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lunes, 29 de octubre de 2018

El texto final consagra el regreso del ‘espíritu del Concilio’ (Carlos Esteban)



El resultado del largo sínodo de la juventud, el texto final, no ha desmerecido el caos, la superficialidad, la ambigüedad y las manipulaciones que lo han caracterizado a lo largo de su celebración y preparación previa.

“Como un catálogo de Ikea” ha calificado el texto final de la XV Sesión General del Sínodo de Obispos, más conocido como ‘sínodo de la juventud’, un obispo participante en declaraciones a la agencia AFP. “Uno tiene todo lo que necesita para el baño y la cocina en todos los estilos, así que todo el mundo puede identificarse con él”. Lástima que lo haya declarado en condiciones de anonimato y no sepamos quién es, porque la comparación es brillante.

Un sínodo cuyo final se celebra, no con una Adoración al Santísimo o ceremonia similar sino con una fiesta discotequera donde los jóvenes sacaban a bailar a los padres sinodales, ya augura un regreso de la moda ‘retro’ eclesial; retomamos ese ‘espíritu del Vaticano II’ que Juan Pablo II y Benedicto XVI trataron de moderar y armonizar con la Tradición de la Iglesia. Ahora ha vuelto con fuerza, y lo veremos en la exhortación papal que sin duda seguirá a este sínodo.

En su crónica de ABC, Juan Vicente Boo lo califica de “uno de los documentos más claros y explícitos de la historia sinodal”, facilitándonos así la tarea de reconocerlo como uno de los más oscuros y ambiguos. Todos los 167 puntos superaron con holgura la mayoría de dos tercios necesarias, salvo uno, el que contenía la espinosa expresión cuestión de la ‘orientación sexual’, que va a dar abundante munición a los James Martin del clero occidental. Este punto pasó solo por dos votos. Volveremos a ello.

El discurso que dirigió Su Santidad a los padres sinodales en la presentación del texto final ya preconfiguraba lo que nos íbamos a encontrar. En él, Francisco volvió a insistir en su motivo obsesivo de las últimas semanas, el Gran Acusador que “está ensuciando la Iglesia” con sus acusaciones. Es un tanto perturbadora esta insistencia, que sugiere explícitamente que quien ‘ensucia’ la Iglesia no es, digamos, un cardenal todopoderoso en la Iglesia norteamericana durante décadas que se llevaba seminaristas a su casita de la playa y abusó del primer niño al que bautizó cuando este tenía 11 años, sino quien lo denuncia.

De hecho, el propio texto del sínodo pretende tomar medidas activas contra ese Gran Acusador, recomendando que se active un sistema de certificación para sitios web que informen sobre la Iglesia Católica, para que el usuario conozca cuáles ofrecen ‘fake news’. Es el regreso del Index Librorum Prohibitorum o del Nihil Obstat, pero con una ‘emoji’ sonriente. Ya pueden apostar que Infovaticana no va a contar con la bendición de ese sello, que no va a garantizar la ortodoxia o fiabilidad del contenido sino su alineamiento con las tendencias curiales. El punto incluye una referencia vaga a coordinarse con las autoridades civiles en este sentido, lo que hace la advertencia bastante más ominosa.

Hay muchas maneras de definir este sínodo. Es el sínodo, como hemos dicho, del regreso con fuerza del ‘espíritu del Concilio’, con su implícita aceptación de que el mundo se ha adelantado a la Iglesia y la Iglesia debe correr detrás del mundo para coger ese tren. El propio titular de la crónica de Boo -‘El Sínodo recomienda dar más poder a las mujeres y acoger a los homosexuales’- ya indica a las claras que son las modas ideológicas dominantes las que marcan ahora la agenda de la Iglesia, más que la doctrina perenne.

Es el sínodo de la manipulación. Desde el uso amañado de la ‘escucha a los jóvenes’ en el presínodo hasta la inclusión de temas centrales apenas discutidos en el sínodo en el texto final, la reunión ha estado plagada de gestos e indicios de que todo estaba previsto de antemano y de que tanto los ‘jóvenes’ como los propios obispos han servido de comparsas en una escenifiación.

Es el sínodo de la ambigüedad. Tras el pasado concilio, el teólogo belga Schillebeeckx presumía de que los padres conciliares habían mantenido en los textos términos ambiguos para que luego ellos, los ‘demiurgos’ de la ‘actualización’, decidieran su verdadero significado, y es difícil, observando la historia, negar que lo consiguieron. El texto final del presente sínodo tiene también abundancia de ‘expresiones deslizantes’ que se irán definiendo, nos tememos en qué sentido.

Por ejemplo, el documento incluye dos párrafos referidos a la sexualidad, de la que dice que exige centrarse en “la escucha empática, el acompañamiento y el discernimiento, en la línea indicada por el Magisterio reciente”. ¿La “escucha empática”? En cuanto al ‘acompañamiento’ y el ‘discernimiento’, dos términos a cuál más lábil, los llevamos oyendo ya hasta la saciedad en este pontificado, y hemos visto cómo se han utilizado ‘pastoralmente’ para escamotear innovaciones de lo más cuestionables. También se insiste en la “necesidad de una elaboración antropológica, teológica y pastoral más en profundidad”, que no dice nada pero deja la puerta abierta a cualquier cosa.

Otras cargas de profundidad están aún más disimuladas, como cuando parece hacer una referencia al Catecismo de la Iglesia Católica al hablar del compromiso de la Iglesia “contra toda discriminación basada en el sexo”. Ahí falta un adjetivo esencial, presente en el punto 2.358 del Catecismo: “injusta”. Sin esa importante cualificación, ¿cómo podría la Iglesia seguir negando la ordenación sacerdotal a las mujeres, por ejemplo?

Es el sínodo de la victoria alemana sobre las periferias. Como señala el vaticanista del National Catholic Register, Edward Pentin, en su cuenta de Twitter citando una fuente sinodal anónima, “los padres sinodales alemanes lograron que se aprobaran todos sus puntos. Dicen que es una “revolución de la escucha”, pero en realidad es simplemente una revolución”.


Carlos Esteban

Documento final [inspirado] “por el Espíritu Santo” acepta la “orientación [homo]sexual" y pide un Índice de sitios web prohibidos




El documento final del Sínodo sobre la Juventud fue aceptado el 27 de octubre por una mayoría de dos tercios. En su último discurso, el papa Francisco fantaseó diciendo que “el Espíritu Santo nos da este documento”.

- Muy controvertido fue el parágrafo 150 sobre la homosexualidad. Recibió solamente dos votos más que los necesarios, obteniendo un puntaje de 65 votos por el “no”. El parágrafo parece ser deliberadamente insípido y lavado, para permitir interpretaciones inmorales.

Alienta a recorrer caminos de acompañamiento de todo homosexual, para ayudarles a “integrar la dimensión sexual”, a crecer en la “calidad de relaciones” y a caminar hacia el “don de sí mismo”. El texto es tan opaco que lo mismo se podría aplicar a los abusadores de niños.

§150 condena [cualquier] “discriminación basada en lo sexual”, contradiciendo al Catecismo de la Iglesia Católica, el cual se opone a toda discriminación “injusta” de los homosexuales [o de cualquiera que comete un pecado mortal].

El documento llama “reduccionismo” al hecho de definir la identidad de las personas “a partir solamente de su orientación sexual”, en consecuencia, aceptando el término propagandístico homosexual de “orientación sexual” [ aunque la sexualidad no está “orientada”, sino ordenada naturalmente o desordenada/pervertida antinaturalmente].

Otros temas

Además, el documento pide incluir a las mujeres en el liderazgo eclesiástico, como “deber de justicia”.

Fuera de contexto, quiere que la “sinodalidad” se convierta en parte “constitutiva” de la Iglesia.

El documento pide también un “sistema de certificación para sitios web católicos”, para combatir lo que llama “noticias falsas [inconvenientes]”.

Internet se está burlando ahora de Bergoglio, por tratar de reintroducir un “Índice de libros prohibidos” y por pedir sitios web manipulados por un Ministro vaticano de la Verdad, que además sea pro-homosexual.



“Synod of Divisions”



Synod of Divisions”

The Pro-Bergoglian Roman newspaper Il Messaggero called the now ended Youth Synod a “Synod of Divisions”, writing that – quote – “The Pope closes the Synod of Divisions with a strong appeal for unity”.

Synod of Ignorants

Philadelphia Archbishop Charles Chaput asked on Twitter the question how the Synod Fathers were able to vote on a final document containing many controversial points which they had no time to read and which was in a language, Italian, that many did not understand. The ultra-bergoglian journalist Robert Mickens called this “a true scandal”.

Synod of the Resting

Lyon auxiliary bishop Emmanuel Gobilliard interviewd people during the Youth Synod and put the recordings on a social network. At the end of the Synod he asked Archbishop David Macaire of Fort-de-France, Martinique, what he had to say about the Synod. Macaire’s answer, “I understood everything. What I understood is that this is a moment of rest for me. This is good.” He added that it is now up to the youth to evangelisize and that he had no interest – quote – “to find myself on Instragram or Snapshat”.

“With That Name, The Station Will Go Bankrupt”

Four years ago Omár Suárez, the leader of the Argentinean United Maritime Workers Union, told Pope Francis that the Union will start a radio station called “Papa Francisco”. Francis commented, “With that name, the station will go bankrupt.” And so it happened. The radio which at the end employed 16 people has just closed down. The director of the radio was Alicia Barrios who wrote the book “My friend, Father Jorge” about Francis. The radio’s downfall started in 2016 when Suárez was arrested for conspiracy and extorsion. His successor stated that the radio had little to do with the life of the Union and the maritime workers.