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martes, 17 de enero de 2023

Monseñor Argüello desautoriza en directo a los tertulianos de COPE por sus críticas a las medidas provida de VOX



El arzobispo de Valladolid y ex secretario general de la Conferencia Episcopal española, Luis Argüello, ha pasado esta mañana por los micrófonos de COPE en el programa de Carlos Herrera.

Monseñor Argüello ha sido entrevistado con Herrera para hablar del documento de la Conferencia Episcopal sobre persona, familia y sociedad ‘El Dios fiel mantiene su alianza’. Aunque se trata de un documento muy interesante publicado por los obispos, era la excusa para que el arzobispo vallisoletano interviniese en la Cadena de los obispos para aclarar algunos asuntos a los asalariados de la Emisora.

Este medio denunció en el día de ayer la esperpéntica tertulia que se escuchó en el programa de Herrera en la que se acusaba directamente a VOX, con su propuesta provida en Castilla y León, de quitar el foco de lo verdaderamente importante y beneficiar así al PSOE.

Durante el programa de ayer de Carlos Herrera, el comunicador referencia de la COPE afirmó en su monólogo de las 8 de la mañana que «la polémica, que es injustificada, le viene al gobierno como anillo al dedo para escurrir su responsabilidad por el desastre de la aplicación de la ley ‘solo sí o sí’.

En esa misma línea se posicionaron el resto de tertulianos del programa. Ignacio Camacho calificó esta medida de «sobreactuación de VOX» y aseguró que estas medidas provida son «marketing político. Un cebo ideológico para obtener protagonismo».

Otra de las tertulianas del programa de Herrera, dijo que «cuando lo escuché (las medidas de VOX) tal y como lo presentó VOX me sorprendió mucho. El contenido tal y como se presentó, no me gustó mucho».
Argüello alaba las medidas provida de VOX

Durante la entrevista con Carlos Herrera, el arzobispo de Valladolid ha lamentado que «desde el año 1988 vivimos una situación en Valladolid donde mueren más personas de las que nacen, estamos preocupados por la despoblación». Es por ello, que monseñor Argüello ha afirmado que «haya medidas a favor de la vida, evidentemente con el respeto a la conciencia de todo el mundo, o que nazcan más niños en nuestra tierra, en principio parece una buena propuesta y deberíamos alegrarnos«.

El arzobispo de Valladolid ha denunciado el recorrido histórico de la realidad del aborto. Argüello ha explicado como hemos pasado de comprender que el aborto es un mal o un drama, a después despenalizarlo como un mal menor, luego a un derecho y ahora a un derecho fundamental.

El ex secretario general de la CEE ha afirmado que esta situación, no ocurre solo en España sino también en países como Francia en donde el presidente Macron pretende blindar el aborto como un derecho constitucional.

Monseñor Argüello, también ha entrado de lleno a la polémica generada en el seno de la cadena de los obispos por las opiniones vertidas por los tertulianos durante el programa de Herrera. El arzobispo de Valladolid ha dicho que «no podemos separar las cuestiones de la llamada moral personal de la moral social. Desgraciadamente lo veo, querido Carlos, incluso en vuestra mesa de tertulia. Se habla de los derechos de la mujer como una cuestión consolidada, incluyendo en esos derechos el del aborto. No podemos pensar y aceptar que el aborto sea un derecho», remarcó Argüello.

Estas últimas declaraciones del ex portavoz de los obispos han sonado como un reproche a los tertulianos que criticaron ayer en la Emisora de la CEE las propuestas provida aprobadas por la Junta de Castilla y León. Argüello, que seguramente sepa mejor que los trabajadores de la Cadena el ideario de COPE, ha querido utilizar los micrófonos de la Emisora en directo para reprochar que desde esas ondas se lancen proclamas o críticas contra medidas provida. Algo, que por ideario, debería promover y apoyar la cadena COPE

sábado, 15 de diciembre de 2018

COPE y Carlos Herrera: atronador silencio de TODOS los obispos españoles (Carlos Esteban)



La cadena de radio COPE, como la televisión 13TV, son propiedad e iniciativa de la Conferencia Episcopal Española, que representa a todos los obispos de España. Por eso es un escándalo que su locutor estrella, Carlos Herrera, defienda públicamente posturas absolutamente incompatibles con la doctrina católica sin que uno solo de los 81 obispos -uno, al menos- españoles haya salido a la palestra para explicar este absurdo.

¿Debe la jeraquía eclesiática ser propietaria de medios de comunicación? En principio, no hay el menor problema. Aunque, en una sociedad abierta y próspera, cualquier laico o grupo de laicos puede ocuparse de representar en la escena mediática la postura -o, mejor, las posturas- católica frente a la audiencia, puede tener sentido que el episcopado quiera aportar una voz ‘oficial’ que, incluso sin ánimo de lucro, ayude a la evangelización y a acercar almas a Cristo, que es la labor de los pastores. Esa sería su única justificación.

Pero esa misma justificación se convertiría en grave escándolo y en ocasión de confusión entre los fieles si dichos medios -en nuestro país, especialmente, la COPE y 13TV- dedican la mayor parte de sus esfuerzos a apoyar opciones políticas que no respetan los principios irrenunciables detallados por Benedicto XVI y, mucho más, si transmiten ideas frontalmente contrarias a la doctrina de la Iglesia.

La semana pasada, el más popular y seguido de los locutores de la COPE, Carlos Herrera, en una entrevista concedida a Jordi Évole, Carlos Herrera calificó de “barbaridad” el proyecto de Vox de acabar con la financiación pública del aborto y de los cambios de sexo. “El aborto está regulado por ley”, dijo Herrera, añadiendo que en el negocio de acabar con la vida del no nacido en el vientre de su madre “se ha llegado a determinados consensos. A mí me parece siempre un fracaso, el aborto es un fracaso, es efectivamente una pelea con la vida, pero dejémoslo como está. Yo no voy a hacer de eso una bandera particularmente“. En relación a los mal llamados ‘cambios de sexo’, Herrera dijo que Vox desconoce el “drama” de “algunas personas que viven en un cuerpo y son de otro cuerpo. Si eso se puede arreglar, ¿de verdad de verdad es tan problemático arreglarlo? ¿De verdad de verdad es tan caro arreglarlo? ¿El problema de la sanidad española es ése? Me da a mí la sensación de que no”.

Lea también: A Carlos Herrera le parece “una barbaridad” que VOX pida que no se paguen abortos con dinero publico

Qué sea “vivir” en un cuerpo, como si uno fuera el tripulante de su propio organismo, no lo aclara el famoso locutor pero, en cualquiera de los dos casos, Herrera se separa millas de la doctrina de la Iglesia cuya difusión, suponemos, queremos creer, es la razón de que exista la cadena de los obispos.

No, no vale eso de “esa es la opinión personal de Herrera, nada que ver con la línea editorial de la cadena”. Los obispos son los sucesores de los apóstoles, no un grupo empresarial que pueda hacer esos hipócritas distingos. Y Herrera es su ‘primer espada’. No pueden ignorar la terrible confusión que siembra oír a la estrella de su cadena defendiendo lo que la Iglesia condena sin paliativos ni matices.

Ni siquiera vale hacerse el loco con excusas de ‘libertad’ que no solo no aplica ningún dueño de medios en lo que le interesa reflejar, sino que tampoco ejercen los obispos en lo que les conviene, es decir, a la hora de reprender a quien se excede -o parece excederse- por el lado en que puede resultar socialmente impopular para los prelados. Todos sabemos de sacerdotes que se toman libertades doctrinales y litúrgicas que rozan, en unos casos, la herejía y en otros la blasfemia, sin que a su superior se le mueva un músculo. Pero también recordamos, por ejemplo, lo poco que tardó el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, en desautorizar con extraordinaria dureza un comentario hecho por el sacerdote Santiago Martín durante los avisos en una misa. No defendemos los comenarios de Martín -tampoco los censuramos-, nos limitamos a señalar que quedan muy por debajo de muchos otros escándalos clericales casi comunes.

Pero, como decíamos ayer, no esperamos grandes heroicidades de los obispos. Ayer, por cierto, declaraba Argüello, nuevo portavoz, que apuntarse a clase de Religión hoy es “heróico” porque en ocasiones puede suponer quedarse una hora más en clase o estar aprendiendo cuando los otros niños juegan. Y, naturalmente, si ese es el concepto que tienen nuestros obispos de la heroicidad, se entiende que sean todos tan tímidos, apocados y timoratos.

No, no esperábamos que despidieran a Herrera. Aleccionados por la experiencia, también nos habíamos resignado a que no hubiera una aclaración oficial de la CEE que incluyera una sentida disculpa, no. Nos bastaba con un solo obispo, uno de esos ochenta que, colectivamente, representan y son representados por la CEE. Un único valiente que saliera a la palestra para decir que él, a título personal, como obispo de tal y cual diócesis, no estaba de acuerdo con la barbaridad que había declarado la estrella de la cadena episcopal.

Pero no, ni uno entre todos ellos. No creo que tengamos que añadir nada más, ni sería prudente.

Carlos Herrera

jueves, 31 de mayo de 2018

La COPE no es la Iglesia (la Conferencia Episcopal, tampoco) [Carlos Esteban]



El católico tiene vedado el optimismo ramplón del mundo, tanto como el pesimismo mundano. No puede pensar que se acerca una Edad de Oro construida por el hombre, esa que venden las ideologías y se deduce de la omnipresente mitología del progreso, y tiene muy claro que la expresión de la Salve, “este valle de lágrimas”, no es exagerada o inoportuna. El autor de El Señor de los Anillos, J. R. R. Tolkien, hablaba en católico cuando decía concebir la Historia como una sucesión de derrotas.

Pero, por otra parte, también participamos de un ‘optimismo ontológico’, nacido de saber que Cristo no vencerá al mundo, sino que ya lo ha vencido -Nolite timere, ego vici mundum-, que la ‘pélicula’ de la Creación tiene un final feliz y está cumplido. Es el ‘Non Praevalebunt’ -las Puertas del Infierno no prevalecerán sobre la Iglesia-, al que de forma tan irreverente, rozando lo blasfemo, se ha referido el Secretario de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, en referencia a una empresa radiofónica, COPE.

Porque COPE, en el mejor de los casos, pertenecería a esas empresas fugaces, por humanas, sobre las que no solo se nos permite ser pesimistas, sino que casi se nos invita a ello. Desde luego, la Historia está repleta de ruinas católicas bastante más serias, benéficas y altruistas que COPE.

Eso, en el mejor de los casos, que no se da en este. Porque COPE, como su hermana 13TV, solo puede considerarse un medio de comunicación católico estirando abusivamente el adjetivo. Con más precisión deberíamos hablar de ‘medio clerical’, es decir, puesto al servicio de los intereses de una casta cuya confusión interesada con la Iglesia toda ha sido causa de muchos de los males que vivimos.

La confusión es tal que desde nuestra jerarquía siempre se ha torcido el gesto a toda iniciativa periodística surgida del laicado católico si no llevaba el prescriptivo olor a sotana y sacristía.

Que estos medios ‘de la Iglesia’ no son medio de evangelización principalmente se puede comprobar fácilmente sintonizándolos en casi cualquier momento. Lejos de ello, estos medios han puesto a la Iglesia en baratillo al unirla en aberrante matrimonio con los intereses de un partido, el que ocupa el gobierno, que se pasa alegremente por el forro no ya los principios irrenunciables de que hablara Benedicto XVI, sino cualquier asociación con la fe cristiana, “salvo en alguna cosa”.

No hay, pues, razón alguna para que Gil Tamayo bastardee las Escrituras para hacer de ese cuestionable instrumento de poder del clero español que actúa como ‘cheerleaders’ de un partido en tantas cosas anticristiano, una ‘obra de Dios’. La COPE, afortunadamente, no es la Iglesia; por no serlo, ni siquiera la Conferencia Episcopal Española es la Iglesia. Y no solo las puertas del infierno pueden prevalecer contra ella, sino también, esperemos, las del Cielo.


Carlos Esteban