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viernes, 28 de diciembre de 2018

Rumores… rumores…




[Apuntes 56] Rumores sobre la supresión de la Comisión Ecclesia Dei…, rumores sobre la abolición de Summorum pontificum…, rumores sobre la supresión de las variadas comunidades tradicionales surgidas en las últimas décadas…, rumores de espurios acuerdos con la FSSPX... 

El rumor, cualquier tipo de rumor, tiende por sus mismas energías intrínsecas a crecer, a multiplicarse en nuevos rumores de todo tipo a impulsos de los tres enemigos de siempre, del hombre y de las sociedades humanas: el demonio, el mundo y la carne, en sus múltiples y variados rostros. 

El rumor está inexorablemente unido a la mentira que nunca en el rumor es completa mentira y a la verdad que nunca en el rumor es completa verdad, porque nace del maligno, que no quiere ni puede presentar a la una y a la otra en su clara integridad.

¿De dónde han nacido los últimos rumores que atañen a supuestas decisiones del Santo Padre? Y si tienen alguna fuerza de verdad ¿por qué esta información ha nacido como rumor cuando debía haber nacido de otro modo: de la consulta a la Iglesia universal, del consejo requerido a los cardenales, y finalmente de la prudente toma de decisión y declaración veraz?... ¿Es que en estos tiempos de prueba, los rumores, la confusión, las medias verdades, el “hacer lio”… se han convertido en la nueva “orto-praxis” del pontificado del papa Francisco?

Justo en la semana entre Navidad y Año Nuevo, precisamente en los días en que es menor la actividad de los medios de comunicación, días en que aquellos periodistas más combativos bajan la guardia, movidos por ánimos menos confrontativos… alguien saca provecho de la situación y hace rodar el rumor… 

No puedo evitar ver la analogía de todo esto con una realidad bien conocida en Argentina: las cortinas de humo mediáticas, las campañas político-publicitarias disuasivas, que buscan hacer virar la atención de la sociedad sobre los problemas reales, que han sido y son habituales en la política argentina, particularmente en los llamados “diciembres negros”, frecuentemente fogoneados desde ámbitos clericales en Buenos Aires. ¿Es que los más turbios usos y modos de las costumbres de la política argentina tienen algo que ver con estos últimos rumores que han surgido sin duda desde los más altos vértices de la jerarquía vaticana?

Sea como sea, estos días se ha hecho un mundo, un drama atroz, una película de terror, de algo que… no ha sido más que un rumor. 
Y de ese modo, la primera batalla ha sido ganada por quien ha lanzado a rodar el rumor. 

Pero, me dirán: ¿no debemos estar alerta? ¿No debemos estar prevenidos y tener en cuenta incluso los mínimos rumores para mantener nuestra actitud de resistencia en estos tiempos de prueba?... Sí, pero siempre que no perdamos de vista el foco sobre los problemas reales de la Iglesia que, precisamente, los autores de los rumores quieren que perdamos de vista: ¿acaso no sabemos que dentro de dos meses la Iglesia se enfrentará a un problema de mayor gravedad?... 

Y además, si bien se lo mira, si fuera cierto que esta nueva praxis de la Santa Sede es la de hacer política mediante la confusión, el rumor y el hacer lío, eso está revelando su misma debilidad intrínseca, su realidad de mero fuego fatuo: pasajeras llamas que arden y se elevan de lo putrefacto y descompuesto en el cementerio.