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viernes, 2 de octubre de 2020

Monseñor Viganò: caos vaticano. La "desmitización del papado" deja el campo abierto al odio teológico de los enemigos de Dios

 CHIESA E POST CONCILIO


Mucho se ha escrito en los últimos días sobre otro escándalo del Vaticano, esta vez que involucra al cardenal Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Frente a acusaciones que aún deben probarse, la respuesta de Jorge Mario Bergoglio parecía dictada más por la furia que por el amor a la verdad, más por un delirio de omnipotencia que por la voluntad de la justicia: en todo caso por un grave despótico abuso de autoridad. 

Desde este punto de vista, ahora podemos creer que la privación de la Sagrada Púrpura y la reducción al estado laical se han convertido en ejecuciones sumarias, con un impacto mediático muy fuerte a favor de la imagen de quienes las infligen, más allá de las responsabilidades morales y penales de los condenados. El Sr. McCarrick, acusado de delitos muy graves, fue condenado directamente por el Papa, sin que se hicieran públicos los documentos del juicio y los testimonios sobre él. Con este truco Bergoglio quiso dar una imagen de sí mismo que, sin embargo, contrasta con la realidad de los hechos, ya que su supuesto deseo de "limpiar" el Vaticano no se reconcilia con haberse rodeado de personajes ampliamente comprometidos, empezando por McCarrick: encomendarles asignaciones oficiales y luego expulsarlos tan pronto como salieron a la luz sus escándalos. Y en todos ellos, como bien saben los que asisten a la Curia, ya pesaban serias sospechas, si no pruebas detalladas de culpabilidad. 

En confirmación de la instrumentalidad, incluso del pretexto de la acción moralizadora bergogliana, están los casos de personas íntegras y completamente inocentes, que no se han librado de la infamia del descrédito, la exposición mediática, la picota judicial: pensemos sólo en el caso del cardenal Pell, abandonado a sí mismo en un juicio simulado organizado por un tribunal australiano, y para el que la Santa Sede se abstuvo de cualquier intervención que hubiera sido un deber. En otros casos, como el de Zanchetta, Bergoglio se dedicó a la defensa indefinida de su protegido, llegando incluso a acusar de perjurio a las víctimas del Prelado, y luego ascendido a un cargo de alta responsabilidad en la APSA creado específicamente para él. Y hoy Galantino y Zanchetta son de facto los administradores de todo el patrimonio de la Santa Sede y ahora también de la cartera de la Secretaría de Estado. ¿Y personajes impresentables como Bertone y Maradiaga, Peña, Parra y Paglia? Escándalos vivientes ... 

Dejemos, pues, a los inocentes y culpables, unidos por los linchamientos ingeniosamente inducidos por quienes querían librarse de ellos o porque se habían mostrado poco proclives a comprometerse, o porque su celo por la causa de Santa Marta los había conducido a una peligrosa tranquilidad en la certeza. de impunidad.

Personas de reflejada honestidad y gran fe como Ettore Gotti Tedeschi o el cardenal Pell, sin olvidar a Eugenio Hasler y los meros ejecutores de Becciu en la Secretaría de Estado, fueron tratados peor que un abusador en serie como Theodore McCarrick o un (presunto) manipulador como Becciu. Y es de creer que la molestia de tener colaboradores honestos e incorruptibles llevó a su expulsión, así como el chantaje de colaboradores inmorales y deshonestos se consideraba una especie de garantía de su lealtad y de su silencio. El tiempo ha demostrado que los hombres honestos han sufrido la injusticia con dignidad sin desacreditar al Vaticano ni a la persona del Papa; hay que creer que del otro lado los corruptos y los viciosos recurrirán a su vez al chantaje contra sus acusadores, como siempre han hecho los cortesanos sin honor. 

En este reciente hecho, la constante que se puede ver es la actitud de Santa Marta, que se ha comparado en muchos lugares a la de una junta Sudamericana. En cambio, creo que detrás de este goteo de escándalos que involucran a personalidades prominentes de la Jerarquía y la Curia romanas, está la voluntad deliberada de demoler la Iglesia misma, desacreditarla ante el mundo, comprometer su autoridad y autoridad ante los fieles. La operación que venimos presenciando durante los últimos siete terribles años apunta claramente a la destrucción de la institución católica, a través de la pérdida de credibilidad, el descontento y el disgusto por las acciones y comportamientos indignos de sus miembros; una operación que comenzó con los escándalos sexuales ya bajo los anteriores Pontificados, pero que esta vez ve como protagonista, como actor principal precisamente el que se sienta en el Trono.

La "desmitización del papado" defendida por los progresistas consiste esencialmente en su burla, en su profanación, es decir, en hacerla profana, no sagrada. Y es inaudito y muy grave que esta operación subversiva sea llevada a cabo por quienes sostienen ese papado y visten sus vestiduras, aunque con torpeza. Del mismo modo, la profanación de la Iglesia se lleva a cabo con un método científico por los mismos líderes de la Jerarquía, que se hacen desagradables por el pueblo de Dios y son compadecidos por el mundo, bajo la mirada engreída de los grandes medios de comunicación . 

Este modus operandi no es nuevo. Fue adoptado, con menor impacto mediático pero con los mismos objetivos, en vísperas de la Revolución Francesa. Hacer odiosa a la aristocracia; corromper a la nobleza con vicios desconocidos para el pueblo; erradicar el sentido de responsabilidad moral hacia los sujetos; provocar escándalos y fomentar la injusticia hacia los más débiles y los menos favorecidos; esclavizar a la clase dominante a los intereses de sectas y logias: esta fue la premisa, artísticamente creada por la masonería, para despertar el descrédito de la Monarquía y legitimar las revueltas de las masas, preparadas por unos pocos sediciosos a sueldo de las Logias. Y si los nobles no caían en la trampa del vicio y la corrupción, los conspiradores podrían acusarlos de la maldad ajena y condenarlos a la horca bajo la presión del odio cultivado en los rebeldes, 

Hoy, después de más de dos siglos de tiranía del pensamiento revolucionario, la Iglesia es víctima del mismo sistema adoptado contra la Monarquía. La aristocracia de la Iglesia es tan corrupta y quizás más que los nobles franceses, y no comprende que este vulnus para su reputación y su autoridad es la premisa necesaria para la guillotina, la masacre, la furia de los rebeldes. Y también al Terror. Dejemos que los moderados lo piensen detenidamente, que crean que un próximo Papa solo un poco menos progresista que Bergoglio puede sedar las almas y salvar al papado y a la Iglesia. Porque el odio teológico a los enemigos de Dios, una vez eliminados los buenos Pastores y destituidos los fieles, no se detendrá ante quienes hoy deploran el presente pontificado pero defienden su matriz conciliar: los conservadores que creen poder distanciarse tanto de tanto los modernistas como los tradicionalistas acabarán como los girondinos. 

" Mundamini, qui fertis vasa Domini " dice la Sabiduría (Is 52, 11). La única forma de salir de la crisis de la Iglesia, que es una crisis de fe y moral, es reconocer el desvío del camino correcto, volver sobre el camino recorrido y tomar el camino que Nuestro Señor marcó con Su Sangre: camino del Calvario, de la Cruz, de la Pasión. Cuando los pastores no tengan el olor de las ovejas [ aquí] sino el dulce perfume del Crisma con el que se han hecho semejantes al Sumo y Eterno Sacerdote, volverán a conformarse al modelo divino de Cristo, y con Él sabrán sacrificarse por la gloria de Dios y la salvación de las almas. El divino Pastor hará que no les falte su gracia. Mientras quieran complacer al mundo, el mundo los compensará con sus engaños, sus mentiras, sus vicios más abyectos. La elección, después de todo, es siempre radical: gloria eterna con Cristo o condenación eterna lejos de él. 

+ Carlo Maria Viganò, en La Verità 2 de octubre de 2020

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Nota: la traducción del italiano ha sido realizada por el traductor de Google. Tal vez este artículo salga ya traducido, por algún experto traductor, en Adelante la Fe, pero aún no se ha publicado; de modo que esto sería como un adelanto.

viernes, 25 de septiembre de 2020


El cardenal Giovanni Angelo Becciu dijo el 25 de setiembre al sitio web IlMessagero.it que aceptó el pedido de Francisco de dar un paso al costado “por espíritu de obediencia y por el amor que tengo por la Iglesia y el Papa”, agregando que “soy inocente y lo probaré”.

Becciu reclama el derecho a defenderse. Las acusaciones contra él remiten a una misteriosa inversión del 2014 en una lujosa propiedad en Londres, y a la promoción de intereses comerciales de sus hermanos con dinero de la Iglesia.

La semana pasada el sitio web LaVerita.info informó sobre una posible “estafa” que involucra a otras cuatro propiedades en Londres con elevadas tasas de corretaje.

El sitio web LaNuovaBq.it escribe que Francisco actuó como el líder de una junta sudamericana al deshacerse de Becciu, utilizando métodos que ya aplicó contra Müller, Burke, Comastri, Gänswein y muchos otros.

Para el sitio web LaNuovaBq.it es especialmente preocupante que los expedientes se entreguen a la prensa en orden a la persona. Becciu es llamado “corrupto” sin estar siquiera acusado. “Hay una ejecución pública de la sentencia sin un juicio”, observa LaNuovabq.it. 

Otros, como el cardenal Maradiaga, quien está acusado de similares inconductas financieras, todavía disfruta de la protección de Francisco.

lunes, 15 de julio de 2019

Another Shot Fired at Cardinal Rodriguez Maradiaga and at Francis


Duración 2:58 minutos


Martha Alegría Reichmann, the widow of a late Honduras Holy See Ambassador for 22 years, fired another shot at Tegucigalpa Cardinal Óscar Rodríguez Maradiaga, and at Pope Francis. On July 10 she published a long article on Criterio.hn. The title: Is Cardinal Rodríguez Maradiaga honest? Alegría has known him for 40 years. They were close friends until Alegría was defrauded by an investor recommended to her by the cardinal. In February, she wrote the book Traiciones sagradas about her case. Rodríguez is the leader of Francis’ Council of Cardinals. Alegría calls him a cardinal hated by his own people.

Alegría took offence at Pope Francis who called Rodríguez “honest” during his Televista interview. She accuses Francis of always having defended prelates involved in scandals “with lies.” And - quote, “Francis defends and protects those who are destroying the Church from inside.”

Alegría stresses that Rodríguez protected his now retired auxiliary bishop Juan José Pineda for nearly two decades. She calls Pineda a sexual predator and asks, “Can a cardinal who suspended so many priests because they did not accept the conduct of his auxiliary bishop be honest?” And: “Does the Pope consider Rodriguez Maradiaga to be honest, who allowed Pineda to waste over one million dollars on homosexual lovers without doing anything to stop this?” She goes on mentioning the millions which Rodríguez appropriated from the Catholic University of Honduras over years without giving account for the money.

Alegría stresses that around fifty people confirm the veracity of her complaints. She also asks Francis why he doesn’t make public the voluminous report presented to him by his official envoy to Honduras, retired Argentinean Bishop Pedro Casaretto. She writes – quote, “The Pope needs to know that we are not all naive and ignorant.”

viernes, 31 de mayo de 2019

El cardenal Maradiaga, amenazado de linchamiento en el aeropuerto de Tegucigalpa (Carlos Esteban)



Evacuado por protestas políticas del avión que le habría de llevar a Panamá, el coordinador del consejo de cardenales del Papa, el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, ha tenido que ser retirado discretamente por temor a un linchamiento, informa el vaticanista Edward Pentin.

“Ah, bueno, al pobre le dirán de todos lados pero no hay nada aprobado, no, en ese aspecto es de una… es honesto y me preocupé en averiguar bien las cosas”, dijo sobre su mano derecha para Latinoamérica, el cardenal Rodríguez Maradiaga, implicado en oscuros manejos financieros en el país del que es primado, Honduras. “Ahí son calumnias”. Y añadió que “nadie me pudo probar nada. Por ahí se equivocó en alguna cosa, equivocaciones ha tenido algunas, pero no del nivel que le quieren colgar. Eso es importante así que en eso lo defiendo”.

Pero no todo el mundo en su propio país parece pensar lo mismo del ‘buen’ cardenal. Según afirma el veterano vaticanista del National Catholic Register, Edward Pentin, el cardenal hubo de ser evacuado de la pista del aeropuerto de Tegucigalpa, donde esperaba embarcar en un vuelo rumbo a Panamá, debido a las protestas políticas que sacuden el país. Las fuentes de Pentin aseguran que se le condujo de vuelta al edificio principal del aeropuerto ante el riesgo de ser linchado, y añaden que “su apoyo a las nefastas políticas del gobierno ha hecho que se le vea como un funcionario a sueldo de los gobernantes”.

Las confusas noticias que llegan desde Honduras hablan de fuertes algaradas que habrían forzado la paralización del aeropuerto, en protesta contra la política de privatización del Gobierno hondureño.
Maradiaga ha sido acusado, entre otras cosas, de haber protegido y tapado las tropelías de su amigo y mano derecha, el ex obispo auxiliar Juan José Pineda, a su vez denunciado por seminaristas de abusos sexuales y al que se le obligó a renunciar cuando fue ya imposible ocultar sus desmanes. Eso no impidió que Maradiaga cargara contra los seminaristas, a los que llegó a tachar no solo de mentirosos, sino incluso de alinearse con la ‘antiIglesia’.
Los aspectos oscuros del Cardenal volvieron a quedar bajo los focos con la aparición del libro de Marta Alegría Reichman, viuda del antiguo embajador de Honduras ante la Santa Sede. El matrimonio perdió los ahorros de toda una vida por confiar en unas inversiones recomendadas por el cardenal que resultaron ser una estafa. En total, los casos de opacas operaciones financieras en las que se acusa a Maradiaga de estar implicado son más que abundantes.

Carlos Esteban

martes, 9 de abril de 2019

Widow details ‘betrayal’ by Pope Francis and chief cardinal advisor in damning new book (Diane Montagna)



ROME, April 8, 2019 (LifeSiteNews) — The Vatican maneuvered to ensure that Honduran Cardinal Óscar Rodriguez Maradiaga would not be implicated in concealing the sexual and financial misdeeds of his auxiliary bishop, the widow of a former dean of the Vatican diplomatic corps has written in a damning new exposé. 
Such machinations, she says, allowed Maradiaga (one of Pope Francis’s closest advisors), to maintain his position on the C-9 Council of Cardinals, which advises the Holy Father on Church reform. The C-9 is meeting with the Pope this week in Rome.
Martha Alegria Reichmann, whose late husband, Alejandro Valladares, served as the Honduran ambassador to the Holy See for 22 years, calls such maneuvering “a grotesque action and a mockery of honesty” because it gave Cardinal Maradiaga.
 “In her new book, titled Sacred Betrayal, Alegria says that she and her husband were longtime friends of the archbishop of Tegucigalpa. She details how, while her husband was still alive, Maradiaga pushed them to invest a large sum of money into a London investment fund managed by a friend of his, which led the couple to lose their life savings. She also exposes how Cardinal Maradiaga covered for his auxiliary, Bishop Juan José Pineda, who resigned last year after allegations came to light that he had sexually abused seminarians, had a string of homosexual lovers, and had engaged in financial misconduct.
In an explosive interview with Edward Pentin of the National Catholic Register, Alegria explains why she chose Sacred Betrayal as the title for the new book. “I have been betrayed by people who carry a sacred investiture: former Bishop Juan Josè Pineda, Cardinal Oscar Andrès Rodrìguez Maradiaga and Pope Francis — three people I trusted blindly,” she says. 
“In my book, everything is very well explained and demonstrated. There’s no doubt that’s how it was,” the Honduran widow and mother adds.
Mrs. Alegria said she wrote the book after discovering “a dark side” of Cardinal Maradiaga through the events surrounding his betrayal of her family. She says she could not live in “peace and serenity” unless she went public, adding that her “Christian, ethical and moral principles” did not allow her to “keep quiet about such terrible things.” 
“That would have made me responsible for a cover-up,” she says. “To declare what I know and what they have done to me is not only a right that I have, but a duty; because I am a victim of the corrupt system that reigns in the current papacy.”
She says that, in the new book, she goes much further than just recalling her own “painful experiences,” because there are “things that many people don’t know.” 
Alegria says she wrote the book because “the wicked triumph when the righteous are silent; and because God himself is being mocked.”
Asked why she believes Cardinal Maradiaga is still archbishop of Tegucigalpa, as well as coordinator of the Council of Cardinals, Alegria says the Vatican “maneuvered” so that Maradiaga would not be implicated as Pineda’s concealer. She added that the Pope has acted against coverups “on very few occasions” and “only when the external pressure is very strong.” 
“I am just a widow to whom neither Maradiaga nor Francis have given importance because they do not practice the Gospel as it should be,” she says. “It seems that the teachings of Christ have gone out of fashion and the devil reigns. The reasons for this terrible situation are revealed in my book, and it’s something frightening.”
She says she finds Maradiaga’s “extreme protection” of Pineda over 20 years “incomprehensible,” but adds that it has caused the cardinals to lose credibility with the Honduran people. 
Nor does she understand why the Pope keeps Maradiaga by his side. “Perhaps he needs his bad advice,” she said. Alegria then contrasted the Pope’s keeping Maradiaga in position with those who have given him good advice, such as Capuchin Father Thomas Weinandy, who was removed from his post in the USCCB after writing an open letter to Pope Francis. 
Alegria went on to say that she hopes that Maradiaga will be replaced, and that there can be a “fresh start” with a shepherd who is “humble of heart, energetic, transparent, kind and just.”
She said that things won’t be cleaned up possibly until there’s another Pope, or “maybe if Pope Francis put into practice all those beautiful phrases that he knows how to say and that are blown away like clouds that disappear into nothingness.”
She also said she placed her hope and trust only in God. “God is merciful. God is just. God works miracles. ... ‘God alone is enough,’” she said, quoting the mystic and doctor of the Church, St. Teresa of Avila. 
It was put to her whether she had written the book, exaggerating some of the content, so that it would become a best-seller, and thereby recoup some of her financial losses. She welcomed the question, saying it was “easy” to answer it, because the facts can be backed up with evidence. 
“Everything that is written is not exaggerated. I just narrated the facts exactly as they are, and those that needed to be proved are proved,” she says
“What is more,” she adds, “there are cases that are terrible and I did not include them because I do not have the evidence.”
She also showed how the revenue from the book will be relatively little and added that its success “depends only on God.”
She also indicated that Maradiaga offered her a large amount of money, but she didn’t accept it because she believes “the money of the Church is for the poor.”
“I did it with my conscience; I did it with the truth in my hand; I did it for dignity, for conviction and for love of God. I started with a sentence by Edmund Burke that says: ‘Evil triumphs when good men do nothing.’” 
Editor’s note: Sacred Betrayal is currently available only in Spanish, under the title Traiciones Sacradas.
Diane Montagna

viernes, 25 de enero de 2019

EFECTO 'LAUDATO SI’: UN REJUNTE SINIESTRO (abortistas, mundialistas y vividores)




“La cancillería de Panamá en conjunto con la Pontificia Academia de las Ciencias celebrará una conferencia sobre la Laudato Si’.
Publicada en el 2015 y utilizando la frase del cántico de San Francisco de Asís, la encíclica Laudato Si’ forma parte clave del ministerio petrino del Papa Francisco.
La conferencia tendrá como ponentes al Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa con la conferencia: “La importancia de la Encíclica Laudato Si’”. Dr. Hans Joachim Schellnhuber, director emérito del “The Potsdam Institute for Climate Impact Research (PIK)”, con la conferencia: ” El reto del cambio climatico”. Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, con la conferencia: “Buenas prácticas para erradicar el crimen de las nuevas esclavitudes” y para finalizar, el Profesor Jeffrey Sachs, de la Columbia University,  economista y consejero del Secretario General de las Naciones Unidas, con la conferencia: “Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU”. 
“En la Encíclica Laudato si’ y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Papa Francisco aborda   temas de preocupación mundial como la  trata de personas y el cambio climático y plantea que para erradicar la primera y dar dignidad y libertad a cada persona es necesario erradicar la pobreza, educar a todos y a todas, equilibrar el clima, empoderar a la mujer,proporcionar pan, agua y salud sin excluir, y asegurar un desarrollo humano integral”.
Notas catapúlticas
1)Schnellhuber y Sachs forman parte de la célula abortista que opera en el Vaticano, al amparo de Sánchez Sorondo, personaje que se da la gran vida sin que le importe nada de nada. Obviamente, cuenta con la protección del capo di tutti capi.
2)De este rejunte, CATAPULTA se ha ocupado reiteradamente.
3)El indigerible mamotreto de “la encíclica verde”, pretende apuntar contra “el consumismo”. Pero ¡oh casualidad! estos cuatro vividores son grandes consumidores de billetes “verdes”, especialmente el pesce grosso  Maradiaga. Sobre este perdulario ver https://infovaticana.com/2018/09/10/la-insostenible-situacion-de-maradiaga-en-honduras/
Augusto Padilla

jueves, 18 de octubre de 2018

El ‘círculo’ de Maradiaga pide a la Iglesia una reforma de su concepción de la sexualidad (Carlos Esteban)



La Iglesia debe dar respuesta a los retos que plantea la homosexualidad (comprendidos el ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo, la adopción por parte de éstos y los vientres de alquiler). Esto plantea uno de los ‘círculos’ del sínodo, el coordinado por el Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga.
“[…]Está la cuestión de qué hacer y cómo actuar con los homosexuales, que no pueden quedar fuera de nuestra actividad pastoral, y otras realidades tales como los matrimonios entre homosexuales, los vientres de alquiler, la adopción por parte de las parejas del mismo sexo, todo lo cual constituyen cuestiones actuales promovidas y favorecidas por instituciones gubernamentales internacionales”, sostiene un grupo de participantes de habla española del sínodo, dirigido a los jóvenes, que termina ya en Roma
Es el único grupo del que se sepa que ha tratado sobre estos temas. Es, también, el ‘círculo’ presidido o coordinado por el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, coordinador del consejo de cardenales de Francisco, el C9. Se da la circunstancia de que la ‘mano derecha’ de Maradiaga, que le sustituía al frente de la Archidiócesis de Tegucigalpa durante las continuas estancias del cardenal en Estados Unidos para ser tratado de una enfermedad, el obispo auxiliar Juan Pineda, fue cesado de su cargo acusado de abusar sexualmente de, al menos, dos seminaristas.

Estos ‘círculos’ son las asambleas de discusión en que se ha dividido el sínodo por idiomas, de forma que pueda lograrse una mayor agilidad. De hecho, la ausencia de un idioma común -como lo fue, durante siglos, el latín- ha hecho que el texto final del sínodo, sobre el que habrá de conseguirse una mayoría de dos tercios para ser aprobado por los obispos, será leído en italiano y los prelados que desconozcan el idioma deberán fiarse de traducciones simultáneas.

También hemos sabido que, frente a la ausencia de informaciones al respecto durante las primeras semanas, se votará el texto párrafo por párrafo y no en su integridad. Éste ha sido hasta ahora el método habitual, pero la aparición de Episcolalis communio, la nueva constitución apostólica que rige el funcionamiento y alcance de los sínodos, deja sin resolver algunos asuntos de procedimiento como el citado.

Es llamativo que el ‘círculo’ de Maradiaga se haya planteado estas cuestiones y pedido a la Iglesia responda a las mismas cuando la doctrina es ya diáfana con respecto a estas ‘realidades’. No existe, a efectos de un católico, ‘matrimonio’ alguno posible entre dos personas del mismos sexo, con independencia del número de instituciones civiles que quieran reconocerlas, promoverlas o aplaudirlas.

La Iglesia no necesita “abrirse” a los homosexuales porque está ya, de hecho, abierta a todos, y porque ni siquiera reconoce -o reconocía- esta etiqueta como fundante de una ‘identidad’ diferenciada en el individuo. Por decirlo con palabras del Arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, no existen ‘católicos LGBT’, porque nadie debe convertir sus tentaciones en identidad.

Pero todas estas obviedades parecen inútiles con el empecinamiento de ‘renovadores’ como Maradiaga, cuyo grupo declaró que “se está haciendo necesario” que la Iglesia reforme “toda la cuestión de los desafíos antropológicos” y revise “cuestiones muy importantes tales como el amor, la sexualidad, las mujeres y la ideología de género”.


Carlos Esteban

sábado, 13 de octubre de 2018

Francisco y las malas compañías (Carlos Esteban)


Decía Chesterton que al católico, al entrar en la Iglesia, se le pide que se quite el sombrero, no la cabeza. Pero cada vez son más mis hermanos católicos que nos conminan a que nos deshagamos, no ya de la cabeza, sino de los mismos ojos, y que siguiendo la extraña aritmética del jesuita padre Spadaro, sumemos dos más dos y nos salga cinco.

Quizá sea algo jesuita, teniendo, como tenemos, el primer Papa surgido de la compañía. Decretaba su fundador, San Ignacio, que la obediencia al superior debe ser como la de un cuerpo muerto y afirmar que lo blanco era negro si así lo disponía quien tiene autoridadQuizá por eso no soy jesuita, o tal vez la instrucción resulta tan contraria a la naturaleza humana que la propia compañía ha destacado en los pasados pontificados más por su rebeldía que por su obediencia

También, después de todo, se suponía que los jesuitas no debían aspirar a ningún cargo eclesiástico, ni siquiera a la dignidad de Monseñor, y ahí los tenemos, cubriendo la dignidad más alta de la Iglesia.

Viene todo esto a cuento de que, contra lo que puedan creer quienes no nos conocen, nada nos gustaría más a quienes hacemos Infovaticana que no ver lo que vemos ni sacar la conclusiones inevitables.

A cuenta de McCarrick y Viganò estamos viendo un cambio de estrategia en el Vaticano bastante triste: distraer la atención hacia Juan Pablo II. ¿Quién, después de todo, le nombró arzobispo de Washington y cardenal de la Iglesia? Karol Wojtyla fue proclamado santo por Francisco, pero es evidente que resultó muy desafortunado en muchos de sus nombramientos, aunque es un poco desconcertante desviar culpas hacia alguien que Francisco ha canonizado para diluir la hipotética culpa del propio Francisco.
En cualquier caso es un cargo válido, y no voy a prescindir ni de los ojos ni de la cabeza para constatarlo. Pero lo peor que puede decir de Juan Pablo II, en ese sentido, es que sus nombramientos fueron buenos y malos, y que se rodeó de hombres buenos y menos buenos.

En Francisco, en cambio, hay que hacer una pirueta mental imposible para no advertir que sus nombramientos son casi invariablemente desastrosos, y apuntan en una preocupante dirección. La constancia en rodearse de clérigos implicados en casos turbios o famosos por sus opiniones heterodoxas hace difícil achacarla a un caso de mala suerte.

Lo de McCarrick es casi una anécdota, una gota en el mar, y si algo ha hecho difícil no creer en el testimonio de Viganò es que el historial pontificio de Francisco hace ver extraordinariamente plausible su veracidad. De hecho, ha sido más confirmada que desmentida por las fuentes vaticanas, desde el silencio empecinado del Santo Padre a la desconcertante carta de Ouellet, en la que admite el cargo principal.

Uno de los ‘mandatos’ implícitos de Francisco al ser elegido Papa era la reforma en profundidad de la Curia romana y, a tal efecto, al principio de su pontificado, eligió un equipo de nueve cardenales para que le asistieran en ese empeño. Cinco años después, la reforma no ha avanzado un milímetro, pero el C9 se ha convertido en una especie de ‘junta’ que gobierna por encima y al margen de las congregaciones.

Y entre estos ‘HOMBRES DEL PAPA’  está el coordinador del equipo, apodado ‘el vicepapa’, el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, del que existe un voluminoso dossier con sus enjuagues financieros en los que desaparecieron millones de dólares, que nombró mano derecha a un obispo auxiliar acusado de abusos a seminaristas -de forma lo bastante creíble como para haber sido destituido- y que llama ‘mentirosos’ a seminaristas que se han atrevido a denunciar el clima de ‘tiranía gay’ que reina en el seminario mayor de Tegucigalpa.

También tenemos -¿o teníamos? es difícil saber- en el consejo a Pell, que lleva ya años en su Australia natal ‘con licencia’ para responder en juicio penal de un caso de abusos a menores. A Pell se le puso al frente de las finanzas vaticanas, y en su ausencia, en lugar de elegir formalmente a otro, Francisco ha dejado que haga y deshaga en el IOR Monseñor Ricca, conocido por sus indiscreciones homoeróticas repetidas. Este fue el monseñor cuyo caso llevó al Papa a su celebérrima pregunta-afirmación: “¿quién soy yo para juzgar?”, tan celebrada en el mundillo LGBT.

Está el chileno Errazuriz. Cardenal chileno. Chile, donde toda la cúpula está llamada a declarar por el ministerio fiscal del país a cuenta del encubrimiento masivo de curas pedófilos. En Chile, por cierto, Francisco también dio muestras de sus curioso criterios de elección de prelados cuando se empeñó, contra el criterio del propio episcopado, en nombrar obispo de Osorno a Juan Barros, acusado de complicidad pasiva con Karadima. Fue la ocasión en la que Francisco llamó a las víctimas que protestaban contra el nombramiento “calumniadores”, aunque al final la presión pública le forzó a aceptar la tercera renuncia presentada por Barros.

Otro hombre fuerte del C9 es el cardenal Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana que, por su cuenta y riesgo, hizo votar en asamblea que los cónyuges protestantes de fieles católicos podían recibir la comunión en determinadas circunstancias, a lo que el Papa dijo primero que sí, luego que no y luego que depende.

Lo del Papa con los alemanes es cosa curiosa por demás. A poco de ser nombrado aconsejó la lectura de otro de sus teólogos de cabecera, el cardenal Walter Kasper, para quien “los dogmas nunca han dejado asentada definitivamente cuestión alguna”, entre otras opiniones de ortodoxia más que cuestionable.

Digo que es curioso no porque sea la alemana una de las jerarquías eclesiales más ‘avanzadas’ y críticas con la tradición eclesiástica, sino porque Francisco ha hecho famosas dos peticiones, dos deseos -una Iglesia pobre para los pobres y la atención a las periferias- y no hay Iglesia nacional a la que parezca más cercano que la alemana, entre las más ricas -como sociedad y como culto- y, desde luego, no especialmente tercermundista.

De los obispos americanos ‘apadrinados’ por McCarrick y elegidos por Francisco -Farrell, Tobin, Wuerl, Cupic- podríamos considerar al Papa meramente ingenuo o confiado. Si no fuera porque a Farrell -auxiliar de McCarrick en Washington, con quien vivió durante seis años en la misma casa- le ha nombrado, ni más ni menos que, prefecto para el megadicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, lo que suena casi a perfecto ejemplo de humor negro. A Tobin y a Cupich -ya saben, el hombre que cada vez que abre la boca sube el pan- les ha convocado para el presente sínodo, aunque el primero -“Nighty night, baby. I love you”- se ha excusado de asistir, queremos creer que por vergüenza torera.

Y llegamos al asunto que mantenemos en portada, de la pluma del gran vaticanista del National Catholic Register, Edward Pentin: LOS HOMBRES SELECCIONADOS PARA ELABORAR EL DOCUMENTO FINAL DEL SÍNODO AHORA EN MARCHA. Tampoco es que importe mucho: Baldisseri -otra ‘creación’ cardenalicia de Francisco- ya ha venido a reconocer indirectamente que el texto está redactado, y que los obispos y toda su cháchara aportarán, como mucho, puntualizaciones.

Podríamos seguir y seguir, desde el homosexualista jesuita Padre James Martin, estrella del pasado Encuentro Mundial de las Familias, partidario de cambiar en el Catecismo de la Iglesia Católica la expresión “intrínsicamente desordenado” -en referencia a la homosexualidad- por “diferentemente ordenado”; hasta el padre Thomas Rosica, asesor de la Oficina de Prensa vaticana en lengua inglesa, que recientemente aseguró que con Francisco la Iglesia entraba en “una nueva fase” -otra-, y que este Papa podía permitirse contradecir la Tradición porque estaba por encima de ella y de la Escritura.

Seguir pretendiendo que “todo está bien”, que el único problema de la Iglesia está en quienes la ‘atacan’ y que todo lo que nos choque de las actitudes de Francisco es porque “no lo hemos entendido bien” empieza a ser, muy seriamente, dejarse la cabeza en la puerta de la Iglesia para entrar en ella.

Carlos Esteban

jueves, 20 de septiembre de 2018

El Testimonio de Mons. Viganò, el silencio del Papa y los comentarios del Card. Rodríguez Maradiaga (Claudio Pierantoni)



Entre la variedad de declaraciones sobre el Testimonio de Mons. Viganò, que se han sucedido durante estas tres semanas desde el estallido de la “bomba”, queremos señalar lo que ha afirmado el Card. Rodríguez Maradiaga, en una entrevista el pasado 12 de septiembre:

(https://www.periodistadigital.com/religion/america/2018/09/12/cardenal-maradiaga-el-monsenor-vigano-iglesia-religion-dios-papa-roma-mccarrick-francisco.shtml).

La entrevista comienza recordando que Rodríguez Maradiaga es “amigo y colaborador cercano del Papa”, y que el dossier Viganò “lo convierte en protector del cardenal McCarrick, el abusador”. 

Y aquí está la primera pregunta

El dossier Viganó acusa al Papa de encubrir las relaciones homosexuales del cardenal McCarrick con seminaristas y llega a pedir la renuncia de Francisco. ¿Qué le parece?

... y la respuesta que da a ella Rodríguez Maradiaga

“Hacer de algo de orden privado un titular-bomba que estalla en el mundo y cuyas esquirlas hacen daño a la fe de muchas personas no me parece correcto. Pienso que un asunto de naturaleza administrativa tendría que ser ventilado con criterios más serenos y objetivos, no con una carga negativa de expresiones muy amargas. Creo que el Mons. Viganó que yo conocí no es la misma persona que escribe y dice tales cosas.”

En estas pocas líneas, reflexionando un poco, se encontrará información mucho más importante de lo que aparece a primera vista.

- En primer lugar, hay una admisión implícita, pero muy clara, de la verdad de los hechos expuestos por Viganò. Ya cualquier lector desapasionado que haya leído el documento de Viganò difícilmente podía dudar de lo que dice. Esto se debe, por un lado, a la posición privilegiada que él ocupaba como Nuncio; por otro, al número de testigos de alto rango, ya en la Curia romana, ya en el episcopado americano, nombrados directamente por él como cómplices, que fácilmente podrían negarlo si mintiera. Además el principal interesado, el Papa, ha confirmado elocuentemente con su perfecto silencio, en lo que a él respecta, que Viganò está diciendo la verdad. (Dejaremos para otra ocasión los comentarios sobre la autocelebración del propio silencio, que el Papa ha realizado en estos días, utilizando una homilía sobre el Evangelio de Lucas). 

También por parte de Benedicto XVI, en cuanto a las sanciones que impuso a McCarrick, no se han recibido denegaciones sustanciales, salvo la aclaración de que se trataba de sanciones “privadas”, más que “canónicas” en el verdadero sentido de la palabra (de otro modo habrían sido públicas). Pero el hecho es que hubo sanciones; que McCarrick las respetó poco, con la complicidad de obispos y prelados norteamericanos y de la Curia romana; y que luego estas sanciones fueron misteriosamente dejadas de lado bajo Francisco. Ahora, esta respuesta de Rodríguez Maradiaga nos da una confirmación ulterior y definitiva de que se trataba de hechos bien conocidos por el Papa y su “círculo de amigos”, del que él mismo es un miembro destacado.

- Pero aún más instructivo es el modo en que Rodríguez Maradiaga califica la conducta de McCarrick, precisamente con estas dos expresiones: “algo de orden privado”, y: “un asunto administrativo”

Según el Cardenal hondureño (un miembro prominente del C9 y uno de los líderes, recordemos, del programa de las ventiladas “reformas” de Francisco), el comportamiento de McCarrick, que incluye la corrupción y sodomía para con generaciones enteras de seminaristas a través del continuo y notorio abuso de su poder como Obispo y Cardenal de la Iglesia Católica, así como la continua celebración sacrílega de la Santa Misa, sería “algo así como un hecho “de orden privado”, un “asunto administrativo”. 

No cabe duda de que un tal comentario nos deja un poco perplejos: un comportamiento que ha traumatizado a decenas de jóvenes, destruido vocaciones, escandalizado a miles de fieles hasta el punto de convertirse en un “secreto a voces”, pero protegido por los más altos niveles de la Curia romana y por el mismo Papa, es, para el inefable cardenal centroamericano, “algo privado”, un “asunto administrativo”.

Aquí ni siquiera sería necesario molestar a la Teología moral (parece que Rodríguez Maradiaga es un estudioso de la materia) para explicarle al Cardenal que cualquier pecado grave, incluso el más secreto, no es ciertamente nunca, para la Iglesia, algo meramente “privado”, y menos aún un mero “asunto administrativo”, sino que es siempre una infección que se extiende y contamina a todo el cuerpo eclesial. 

Pero no es necesario recordar esto, porque en el discurso del Cardenal toda referencia a algo llamado “pecado” está completamente ausente: es simplemente “algo privado”. Sin embargo, para dar la interpretación más benévola posible de las increíbles palabras de Rodríguez Maradiaga, admitamos que, si hubiera sido un asunto puntual y limitado (por ejemplo, una relación secreta, supongamos, con un solo seminarista), podría haberse corregido de una manera severa y decidida, pero también discreta, sin necesidad de informar a todo el orbe católico y al mundo entero.

Desgraciadamente, sin embargo, nuestro Cardenal olvida con demasiada facilidad que el memorial de Viganò nació precisamente de una dolorosa experiencia, que duró varias décadas, en la que el Nuncio, observando por su posición privilegiada el continuo crecimiento y la ramificación de estos abusos, después de haber esperado y confiado continuamente en que alguien en la jerarquía reaccionaría, que finalmente se le daría curso a las sanciones, tuvo que finalmente rendirse a la evidencia de que, si alguien con un verdadero conocimiento de los hechos no hablaba en público, nada cambiaría. 

Y la situación llegó a su clímax cuando el Nuncio tuvo la certeza, a partir de sus encuentros con el Papa Francisco, de que Bergoglio no sólo era consciente de la mala conducta de McCarrick, sino que, de hecho, lo había dispensado de todas las sanciones, e incluso lo había transformado en uno de sus asesores en el nombramientos de los obispos norteamericanos; y todo esto en un panorama general que veía al Papa mismo no sólo aceptar, sino también animar y promover la agenda pro-gay dentro de la Iglesia, desde los Sínodos para la familia hasta el reciente encuentro en Irlanda.

- Y aquí llegamos al siguiente punto que nos gustaría destacar. Cuando nuestro Cardenal califica la sodomía (y el abuso de poder con este fin), un mero “hecho privado”, un “asunto administrativo”, nos está revelando claramente su estándar moral sobre el tema. ¿Cuántos pasos en la escala de la depravación moral debe haber dado un hombre de la Iglesia para llegar a calificar la corrupción sexual con abuso de poder de generaciones de seminaristas como un “hecho privado”, para ser resuelto de una manera “administrativa”? 

Por supuesto, él sabe que, en el papel, todavía hay leyes canónicas que prohíben ciertas formas de comportamiento, y que éstas, además de ser pecados graves, son también, según tales leyes, verdaderos y propios crímenes. Pero sus palabras indican que estas reglas, en la práctica, deben considerarse, si no completamente letra muerta, en todo caso un mero “asunto de carácter administrativo”, que “debe ser ventilado con criterios más serenos y objetivos”.

Como vemos, el cuadro dibujado por Viganò, que es horriblemente repugnante para cualquier católico que haya mantenido un mínimo de pudor y sensus fidei, no es en absoluto negado por nuestro Cardenal hondureño: es sólo que para él se trata de un hecho “administrativo”, que debe ser evaluado con criterios “serenos y objetivos” (al fin y al cabo, en el pequeño escenario de su Honduras, de administración ordinaria han sido los escándalos, tanto sexuales como financieros, que él mismo ha “evaluado serenamente” y cubierto adecuadamente).

Yerra, por lo tanto, Viganò al querer calificar este cuadro “con una carga negativa de expresiones muy amargas”. Yerra el Nuncio al amargarse por tales nimiedades; esto le sucede porque se ha quedado atrás: tiene la culpa de “ser conservador”, como han repetido a coro, como supremo insulto, todos aquellos que han intentado defender el Papa minimizando la situación. En efecto ser conservador, para los estandartes de la nueva misericordia, es el pecado más rigurosamente imperdonable.

El ex-Nuncio ya no es, dice Rodríguez Maradiaga, “el Viganò que yo conocía”, es decir, por supuesto, el diplomático correcto que (obviamente por las obligaciones de su cargo) guardaba silencio sobre lo que veía, y al Cardenal le parecía quizás que debía de aprobarlo todo y sonreír ante todo.

Sin embargo, aun demostrando con estas palabras el endurecimiento verdaderamente impresionante de su sentido moral, el Card. Rodríguez Maradiaga, como político consumado como es, sabe que nunca podría permitirse una evaluación de este tipo si no estuviera para protegerlo el paraguas seguro de su Jefe, quien implícita pero inequívocamente se ascendió a sí mismo de simple Vicario de Cristo a Líder absoluto de la Iglesia.

- Esto nos lleva al último punto que nos gustaría destacar, en relación con el hecho de que Viganò, en su Testimonio, califica la cobertura de estos crímenes como “omertà” (“silencio”), “semejante al de la mafia.” De hecho, esta cobertura tiene un punto en común importante con el silencio de la mafia: ésta no oculta los crímenes simplemente por miedo a que sean descubiertos. En cambio, los encubre porque en realidad obedece a un sistema de valores diferente, que no coincide con la ley vigente en la comunidad en la que vive (en este caso, la Iglesia Católica). 

En otras palabras, el “lobby gay” encubre estos delitos porque en realidad los justifica en nombre de una moral diferente, que una cierta élite de iluminados en el poder pretende sustituir a la Escritura y a la Tradición de la Iglesia. Y esta es, sin lugar a dudas, la forma más grave y literalmente diabólica de abuso clerical.

Ahora bien, esto es decir que es el mismo Papa quien pisotea la Escritura y la Tradición católica. Ya no lo dicen sólo los tradicionalistas habituales, ni los ultraconservadores habituales (los llamados “rigoristas” tan anatematizados), ni siquiera los conservadores moderados, mucho más numerosos, que poco a poco se han ido desilusionando con Bergoglio. Esto lo dicen ahora abiertamente sus propios colaboradores, como se desprende de las recientes palabras de uno de ellos:
« El Papa Francisco rompe con las tradiciones católicas cuando quiere, porque está libre de ‘apegos desordenados’. Nuestra Iglesia ha entrado efectivamente en una nueva fase: con el advenimiento de este primer papa jesuita, está gobernada abiertamente por un individuo en lugar de por la autoridad de la Escritura sola o incluso de la Tradición más la Escritura» 
(Cursivas mías. Citado en: https://rorate-caeli.blogspot.com/2018/08/member-of-francis-inner-circle-in.html?m=1. Retomado a su vez desde el sitio Zenit, que luego eliminó –pero sin desmentirla – la increíble frase.)

Son palabras del Padre Thomas Rosica, publicadas el pasado 31 de julio, como meditación con motivo de la celebración de la fiesta de San Ignacio de Loyola, donde el autor quiere ilustrar “las cualidades ignacianas del ministerio petrino del Papa Francisco”.

Muy a propósito estas palabras, pronunciadas apenas un mes antes del dossier de Viganò, lo comentan iluminando perfectamente tanto la atmósfera doctrinal de este pontificado como las declaraciones de los otros “amigos” del círculo de los iluminados sobre el memorial del ex Nuncio. Son palabras que ciertamente no necesitan ningún comentario. Son suficientes para hacernos ver en toda su crudeza, casi momentáneamente corriendo el tenue velo de la mistificación retórica y mediática, la verdadera y siniestra naturaleza de este pontificado.

Sin embargo, incluso en un paisaje tan desolado, esperamos y creemos que el valor de un hombre y su Testimonio será un punto de inflexión que no podrá ser olvidado y que, con la ayuda de Dios, comenzará a romper este muro de corrupción y silencio.
Claudio Pierantoni

lunes, 10 de septiembre de 2018

Nuevas acusaciones contra el cardenal Rodríguez Maradiaga



El cardenal de Tegucigalpa (Honduras), Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, un aliado cercano del papa Francisco, es cómplice del sistema corrupto de Honduras, declaró el sacerdote de origen español Bernardo Font Ribot en una carta al papa Francisco fechada el 5 de julio. Font vive en Amapala (Honduras).

Él escribe que cayó en bancarrota después que, por orden de Rodríguez, colocó en las manos del cardenal sus activos patrimoniales, heredados de su familia. Cuando se quedó sin nada, Rodríguez lo rechazó y lo suspendió como sacerdote después de 50 años de servicio pastoral. En consecuencia, Font ha presentado una demanda civil contra Rodríguez.

Rodríguez designó a Font como secretario ejecutivo de los medios de comunicación católicos en Honduras. Font utilizó su propio dinero, heredado de sus padres (propiedades inmobiliarias, acciones y otros) para llevar a cabo su tarea.

También contribuyó con el Seminario Mayor de Nuestra Señora de Suyapa, y con una parroquia situada en la arquidiócesis de Tegucigalpa.

Desde el comienzo Font informó a Rodríguez sobre sus actividades de negocios en Puerto Rico. Rodríguez le dijo: “No abandone sus negocios, nos ayudan mejor”.

Después de una discusión sobre negocios, que posteriormente se resolvió en paz, junto con el obispo auxiliar Juan José Pineda, Rodríguez suspendió a Font en el 2005, sin brindarle ninguna explicación.

Font escribe que en la Iglesia hondureña hay abusos contra sacerdotes y una crisis dramática que, por ejemplo, consiste en la infiltración homosexual del Seminario Mayor de Nuestra Señora de Suyapa.

También declara que los clérigos que son marginados y perseguidos son los que no están vinculados con el gobierno, y que la jerarquía, con pocas excepciones, está en complicidad con el gobierno dictatorial, especialmente el cardenal Rodríguez.

jueves, 24 de mayo de 2018

Cardenal Rodríguez Maradiaga reina “por el terror hacia todo el que se atreve a cuestionarlo”




Sacerdotes de la arquidiócesis de Tegucigalpa (Honduras), han sido suspendidos “solamente” por informar al cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga de “acciones inmorales” de su obispo auxiliar Juan Pineda, según Martha Alegría Reichmann, la viuda de un ex embajador de Honduras en la Santa Sede durante 22 años.

Reichmann dijo el 23 de mayo a ncregister.com que la arquidiócesis de Tegucigalpa está “gobernada por el terror hacia todo aquél que se atreve a cuestionar las malas decisiones del cardenal o, todavía más peligrosamente, a rozar al [obispo] auxiliar”.

Y: “todos los que han hecho esto ya han sido marginados”.

Reichmann fue durante décadas amiga íntima del cardenal.

Ella perdió los ahorros de toda su vida porque un administrador de fondos, recomendado por el cardenal, la traicionó en el 2012.

viernes, 9 de febrero de 2018

L'Espresso renueva las acusaciones contra el cardenal Rodríguez



El pro-Francisco L'Espresso (5 de febrero) respalda sus acusaciones contra el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga de Tegucigalpa, Honduras.

En diciembre, la revista italiana acusó a Rodríguez de recibir 500.000 euros anuales de la Universidad Católica de Tegucigalpa y de haber quemado 1,2 millones de dólares a través de sombrías inversiones en Londres.

Rodríguez respondió que los pagos no se hicieron para él personalmente sino para proyectos pastorales .

Pero L'Espresso señala que los pagos fueron a la cuenta privada de Rodríguez, no a la de la arquidiócesis. El obispo auxiliar de Rodríguez, Juan José Pineda, también recibió dinero en efectivo.

L'Espresso muestra que estas enormes sumas no se incluyeron en los balances que Rodríguez presentó en septiembre de 2017 al Vaticano durante la visita de Ad-Limina. Las hojas tampoco muestran evidencia de más de un millón de euros que el obispo auxiliar Pineda recibió del gobierno.

Otra acusación proviene de Martha Alegría Reichmann, viuda de Alejandro Valladares, ex embajador de Honduras ante la Santa Sede durante 22 años. Rodríguez, que era amigo de la familia, convenció a la pareja para que invirtiera sus ahorros en el financista londinense Youssry Henien, el mismo Henien que hizo que Rodríguez perdiera 1,2 millones de euros de su arquidiócesis. Reichmann se dio cuenta en febrero de 2015 de que el dinero ya no estaba. Los intentos de contactar a Henien o Rodríguez no recibieron respuesta.

Hasta ahora, Rodríguez se defendió diciendo que las críticas en su contra eran ataques contra la "reforma" del Papa Francisco.