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jueves, 9 de mayo de 2019

Nueve servidores consagrados vendidos en Etsy.com ... y otros


Duración 3:04 minutos

Etsy.com, an e-commerce website focused on handmade or vintage items and craft supplies, has recently sold 9 consecrated hosts. They were marketed as “real Catholic hosts, consecrated by a priest!!!” And: “Made and consecrated in Germany.” The seller ‘Pentagora” recommended them quote – “to be abused for classic black fairs or black magic purposes.”

Archbishop Víctor “Tucho” Fernández of La Plata, Argentina, Francis’ Amoris Laetitia ghost-writer, published an online diary about his April/May Ad-Limina visit in Rome. In the first paragraph, Fernández writes he was very impressed to stand in Rome before the tomb of San Sebastian and – quote – “see the image of his body pierced by arrows because of his missionary commitment.” The Argentinean blog Wanderer comments, “Everyone knows that the iconography of Saint Sebastian has been used for decades to represent a certain minority that is ecstatic regarding the contemplation of the naked body of Saint Sebastian, although not precisely because of his missionary commitment.”

Martyr Cardinal George Pell is spending his jail time in solitary confinement writing and reading extensively and praying ahead of his appeal against his false conviction, The Weekend Australian wrote. The innocent Cardinal is still prevented from saying Mass. Friends of Pell have reported that he is “remarkably robust’’ and has been inundated with letters from all over the world and is visited regularly. The heroic cardinal spends 23 hours a day in his cell.

Monsignor Philippe Marset, the vicar general of Paris Archdiocese, does not believe in miracles. On April 21 he talked to the private French TV Broadcaster M6 about his experience in Notre Dame square after a fire had destroyed the cathedral. Quote, “This morning I was asked, ‘Do you believe in miracles?’ I answered, ‘No, I believe above all in the firefighters.'" For years, Marset was the responsible for the Paris youth pilgrimage to Lourdes

Erudito medieval: Francisco es peor que los Papas herejes anteriores



Una comparación entre Francisco y los Papas herejes anteriores- como Liberio, Honorio y Juan XXII - “no se sostiene en absoluto”, dijo Claudio Pierantoni, profesor de Filosofía Medieval en la Universidad de Chile, el 7 de mayo en el sitio web LifeSiteNews.

Pierantoni firmó la Carta Abierta de Abril, en la que se acusa al papa Francisco de herejía. Él explica que:

• Liberio (+366) fue obligado por el emperador a firmar una falsa formula trinitaria, cuando la terminología teológica todavía no estaba plenamente definida;

• Honorio (+638) cuestionó una enseñanza simple sobre las dos voluntades de Cristo, también a causa de una incertidumbre terminológica vigente en esa época;

• Juan XXII (+1334) negó la doctrina de la visión beatífica inmediata de los bienaventurados después de morir, pero posteriormente se retractó.

Pierantoni explica que Francisco relativiza “toda la doctrina católica”, queriendo imponer un “cambio revolucionario en la ética matrimonial y sexual” y posicionando al catolicismo entre otras religiones, en una forma que “lleva al indiferentismo religioso”.

Para Pierantoni, “en el fondo, Francisco no es realmente católico”.

‘Tucho’ Fernández revela que para Ladaria los errores doctrinales hoy no son preocupantes (Carlos Esteban)



A su vuelta de la visita ‘ad limina’, el recientemente nombrado Arzobispo de La Plata, Víctor ‘Tucho’ Fernández, ha escrito sobre su estancia en Roma comentarios muy reveladores.

“Hoy no son tan preocupantes los errores doctrinales cuanto la falta de una reflexión mayor en diálogo con el tiempo actual”, asegura que les dijo el cardenal Luis Ladaria, prefecto para la Doctrina de la Fe, el Arzobispo de La Plata, Víctor Fernández (‘Tucho’), en unos comentarios del prelado sobre la visita ‘ad limina’ del 28 de abril al 4 de mayo de los obispos argentinos que transmitió a su comunidad y recoge la agencia argentina de información católica AICA.

Fernández, a quien se le atribuye buena parte de la inspiración de ese ‘texto programático’ del Papado de Francisco que es la exhortación apostólica Evangelii Gaudium y que fue nombrado para sustituir al semidefenestrado Héctor Aguer al frente de la archidiócesis de La Plata, añade que el prefecto español prosiguió desarrollando la cuestión de una “jerarquía de verdades” que “invita a pensar las diversas doctrinas a la luz de las más importantes”.

Nosotros elegimos interpretar las palabras de Ladaria ‘a la luz’ de otros dos datos del ‘tiempo actual’, aunque no necesariamente dialogando con él: la presunta ‘degradación’ de la congregación que preside Ladaria en favor de un megadicasterio de ‘evangelización’, según la filtrada reforma de la Curia Romana, y la carta dirigida a los obispos de todo el mundo en la que una serie de teólogos y pensadores acusan al Papa de herejía.

Naturalmente, sólo tenemos la palabra de Fernández, que pudo recordar de modo inexacto las de Ladaria, pero no tenemos por qué dudar de su memoria ni nos consta que haya sido desautorizado por el implicado. Por lo demás, ‘casa’ perfectamente con los fenómenos ya citados y con otras tantas experiencias de este pontificado el que, pese al clima de enorme confusión e inestabilidad doctrinal que se vive hoy en la Iglesia, la segunda persona responsable de velar por la pureza de la doctrina no encuentre en el error un motivo de preocupación tan grande como el de no ‘dialogar’ con el tiempo presente.

Ahora bien, el ‘tiempo presente’ es un eufemismo abusivo para referirse al pensamiento dominante, ni siquiera de los pueblos del mundo, sino de las élites occidentales, ese ‘mundo’ en su sentido teológico que Cristo nos advirtió que nos odiaría, porque primero le ha odiado a Él. A uno le gustaría, después de tanto oír ensalzar el ‘diálogo’, saber cuál es su sustancia, su contenido, especialmente cuándo el error no se considera ‘preocupante’.

Por otra parte, las (presuntas) palabras de Ladaria nos aclaran lo que para nosotros era un misterio desde que conocimos las líneas básicas de la reforma: en qué podía consistir esa ‘evangelización’ elevada al primer puesto del escalafón romano, cuando el propio Santo Padre insistía una y otra vez en la ‘solemne tontería’ que es el proselitismo y desanimaba el intento de traer a la Iglesia a miembros de otras confesiones, cuya pluralidad, ha vuelto a decir en Macedonia, es lo que hace bella a una sociedad.

Pero ésta es la probable respuesta: este megadicasterio se encargará de ese ‘diálogo’ con el tiempo presente en el que, al parecer, sólo hablan los otros, solo proponen los otros, mientras esta jerarquía responde a las exigencias del mundo incorporando una parte cada vez mayor de su mensaje, por fuerza efímero.

Carlos Esteban

Detrás de las leyes de violencia de género solo existe un interés económico y político, dice abogado experto


Duración 2:10 minutos

Es falso que las leyes de violencia de género lo que busquen es defender a la mujer.

Un académico, el profesor Pierantoni, defiende el contenido de la carta que acusa al Papa de herejía: la Iglesia se enfrenta a la "crisis más grave" de su historia (Diane Montagna) [1 de 6 ]

[NOTA: Al tratarse de una larga entrevista reparto su contenido en varias entradas. Se encuentra primero en el original inglés y, a continuación, traducido al español]

Esta entrevista está recogida también en Chiesa e post concilio

Scholar defends letter accusing Pope of heresy: Church is facing ‘most serious crisis’ in history

ROME, May 7, 2019 (LifeSiteNews) — The recent open letter to all Catholic bishops accusing Pope Francis of heresy and urging the world’s episcopate to investigate these charges has provoked admiration and opposition among leading Catholics and drawn considerable attention in the secular media. 
Notable responses to the letter have come from Fr. Joseph Fessio, SJ, Fr. Brian Harrison, O.S., and Fr. Thomas Weinandy, O.F.M. Capuchin.
The letter has also left many Catholics with questions: are the signatories accusing Pope Francis of being a formal heretic? Are they contravening canon law? What will the effect be now that the word “heresy” has been used openly in reference to Pope Francis? And why did they not first seek to address their concerns with him privately, before taking this historic step?
LifeSite spoke with Professor Claudio Pierantoni, one of the lay scholars who helped to draft the open letter. Professor Pierantoni, who was born in Rome, is a professor of Medieval Philosophy in the Philosophy Faculty of the University of Chile (Santiago). He has two PhDs: in the History of Christianity and in Philosophy.
In this wide-ranging interview, Pierantoni addresses these questions, responds to critics of the open letter, and explains why he believes the Church is now passing through “the most serious crisis not only since the Protestant Reformation, but in all of her history.”
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- LifeSite: Professor Pierantoni, what motivated you to sign the open letter accusing Pope Francis of the crime of heresy and calling the Bishops of the Catholic Church to investigate the charges? 
Prof. Pierantoni: First, a duty in conscience as a Catholic. As the Letter notes, this act follows the publication of a document on Amoris Laetitia (AL), signed by 45 scholars in 2016 that highlighted the serious ambiguity of many passages which, in their most obvious and natural sense, seemed heretical. Then, in 2017, with a larger group of 250 scholars, we published the Correctio filialis de haeresibus propagatis (Filial Correction about the Propagation of Heresies) when it was clear from various statements made by the Pope that the ambiguous passages of AL were certainly to be understood in a heretical sense. 

Finally, during the last period, the Pope’s will to impose a certain line of revolutionary change in sexual and matrimonial ethics has been widely confirmed, especially through the appointment of prelates favoring such a revolution to important places of the government in the Church. 

Therefore, we have now reached the point of affirming the heresy which is appropriate to call “obstinate” or “pertinacious.” Hence the need to have recourse to the bishops to remedy this tragic situation for the faith: the situation of a pope who falls into heresy. 
- Were you also involved in the drafting of the document?
Yes, I was a member of the discussion group from which the final version (laboriously) emerged. The letter was initially written by a single author but was then widely discussed in a small group for about four months, with numerous amendments made.
- The summary of the open letter reads: “The present Open letter to the bishops of the Catholic Church goes a stage further [than the Filial Correction] in claiming that Pope Francis is guilty of the crime of heresy.” Many Catholics might find this language new or strange. In what sense is heresy a “crime”? And how can the Pope be guilty of heresy given the Lord’s promise to always be with His Church?
A delict (or crime) is an action that undermines the rights of others. The Catholic faithful have the right to have bishops publicly guard and teach the correct doctrine of the Church without ambiguity, change or novelty. The concept of Tradition, of the depositum fidei [deposit of faith], is very precise in the Catholic Church: it is not a generic love of the past or respect for the wisdom of one’s forefathers, but a much more specific commitment. 

Just as in a deposit agreement, the depositary is required to return to the depositor exactly what he received, neither more nor less, so in the Church a bishop must deliver intact to the faithful what he has received as a deposit from the Apostles, who have received it directly from Christ. 

He has the further duty of ensuring that no one else alters or contaminates it with strange doctrines. This duty belongs most especially to the bishop of Rome, to whom Christ himself gave the primacy in this action of feeding and tending his flock. The words of Jesus Christ to Peter reported by the beloved disciple: “Feed my sheep,” and repeated three times (John 21:15-19), are inscribed in enormous gold letters along the base of the inner frame of the dome of St. Peter’s Basilica. 

For the Pope to fail in this duty is therefore not only “a” crime but the most serious of crimes, because it endangers the salvation of souls. It empties of meaning his very essence as Shepherd, and that is why in doing so he renounces his role as such. The bishops who recognize this fact do not “depose” the Pope, because the Pope cannot be deposed: they only take note of the fact that the Pope has spontaneously renounced his office. In juridical language, we say that the act of the bishops would have a purely declarative nature.

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL


ROMA, 7 de mayo de 2019 (LifeSiteNews) - La reciente carta abierta a todos los obispos católicos acusando al Papa Francisco de herejía e instando al episcopado del mundo a investigar estos cargos ha provocado admiración y oposición entre los principales católicos y ha atraído una considerable atención en los medios seculares.

Respuestas notables a la carta provienen del p. Joseph Fessio, SJ, p. Brian Harrison, O.S., y el Padre Thomas Weinandy, O.F.M. Capucho.

La carta también ha dejado a muchos católicos con preguntas: ¿acaso los signatarios acusan al Papa Francisco de ser un hereje formal? ¿Están infringiendo la ley canónica? ¿Cuál será el efecto ahora que la palabra "herejía" se ha utilizado abiertamente en referencia al Papa Francisco? ¿Y por qué no trataron primero de abordar sus preocupaciones con él en privado, antes de dar este paso histórico?

LifeSite habló con el profesor Claudio Pierantoni, uno de los académicos laicos que ayudó a redactar la carta abierta. El profesor Pierantoni, nacido en Roma, es profesor de filosofía medieval en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile (Santiago). Tiene dos doctorados: en Historia del cristianismo y en Filosofía.

En esta amplia entrevista, Pierantoni responde a estas preguntas, responde a los críticos de la carta abierta y explica por qué cree que la Iglesia ahora está pasando por "la crisis más grave no solo desde la Reforma protestante, sino en toda su historia". ”

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- LifeSite: Profesor Pierantoni, ¿qué lo motivó a firmar la carta abierta acusando al Papa Francisco del crimen de herejía y llamando a los Obispos de la Iglesia Católica a investigar los cargos?

Prof. Pierantoni: Primero, un deber en la conciencia como católico. Como señala la Carta, esta ley sigue a la publicación de un documento sobre Amoris Laetitia (AL), firmado por 45 académicos en 2016 que destacó la grave ambigüedad de muchos pasajes que, en su sentido más obvio y natural, parecían heréticos. Luego, en 2017, con un grupo más grande de 250 académicos, publicamos Correctio filialis de haeresibus propagatis (Corrección Filial sobre la Propagación de las Herejías) cuando se desprendió de varias declaraciones hechas por el Papa que varios pasajes ambiguos de AL eran ciertamente entendidos en un sentido herético. 

Finalmente, durante el último período, la voluntad del Papa de imponer una cierta línea de cambio revolucionario en la ética sexual y matrimonial ha sido ampliamente confirmada, especialmente a través de la designación de prelados que favorecen tal revolución a lugares importantes del gobierno en la Iglesia. 

Por lo tanto, ahora hemos llegado al punto de afirmar la herejía que es apropiado llamar "obstinado" o "pertinente". De ahí la necesidad de recurrir a los obispos para remediar esta trágica situación de la fe: la situación de un Papa que cae en herejía.


- ¿También participó usted en la redacción del documento?

Sí, fui miembro del grupo de discusión del cual surgió la versión final (laboriosamente). La carta fue escrita inicialmente por un solo autor, pero luego se discutió ampliamente en un pequeño grupo durante aproximadamente cuatro meses, con numerosas enmiendas.

- El resumen de la carta abierta dice: "La presente carta abierta a los obispos de la Iglesia Católica va más allá [que la corrección filial] al afirmar que el Papa Francisco es culpable del crimen de herejía". Muchos católicos pueden encontrar este lenguaje nuevo o extraño ¿En qué sentido es la herejía un “crimen”? ¿Y cómo puede el Papa ser culpable de herejía dada la promesa del Señor de estar siempre con Su Iglesia?

Un delito (o crimen) es una acción que socava los derechos de los demás. Los fieles católicos tienen derecho a que los obispos guarden y enseñen públicamente la doctrina correcta de la Iglesia sin ambigüedades, cambios o novedades. El concepto de tradición, del depositum fidei [depósito de fe], es muy preciso en la Iglesia católica: no es un amor genérico del pasado o el respeto por la sabiduría de los antepasados, sino un compromiso mucho más específico. 

Al igual que en un acuerdo de depósito, se requiere que el depositario devuelva al depositante exactamente lo que recibió, ni más ni menos, por lo que en la Iglesia un obispo debe entregar intacto a los fieles lo que ha recibido como depósito de los Apóstoles, quienes lo recibieron directamente de Cristo

Tiene el deber adicional de garantizar que nadie más lo altere o lo contamine con doctrinas extrañas. Este deber pertenece más especialmente al obispo de Roma, a quien Cristo mismo dio la primacía en esta acción de alimentar y atender a su rebaño. Las palabras de Jesucristo a Pedro recogidas por el discípulo amado: "Alimenta a mis ovejas" y repetidas tres veces (Juan 21: 15-19), están inscritas en enormes letras de oro a lo largo de la base del marco interior de la cúpula de la Basílica de San Pedro. 

Que el Papa no cumpla con este deber es, por lo tanto, no solo un crimen  sino el más grave de los crímenes, porque pone en peligro la salvación de las almas. Vacía de significado su propia esencia como Pastor, y es por eso que al hacerlo renuncia a su papel como tal. Los obispos que son conscientes de este hecho no "deponen" al Papa, porque el Papa no puede ser depuesto: sólo toman nota del hecho de que el Papa ha renunciado espontáneamente a su cargo. En lenguaje jurídico, decimos que el acto de los obispos tendría un carácter puramente declarativo.
 (continuará)

NOTICIAS VARIAS 8 y 9 de mayor de 2019




SPECOLA
La fidelidad arco iris, Almodóvar víctima de abusos, un nuevo sacerdote romano, procesos políticos de santidad, Macedonia y Lesbos.

GLORIA TV

Nuevo Motu Proprio que contiene cláusulas elásticas para tratar el fraude de los abusos

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Francisco: Comisión sobre “diáconos” mujeres fue incapaz de encontrar consenso

Francisco repite su herejía: la diversidad religiosa es “riqueza humana”

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INFOCATÓLICA

Todas las comunidades autónomas de España salvo Murcia están en pleno suicidio demográfico

 El Papa obliga a denunciar todos los abusos de los que se tenga conocimiento y a los encubridores

Sobre la certeza en la historia. Veracidad y autenticidad (Javier Olivera Ravasi)

INFOVATICANA

Cardenal Ouellet: El Motu proprio es uno de los frutos del encuentro para la protección de menores

Selección por José Martí

Una parroquia de Turín da un retiro para enseñar fidelidad a parejas homosexuales (Carlos Esteban)



El padre Gian Luca Carrega, delegado pastoral de la Diócesis de Turín, ha organizado discretamente el mismo ‘retiro espiritual’ para parejas gays que el año pasado tuvo que cancelar el arzobispo por presión de los fieles. ¿Su objetivo? Enseñar ‘fidelidad’ a los convivientes homosexuales.

La iniciativa del padre Gian Luca Carrega de enseñar fidelidad a parejas en uniones homosexuales, dice su superior, el arzobispo de Turín, Cesare Nosiglia, pretende “ayudar a las personas homosexuales a comprender y realizar plenamente el proyecto de Dios sobre cada uno de ellos”. Y ese proyecto, al parecer, consiste en que reserven los actos que la Iglesia considera pecado grave el uno con el otro.

Nosiglia se apresura a añadir que eso no significa en absoluto cuestionar la enseñanza de la Iglesia sobre el carácter intrínsecamente pecaminoso de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, pero eso es exactamente lo que significa, o no tiene sentido alguno.

Que la fidelidad en las parejas homosexuales pueda ser conveniente para la salud pública, por ejemplo, o incluso para el bienestar de los implicados es algo que quizá interese a las autoridades civiles fomentarlo. Pero la Iglesia no puede fomentar lo que considera un grave pecado sugiriendo que mantenerse ‘fiel’ lo atenúa.

Siendo muy claros: los actos homosexuales pueden ser el pecado que la Iglesia ha enseñado siempre como uno de los cinco que claman al Cielo o puede no serlo. Si no lo es, entonces la Iglesia ha enseñado el error durante estos dos mil años, por no contar los otros milenios en que la Ley Mosaica lo consideró una abominación. Y si la Iglesia ha errado en enseñanza tan crucial para el concepto mismo de la moral sexual, la Iglesia no es la portavoz del mensaje perenne de Cristo -siempre el mismo ayer, hoy y mañana-, sino una especie de club de debate que adapta su pensamiento al albur de las modas del siglo. En ese caso, como decía Flanney O’Connor de la Eucaristía considerada como un mero símbolo, al diablo con ella.

Si, por el contrario, la actividad homosexual es lo que la Iglesia ha afirmado siempre e invariablemente, lo que se está enseñando en Turín es la contumacia en el pecado habitual. Incluso dando por bueno que pueda ser moralmente menos malo pecar mortalmente de forma doméstica y habitual con la misma persona que con varias, nos chocaría encontrar un retiro encaminado a encarecer a los defraudadores que estafaran una cantidad más modesta o que se limitaran a desfalcar siempre la misma entidad.

Decía Chesterton que si había algo que nunca podría decirse de la Iglesia Católica es que fuera ‘respetable’, entendiendo bien lo que el autor inglés quería decir con esa palabra. Pero eso parece ser lo que se viene filtrando hoy en este asunto de la práctica homosexual, un tufo ‘conservador’ por el que lo importante es que la actividad de que se trate ‘parezca’ normal y regulada, como si la respetabilidad doméstica y burguesa fuera la suma ley.

Es, naturalmente, absurdo. Todo lo que sea tratar de ‘normalizar’ esas relaciones, regularlas, es un modo indirecto y oblicuo de aceptarlas, con gravísimo peligro para las almas.

Carlos Esteban

Mons. Schneider pide una rectificación oficial de la declaración de Abu Dhabi sobre la diversidad de religiones



(LSN/InfoCatólica) La declaración de Abu Dhabi «sigue siendo válida» y, por lo tanto, dice Schneider, «se está proclamando un nuevo Evangelio, un Evangelio que no es el enseñado por el Verbo Encarnado de Dios, que fue predicado lealmente por los Apóstoles y se transmitió» a la Iglesia».
«No puede haber ninguna duda», explica Mons. Schneider, «¿Qué diría San Pablo hoy, con respecto a esta polémica formulación en la declaración de Abu Dhabi? "Pero aunque nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciásemos un evangelio diferente del que os hemos predicado, ¡sea anatema!" (Gálatas 1,8)» .
«Hasta ahora, ni el Papa, ni ningún organismo de la Santa Sede que hable en su nombre, han hecho una corrección pública con referencia directa al pasaje dudoso sobre la diversidad de religiones en la declaración de Abu Dhabi», explica el Obispo Schneider en una entrevista con Gloria.tv. «Por lo tanto», concluye, «la formulación sobre la diversidad de las religiones sigue siendo válida».
En la entrevista, el obispo Schneider repasa en detalle los diferentes desarrollos relacionados con su discusión con el Papa Francisco sobre esta declaración de Abu Dhabi.
Insiste en que la corrección que le dio el Papa durante una audiencia el 1 de marzo tiene solo un «carácter privado», y explica que le dio al Pontífice el mismo día una carta pidiéndole que «rescindiera» la formulación de la «diversidad de religiones». El Papa Francisco, el 5 de marzo, respondió al obispo Schneider en una carta, diciendo que en el documento de Abu Dhabi, la expresión «es querida por Dios» significa la «voluntad permisiva de Dios».
«Luego escribí, el 25 de marzo, otra carta personal», explica Schneider. En esta carta, le preguntó al Papa si podía repetir «públicamente para toda la Iglesia» lo que el Papa le había dicho y escrito a Mons. Schneider en privado. El obispo le pidió que lo hiciera «debido a la confusión en la Iglesia que crece día a día con respecto a la verdad de que la Fe en Jesucristo como el único Redentor de la humanidad es la única religión querida directa y positivamente por Dios».
Consultado sobre el hecho de que el Papa Francisco, durante la audiencia general del 3 de abril, habló explícitamente sobre la «voluntad permisiva de Dios» con respecto a la diversidad de las religiones, y con ello el Papa «eliminó el problema», el obispo Schneider. dice: «Con esta formulación, el Papa Francisco no hace una referencia directa al pasaje tan discutido de la declaración de Abu Dhabi». Además, el prelado afirma que no hay ninguna enseñanza expresa que mencione que la Fe de Jesucristo es la única religión que Dios desea positivamente».
El Obispo Schneider menciona que el Papa Francisco sí le envió personalmente una copia de esa declaración del 3 de marzo durante la audiencia general. Pero continúa, diciendo que si bien esta declaración del 3 de marzo puede ser un «pequeño paso adelante», sigue dándose el caso de que «la declaración es incorrecta en sí misma y como se puede encontrar en el documento de Abu Dhabi, sigue sin producirse». una corrección clara y auténtica dentro de la Iglesia.
«De este modo», afirma el obispo Schneider, «la verdad sobre la singularidad de Jesucristo como Redentor de la humanidad y, posteriormente, la fe en Él como la única religión querida por Dios se está relativizando. De esta manera, aumenta el peligro de que se niegue la esencia de todo el Evangelio y, con ello, del depositum fidei [depósito de la Fe».

Jesús no fue un hombre bueno (Bruno Moreno)


“¿Acaso leemos alguna vez que se encontrara con una viejecilla que subía una cuesta llevando una pesada carga y se ofreciera a llevársela? ¿Se tiró alguna vez al agua para salvar una vida? ¿Hemos oído decir, por lo menos, que repartiera dinero a los hambrientos? ¿Iba de un lado a otro consolando a los enfermos y animándolos? No, no hay ningún indicio de nada de eso. No se tiró al agua, caminó sobre el agua. Cuando la gente tenía hambre, no repartió dinero, repartió pan multiplicado misteriosamente. No consoló a los enfermos, los curó”.
………………………….
Durante al menos un par de siglos fuera de la Iglesia y aún hoy “dentro” de ella entre los que han perdido la fe, ha estado de moda considerar a Jesús como un gran hombre, un hombre bueno, quizá un revolucionario al estilo del Che Guevara, un maestro moral como Confucio, o, para cubrir todas las posibilidades, un revolucionario moral. De forma más ramplona, a veces se le considera un filántropo o, simplemente, un progre avant la lettre. Si algo tienen en común estas ideas es su carácter completamente inverosímil. Hace falta mucha más fe para creer en ellas que para creer en la divinidad de Cristo.
Como señala Knox, es suficiente leer los Evangelios para darse cuenta de que la Persona descrita en ellos no es un hombre bueno en el sentido común de la palabra. No hace ninguna de las buenas obras que uno esperaría de un buen ser humano. Sus buenas obras son sobrenaturalmente buenas y carecen de sentido desde un punto de vista meramente natural. Un hombre bueno no pretende redimirnos ni hacer milagros, no nos concede generosamente dar la vida por él ni nos ofrece a cambio la vida eterna.
Como revolucionario, también sería un fracaso absoluto, porque, además de aconsejar pagar servilmente tributo al romano imperialista puñetero y desalmado (como decía aquella canción), lo único que tiene que decir cuando finalmente llega el enfrentamiento político es que su reino no es de este mundo y que quien a hierro mata, a hierro muere. No cabe duda de que el Che lo habría expulsado sin miramientos del Club de Revolucionarios Barbudos y Desgreñados.
Asimismo, ¿qué moralista humano diría cosas como “sin mí no podéis hacer nada” o haría depender el destino final del hombre de su comportamiento ante Él? Cualquier moralista normal rechazaría esas pretensiones en uno de sus colegas sin pensárselo un instante, aconsejando de paso que el colega en cuestión fuera recluido lo antes posible en una celda de paredes acolchadas. Por supuesto, si como revolucionario es malo y como moralista es peor, como revolucionario moral ya sería un completo desastre.
Lo cierto es que todas esas ideas secularizadas que mantienen una vaga admiración por Jesús tienen un mismo fundamento: la tentación de aceptar lo que a uno le gusta de la realidad y dejar a un lado lo demás. En lugar de tomarse en serio la realidad de los Evangelios, los reducen a un cajón de sastre de donde solo sacan lo que les parezca que puede adularles, aliviar sus angustias, justificar sus debilidades o confirmar sus prejuicios. Pretender que Cristo es uno más de los hombres buenos, revolucionarios idealistas, grandes moralistas o incluso meros profetas de la historia, es, en realidad, crear una imagen inventada de Jesús, un Jesús a la medida, que nada tiene que ver con lo que aparece en el Evangelio y transmite la Iglesia.
Es decir, curiosamente, son estas ideas sobre Jesús las que cumplen a la letra aquel terrible dictamen de Feuerbach: su dios no les creó a ellos, han sido ellos los que han creado a su dios. Y como su imaginación es escasa y más bien prosaica, ese dios ni siquiera es un dios, sino un mero hombre como ellos, hecho a su imagen y semejanza. El Jesús de Renán, de Pagola, de Schweitzer, de Kasper, de Nancy Pelosi o de Masiá es, a la postre, una copia borrosa de cada uno de ellos, ligeramente mejorada en lo que permita la imaginación del propio interesado y hábilmente diseñada de forma inconsciente para que nunca, nunca, nunca exija una verdadera conversión. Creer en esos Jesuses equivale a reafirmarse en lo que uno ya pensaba y, a la postre, es exactamente lo contrario de la fe.
En cambio, si uno se lo toma en serio, resulta inmediatamente obvio que el Evangelio pide, o exige más bien, apostar la vida entera a favor o en contra de su Personaje principal. Uno cae al suelo, vencido por Él, y lo adora como a su Dios y Señor o lo rechaza como a un loco peligroso y malvado. O el Evangelio es Palabra de Dios o un absurdo sin sentido. Adoración y fe o rechazo y enemistad. No hay término medio si uno quiere tomarse en serio la información que tiene ante sí. No podéis servir a dos señores.
Bruno Moreno