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lunes, 6 de agosto de 2018

"Si lo dice el Papa ... ¡será verdad!": GRAVE ERROR (José Martí) (2 de 9) LA IGLESIA SE HUNDE Y LOS OBISPOS CALLAN


Pero sigamos: 

¿De qué personas se rodea? 

Judíos, Anglicanos, Musulmanes, Vudús, Protestantes, Masones, pro-homosexuales, etc ... 

¿Quiénes son sus consejeros? 

Los cardenales modernistas Kasper, Schönborn, Maradiaga, Coccopalmerio, Marx, el jesuita pro-homosexual James Martín,  etc...

¿Y sus amigos? 

- Aquellos que comulgan con la ideología marxista: Fidel Castro y Chaves (en su momento, cuando aún vivían), Evo Morales, Nicolás Maduro, etc...  ¿Por qué?  Pues porque para él, los marxistas son los mejores cristianos. Es el caso, por ejemplo, de todos los que defienden la Teología de la Liberación, siendo Leonardo Boff, "teólogo" ex-sacerdote franciscano, el más representativo. 

- Y luego están Tucho Fernández, el autor "oculto" de la Amoris Laetitia, elevado a arzobispo, Hans KüngPepe, el cura villero, sor Lucía Caram, Sor Teresa Forcades, etc, etc.

[ Intento ser honesto intelectualmente, pues para eso me ha dotado Dios de razón: para que la utilice, siempre luchando en busca de la verdad, sin la cual es imposible querer a Jesucristo, quien dijo de Sí mismo: "Yo soy la verdad". 

No soy ningún experto teólogo, sólo un padre de familia nacido, gracias a Dios, en el seno de una familia católica; y que, preocupado por la situación actual de apostasía que sacude la Iglesia, procura conocer mejor el contenido de su fe, mediante la lectura de buenos libros, de autores de reconocida ortodoxia, básicamente los santos (san Agustín, santo Tomás de Aquino, los santos Padres y otros afines). Y, por supuesto, mediante lectura meditada de la Santa Biblia, sobre todo del Nuevo Testamento, siendo la oración y la frecuencia de los sacramentos la única fuerza que me permite mantenerme fiel, aunque no todo lo que yo quisiera ... Ante ello, sólo puedo decirle a Jesús lo mismo que san Pedro: "Señor, Tú lo sabes todo. Tú sabes que te quiero" (Jn 21, 17) 

Es la confianza en Él y la seguridad de su Amor lo único que nos puede dar la verdadera felicidad, ya desde ahora, aun en medio de persecuciones¡Ojalá el Señor nos lo hiciera ver a todos los cristianos y supiéramos actuar, sin ningún tipo de miedo ni de complejos, en este mundo que odia a Jesucristo! ]

La situación por la que atraviesa la Iglesia es muy grave. Satanás ha tomado el timón y la corrupción va en aumento: corrupción de todo tipo: en lo económico, en lo sexual, en la cobardía y el miedo, ... Todo este tipo de corrupciones (y más) sonen realidad, consecuencia de la falta de fe en Jesucristo como verdadero Dios y verdadero hombre. Porque así es, para desgracia nuestra: hoy (salvo honrosas excepciones) no se cree ya en los dogmas, debido a la influencia del modernismo, a quien el Papa San Pío X consideró como la suma de todas las herejías. Y esto ocurre en las altas Jerarquías

No el humo de Satanás, sino el propio Satanás es quien se ha infiltrado hoy, como caballo de Troya, en el corazón mismo de la Iglesia católica, en sus "pastores" de más alto rango. Y la amenaza de demolición de la Iglesia es más que una simple amenaza: no hay más que abrir los ojos ... 

El origen de lo que hoy está ocurriendo (aunque ciertamente es el pecado, como causa de todos los males) hay que buscarlo, fundamentalmente, en la celebración del Concilio Vaticano II. En este concilio se inocularon, como veneno, ciertos documentos que contradicen las enseñanzas de la Iglesia durante veinte siglos, aduciendo razones pastorales y de apertura al mundo. Entre ellos los más significativos (aunque no los únicos)  son Nostra Aetate (sobre relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas), Gaudium et Spes (Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo), Unitatis Redintegratio (sobre el ecumenismo) y "Dignitatis humanae" (sobre la libertad religiosa). Hubo influencias protestantes y masónicas (esto está bien documentado) que fueron decisivas para la aprobación de todos estos documentos.

Pues bien: toda la influencia modernista, en la que se basó este concilio,  ha ido desarrollándose y tomando consistencia, a lo largo de más de cincuenta años ... de manera que Francisco se ha encontrado ya el terreno abonado y dispuesto para la siega ... en este caso para segar las cabezas de los que no piensen como él.

Ante esta realidad que se palpa, ¿por qué tanto silencio? ¿Por qué tanta cobardía? ¿No sabemos que Dios nos juzgará con rigor en el día del Juicio Final si nos avergonzamos de Él ahora que vivimos todavía en este mundo? ¿No sabemos que no tenemos más que esta vida para tomar una decisión que influirá de modo definitivo en nuestro destino final?

¿Qué les ocurre a aquellos de nuestros pastores que siguen siendo fieles? Sólo han hecho su aparición unos cuantos como Monseñor Schneider, el cardenal Sarah, los cuatro cardenales de las Dubia: Burke, Brandmüller, Meisner y Caffarra (estos dos últimos fallecidos el pasado año 2017), Monseñor Livi y unos pocos más. En realidad hay bastantes más, pero callan, por miedo a ser removidos de sus puestos o véte a saber por qué ... ¡pero CALLAN!

Mientras tanto, la barca de la Iglesia, cada vez con más grietas, se va hundiendo, poco a poco, aunque cada vez más rápidamente, pues Francisco tiene mucha prisa. Y quiere acelerar al máximo este proceso de demolición total.

José Martí (continuará)

La licitud de la pena de muerte es una verdad de fe católica (Roberto de Mattei)



La licitud de la pena de muerte es una verdad de fide tenenda, definida por el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia, de manera constante e inequívoca. Quien afirme que la pena capital es en sí un mal incurre en herejía.
La doctrina de la Iglesia quedó claramente formulada en la carta del 18 de diciembre de 1208 en que Inocencio III condenó la postura valdense, con estas palabras que tomamos del Denzinger: «De potestate saeculari asserimus, quod sine peccato mortali potest iudicium sanguinis exercere, dummodo ad inferendum vindictan non odio, sed iudicio, non incaute, sed consulte prodedat» «De la potestad secular afirmamos que sin pecado mortal puede ejercer juicio de sangre, con tal que para inferir la vindicta no proceda con odio, sino por juicio, no incautamente, sino con consejo» (E. Denzinger, El Magisterio de la Iglesia. Manual de los símbolos. Definiciones y declaraciones de la Iglesia en materia de fe y costumbres, nº 425, Editorial Herder, Barcelona 1963).

Esta misma postura fue reiterada por el Catecismo del Concilio de Trento (Tercera parte, nº333) y el Catecismo de San Pío X (Tercera parte, nº 415). 

Ahora el papa Francisco ha firmado un rescriptum que modifica el Catecismo con esta nueva formulación: 
«La Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo».
Según el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Luis Ladaria, el nuevo texto sigue las huellas de Juan Pablo II en la encíclica Evangelium vitae, pero la diferencia es como de la noche al día. Juan Pablo II considera en dicha encíclica que en las actuales circunstancias históricas la Iglesia debe ser partidaria de la abolición de la pena capital, pero afirma que la pena de muerte no es en sí injusta y que el mandamiento no matarás sólo tiene valor absoluto cuando se refiere «a la persona inocente» (nº 56-57). El papa Francisco, por el contrario, considera que la pena capital es de por sí inadmisible, con lo que niega abiertamente una verdad definida de modo infalible por el Magisterio ordinario de la Iglesia.

Para justificar está alteración invoca a la evolución de las circunstancias sociólogicas: 
«Durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común. Hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves. Además, se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado. En fin, se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente.»
Ahora bien, el concepto de dignidad de la persona no se altera en razón de los tiempos y las circunstancias históricas, del mismo modo que no se altera el significado moral de la justicia y de la pena

Pío XII explica que cuando el Estado recurre a la pena de muerte no pretende erigirse en dueño y señor de la vida humana, sino que simplemente reconoce que el propio criminal, por una especie de suicidio moral, se ha privado a sí mismo del derecho a vivir. Según el Santo Padre Pío XII, «aun en el caso de que se trate de la ejecución de un condenado a muerte, el Estado no dispone del derecho del individuo a la vida. Entonces está reservado al poder público privar al condenado del «bien» de la vida, en expiación de su falta, después de que, por su crimen, él se ha desposeído de su «derecho» a la vida» (Discurso del 14 de septiembre de 1952).

Por su parte, los teólogos y moralistas han explicado a lo largo de los siglos, desde Santo Tomás de Aquino hasta San Alfonso María de Ligorio, que la pena de muerte no se justifica por la mera necesidad de proteger a la sociedad, sino que posee además un carácter retributivo al restablecer un orden moral vulnerado, teniendo además un valor expiatorio, como en el caso del Buen Ladrón, que lo unió al supremo sacrificio de Nuestro Señor.

El nuevo rescriptum del Papa Francisco expresa el evolucionismo teológico condenado por San Pío X en la encíclica Pascendi y por Pío XII en la Humani generis, que no tiene nada que ver con el desarrollo homogéneo del dogma del que habló el cardenal John Henry Newman. La condición indispensable para el desarrollo del dogma es que las nuevas afirmaciones teológicas no contradigan la enseñanza anterior de la Iglesia, sino que se limiten a explicarla más y profundizar en ella.

En conclusión, que como en el caso de la condena del control de natalidad, no se trata de una opinión teológica que sea lícito debatir, sino de verdades morales que pertenecen al Depósito de la Fe y que por tanto es obligatorio aceptar para no dejar de ser católicos

Esperamos que los teólogos y Pastores de la Iglesia intervengan lo antes posible para corregir públicamente este último y grave error del papa Francisco.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada/Adelante la Fe)
Roberto de Mattei

"Si lo dice el Papa ... ¡será verdad!": GRAVE ERROR (José Martí) (1 de 9) MISERICORDIA, PERO NO PARA LOS CATÓLICOS


Es conocida la expresión: "Ya puedes decir misa, pero no tienes razón". Se trata de un modo de hablar muy típico de la gente de a pie. Pues bien: en este caso, ese dicho puede aplicarse perfectamente al Papa (que, además, sí que dice misa). Por muy Papa que sea (lo que cada día que pasa pongo más en duda) lo que no puede hacer -y lo está haciendo- es cambiar la doctrina católica ... ¡No ha hecho otra cosa desde el mismo fatídico día 13-03-2013, en el que se hizo cargo de la cátedra de san Pedro! Lleva ya más de 64 meses en el Pontificado, y tiene mucha prisa en destruir a la Iglesia, va acelerado; se diría que tiene mucha prisa por llegar ... a la muerte segunda ... lo que ocurrirá si no se arrepiente y enmienda el inmenso mal que está haciendo a la Iglesia fundada por Jesucristo, a quien no sigue realmente, pues está provocando una ola de apostasía a nivel global.

Su "doctrina" no es la Doctrina católica. Son infinidad el número de consignas y máximas que ha pronunciado y que no son precisamente católicas, aunque casi todas tienen algo en común: agradar el oído de los que no tienen fe. Es mundano y habla según el mundo. Por eso el mundo le oye y le aplaude

A modo de ejemplo, me vienen a la memoria algunas de sus frases (tal vez en alguna no repita lo que dijo con sus mismas palabras, pero la idea que menciono con relación a ellas sí es correcta): 
"No os preocupéis, os podéis salvar en cualquier religión y aun cuando no tengáis ninguna"   
"La fórmula de la felicidad: vive y deja vivir".
"Te prohíbo que te conviertas; sigue con tu religión". 
"El proselitismo es una solemne tontería". 
"Dios se hizo 'pecador' y serpiente y diablo' y ha pagado nuestra deuda. Es misericordioso. No tenemos por qué preocuparnos"  
"¿Quién soy yo para juzgar?". 
"Si alguno muere en pecado no va al infierno, sólo se difumina y desaparece". 
 "Los marxistas son los mejores cristianos".
 "Dios es el Padre de todos". 
" Musulmanes, judíos y cristianos tienen el mismo Dios". 
"Es posible estar en gracia aunque seas adúltero, si eres fiel a tu pareja". 
"La mitad de los matrimonios son nulos". 
"No existe un Dios católico". 
"Otras religiones nos pueden enriquecer". 
"Cada uno tiene el derecho de seguir la religión que crea verdadera".  
"Un Estado debe ser laico".  
"Jamás se sabe dónde y cómo encontrar a Dios". 
"Para ser buen católico no hace falta tener hijos como conejos". 
"Si una persona dice que ha encontrado a Dios con certeza es que algo no va bien". 
"¿Por qué sufren los niños? No hay explicación. No tengáis miedo de desafiar al Señor. ¿Por qué?" 
"Los tres pilares que necesita la juventud son educación, deporte y cultura". 
"Los cristianos y los musulmanes compartimos la misma fe". 
"Jesucristo vino al mundo para aprender a ser hombre". 
"Es un deber, para todo cristiano, el diálogo interreligioso". 
"Miremos al crucifijo: un hombre torturado, un Dios vaciado de la divinidad, manchado por el pecado".  
"La Iglesia nunca ha estado tan bien como hoy". 
"En el Juicio Final Jesucristo no nos va a juzgar, sino que será nuestro abogado", etc, etc, etc.
Eso por una parte: Misericordia y más misericordia ... pero a la hora de la verdad ... lo que hace ("los frutos") es rodearse de un conjunto de cardenales que lo "aconsejen", la mayoría con antecedentes no muy ortodoxos y a quienes les exige que le sean fieles, a él. Éstos tienen asegurado su favor. Sin embargo, con aquellos que se mantienen fieles a la Tradición no tiene piedad: los destruye (Caso de los Franciscanos y Franciscanas de la Inmaculada) o los desplaza a lugares apartados, en donde no se les pueda escuchar, o su influencia sea mínima y se les acabe olvidando (Caso de Monseñor Riviéres, Monseñor Burke, Monseñor Sarah, etc...)

Bueno, incluso a un monaguillo que, piadosamente, iba con las manos juntas, intenta por todos los medios separárselas y, al no conseguirlo, le dice que las tiene pegadas con pegamento. 

Duración: 19 segundos

¿Tanto le ofende a Francisco que se adore a Jesucristo como a Dios que es? Él mismo nunca se arrodilla ante el sagrario, cuando sí lo hace para lavar los pies el día de Jueves Santo ... y no a católicos y hombres, como hizo Jesús con sus discípulos, sino a musulmanes, protestantes, mujeres, presos, ateos, etc ... ¡Y salir en la foto, como el gran misericordioso, amigo de los pobres! Todo es pura fachada ... pues "por sus frutos los conoceréis" ... y estos frutos no son buenos, se diga lo que se quiera

Por ejemplo, ha entronizado a Lutero en el Vaticano ... Lutero, el gran heresiarca ... ¡y cuidado con hacerle la contra! Actúa de forma dictatorial y le tienen miedo casi todos los cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos, etc ... Para muestra un botón: a aquellos cardenales que le han contradecido, para aconsejarle, ni siquiera les ha respondido, cuando se trataba de algo tan simple como contestar a cinco sencillas preguntas con un sí o un no. Así sucedió en el 2016 con cuatro cardenales, dos de los cuales ya han fallecido (Meisner y Caffarra). Aún quedan vivos Brandmüller y Burke, a los que, por cierto ni siquiera los recibe: ¡Una misericordia selectiva! 

Los pocos seminarios que iban floreciendo por ser fieles a la Tradición los está destruyendo y lo mismo ocurre con la vida consagrada. Se contradice y afirma, como si tal cosa, que las que no son vírgenes, físicamente hablando, pueden serlo, pues lo físico no es lo importante en la virginidad. Cambia a su gusto la Doctrina de Jesucristo, ... ¡sabiendo muy bien que eso no lo puede hacer, por más escritos, exhortaciones, encíclicas, motus proprios, homilías en santa Marta, entrevistas o respuestas a periodistas en sus viajes "apostólicos".
José Martí (continuará)

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NOTA: No estoy juzgando a la persona del Papa (¡Dios me libre!) pero constato unos hechos que están ahí y son innegables, por más que se mire para otra parte y no se quiera verlos ...  Y estos hechos no son propios de un Papa, que es el representante de Cristo en la tierra. Aunque me duela lo que ocurre, lo que no puedo hacer es esconder la cabeza como el avestruz y decir que no ocurre nada: lo que es, es, por más que yo me empeñe en negar lo que está a la vista y es evidente para todos ... o, al menos, para aquellos que se molesten en pensar un poco. 

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