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martes, 8 de abril de 2025

¿«Todos, Todos, Todos»?, El Mantra que se incumple en Alemania. Sacerdote tilda de “Nazi” a monaguillo y lo echa por poner en su estado de WhatsApp foto con líder de partido AfD



Esta información nos ha interesado por el hecho de que los simoniacos obispos alemanes han encontrado otra forma de excluir de su selecto grupo no solamente a los que no les sostienen sus holganzas y extravíos por medio del impuesto eclesial, sino también a los que ellos han dado de llamar “Nazis”, con cualquier justificación, incluso la más rebuscada, como la del ejemplo a continuación. Lea y entienda que aquello de “todos, todos, todos” es un simple slogan barato para mercadear un cierto tipo de Iglesia en donde precisamente no se acepta a todos, sino a los de prosapia similar. Y ahora que nos referimos a Alemania, lo que aquí aparece se parece mucho a un cierto pasaje que describía Ana Catalina Emmerick en sus visiones y revelaciones.

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Continúa el cordón sanitario contra el partido soberanista Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán), ahora también en el sector eclesiástico. En la localidad bávara de Teisnach, un joven monaguillo de 16 años ha sido apartado de sus funciones por su propio párroco después de que saliera a la luz una fotografía en la que aparece junto al eurodiputado de AfD Maximilian Krah.

El adolescente, que llevaba nueve años como monaguillo y era considerado un ejemplo dentro de su parroquia, compartió la imagen en su estado de WhatsApp tras asistir, por iniciativa propia, a varios actos políticos antes de las elecciones, entre ellos uno de AfD. A raíz de esa foto, el sacerdote lo convocó a una conversación privada en la que, según ha relatado la familia, llegó a llamarlo «nazi» y lo expulsó como monaguillo principal.

El joven no milita en ningún partido, pero eso no ha evitado que se le castigue por aparecer con un político de una formación legítima y con representación democrática. Para su familia, el episodio ha sido un mazazo. En una carta abierta, han expresado su tristeza e incomprensión, recordando que el chico incluso había manifestado interés en el sacerdocio.

Desde el obispado de Passau se ha confirmado el caso y se han limitado a recordar que la Iglesia «defiende el orden democrático y libre». Para justificar la medida, han citado una declaración de la Conferencia Episcopal Alemana de febrero de 2024 que afirma que «el nacionalismo étnico y el cristianismo son incompatibles«.

Krah también ha denunciado lo ocurrido en su cuenta en X, donde ha lamentado lo ocurrido y ha asegurado que intentará ponerse en contacto con el joven. «La Iglesia alemana del impuesto eclesiástico ha sido durante mucho tiempo postcristiana y a menudo anticristiana. El niño ahora está aprendiendo esto a las malas. Espero que esto fortalezca aún más su fe. Intentaré ponerme en contacto con él», ha afirmado.

Como ha señalado el político de AfD, lo ocurrido trasciende la anécdota y refleja una tendencia en ciertas estructuras de la Iglesia en Alemania, donde parece pesar más la vigilancia sobre las ideas políticas de los fieles que la misión de formar en la fe. El mensaje que se percibe es claro: si simpatizas con posturas que se salen del marco ideológico aceptado, puedes acabar señalado, incluso dentro de tu propia parroquia.

miércoles, 2 de abril de 2025

Continúa la sangría de fieles (y contribuyentes) de la Iglesia católica en Alemania



La mala noticia ha caído como una ducha fría la semana pasada. La Conferencia de Obispos Catòlicos Alemanes ha publicado su informe anual correspondiente al año 2024 en el que constata que 321.611 fieles han abandonado la Iglesia católica. Se confirma de este modo la hemorragia de fieles que ya se experimentaba en años anteriores.

En Roma, la noticia ha causado profunda preocupación, pues tiene lugar en momentos de difícil diálogo entre la Santa Sede y el episcopado alemán. Por otra parte, al descender el número de fieles desciende también la contribución económica que la Iglesia en Alemania puede ofrecer a la Santa Sede, la más importante en Europa.

El fenómeno de las apostasías

El fenómeno de las apostasías de la Iglesia católica se contabiliza con precisión año tras año, pues depende del número de personas que se dan de baja en el registro oficial de las iglesias. De este modo, quedan exentas de pagar el impuesto religioso.

Si bien la sangría del año 2024 ha sido muy dolorosa, es inferior a la de los dos últimos años. En 2023, 402.694 personas abandonaron la Iglesia católica, mientras que en 2022 fueron 520.000. Según estas cifras, en la actualidad, la Iglesia cuenta en el país con 19,8 millones de católicos, el 23,7 % de la población alemana.

En Alemania, el impuesto religioso (Kirchensteuer) constituye un tributo que el Estado cobra a los miembros registrados de determinadas comunidades religiosas, principalmente la Iglesia católica y las iglesias protestantes (luteranas y reformadas), aunque también lo pueden recaudar otras confesiones reconocidas oficialmente.

El impuesto religioso

El impuesto religioso en Alemania corresponde al 8 o el 9 por ciento del impuesto sobre la renta (IRPF). Solo lo pagan quienes están registrados como miembros de una iglesia oficialmente reconocida. Por ejemplo, si una persona paga 10.000 euros de impuesto sobre la renta al año, pagará entre 800 y 900 € de impuesto religioso adicional, si está registrada como miembro de una iglesia.

El impuesto lo recauda el Estado alemán a través del sistema fiscal, y luego lo transfiere a la iglesia correspondiente, quedándose con una pequeña comisión. Este mecanismo se introdujo en 1919 con el objetivo de garantizar la independencia financiera de la Iglesia con respecto al Estado.

Para dejar de pagar el impuesto es necesario apostatar oficialmente de la fe. El trámite se realiza en la oficina local de registro civil o el juzgado (dependiendo del estado). Tras la renuncia, se deja de ser oficialmente miembro de la iglesia. Puede tener consecuencias religiosas (por ejemplo, no poder casarse por la iglesia o no recibir algunos sacramentos).

Secularización y escándalos

El elevado número de apostasías de los últimos años tiene lugar a causa de una compleja serie de causas, entre las que destaca el proceso de secularización que se vive en el país. A esta crisis se le unió el impacto, en 2018 de la publicación por parte de la Conferencia Episcopal Alemana de un devastador informe sobre los abusos sexuales en el seno de la Iglesia.

Otros números fundamentales de la vida de la Iglesia católica en Alemania son negativos: en el último año ha descendido el número de bautismos: en 2024 fueron 116.222, mientras que en 2023 se habían celebrado 131.245. Los matrimonios en la iglesia fueron 22.504, mientras que en el año anterior habían sido 27.565. Como nota positiva, 4.743 creyentes fueron readmitidos en la Iglesia; en 2023 habían sido 4.127.

Para tratar de responder a esta sangría de fieles, el 1 de diciembre de 2019 la Iglesia emprendió el así llamado Camino sinodal, una asamblea formada por obispos, órdenes religiosas, comunidades y laicos representantes del Comité Central de Católicos Alemanes.

Las propuestas del Camino sinodal

En las votaciones de sus asambleas Camino sinodal ha reivindicado entre otras reformas la ordenación sacerdotal de mujeres, una mayor influencia de los laicos en la elección de los obispos, una ceremonia pública de bendición de parejas homosexuales, la reforma de las enseñanzas en materia de ética sexual en del Catecismo de la Iglesia Católica, la posibilidad de ordenar a sacerdotes casados.

Tanto representantes de la Curia Romana como el mismo Papa Francisco han intervenido en varias ocasiones para explicar que esta asamblea de laicos, clérigos y religiosos no tiene el poder para cambiar las enseñanzas de la Iglesia de manera autónoma.

Homologar a la Iglesia católica con la protestante

En junio de 2022 el Papa Francisco, en una entrevista publicada por la “Civiltà Cattolica” explicó que el Camino sinodal alemán, tal y como está organizado, corre el riesgo de homologar a la Iglesia católica con la protestante, dado que acaba asumiendo sus mismos postulados.

“Ya hay una muy buena Iglesia evangélica en Alemania. No necesitamos dos”, explicó el Papa, repitiendo el consejo que ya había dado a monseñor Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.

Problemas similares para la Iglesia Evangélica

La preocupación del Vaticano parece ser confirmada por los números. La adopción de un modelo de Iglesia como el de la protestante no reduce el número de las apostasías. De hecho, la Iglesia Evangélica en Alemania (EKD) está viviendo el mismo fenómeno. En 2024, aproximadamente 345.000 protestantes abandonaron formalmente la iglesia. El número de los cristianos evangélicos en el país ha descendido a unos 18 millones.

El constante descenso de fieles implica también menos ingresos para la Iglesia alemana, una de las mayores contribuyentes a nivel económico con la Santa Sede. En 2023, los ingresos de las 27 diócesis alemanas ascendieron a 6.510 millones de euros, prácticamente 330 millones de euros menos, es decir, un 5% en comparación con 2022.

martes, 24 de octubre de 2023

El canciller alemán, Olaf Scholz, constata ahora el fracaso del multiculturalismo y señala que deben deportar «a gran escala» (Carlos Esteban)


Uno de los incontables lujos de ser de izquierdas es que puedes decir cosas que, en un político de cualquier otra ideología, te valdría la condena universal por fascista. El ejemplo más reciente de esta ley universal es el canciller alemán Olaf Scholz, socialdemócrata del SPD, quien abre el prestigioso semanario Der Spiegel con estas sorprendentes declaraciones: «Debemos deportar al fin a gran escala».

Después de más de un millón de extranjeros llegados al país desde el infausto momento en que Angela «Mutti» Merkel decidió invitar a todos los refugiados a instalarse en Alemania, el Gobierno germano ha necesitado ver las masivas manifestaciones en favor de Hamás en sus ciudades para darse cuenta de que el modelo cultural ha fracasado con consecuencias espantosas.

Porque ya no se trata de diluir completamente la cohesión social del país o de multiplicar la inseguridad ciudadana: ahora es una cuestión de seguridad nacional, reconoce Scholz en la entrevista concedida al semanario. Así que, añade, la solución final sería «deportar a gran escala a los que no tienen derecho a estar aquí». Y deprisa, añade.

Claro que quizá no sea la «cuestión de seguridad» lo único que haya movido al mandatario a tomar esta súbita decisión, en contradicción absoluta con la política de todos los partidos históricos del país; es más que probable que hayan influido en su ánimo consideraciones electorales: los soberanistas de Alternativa por Alemania (AfD) son ya la segunda fuerza del país, tras los democristianos de la CDU-CSU.

Casi tres cuartas partes de los alemanes consideran que la inmigración procedente de países islámicos supone un alto riesgo para la seguridad, según una encuesta de Insa encargada por el periódico Bild .

La encuesta encontró que el 71,1% de los encuestados cree que los inmigrantes de países con una fuerte influencia islámica representan un «riesgo de seguridad para Alemania». Por el contrario, sólo el 9,1% respondió negativamente. Otro 19,8% no respondió.

La encuesta también muestra que el 57,7% de los alemanes dicen estar convencidos de que hay «muchos» musulmanes en Alemania que apoyan el terrorismo contra Israel, mientras que el 18,1% rechaza esta afirmación. Otro 24,2% no dio respuesta.

Las marchas propalestinas, que se han convertido en violencia en algunas ciudades alemanas , han copado los titulares de todo el país en los últimos días.

Alemania no da ya abasto con la inmigración ilegal, que en los últimos meses ha vuelto a dispararse: en los primeros nueve meses de 2023 han llegado a Alemania 92.119 personas por la puerta de atrás, una cifra récord en los últimos siete años. En 2022, fueron 91.986, y en 2021, 57.637. El punto más alto se alcanzó con la infausta invitación de Merkel en 2016, cuando 111.843 inmigrantes entraron de golpe en Alemania, y eso sin contar a los inmigrantes legales.

Carlos Esteban

sábado, 12 de noviembre de 2022

Dios no está presente en este proceso sinodal



(Riposte Catholique)-En su blog, el obispo Rob Mutsaerts, obispo auxiliar de Bois-le-Duc (Países Bajos), denuncia el proceso sinodal:

El jueves 27 de octubre, la Secretaría del Sínodo de los Obispos en Roma presentó el documento de trabajo para la fase continental del sínodo «Por una Iglesia sinodal: communio, participatio, missio». La declaración se hizo en una conferencia de prensa presidida por el cardenal Grech y celebrada en el centro de prensa de la Santa Sede en Roma. El documento se titulaba «Aumenta el espacio de tu tienda» (Isaías 54:2). Sobre la base de todos los documentos finales de las reuniones en los distintos continentes, la Secretaría del Sínodo de los Obispos elabora el Instrumentum Laboris, el documento de trabajo para las reuniones sinodales de 2023 y 2024.

El mantra del proceso es: escuchar. ¿A quién? A todos. El documento de trabajo contiene un buen número de citas.

«Estas citas se han elegido porque expresan de forma especialmente poderosa, bella o precisa sentimientos que se expresan de forma más general en muchos informes. La experiencia sinodal puede leerse como una forma de reconocimiento para aquellos que no se sienten suficientemente reconocidos en la Iglesia.»

Los perfiles del proceso sinodal son cada vez más claros. Proporciona un megáfono para las opiniones no religiosas. El documento indica hacia dónde debe conducir el camino sinodal en última instancia:

«Significa una Iglesia que aprende escuchando a renovar su misión evangelizadora a la luz de los signos de los tiempos, para seguir ofreciendo a la humanidad un modo de ser y de vivir en el que todos puedan sentirse incluidos como protagonistas.»

Quiénes son los que se sienten excluidos. Párrafo 39:

«Entre los que reclaman un diálogo más significativo y un espacio más acogedor, encontramos también a quienes, por diversas razones, sienten una tensión entre la pertenencia a la Iglesia y sus propias relaciones amorosas, como por ejemplo: divorciados vueltos a casar, padres solteros, personas en matrimonios polígamos, personas LGBTQ, etc. 
».

En resumen, los que no están de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica. Lo que el documento de debate parece sugerir es que hagamos una lista de quejas y luego las debatamos. La misión de la Iglesia es diferente. No es examinar todas las opiniones y luego llegar a un acuerdo. Jesús nos mandó algo más: proclamar la verdad; es la verdad la que os hará libres. El comentario de que la Iglesia no presta atención a la poligamia es especialmente curioso. Además, el documento no presta atención a los tradicionalistas. Ellos también se sienten excluidos. De hecho, el Papa Francisco los considera literalmente como tales (Traditionis Custodes). Aparentemente no hay empatía para este grupo.

Hasta ahora, el proceso sinodal parece más bien un experimento sociológico y tiene poco que ver con el Espíritu Santo que supuestamente resuena a través de todo el ruido. Casi se podría decir que es una blasfemia. Lo que está cada vez más claro es que el proceso sinodal va a ser utilizado para cambiar una serie de posiciones de la Iglesia. Lo principal que sale de las sesiones de escucha es una fe evaporada, que ya no se practica y que no acepta las posiciones de la Iglesia. La gente se queja de que la Iglesia no acepta sus opiniones. Aunque esto no es del todo cierto. Los obispos flamencos y alemanes van aún más lejos, lo que en realidad es mucho más trágico. Ya no quieren llamar pecado al pecado. Así que de conversión y arrepentimiento ya no se habla.

Como era de esperar, los llamamientos a la admisión de las mujeres al sacerdocio incluyen

«el papel activo de las mujeres en las estructuras de liderazgo de los organismos eclesiásticos, la posibilidad de que las mujeres convenientemente formadas prediquen en las parroquias, y un diaconado y un sacerdocio femeninos
».

Un ejercicio inútil, dado que los tres últimos pontificados han declarado explícitamente que esto es imposible. En política, todo está abierto a la discusión y al debate. Este no es el caso de la Iglesia. Existe una doctrina de la Iglesia que no está sujeta a tiempo y lugar. Pero el documento de trabajo realmente parece cuestionarlo todo. Así, leemos en el párrafo 60:

«La llamada a la conversión de la cultura de la Iglesia, para la salvación del mundo, está concretamente ligada a la posibilidad de establecer una nueva cultura, con nuevas prácticas y estructuras. »

Y luego dice esto:

«Se pide a los obispos que busquen los medios adecuados para llevar a cabo su tarea de validación y aprobación del documento final y que éste sea el fruto de un auténtico camino sinodal, respetuoso con el proceso realizado y fiel a las diferentes voces del pueblo de Dios en cada continente.»

Aparentemente, el cargo de obispo se reduce a la mera aplicación de lo que, en última instancia, es el máximo común denominador como resultado de una cascada de opiniones. La eventual fase final del proceso sinodal sólo puede parecerse a un día de excursión. Como es de esperar, todos los que no se salen con la suya dirán que están excluidos. De antemano, esto es una receta para el desastre. Si todo el mundo consigue lo que quiere -lo que no es realmente posible- el desastre es total. Entonces, la Iglesia habrá renegado de sí misma y dilapidado su identidad.

Al presentar el documento de trabajo, el cardenal Grech insistió mucho en que la tarea de la Iglesia es actuar como amplificador de todo el sonido que provenga del interior de la Iglesia, aunque sea contrario a lo que ésta siempre ha proclamado. Antes era diferente. En la época de la Contrarreforma, la Iglesia insistía en la claridad de sus afirmaciones. Convences a la gente defendiendo la fe católica de forma argumentada y con plena convicción. No se convence a nadie escuchando y dejando las cosas como están. Lo que molesta es que los obispos tenían instrucciones de escuchar y documentar lo que se decía. Estos informes se recogían en las provincias eclesiásticas y se enviaban a Roma. Informes que contienen múltiples herejías con la firma de la conferencia episcopal. No podíamos hacer otra cosa, pero no estoy nada contento. Muchos cardenales, por cierto, han devuelto la patata a Roma, preguntando qué es realmente la sinodalidad. No ha habido una respuesta clara.

Jesús adoptó un enfoque diferente. Escuchó a los dos discípulos decepcionados en el camino de Emaús. Pero en un momento dado habló y dejó claro que iban por mal camino. Esto les llevó a dar la vuelta y regresar a Jerusalén. Si no nos volvemos, acabaremos en Emaús y estaremos aún más lejos de casa de lo que ya estamos.

Una cosa está clara para mí. Dios no está presente en este abrumador proceso sinodal. El Espíritu Santo no tiene absolutamente nada que ver. Entre los protagonistas de este proceso hay, en mi opinión, demasiados defensores del matrimonio homosexual, personas que no creen realmente que el aborto sea un problema y que nunca se muestran como defensores del rico credo de la Iglesia, queriendo sobre todo caer bien a su entorno laico. Qué falta de cuidado pastoral, qué falta de amor. La gente quiere respuestas genuinas. No quieren volver a casa con más preguntas. Estáis alejando a la gente de la salvación. Es por ello que he renunciado al proceso sinodal.

miércoles, 21 de septiembre de 2022

¿Qué hacer con los obispos cuando no cumplen con su deber?



El día de su ordenación episcopal, Benedicto XVI escogió como lema “Cooperatores Veritatis”. El Pontífice alemán, tuvo claro desde el primer momento que su labor como obispo, debía estar enfocada a arrojar luz y defender la verdad.

Por desgracia, hoy en día vemos como cada vez más obispos se saltan a la torera este precepto, siendo ellos causantes y promotores de grandes inmoralidades y confusiones.

Mientras algunos se afanan por reformar la Iglesia desde dentro intentando colar doctrinas y enseñanzas nocivas, otros callan ante estos abusos.

Las herejías de alemanes y belgas

Hace escasos días, asistimos atónitos a cómo gran parte del episcopado alemán, con su presidente y el cardenal Marx a la cabeza, apoyaban reformas en moral sexual, uniones homosexuales y ordenación de mujeres.

Este pulso, no se mantiene desde el desconocimiento. Resulta inverosímil que haya obispos que desconozcan la nota que emitió la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde afirmaba que no se podía bendecir el pecado, en referencia a las parejas homosexuales. Por otro lado, es difícil de creer que los obispos desconozcan la Ordinatio Sacerdotalis de san Juan Pablo II donde afirma que «la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia».

Con todo esto, ¿cómo es posible que todavía queden obispos que planten cara de manera tan frontal y abierta contra el Magisterio de su propia Iglesia?

Cuando no se toman decisiones y se actúa de manera impune, es fácil que se produzca el «efecto llamada». En vistas que la inmensa mayoría del episcopado alemán se revuelve contra Roma y no pasa nada, ahora sus colegas belgas han decidido iniciar una nueva senda de ruptura con el Vaticano y la enseñanza católica.

En el día de ayer, publicamos como la Conferencia Episcopal de Bélgica, con el cardenal De Kesel a la cabeza, ha decidido abrazar y bendecir las uniones entre parejas homosexuales.

Lo que se esconde detrás de todas estas acciones, no es otra cosa que intentar «matar al pecado» y caer en que todo vale y que sólo hace falta ayudar a los pobres. En otras palabras, se trata de convertir la Iglesia católica, en una gran ONG.

Esta misma semana, hemos visto como algunos obispos han levantado la voz contra un error de Francisco en una de sus últimas cartas. Este tipo de actitudes no es lo habitual ya que siempre existe el temor a que pueda ocurrir como le pasó al obispo de Arecibo, monseñor Daniel Fernández, y ser destituido de un plumazo por parte del Papa.

Afortunadamente, aún algunos pocos obispos fieles a la verdad y que sin miedo ni complejos no dudan en levantar la voz cuantas veces sea necesario, tal y como han demostrado en numerosas ocasiones el obispo de Tyler, Joseph E. Strickland o Athanasius Schneider. También dentro del colegio cardenalicio los hay, como Müller o Sarah, que se han atrevido a corregir a sus colegas y alertar de estos peligros dentro de la Iglesia. Hay muchos otros, que públicamente prefieren guardar silencio.

El papel de los obispos y la doble vara de medir

Quizá haga falta recordar a este grupo de obispos progresistas colaboradores de doctrinas heréticas y confusas, que el Código de Derecho Canónico establece en el punto 386 que «el Obispo diocesano debe enseñar y explicar a los fieles las verdades de fe que han de creerse y vivirse, predicando personalmente con frecuencia; cuide también de que se cumplan diligentemente las prescripciones de los cánones sobre el ministerio de la palabra, principalmente sobre la homilía y la enseñanza del catecismo, de manera que a todos se enseñe la totalidad de la doctrina cristiana».

Cabe preguntarse, de manera legítima, el motivo por el cuál no «se actúa de oficio» en estos casos por parte de la Santa Sede y apartar cuanto antes a estos obispos que confunden al pueblo de Dios.

Es difícil de entender el empeño de Roma de poner su atención en restringir la Misa Tradicional por «falta de unidad» cuando resulta que hay un grupo de cardenales, obispos y sacerdotes que defienden públicamente doctrinas contrarias que menoscaban la unidad dentro de la Iglesia.

Resulta también sorprendente que se esté más preocupado en paralizar las ordenaciones en la diócesis de Frejús-Toulon, cuando es uno de los seminarios con más vocaciones de Francia o que se intervengan instituciones y movimientos de sana y buena doctrina que llenan las iglesias sin necesidad de inventarse cosas raras.

Redacción Infovaticana

viernes, 16 de septiembre de 2022

IV asamblea del Camino Sinodal alemán: un cisma consumado


Artículo de la Fraternidad San Pío X, publicado en su web en tres partes, que se recogen a continuación. Esta es una descripción detallada de la situación resultante del Camino Sinodal Alemán. A partir de aquí y aquí , puedes consultar las anteriores.


IV Asamblea del Camino Sinodal Alemán: 
un cisma consumado


I. ¿Hacia dónde irá el Camino Sinodal Alemán?

La cuarta y penúltima asamblea del Camino Sinodal Alemán tuvo lugar en Frankfurt del jueves 8 al sábado 10 de septiembre, donde se pudo evaluar la determinación de una parte de la Iglesia en Alemania de llegar hasta el final en un proceso que tiende al cisma .El Camino sinodal se asemeja cada vez más a una marcha forzada cuyo objetivo abiertamente confeso es obtener el máximo de reformas en el poco tiempo que le queda.

Los participantes también se quejan: va demasiado rápido. En la agenda hay catorce textos para ser examinados en tres días, muchos de los cuales constan de varias decenas de páginas.¡El tiempo de cada intervención está limitado a 1 minuto por persona! Por no hablar de algunos cadáveres en el armario, como la reciente entrevista con el copresidente. Sra. Irme Stetter-Karp, a favor del aborto legal.

La agenda incluye nueve textos “básicos” y cinco textos de “acción”, el primero más doctrinal y el segundo con soluciones prácticas. Entre otras cosas, se trata de la creación de consejos sinodales, la posible revisión del celibato obligatorio de los sacerdotes, el reexamen doctrinal de la homosexualidad.

Para la vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Católicas Alemanas, Agnes Wuckelt, el objetivo a largo plazo es claro: la próxima asamblea sinodal es muy importante para las mujeres porque "se pondrán en marcha las etapas decisivas" con propuestas de cambio que "se hará que la comunidad eclesial se mueva por todo el mundo".Nada menos…!

Por su parte, Mons. Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y uno de los copresidentes del Camino Sinodal, dijo en la apertura de esta cuarta asamblea que sentía "una presión de cambio infinitamente grande" desde la base de la Iglesia. Por eso los resultados del Camino sinodal deben ser depositados sobre la "mesa de la Iglesia universal". 

Una declaración escandalosa del arzobispo Helmut Dieser, apoyada por la asamblea

El obispo de Aix-la-Chapelle, Helmut Dieser, declaró que no había recibido ninguna crítica de sus compañeros obispos por haber declarado que la homosexualidad es querida por Dios y el jueves al margen de la asamblea plenaria dijo: "Un gran varios de ellos apoyan esta posición». Y añadió: "Con nuestros textos presentamos un deseo al Magisterio de la Iglesia (...) para que siga una evolución del Catecismo y de la concepción eclesial de la homosexualidad"; enfatizando que las personas homosexuales son queridas por Dios como las personas heterosexuales.

La vicepresidenta del comité central de los católicos alemanes (ZdK), Birgit Mock, apoyándose en las ciencias humanas, recordó que según el Catecismo, las personas que tienen una orientación homosexual están obligadas a no vivir su sexualidad: por tanto, el Catecismo debe ser reformado. 

La Sra. Stetter-Karp defiende sus declaraciones sobre el aborto

El jueves, la asamblea plenaria del Camino Sinodal debatió las declaraciones sobre el aborto de la copresidenta del Sínodo, Stetter-Karp. El presidente de la ZdK había preguntado en un artículo de prensa que había una "oferta generalizada" de aborto incluso en las zonas rurales.

Ante la asamblea sinodal, Stetter-Karp declaró que estaba comprometida con la protección de la vida y con el párrafo 218 del código penal alemán relativo al aborto. Monseñor Bätzing se desmarcó de las declaraciones del presidente laico sobre “la oferta generalizada”. Aquí hay un desacuerdo insoluble entre la posición de los obispos y las declaraciones de la Sra. Stetter-Karp

Giro de la escena

Mientras el Camino sinodal parecía transcurrir tranquilamente, en la noche del jueves 8 de septiembre se produjo un giro más o menos inesperado.
El primer texto votado, el del IV foro "Vivir relaciones exitosas - Vivir el amor en la sexualidad y la pareja" con un subtítulo explícito: "Líneas de fuerza de una ética sexual renovada", fue rechazado por una minoría con derecho a veto de la episcopado.

Cabe recordar que, para ser ratificado, un texto debe obtener una mayoría de dos tercios de la asamblea general, así como la misma mayoría de los obispos. Ahora bien, si el 82,8% de los delegados presentes votaron a favor del texto, el 38,9% de los obispos votaron en contra, el texto fue rechazado.

Algunos obispos han advertido contra una ruptura con la doctrina de la Iglesia

Si uno se toma la molestia de leer este documento de treinta páginas, ve que hay suficiente para probar que la ruptura con la doctrina de la Iglesia se ha logrado en gran medida. En primer lugar, el texto acusa a la doctrina sexual de la Iglesia de haber "favorecido manifiestamente" actos intolerables de violencia sexual.
Y continúa: «Pedimos perdón de todo corazón a todos aquellos que han sufrido las consecuencias de la enseñanza sexual de la Iglesia. (…) Nos comprometemos a propiciar un cambio en la enseñanza y práctica de la Iglesia sobre el tema de la sexualidad humana, teniendo en cuenta el conocimiento de las ciencias humanas”.

¿Debemos recordar que estas ciencias humanas están sujetas a numerosas ideologías y prejuicios que conducen a errores, y que en ningún caso pueden representar una fuente de Revelación? Las conclusiones del documento reiteran: “Para toda sexualidad, la dignidad de las personas involucradas debe ser siempre respetada como expresión de la imagen de Dios.El derecho a la autodeterminación sexual es parte de la dignidad”. Y nuevamente: "Debemos respetar todas las formas de identidad y orientación sexual".

Sigue un rechazo de la moralidad revelada: «La sexualidad homosexual -realizada también en los actos sexuales- no es un pecado que separe de Dios y no debe ser juzgada como mala en sí misma. La homosexualidad no es un criterio de exclusión para acceder a los ministerios ordenados”.Más adelante, el texto reconoce el onanismo como una forma legítima de sexualidad.

El texto afirma luego que “incluso las uniones entre personas del mismo sexo (…) deben poder considerarse puestas bajo la bendición de Dios, expresamente concedida por la Iglesia, y poder vivir de esta bendición. Esto también se aplica a las personas que establecen una nueva unión después de un matrimonio fallido».

Lo más sorprendente no es que 21 obispos de 60 votaran "en contra", sino que 33 de ellos votaron "a favor" de tal texto - 3 se abstuvieron y otros 3 no votaron.

El comienzo del caos

Las escenas que siguieron muestran, por un lado, que la mayoría no está dispuesta a aceptar lo que piensa la minoría: ira, desilusión, deserción, acusaciones de disimulo contra los obispos que se le oponen, críticas al sistema de votación, etc.; por otro lado, muestran que se trata de hacer la revolución a toda costa. Varios obispos mostraron así su determinación de utilizar el texto en su diócesis, a pesar de haber sido rechazado.

En cuanto al obispo Bätzing, anunció que también presentará el texto rechazado en el sínodo mundial y que también lo presentará a sus autoridades sinodales, en la diócesis de Limburg. Al final decidió que los obispos de ahora en adelante votarán con voto nominativo...

Al final de este primer día, parecía brillar un pequeño rayo de esperanza. Pero en realidad el cisma de gran parte del episcopado alemán ya está consumado en sus mentes y corazones. Lo siguiente lo demostrará.

II. Concierto de lamentaciones

Tras el rechazo del texto cuyas proposiciones son todas más escandalosas que la otra, el segundo día, viernes 9 de septiembre, hubo un concierto de lamentaciones contra este rechazo. Varios obispos han expresado su decepción.

El obispo de Hildesheim, Monseñor Heiner Wilmer, reconoció que se trataba de un revés para los proyectos de reforma de la Iglesia; y declaró: “He votado a favor del documento básico sobre la reforma de la doctrina sexual católica y estoy muy decepcionado de que no se haya alcanzado la mayoría de dos tercios de los obispos”.

Comparte la decepción de muchos católicos por el fracaso del texto durante la votación del jueves por la noche. Según él, la reforma de la doctrina sexual de la Iglesia es y sigue siendo una cuestión esencial. “El rechazo del documento base por parte de una minoría de obispos no cambia nada”, y asegura que seguirá trabajando por una renovación de la moral sexual católica.

¡Una monja benedictina vino a hablar de "autocomunicación" de los obispos interesados! Este término fue rechazado con firmeza por uno de ellos que fue apoyado por el arzobispo Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK) y copresidente del Camino Sinodal.

Adopción de un texto contrario a la doctrina y disciplina católica

Por la tarde, tras el revuelo generado por el voto negativo, la asamblea retomó su marcha hacia el abismo. Un documento propuesto en segunda lectura fue adoptado por amplia mayoría: aprobado por el 92% de los delegados y el 83% de los obispos.

Se trata de un texto de “acción”, es decir, a efectos prácticos, titulado: «Reevaluación doctrinal de la homosexualidad»; elaborado a partir del texto rechazado la víspera, entraña un problema percibido por algunos, pero ignorado por la presidencia. En el espacio de tres páginas, el texto "recomienda que el Papa proceda a una clarificación y una reevaluación de la homosexualidad a nivel magisterial". Afirma que "la sexualidad entre personas del mismo sexo, incluidos los actos sexuales, no es un pecado que separe de Dios y no debe ser juzgado como un mal en sí mismo".

La práctica, el texto pide una revisión del Catecismo y, en particular, "los actos sexuales deben ser retirados de la lista de los "principales pecados contra la castidad". Además: "la Iglesia debe confesar que ha infligido sufrimiento a las personas y violado su dignidad con su enseñanza y práctica en el campo de la homosexualidad". Y como “la homosexualidad no es una enfermedad, hay que rechazar las llamadas 'terapias de conversión'”.

Y finalmente: “a nadie se le debe impedir asumir funciones eclesiásticas o ser ordenado sacerdote, y ninguna persona al servicio de la Iglesia debe sufrir desventajas profesionales por estar orientada hacia la homosexualidad”.

La justificación avanzada se basa en la evolución de las mentalidades y de las ciencias humanas.“La revalorización de la homosexualidad vivida, aquí propuesta, transita por un camino que busca tender puentes entre la doctrina y tradición existente de la Iglesia y un desarrollo que se ha dado”.

Modificación del Reglamento Básico del Servicio a la Iglesia

En Alemania existe una regulación básica del servicio a la Iglesia en el marco de las relaciones laborales eclesiásticas , que rige la contratación, trato y despido del personal empleado por las instituciones eclesiásticas.

Este Reglamento, junto con las disposiciones relativas a la calidad del trabajo, prevé medidas basadas en la vida moral del trabajador. En particular, prevé que la vida moral desordenada es motivo de despido. El texto adoptado en segunda lectura por la Asamblea del Camino Sinodal, así como por los obispos, prevé la abolición de estas disposiciones.

En nombre de la dignidad humana y de la evolución de la opinión pública, el Reglamento debe dejar de permitir que "las decisiones a favor de una forma legal de convivencia sean consideradas violaciones de las obligaciones de lealtad y, en consecuencia, impidan la contratación al servicio de la Iglesia". o dar lugar a la terminación de una relación laboral existente”.

Además, “conviene introducir una cláusula de no discriminación en los Reglamentos fundamentales que prohíba a los empleadores eclesiásticos no contratar a una persona por su identidad sexual o por la elección de una forma legal de unión, o despedir a un colaborador eclesiástico por ellos. razones".

Finalmente, las ordenanzas relativas a la misión canónica deben modificarse en el mismo sentido. Lo mismo se aplica a los procedimientos para la concesión del Nihil obstat. Sin embargo, para este último punto se especifica que, "en cuanto a la Iglesia universal, deben ser modificados en función de la Iglesia universal".

En otras palabras, el documento se opone a cualquier sanción o discriminación en la contratación de divorciados vueltos a casar o parejas homosexuales.

Texto base del III foro sobre «la mujer en los ministerios y funciones de la Iglesia

La segunda jornada finalizó con la aprobación del texto base del III foro sobre la igualdad de derechos de la mujer en la Iglesia. Aprobado en segunda lectura por el 92% de los delegados y el 82% de los obispos, el texto reivindica la igualdad de la mujer en todos los puestos de responsabilidad y en el acceso a los ministerios ordenados.

Cabe señalar este pasaje de la introducción: "la forma institucional y oficial de la Iglesia debe ser modelada en todo momento"; que se opone directamente a la constitución divina de la Iglesia.

El camino para llegar a ella se indica a continuación: «Por eso es indispensable reflexionar sobre las distintas posiciones teológicas en la perspectiva de la igualdad de los sexos; entrar en estrecho contacto con las ciencias sociales, culturales y humanas y retomar constructivamente sus reflexiones sobre la teoría de género”.

Los editores también buscaron inspiración en la teología y la práctica de los ortodoxos y reformados... sin olvidar el famoso Sínodo de Würzburg [Baja Franconia]. Cuestionan la tradición de la Iglesia y cuestionan las decisiones finales sobre la exclusión de las mujeres de los ministerios ordenados.

La Asamblea del Camino Sinodal quedó así tranquilizada: la revolución avanza y el cisma -por no hablar de la herejía en algunos puntos- se consolida en los corazones y en las disposiciones prácticas.

III. Preparación de un nuevo órgano de dirección eclesiástica

El sábado 10 de septiembre, la asamblea sinodal aprobó en segunda lectura el texto que prevé la creación de un "consejo sinodal". Este último se describe como un "consejo y órgano de decisión" que "decide sobre las evoluciones esenciales de la Iglesia y de la sociedad y toma decisiones de principio, de importancia supradiocesana; delibera sobre la planificación pastoral, sobre las cuestiones de futuro y sobre los asuntos presupuestarios de la Iglesia que no se tratan a nivel diocesano».

Es decir, mucho de lo que atañe exclusivamente al obispo diocesano y que la necesidad de la potestad de jurisdicción ligada a la ordenación o consagración, será puesta en manos de los laicos, desconociendo el canon 127 del nuevo Código, que es también citado como referencia.

Es una manera de poder organizar un “camino sinodal permanente” que tendrá poderes desorbitados y más allá de cualquier justificación canónica. De hecho, se especifica que "las decisiones del Consejo sinodal tienen al menos la misma eficacia jurídica que las decisiones de la Asamblea sinodal".

El texto no lo dice, pero la discusión en la Asamblea trató de aclarar el lugar de este Concilio con respecto a la Conferencia Episcopal, y aún no se ha decidido si estará por encima o al lado de los obispos. Esta revolución fue aprobada por el 92,5% de los delegados y por 43 obispos; seis de ellos votaron en contra.

Tres documentos votados en primera lectura

Antes de disolverse, la Asamblea examinó tres textos explosivos en primera lectura.

- Aceptación total de sacerdotes homosexuales, bisexuales u otra orientación no heterosexual

La Asamblea, "consciente de la situación a veces precaria de los sacerdotes no heterosexuales", quiere ayudar a normalizar su situación. El objetivo declarado es que "no es la orientación sexual, revelada o no, la que decide el acceso o el mantenimiento en el ministerio eclesiástico, sino las actitudes humanas y profesionales". Será necesario, por tanto, modificar los textos normativos que prohíben el acceso al seminario y al sacerdocio a los sujetos no heterosexuales. Esto es lo que se le pide explícitamente a Roma.

- Gestión de la diversidad de género

Este otro texto del IV foro llama a la integración pura y simple en la Iglesia de todos los "géneros", en particular de los "transgéneros"; y esto debe hacerse incluso en los registros de Bautismo, los cuales deben ser modificados a petición de los interesados.El texto también pide la posibilidad de que todos tengan acceso a "todos los ministerios ordenados y profesiones pastorales de la Iglesia", sin excepción. El fundamento es siempre el mismo: el dudoso conocimiento "científico", que en ningún caso es fuente de las fuentes de la Revelación.

- Anuncio del Evangelio por las mujeres en la palabra y en los sacramentos

Este último texto pretende ampliar la posibilidad de predicar para mujeres y laicos -que ya existe en Alemania desde el sínodo de Würzburg- pero también para bautizar y celebrar matrimonios. E incluso se pide “relanzar” (?) la confesión de los laicos “en el contexto del acompañamiento espiritual. Finalmente, es necesario considerar también "la bendición y la unción de los enfermos por parte de los agentes de pastoral que intervienen en el acompañamiento de los enfermos".Y el texto concluye sus peticiones diciendo que "Debemos redescubrir toda la riqueza de la acción pastoral ejercida en la historia de la Iglesia".

Conclusión

Al final, en estos textos del Camino sinodal alemán, ¿qué queda de la católica sobre la Iglesia, sobre la función episcopal, sobre el sacerdocio, sobre la moral sexual y también sobre la naturaleza humana? ¡Casi nada!

Todas las desviaciones del mundo moderno en el campo moral, con algunas excepciones, y todo lo relacionado con el sacramento del Orden Sagrado ahora está hecho pedazos.El modelo del cristiano es la ciencia humana en lo que tiene de más discutible. Porque no se trata de las llamadas ciencias exactas, sino de teorías éticas imaginadas por pensadores opuestos al catolicismo.

El Camino Sinodal Alemán ha tomado el camino que soñó: el que conduce al cisma. - Fuente

viernes, 9 de septiembre de 2022

Noticias 9 de Septiembre de 2022



SECRETUM MEUM MIHI

- Obispos Católicos Conservadores Alemanes Bloquean Llamado para Liberalizar la Enseñanza sobre el Sexo


ALTO Y CLARO

- Simón Bolívar fue un títere de la masonería y de Inglaterra: Borja Cardelús


Selección por José Martí

viernes, 22 de julio de 2022

¿Corrección a los obispos alemanes? Parece que no (Bruno Moreno)




Al enterarme de que la Santa Sede ha publicado una declaración para regañar a los obispos alemanes por su “camino sinodal”, he estado a punto de pedir al párroco que eche al vuelo las campanas de mi pueblo. A fin de cuentas, el comportamiento de los obispos alemanes, junto con muchos fieles “importantes”, lleva años siendo un gran escándalo para toda la Iglesia.

Estupefactos, hemos podido contemplar cómo sucesores de los Apóstoles han defendido en público y repetidas veces abandonar la enseñanza moral irreformable de la Iglesia en cuestiones como los anticonceptivos o las parejas del mismo sexo, además de poner en duda la fe católica sobre el sacerdocio el matrimonio y otros temas. Todo ello sin que la autoridad de la Iglesia los corrigiera.

Por fin parece que ha llegado el tiempo de la corrección. ¿Habrá que echar las campanas al vuelo? Me temo que no.

Si uno lee la declaración, al principio tiene la impresión de que, en efecto, la Santa Sede ha corregido a los obispos alemanes por pretender que se cambien la fe y la moral católicas, ya que el texto afirma que “el ‘Camino Sinodal’ en Alemania no está autorizado a obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno y nuevas orientaciones de doctrina y moral”. Estupendo, nada que objetar. El famoso Camino Sinodal alemán no tiene absolutamente ninguna autoridad ni sobre los obispos, ni sobre los fieles, ni sobre la Iglesia ni sobre la doctrina o la moral.

El problema viene a continuación, cuando la declaración dice esto:

“No sería admisible introducir nuevas estructuras o doctrinas oficiales en las diócesis antes de que se haya alcanzado un acuerdo a nivel de la Iglesia universal, lo que constituiría una violación de la comunión eclesial y una amenaza para la unidad de la Iglesia”.

Me he quedado asombrado al leer ese párrafo, en el que se afirma que no se pueden introducir nuevas doctrinas “hasta que se haya alcanzado un acuerdo” en toda la Iglesia. Esto es increíble. Como sabe cualquier niño de catequesis de primera Comunión, lo católico es que no se pueden introducir nuevas doctrinas. Punto. La Iglesia no se inventa nuevas doctrinas ni las descubre, sino que transmite lo que recibió del mismo Cristo a través de los Apóstoles, el depósito de la fe. Puede y debe explicar lo mejor posible ese depósito, profundizar en él y aplicarlo a cada situación que vaya surgiendo, pero no cambiarlo ni añadir nada.

Esto es lo que la Iglesia ha creído siempre sobre sí misma: el Magisterio está al servicio del depósito de la fe, no es su dueño. El Concilio Vaticano I lo enseñó con absoluta claridad: “Así el Espíritu Santo fue prometido a los sucesores de Pedro, no de manera que ellos pudieran, por revelación suya, dar a conocer alguna nueva doctrina, sino que, por asistencia suya, ellos pudieran guardar santamente y exponer fielmente la revelación transmitida por los Apóstoles, es decir, el depósito de la fe” (Constitución dogmática Pastor Aeternus). También el Concilio Vaticano II dice lo mismo en múltiples lugares: “Dios quiso que lo que había revelado para salvación de todos los pueblos se conservara por siempre íntegro y fuera transmitido a todas las generaciones” (Dei Verbum 7).

Igualmente asombroso es que el motivo de la supuesta corrección sea simplemente la “comunión” y la “unidad” de la Iglesia, de manera que queda abierto el camino a que esas mismas barbaridades contrarias a la fe que defienden muchos obispos alemanes sean asumidas por la Iglesia siempre que el cambio se haga conjuntamente y no por separado. Increíblemente, en lugar de condenar las negaciones de la fe que se están realizando en Alemania a la vista de todos, se piden que esas negaciones de la fe “desemboquen en el proceso sinodal”. ¡Y se afirma que eso contribuirá “al enriquecimiento mutuo” y a dar “testimonio” de unidad y de “fidelidad al Señor”! ¿Se han vuelto locos? ¿Negar públicamente la fe es testimonio de fidelidad a Dios siempre que se haga en unión con las otras diócesis del mundo?

Es terrible. No se hace ni una sola mención de la fe católica, que ha sido pública y repetidamente negada por los obispos alemanes. Es decir, en la práctica, las múltiples menciones que se hacen de la “comunión” eclesial no parecen referirse a la auténtica comunión en la fe que no puede cambiar y que hemos recibido del mismo Dios. Más bien se trataría de una especie de disciplina de partido eclesial, que impide que cada uno vaya por libre a la hora de cambiar la fe, pero no que la Iglesia entera cambie esa fe. El problema no es que, de hecho, los obispos alemanes hayan negado la fe y la moral de la Iglesia, sino que lo hagan por separado.

Desgraciadamente, esto no es nuevo. Empezando desde los dos sínodos de la familia y siguiendo con los de los jóvenes, la Amazonia o el actual sínodo de la sinodalidad, la consigna pública durante este pontificado ha sido siempre que se aceptan todas las opiniones, aunque sean contrarias a la fe. Para “hacer lío”, supongo. Como si la Iglesia pudiera reinventarse en cada momento y no hubiera ya un depósito de la fe que no se puede tocar. Por supuesto, después de los sínodos, incluso cuando no se asumen oficialmente esas posturas contrarias a la fe, el hecho es que nunca se condenan ni se reprende a los que las defienden. Multitud de obispos dijeron barbaridades sobre la indisolubilidad matrimonial en los sínodos sobre la familia y nunca se han molestado en retractarse. En la Academia Pontificia para la Vida se han nombrado miembros que abiertamente rechazan la moral de la Iglesia sobre los temas de los que se ocupa la propia Academia. Se está dando la comunión a los divorciados que viven en adulterio en multitud de diócesis del mundo, incluida la propia Roma. Y no pasa nada. Nunca pasa nada.

Así no podemos seguir. Aunque la Santa Sede no niegue la fe, de hecho y oficialmente permite que se niegue, no corrige esa negación e incluso anima a expresar opiniones contrarias a la fe católica en el sínodo sobre la sinodalidad. Esto, desgraciadamente, apenas se diferencia de abandonar la fe, porque cuando la fe se convierte en una opinión más entre otras, ya no es fe.

No dudo de que la declaración sea bienintencionada y quiera evitar un cisma, pero lo cierto es que todo lo que no se fundamente en la fe es como una casa construida sobre arena: llegan los vientos de la modernidad, las nuevas modas, las exigencias del mundo y la derriban.

Bruno Moreno

domingo, 15 de mayo de 2022

Mons. Athanasius Schneider en España (entrevista televisiva) pide al Papa que aparte a «los lobos infiltrados en el rebaño» en referencia a los obispos alemanes heréticos



Monseñor Atanasio Schneider, obispo auxiliar de la diócesis de Astaná, en Kazajistán estuvo el pasado jueves en el plató del programa «El Gato al Agua» del Toro TV.

Monseñor Schneider viajó a Madrid para presentar la reedición del libro «El Liberalismo es pecado». Un titular, que el propio obispo confirmó. El obispo auxiliar de Astaná criticó que el liberalismo elimina a Dios para colocar al hombre en el centro. Monseñor Schneider destacó que «los principios básicos del liberalismo son los mismos que los del comunismo». De igual modo apostilló que «es pecado mortal cuando el liberalismo pone al hombre en el centro en vez de a Dios».

En relación a los pactos que mantiene el Vaticano con el gobierno comunista chino, Schneider fue tajante al asegurar que «esto va a pasar a la historia de la Iglesia como una gran tragedia». «La Santa Sede sacrificó a sacerdotes y obispos heroicos para hacer un acuerdo político», dijo también Monseñor.

En referencia al reciente arresto del cardenal Zen por parte de China, Schneider agregó que se trata de una especie de amenaza para obligar al resto a contribuir con el régimen dictatorial chino.

Durante la entrevista, una de las preguntas que le dirigió Carlos Esteban fue sobre el posible cisma de la iglesia alemana. Esteban le mostró al obispo Schneider su preocupación sobre que a día de hoy ya existen dos iglesias totalmente distintas. Una situación, que el propio obispo auxiliar de Astaná reconoció como verídico y criticó duramente las bendiciones de parejas homosexuales llevadas a cabo por parte del clero alemán.

Monseñor Atanasio Schneider añadió que la llave para salir de esta situación está en Roma, en manos del Papa, «quien tiene encomendada la misión de vigilar la fe y dar claras orientaciones y si fuera necesario amonestar o apartar a estos lobos que están en el rebaño como estos obispos alemanes que aprueban estas cosas, evidentemente heréticas. Además el Papa está viendo eso y no está haciendo nada», zanjó el prelado.

Hizo mención de cual debe ser la principal misión que debe tener el Papa, y no es otra que la de «confirmar a los hermanos en la fe. Tras esto, yo creo que la Iglesia será más pequeña pero más pura, más unida y más fervorosa», destacó Schneider.

Puedes ver la entrevista completa a Monseñor Schneider aquí (Ver sólo los 25 primeros minutos del enlace)

jueves, 31 de marzo de 2022

El Vaticano contradice al arzobispo Gadecki sobre el Papa y el camino sinodal alemán Por Carlos Esteban | 30 marzo, 2022



Salió el jefe del episcopado polaco, el arzobispo Stanislaw Gadecki, de su encuentro con Francisco diciendo que el Papa se había distanciado del ‘camino sinodal’ alemán. Pero el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, asegura que la opinión del Pontífice no ha cambiado.

¿Con qué nos quedamos? Hace unas semanas, el presidente del episcopado polaco envió una carta a su homólogo alemán para advertirle de la deriva que estaba tomando el camino sinodal en Alemania. Sobre este aspecto, el Santo Padre también fue informado «de las dificultades que causan a la Iglesia universal las cuestiones planteadas, en palabras del Papa, por la llamada “vía sinodal” alemana». Según el comunicado emitido por la Conferencia Episcopal de Polonia, «Francisco se distancia de esta iniciativa».

Pero ayer mismo leímos a Matteo Bruni, portavoz de la Santa Sede, diciendo que la posición del Papa Francisco sobre el camino sinodal en Alemania no ha cambiado y sigue siendo la expresada en su carta a los católicos en Alemania en junio de 2019, en la que apoya el proceso, que ve en la tradición del Concilio Vaticano II. En la misiva, Francisco muestra su “cercanía en el camino común y alentar la búsqueda de una respuesta franca a la situación actual”.

El portavoz del Vaticano no quiso confirmar si el Papa respondió a las preocupaciones de Gadecki. El contenido es confidencial, dice Bruni.

En una carta fechada el 22 de febrero a la Conferencia Episcopal Alemana, los obispos polacos criticaron, entre otras cosas, que el camino sinodal signifique una dilución de la enseñanza de la iglesia y un ajuste al espíritu de la época . El presidente del episcopado alemán, el obispo Georg Bätzing , defendió el proceso de reforma en una carta a Gadecki publicada el 24 de marzo . Los católicos en Alemania no tomaron a la ligera el «camino de conversión y renovación» desencadenado por el escándalo de abusos y ciertamente no fuera de la Iglesia universal», dijo el obispo de Limburgo.

En realidad, ambas versiones pueden reconciliarse; es perfectamente posible que Su Santidad anime y aplauda el camino sinodal como proceso y, al mismo tiempo, distanciarse de sus conclusiones, que a todas luces chocan con la doctrina de la Iglesia Universal.

Por Carlos Esteban

viernes, 11 de marzo de 2022

“El camino sinodal va derecho hacia un cisma” (Matteo Matzuzzi)



Esta es una entrevista aparecida en Il Foglio, Mar-11-2022, con Dorothea Schmidt, participante en el llamado “camino sinodal” alemán y representante de la parte minoritaria y cuasi-invisible del mismo. Traducción de Secretum Meum Mihi (con algunas adaptaciones)



Un Sínodo de partido

El proceso sinodal alemán cobra vida, listo para presentar las peticiones vinculantes “al Papa o a un Concilio”. Entrevista a la escritora Dorothea Schmidt, miembro de la asamblea que discute y vota.


Dorothea Schmidt es una joven periodista y escritora alemana y forma parte de la asamblea sinodal alemana que desde hace un tiempo se reúne periódicamente para preparar los documentos que luego serán enviados a Roma, presentados —como se estableció el pasado mes de febrero— “a la atención de del Papa o de un Concilio”. Del Sínodo alemán se sabe todo, sabemos la fuerza del impulso que quisiera cambiar mucho, desde la ordenación de mujeres a la moralidad sexual, hasta la puesta en discusión del celibato sacerdotal.

Le preguntamos cómo vive su participación en una organización que deberá tomar decisiones tan fundamentales.

“El camino sinodal alemán nace para contrastar los casos de abuso dentro de la Iglesia católica. Esta es sin duda un motivo válido y una tarea necesaria. Desgraciadamente, sin embargo, he tenido que constatar toda una serie de peticiones, también expresadas de forma oculta en las cláusulas, que no son por decir poco preocupantes: no sólo deberíamos hacer saltar por los aires la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad, adoptar una lenguaje y un pensamiento conforme a la teoría de género, sino también abolir el sacerdocio —o al menos someterlo a discusión—, instituir sacramentos LGBT e introducir una estructura de llamados ‘consejos’. El orden de la creación debería ser reemplazado por una antropología de género con diversas identidades sexuales. El tema del que partimos, que es la lucha contra el abuso, se trata sólo superficialmente. En realidad, después de más de dos mil años de historia, se está intentando derribar la doctrina de la revelación bíblica. Y, de hecho, el camino sinodal ha declarado abiertamente que ni la Escritura ni la tradición pueden seguir considerándose vinculantes. En la práctica, parece rendirse a la mentalidad de nuestra época, de hecho, la valora como uno de los signos de los tiempos y afirma que el sensus fidei fidelium no puede equivocarse. ¡Ciertamente no se entiende en este sentido por el Vaticano II! A menudo me pregunto en qué tipo de ambiente terminé”.

Empecemos por lo básico: ¿cómo se compone la asamblea sinodal?

“La asamblea sinodal está compuesta por todos los miembros de la Conferencia Episcopal Alemana y del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK); todos los demás participantes fueron convocados según criterios poco transparentes; la casi totalidad ha sido designada por el ZdK o por algunos obispos. Sobre todo, la presencia del ZdK, cuyas raíces se remontan al siglo XIX, le da a la asamblea un tono netamente político. Hay, de hecho, funcionarios de organizaciones y asociaciones liberales y de izquierda, que no son para representar a la totalidad del laicado alemán y, dominando la asamblea sin haber sido elegidos legítimamente, favorecen un cambio sustancial en el Magisterio. Una situación similar se daría —por ejemplo— si para una votación destinada a detener la impermeabilización de los suelos sólo se llamara a los contratistas de construcción para que votaran. El resultado de la votación sería seguro incluso antes de que se cuenten los votos. Desafortunadamente, la minoría a la que yo también pertenezco, alrededor del 20 por ciento de los participantes, percibe con dolorosa claridad que no ser del agrado de la mayoría, debido a la lentitud provocada por nuestras objeciones al proceso emprendido. Sin embargo, no hacemos más que repetir lo que dijo el Papa Francisco, es decir, que para una reforma se necesita conversión, oración, el Espíritu Santo, discernimiento y evangelización. No puede haber reforma sin conversión”.

¿En qué sentido afirma esto?

“El camino sinodal pone al margen el orden de la creación, construye una nueva imagen del hombre y de Dios, asumiendo la mentalidad de la época, quiere poner el Magisterio de la Iglesia sobre un fundamento humanista e impostarlo según la mentalidad corriente. En el camino sinodal no se menciona a Jesús, ni a María como personas vivientes, ni se habla de conversión. Aparte de algunas pequeñas oraciones en voz alta de vez en cuando, no se vuelve a Dios y no se trata de escucharlo. En tres días celebramos una sola santa misa, a pesar de la presencia de muchos sacerdotes y obispos. Sin embargo, ya sabemos por la historia, que toda reforma estructural nace de una renovación espiritual desde adentro, en el Espíritu Santo, de un giro existencial hacia Dios. Yo por lo menos no arriesgo a creer que la Iglesia atraiga nuevos miembros y que más personas podrán aprender a conocer y amar a Jesús si hay mujeres detrás del altar o si los obispos anuncian el sexo libre para todos o si la celebración de la Eucaristía se sustituye por la celebración de la Palabra. (Sin conversión, cualquier reforma es solo un plagio comercial. Es como querer curar pacientes obesos con productos de pastelería). Me pregunto sinceramente: ¿Mantenemos todavía la mirada fija en el Evangelio?”.

A menudo se lee sobre desacuerdos internos en el proceso sinodal, pero el mensaje que se transmite es el de una unidad de puntos de vista casi total. ¿Qué atmósfera se respira realmente en el camino sinodal?

“La atmósfera mayormente se asemeja a un congreso de partido. Es totalmente diferente a lo que he experimentado hasta ahora como Iglesia. Conozco una Iglesia con mujeres y hombres de todas las edades, con laicos y clérigos, donde todos juntos alaban, viven los sacramentos, hacen de catequistas, comparten experiencias, se corrigen y se regocijan juntos en el Señor. Para mí el camino sinodal es el opuesto perfecto de todo esto. Es un camino que conduce desde la Iglesia Católica hacia una comunidad protestante-liberal de burócratas eclesiásticos y académicos. Me parece encontrarme en un escenario político, siempre dispuesto a ajustarse a las preferencias de los electores, donde predomina una atmósfera que va de los tenso a lo agresivo, con tonos políticos ásperos, con silbidos y protestas y mayorías programadas. Hasta la tercera asamblea sinodal siempre había participantes que mostraban carteles rojos o verdes en señal de aprobación o desaprobación de las contribuciones al diálogo. Para un obispo en particular, las señales rojas volaron alto incluso antes de que hablara, cada vez que pedía una intervención. Las premisas con las que trabaja el camino sinodal están en evidente contraste con todo lo que el Papa Francisco quiere decir con la palabra sinodalidad, es decir, ante todo, escuchar, escuchar, escuchar al Espíritu de Dios, más que hablar, hablar, hablar. Nos encontramos teniendo un estilo de debate verdaderamente extraño. Lo que falta del todo es vivir como hermanas y hermanos en el Señor, la oración, la escucha del Espíritu de Dios, el discernimiento comunitario, un diálogo verdaderamente digno de llamarse así. Hay solamente un no diálogo y un grupo que huye de Roma”.

¿Cuáles son los temas que generan más tensiones?

“No todo cambio es una reforma. Alrededor del 80-90 por ciento de los participantes en el Camino Sinodal quieren cambiar las estructuras, dar un fundamento humanista al Magisterio de la Iglesia y adaptarlo a la mentalidad predominante. Para la mayoría de los miembros, la revelación divina en las Escrituras y la tradición no es vinculante para siempre. Incluso ahora se está pidiendo permiso para reescribir y modificar el Catecismo. Solo el 10-20 por ciento ven la reforma como una renovación espiritual. Otro aspecto es la perspectiva sobre el orden de la creación de Dios y sobre la ética del amor humano. La mayoría se inclina ante la ideología de género y considera la creación divina del hombre y la mujer una mera interpretación históricamente condicionada. El binarismo de género se licua al punto de que es prácticamente irrelevante quién era Jesús y quién lo representa; es decir, no importa si el alter Cristo frente al altar es un hombre, una mujer, un hombre nacido mujer o una mujer nacida varón. La casi totalidad de los participantes quiere derrocar por completo la doctrina moral de la Iglesia. Otro punto crucial es el sacerdocio ministerial. No se trata simplemente de la ordenación de mujeres, sino que uno se pregunta si sigue siendo necesario el ministerio presbiteral y si los obispos deben ser elegidos por el pueblo; ¿Y si el pueblo se ha apartado de Dios? ¿Qué obispos serán entonces elegidos? Se tiende a confundir poder y autoridad, sacerdocio común y sacerdocio ministerial. Otra cuestión fundamental es sin duda la idea de libertad. La mayoría equipara la libertad con la máxima ‘autonomía’ posible, mientras que la minoría enfatiza que la libertad no es una ‘opción’, sino que significa practicar las virtudes por hábito moral. La libertad como arbitrariedad es esclavitud. En conclusión, podemos decir que el camino sinodal no sigue los pasos de Jesús, sino que exige al Señor seguir los pasos de los sinodales”.

Entre los temas que son queridos por el Papa Francisco está también la nueva evangelización a la que se le debe dar un papel central en el proceso sinodal y también en la Iglesia en general. ¿Qué iniciativas ha tomado hasta ahora la asamblea sinodal en este sentido?

“Lamentablemente, la presidencia del camino sinodal rechazó todas las peticiones del Santo Padre de incluir la nueva evangelización entre los ejes fundamentales del proceso sinodal. Ni siquiera la exhortación de los obispos ha dado fruto. Muchos participantes entendieron las orientaciones que el Santo Padre había dado para orientar el camino sinodal como un estímulo para continuar en la dirección tomada, es decir, cambiar radicalmente la Iglesia y asimilarla a las iglesias protestantes. Según ellos, precisamente estos cambios constituirían la nueva evangelización”.

Como misión especial, el Papa Francisco invita a ir a los márgenes, a las periferias existenciales. ¿Cómo ve cumplida esta misión en el camino sinodal?

“El camino sinodal es un asunto de académicos. Para cada tema nos esperan montañas de documentos de difícil lectura, en los que esencialmente cada párrafo plantea una objeción o una corrección. Me siento como si estuviera en un curso de teología de una universidad pública. Ciertamente no se puede hablar de un movimiento hacia los marginados. Estamos lejos de renunciar a los privilegios de los sacerdotes y obispos para dar un testimonio real de vida evangélica. Y muchos observadores externos no logran comprender en lo más mínimo las decisiones que toma el camino sinodal. Sienten la confusión provocada por un giro de 180 grados que desquicia todo lo aprendido a lo largo de su vida, todo lo que la Iglesia ha enseñado durante más de dos mil años. La prensa, sin embargo, cree que el camino sinodal es la única salida a la crisis de la Iglesia. Sin embargo, sabemos que todavía hoy solo Cristo es el camino, la verdad y la vida”

¿En qué consiste, según Usted, el papel de los obispos, de los consagrados, de los presbíteros y diáconos?

“A menudo me he preguntado cómo es posible que los obispos, que durante su consagración prometieron solemnemente enseñar y custodiar fielmente el Magisterio de la Iglesia, lleguen a traicionar esta enseñanza, pensando en reescribirla fácilmente. Sin embargo, esto es precisamente lo que está sucediendo, incluso si las decisiones del camino sinodal no tienen legitimidad desde el punto de vista del derecho canónico. Tampoco esperan el visto bueno del Papa para implementar las resoluciones, pero ya están implementando lo decidido. Para junio pretenden cambiar la ley laboral eclesiástica. Para mí sería deseable una tregua, para decir: ‘¡Alto a todos! Tenemos que retirarnos en aislamiento. Debemos orar, dejar a Dios indicar los caminos a tomar y suplicarle que nos done la unidad en el Espíritu Santo’. En cambio, la mayoría de los obispos han caído como fichas de dominó, tratando de justificar y legitimar los pecados de los hombres, un estilo de vida contra la Iglesia, con argumentaciones humanístico-teológicas, inspiradas en la mentalidad corriente. Yo diría que ya están siguiendo un evangelio-placebo”.

¿Y en cuanto a la acusación hecha contra el camino sinodal de instrumentalizar loa abusos?

“La presidencia del camino sinodal y muchos participantes se refieren al estudio MHG encargado por la Conferencia Episcopal Alemana. Desafortunadamente, este estudio presenta contradicciones y numerosas dificultades metódicas. El estudio MHG ha recibido duras críticas de, por ejemplo, el psiquiatra y teólogo Manfred Lütz. Según él, el estudio de MHG se basa en muy pocos datos y los supuestos resultados no son comprobados. Lütz critica el estudio como poco científico, en gran parte. Además, faltaría una discusión científico-crítica de los resultados, en lugar de argumentos no comprobados, afirmaciones poco o nada representativas y, por lo tanto, difícilmente utilizables. Sin embargo, los artífices sinodales se refieren a este estudio para aprobar demandas como la abolición de la doctrina sexual de la Iglesia. Aquí también toman la palabra algunas víctimas de abusos, para testimoniar cuánto les hubiera gustado que sus verdugos se hubieran mantenido fieles a la enseñanza de la Iglesia. No se puede culpar a la doctrina de la Iglesia por los horribles actos que se han cometido. El autor del crimen es siempre responsable, a menudo por un alejamientos de los preceptos de Dios, cualquiera que lo haga notar es inmediatamente desacreditado y reprochado. A menudo se constata en el debate excesos de emotividad y maquinaciones deliberadas para montar escándalos, pequeños y grandes. Recordemos el caso del arzobispo de Colonia, Rainer Maria Woelki. Este cardenal ha sido difamado de todas las formas posibles e imaginables por la prensa y por las redes sociales. Me parece precisamente que están tratando de sacarlo de cualquier rol activo. Pero en realidad ningún otro obispo ha sido tan consistente como él en resolver el escándalo de abusos en su diócesis. La instigación al escándalo y la excesiva emotividad ofuscan la visión de los hechos y quitan la base para un debate honesto, objetivo y calmado. Por eso, la discusión pierde fácilmente los objetivos fundamentales: falta de fe, falta de conocimiento necesario de la fe y falta de relación con Cristo. Cuando se trata de abusos en el camino sinodal, el contexto casi siempre es el de hacer pasar los cambios esperados de la Iglesia. La afirmación de obispos críticos y de algunas víctimas de que se trata de un abuso de los abusos no es en absoluto la provocación de una minoría, sino que es simplemente la verdad de los hechos. Si queremos poner a plena luz este oscuro capítulo, debemos afrontar la verdad y proceder con objetividad”.

¿Cuáles serán, a su juicio, las consecuencias de las decisiones del camino sinodal?

“En realidad son presentes dos frentes opuestos, y el foso que los separa es cada vez más profundo. La atmósfera se vuelve agresiva, especialmente hacia nuestra minoría que busca una posición central y se opone a inventar una Iglesia completamente nueva, como si solo fuera Alemania. El camino sinodal va derecho hacia un cisma. Y este cisma en realidad ya está presente, donde obispos individuales socavan el derecho eclesiástico del trabajo, bendicen a las parejas homosexuales, donde la misa es presidida por mujeres. Por eso era lógico que el Papa, como una piedra en el fuego, dijera: ‘Por favor, amigos, déjenlo en paz’. Pero muchos participantes en el camino sinodal se limitan a quejarse y siguen haciendo lo que quieren, pisoteando a la Iglesia universal y llamando extremistas a todos los que luchan por la unidad con la Iglesia universal. En mi opinión, sería deseable que la Congregación para la Doctrina de la Fe o el Papa pusieran fin al camino sinodal. De lo contrario, la división de la Iglesia será imparable. Se está formando una Iglesia alemana particular que se inclina al espíritu del tiempo. Los obispos, sin embargo, no deben convertirse en marionetas en manos de la mentalidad de la época (y cambiar sus mitras por gorros de bufón), deben, por el contrario, mantener la unidad con el Papa y con la Iglesia universal”.

¿Y en cambio cuál es su idea de reforma?

“Tenemos que mirar las emergencias reales: muchos ya no creen en un Dios real, vivo y presente. El conocimiento necesario de la fe falta en todas partes. Demasiados ni siquiera conocen las oraciones más comunes y las principales recurrencias del año litúrgico, no tienen idea de quién es el Espíritu Santo ni lo qué hace. Es de aquí que la Iglesia debe partir. Necesitamos urgentemente una mejor catequesis, de una inserción más plena y vital en el Cuerpo de Cristo, en lo que la Iglesia cree, en su forma de vivir, en todo lo que espera. Necesitamos de los sacramentos, de todos los sacramentos, de manera integral, para que las personas se curen, se nutran y se reconcilien. Necesitamos un anuncio del Evangelio lleno de pasión, que impulse a emprender el camino del seguimiento de Jesús. Necesitamos una escuela de oración, donde podamos aprender a experimentar verdaderamente la presencia santa y sanadora de Dios, como un Padre lleno de amor misericordioso e infinito. La experiencia de ser amado debe repetirse una y otra vez, la experiencia de que el anuncio de Jesús tiene una fuerza transformadora que puede hacer florecer toda nuestra vida. Sueño con una Iglesia que ponga en el primer puesto el Evangelio, que lleve directamente a Jesús, que sepa ser exigente, que brille en la alegría de haber descubierto a Dios. Ser la Iglesia de Jesús es un desafío, es verdad, pero da auténtica alegría y una profunda e indescriptible sensación de realización. Sueño con una Iglesia que no deje meter de los demás en la boca lo que tiene qué decir, sino que dé testimonio gozoso de su esperanza, con un corazón ardiente. No podemos hacer esto si no hemos aprendido a conocer y amar a Cristo, si no nos hemos dejado inflamar por él. Las estructuras, los ritos y las tradiciones no contagian, no atraerán a nadie a la fe, si falta una relación vital y auténtica con Jesucristo. Hans Urs von Balthasar lo expresó admirablemente: ‘Ser cristiano significa ser aferrado’. Solo cuando nos dejemos atrapar seremos capaces de reavivar el fuego de la fe en nuestra tierra y mantenerlo encendido”.

Matteo Matzuzzi