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viernes, 26 de octubre de 2018

Carta abierta a los simpatizantes de los “tradicionalistas” (Stefanie Nicholas)





Es difícil saber cómo empezar esta carta. Quizá ya te estás encogiendo por mi uso de calificativos católicos “divisivos”, lamentando el hecho de que no puedo simplemente llamarnos a ambos “católicos” y seguir con lo que tengo que decir. Odio este lenguaje categórico. Sin embargo, siento que no tengo más remedio que usarlo, del mismo modo que no tengo más remedio que llamarme una “cristiana católica” sin disculpas, en vez de sólo una “cristiana” porque el protestantismo ha usurpado la Iglesia como el administrador fiel del significado de cristianismo.

Somos ambos católicos en el sentido de que creemos en la única fe verdadera. El catolicismo no puede ser dividido y no puede enseñar dos verdades diametralmente opuestas. El catolicismo, como a menudo recuerdo a mis amigos protestantes, no es y nunca puede ser una denominación. Pero ¿y los católicos como tú y como yo, el elemento humano de la Iglesia? Con toda certeza, podemos caer en nuestras propias divisiones en cuanto a lo que creemos. Esto ha sido verdad desde los tiempos más tempranos de la Iglesia. Incluso la Sagrada Escritura habla de esta realidad. Nuestro Señor y Salvador Jesucristo rezó por nuestra unidad. Ese tipo de división no es nuevo.

Lo que es nuevo, sin embargo, es lo que te ha traído a leer esta carta. Lo que te ha llevado a leer One Peter Five en general. Lo que te ha llevado a engancharte a leer sobre la falsedad de Pablo VI, a la una de la mañana de un día de vacaciones… bueno, puede que esa fuera sólo yo.

Steve Skojec llama a esta cosa nueva y sin precedentes en la Iglesia “La gran fealdad”. Yo la llamo La pasión de la Iglesia, la brutal crucifixión de la esposa de Cristo. La llamemos como la llamemos y sean cuales sean las diferencias doctrinales que quedan entre tú y yo, confío en que podemos estar de acuerdo en una cosa: esta situación de la Iglesia no se parece a nada de lo que hayamos experimentado nunca, y es profundamente aterrador, incluso con la promesa de que al final venceremos.

Históricamente, cuando se desgarró en trozos el Cuerpo de Cristo, fue siempre virtualmente a causa de varios individuos o grupos que se oponían al único espíritu de la Iglesia. No nos confundamos: este pecado ya es bastante horroroso. Hiere a Nuestro Señor en la cruz. Ciega a los que están en el error y escandaliza a los católicos ortodoxos que son testigos de ello.

Hoy hay una verdad más difícil de tragar: el espíritu de la Iglesia (en su elemento humano), desde el papa Francisco hasta la mayoría de los obispos, sacerdotes y laicos, está obstruido por la desorientación diabólica sobre la que la hermana Lucia de Fátima advirtió a Pablo VI.

Se ha escrito tanto sobre el tema de qué es lo que ha ido mal en la Iglesia, que no estoy segura de qué más puedo añadir en esta breve carta que no se haya dicho ya. Si estás leyendo esto, espero y rezo porque hayas prestado un oído sincero a esos locos tradicionalistas radicales a los que quizá has descartado toda tu vida. Espero que hayas pensado en las críticas al Concilio Vaticano II. Espero que hayas leído sobre la brillante encíclica del papa san Pío X contra el modernismo. Espero que hayas investigado los cambios de la misa realizados con la creación del Novus Ordo.

Espero, sobre todo, que hayas rezado el rosario todos los días, considerando las bellas promesas que Nuestra Santísima Madre nos dio a cambio, particularmente la promesa de que el rosario “será una poderosa armadura contra el infierno; destruirá el vicio, disminuirá el pecado y destruirá las herejías”.

Si una persona de verdad quiere aprender la verdad completa de la fe católica, la fe católica tradicional que ha permanecido como un puerto seguro para las almas durante 1900 años, la información está ahí. Las ayudas espirituales están ahí, también, la mayoría de ellas disponibles incluso para aquellos de nosotros que todavía asistimos normalmente a parroquias del Novus Ordopor necesidad (yo) o por elección (quizá tú).

Lo que quiero que sepas es simplemente esto: tendrás que elegir un lado. Vendrá un tiempo, y siento que ese tiempo está cercano, en que se abrirá el terreno medio de debajo de tus pies. En el que tendrá un fin el lenguaje calificativo católico, por necesidad y de un modo muy doloroso. En el que no podré llamarnos a los dos católicos incluso en un sentido amplio. En el que cada uno de nosotros será o hijo de la Iglesia o hijo de la Antiiglesia.

No sé cómo pasará esto, pero no tengo duda de que pasará. No disfruto de esta realidad más que tú. No me gusta tener que afirmar que, sí, nosotros los católicos tradicionales somos de hecho “más católicos que el papa” por todas las evidencias disponibles.

Sabemos que hemos de ser cándidos como palomas. Pero igualmente debemos recordar siempre ser astutos como serpientes.

El tiempo de aplacar al dragón se terminó antes de que empezara. Nunca es demasiado tarde para pisar fuerte, tomar tu cruz y decidir caminar todo el camino del catolicismo que existió desde el principio. No pedir disculpas por defender toda la verdad, incluso las partes que la mayoría de la Iglesia militante ha ignorado durante medio siglo o más. Es lo que se nos mandó hacer y, aunque la tarea no es fácil, podemos contar con la gracia de Dios para que nos dé toda la fuerza que necesitamos para hacer su voluntad.

“La verdad os hará libres” no es un simple dicho. El sentimiento de liberación en saber que, por primera vez en mi pecadora vida, descanso en la verdad no se parece a nada de lo que he experimentado antes. Quiero eso para cada católico, cada uno de nosotros los que hemos sido adoptados por el bautismo como hijos de Dios. Es nuestro derecho de nacimiento y necesitamos luchar por él con todo lo que tenemos.

Si no por nosotros, tenemos que encontrar la voluntad de luchar por nuestros hijos. Tengo un hijo de tres años. No fue bautizado hasta que tuvo dos por mi ignorancia y mi pecado. El Señor, en su increíble misericordia, protegió a esta pequeña criatura que me dio para que yo cuidara, velando por él hasta esa gloriosa vigilia pascual en que finalmente fue traído a las aguas seguras del bautismo. La lucha no ha terminado para su alma, pero yo haré lo que sea para ayudarle a ir al Cielo.

No sé si vendrás a nuestro lado, el lado de la Tradición. Quizá aún estás pensándote las cosas, aún cuestionándolo todo, aún intentando encontrar un modo de hacer una “hermenéutica de continuidad”. Pero espero que considerarás tomar esta decisión con el mismo nivel de temor de Dios que tuve yo cuando me di cuenta de la gravedad del hecho de que mi hijo no estuviera bautizado. Tu alma y las almas de tus hijos dependen de seguir a Cristo en su Iglesia, en sus enseñanzas verdaderas y perennes, en la totalidad de sus sacramentos, en la belleza de sus devociones y sacramentales.

Querido simpatizante de los tradicionalistas, ten por seguras mis oraciones. Ten por seguro mi amor por tu alma, pues es preciosa sin medida. Estáte seguro de que, incluso si nos has desechado en las últimas horas, te daré la bienvenida con alegría, como harán muchos, muchos católicos de ideas afines. No te engañes. No desesperes: después de todo, el primer papa abandonó a Cristo el mismo día en que fue crucificado. Si no fue demasiado tarde para san Pedro, no es demasiado tarde para ninguno de nosotros. Por la gracia de Dios, aún respiramos y, mientras respiremos, tenemos la oportunidad de elegir lo correcto.

Reza el rosario, agárrate a nuestra Santísima Madre, y elige. Puede que no tengamos mucho tiempo.

Stefanie Nicholas

(Traducido por Natalia Martín. Artículo original)

sábado, 14 de abril de 2018

"Puntos de ruptura" del Concilio Vaticano II con la tradición de la Iglesia: una sinopsis (Por Paolo Pasqualucci, filósofo católico)



Se ha vuelto inevitable que en nuestros intentos por comprender la crisis actual en la Iglesia, debemos mirar hacia atrás sobre los eventos que la precipitaron. 

Tal vez no haya un tema más debatido en este sentido que la cuestión de si el Concilio Vaticano II fue injustamente afectado por una mala implementación e interpretación - el mal definido y a menudo imprudente llamado "Espíritu del Vaticano II" - o era en sí mismo problemático y por lo tanto formativo al llevarnos al presente momento eclesiástico. 

Lo que está fuera de discusión, sin embargo, es que el consejo, de una forma u otra, desempeñó un papel fundamental en la digresión del catolicismo contemporáneo a partir de las antiguas tradiciones, litúrgicas, sacramentales y doctrinales, de la Iglesia perenne.

Hoy presentamos un análisis de Paolo Pasqualucci, un filósofo católico y profesor retirado de filosofía del derecho en la Universidad de Perugia, Italia. Pasqualucci identifica, en esta adaptación de la introducción de su libro Unam Sanctam - Un estudio sobre las desviaciones doctrinales en la Iglesia católica del siglo XXI , 26 puntos distintos de ruptura con la Tradición de la Iglesia en los textos del Vaticano II.

Presentamos esto a nuestros lectores no como la última palabra sobre el Vaticano II, sino como una introducción a una conversación necesaria que por fin se ha convertido en una consideración para muchos católicos ahora obligados a evaluar cómo y por qué hemos llegado al momento presente, y qué es posible que necesitemos corregir para encontrar nuestro camino de regreso. 

Nos gustaría agradecer al profesor Pasqualucci por permitirnos publicar este ensayo aquí, al Dr. Maike Hickson por facilitar su publicación, y a Giuseppe Pellegrino, por su laborioso trabajo al traducir el ensayo completo al inglés para nuestros lectores.
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[Esta traducción está realizada con Google, de modo que es probable que algunos puntos no queden suficientemente claros, porque nosotros somos lectores españoles. Pero bueno, se puede ir a la traducción inglesa y aclarar allí las posibles dudas que puedan aparecer en la lectura de este artículo ... siempre que se conozca bien dicho idioma]

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Paolo Pasqualucci: Los "puntos de ruptura" del Concilio Vaticano II con la tradición de la Iglesia - sinopsis

Publico aquí, cortesía de Maike Hickson, sin notas al pie y ligeramente modificadas, la primera sección de la "Introducción" de mi libro:

P. Pasqualucci, "UNAM SANCTAM. Studio sulle deviazioni dottrinali nella Chiesa Cattolica del XXI secolo ", Solfanelli, Chieti, 2013, pp. 437; pp. 10-18.

Hay 26 "puntos de ruptura" que enumero, consciente de que se podría hacer más. 

Los primeros 12 entresacados del trabajo de Monseñor Brunero Gherardini: "Concilio Ecumenico Vaticano II. Un discorso da fare "(2009) y de" Quod et tradidi vobis - La tradizione vita e giovinezza della Chiesa "(2010). 

También se encuentran, parcialmente anticipados, en el texto fundamental de Romano Amerio, "IOTA UNUM. Studio delle variazioni della Chiesa cattolica nel secolo XX ", 19862, sin olvidar, obviamente, el trabajo de Monseñor Marcel Lefebvre, "J'accuse le Concile!" (1976).

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1. Parece que el significado real atribuido a la Constitución pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo moderno (GS) no se ajusta a la Tradición de la Iglesia; parece en general estar impregnada del espíritu de la llamada "nueva Ilustración".

2. GS 22.2 afirma que, mediante Su Encarnación, el Hijo de Dios "se ha unido de algún modo con cada hombre", afirmación extraordinaria que parece extender la Encarnación a cada uno de nosotros, divinizando al hombre.

3. La atribución de la misma fe en Cristo a todos los cristianos, incluidos los "separados" de la Iglesia Católica, equipara incorrectamente la fe católica con la fe de los cismáticos y los herejes. Se observa, en particular, que el Decreto Unitatis Redintegratio sobre el ecumenismo incluso considera que "Iglesias y comunidades separadas", a pesar de sus "deficiencias", son verdaderos y apropiados "medios de salvación que derivan su eficacia de la plenitud de la gracia y la verdad confiada a la Iglesia "(UR 3.4).

4. GS 24.3 afirma que "el hombre es la única criatura en la tierra que Dios quiso para sí mismo", como si el propósito que guió la creación del hombre pudiera haber sido algo diferente a la celebración de la Gloria de Dios y de Dios como el fin supremo de todas las cosas

5. La noción de la Iglesia contenida en el tortuoso artículo 1 de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium se destaca [como diferente de la Tradición], presentada como "un sacramento o como un signo e instrumento de una unión muy unida con Dios y la unidad de toda la raza humana", sin ninguna mención del fin sobrenatural de la Iglesia, que es la salvación de las almas, la única cosa que justifica su existencia.

6. La definición de Iglesia dada por LG 8.2 y posterior especificada en LG 15, UR 3 y UR 15.1, afirma que la Iglesia de Cristo "subsiste" en la Iglesia Católica y también que "se encuentran muchos elementos de santificación y de verdad" fuera de su estructura visible. Estos elementos, como dones pertenecientes a la Iglesia de Cristo, son fuerzas que impulsan la unidad católica". Ésta es una definición completamente nueva, que parece extender el concepto de la Iglesia de Cristo para incluir también a todos los herejes y cismáticos, exponiéndose así a la acusación de herejía en el sentido formal, porque implica la negación del dogma de la unidad de la Iglesia Católica Apostólica Romana (la única y verdadera Iglesia de Cristo) para la salvación.

7. Párrafo 11.2 de la Constitución dogmática sobre la Revelación divina Dei Verbum puede interpretarse como si implicara la negación del dogma de la absoluta inerrancia de los Textos Sagrados, porque afirma que "los libros de la Escritura deben ser reconocidos como una enseñanza sólida, fiel y sin error esa verdad que Dios quería poner en escritos sagrados por el bien de la salvación ". La expresión" sin error "puede de hecho ser interpretada como refiriéndose solo a la" verdad "revelada" para nuestra salvación "[ nostrae salutis causa ]; es decir, solo con respecto a los preceptos religiosos y morales solamente.

8. La misma Constitución Dei Verbum parece eliminar la distinción usual entre Tradición y Escritura (DV 9-10).

9. El concepto de Tradición nunca se define expresamente; su relación con la Escritura no está clara (DV 9), ni su relación con la Tradición de las "Iglesias Orientales" (Decreto Orientalium Ecclesiarum 1). Además, aparece un concepto de "vivir" o "vivir la tradición" (DV 8) que es nebuloso y ambiguo, ya que, como Mons. Gherardini enfatiza que "se presta a introducir todo tipo de novedades en la Iglesia, incluso las más contradictorias, como expresiones de su vida".

10. La nueva definición de colegialidad episcopal en LG 22 no parece conciliable con la Tradición de la Iglesia y socava la correcta comprensión de la Primacía del Romano Pontífice. De hecho, establece algo inaudito: dos temas del poder supremo de jurisdicción sobre toda la Iglesia (el Papa por sí mismo y también el Colegio de Obispos con el Papa) y dos ejercicios diferentes de la misma jurisdicción (del Papa por él mismo y del Colegio por sí mismo con la autorización del Papa): "El orden de los obispos, que sucede al colegio de apóstoles ... también es sujeto de poder supremo y pleno sobre la Iglesia universal, siempre que entendamos este cuerpo junto con su cabeza el Romano Pontífice y nunca sin esta cabeza. Este poder solo puede ejercerse con el consentimiento del Romano Pontífice "(LG 22.2).

11. En el Decreto sobre Libertad Religiosa Dignitatis Humanae (DH), se afirma un concepto de "libertad religiosa" que no parece distinguirse del concepto secular de la misma, que es el fruto de la idea de tolerancia, los orígenes de los cuales están en el Deísmo y la Ilustración. Tal concepto parece no ajustarse a la doctrina de la Iglesia y es un presagio de indiferencia y agnosticismo.

12. La cuestión de la nota teológica de los documentos del Vaticano II. Mons. Gherardini (y ciertamente él no es el único) no lo considera como un consejo dogmático, porque no definió dogmas ni errores condenados, ni siquiera en las dos constituciones llamadas específicamente "dogmáticas", y declaró expresamente que no era dogmático; dogmático pero, por el contrario, pastoral 

(Véanse las Notificaciones en el Apéndice de LG: "Teniendo en cuenta la costumbre conciliar y también el propósito pastoral del presente Consejo, el Consejo sagrado define como vinculante para la Iglesia sólo esas cosas en materia de fe y moral que declarará abiertamente vinculante". Pero de hecho no hay definiciones dogmáticas en ningún documento conciliar sobre" asuntos de fe y moral ". Sin embargo, los apologistas del Consejo afirman que exuda un nuevo tipo de" infalibilidad ", de alguna manera implícito en la misma naturaleza pastoral de los documentos. Pero esto es imposible porque el carácter dogmático de una declaración del Magisterio extraordinario debe ser el resultado de ciertos signos comprensibles y tradicionales y no puede ser "implícito".

13. En lo que concierne a la Liturgia, la manera en que se define la Santa Misa en la constitución Sacrosanctum Concilium despierta una gran perplejidad

Sobre la Sagrada Liturgia (SC 47, 48, 106), donde parece favorecer la noción de "un banquete pascual en el que se come a Cristo" y un "memorial" en lugar de un sacrificio propiciatorio (que obtiene misericordia [propitiatio] ante Dios por nuestros pecados). El artículo 106 describe "el misterio pascual" (un nombre nuevo, oscuro e inusual para la Santa Misa) de esta manera: es el día de la semana cuando "los fieles de Cristo están obligados a reunirse en un solo lugar para que, al oír la Palabra de Dios y tomar parte en la Eucaristía, pueden recordar la pasión, la resurrección y la glorificación del Señor Jesús, y agradecer a Dios que los engendró nuevamente mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, a un esperanza viva (1 Pedro 1: 3) "(SC 106). 

Esta manera de hablar parece presentar la Santa misa esencialmente como un memorial y como un "sacrificio de alabanza" para la Resurrección, a la manera de los protestantes

Además, la definición de la Santa Misa en SC no hace mención del dogma de la transubstanciación o de la naturaleza de la Santa Misa como sacrificio propiciatorio. ¿No cae esto en el error específico condenado solemnemente por Pío VI en 1794, cuando expuso las herejías de los jansenistas, declarando que su definición de la Santa Misa, precisamente por su silencio sobre la transubstanciación, era "perniciosa, infiel a la exposición" de la verdad católica sobre el dogma de la transubstanciación, y favorable a los herejes "(DS 1529/2629)?

14. La novedad inaudita de la introducción en la Liturgia del principio de la creatividad, nuevamente en SC, párrafos 37-40, teóricamente bajo el control de la Santa Sede, a menudo puramente "teórico". Este principio siempre se ha considerado a lo largo de los siglos por todo el Magisterio, sin excepciones, como algo desastroso que debe evitarse de la manera más absoluta, y muchos consideran que este principio es la verdadera causa del actual caos litúrgico.

15. El principio de la creatividad se corrobora con la competencia amplia y completamente nueva que se otorga a las Conferencias Episcopales en materia litúrgica, incluida la facultad de experimentar nuevas formas de culto (SC 22 § 2, 39, 40); esto es contrario a la enseñanza constante del Magisterio, que siempre ha reservado toda la competencia en asuntos litúrgicos al Sumo Pontífice, como la máxima garantía contra la introducción de innovaciones litúrgicas.

16. En armonía con el principio de creatividad, Sacrosanctum Concilium ha introducido el principio de adaptación del rito a la cultura profana, es decir, al carácter y las tradiciones de diversos pueblos, a su lenguaje, música, artes, precisamente mediante la creatividad y la experimentación litúrgica (SC 37, 38, 39, 40 , 90, 119) así como a través de la simplificación del rito mismo, que se desea que sea más corto y claro (SC 21, 34, 65-70, 77, 79, 90)

También aquí, en contra de la enseñanza constante del Magisterio, según la cual la cultura de los diversos pueblos debería adaptarse a las exigencias del rito católico y sin que nada se haya concedido a la experimentación o, en todo caso, a la manera vanidosa y altiva de pensar del hombre moderno. Y, de hecho, el rito de la Santa Misa está hoy fragmentado en diferentes ritos según los diversos continentes, si no cada nación, con un número infinito de variaciones locales, a discreción del celebrante; variaciones (y degeneraciones) que no excluyen la intrusión de elementos paganos en el rito, mientras que las intervenciones correctivas ocasionales de las autoridades de la Santa Sede generalmente caen en oídos sordos.

17. La fragmentación y la barbarización del culto católico son también el resultado del abandono del latín, el lenguaje antiguo y universal que siempre ha sido el instrumento unificador del rito. Esta mutación de época fue autorizada por Pablo VI. Ahora, Sacrosanctum Concilium decreta: "La ley particular que permanece vigente, el uso de la lengua latina debe ser preservada ( servetur)) en los ritos latinos "(SC, 36 § 1). Pero también consiente que "los límites del empleo [de la lengua materna] puedan extenderse" de acuerdo con las normas y los casos determinados por el propio Consejo (SC 36 § 2). 

Las normas de carácter general establecidas por el Concilio dan a las Conferencias Episcopales una "competencia plena" con respecto a la introducción de la lengua vernácula en el culto (SC 22 § 2, 40, 54). Y hay numerosos casos en los que el Consejo admitió la posibilidad del uso parcial o total de la lengua materna: SC 63, en la administración de los sacramentos, sacramentales y rituales particulares; SC 65, en los ritos bautismales en los países de misión; SC 76, en la consagración de sacerdotes; SC 77-78, en el rito del Matrimonio; SC 101, en las oraciones del Oficio Divino; SC 113, en la solemne liturgia de la Santa Misa.

18. La degradación del sacerdocio, en la cual Mons. Gherardini ha escrito muchas veces, entendido por el Concilio como una "función del Pueblo de Dios"; la degradación del sacerdote de "sacerdote de Dios" a "sacerdote del Pueblo de Dios", como si la legitimación del sacerdocio dependiera del Pueblo de Dios, es decir, de los fieles. Tal degradación de alguna manera se basa en una interpretación infundada de la Escritura; es decir, que Nuestro Señor, al principio, "ha establecido ministros entre sus fieles" (Decreto conciliar sobre el ministerio y la vida de los presbíteros Presbyterorum Ordinis, PO 2.2). Por el contrario, los Evangelios atestiguan que Nuestro Señor no comenzó a construir su Iglesia escogiendo hombres de "entre sus fieles" en general: lo construyó trabajando con aquellos que había elegido y preparado como sacerdotes; es decir, con los Apóstoles.

19. La igualación sin precedentes entre el sacerdocio ministerial o jerárquico y el "sacerdocio común de los fieles" (LG 10.2), que se conciben como "interrelacionados" [ad invicem ordinantur]] y así colocados en el mismo nivel; la devaluación inaceptable del celibato eclesiástico, sobre el cual se afirma que "de hecho no se lo exige la naturaleza misma del sacerdocio", justificando esta afirmación con una interpretación completamente única del pensamiento de San Pablo (PO 16.1); la infiltración de ideas contrarias a la Tradición de la Iglesia, a saber, que entre las "funciones" del sacerdocio, el primer lugar debe darse a la predicación ("proclamar el Evangelio de Dios a todos" PO 4.1), aunque  El Concilio de Trento ha afirmado que lo que caracteriza al sacerdocio en primer lugar es "el poder de consagrar, ofrecer y dispensar el Cuerpo y la Sangre de Cristo" y en segundo lugar "el poder de perdonar o no perdonar pecados".

20. La degradación de la función sacerdotal se entiende a la luz de la nueva noción de la Iglesia como el "pueblo de Dios", que a su vez está relacionada con la nueva noción agrandada (y espuria) de la Iglesia (véase el párrafo 6 anterior) . "Pueblo de Dios" en lugar de "Cuerpo místico de Cristo" (LG 8-13), una definición que por un lado intercambia la parte por el todo; es decir, intercambia el "pueblo de Dios" mencionado en 1 Pedro 2:10 por toda la Iglesia, mientras que este versículo, según la interpretación tradicional y recibida, se refiere a una simple atribución de alabanza dada por San Pedro a los fieles que se habían convertido del paganismo ("Hubo un tiempo en que no eras pueblo y ahora eres el pueblo de Dios"). 

Además, conduce a una visión "democrática" y "comunitaria" de la Iglesia misma, un concepto completamente ajeno a la Tradición católica y más cercano a la forma de pensar protestante

De hecho, este concepto influye en la noción de "persona", y por lo tanto en una perspectiva "comunitaria" inusual, también la Jerarquía, cuyos miembros también son considerados "miembros" del "pueblo de Dios" (LG 13) y solo por ese título parecen participar, junto con la "gente", en el Cuerpo Místico de Cristo. Esta noción nueva y única del "pueblo de Dios" se ha superpuesto a la comprensión ortodoxa del "Cuerpo Místico", en el que ahora los fieles participarían a través de la entidad colectiva representada por el "Pueblo de Dios"

21. Tres "puntos de ruptura" que están vinculados entre sí: la apertura al feminismo (GS 29, 52, 60) y a la educación sexual pública (Declaración sobre educación cristiana Gravissimum educationis , GE 1), justamente condenada por los papas anteriores (Pío XI y Pío XII) porque es inmoral y corruptor dejarse a la evaluación prudente y privada de padres y maestros; la elevación de la "comunión de vida y amor" a un fin primario del matrimonio, hasta el punto de que el final de la procreación y educación de los niños aparece solo como "la última corona [ fastigio ] de esta" comunión "y no la exclusiva fin para el cual existe (GS 48).

22. Las declaraciones múltiples, inusuales y engañosas atribuidas a las religiones no cristianas en el documento Nostra Aetate . Incluso declara que "a pesar de eso a menudo refleja un rayo de esa verdad que ilumina a todos los hombres" (NA 2.3) e, increíblemente, exhorta a los católicos a "reconocer, preservar y promover las cosas buenas, espirituales y morales, así como ¡valores culturales encontrados entre estos hombres (NA 2.3)! Esta Declaración (pero también LG 16: "junto con nosotros adoran al único y misericordioso Dios" [ nobiscum Deum adorant unicum et misericordem].

Parece incluso reconocer como auténtica la revelación proclamada por Mahoma y acepta la "cristología "apócrifa y la" mariología "del Corán (NA 3.1). 

Hacia los judíos, parece creer que Cristo ya ha reconciliado a cristianos y judíos, simplemente ignorando el hecho de que el judaísmo no se ha convertido y sigue siendo hostil a Cristo, manteniendo su falsa esperanza mesiánica temporal. Esta supuesta conciliación vuelve incierta la teología de la sustitución, que implica, como sabemos, la sustitución radical y obvia del cristianismo por el judaísmo como la única religión verdadera revelada (NA 4).

23. Al apreciar el hinduismo, la Declaración dice que sus seguidores "contemplan el misterio divino y lo expresan a través de una inagotable abundancia de mitos y mediante la búsqueda de la investigación filosófica". Buscan liberarse de la angustia de nuestra condición humana ya sea mediante prácticas ascéticas o meditación profunda o una huida a Dios con amor y confianza "(NA 2.2). 

Esta representación es totalmente engañosa porque lleva al católico a considerar válida la mitología y la filosofía del hinduismo, como si efectivamente "contemplara el misterio divino" y como si el ascetismo y el misticismo hindú pudieran alcanzar algo similar al ascetismo cristiano

Sin embargo, sabemos que la mezcla de mitología y especulación que caracteriza la espiritualidad de la India desde la época de los Vedas (siglos XVI al X aC) ) se traiciona en una concepción de la divinidad y del mundo que es monista y panteísta

De hecho, al concebir a Dios como una fuerza impersonal y cósmica, ignora el concepto de creación ex nihilo y, como resultado, no distingue entre la realidad sensible y la realidad sobrenatural, la realidad material y la realidad espiritual, entre el Todo y las cosas particulares. 

Como resultado, cada cosa individualmente existente se disuelve en el Uno cósmico indistinto, del cual todo emana y al cual todo regresa eternamente, mientras que todo lo que existe individualmente sería en sí mismo puramente una apariencia. Este pensamiento, que según el Concilio es "profundo", inevitablemente carece de la noción del alma individual (que por contraste ya era conocida por los antiguos griegos) y lo que llamamos libre albedrío.

La imagen se completa con la doctrina de la reencarnación, un concepto totalmente inaceptable, explícitamente condenado en el esquema de la Constitución Dogmática De deposito fidei puro custodiendo , redactado en la fase preparatoria del Consejo y naufragado por los Novatores o cardenales y obispos progresistas (con la aquiescencia del Papa Juan XXIII) al comienzo del Concilio, junto con el resto de la obra preparatoria, imponente y extremadamente precisa, que duró tres años. De hecho, la llamada "ascesis" hindú parece ser una forma de epicureísmo, la búsqueda refinada y egocéntrica de una superior indiferencia espiritual hacia cada deseo, incluso uno bueno, y hacia toda responsabilidad; una indiferencia que se justifica al sostener que todo el sufrimiento compensa las fallas de una vida precedente, como lo enseña la falsa creencia en la reencarnación.

24. Sobre el budismo, una variante autónoma parcialmente purificada del hinduismo, la Declaración declara que "en sus diversas formas [se da cuenta] de la insuficiencia radical de este mundo cambiante; enseña un camino por el cual los hombres, en un espíritu devoto y confiado, pueden o bien adquirir el estado de perfecta liberación, o bien alcanzar, mediante sus propios esfuerzos o mediante una ayuda superior, la iluminación suprema "(NA 2.2). 

Esta es la imagen de un budismo tergiversada por el famoso heterodoxo Henri De Lubac, SJ; es decir, reconsiderado y embellecido para hacerlo presentable a católicos desprevenidos. 

De hecho, no están informados de que, como contrapunto a la "insuficiencia radical de este mundo cambiante", los budistas colocan una "metafísica de la nada" verdadera y real, por así decirlo, según el cual el mundo y nuestro propio "Ser" son solo seres aparentes (y no simplemente contingentes y transitorios, pero al mismo tiempo verdaderamente reales, como para nosotros los cristianos). [...] 

"Para el budista, todo" se está volviendo y no se está convirtiendo "al mismo tiempo, la vida es un flujo continuo impregnado por el dolor universal, que debe superarse persuadiéndose a sí mismo de que todo es vano, que todo lo que uno necesita hacer es persuadirse a sí mismo para deshacerse de cada deseo a través de una iniciación intelectual, una gnosis. En el budismo tántrico, tal gnosis es llevada más allá de los límites de la ética y la decencia, al profesar el uso supuestamente liberador de la llamada "magia sexual". 

La iniciación budista tiene como objetivo alcanzar la completa indiferencia hacia todo, Nirvana ("desaparición" o "extinción"); una condición final de privación absoluta, en el que todo lo que existe es la vacuidad misma, la paz del vacío absoluto, un no-ser en el que nuestro "ser" está totalmente extinguido, disuelto en el Todo cósmico. Este es el "estado de perfecta liberación" o "iluminación suprema" que el Vaticano II se atrevió a llamar a la respetuosa atención de los católicos.

25. El grave problema representado por una noción de verdad influenciada por el subjetivismo del pensamiento moderno, por lo tanto incompatible con la idea misma de una verdad revelada.

a. En Dei Verbum, en la conclusión del discurso sobre la "comprensión" de las verdades de la fe como una "comprensión que crece", declara: "Porque a medida que los siglos se suceden, la Iglesia avanza constantemente hacia la plenitud de la verdad divina hasta que las palabras de Dios lleguen a su completa realización en ella "(DV 8.2). 

Aquí se da a entender que la Iglesia aún no posee, después de veinte siglos, "la plenitud de la verdad divina", ya que todavía está "moviéndola constantemente hacia adelante". 

La idea de verdad como una "concordancia del objeto [investigado por nosotros] con el intelecto [que lo investiga] (Aristóteles-Santo Tomás de Aquino) se sustituye por la idea típicamente moderna de la verdad como una búsqueda subjetiva e interminable de la verdad. Pero tal idea, aparte de cualquier otra consideración, no puede aplicarse a la noción de una verdad revelada por Dios, que nuestro intelecto reconoce con la indispensable ayuda de la gracia, y que constituye precisamente el depósito inmutable de la fe. Además, tal idea no es coherente con la verdad de la fe, según la cual la Revelación se completó con la muerte del último Apóstol.

b. Esta idea de "la verdad como una búsqueda de la verdad", que de hecho reemplaza a la verdad sobre la cual se cuestiona, es la base del principio del "diálogo". Sostiene que la verdad "en asuntos religiosos" ahora debería ser el resultado de una investigación que "debe ser gratuita, llevada a cabo con la ayuda de la enseñanza o la instrucción, la comunicación y el diálogo, en el curso de la cual los hombres se explican mutuamente la verdad que han descubierto [ alii aliis exponente veritatem quam invenerunt ], o piensan que han descubierto, para así ayudarse unos a otros en la búsqueda de la verdad "relacionada con" la ley divina -eterna, objetiva y universal- mediante la cual Dios ordena, dirige y gobierna el universo entero y todas las formas de la comunidad humana mediante un plan concebido en sabiduría y amor "(DH 3.1-2).

La verdad "en asuntos religiosos" ahora consiste, entonces, en todo lo que es "descubierto", encontrado por la conciencia del individuo en una búsqueda "con los demás", gracias al "diálogo" perpetuo. Por "otros" se entiende no simplemente otros católicos sino otros en general, todos los demás hombres, cualquiera que sea el credo que puedan tener. Significativamente, esta búsqueda tiene como objeto la ley divina y eterna, colocada por Dios en los corazones de los hombres, es decir, la lex aeterna de la moralidad natural, a la manera de los deístas (al involucrar a todos, de hecho, no puede tener como su objeto revelado la verdad, completamente negado por los no cristianos y en gran parte deformado por los herejes).

Esta nueva doctrina contradice abiertamente la enseñanza perenne, según la cual, para el católico, la verdad "en asuntos religiosos" y en la moralidad es una verdad revelada por Dios y retenida por el Magisterio en el Depósito de la Fe. Por lo tanto, esta verdad exige el asentimiento de nuestro intelecto y de nuestra voluntad, hecho posible con la ayuda decisiva de la Gracia

Esta verdad exige ser conocida y hecha propia por el creyente, no para ser "encontrada" por él por sus propios esfuerzos o, además, a través de una investigación en común con herejes, cismáticos, no cristianos, malvados; es decir, ¡con todos aquellos que rechazan nuestras verdades religiosas y nuestros principios morales fundamentales! Aquí estamos fuera de los límites, no solo de la fe sino también de la lógica más elemental.
El principio no católico, de que la verdad debe ser el resultado de una "búsqueda" en común con otros hombres, persigue "en fidelidad a la conciencia" de cada individuo involucrado, también cuando la solución de "numerosos principios morales" está involucrada , se reafirma en GS 16.2, uno de los artículos clave para entender a los hombres neo-modernistas del Consejo.

26. Para concluir esta breve Sinopsis, quiero recordar los tres puntos que no se ajustan a la Tradición de la Iglesia en la Alocución Inaugural de Juan XXIII el 11 de octubre de 1962, que seguramente contribuyeron a dirigir al Consejo en la dirección anómala que entonces tomó. Y éstos son:

(1) Una concepción mutilada y errónea del Magisterio: "Ahora, sin embargo, el Esposo de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia más que la de la severidad. Esto exige que ella encuentre las necesidades de hoy mostrando la validez de su enseñanza en lugar de renovar las condenas"

Mutilada, porque lleva a creer que el Magisterio no debe condenar errores o usar su autoridad, que viene de Dios a proclamar e imponer de manera indefectible la distinción entre verdad y error; errónea, porque la condenación del error, como todos sabemos, es en sí misma una obra de misericordia, ya sea al enfrentar al errado para que pueda tomar cuenta de sí mismo, reconsiderar sus caminos y salvar su alma, iure divino la competencia para emitirlo.

(2) Una grave mezcla de la doctrina católica y el pensamiento moderno,  como afirma (en la versión vernácula, más audaz que el latín, y utilizado públicamente por el mismo Juan XXIII) que la auténtica doctrina debe ser "estudiada y defendida a través de las formas de investigación y la formulación literaria del pensamiento moderno, "ya que" por un lado está la sustancia de la antigua doctrina del depositum fidei , y por otro lado está la formulación de su capa exterior [ rivestimento o revestimiento]: y es de esta capa externa que uno debe -con paciencia si es necesario- tomar nota, midiendo todo en las formas y proporciones de un magisterio con un carácter pastoral imperante "(un concepto re-propuesto en GS 62 y en UR 6). 

Esta es una posición siempre rechazada por los papas debido a la evidente e inevitable contradicción que existe entre el pensamiento moderno, sordo a lo sobrenatural y intensamente relacionado con el principio de inmanencia, y "la antigua doctrina", en la que no es posible separe la "sustancia" y la "capa externa".

(3) La enunciación de la unidad de la raza humana como el verdadero objetivo de la Iglesia, con tal unidad incluso considerada como un "fundamento necesario" para que la "ciudad terrenal" se vuelva cada vez más como la "ciudad celestial": una noción de un matiz mileniarista, ajeno a la doctrina de la Iglesia. Podemos ver la atribución de este propósito inadecuado a la Iglesia en LG 1 (ver arriba, n. ° 5).

Paolo Pasqualucci,
Filósofo católico

lunes, 9 de octubre de 2017

Noticias One Peter Five (28 de septiembre a 31 de octubre de 2017)



SEPTIEMBRE 2017

Día 28



Si la Iglesia ya no participa en la política, la política silenciará a la Iglesia Ettore Gotti Tedeschi
Profesor Pierantoni: El cardenal Burke parece satisfecho con la corrección filialMaike Hickson


Día 30 



Robert Spaemann sobre Josef Seifert, Amoris Laetitia y el testigo de la verdadMaike Hickson

Amoris Laetitia y Lumen Gentium: Matrimonio "Parcial", Iglesia "Parcial" Aaron Seng
Lucia de Fátima, Parte I: Marian Genius Jonathan Fleischmann 11 de octubre de 2017
¿El Papa Francisco y el Arzobispo Paglia creen que el infierno no existe?  Maike Hickson 11 de octubre de 2017
¡Renunciar!Respondiendo a la herejía luterana del Papa Francisco OnePeterFive 11 de octubre de 2017
El Papa Francis es incorrecto sobre la pena de muerte. Este es el por qué.Steve Skojec 11 de octubre de 2017

"Vertiendo el Argumento en el Alma": Sobre el Cuidado de Cómo Adoramos Peter Kwasniewski 12 de octubre de 2017
Escape, Duty, Chastisement, and The Interminable Stand Against the Tide Steve Skojec October 13, 2017
"Together Around the Table": la Iniciativa Católica Alemana Invita a los Protestantes a la ComuniónJan Bentz 13 de octubre de 2017


Día 14


La sentencia de muerte del ultramontanismoDr. Joseph Shaw 16 de octubre de 2017

Conferencia "La belleza y la restauración de lo sagrado" en St. John CantiusOnePeter Five 17 de octubre de 2017

¿Puede el "desarrollo" doctrinal burlarse de las leyes de la lógica? Padre Brian Harrison, OS 18 de octubre de 2017

Programa para el Encuentro Mundial de Familias de 2018 presenta imágenes y temas homosexuales Steve Skojec 18 de octubre de 2017 


Día 19

La persecución de la ortodoxia continúa Steve Skojec 19 de octubre de 2017





Cardenal Sarah refutada públicamente por el Papa Francisco sobre los cambios en la liturgia Steve Skojec 23 de octubre de 2017


Día 25

Obispo Athansius Schneider recibirá premio en Winnipeg el próximo mes de mayo  Steve Skojec 25 de octubre de 2017


El centro no puede contener  Steve Skojec October 25, 2017

El Papa Francisco se niega a responder a Dubia - ¿Qué sucede después? (Parte I de II) John F. Salza, Esq. OnePeterFive 25 de octubre de 2017 




¿Para qué sirve la religión católica? Una respuesta monástica Hilary White 26 de octubre de 2017


Día 27

El laberinto soñoliento y hueco dentro Bettina di Fiore 27 de octubre de 2017

El castigo capital y la infalibilidad de la iglesiaDr. John Joy 27 de octubre de 2017


Video desgarrador muestra monasterio trapense que está cerrando sus puertas Steve Skojec 27 de octubre de 2017


Se alega que el liturgista italiano está trabajando en la Misa Ecuménica: "La transubstanciación no es un dogma"Steve Skojec 28 de octubre de 2017


Cardenal Brandmüller: Defensores del adulterio son excomulgados Maike Hickson 28 de octubre de 2017