las escucha: no le llegan al corazón; y entonces no sirven absolutamente para nada; desencanto que es tanto mayor cuanto más bello es lo que se anuncia.

Dejando aparte las intenciones de quienes pusieron en marcha ese movimiento de "aggiornamento" o "modernización" de la Iglesia que, sin lugar a dudas, es de suponer que fueron buenas (¡nadie conoce el corazón de las personas, excepto Dios!) lo cierto y verdaderamente importante son los frutos producidos (o no producidos, como en el presente caso): los hechos son los que cantan, se suele decir. Y aunque esto es algo de sentido común, dado que la mente de las personas tiende a oscurecerse, a causa del pecado, nuestro Señor nos lo recuerda para que lo tengamos siempre en cuenta. Éste es el criterio definitivo para discernir entre lo bueno y lo malo: "Por sus frutos los conoceréis" (Mt 7, 20) 

Pues bien: después del Concilio Vaticano II, los frutos que se produjeron al intentar llevar a la práctica esa idea de mayor acercamiento a la gente, ese "aggiornamento" no fueron precisamente los que se habían anunciado. El efecto producido fue exactamente el contrario al que, teóricamente, se esperaba. A modo de ejemplo, sin ánimo de ser exhaustivo, me viene rápidamente a la memoria, lo siguiente:

- Hubo una gran deserción en masa de sacerdotes que se secularizaron y se casaron

- Disminuyó el número de vocaciones, hasta el punto de que a día de hoy  los seminarios están casi vacíos ... Y esto parece que es sólo el comienzo

Las sotanas se abandonaron, por aquello de que el sacerdote era un hombre como los demás y tenía que vestir también igual que los demás; así podría acercarse más a ellos para hacerse entender ... olvidando lo que dice el autor de la carta a los hebreos: "Todo sumo sacerdote, elegido de entre los hombres, es constituido en favor de los hombres, para las cosas relativas a Dios" (Heb 5, 1). Cierto que el sacerdote es un hombre como los demás, pero ha sido elegido entre los hombres (elección que supone una cierta separación, con vistas a una misión cual es la de hacer bien a los hombres y conducirles hasta Dios), ..., a consecuencia de lo cual la gente dejó de acudir a los sacerdotes, quienes perdieron el respeto que siempre se había tenido hacia ellos; y disminuyó el número de confesiones, hasta el punto de que hoy en día es muy poca -y cada vez menos- la gente que se confiesa. Lo que tiene cierto sentido, puesto que hoy no se habla -o se habla muy poco- de la realidad tremenda del pecado y de la necesidad de conversión. Y si no hay pecado, ¿qué necesidad hay de confesarse? ¡Qué mal se entiende hoy el concepto de misericordia! La gente piensa que todo el mundo se salva, porque Dios es misericordioso -y es Padre- y no puede consentir que ninguno de sus hijos vaya al Infierno ... un Infierno en el que, por cierto, tampoco se cree.

-Se cambió la liturgia, suprimiendo la misa en latín: de este modo la gente se enteraría mejor del contenido de la misa. Pues bien: ahora que la gente entiende el idioma ... ¡apenas si van a misa! ... y, en particular los jóvenes.  El resultado fue justo el contrario del que se pretendía.

[En honor a la verdad, hay que decir que aquél que quería podía enterarse perfectamente de la misa pues había misales, con su correspondiente  traducción del latín a la lengua vernácula. El dar tantas facilidades a la gente suele ser pernicioso, a la larga ... y también a la corta. Además, no hay que olvidar que las homilías siempre han sido pronunciadas, tanto antes como ahora, en el idioma que la gente usa, según sea su país de origen. Hacerlo de otra manera sería absurdo] 


- El sacerdote comenzó a decir la misa de cara al pueblo cuando antes, tanto él como la gente que asistía a Misa, se dirigían todos a Dios, a Jesucristo, que está oculto, pero verdaderamente presente, en el sagrario. La centralidad ha pasado de Dios al pueblo, cuando es Dios -y no el pueblo- el centro de la vida cristiana y hacia Él tienen que converger todas las miradas. Esto ahora no ocurre.

-Se pasó a que todo el que quisiera pudiera comulgar en la mano, perdiéndose así, en gran medida, el sentido de lo sagrado y la esencialidad de la Presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, una Presencia en la que mucha gente ya no cree. Los sagrarios fueron relegados a capillas laterales, como todavía continúan en la mayoría de los templos católicos. 

Y habría que seguir añadiendo un largo etcétera, pero la muestra pienso que es significativa. Son muchos los que dijeron, al principio, que todas estas cosas que ocurrieron no fueron a causa del Concilio, aunque sucedieran después del Concilio, y que hubo una interpretación errónea del mismo. Esta idea, como digo, fue usada sólo en los primeros años posteriores al Concilio, pero hoy ya no se sostiene, a la vista de los hechos que son claros y contundentes.

Durante los últimos cincuenta años, curiosamente se ha estado hablando, de modo insistente, en lo que se conoció como la "Primavera de la Iglesia" (en tiempos de Juan Pablo II) así como del "Nuevo Pentecostés" (en la época de Benedicto XVI) ... ¡como si la Iglesia estuviese pasando ahora por sus mejores momentos y, además, como consecuencia de la aplicación de los documentos del Concilio Vaticano II ! ... cuando lo cierto y verdad es que estamos atravesando una de las mayores crisis, por no decir la mayor, en toda la historia de la Iglesia. Los hechos, de nuevo -y siempre- los hechos, demuestran que nunca la fe de los cristianos - sobre todo en Europa, aunque extensible al resto del planeta- ha sido tan pequeña como hoy en día: vivimos en una época de apostasía generalizada y de olvido y de rechazo de Dios: yo no le llamaría primavera a esta situación eclesial, porque no lo es, en absoluto.

[Siendo tan complicado el proceso de canonización, no deja de llamar la atención el hecho consumado de que prácticamente todos los Papas relacionados con el Concilio Vaticano II han sido canonizados por el papa Francisco. Lo fueron Juan XXIII y Juan Pablo II el 27 de abril de 2014 (el primero sin esperar a la confirmación de un segundo milagro). También fue beatificado el papa Pablo VI el 19 de octubre de 2014Francisco pasa así a ser el primer Papa en haber proclamado santos a tres Papas  (en realidad, sólo a dos, pues Pablo VI fue proclamado beato. No me extrañaría, sin embargo que, con motivo del año de la misericordia, que comienza el 8 de diciembre de 2015, fecha en la que concluyó el Concilio Vaticano II (hace 50 años, el 8 de diciembre de 1965, con una misa presidida por el papa Pablo VI), se procediera también, a la canonización del ya beato Pablo VI. Esto es sólo una intución personal. Si tal cosa ocurriese -y, en realidad, aunque no ocurriese- sería, a mi modo de ver, una manera de canonizar el propio Concilio Vaticano II, si es que tiene algún sentido hablar así ... un Concilio que nació siendo puramente pastoral y en el que aparecen algunos puntos muy discutibles, desde un punto de vista dogmático. En particular aquellos que se refieren al ecumenismo y al diálogo interreligioso, entre otros ... Y, sin embargo, se congelan las canonizaciones de Pío IX y Pío XII, que hoy serían tenidos por políticamente incorrectos en muchos aspectos de Doctrina. Hay que dar paso a los hombres del Concilio Vaticano II y su espíritu modernista. Así están las cosas].


Los hechos han demostrado -y siguen demostrando- con claridad meridiana, que esa idea de acercamiento al mundo, de "aggiornamento" y de modernización de la Iglesia, tal y como se llevó a la práctica dicho acercamiento (que es tal y como se entendió), ha producido y está produciendo efectos catastróficos en el seno de la Iglesia Católica.
Mi pregunta es: Si los frutos del Concilio Vaticano II son los que estamos viendo hoy en la Iglesia ... ¡y no son buenos frutos! ... ¿por qué se quiere "canonizar" este Concilio? ... Sencillamente, no logro entenderlo. O quizás sí. Pero la profundización en ese otro aspecto rebasa los límites de lo que nos hemos propuesto en este artículo.


(Continuará)

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Esto es el PP. Cifuentes multará las expresiones "vejatorias" contra los lobbies feministas y gay (Eulogio López)


En un nuevo artículo el director de Hispanidad, Eulogio López señala muy acertadamente cómo es el PP, en realidad ... porque es un hecho, avalado -y no desmentido- por la experiencia, que el PP no se diferencia, prácticamente en nada, ideológicamente hablando, del PSOE o de cualquier otro partido radical de izquierdas, como Podemos. Esto es bueno tenerlo en cuenta a la hora de votar; llegado el momento, se nos olvida.

Resulta que la tan cacareada democracia y la tan defendida libertad lo es sólo para algunos, hasta el punto de que llegará un momento (¡ya ha llegado!) en el que no se podrá opinar sobre determinados temas, so pena de ser multado y perseguido. 

Aquello de que la justicia es la misma para todos, como así debe de ser, se aplicará ahora de un modo muy sui generis. En realidad, se trata de más de lo mismo: la aplicación de la famosa ley del embudo, que parece ser intemporal, aunque cambie de nombre; ahora relativa a la libertad de las personas.

Si el que discrimina lo hace contra el colectivo gay será multado y penalizado porque estaría atentando contra el derecho de esas personas a manifestarse libremente en función de su identidad sexual. Tal discriminación será considerada como una incitación al odio y a la violencia, por razón de sexo, en aplicación del artículo 510 del Código Penal vigente desde Zapatero.

Si la discriminación tiene lugar contra la Religión católica (un ejemplo podría ser la blasfemia) entonces será considerada como un ejercicio propio de la libertad de expresión del blasfemo, que es lo que caracteriza a una democracia. Recuérdese el famoso caso de la revista Charlie Hebdo, del que ya se ha hablado en este blog (aquí y aquí) ... No lo acabo de entender muy bien, la verdad. Curioso enfoque éste de la lógica: según quien sea el que robe estará bien o estará muy mal ... ¿Bueno? Así nos va ... ¡en todo!

Cristina Cifuentes
La ‘choni’ del PP, a la sazón presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (en la imagen) impondrá sanciones administrativas de hasta 45.000 euros (el doble del salario medio anual español) para “proteger al colectivo gay” y al lobby feminista.

Su celo es de tal furor que no tolerará el “uso de expresiones vejatorias” contra mujeres y homosexuales. ¿No es hermoso?

Considerando que los del orgullo gay y las de la ideología de género tienen la piel muy fina, lo que busca Cifuentes es, simplemente, impedir toda crítica, por muy respetuosa que sea, respecto al feminismo radical y respecto a la homosexualidad. Bajo amenaza de multa, naturalmente. Y por la fuerza. Claro está. Es decir, Cifuentes resucita la censura.

Aunque la presidenta de la Comunidad de Madrid tiene pocas ideas pero extraordinariamente confusas. De hecho, la censura de Cifuentes no supone ninguna originalidad: bebe de la fuente del artículo 510 del Código Penal vigente, obra de Zapatero, corregido y ampliado por Rajoy, que condena, con penas de cárcel de hasta cuatro años, cualquier crítica (incitación al odio y a la violencia, le llaman) por razón de sexo, raza o religión.

Pero no se apuren que Cifuentes no se plantea sancionar al blasfemo: a fin de cuentas la blasfemia sólo resulta vejatoria para los católicos. Y la choni del PP es cristófoba y abortera

[De hecho, toda la cúpula del PP festeja el "matrimonio" homosexual]

Por cierto, Madrid no hace más que seguir la estela de Andalucía y Extremadura y, sobre todo, el espíritu del 510: ella no puede encarcelar -ya le gustaría- pero sí puede vaciar el bolsillo de todo aquel que pretenda ser políticamente incorrecto.

Al final no podremos abrir la boca, gracias a la muy democrática Cifuentes.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com

martes, 22 de septiembre de 2015

La santa ira (Manuel de Prada)


veces recibo reconvenciones de hipócritas que reprochan mis palabras gruesas e injuriosas, mis intemperancias y raptos coléricos; aunque, más frecuentemente, los hipócritas, en lugar de decírmelo a la cara, se dirigen a quien puede hacerme más daño. Es cierto que a veces deslizo expresiones agrias en mis artículos; pero siempre van dirigidas contra iniquidades que claman al cielo, o contra los canallas que las conciben y ejecutan, por lo que mucho más escandaloso sería callar. Pero el hipócrita, bajo sus modales suavones y sus afectaciones pazguatas, es siempre un monstruo de iniquidad que desea que las iniquidades queden impunes. Mucho me repugnan los reproches de los hipócritas; pero mucho más todavía me repugna que, para reconvenirme, me digan melifluamente que es «muy poco cristiano» adoptar actitudes arriscadas, porque lo que Jesús deseaba es que fuésemos mansos y pusiésemos la otra mejilla.

Tal sonsonete se funda, naturalmente, en una imagen totalmente tergiversada de Cristo, que cuando exhortaba a la mansedumbre no nos estaba pidiendo que fuésemos unos eunucos con horchata en las venas, ni unos pánfilos miramelindos, ni unos moderaditos inofensivos, sino personas que acatan dócilmente la voluntad divina. Tampoco cuando emplea la imagen retórica de poner la otra mejilla nos está pidiendo Cristo que nos convirtamos en unos seres pasivos que se dejan vapulear por sus agresores, sino que nos recuerda que Dios está con quien recibe una agresión por su causa; y que debemos hacérselo ver al agresor, para que entienda que el daño de su bofetada es ínfimo, comparado con el beneficio de la caricia divina. Que Jesús fue misericordioso y compasivo ante las debilidades del prójimo es algo que está fuera de toda duda; pero que fuese ese ser almibarado y merengosín que pretenden ciertos hipócritas, una especie de paladín del pacifismo más bobalicón y soplagaitas, es falso de toda falsedad. Jesucristo fue el Cordero de Dios, pero también el León de Judá; y de sus rugidos y zarpazos están llenos los Evangelios, que basta leer para que este falso Jesucristo de pitiminí que los hipócritas han construido se derrumbe ante nuestros ojos. Cuando leemos los Evangelios descubrimos, por ejemplo, que Jesús empleaba palabras consoladoras para sanar a los afligidos; pero descubrimos que también empleaba silencios enigmáticos, respuestas irónicas, parábolas terribles, discursos airados y hasta arrebatos coléricos. Jesús, en fin, nada tiene que ver con un predicador capón y melifluo que sonríe condescendiente ante las travesuras de los hombres, a los que mira con plácida benignidad; por el contrario, se revuelve viril y enojado contra los hombres cuando los sorprende en falta, los maldice e increpa con palabras acres, los reprende sin paños calientes y, llegado el caso, se lía a zurriagazos con ellos.

Esta santa ira nos sobrecoge a veces por su ferocidad; pero nos sobrecoge todavía más porque estalla cuando menos lo esperamos. Así, por ejemplo, en el Cenáculo, cuando Pedro se pone suavón y pazguato y lo invita a rehuir la Pasión, Jesús le lanza un anatema brutal (sobre todo teniendo en cuenta que antes lo ha elegido su vicario en la Tierra): «Apártate de mí, Satanás». No tiene empacho Jesús en llorar amorosamente sobre la ciudad que está a punto de inmolarlo; pero tampoco tiene empacho en profetizar que Cafarnaum y Betsaida padecerán mayor condena que Sodoma. A la higuera estéril la maldice, aunque como el mismo evangelista reconoce «no era tiempo de higos». A los mercaderes que se habían instalado en el atrio del templo los expulsa sin miramientos, armado de un látigo. Y a los fariseos les lanza una portentosa filípica, sin recatarse de acribillarlos con las palabras más gruesas e injuriosas: «Raza de víboras, sepulcros blanqueados», etcétera.

Y, en fin, no encontramos en toda la predicación de Cristo ninguno de los tópicos habituales a favor de la paz que tanto gustan de atribuirle los hipócritas. No hallamos en sus palabras ninguna execración de la guerra; y hasta llegó a cultivar cierta amistad con algunos soldados romanos. La paz que repartía a manos llenas entre sus seguidores nada tiene que ver con la paz del mundo, sino con la paz del alma, que se llena de la fragancia de los nardos cuando Dios anida dentro de ella. Y, en fin, Jesús nos advierte sin ambages que no ha venido a traer la paz, sino la espada, y a revolver al hijo contra el padre y a la nuera contra la suegra. Nada más natural, pues, para afrontar tales batallas, que armarse de santa ira. El León de Judá nunca dejó de mostrarse airado ante quienes lo merecían; y reservó sus iras mayores para los bellacos hipócritas.


Juan Manuel de Prada

viernes, 18 de septiembre de 2015

MEDJUGORJE y el SÍNODO (Eulogio López)


En este artículo, Eulogio López, el director de Hispanidad, señala algunas razones por las que se está dilatando en el Vaticano la aceptación del carácter sobrenatural de las apariciones de la Virgen en Medjugorge

Comienza haciendo una serie de consideraciones; y luego se explaya comentándolas. Éstas son las consideraciones:

- Rumores entre los vaticanólogos sobre una decisión inminente… en contra de que minusvalorará las apariciones.

- Lo que denigraría a los millones de católicos que consideran las apariciones marianas en Bosnia como parte de sus vidas.

- ¿Es posible negar los prodigios de Medjugorje?

- ¿Y el hecho, mucho más relevante, de que se haya convertido en la capital mundial de la conversión y la confesión?

Y éste es el artículo:


Si lo que aparece en este blog es cierto es como para echarse a temblar. Como dice la canción, estaríamos “tocando fondo”, pero me temo que la información tiene lógica. Lo cual no significa que sea cierta (hay muchos argumentos tan lógicos como falsos) pero…

Hispanidad publicó en su día que la Iglesia había aprobado las apariciones de la Virgen María en Medjugorje. ¿Por qué lo hicimos? Pues porque teníamos información de la Comisión vaticana que analizaba el asunto y, como muchos otros periodistas, sabíamos que la Comisión presidida por el cardenal Camillo Ruini concluía en la línea de lo que piensan todos los que han visitado la aldea de Bosnia-Herzegovina así como otros muchos que no la han visitado: que por sus frutos los conoceréis y que Medjugorje se ha convertido en la capital mundial de la confesión y la conversión. Con dos excepciones: una de ellas la del Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.

Y otra cosa más: que los prodigios -no se me ocurre otro nombre- que ocurren y se ven en Medjugorje no son ni pueden ser un truco.

Por si fuera poco, varios de los miembros de la susodicha Comisión Ruini concedieron entrevistas en las que sólo les bastaba gritar ¡Viva Medjugorje! ... No es para menos. Como me decía un sacerdote veteranísimo, que se pasaba un mes de verano en Herzegovina:  Confieso diez horas diarias y lo que he visto allí no lo he visto en ningún sitio.

Vamos, con el relato de la cuestión “Medjugorje sí, Medjugorje no”, Benedicto XVI creó en 2010 la precitada Comisión para analizar el fraude o la sobrenaturalidad de las apariciones marianas de Medjugorje, que se iniciaron en 1981. La creación de esa Comisión vaticana sólo puede entenderse como una desautorización en toda regla de los obispos de Mostar, siempre en contra de Medjugorje, como los de Santander se empecinaron en contra de Garabandal. Recuerden que, cuando de hechos sobrenaturales hablamos, es el ordinario del lugar el que tiene la primera palabra. Ocurre que, como San Juan Pablo II y Benedicto XVI sí creían en la sobrenaturalidad de Medjugorje, y como los videntes fueron fieles, la pequeña localidad de Herzegovina se convirtió en la capital mundial del cambio, de la verdadera Reforma en la Iglesia. Y entonces Benedicto XVI decidió formar la Comisión, harto de la oposición del Obispado de Mostar.

Total: la Comisión termina sus trabajos -hace dos años- y se lo reenvía al Papa Francisco, previo paso por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la fe, dirigida por la casi única oposición, dentro de la Comisión, del cardenal Gerhard Ludwig Müller.

Es ahí cuando Hispanidad publica lo que publica. Pero tan sólo 24 horas después, sucede algo curioso. Atención, que el camino es largo: uno de los videntes, Iván Dragicevic, viaja, una vez más, a Estados Unidos, para dirigirse a los fieles. Pues bien: el nuncio de su Santidad en Estados Unidos prohíbe que se le acoja en parroquia alguna, le enmudece. ¿Y qué es un testigo sin un mensaje? Y, ojo, el nuncio evoca como autoridad para su tajante decisión, al prefecto Müller.

A partir de ahí, urbi et orbe, Medjugorje pasa a ser objeto de sospecha. El cardenal Madariaga, miembro del G-8 y muy próximo al Papa, no acude a la conmemoración anual centroamericana de Medjugorje, a pesar de ser un habitual, y algunas diócesis incluso prohíben viajar allá, contraviniendo así la ordenanza de Pablo VI tras Garabandal: no se necesita permiso alguno de la autoridad eclesiástica para peregrinar a un lugar de oración y apariciones, independientemente de lo que la Iglesia haya dictaminado sobre ello. En plata, que los católicos han hecho caso a Pablo VI y no a esos obispados (muy minoritarios ciertamente).

Y la guinda: el propio Papa Francisco dice, días después, lo siguiente: “Hijos míos, la Virgen es nuestra madre y nos quiere pero no es una estafeta de correos para estar emitiendo mensajes todo el día”.

Pero como resulta que negar la sobrenaturalidad de Medjugorje sería muy fuerte, habida cuenta de los millones de personas que rezan a la ‘Gospa’, y para los que Medjugorje significa mucho en sus vidas, la resolución final se está dilatando. Durante su reciente viaje a Sarajevo el Papa Francisco respondió a una pregunta sobre su decisión acerca de las apariciones con escaso entusiasmo y aludiendo a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, que en breve remitirá el informe.

Pues eso, cuidado, porque censurar a la Virgen nunca sale gratis. En estos momentos cruciales nos puede salir muy caro.

Dicho de otra forma, estamos en vísperas de la segunda parte del Foro (perdón, Sínodo) de la Familia y en vísperas de la decisión sobre la sobrenaturalidad o estafa de Medjugorje. Es decir en vísperas de los dos aspectos donde nos lo jugamos todo: la Eucaristía y Nuestra Señora .


Eulogio López
eulogio@hispanidad.com

jueves, 17 de septiembre de 2015

Buenos Aires desemboca en el Tíber, pasando por el Rhin (Fray Gerundio)


Ya está claro. La publicación de la lista de participantes en el inminente Sínodo, junto a las decisiones y posiciones (posicionamientos, se dice ahora) de las últimas semanas, deja bien clarito cuáles son las posturas y los intereses que se mueven bajo el subsuelo pontifical. Se me ocurre que esto es como una receta de cocina para hacer un emparedado: el matrimonio asado y carbonizado a fuego-express y previamente adobado para que todo salga bien. O sea, mal.


¿Que hay una línea de Obispos que ya el pasado año protestaron y votaron en contra de ciertos planteamientos? ..., pues el Papa, por voluntad propia, decide que aun así los dichos planteamientos irán al Sínodo Final.

¿Que hay un buen número de Obispos que se niegan a claudicar ante las proposiciones kasperitas? ..., pues
se elige cuidadosamente a los participantes.

¿Que entre los participantes obligados hay algunos que pueden salir por peteneras y negarse a firmar cualquier disparate? ..., pues
se llama a nuevos participantes, nepotes de nuevo cuño, para contrarestar a los carcas.

¿Que hay dificultad para conseguir ciertas conclusiones? ..., pues
se motuproprian unas semanas antes algunas conclusiones, que embarren el tema y que preparen la barbacoa final.

¿Que el Sínodo es una asamblea que demuestra que en la Iglesia hay colegialidad y todo eso? ..., pues
se aparenta colegialidad al tiempo que se implanta la dictadura del real decreto.

El caso es que
el Sínodo ya está en la calle, en los bares y en las revistas. Ya están decididas las conclusiones en el imaginario colectivo. Y ya se canta la victoria final antes de su celebración. Las televisiones que tanto aclaman al papa Francisco, ya entonan cánticos de alabanza: Saúl mató a mil y David a diez mil, decía el texto del libro de los Reyes. 

Si en los años anteriores se popularizaron las anulaciones, ahora se requetepopularizan, se repentinizan y se hacen gratuitas. Se expressan. Se hacen express.

Y además, el Obispo mismo discierne sobre ellas. Bastará irse a Buenos Aires, a Chicago, a Munich, a Tegucigalpa o a Madrid, para que los Prelados más conocidos por su misericordia pastoral, concedan de inmediato el portazo sentimental al sacramento que se recibió cuando los dos anulantes (antes contrayentes) se querían, y no habían tenido que empezar a soportarse. Hasta que cualquier cosilla nos separe.

Creo que este es el resultado de los nuevos sistemas de organización, comunicación, manipulación y presión. Por eso, si en el Conclio Vaticano II el Rhin desembocaba en el Tiber, según el título del conocido y sustancioso libro [este libro puede verse y guardarse, si se quiere, para leerlo con tranquilidad, haciendo clic aquí] ahora es Buenos Aires el que, pasando por el Rhin y recogiendo por allí a todo el kasperitado, desemboca en el Tíber. 

Y el que se mueva, no sale en la foto. A Burke ni mentarlo, para que ni se le ocurra aparecer por el Sínodo. No sé si le mandarán a bendecir un palomar en Calcuta. Y a Schneider le han puesto a vender palomitas de maiz en Tokio. Y a Caffarra (que sí asiste al bendito Sínodo) le han puesto un guardia suizo de vigilante, para darle con la pica si intenta abrir la boca. Lo mismo que en otros tiempos hicieron con el micrófono del cardenal Ottaviani, aunque ahora es mucho más fácil con los nuevos sistemasY es precisamente con los nuevos sistemas como se conseguirá el efecto deseado

Se mantendrá la “doctrina” oficial, mientras se dará carta de naturaleza a la misericordia pastoral (algo también muy del Rhin), mediante la cual, cualquier director espiritual bien formado, misericordioso, comprensivo y que nunca en su vida haya estudiado a Santo Tomás de Aquino (porque en caso contrario no estaría bien formado), pueda dirimir que se pueda acercar a la comunión un divorciado, un trans, un tal y un cual. Porque ya se dijo en su día en Santa Marta que la comunión no es un premio. Venid a Mí los que estais amancebados, que Yo os aliviaré, según reza la nueva lectura del evangelio.

Sólo les faltaría entonar el
No nos moverán o el No pasarán, ante las cámaras de televisión para que todo encaje perfectamente con un monólogo de izquierdas. Porque esto va a ser precisamente eso: un monólogo de izquierdas.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

La nulidad matrimonial: prohibido llamarle divorcio ... Pero, ¡cuánto se le asemeja! (Sandro Magister)


Un artículo de Sandro Magister acerca de la nulidad en los matrimonios, muy claro en la exposición de sus ideas y, al mismo tiempo, muy preocupante.


[chiesa.espresso.repubblica.it] La reforma de los procesos matrimoniales deseada por el Papa Francisco multiplicará las sentencias de nulidad, que pasarán de ser unas miles a muchos millones. Con la posibilidad de que se obtengan también en solo 45 días. El sínodo sobre la familia se abrirá en octubre con decisiones ya tomadaspor Sandro Magister

ROMA, 15 de septiembre de 2015 – A medida que pasan los días es cada vez más evidente el alcance revolucionario de los dos motu proprio publicados el 8 de septiembre por el Papa Francisco -el segundo es para las Iglesias católicas de rito oriental- sobre la reforma de los procesos de nulidad matrimonial: 
“Mitis Iudex Dominus Iesus”

El propio Papa, al principio del documento, indica el motivo de la reforma:  “El enorme número de fieles que, deseando responder a su propia conciencia, son a menudo disuadidos por las estructuras jurídicas de la Iglesia”.

En la presentación oficial de los motu proprio, el presidente de la comisión que ha elaborado la reforma, monseñor Pío Vito Pinto, decano de la Rota Romana, ha transformado el motivo en una meta:

“Pasar del restringido número de pocos miles de nulidades a la enorme cantidad de personas infelices que podrían tener la declaración de nulidad pero que no la obtienen a causa del sistema vigente”.

Hace tiempo ya que Francisco está más que convencido de que al menos la mitad de los matrimonios celebrados en la iglesia en todo el mundo son nulos. Lo dijo en la rueda de prensa del 28 de julio de 2013 celebrada en el avión de vuelta de Río de Janeiro. Y se lo volvió a decir al cardenal Walter Kasper, como dio a conocer éste en la entrevista a “Commonweal” del 7 de mayo de 2014.

Por lo tanto, también estos fieles insatisfechos que esperan ver reconocida la nulidad de su matrimonio forman parte, según la visión de Francisco expresada por Pinto, de esos “pobres” que están en el centro de su pontificado. Millones y millones de “infelices” en espera de un auxilio que se les debe.

El objetivo de la reforma procesal deseada por Jorge Mario Bergoglio es precisamente éste: permitir a las enormes muchedumbres el acceso fácil, rápido y gratuito al reconocimiento de nulidad de sus matrimonios. El sínodo del pasado octubre (véase el párrafo 48 de la “Relatio” final) se había expresado genéricamente a favor de mejorar los procesos. Pero un número importante de padres sinodales se había pronunciado contrario a una u otra de las reformas propuestas por las distintas partes que, en cambio, son precisamente las que están ahora en los motu proprio.

EL PROCESO ORDINARIO

Los tipos de proceso matrimonial que emergen de la reforma son principalmente dos: uno es el ordinario y el otro -el novísimo- es el llamado “más breve”.

En el proceso ordinario la novedad principal es la abolición de la obligatoriedad de la doble sentencia de nulidad. Con una sola bastará, como ya se había permitido de manera experimental entre el 1971 y el 1983 a los tribunales eclesiásticos de los Estados Unidos, si bien después hubo que revocar dicha concesión a causa de la gran cantidad de nulidades concedidas por los tribunales y la mala fama de “divorcio católico” que de ello se derivaba.

Una única sentencia, sin apelación, implica reducir la duración de un proceso ordinario a solo un año.

Además, se deberán erigir tribunales eclesiásticos en cada una de las diócesis del mundo, también las más pequeñas y remotas, objetivo aún muy lejano para la Iglesia católica hodierna a causa, principalmente, de la falta de eclesiásticos y laicos expertos en derecho canónico.

Hay también una ulterior innovación aún más importante, expresada en el nuevo canon 1678 § 1 que sustituirá el correspondiente canon 1536 § 2 del vigente código de derecho canónico.

Mientras que en el canon a punto de desaparecer “no se les puede atribuir fuerza de prueba plena” a las declaraciones de las partes a no ser que “otros elementos las corroboren totalmente”, en el nuevo canon “las declaraciones de las partes pueden tener valor de prueba plena” y serán valoradas como tales por el juez “si no hay otros elementos que las confuten”.

Se divisa en esto una exaltación de la subjetividad de quien hace causa que bien se adhiere a lo dicho en la presentación oficial de los dos motu proprio tanto por monseñor Pinto como por el secretario de la comisión por él presidida, monseñor Alejandro W. Bunge, a propósito del “motivo esencial” que en su opinión impulsa a tantos católicos -en el futuro una “masa”- a dirigirse a los tribunales matrimoniales:

“La nulidad se solicita por motivos de conciencia. Por ejemplo, vivir los sacramentos de la Iglesia o perfeccionar un nuevo vínculo que, a diferencia del primero, es estable y feliz”.

Es por lo tanto fácil prever que la vieja controversia sobre la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar se quedará vacía de hecho, para ser sustituida por el recurso ilimitado y prácticamente infalible a la declaración de nulidad del primer matrimonio.

EL PROCESO “MÁS BREVE”

La mayor novedad de la reforma deseada por Francisco es el denominado proceso “más breve”.

Incluso podríamos decir brevísimo. Según los nuevos cánones puede empezar y acabar en el arco de tan solo 45 días, con el obispo del lugar como juez último. Y único.

El recurso a dicho procedimiento abreviado está permitido “en los casos en que la manifestada nulidad del matrimonio esté apoyada por argumentos claramente evidentes”.

Pero hay más. Vista la sobreabundante ejemplificación de circunstancias que pueden motivar este proceso, incluidas en el artículo 14 § 1 de las “Reglas procesales” adjuntas al motu proprio, podemos deducir que este tipo de proceso no sólo se permite, sino que se favorece.

Literalmente el artículo dice:

“Entre las circunstancias que permiten la discusión de la causa de nulidad del matrimonio por medio del proceso más breve […] se enumeran por ejemplo:

– esa falta de fe que puede generar la simulación del consentimiento o el error que determina la voluntad,

– la brevedad de la convivencia conyugal,

– el aborto procurado para impedir la procreación,

– la permanencia obstinada en una relación extraconyugal en el momento de la boda o en el periodo inmediatamente sucesivo,

– la ocultación dolosa de la esterilidad, de una enfermedad contagiosa grave, de hijos nacidos de una relación precedente o de haber estado en la cárcel,

que el motivo del matrimonio sea del todo ajeno a la vida conyugal o esté causado por el embarazo imprevisto de la mujer,

– que se ejerza violencia física para arrancar el consentimiento,

– la falta de uso de la razón verificada con documentos médicos, 


-   etc.”.

La lista asombra por su heterogeneidad: 


- Incluye circunstancias como ejercer violencia física para arrancar el consentimiento, efectiva causa de nulidad de un matrimonio. 

- Pero incluye otras, como la brevedad de la convivencia conyugal, que no pueden de ninguna manera sostener un pronunciamiento de nulidad. 

- E incluye otra, como la falta de fe, que aunque difícil de valorar, es evocada cada vez con mayor frecuencia como un nuevo y universal comodín para la nulidad

Sin embargo, estas circunstancias están enumeradas como equivalentes, añadiendo además un “etc.” final que induce a añadir otros ejemplos a voluntad.

Pero además de heterogénea, la lista resulta equívoca: 


- En sí misma, enumera circunstancias que sencillamente permitirían acceder al proceso “más breve”; pero es facilísimo que sea leída como una lista de casos que permiten obtener el reconocimiento de nulidad

- Muchas parejas han vivido alguna de las circunstancias indicadas -por ejemplo, un embarazo antes de la boda-, y es por lo tanto natural que en ellas surja la convicción de que si lo solicitan su matrimonio puede ser disuelto, dada también la presión que la Iglesia ejerce sugiriendo -precisamente ante la presencia de esas circunstancias- recurrir al proceso de nulidad, incluso al más rápido.

- En resumen, si a esto se añade que en cada diócesis deberá funcionar un servicio preliminar de asesoramiento que se ocuparía de dirigir hacia esta vía a quien sea considerado idóneo, el resultado previsible de un proceso “más breve” como éste, una vez empezado, sería el de una sentencia de nulidad


Es decir, según la opinión general, un divorcio, como el mismo Papa Francisco parece presagiar y temer allí donde escribe, en el proemio del motu proprio:

“No se me ha escapado el hecho de que un juicio abreviado puede poner en riesgo el principio de indisolubilidad del matrimonio”.

Y prosigue:

“Precisamente por esto he querido que en dicho proceso el propio obispo se constituya como juez, puesto que conforme a su oficio pastoral él es, con Pedro, el mayor garante de la unidad católica en la fe y en la disciplina”.

Monseñor Pinto, en la presentación oficial de la reforma, ha admitido sin embargo que “será difícil para un obispo con millones de fieles presidir personalmente la decisión de las nulidades de todos los fieles que lo soliciten”.

Como tampoco hay que olvidar que son pocos, poquísimos, los obispos con la competencia jurídica necesaria para hacer de jueces en dichos procesos.

COMO EN ORIENTE

Improvisada en menos de un año y deliberadamente publicada antes del sínodo sobre la familia del próximo mes de octubre, la revolución de los procesos matrimoniales decidida por el Papa Francisco es, por consiguiente, un coloso de frágil base, cuya puesta en marcha se prevé larga y dificultosa, pero que ya ha tenido efectos inmediatos en la opinión pública dentro y fuera de la Iglesia.

De estos efectos, el principal es la difundida convicción de que en la Iglesia católica ya han encontrado derecho de ciudadanía el divorcio y la bendición de las segundas nupcias.

En la presentación oficial de la reforma, monseñor Dimitrios Salachas, exarca apostólico de Atenas para los católicos griegos de rito bizantino, ha hecho notar esta otra novedad en los dos motu proprio:

“Por cuanto yo sé, es la primera vez que en un documento pontificio de índole jurídica se recurre al principio patrístico de misericordia pastoral, llamado ‘oikonomia’ en los orientales, para afrontar un problema como el de la declaración de nulidad del matrimonio”.

Evidentemente, el Papa Bergoglio tenía en mente también este enfoque cuando hace dos años, durante el vuelo de Río de Janeiro a Roma, dijo:

Los ortodoxos siguen la teología de la economía, como la llaman, y dan una segunda posibilidad de matrimonio, lo permiten. Creo que este problema debe estudiarse


Sandro Magister

martes, 15 de septiembre de 2015

NUEVAS ENTREVISTAS CON RELACIÓN AL SÍNODO (Padre Santiago Martín)


Además de la entrevista que le hizo el padre Santiago Martín al cardenal Ennio Antonelli y que fue publicado en este blog el 7 de septiembre, he encontrado otras dos nuevas entrevistas, ambas en video, realizadas también por el padre Santiago Martín, una que apareció el 8 de Septiembre a Juan Pérez-Soba, sacerdote de 51 años y doctor en Teología en matrimonio y familia por el Pontificio Instituto Juan Pablo II, de 24:29 minutos de duración:


Y otra, la tercera, especialmene importante, que he visto publicada hoy mismo, 15 de septiembre, al cardenal Raymon Leo Burke, de 67 años (norteamericano de Wisconsin), de menor duración que la anterior (13:12 minutos) y ciertamente muy interesante. La dejo también insertada aquí:



Ignoro si el padre Santiago Martín se ha propuesto realizar otras nuevas entrevistas sobre el tan discutido tema, con vistas al Sínodo de la Familia, de los divorciados y vueltos a casar. Procuraré informarme bien y si así ocurre, volveré a introducirlas en este blog para que puedan verlas y escucharlas directamente.

lunes, 14 de septiembre de 2015

La COPE y 13TV. El problema de los medios católicos


Un artículo de Eulogio López, director de Hispanidad, en el que se habla de la cobardía de la Conferencia Episcopal en contratar para sus medios Cope y 13TV a personas católicas, que piensen y actúen como tales. La situación a la que se está llegando en la Iglesia requiere, más que nunca, de personas que se tomen en serio su fe en Jesucristo y en su Iglesia [no la Iglesia modernista, sino la Iglesia de dos mil años de historia, la de siempre]. De lo contrario, que es lo que está pasando, la confusión está servida. ¡Y no tendría por qué ser así!




Carlos Herrera, la nueva estrella de la COPE, felicitó a Javier Maroto (no el de la moto) por su homomonio. Todos estamos felices y contentos de que Maroto, no el de la moto, sino el vicesecretario general del PP, contraiga nupcias con su novio.

Pues mire usted: un medio católico, propiedad de los obispos, debe tratar con todo afecto, más que mero respeto, al señor Maroto, pero no puede alegrarse de lo que es una ofensa a Dios, una más. Es como si un judío felicitase a un amigo por poner en marcha una granja de cerdos. O como si un musulmán ofreciera sus parabienes al vecino por abrir un cabaret. Y lo de Herrera puede resultar sólo una anécdota, pero asaz ilustrativa.

Pasando de las musas al teatro: COPE y 13TV son los dos medios propiedad de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Ambos nacieron, supuestamente, para evangelizar. Parce claro que no lo hacen. ¿Por qué? ¿No es posible un medio de información católico? Claro que lo es. Otra cosa es su dimensión. Pero siempre ocurre lo mismo: fichan a no católicos o a cristianos tibios o, simplemente, indiferentes. Desde luego, esos periodistas no llamarán a degollar al obispopero a mí me sigue sabiendo a lo del viejo chiste: lo mejor es que el puticlub del pueblo sea propiedad del párroco para, de esta forma, cerrar el local en domingo y fiestas de guardar.

¿Llenar las redacciones católicas de católicos es sectarismo? No, es coherencia. De hecho, deberían ser aquellos a los que nada les dice Cristo los que se plantearan qué pintan trabajando para un ideario que detestan, manipulan o ignoran. Pero ninguno, ni periodistas ni directivos, se marchan por esta razón. Antes al contrario, su actitud es altanera. No están dispuestos a cambiar ni a dejar de cobrar de los curas, pero exigen que sea la Iglesia quien se acomode a sus profundos principios. Conozco a un directivo de uno de estos dos medios que es una especie de blasfemia continuada, que ya no parece atentar contra Dios sino contra el buen gusto, debido a que la gente suele tener conciencia, pero también estómago. Y encima su gestión está resultando un desastre. Pero ya ven: ahí sigue. Es decir, estos jetas aseguran que la que debe cambiar es la COPE o 13TV, es decir, la Iglesia. Y estoy hablando del presente, no de Federico Jiménez Losantos en su tiempos de santón laico de la cadena de los obispos.

¿Y si un medio propiedad de la jerarquía no está dedicado a evangelizar, que es su función primordial? Pues se vende a un ‘laico’. Porque si el primer objetivo de COPE y 13TV no es el apostolado a través del periodismo, sino conseguir un beneficio entonces la Iglesia no debe montar medios -negocio asaz complicado- si no una fábrica de embutidos, que ofrece márgenes más generosos.

El problema de COPE y 13TV es este: que les faltan gestores y periodistas católicos. En su actual configuración constituyen una verdadera impostura.

Definición de medio católico: aquel hasta en el cual hasta el bedel es católico. ¿Por sectarismo? No, porque el primer mandamiento de la comunicación cristiana y de la evangelización y el apostolado es éste. Nadie da lo que no tiene. Junto a ello, lo de siempre. Y así COPE y 13TV no son medios católicos, son medios del PP. Créanme: no es lo mismo. Y lo más curioso es que en el PP ya saben cómo paga las traiciones: con otra traición.

Y así hemos llegado a donde llegamos: no es ya que en la COPE y en 13TV a los periodistas cristianos haya que buscarlos con lupa, es que en sus redacciones está mal visto ejercer de cristiano. No hace intelectual. Por no hablar de los cristófobos que se han ido infiltrando en ambos medios, especialmente feministas y homosexualistas y lo peor: la progresía clerical. Pero el principal problema está en los tibios.

En cuanto a los gestores… me temo que algunos de ellos, he dicho algunos, se han dedicado al saqueo. Total: pagan los curas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com

sábado, 12 de septiembre de 2015

Se inflige una herida al matrimonio cristiano

(Artículo de Roberto de Mattei, tomado de Adelante la Fe)


Los dos motu propio del papa Francisco, Mitis iudex Domins Iesus para la Iglesia latina y Mitis et misericors Jesu para las iglesias orientales, publicados el 8 de septiembre de 2015, infligen una grave herida al matrimonio cristiano.

La indisolubilidad del matrimonio es una ley divina e inmodificable, instituida por Jesucristo. La Iglesia no puede anular, en el sentido de disolver, un matrimonio. Lo que sí puede hacer es, mediante una declaración de nulidad, verificar la inexistencia de la unión por falta de los requisitos que garantizan la validez. Eso significa que en un proceso católico la prioridad de la Iglesia no es el interés de los cónyuges de obtener la declaración de nulidad, sino la verdad en cuanto a la validez del vínculo matrimonial.

Pío XII nos recuerda, en este sentido, que «en el proceso matrimonial el fin único es un juicio conforme a la verdad y al derecho en el proceso de nulidad sobre la pretendida inexistencia del vínculo conyugal» (Alocución a la Rota Romana, 2 de octubre de 1944). 

Un fiel puede engañar a la Iglesia para obtener la nulidad, por ejemplo mediante declaraciones falsas, pero la Iglesia no puede engañar a Dios, y tiene el deber claro y riguroso de verificar la verdad.

Lo que hay que defender, por encima de todo, en el proceso canónico es el supremo interés de una institución divina como el matrimonio. El reconocimiento y la protección de esta realidad se formulan en el ámbito jurídico con la expresión sintética favor matrimonii, es decir, la presunción -hasta que se demuestre lo contrario- de la validez del matrimonio

Juan Pablo II explicó claramente que la indisolubilidad es presentada por el Magisterio como la ley ordinaria de todo matrimonio celebrado, precisamente porque se presupone su validez, independientemente del éxito de la vida conyugal y de la posibilidad de que, en ciertos casos, se diera una declaración de nulidad (Discurso a la Rota Romana, 21 de enero de 2000).

Cuando el Iluminismo intentó asestar un golpe mortal al matrimonio cristiano, Benedicto XIV, mediante el decreto Dei miseratione del 3 de noviembre de 1741, ordenó que en toda diócesis se nombrara un defensor vinculi. Decretó además, para obtener la declaración de nulidad, el principio de la necesaria conformidad de la sentencia en dos niveles de juicio. 

El principio de la doble sentencia conforme fue consagrado por el Código de Derecho Canónico de 1917 y se incluyó en en la nueva codificación promulgada por Juan Pablo II el 25 de enero de 1983. En el motu proprio del papa Francisco se invierte la perspectiva: El interés de los cónyuges prima sobre el del matrimonio. El propio documento lo afirma, reasumiendo en estos puntos los criterios fundamentales de la reforma: 

-Abolición de la doble sentencia de conformidad, que es sustituida por una sola sentencia a favor de la nulidad ejecutiva; se otorga la atribución de una potestad monocrática al obispo, calificado como único juez; y se introduce un proceso breve, y de hecho incontrolable, con desautorización sustancial del Tribunal de la Rota para pronunciar su dictamen¿De qué otra forma se puede interpretar, por ejemplo, la abolición de la doble sentencia? ¿Cuáles son los graves motivos por los cuales, después de 270 años, se abroga este principio? 

El cardenal Burke ha recordado que existe una experiencia catastrófica en este sentido. En Estados Unidos, entre julio de  1971 y noviembre de 1983, entraron en vigor las llamadas normas provisionales, que eliminaron -de hecho- la obligatoriedad de la doble sentencia de conformidad. El resultado fue que la Conferencia Episcopal no negó una sola solicitud de dispensa entre los centenares de miles recibidas, y para el sentir general de la gente el proceso llegó a ser conocido como “el divorcio católico” (Permanecer en la verdad de Cristo. Matrimonio y comunión en la Iglesia Católica, Ediciones Cristiandad, 2014).

Más grave aún es otorgar al obispo diocesano, como juez único, la facultad de instruir a su discreción un proceso breve y dictar sentencia: 
El obispo puede ejercitar personalmente su potestad jurisdiccional o delegarla en una comisión, que no estará compuesta necesariamente de juristas. Una comisión formada a su imagen que seguirá, naturalmente, sus indicaciones pastorales, como ya sucedió con los “centros diocesanos de escucha” privados hasta hoy de competencia jurídica. Este revoltijo del canon 1683 con el artículo 14 en cuanto a las reglas de procedimiento tiene un alcance explosivo en este sentido. 


Sobre las decisiones pesarán inevitablemente consideraciones de naturaleza sociológica: los divorciados vueltos a casar tendrán, por razones de misericordia, una vía preferente. «La Iglesia de la misericordia –señala Giuliano Ferrara– ha arrancado a correr» (Il Foglio, 9 de septiembre de 2015). Se corre por una vía no administrativa, sino judicial, en la que queda muy poco de judicial.

En algunas diócesis, los obispos intentarán tomar medidas que garanticen la seriedad del procedimiento, pero es fácil imaginar que en muchas otras –por ejemplo, las de Centroeuropa– obtener la declaración de nulidad será un mero trámite. 

En 1993 Oskar Saier, arzobispo de Friburgo de Brisgovia, Karl Lehman, obispo de Maguncia, y Kasper, obispo de Rotemburgo-Stuttgart, redactaron un documento a favor de quienes estuvieran seguros en su conciencia de la nulidad de su matrimonio pero no dispusieran de los elementos para probarlo en los tribunales (Obispos del Alto Rhin, Acompañamiento pastoral de los divorciados, Il Regno Documenti, 38 (1993), pp. 613-622). La Congregación para la Doctrina de la Fe respondió con la carta Annus Internationalis Familiae del 14 de septiembre de 1994, afirmando que esa vía no era posible porque el matrimonio es una realidad pública: «No reconocer este aspecto significaría negar que el matrimonio existe como una realidad eclesial, o sea como sacramento». 

Pero hace poco la Diócesis de Friburgo volvió a proponerlo (Orientaciones para la pastoral de los divorciados, Il Regno Documenti, 58 (2013), pp. 631-639). Según dicha propuesta, los divorciados vueltos a casar de resultas de la nulidad de conciencia del matrimonio anterior podrían recibir los sacramentos y obtener cargos en los consejos parroquiales.

El favor matrimonii queda sustituido por el favor nullitatis, que viene a constituir el elemento primario del derecho, mientras que la indisolubilidad es reducida a un ideal impracticable. 

La afirmación teórica de la indisolubilidad del matrimonio acompaña de hecho en la práctica al derecho a la declaración de nulidad de todo vínculo fallido. Bastará, en conciencia, considerar inválido el propio matrimonio para que la Iglesia lo declare nulo. Es el mismo principio por el que algunos teólogos consideran muerto un matrimonio en el que, uno de los cónyuges o ambos, afirma que “su amor ha muerto”.

El 29 de enero de 2010 Benedicto XVI exhortó al Tribunal de la Rota a no ser indulgentes en los procesos de nulidad para «condescender a los deseos y expectativas de las partes, o a los condicionamientos del ambiente social». 

Ello no obstante, en las diócesis de Centroeuropa la declaración de nulidad se convertirá en un simple trámite, como sucedió ya en Estados Unidos cuando las normas provisionales. Según la conocida ley que establece que la moneda falsa hace desaparecer la de curso legal, en el caos consiguiente el “divorcio exprés” está destinado a prevalecer sobre el matrimonio indisoluble.

Desde hace más de un año se habla de un cisma latente en la Iglesia, pero ahora lo dice el cardenal Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe que,  en un discurso pronunciado en Ratisbona, ha recordado el riesgo de ruptura en la Iglesia, invitando a adoptar una actitud mucho más vigilante y a no olvidar la lección del cisma protestante que incendió Europa hace cinco siglos.

En vísperas del Sínodo sobre la familia del próximo octubre, esta reforma del papa Francisco no apaga ninguna incendio. Al contrario, lo propaga y allana el camino para introducir innovaciones desastrosas. Ya no es posible callar.

Roberto de Mattei


[Roberto de Mattei enseña Historia Moderna e Historia del Cristianismo en la Universidad Europea de Roma, en la que dirige el área de Ciencias Históricas. Es Presidente de la “Fondazione Lepanto” (http://www.fondazionelepanto.org/); miembro de los Consejos Directivos del “Instituto Histórico Italiano para la Edad Moderna y Contemporánea” y de la “Sociedad Geográfica Italiana”. 

De 2003 a 2011 ha ocupado el cargo de vice-Presidente del “Consejo Nacional de Investigaciones” italiano, con delegación para las áreas de Ciencias Humanas. Entre 2002 y 2006 fue Consejero para los asuntos internacionales del Gobierno de Italia. Y, entre 2005 y 2011, fue también miembro del “Board of Guarantees della Italian Academy” de la Columbia University de Nueva York. Dirige las revistas “Radici Cristiane” (http://www.radicicristiane.it/) y “Nova Historia”, y la Agencia de Información “Corrispondenza Romana” (http://www.corrispondenzaromana.it/). 

Es autor de muchas obras traducidas a varios idiomas, entre las que recordamos las últimas: La dittatura del relativismo (traducido al portugués, polaco y francés), La Turchia in Europa. Beneficio o catastrofe? (traducido al inglés, alemán y polaco), Il Concilio Vaticano II. Una storia mai scritta (traducido al alemán, portugués y próximamente también al español) y Apologia della tradizione.]