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viernes, 23 de diciembre de 2022

En 2025 rehabilitan a Lutero



La rehabilitación de Lutero es una movida cuyos intentos se han venido incrementando en la última década (incluso llegándose a insinuar que su ‘reforma’ la inspiró el Espíritu Santo) pero, pensamos, el culmen llegará en 2025 para las celebraciones del año santo. Y no solamente Lutero, de allí podría pasarse a Wesley (ver aquí), Fidel Castro, el ché Guevara, los fariseos (ver aquí) y, quién sabe, hasta Jesús Malverde, el que en México llaman ‘el santo de los narcos’. ¿De dónde sacamos todo eso que parecen delirios nuestros? Lean lo siguiente y juzguen después si es que estamos tan delirantes.

Información de Vatican News, Oct-05-2022.


Jubileo: nace la Comisión para los testigos de la fe

El cardenal Marcello Semeraro lo anunció durante la conferencia "La santidad hoy" en el Augustinianum: "El Papa ha dicho que se reconstituya, de manera estable, esta realidad que estará vinculada a la actividad del Dicasterio para las Causas de los Santos"

Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano

Con vistas al Año Santo de 2025, se creará la Comisión para los testigos de la fe, que ya había sido creada, a instancias de San Juan Pablo II, con motivo del Jubileo de 2000. El cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, lo anunció durante la conferencia "La santidad hoy".

¿Qué es la Comisión de Testigos de la Fe?

Esta iniciativa ya tuvo lugar con motivo del Gran Jubileo de 2000. San Juan Pablo II quiso destacar estas figuras de hombres y mujeres que, aunque no fueron canonizados, manifestaron con fuerza su fe. Así, la Comunidad de Sant'Egidio recibió el encargo de crear esta Comisión. Y se había elaborado una lista con biografías de personas que hablaban a todo el mundo cristiano, no sólo al católico. La experiencia de esta Comisión se limitó al gran Jubileo de 2000. Esta idea ha vuelto para el próximo Año Santo. El Papa Francisco ha pedido que se reconstituya esta Comisión, esta vez sin referirla a una circunstancia concreta, sino vinculándola a la actividad del Dicasterio para las Causas de los Santos. Por ello, se está creando una Comisión estable. En los próximos días la pondremos en marcha, también como campo de estudio.

¿Quiénes son los testigos de la fe?

Pongo un ejemplo: me viene inmediatamente a la mente Dietrich Bonhoeffer, teólogo y pastor de la Iglesia que fue asesinado por oponerse al nazismo. La Iglesia no lo proclama mártir porque no era católico. Sin embargo, es una figura emergente como testigo cristiano. Como Bonhoeffer hay muchos otros. La santidad no siempre es inmediatamente evidente a los ojos de los fieles. Nuestro servicio es sacarla a la luz. Nosotros "no construimos santos", pero ayudamos al Papa en el discernimiento. Debemos mostrar que la santidad no está lejos de nosotros, sino que es una llamada que concierne a todos. No es necesario ser canonizado, pero debemos responder a la llamada a la santidad.

viernes, 7 de octubre de 2022

NOTICIAS 7 de Octubre de 2022





SECRETUM MEUM MIHI

- En 2025 rehabilitan a Lutero

https://secretummeummihi.blogspot.com/2022/10/en-2025-rehabilitan-lutero-la.html


ADELANTE LA FE

- Los seminaristas eligen la misa tradicional

SPECOLA

- San Pío V y Lepanto, la pobreza y San Francisco, la apostasía de Europa, los Pactos Abrahámicos, siempre Benedicto.

viernes, 24 de diciembre de 2021

La primera «nueva misa»: a 500 años de una Nochebuena sacrílega (César Félix Sanchez)



La Nochebuena de este año se cumplirá el aniversario 500 de la celebración de la primera Nueva Misa. No nos referimos a la versión realizada por monseñor Annibale Bugnini en los años 60 del siglo pasado, que luego pasaría a ser el Missale Romanum de 1969, sino a la editio prima, a la madre del cordero, por así decirlo, la primera reforma litúrgica nacida de una teología reformada. La Nochebuena de 1521, Andreas Karlstadt, exsacerdote y discípulo predilecto de Lutero en ese momento, celebró en la iglesia parroquial de Wittenberg, a su pedido, una «misa» inédita: en vernáculo, con las palabras de la consagración en voz alta, despojada del ofertorio y del canon romano, celebrada en una mesa separada del altar y coram populo y con comunión en ambas especies y en la mano. ¿Suena familiar?

Lo cierto es que tamaño experimento despertó cierto resquemor entre los fieles, al grado que el mismo Lutero tuvo que recular un poco y creó la Formula missae et communionis pro ecclesia Vuittembergensi (1523), todavía en latín, muy parecida a la liturgia romana pero sin el canon romano. Probablemente un clérigo válidamente ordenado, todavía no persuadido de las herejías eucarísticas luteranas, podría quizás celebrar válidamente con ese formulario, pronunciando las palabras de la institución dentro de la plegaria eucarística inventada pero todavía «salvable». Sin embargo, el heresiarca germánico no daba puntada sin hilo. La Formula missae era, según Lutero, una sugerencia, una posibilidad, una suerte de «forma extraordinaria» del rito luterano. La «forma ordinaria» apareció tres años después en 1526, la Deutsche Messe, que ya incorporaba muchos elementos del experimento karlstadiano de cinco años atrás y que se convertiría en el modelo de toda liturgia reformada –con diferencias nacidas de las ideologías y contextos específicos de cada innovador –sea del Orden divino cramneriano, del Book of Common Prayer anglicano, de las cenas del Señor calvinistas y… del Novus Ordo Missae de 1969 de Bugnini y Montini.

¿Qué fue de Karlstadt, ese Bugnini germánico avant la lettre? Poco a poco, fue alejándose de su maestro, primero, por su insistencia en las campañas iconoclastas, satánicamente antimarianas, que Lutero condenaba con la boca pequeña y, más aún, a raíz de las guerras campesinas. Lutero, como se sabe, se puso del lado del poder político de los Príncipes. Pero Karlstadt fue más coherente con las premisas del libre examen: se unió a los Schwärmer, a los termocéfalos violentos como Münzer y Storck, que acabaron en un curioso comunismo que llegó a ser, en el caso de los anabaptistas, incluso sexual. Era evidente: lex orandi, lex credendi y lex agendi, al antropocentrismo litúrgico debía seguirle el antropocentrismo político absoluto: el comunismo. Como señala Plinio Côrrea de Oliveira, cada revolución contiene, en cifra, a todas las posteriores. Y la primera revolución llevaba rasgos, todavía in aenigmate, de la última.

Curiosamente, Karlstadt murió de peste exactamente veinte años después de esa liturgia sacrílega, en la Nochebuena de 1541 en Basilea.

Se dirá que el Novus Ordo, no en su concreción cotidiana mayoritaria de hoy en día –donde sí es evidentemente muy semejante a la ceremonia celebrada en Wittenberg hace 500 años -, sino en cuanto el Missale Romanum en sí, la editio typica de 1969, ignorando las disposiciones romanas ulteriores, puede ser celebrado en latín, no en la mesa luterana, sino en el altar coram Deo, conservando, como alternativa entre varias plegarias eucarísticas inventadas, un canon romano alterado, pero todavía semejante al de origen apostólico.

Puede hacerse, por lo menos en teoría y mientras no se enteren los obispos costarricenses. Pero jamás tal acto podrá alejarse de un legado luterano pétreo e inconmovible, presente tanto en este Novus Ordo «católicamente celebrado» como en el más vulgar celebrado en la parroquia de la esquina: la proscripción del ofertorio romano tradicional, considerado como demasiado sacrificial, y su reemplazo por una nueva oración inventada que, en el caso del NOM es un pastiche de la Berakah, la bendición judía de los alimentos («Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este pan y este vino, frutos de la tierra y del trabajo del hombre, ellos serán para nosotros pan de vida y cáliz de salvación») con algún vestigio del viejo ofertorio (el Orate Fratres, conservado, probablemente, por su condición dialógica, que hace que la única mención sacrificial del nuevo ofertorio se haga aparentemente depender de la asamblea). Las oraciones antiquísimas Suscipe, sancte Pater y Suscipe, sancta Trinitas, que, según Dom Gaspar Lefebvre, resumen «perfectisimamente el sentido y el alcance de la misa» han sido obliteradas, entre otras.

Tan conscientes eran los creadores y sostenedores del Novus Ordo Missae de la importancia de este cambio, que ni siquiera pusieron el ofertorio tradicional como alternativa, aunque sea deformado, como el canon romano, y en los tiempos de la llamada «reforma de la reforma» los pedidos de restaurarlo como mera opción fueron también rechazados. ¿Por qué será que este legado luterano sigue incólume? ¿No será un intento, largamente exitoso, de protestantizar al clero y a los fieles y llevarlos a la apostasía?

Nunca está de más repetir que señalar estas tristes verdades sobre la liturgia que se celebra casi universalmente en la Iglesia desde 1970 no implica ofensa alguna a los sacerdotes que de buena fe o malgré lui la celebran y a los fieles que asisten a ella. Para nada. Deus impossibilia non iubet: Dios no pide imposibles. Y en medio de las confusiones gigantescas de estos tiempos juzgar las intenciones individuales respecto a un tema tan complejo no es tan fácil: conviene, por tanto, hacer uso de toda clase de misericordias y salvar las intenciones en la medida que sea posible.

Esta Nochebuena de 2021, quinientos años después, asistimos a la circunstancia increíble de ver la misa tradicional católica combatida y directamente perseguida por la más alta jerarquía. En muchos lugares ya no se podrá celebrar gracias a Traditionis custodes. Muchos fieles y sacerdotes se enfrentarán a conflictos de conciencia gravísimos y serán escandalizados y sumergidos en la amargura más dolorosa. Esa misma jerarquía, por otro lado, no se cansa de homenajear a Lutero y proclamarlo testigo del evangelio. Es el misterio de iniquidad.

César Félix Sánchez

domingo, 31 de octubre de 2021

El abominable crimen del aborto, el lio del Papa Francisco y Biden, ¿el santo realismo?, San Martin Lutero, las comuniones indignas.



Nadie puede ser un buen católico y un abortista convencido al mismo tiempo. Las cosas son claras y ya estamos cansados de que los mismos de siempre la intente liar. Es muy fácil adivinar que en un futuro, que esperemos no sea muy lejano, dirán de nosotros de todo y más por ser el periodo de la historia de la humanidad en que hemos asesinado a más niños, de forma legal, y además sintiéndonos orgullosos. Son asesinos los que ejecutan el asesinato, pero no menos los que aplauden o callan. Ante la vida y la muerte, juegos los justos. La vida es el principal don que Dios da a los hombre porque sin la vida no hay posibilidad de otros dones. Privar a un ser humano de su vida es privarlo de todos los dones que Dios había previsto para él y privarnos a los todos los demás de todos los dones que Dios nos habría dado en él. Tanto respeto a la naturaleza, tantas pachamamas, tanta preocupación por si el planeta se calienta o se enfría y asistimos impasibles al terrible asesinato masivo de millones de seres humanos. Es demoniaco , muy demoniaco y todos los que intentan justificarlo de alguna manera está muy claro para quién trabajan.

El encuentro entre Biden y el Papa Francisco fue inusualmente largo, es cierto que con necesario traductor lo que complica y alarga las cosas. No sabemos, es posible que no lo sepamos nunca, qué le dijo o dejó de decir el Papa Francisco sobre recibir o no la comunión al abortero católico Biden. Si lo dijo claro y lo tradujeron bien, o si fue confuso y mal traducido, Biden, que anda un poco justo y no está para muchas alegrías mentales, parece que entendió con claridad que ancha es Castilla y sin problemas. ¿Miente?, ¿no es capaz de comprender?, ¿Es una parte de la verdad? 

El Papa Francisco no goza entre sus gracias la de ser muy claro y cada vez que se desata la lía, el paso del tiempo no le esta ayudando nada en claridades. Los ejemplos son centenares y ya son míticas sus ruedas de prensa y entrevistas, cada una con su lío adjunto. Biden se ha dado prisa en comulgar el sábado en la iglesia americana de Roma y hoy domingo en San Pedro. La foto a casa se la lleva y para muchos eso ya es suficiente argumento de autoridad

Hoy contamos con muchos artículos, Tosatti: «Queridos amigos católicos, esperemos que Biden mienta. De lo contrario, hay problemas …». Viganò que sigue y conoce muy bien el caso por su trabajo como nuncio en Estados Unidos: «Es desconcertante que, hasta la fecha, no haya llegado ningún comentario aclaratorio de la Oficina de Prensa del Vaticano. Esto sugiere que las palabras de Joe Biden son ciertas y que Bergoglio realmente las pronunció».

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Nos ofrecen un extracto del nuevo libro de Matteo Matzuzzi, «Holy Realism – The Vatican as an International Political Power from John Paul II to Francis»: «Mirando la forma de concebir las relaciones de la Santa Sede durante los ocho años del pontificado de Ratzinger, se dijo que Benedicto XVI perseguía una «diplomacia de la verdad» (…) debemos oponernos a una dictadura positivista de la razón que excluye a Dios de la vida de la comunidad y de los sistemas públicos, privando así al hombre de sus criterios específicos de medida». Hoy parece imponerse lo que el autor llama el ‘santo realismo’ que no es algo nuevo así las políticas del concordato con concesiones a Napoleón, con Pío VII que bendijo al emperador mientras bajaba la corona sobre su cabeza. El objetivo parece la supervivencia de la Iglesia olvidándose de la capacidad para llevar a cabo de la mejor manera su misión entre los hombres de nuestro tiempo. El realismo manda incluso a costa de negarse a conceder audiencia al cardenal Zen pocos días después de oficializarse la renovación del acuerdo provisional chino.

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El Papa Francisco sigue con sus cosas climáticas dispuesto a enfriar el planeta, todo, y con todas sus fuerzas. Hoy conocemos la publicación de ‘Laudato si reader’, en vísperas de la Cop26. El Papa Francisco en su presentación explica cómo las «crisis» son «también ventanas de oportunidad», «para reconocer y aprender de los errores del pasado «, «cambiar los malos hábitos «. «El pasado reciente nos ha demostrado que son sobre todo nuestros niños los que han comprendido el alcance y la enormidad de los desafíos a los que se enfrenta la sociedad, especialmente la crisis climática», «debemos seguir su ejemplo», «es hora de actuar» juntos».

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Mascarucci nos ofrece esta reflexión sobre lo que él cree que es una protestantización progresiva de la Iglesia católica, comenzando por su principal exponente, el ex monje agustino Martín Lutero
«Es desconcertante leer cómo el impostor Martín Lutero ha entrado desde hace mucho tiempo en la Iglesia con todos los honores, con lo que cada vez más aparece como una rehabilitación plena del monje rebelde, autor del cisma protestante y excomulgado por la Iglesia católica bajo el pontificado de León X. No se trata aquí de estar a favor o en contra del diálogo entre católicos y luteranos, pero lo inaceptable es la exaltación por parte de los líderes de la Iglesia del ex monje agustino»
La rehabilitación se hace presente después del Concilio Vaticano II, según los deseos de Karl Rahner, Hans Kung y los partidarios de la hermenéutica de la discontinuidad que veían al protestantismo como modelo para una nueva Iglesia católica, completamente desconectada de la tradición y sobre todo del culto mariano que Lutero ya consideraba, como el de los santos, idolatría, pero con Papa Francisco ciertamente vemos una aceleración desconcertante.

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Exorcistas de todo el mundo reunidos en Roma discutieron el vínculo entre la pandemia y Satanás. El aumento de las solicitudes de exorcismos durante la pandemia no fue una sorpresa. El aumento de las solicitudes de exorcismo también se vio impulsado en parte por el hecho de que la gente no podía asistir: “Son muchos los casos de personas que no hemos podido ver por las restricciones de Covid y que ahora se dirigen a nosotros”. Que el demonio anda muy suelto no es complicado de demostrar. Es palpable.

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Terminamos con el Santo Cura de Ars hablando de las comuniones indignas:
«Cualesquiera que sean los terrores que las comuniones indignas puedan poner en el corazón del hombre por los castigos espantosos que nos atraen, todavía no es nada si los comparamos a aquellos de los que Jesucristo hace caer sobre las almas; y estos castigos son ordinariamente, el endurecimiento durante la vida y la desesperación a la hora de la muerte. El buen Dios, en castigo de sus abominaciones, abandona a este desgraciado a su ceguera; el demonio, que le engañó durante su vida, se deja percibir sólo en el momento en que prevé que el buen Dios lo abandona; va de crimen en crimen, de sacrilegio en sacrilegio, acaba por no pensar más en eso y se traga la iniquidad como el agua; por fin, a pesar de todo el tiempo que tuvo y los socorros de la gracia, muere en el sacrilegio como vivió».

«…amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que estos».

Buena lectura.












SPECOLA

lunes, 11 de octubre de 2021

Agenda 2030 (II) «La Pachamama, Mahoma, Lutero, o Buda no son opciones para llegar a Dios, sino falsedades que conducen al infierno» (Gabriel Calvo Zarraute)



Nuestro bloguero Gabriel Calvo Zarraute está dedicando una serie de artículos a analizar la Agenda 2030 de la ONU. Les ofrecemos el segundo de ellos:

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Un proceso de siglos de descristianización

Hemos de detenernos en las raíces históricas que ha desembocado en la situación actual, es decir, en esta fase terminal de degradación intelectual y moral humana:

a) En el siglo XVI la revolución religiosa del protestantismo negó la necesaria mediación humana y divina, natural y sobrenatural, del hombre con Dios (la Iglesia), así destruía la libertad y razón humanas al romper el vínculo entre fe y razón, política y ética que supuso la muerte de la Cristiandad. Debido al nominalismo, Lutero sostiene el fideísmo que enfrenta la fe a la razón, considerándola «la ramera del diablo» (De servo arbitrio, 1525).


b) En el siglo XVIII, la Ilustración y Revolución francesa, de carácter eminentemente político. La Revolución efectuada a golpe de guillotina y aprobada por la soberanía popular democrática, negó la dimensión trascendente y moral del hombre (la ley natural), destruyendo el orden social cristiano del Dios Legislador y ordenador. Así el soberano absoluto ocupaba el lugar de Dios. La Ilustración enfrenta la razón a la fe, considerándola «fanatismo», como sostiene Voltaire (Cartas filosóficas, 1734).

c) La posmodernidad iniciada con la revolución cultural de 1968 negó lo real humano (la división sexual biológica), a fin de destruir la obra del Dios Creador que instituyó el matrimonio natural en el que se basa la primera y principal sociedad humana: la familia. El nuevo Dios pasa a ser el Estado totalitario democrático. El marxismo cultural niega tanto la razón como la fe en nombre del nihilismo. Jean Paul Sartre, uno de sus principales ideólogos, escribe: «el hombre no es más que una pasión inútil» (El ser y la nada, 1943).


Atendiendo a este sintético esquema, en primer lugar, se confirma como una constante histórica que la Revolución, sea cual sea su apellido, «en su acepción común es la destrucción de todo un orden. La noción ha calado de tal forma que ya nadie se atreve a no llamarse revolucionario», afirma el filósofo Rafael Gambra en El lenguaje y los mitos. De hecho, no deja de ser sorprendente que desde Juan XXIII, todos los Papas posteriores al concilio Vaticano II, la hayan utilizado para identificarla con el mensaje cristiano. Asociación impensable para los Pontífices anteriores que tenían muy clara conciencia del aceleramiento del proceso secularizador y el crecimiento de la hostilidad hacia la Iglesia a causa de las revoluciones liberales del siglo XIX y, no digamos ya, a partir de la revolución soviética de 1917 en Rusia.

De ahí que, en sus Consideraciones sobre Francia, Joseph De Maistre recuerde que: «La contrarrevolución no es una revolución contraria, sino lo contrario a la revolución». La lucha contra el desorden luciferino traído al mundo por la revolución se llama Contrarrevolución, es decir, el movimiento que restablece el orden (jerarquía) inscrito por Dios en su creación. Por ello Santo Tomas de Aquino enseña cómo la Ley eterna de Dios es «participada en la criatura racional por la ley natural» (S. Th. I-II, q. 91, a. 2). Jean Ousset en Para que Él reine escribe: «Las complicidades activas y pasivas en la Iglesia se han contagiado a la sociedad permitiendo el avance, cada vez más decidido, de la fenomenología destructiva de la revolución».

El orden que ha de ser restablecido en sus cimientos es el reinado social de Nuestro Señor Jesucristo, no la sentimental y evanescente «civilización del amor», que más parece un eslogan hippie de los años sesenta, o la vacía «fraternidad universal», propia de la masonería. En otras palabras, la civilización cristiana, imagen y reflejo terrenal del Paraíso, contra el desorden en que la revolución ha sumido al hombre. Verdad tradicional católica expresada durante siglos, entre otros muchos tantos, por Pío XI (Quas primas, n. 16-17), pero de difícil compatibilidad con estas afirmaciones del Papa Francisco: «Si en el pasado las diferencias [entre las distintas religiones] nos han puesto en contraste, hoy vemos en ellas la riqueza de caminos distintos para llegar a Dios» (5-10-2021). No obstante, únicamente Nuestro Señor Jesucristo, el Verbo encarnado es el camino exclusivo para llegar a Dios Padre: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14, 6); «Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que debamos salvarnos» (Hech 4, 12). La Pachamama, Mahoma, Lutero, o Buda no son opciones para llegar a Dios, sino falsedades que conducen al infierno.

Dichas declaraciones papales son incompatibles con el Magisterio de la Iglesia (Dominus Iesus, n. 9), pero Bergoglio, como acostumbra en otras ocasiones, aseguró sin inmutarse al obispo Schneider que, era precisamente eso lo que quería decir (8-3-19). Así dejaba en ridículo a todos los que pretenden una exégesis forzada de las palabras pontificas a fin de hacerlas concordar con la fe católica a toda costa. Sin embargo, no escuchar apenas ninguna voz episcopal desmintiendo estas enseñanzas erróneas pone de manifiesto la sima de decadencia intelectual y moral, junto con la consecuente deriva de seguidismo sectario, en el que se encuentran instalados los funcionarios eclesiásticos desde hace decenios. Una Iglesia devenida en una ONG que sólo ofrece una fe acomodaticia al mundo que reniega de Cristo y ante el que lleva décadas arrodillada, como demuestra ahora apoyando la agenda 2030.

En segundo lugar y como bien apuntó el sabio Chesterton en El fin de una época: «Lo que el hombre ha perdido en el siglo XX no es la fe, sino la razón». A consecuencia de ello, el ser humano queda reducido a un juguete de las fuerzas oscuras e irracionales en que han degenerado sus pasiones. El hombre contemporáneo se encuentra incapacitado para percibir la realidad sobrenatural porque, previamente, la realidad natural se le ha hecho incomprensible. La gracia presupone la naturaleza, pues como enseña Santo Tomas: «La gracia no anula la naturaleza, sino que la perfecciona» (S. Th. I, q. 1, a. 8). Es decir, aunque la gracia pertenezca al orden sobrenatural se deposita (inhiere) en el natural, de ahí que dañando éste se hace más difícil recibir la gracia. Tres son las causas principales que han producido esta ceguera de la razón natural:

a) Desmantelación de la primera sociedad humana, la familia natural y sus vínculos sociológicos trasmisores de la tradición religiosa, moral, cultural e histórica dejando al individuo a la intemçerie. Sin más criterio que el dictado por el poder político, sus medios de manipulación de masas y su sistema de enseñanza.

b) Cultivo deliberado del empobrecimiento intelectual  del conocimiento humano como son las humanidades, por parte del sistema educativo y de los medios de comunicación convertidos en correas de transmisión de las consignas del poder político del que dependen económicamente.

c) Perversión del conocimiento ético y moral como consecuencia de una educación degenerada que legitima y azuza las más bajas pasiones a través de las múltiples posibilidades de diversión que oferta la sociedad de consumo y las redes sociales.

Gabriel Calvo Zarraute

jueves, 26 de agosto de 2021

Monseñor Schneider: Los comentarios del papa Francisco sobre los 10 mandamientos contradicen la doctrina de la Iglesia y son afines a la de Lutero

 ADELANTE LA FE


(LifeSiteNews) — Monseñor Athanasius Schneider ha respondido a la insinuación de Francisco de que los Diez Mandamientos no tienen un valor absoluto, aduciendo que las palabras del Sumo Pontífice contradicen las Escrituras y se ajustan a las enseñanzas del heresiarca Lutero.

En declaraciones exclusivas para LifeSiteNews, Schneider resaltó dos problemas fundamentales que presenta que el Papa niegue el carácter vinculante del Decálogo. En primer lugar, contradice una encíclica de Juan Pablo II, y en segundo lugar hace lo mismo con la enseñanza expresa del Catecismo de la Iglesia Católica.

La problemática afirmación la hizo el Romano Pontífice en su audiencia general del pasado miércoles: 
«¿Desprecio los Mandamientos? No. Los observo, pero no como absolutos, porque sé que lo que me justifica es Jesucristo».
El comentario del Papa respondía a una pregunta que él mismo formuló sobre si vivía con miedo de que si hacía tal o cual cosa iría al Infierno.

Schenider señaló categóricamente que la afirmación de Francisco «contradice las enseñanzas de la Iglesia y es muy afín a la sola fide luterana».

El obispo auxiliar de Astaná (Kazajistán) explicó que esas palabras de Francisco también «contradicen la encíclica Veritatis splendor de Juan Pablo II».

Al citar al predecesor de Francisco, Schneider añadió que «Ya en la antigua alianza encontramos admirables testimonios de fidelidad a la ley santa de Dios llevada hasta la aceptación voluntaria de la muerte. Ejemplar es la historia de Susana:a los dos jueces injustos, que la amenazaban con hacerla matar si se negaba a ceder a su pasión impura, responde así: “¡Qué aprieto me estrecha por todas partes! Si hago esto, es la muerte para mí; si no lo hago, no escaparé de vosotros. Pero es mejor para mí caer en vuestras manos sin haberlo hecho que pecar delante del Señor”» (Dan 13,22-23).

»Susana, prefiriendo morir inocente en manos de los jueces–prosigue el difunto pontífice–, atestigua no sólo su fe y confianza en Dios sino también su obediencia a la verdad y al orden moral absoluto».

Schneider observó que el CIC contradice las recientes afirmaciones de Francisco cuando éste dice que los cristianos siempre están vinculados a la prescripción de la ley. En el nº 2072 del CIC, recalcó, dice: 
«Los Diez Mandamientos son básicamente inmutables y su obligación vale siempre y en todas partes. Nadie podría dispensar de ellos».
También este miércoles, el papa Francisco lanzó un video en el que instaba a la gente de todo el mundo a recibir alguna de las vacunas experimentales contra el covid-19. Francisco no mencionó la relación entre las vacunas y abortos históricos, afirmando por el contrario que vacunarse era «un acto de amor».

Francisco agregó que ayudar a otros a recibir las vacunas de origen abortivo también es «un acto de amor. Amor a uno mismo, amor a nuestra familia y nuestras amistades, y amor a todos los pueblos».

David McLoone

(Traducido por Bruno de la Inmaculada. Artículo original)

martes, 18 de mayo de 2021

“De aquellos barros estos lodos”. Sobre la profanación eucarística en Alemania



Causa consternación, que no sorpresa, la profanación eucarística “celebrada” en Alemania este pasado fin de semana: con el aval y aprobación de las altas jerarquías episcopales en aquella nación se han oficiado Misas donde se ha dado la comunión a todos (católicos, protestantes, fieles de otros credos….etc).

Y decimos que no sorprende porque, parafraseando el refranero sabio del pueblo, “de aquellos barros estos lodos”. Esta profanación NO surge de la nada; no es algo novedoso e ideado de repente. Sencillamente es la consecuencia lógica (en lo racional y en lo teológico) de todo lo vivido con anterioridad desde hace muchos años. Profanación que, dicho sea de paso, no es más que una de tantas, por cuanto, como todo aquel que no quiera cegarse voluntariamente sabe, la profanación de la Eucaristía es hoy día mayoritaria (comuniones con todo tipo de pecados mortales, comunión en la mano…). En una iglesia en la que se ha institucionalizado la profanación eucarística permitiendo a los adúlteros recibir la comunión sin arrepentirse de sus pecados ¿por qué no podría comulgar cualquier otro sea protestante o no?

Por sólo señalar algunos de los lodos:

1- El decreto “Unitatis Reintegratio” sobre el ecumenismo en el concilio Vaticano II (1964), con su ambigüedad práctica

2- El “Novus Ordo” que reforma el rito de la Santa Misa con objeto de acercarse más a los protestantes (1970), un rito elaborado con la participación de observadores protestantes y que tras cincuenta años ha borrado casi por completo de entre los católicos la creencia en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía y en la Santa Misa como Sacrificio propiciatorio e impetratorio, quedando reducida a un mero memorial festivo… a lo protestante.

3- Los encuentros ecuménicos iniciados en 1986 por Juan Pablo II y continuados por Benedicto XVI con un continuo mensaje de que tanto protestantes como católicos pertenecemos a una supuesta misma “iglesia de Cristo”.

4- La declaración conjunta firmada en 1999 entre católicos y protestantes en Augsburgo (Alemania)

5- La “celebración” en 2017 de la reforma protestante en Suecia junto al signo visible de la estatua de Lutero en Roma.

Se podrían señalar muchos más eventos pero con solo estos cinco es suficiente como para concluir que lo sucedido en Alemania este fin de semana no es ni más ni menos que el efecto natural de una dinámica interna en la Iglesia de vaciamiento doctrinal. Por tanto la solución no radica en condenar lo sucedido sino, esencialmente, en desandar lo mal andado desde hace, al menos, 60 años.

domingo, 10 de enero de 2021

Nostalgia: Vaticano prepara un mensaje ecuménico inútil sobre Martín Lutero

 GLORIA TV


El Vaticano y la Federación Luterana Mundial están preparando un “mensaje conjunto” sobre Martin Lutero, que se va a publicar “en un futuro cercano”, dijo el 8 de enero el cardenal Kurt Koch en el sitio web VaticanNews.va.

Se pidió a un grupo de “expertos” que aclaren “desde un punto de vista ecuménico” las cuestiones históricas, teológicas y canónicas respecto a la excomunión de Lutero.

Koch llama a la necesaria excomunión de Lutero una presunta “herida dolorosa en la historia de la división católico-luterana”.

El “Mensaje Conjunto” será una declaración inútil, mientras la Iglesia se incendia.

sábado, 15 de febrero de 2020

Cardenal Brandmüller: Sínodo alemán imita a Lutero



El Camino Sinodal alemán trata sobre el “poder”, escribe el 14 de febrero en el sitio web Die-Tagespost el cardenal Walter Brandmüller, de 91 años.

Los cuatro temas sinodales –“poder”, “mujeres”, “celibato” y sexualidad”- son para él un diagnóstico de la enfermedad del catolicismo alemán: la auto referencialidad que reemplaza al Evangelio.

Él observa que el Sínodo está repitiendo a Lutero, al reclamar una “igualdad fundamental de todos los miembros de la Iglesia”, mientras ignora el sacramento del Orden Sagrado.

Lutero escribió (en el año 1520): “Porque lo que se escurrió del Bautismo puede jactarse que ya ha sido ordenado sacerdote, obispo y Papa …” y “todos somos igualmente sacerdotes”.

Brandmüller se asombra de hasta qué punto el Sínodo “se corresponde con las intenciones de Lutero”.

Él concluye diciendo que el Sínodo intenta imponer estructuras democráticas mundanas, pero esto es contrario a la naturaleza de la Iglesia.

miércoles, 24 de julio de 2019

Marx propone que los laicos den la homilía en misa (Carlos Esteban)



El cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, ha propuesto en una reciente charla en su diócesis de Munich que haya laicos, hombres y mujeres, que den la homilía en las misas.

De las desoladoras cifras ofrecidas recientemente sobre los fieles que han abandonado la Iglesia alemana a lo largo del año pasado podrían deducirse dos cosas, a ojo de buen cubero: que los pastores católicos no van por buen camino y que los protestantes, que pierden aún más feligreses, están peor. Y, sin embargo, los prelados alemanes parecen decididos, precisamente, a seguir adelante con la protestantización de la Iglesia.

Lo último ha sido una charla del cardenal Marx, arzobispo de Freising-Munich, a los lectores de su diócesis. Su Eminencia confiesa que está decepcionado con el nivel de las homilías, y se pregunta cómo serán en el futuro, y si no sería mejor que en ocasiones fueran laicos mejor dotados para la oratoria sagrada, hombres y mujeres, los que predicaran la homilía en misa en lugar de hacerlo el sacerdote.

Imaginamos que no es casual que estas palabras las pronuncie justo después de que apareciera en el órgano oficial del episcopado alemán en Internet un artículo del padre Nikodemus Schnabel asegurando que el papel del lector -a menudo un laico, con frecuencia, una mujer- no tiene por qué limitarse a la proclamación de la palabra sino que podría incluir su exégesis, es decir, el sermón.

En vísperas de ese Sínodo de la Amazonía en el que se va a discutir la ampliación del sacerdocio a los casados y del que muchos prelados alemanes esperan que salga el diaconado femenino, las palabras de ambos no dejan lugar a duda sobre el camino deliberadamente emprendido por el episcopado alemán hacia una aproximación con los luteranos, al menos en cuestiones litúrgicas y pastorales.

Carlos Esteban

martes, 4 de junio de 2019

Pope Francis praises Catholic archbishop for stepping in to ‘lead worship’ for Lutherans (Diane Montagna)



ROME, June 3, 2019 (LifeSiteNews) — Pope Francis today praised a Catholic archbishop for stepping in to “lead worship” at a Lutheran cathedral, saying it’s a sign of how far ecumenical relations have come.
On his return flight from a three-day apostolic visit to Romania, the Pope was asked what “relationship” should exist between different religious confessions, and particularly between the Catholic and Orthodox Churches.“Ecumenism is not about reaching the end of the match, the discussion” the Pope said in response. “Ecumenism is accomplished by walking together, walking together, praying together – the ecumenism of prayer.” 
“Walking together, this is already Christian unity,” he said, “but not waiting around until theologians agree so that we arrive at the Eucharist. The Eucharist is performed every day through prayer, through the remembrance of the blood of our martyrs, through works of charity, and also by loving one another.”  
Pope Francis offered what he considers a true example of the “ecumenism of prayer,” telling journalists:
In one European city, there is a good relationship between the Catholic archbishop and the Lutheran archbishop. The Catholic archbishop was scheduled to come to the Vatican on Sunday evening, and he called me to say that he would arrive on Monday morning. When he arrived, he told me: “Excuse me, but yesterday the Lutheran archbishop had to go to one of their meetings, and he asked me: ‘Please, come to my cathedral and lead the worship.’” Eh, there’s fraternity. Coming this far is a lot. And the Catholic bishop preached. He did not do the Eucharist, but he preached. This is fraternity.
He then explained that, as cardinal archbishop of Buenos Aires, he too was in the habit of preaching in Protestant churches.
“I was invited to the Scottish church to preach a number of times,” he said. “I went there, I preached. You can do it. You can walk together. Unity, fraternity, extending a hand, looking after each other, not speaking ill of others.”
“We all have defects,” he added, “but if we walk together let’s leave our defects to the side. Let the spinsters criticize us.”  
In his inflight comments, Pope Francis then turned more specifically to Catholic-Orthodox relations.
Responding to a follow-up question from a French reporter, who asked the pontiff what was going through his mind while he stood silent as Orthodox clergy and faithful prayed the ‘Our Father’ separately from Catholics, he said: “I’ll tell you a secret. I did not remain silent. I prayed the ‘Our Father’ in Italian.He said the “majority” of faithful who were present prayed the ‘Our Father’ with both Orthodox and Catholics. “The people go beyond us leaders,” who “have to balance things diplomatically” and keep to “diplomatic customs and rules” so that “things don’t fall apart.” 
The Pope added, however, that he and other religious leaders do pray together “when we are alone.”
“I have the experience of prayer with many, many pastors: Lutherans, Evangelicals, and even Orthodox. The patriarchs are open,” he said.  
The Pope then told journalists:
We Catholics also have closed people who do not want [to pray together] and say that the Orthodox are schismatics. That’s old business. The Orthodox are Christians. But there are some Catholic groups that are a bit fundamentalist. We have to tolerate them, and pray for them, that the Lord by the Holy Spirit softens their hearts. But I prayed during both [Our Fathers]. I did not watch [Romanian Orthodox Patriarch] Daniel, but I believe that he did the same.
The traditional position of both Orthodox and Catholics is that public prayer with those in schism from the Church should not be attempted. This position has often softened in recent years partly due to ambiguity as to the existence of the schism between Rome and Constantinople. Stricter voices among Orthodox and Catholics would still maintain that all communicatio in sacris is forbidden with those outside the visible church.
Pope Francis may be referring to the apparently changed situation of Catholic and Orthodox Churches relative to one another, brought about by the mutual withdrawal of excommunication between Rome and Constantinople issued at the end of the Second Vatican Council by Pope Paul VI and Patriarch Athenagoras.
However, whatever the significance of this event (and it should be said that the excommunication Paul VI withdrew was never validly served in the first place), Catholics do not pray for the Orthodox patriarchs in their liturgy nor do the Orthodox pray for the Pope. Nor is there sacramental intercommunion between the Churches. 
Therefore, if the traditional Catholic prohibition against prayer with those outside the Church is still in force, then Catholics are not free to pray with the Orthodox nor (if they sincerely believe they are the true Church) are Orthodox free to pray with Catholics. This is the more hardline position of a significant portion of the Orthodox Communion.
Diane Montagna

sábado, 5 de mayo de 2018

Conversando con Jesús: Un Papa hereje (1 de 2). Una nueva Iglesia: intercomunión [16 de 22] (José Martí)




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Hay una serie de posts en este blog en los que se ha aludido ya a este tema, tan crucial para la Iglesia, cual es el de que nos estamos enfrentando a un Papa hereje (lo que, en sí mismo, es una contradicción, pero todos los hechos que vamos viendo nos llevan a esa conclusión). "Por sus frutos los conoceréis", decía Jesús, hablando de los falsos profetas. Y si la lógica aún sirve para algo (supuesta la fe), la conclusión a la que se llega no puede ser sino afirmativa. 

Por más que muchos se rasguen las vestiduras y me tachen de lo que quieran, yo afirmo que "no es posible conciliar lo que es irreconciliable". No se puede ser fiel y hereje, al mismo tiempo. No es posible la comunión entre católicos y protestantes. El principio de no contradicción es claro: "No se puede ser y no ser, al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto". 

Pongamos tan solo un ejemplo: ¿Cómo pueden ser compatibles estas dos afirmaciones?
1. Jesucristo está realmente presente en la Eucaristía, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad (Dogma de fe en la Religión Católica)
2. Jesucristo está presente en la Eucaristía sólo como un recuerdo de algo que ocurrió, pero nada más, al igual que está presente en cualquier persona (Posición protestante)
Son "presencias" irreconciliables. ¿Cómo va a ser igual estar junto a nuestra madre real, a la que podemos tocar y abrazar, con la que podemos dialogar ... que tener una foto de ella, por muy bien que haya salido en la foto, que nos sirve para recordarla, puesto que ahora ya no vive? ¿Cómo se puede equiparar -e identificar incluso- la presencial real con el simple recuerdo? Eso no tiene ni pies ni cabeza: ¡es sencillamente absurdo! 

Y eso es, precisamente, lo que se pretende que "diluciden" los obispos alemanes. ¿Qué hay que dilucidar aquí? ¿Que cada uno actúe según su "conciencia" ... ? ¿Desde cuando la conciencia dirime acerca de lo real? Llegar a un "acuerdo" en este tema supone la "relativización completa" de la Religión Católica y, por lo tanto, su destrucción. ¿Qué es todo esto sino una capitulación ante el mundo? Y sabemos muy bien que "quien desee hacerse amigo del mundo se convierte en enemigo de Dios" (Sant 4, 4). El Santo Padre, con todos mis respetos, no está siendo fiel a la misión que Dios le ha encomendado de "confirmar a sus hermanos en la fe" (Lc 22, 32).

Entre los artículos que hay en este blog relativos a este tema del  Papa hereje, coloco el enlace a alguno de ellos:

Dos Iglesias, un Papa (Adelante la Fe)

El papa Francisco y el Concilio Vaticano II (José Martí)

¿Es el papa Francisco el Falso Profeta?   (P. Alfonso Gálvez)


La Evangelización está prohibida   (P Alfonso Gálvez)

Cuatro años después: reflexiones sobre un pontificado sin precedentes (Steve Skojec) [Un artículo excelente ... ¡y ahora son ya más de cinco años!]

Todo esto -y mucho más- nos lleva a cuestionar si verdaderamente es o no es católico el papa Francisco, dado que, según él mismo confiesano hay un Dios Católico. (también aquí)

Los cristianos sabemos muy bien que la salvación sólo es posible en el seno de la Iglesia, la única Iglesia verdadera, que es la Iglesia católicaFrancisco, en cambio, habla de distintas Iglesias en su vídeo de enero de 2017.

En honor a la verdad y en aplicación rigurosa de la lógica, sólo hay una conclusión posible, aunque no nos guste: y es que lo que tenemos ante nosotros no es una Iglesia renovada, sino una "nueva Iglesia", una Iglesia sustancialmente diferente de lo que siempre ha sido la Iglesia, desde que Tú, Señor, la fundaste, hace ya casi dos mil años.

Hay una ruptura total con la Tradición de veinte siglos de historia, porque esta "nueva" Iglesia no es la verdadera Iglesia, no es la Iglesia fundada por Tí ... no en sus enseñanzas ... Y la pregunta que salta a la mente es inevitable: ¿Cómo puede presidir la Iglesia una persona que no es fiel a tu Mensaje? ¿Es católico el papa Francisco? ... porque son muchas las herejías que están saliendo de su boca, continuamente, desde que comenzó su Pontificado hace ya más de cinco años.

No hay más que leer el Denzinger-Bergoglio, [en su segunda edición corregida y aumentada, que puede descargarse en formato pdf] con 160 estudios realizados en profundidad por un grupo de sacerdotes (cuyos nombres nadie conoce, por razones obvias) en donde se compara la "doctrina" de Francisco con la Doctrina del Magisterio de la Iglesia de siempre: la incompatibilidad entre ambas doctrinas es total. Por eso me he permitido hacer esa afirmación.


Es muy ilustrativo, también, lo que dice Monseñor Antonio Livi, en su último vídeo, subtitulado en español, al que puede accederse pinchando aquí (en donde habla, entre otras cosas, de la "reforma" de la Iglesia en sentido luterano)

La figura de un Papa hereje está muy estudiada (ver aquí: es la primera entrada de siete). Si hay algo claro es que "las doctrinas" de Francisco son incompatibles con la Doctrina Católica y que son, por lo tanto, herejías. Esto es un hecho. Sin embargo, como ya he dicho en repetidas ocasiones, sólo si se produjera una corrección formal por parte de algunos de los cardenales, ... y si Francisco no se retractara de la mayoría de las cosas que ha venido diciendo durante sus más de cinco años de Pontificado, sólo entonces, digo, sería declarado formalmente hereje y quedaría depuesto automáticamente como Papa.

La Doctrina es bien clara. Y su aplicación a todos los tiempos y lugares siempre se ha ido realizando con fidelidad, sin mayores problemas que los que se refieren a la conducta moral de algunos jerarcas de la Iglesia (Papas incluidos) que ha dejado mucho que desear ... pero ni siquiera en esos casos, tampoco en esos casos, ha sido cambiada la Doctrina, la cual se ha mantenido siempre igual, en conformidad con el mandato recibido de Jesús (Ap 22, 18-19) de no trastocar ninguna de las palabras de la Sagrada Escritura (1 Tim 1, 13-14), así como de mantenerse en la Tradición, tal y como viene prescrito por el Magisterio perenne de la Iglesia.



Continuará

viernes, 4 de mayo de 2018

Francisco, el Papado y la ‘Iglesia sinodal’ (Carlos Esteban)



Su Santidad lo ha vuelto a hacer. Enfrentado a la necesidad de ‘confirmar en la fe a sus hermanos’, dirimir una cuestión de gravedad tan extrema como es la posibilidad de permitir el acceso a la Sagrada Eucaristía a quienes, por profesión religiosa, no pueden creer en ella en sentido católico -los luteranos-, ha devuelto la pelota a los obispos alemanes para que ‘lo solucionen’ ellos, y por unanimidad.

Es un dato preocupante, especialmente porque, como decimos, se ha convertido en una práctica habitual en este pontificado remitir a las conferencias episcopales la decisión de dirimir por su cuenta cuestiones que, por su propia naturaleza, deben ser comunes a toda la Iglesia universal. Lo hemos vivido con la aplicación pastoral del Capítulo 8 de Amoris Laetitia. La tendencia que no pocos observadores ven en esta estrategia pastoral es hacia la consolidación de iglesias nacionales con otro nombre, reteniendo el apellido de ‘católica’, la perfecta negación de la catolicidad de la Iglesia.
Lo curioso es que hemos estado ya aquí antes, y el resultado fue desastroso para la fe. Uno de los principales factores de la descristianización de Europa fue el panorama que quedó, especialmente en Alemania, tras la Guerra de los Treinta Años, cuando, como apuntaba un contemporáneo, pocos kilómetros separaban confesiones distintas, y lo que era una verdad innegable en este pueblecito era considerado falsedad aborrecible en el siguiente.

El Santo Padre, lo hemos contado aquí, ha expresado en varias ocasiones su ferviente deseo de que sus reformas sean irreversibles. Pero este deseo contiene varias paradojas insoslayables. Para el caso que nos ocupa, esas reformas de alcance puede hacerlas precisamente porque es Papa, es decir, porque posee la autoridad derivada de un ministerio que tiene su origen en el Evangelio y que remite necesariamente a la unidad.

Es, precisamente, lo que han entendido los siete obispos alemanes que enviaron la ya célebre carta a la Congregación para la Doctrina de la Fe que ha provocado este encuentro y esta ambigua respuesta de Su Santidad: que, en caso de disputa, la última autoridad corresponde a Pedro. La respuesta no puede ser: “aclaraos vosotros”, porque la Iglesia necesita que el Santo Padre “confirme en la fe a sus hermanos”.

Sencillamente, no puede ser que dar la comunión a los herejes -se me disculpe, pero esta sigue siendo la denominación técnica correcta- sea lícito e ilícito a la vez, según en qué lado de la frontera se esté.

Y no deja de ser curioso que un Papa tan activo y mediático, siempre en el candelero de la prensa, el Pontífice que “hace lío”, por remitirnos a sus propias palabras, lo haga todo menos aquello que específicamente le corresponde: aclarar, definir, dirimir. Al contrario, parece solazarse en la ambigüedad y la confusión, en el ‘lío’, actuando como animador mediático, como jefe de empresa a menudo, como propagador también de verdades evangélicas y conciencia ante el mundo de viejas verdades. Pero no, específicamente, para lo que ha sido elegido.

Pueden ser muy sabias sus advertencias sobre el cambio climático, pero no ha sido elegido para eso, ni es probable que sea la autoridad más idónea en la cuestión; pueden ser muy oportunas y aun evangélicas sus llamadas a que acojamos a los inmigrantes, aunque lleguen tan de golpe y en masa y por la puerta de atrás, pero tampoco con eso cumple el papel concreto para el que fue llamado Pedro por el propio Cristo.

La ‘Iglesia sinodal’ que parece perseguir se basa, pues, en una contradicción: puede forzarla por su autoridad petrina, es decir, por lo que es la negación misma de esa ‘diversidad’ que parece ser la estación término de sus reformas. Es exactamente la misma contradicción que esa obsesión de querer hacer el cambio incambiable, de querer hacer irreversibles unas reformas que se basan en revertir lo que otros Papas han considerado lo bueno y legítimo


En esto sólo habría dos actitudes razonables: o mantener lo que ha sido, entendiendo que la Iglesia está en el tiempo pero no es del tiempo, está en el mundo pero no es del mundo; o cambiar cosas resignándose a que puedan volver a ser cambiadas por otro que tenga idéntica autoridad para hacerlo.

Carlos Esteban