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domingo, 16 de octubre de 2016

En Roma sí, en Florencia no. He aquí cómo "Amoris laetitia" divide a la Iglesia (Sandro Magister)



ROMA, 14 de octubre de 2016El papa Francisco dijo claramente desde los primeros lineamientos de "Amoris laetitia" que "en la Iglesia es necesaria una unidad de doctrina y de praxis, pero ello no impide que subsistan diferentes maneras de interpretar algunos aspectos de la doctrina o algunas consecuencias que se derivan de ella".

En consecuencia, "en cada país o región se pueden buscar soluciones más inculturadas, atentas a las tradiciones y a los desafíos locales".

En efecto, esto es precisamente lo que sucede, a la vista de todos. En cada región, diócesis o parroquia cada uno aplica "Amoris laetitia" como le parece.

- Por ejemplo en Roma, en la diócesis del Papa, el cardenal vicario Agostino Vallini ha establecido – con la aprobación de su superior directo – que los divorciados que se han vuelto a casar pueden recibir la comunión, autorizados por el confesor, aunque no vivan "en continencia", es decir, como hermano y hermana, "si esta opción es difícil de practicar para la estabilidad de la pareja":

> Buenos Aires y Roma. Para Francisco son las diócesis modelo


- Pero por el contrario, en Florencia no es así. El sábado 8 de octubre el cardenal Ennio Antonelli, ex presidente del Pontificio Consejo para la Familia y estimado especialista en la materia, dictó a los sacerdotes de la diócesis – en total acuerdo con el arzobispo del lugar, el cardenal Giuseppe Betori – los lineamientos para la interpretación y la aplicación de "Amoris laetitia" que están en perfecta continuidad con el magisterio perenne de la Iglesia, y en consecuencia no permiten la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar y que viven "more uxorio" [como esposo y esposa], salvo en un caso muy particular ya previsto por la teología moral clásica, es decir, el "difícil caso en el que se encontrara la falta temporaria de un claro propósito respecto a la continencia sexual".

Cómo se afronta y resuelve esta aparente excepción se lo verá en los lineamientos trazados por el cardenal, a los que se remite en líneas abajo, mediante el link correspondiente.

Pero antes hay que señalar que esta interpretación de "Amoris laetitia" Antonelli la propuso el jueves 13 de octubre también a los sacerdotes de la diócesis de Trieste. Y otro tanto hará en otras diócesis, en las próximas semanas.

No es la primera vez que el cardenal Antonelli toma posición públicamente sobre la crucial cuestión de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.

Lo ha hecho en el intervalo entre la primera y la segunda sesión del sínodo sobre la familia, a las que el papa Francisco se cuidó muy bien de invitarlo:

> Sínodo. El doble grito de alarma del cardenal Antonelli (12.6.2015)

Y lo hizo tres meses después de la publicación de la exhortación post-sinodal:

> "Amoris laetitia". Consejos mínimos para no extraviar el camino (6.7.2016)

En esa intervención suya a comienzos del verano, el cardenal Antonelli se declaró "a la espera de deseables indicaciones autorizadas" que aclararan los puntos oscuros de "Amoris laetitia", en primer lugar sobre el punto crucial de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.

Pero su espera y la de muchos no ha sido satisfecha, a pesar de los análogos pedidos hechos al Papa por numerosos obispos y cardenales de cada continente.

Esta ausencia de respuestas ha reforzado la convicción que los pasajes oscuros de "Amoris laetitia" son fruto de una voluntad deliberada de Francisco, y que él quiere que lo sigan siendo.

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También en esta nueva guía para la lectura de "Amoris laetitia"  [Instrucciones para los confesores, en el surco de la tradición católica] el cardenal Antonelli resalta la oscuridad de algunos pasajes.

Por ejemplo, allí donde lamenta que "lamentablemente 'Amoris laetitia' calla sobre las normas generales negativas", aquéllas que prohíben "en toda situación, sin excepción alguna", actos "desordenados en sí mismos, por su mismo contenido, entre ellos también las uniones de los divorciados que se han vuelto a casar y de otras parejas que conviven, […] como enseña con mucha autoridad, en el surco de la tradición católica, la encíclica 'Veritatis splendor' de san Juan Pablo II".

Este silenciocomenta el cardenal "puede facilitar la errada interpretación según la cual en ciertos casos estas uniones serían objetivamente lícitas, como un bien análogo al matrimonio, aunque incompleto".

El texto íntegro de estos lineamientos está alojado en cinco idiomas en la página web del Pontificium Consilium pro Familia, a disposición de todo aquél que lo quiera utilizar, en todo el mundo:

Haciendo clic en el color rojo, se puede leer en español. Los puntos cuarto y quinto de la exposición son los que más concentrados están en la cuestión de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.

Sandro Magister

La contrarreforma de Lutero (Profesor Alberto Bárcenas)


Duración 25:15 minutos

Santa Teresa de Jesús (15 de octubre) ¿Qué dijo esta Doctora de la Iglesia sobre los luteranos? (CATHOLICVS)

Fuente: CATHOLICVS


Un año después del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia, a cuya celebración el Papa Francisco se negó a asistir, con la peregrina excusa de que "no quería influir" en la Elecciones que se celebraban en España (¿?), y tan solo un par de días después de que éste recibiera en el Vaticano a un numeroso grupo de luteranos en el Aula Pablo VI, con el consiguiente revuelo y escándalo producido por la presencia de una escultura del heresiarca Martín Lutero durante el acto, como demuestran las fotografías publicadas ayer (ver aquí), nada más apropiado, en el día de su fiesta, que leer lo que la Santa castellana, y hoy políticamente incorrecta Doctora de la Iglesia, escribió sobre los luteranos:

CAPÍTULO 1 - DE LA CAUSA QUE ME MOVIÓ A HACER CON TANTA ESTRECHURA ESTE MONASTERIO

2. En este tiempo vinieron a mi noticia los daños de Francia y el estrago que habían hecho estos luteranos y cuánto iba en crecimiento esta desventurada secta(1)Dióme gran fatiga, y como si yo pudiera algo o fuera algo, lloraba con el Señor y le suplicaba remediase tanto mal. Parecíame que mil vidas pusiera yo para remedio de un alma de las muchas que allí se perdían. Y como me vi mujer y ruin e imposibilitada de aprovechar en lo que yo quisiera en el ser servicio del Señor, y toda mi ansia era, y aún es, que pues tiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que ésos fuesen buenos, determiné a hacer eso poquito que era en mí, que es seguir los consejos evangélicos con toda la perfección que yo pudiese y procurar que estas poquitas que están aquí hiciesen lo mismo, confiada en la gran bondad de Dios, que nunca falta de ayudar a quien por él se determina a dejarlo todo; y que siendo tales cuales yo las pintaba en mis deseos, entre sus virtudes no tendrían fuerza mis faltas, y podría yo contentar en algo al Señor, y que todas ocupadas en oración por los que son defendedores de la Iglesia y predicadores y letrados que la defienden, ayudásemos en lo que pudiésemos a este Señor mío, que tan apretado le traen(2) a los que ha hecho tanto bien, que parece le querrían tornar ahora ala cruz estos traidores y que no tuviese adonde reclinar la cabeza.

3. ¡Oh Redentor mío, que no puede mi corazón llegar aquí sin fatigarse mucho! ¿Qué es esto ahora de los cristianos? ¿Siempre han de ser los que más os deben los que os fatiguen? ¿A los que mejores obras hacéis, a los que escogéis para vuestros amigos, entre los que andáis y os comunicáis por los sacramentos? ¿No están hartos de los tormentos que por ellos habéis pasado?

4. Por cierto, Señor mío, no hace nada quien ahora se aparta del mundo. Pues a Vos os tienen tan poco ley, ¿qué esperamos nosotros? ¿Por ventura merecemos nosotros mejor nos la tengan? ¿por ventura hémosles hecho mejores obras para que nos guarden amistad? ¿qué es esto? ¿qué esperamos yo los que por la bondad del Señor estamos sin aquella roña pestilencial, que ya aquéllos son del demonio? Buen castigo han ganado por sus manos y bien han granjeado con sus deleites fuego eterno. ¡Allá se lo hayan!, aunque no me deja de quebrar el corazón ver tantas almas como se pierden. Mas del mal no tanto: querría no ver perder más cada día.

5. ¡Oh hermanas mías en Cristo! ayudadme a suplicar esto al Señor, que para eso os juntó aquí; éste es vuestro llamamiento, éstos han de ser vuestros negocios, éstos han de ser vuestros deseos, aquí vuestras lágrimas, éstas vuestras peticiones; no, hermanas mías, por negocios del mundo; que yo me río y aun me congojo de las cosas que aquí nos vienen a encargar supliquemos a Dios, de pedir a Su Majestad rentas y dineros, y algunas personas que querría yo suplicasen a Dios los repisasen todos. Ellos buena intención tienen y, en fin, se hace por ver su devoción, aunque tengo para mí que en estas cosas nunca me oye. Estáse ardiendo el mundo, quieren tornar a sentenciar a Cristo, como dicen, pues le levantan mil testimonios, quieren poner su Iglesia por el suelo, ¿y hemos de gastar tiempo en cosas que por ventura, si Dios se las diese, tendríamos un alma menos en el cielo? No, hermanas mías, no es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia.

6. Por cierto que, si no mirase a la flaqueza humana, que se consuela que las ayuden en todo (y) es bien si fuésemos algo, que holgaría se entendiese no son éstas las cosas que se han de suplicar a Dios con tanto cuidado.

CAPÍTULO 3 - PROSIGUE LO QUE EN EL PRIMERO COMENCÉ A TRATAR, Y PERSUADE A LAS HERMANAS A QUE SE OCUPEN SIEMPRE EN SUPLICAR A DIOS FAVOREZCA A LOS QUE TRABAJAN POR LA IGLESIA

1. Tornando a lo principal(3) para lo que el Señor nos juntó en esta casa y por lo que yo mucho deseo seamos algo para que contentemos a Su Majestad, digo que viendo tan grandes males que fuerzas humanas no bastan a atajar este fuego de estos herejes, con que(4) se ha pretendido hacer gente para si pudieran a fuerza de armas remediar tan gran mal y que va tan adelante, hame parecido es menester como cuando los enemigos en tiempo de guerra han corrido toda la tierra, y viéndose el Señor de ella apretado se recoge a una ciudad, que hace muy bien fortalecer, y desde allí acaece algunas veces dar en los contrarios y ser tales los que están en la ciudad, como es gente escogida, que pueden más ellos a solas que con muchos soldados, si eran cobardes, pudieron, y muchas veces se gana de esta manera victoria; al menos, aunque no se gane, no los vencen; porque, como no haya traidor, si no es por hambre, no los pueden ganar. Acá esta hambre no la puede haber que baste a que se rindan; a morir sí, mas no a quedar vencidos.

2. Mas ¿para qué he dicho esto? Para que entendáis, hermanas mías, que lo que hemos de pedir a Dios es que en este castillito que hay ya de buenos cristianos no se nos vaya ya ninguno con los contrarios, y a los capitanes de este castillo o ciudad, los haga muy aventajados en el camino del Señor, que son los predicadores y teólogos; y pues los más están en las religiones, que vayan muy adelante en su perfección y llamamiento, que es muy necesario; que ya, como tengo dicho(5)nos ha de valer el brazo eclesiástico y no el seglar. Y pues para lo uno ni lo otro no valemos nada para ayudar a nuestro Rey, procuremos ser tales que valgan nuestras oraciones para ayudar a estos siervos de Dios, que con tanto trabajo se han fortalecido con letras y buena vida y trabajado para ayudar ahora al Señor.
NOTAS:

(1) Al margen escribió el mismo censor (cf. Pról. n. 1 nota 2): "El intento que le motivó a escribir vida tan estrecha".
(2) Completar: tan apretado le traen aquellos a los que... Sigue una alusión a Lc 9, 58.
(3) "Torna" al c. q, n. 2 s: tema misionero de Francia y los protestantes.
(4) Con que: equivale a aunque (en la 1ª redacción había escrito aunque). Un corrector tachó toda la frase ("con que... gran mal") en el autógrafo.
(5) En el n. 1.
Camino de perfección, cap. 1:2-6; 3:1-2.