BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



viernes, 28 de diciembre de 2018

Un año para olvidar (Carlos Esteban)



2018, al que le quedan pocos días para agotarse, fue el año en que empecé a colaborar de forma regular en InfoVaticana, y este me parece un momento tan bueno como cualquier otro para tomarme una pequeña pausa, mirar lo que ha sido y preguntarme lo que viene, sin pretensiones de orden ni exhaustividad.

No ha sido un año especialmente feliz para la Iglesia, al menos por lo que he podido ver desde esta atalaya. Dios solo sabe contar hasta uno, decía el poeta francés Charles Peguy y, sí, de acuerdo, no se trata de un juego de números. Pero las cifras, los datos fríos, son reflejo de algo; son, al fin, almas lo que se está contabilizando cuando se hace la contabilidad deprimente de la Iglesia en Occidente, cuando se habla de iglesias que se cierran porque la gente ha dejado de acudir a ellas y monasterios que hay que vender porque las órdenes religiosas languidecen; cuando cae en picado el número de asistentes a misa, de vocaciones para el sacerdocio o la vida religiosa, de matrimonios sacramentales.

Y aun sería más llevadera esta melancolía de ver deshacerse la labor secular de una evangelización de siglos sin la disonancia del discurso que nos llega de Roma, de una nueva primavera, de una renovación abanderada por prelados añosos que leen en la juventud de hoy los anhelos de su propia juventud, medio siglo atrás. Es lo que hemos visto en ese tramposo ‘sínodo de la juventud’ en el que se ensayaron todas las artes manipuladoras del manual publicitario, y que acabó siendo, en el último minuto, un sínodo de la sinodalidad.

Se nos vendía, así, el paso a una ‘Iglesia sinodal’, participativa y asamblearia, justo en una asamblea que se había trucado y en la que ni siquiera se discutió lo que acabó apareciendo. Pero también se nos vendió una juventud estática, la juventud de Mayo del 68 rediviva, pidiendo más de lo que ya hay en abundancia, casi en exclusividad, hablando de la Iglesia de hoy como si fuera la de mis abuelos, sin advertir que lo que se quiere promocionar lleva ya décadas siendo la línea oficial, lo normal, lo que existe por defecto en la pastoral, lo único que yo mismo, que no soy precisamente joven, he conocido desde hace cincuenta años.

Si, desde mi esquina, tuviera que caracterizar las notas más relevantes que me han llegado de la jerarquía eclesiástica este año, me centraría en tres y, quizá curiosamente, pasaría por alto el área informativa más escandalosa y llamativa, la explosión del encubrimiento de casos de abusos sexuales -homosexuales, en la inmensa mayoría de los casos-, desde el ‘affaire McCarrick’ al explosivo Testimonio Viganò, pasando por el demoledor informe del gran jurado de Pensilvania y una retahíla de asuntos de menor eco mediático.

Pese al escándalo y al dolor y a las apostasías a que sin duda habrán llevado estos abusos ocultados, los juzgo un síntoma y una consecuencia, más que causa de nada. Que el pez empieza a pudrirse por la cabeza es cosa sabida.

No, lo que he visto de forma más constante y repetida ha sido, primero, confusión, ambigüedad y vaguedad doctrinales; en segundo lugar, mundanización de los mensajes, cada vez más políticos, más centrados en asuntos alejados de la fe y apegados a las modas y tendencias del siglo; y, finalmente, como consecuencia de lo anterior, cierta indefinible repugnancia por lo sobrenatural, por todo aquello que en nuestra fe hace referencia a lo va más allá de lo que vemos y del tiempo fugaz que nos ha tocado vivir.

- En cuanto a lo primero, las Dudas planteadas por cuatro cardenales -dos de ellos ya fallecidos- en torno a puntos absolutamente claves de la exhortación papal Amoris Laetitia siguen, a día de hoy, sin responder, exactamente igual que las acusaciones vertidas por el arzobispo Carlo María Viganò en su famoso/infame testimonio.

Pero no hay comparación posible entre ambos silencios. El segundo, siendo grave, queda en una nimiedad, en errores de juicio, quizá, o en mera corrupción personal. En cambio, dejar de responder a lo que plantean los cardenales es dejar en la duda la naturaleza del mal moral objetivo y de tres sacramentos: el matrimonio, la penitencia y la Sagrada Eucaristía.

La ‘única interpretación posible’ -palabras del Papa en respuesta a las directrices de los obispos argentinos- ya se aplica en muchas diócesis de todo el mundo, donde los divorciados vueltos a casar -en determinados casos, con acompañamiento y blablablá- pueden acceder a la comunión sin dejar de vivir ‘more uxorio’ con una mujer o un hombre que, según la Iglesia, no es su cónyuge. Pero en otras partes no es así, con lo que la unidad de doctrina moral parece haberse roto y lo que es pecado en una jurisdicción no lo es unos kilómetros más allá.

También -con las mismas vagas y subjetivas condiciones- pueden comulgar en Alemania los cónyuges luteranos de fieles católicos. Entre las condiciones está creer en la Presencia Real, lo que haría, en buena lógica, que la persona dejara de ser luterana y le exigiría entrar en la Iglesia Católica, pero nadie aclara este absurdo. En este caso, la confusión rozó cotas récord, porque el Santo Padre, interpelado por un grupo de siete obispos alemanes, dijo que sí, que no y, finalmente, que lo resolvieran los propios prelados alemanes.

Hemos asistido a entrevistas y declaraciones en las que el Papa aparecía diciendo una cosa -que las almas condenadas no van al infierno, sino que desaparecer, o que Dios ha hecho a los homosexuales como son- que se han desmentido solo a medias o en absoluto, dejando al fiel en la más completa oscuridad. Los aviones de ida o vuelta de los viajes apostólicos del Papa se convertían en bombas de relojería merced a la descuidada locuacidad del Pontífice y una campechanía que casa mal con un oficio tan necesitado de precisión, discreción y prudencia.

- En cuanto a lo segundo, hemos visto a la Curia mucho más obsesionada con las mismas cosas que alarman a la élite política que con lo que supuestamente constituye su misión. El medio ambiente, con su dogma concomitante del Cambio Climático antropogénico, y la defensa radical de la migración masiva del Tercer Mundo a Occidente ha ocupado un espacio desproporcionado en los mensajes que nos llegaban desde Roma. Un Papa que responde a la huida de cristianos de las iglesias pidiéndonos que nos angustiemos y achacándolo serenamente al ‘signo de los tiempos’, nos urge en cambio a que combatamos un cambio climático del que no puede decirse que se sepa demasiado, para salvar a toda costa un planeta llamado en todo caso a su destrucción y que no va a ser nuestra morada definitiva.

Decía Chesterton que la Iglesia está para decirle al mundo, no lo que quiere oír, sino lo que necesita. Dudo que pudiera decir lo mismo de la jerarquía eclesiástica en 2018. Se me dirá que la insistencia del Papa en el cuidado de los más pobres, de los más necesitados, de los marginados, sí es un tema totalmente evangélico, del núcleo mismo del mensaje de Cristo, a lo que tengo que responder con tres puntualizaciones esenciales.

La primera es que ni ha sido nunca descuidado por la Iglesia la atención a los más necesitados ni, desde luego, es un asunto olvidado por el siglo, al menos en sus mensajes mediáticos continuos en una línea similar a la del Papa. Ya hable de los rohingya de Myanmar o de los hondureños al asalto de la frontera estadounidense, no hay tema que no haya sido explotado por medios que no están precisamente en manos de los sencillos.

En segundo lugar, este mensaje a favor de los ‘desheredados de la tierra’ se combina por una marcada preferencia por opciones políticas que, en todo caso, no han hecho más que multiplicar a los pobres, además de oprimir y reprimir a todos los demás. Desde que confesó ser de izquierdas en una entrevista, a principios de su pontificado, concedida a la Civiltà Cattolica, todo su fuego profético y severo dedicado para los líderes occidentales se volvía tierna comprensión y solicitud para los regímenes de Castro, Evo Morales o Lula da Silva.

En Italia, la jerarquía está en agria y constante pugna contra el gobierno de Giuseppe Conte y su ministro del Interior, Matteo Salvini, cuyo partido, la Liga, cuenta con el apoyo de más católicos practicantes que ningún otro. Y mientras se ‘misericordean’ agrupaciones y hermandades amantes de la tradición por todo el mundo, representantes de la marxista Teología de la Liberación como Leonardo Boff reciben cariñosos mensajes de cumpleaños.

Y, por último, esta preocupación por los pobres, aunque se traduce en algunos golpes de efecto, especialmente mediáticos, no se corresponde con iniciativas reales, como sería subvenir a las necesidades de los inmigrantes con, al menos, algunas de las 5.000 propiedades inmobiliarias que el Vaticano administra a través del APSA en lugar de hacerlo con la venta de espacios sacros. O escuchar las voces directas y reales de las conferencias episcopales de los países más pobres, en lugar de vivir pendientes de los caprichos teológicos y morales de los más ricos, como Alemania.

- Y, por último, esa aversión a lo sobrenatural de la que hablábamos. Todo lo que parece importar es el aquí y el ahora, como si este fuera nuestro hogar definitivo y esta nuestra vida verdadera. Las últimas declaraciones en prensa del obispo de Oporto, pese a la tardía rectificación, son significativas. Domina la nueva teología alemana, basada en la duda -ningún dogma deja tema alguno asentado, declaró en su día el cardenal alemán Walter Kasper- y en el énfasis en lo comunitario e inmanente sobre lo sobrenatural y transcendente.

¿Qué viene ahora, qué esperar para 2019? Es de suponer que más de lo mismo. Nos espera en febrero la reunión extraordinaria de obispos para tratar del tema de los abusos pero, siendo el pupilo de McCarrick, el cardenal arzobispo de Chicago Blase Cupich, el encargado por el Papa de organizar el encuentro, ya podemos suponer que no va a ser nada radical y, desde luego, nada que haga referencia al elefante en la habitación de la homosexualización del clero.

Viene luego el Sínodo de la Amazonia que, como empieza a ser costumbre, no tiene que ver tanto con esa región del planeta -por lo demás, no más urgida de evangelización que España o Alemania- como con la abolición del celibato eclesiástico.

La abolición rumoreada de la Comisión Ecclesia Dei y la denuncia en la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Italiana del motu proprio Summorum pontificum de Benedicto XVI ya nos anuncia un recrudecimiento en el ataque a las formas de culto tradicionales, precisamente las que más crecen y más vocaciones atraen.

El ‘espíritu del Concilio’ trajo la desolación a la Iglesia, siquiera en lo que aprecia el ojo y para quien sabe sumar con los dedos, y el Santo Padre ha confesado que el objeto de su famosa ‘renovación’ es, precisamente, llevarlo a sus últimas consecuencias. Que sea lo que Dios quiera.

Carlos Esteban

Rumores… rumores…




[Apuntes 56] Rumores sobre la supresión de la Comisión Ecclesia Dei…, rumores sobre la abolición de Summorum pontificum…, rumores sobre la supresión de las variadas comunidades tradicionales surgidas en las últimas décadas…, rumores de espurios acuerdos con la FSSPX... 

El rumor, cualquier tipo de rumor, tiende por sus mismas energías intrínsecas a crecer, a multiplicarse en nuevos rumores de todo tipo a impulsos de los tres enemigos de siempre, del hombre y de las sociedades humanas: el demonio, el mundo y la carne, en sus múltiples y variados rostros. 

El rumor está inexorablemente unido a la mentira que nunca en el rumor es completa mentira y a la verdad que nunca en el rumor es completa verdad, porque nace del maligno, que no quiere ni puede presentar a la una y a la otra en su clara integridad.

¿De dónde han nacido los últimos rumores que atañen a supuestas decisiones del Santo Padre? Y si tienen alguna fuerza de verdad ¿por qué esta información ha nacido como rumor cuando debía haber nacido de otro modo: de la consulta a la Iglesia universal, del consejo requerido a los cardenales, y finalmente de la prudente toma de decisión y declaración veraz?... ¿Es que en estos tiempos de prueba, los rumores, la confusión, las medias verdades, el “hacer lio”… se han convertido en la nueva “orto-praxis” del pontificado del papa Francisco?

Justo en la semana entre Navidad y Año Nuevo, precisamente en los días en que es menor la actividad de los medios de comunicación, días en que aquellos periodistas más combativos bajan la guardia, movidos por ánimos menos confrontativos… alguien saca provecho de la situación y hace rodar el rumor… 

No puedo evitar ver la analogía de todo esto con una realidad bien conocida en Argentina: las cortinas de humo mediáticas, las campañas político-publicitarias disuasivas, que buscan hacer virar la atención de la sociedad sobre los problemas reales, que han sido y son habituales en la política argentina, particularmente en los llamados “diciembres negros”, frecuentemente fogoneados desde ámbitos clericales en Buenos Aires. ¿Es que los más turbios usos y modos de las costumbres de la política argentina tienen algo que ver con estos últimos rumores que han surgido sin duda desde los más altos vértices de la jerarquía vaticana?

Sea como sea, estos días se ha hecho un mundo, un drama atroz, una película de terror, de algo que… no ha sido más que un rumor. 
Y de ese modo, la primera batalla ha sido ganada por quien ha lanzado a rodar el rumor. 

Pero, me dirán: ¿no debemos estar alerta? ¿No debemos estar prevenidos y tener en cuenta incluso los mínimos rumores para mantener nuestra actitud de resistencia en estos tiempos de prueba?... Sí, pero siempre que no perdamos de vista el foco sobre los problemas reales de la Iglesia que, precisamente, los autores de los rumores quieren que perdamos de vista: ¿acaso no sabemos que dentro de dos meses la Iglesia se enfrentará a un problema de mayor gravedad?... 

Y además, si bien se lo mira, si fuera cierto que esta nueva praxis de la Santa Sede es la de hacer política mediante la confusión, el rumor y el hacer lío, eso está revelando su misma debilidad intrínseca, su realidad de mero fuego fatuo: pasajeras llamas que arden y se elevan de lo putrefacto y descompuesto en el cementerio.

Noticias varias 25 a 27 de diciembre de 2017 (Zaplana, Virginidad de María, Educación sexual, Navidad fieles chinos, Ecclesia Dei, Viganò, NOM, Leonardo Boff, etc.)



GLORIA TV


Francisco niega la Inmaculada Concepción: “María no nació santa”

Comisión vaticana para la Misa Antigua en Latín será abolida en breve

INFOCATÓLICA

El próximo año volverán a presentar un proyecto de ley para aprobar el aborto en Argentina

El Primado de España no entiende la pasividad de los católicos ante la intromisión del Estado en la educación de sus hijos

El Patriarca de Moscú califica de fracaso total la creación de la Iglesia Ortodoxa ucraniana

El obispo de Oporto pide no hablar de la virginidad física de María y luego confiesa que creen en el dogma

Una juez prohíbe al cardenal Cañizares visitar a Eduardo Zaplana en el hospital

IU en Navarra sostiene que los padres no tienen derecho a decidir sobre la educación sexual de sus hijos

La humanidad está dividida en dos (Luis Fernando)

CONTANDO ESTRELAS

Eduardo Zaplana no es golpista ni terrorista pero le están tratando peor que si lo fuese

INFOVATICANA

La amarga Navidad de los fieles chinos de la Iglesia clandestina (Carlos Esteban)

El obispo de Oporto niega la virginidad física de María, luego rectifica

La Comisión Ecclesia Dei, ¿marcada para la liquidación? (Carlos Esteban)

Por qué la corrupción eclesial no justifica la apostasía

Un libro para entender los peligros de la masonería

El obispo de Oporto rectifica, tres días después (Carlos Esteban)

ACTUALL

Tras el rechazo del aborto en Argentina, volverán a presentar un proyecto en 2019

EL DEBATE

IU enloquece con el adoctrinamiento sexual: “Los padres no pueden decidir por sus hijos en temas de sexo”

LIFE SITE NEWS

Top LifeSite Catholic newsmakers of 2018: Pope Francis, Abp. Viganò, abuse crisis

Pope’s new editorial director for Vatican media called Viganò the ‘Great Accuser’ (Diane Montagna)

Pope Francis’ 2018 Christmas address to the Roman Curia (Diane Montagna)

CATAPULTA


Decadencia Posconciliar

Ecumanía: Exigencia del Nuevo Orden Mundial

Carta de Bergoglio a un heresiarca y su concubina (con los “mejores augurios”)


Selección por José Martí

Young People Respond to Passionate Conviction Not to Bergoglio Catholicism


Duración 2:35 minutos

Without God, Christmas is just tinsel, Greg Sheridan, the foreign editor of The Weekend Australian wrote on December 22 in an article for the same newspaper. Sheridan notices that Western secularism keeps the tinsel but suppresses the religious significance of Christmas.

Sheridan appreciates the decision by the Chinese city of Langfang to abolish Christmas this year, and to make Chrismas decorations and celebrations illegal, because this suggests that the Chinese Communists may understand Christmas better than many Westerners. They have realized that they cannot control Christmas because it proposes a higher authority than the Communist party.

Sheridan explains that without religion, everything else about Christmas is just there to distract. Quote, «You cannot come to any meaningful encounter with Christmas without comprehending its supernatural, transcendent, religious claims.» And, «deny Christmas altogether, accept it with all its mystery, or ignore it.»

Could we emphasize all the social goods that came from Christianity, but leave out believing in God, Sheridan asks. His reply is no. Quote, «The social utilitarian view of religion can only appeal to older men. You cannot inspire young people on that basis that this story is untrue or false, but it’s full of merit.»

Sheridan’s conclusion: Young people respond to passionate conviction, integrity and idealism. And, «I found successful Christian movements across many denominations combine three qualities: clear and radical belief, strong leadership and worship that by its aesthetic beauty signals the moral beauty of the teachings.


Solicitud de los obispos portugueses por la misa tridentina. Algunos sacerdotes tienen que celebrar a escondidas