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domingo, 13 de abril de 2025

España en busca de un líder que despierte a la nación



La situación de España en los últimos años es, simplemente, insostenible. El país atraviesa una crisis de inmigración descontrolada, inseguridad ciudadana creciente, okupación ilegal de viviendas, de una grave corrupción estructural y un gobierno dirigido por un presidente desacreditado, Pedro Sánchez, cuya gestión ha degradado a niveles inéditos la democracia española. Y, sin embargo, no hay un estallido social. ¿Cómo es posible?

La respuesta, aunque dolorosa, es clara: falta liderazgo. No existe hoy en España un referente social o político que canalice el descontento, que despierte la esperanza, que represente al ciudadano de a pie. No basta con señalar lo evidente —que el gobierno actual es el peor de la historia democrática—; eso ya lo sabe una mayoría. Lo que falta es un líder que ilusione, que se levante con coraje y con un discurso claro y directo.

¿Dónde está el líder que España necesita?

Cada día, miles de españoles se hacen la misma pregunta: “¿Existe una alternativa real al desastre actual?”. La respuesta, por desgracia, sigue siendo negativa. A día de hoy, no existe una opción política que sea realmente fuerte, valiente y creíble.

Ante esta afirmación, muchos asegurarán que ese partido ya existe y mencionarán nombres concretos, tanto dentro como fuera del arco parlamentario. Pero todas esas opciones tienen un problema de origen: forman parte del sistema. Y España necesita algo distinto: un líder y un partido político ajeno al sistema, libre de complejos ideológicos, que no tema llamar a las cosas por su nombre y que conecte con las preocupaciones reales del pueblo: la inseguridad, la economía, la inmigración, el desempleo, la okupación, la unidad de nuestra Patria y la defensa de los valores tradicionales.

¿Y por qué afirmamos que debe estar fuera del sistema? Porque hay demasiados ejemplos de líderes y partidos que, tras surgir desde dentro del sistema, han acabado diluyendo su mensaje original cargado de buenas intenciones. Pasaron de ser una esperanza de cambio a convertirse en parte del problema. No daremos nombres para no herir susceptibilidades pero mientras la solución provenga del propio sistema, no será verdadera solución, será un parche. Será, en definitiva, una disidencia controlada por el sistema.

Sin embargo, los ejemplos internacionales de Donald Trump en EE.UU., Javier Milei en Argentina o Nayib Bukele en El Salvador demuestran que, cuando un líder conecta con el pueblo en personalidad, discurso y prioridades, no solo consigue gobernar, sino transformar profundamente su nación, que es lo que España necesita. Y no necesita pertenecer al sistema.

Trump, Milei y Bukele: tres caminos, un patrón común

Las diferencias entre Trump, Milei y Bukele son evidentes y muy pronunciadas. Y, además, muchos de sus planteamientos están alejados de los nuestros, Pero hay un denominador común: no pertenecen al sistema tradicional, han roto con la narrativa políticamente correcta y se han dirigido sin complejos al ciudadano común. Han hablado de los problemas reales y han propuesto soluciones firmes, coherentes y efectivas. Y llegados al poder han sido coherentes con lo que prometieron,

Trump entendió que el americano medio estaba harto de la delincuencia, de la droga, de la inmigración ilegal y de ver a su país humillado en el escenario internacional. Su discurso, directo y sin filtros, conectó con millones.

Milei supo que la prioridad de los argentinos era la economía, y no los escándalos kirchneristas. Aunque su estilo es excéntrico, su plan económico está ya dando señales de recuperación real.

Bukele, por su parte, ha transformado en menos de dos años un país devastado por la criminalidad en una nación segura. Ha hecho lo que nadie antes se atrevió a hacer. Y el pueblo se lo ha reconocido con una reelección arrasadora.
España está preparada: falta el liderazgo

Los españoles están hartos de la agenda 2030, de la ideología de género, del desmantelamiento de la unidad nacional, de la corrupción moral y política, del fracaso de un estado autonómico que ha generado más separatismo, de las mentiras institucionalizadas. Pero hablar de lo que está mal no basta. El nuevo líder debe hablar de lo que puede estar bien y ser coherente cuando llegue al poder.

Ese líder que aún no ha surgido deberá conectar emocional e intelectualmente con el pueblo español, con propuestas firmes, sin ambigüedades y con una personalidad fuerte, decidida y patriótica. Alguien que no tema defender la vida, la familia, la libertad y la soberanía de España.

Cuando ese líder aparezca —y aparecerá—, España volverá a latir con fuerza. Porque el pueblo, aunque hoy parezca dormido, está más despierto de lo que muchos creen. Solo necesita una voz clara, firme, que diga lo que millones piensan pero nadie se atreve a decir.

martes, 25 de febrero de 2025

Un enorme atraco socialista a España para que Pedro Sánchez pueda seguir en el poder



España vuelve a asistir atónita a un nuevo abuso de un gobernante que insiste en confundir nuestra Nación con su finca particular.



Toda España pagará los despilfarros de los socios separaristas de Sánchez

Ayer se supo que los socialistas y sus socios separatistas han pactado condonar 17.104 millones de la deuda de Cataluña al Estado, 2.000 millones más de lo que inicialmente se había anunciado. A cambio, Carles Puigdemont ha aceptado retirar la cuestión de confianza contra Pedro Sánchez, presentada por su partido, Junts, en el Congreso.

Así pues, todos los españoles tendremos que pagar los despilfarros del separatismo al frente del gobierno catalán, que se ha convertido en el más claro ejemplo de mala gestión económica, basada en el sistemático chantaje al gobierno nacional (tanto a éste como a los anteriores) para que asuma sus deudas o privilegie económicamente a Cataluña respecto de las demás regiones españolas.

Un atraco equiparable al robo del oro del Banco de España en 1936

Lo que está pasando es un enorme atraco a España comparable con el robo del oro del Banco de España por los socialistas en 1936, un robo cuyo importe actual sería bastante similar al del atraco anunciado ayer por el gobierno y por sus socios separatistas. Esta vez, el atraco socialista tiene como fin proporcionar un beneficio personal a Sánchez (la permanencia en el poder a toda costa, subordinando el bien común a su bienestar particular) y a su partido, permitiéndole continuar utilizando los medios del Estado para acaparar más poder y colocar a sus simpatizantes al frente de las instituciones públicas.

Un caso descarado de corrupción política

Por otra parte, lo que se pactó ayer es un descarado ejemplo de corrupción política, pues así es como se debe calificar el robo de fondos públicos para proporcionar beneficios personales o partidistas a los autores del atraco. Las consecuencias las pagaremos todos los españoles con más subidas de impuestos, pues esta condonación de la deuda catalana llega en un momento en el que el gobierno ya está sin liquidez. Una vez más, los socialistas están haciendo todo lo necesario para dejar a España endeudada hasta las cejas, como ya ocurrió durante los gobiernos de Felipe González y de José Luis Rodríguez Zapatero.

PSOE y PP ya se encargaron de que algo así no tuviese consecuencias penales

Saquear de esta forma una empresa privada sería un delito de administración desleal, castigado por el Artículo 252 del Código Penal español con las mismas penas que el delito de estafa, es decir, hasta tres años de prisión en los casos más graves. Pero en este caso el grave perjuicio no se le ocasiona a una empresa, sino a todo un país.

Los políticos del PSOE y del PP ya se encargaron de cubrirse las espaldas evitando tener que rendir cuentas por algo así ante la Justicia, como si el hecho de haber obtenido la mayoría necesaria para gobernar en el Congreso les diese autoridad para saquear impunemente a los españoles y arruinar nuestra Nación.

Cualquier cambio político que no contemple una exigencia de responsabilidades penales a los gobernantes que incurran en robos como el anunciado ayer será la garantía más clara de que esto volverá a ocurrir en un futuro próximo, aunque Sánchez sea desalojado del poder, al que se aferra como una garrapata, parasitando a sus víctimas, que somos todos los españoles, incluidos los cómplices que le votan.

ELENTIR

martes, 11 de febrero de 2025

El tirano constitucional



Estamos asistiendo a un estallido. Lo que estalla es la arquitectura jurídico-institucional del sistema de 1978. El protagonista de la explosión es el Tribunal Constitucional, órgano concebido para ejercer como garante de derechos constitucionales, pero que bajo la presidencia de Cándido Conde Pumpido, auxiliado por una mayoría de izquierdas escogida por el poder político, aspira a convertirse en máxima instancia jurisdiccional del país, desplazando de esa posición al Tribunal Supremo. Los movimientos del TC no dejan lugar a dudas: ha exonerado de sus delitos a los responsables políticos del escándalo de los ERE, torciendo el brazo de los tribunales que los condenaron (Supremo incluido); ha auxiliado en sus demandas a la ex fiscal general y ex ministra Dolores Delgado (otra vez contra el Supremo); en el caso de la amnistía al golpismo separatista catalán, ha apartado al único magistrado que se había opuesto públicamente a ella y el propio Conde Pumpido intervendrá para que la balanza caiga del lado de la amnistía. Son sólo unos ejemplos, pero hay más. La tónica está clara: el Constitucional, que no es un órgano judicial, se propone corregir al Tribunal Supremo en aquellos casos políticamente relevantes al servicio del proyecto de poder del Ejecutivo.

Hay quien habla de «golpe de Estado». No es correcto. Un golpe de Estado es, precisamente, un golpe: hay una legalidad visible, alguien que se levanta contra ella y un conflicto patente. Pero aquí no: aquí es la propia legalidad institucional la que se retuerce sobre sí misma para provocar un conflicto político. Ante un golpe, un Estado tiene instrumentos materiales de defensa: fuerzas armadas, tribunales, etc. Pero ante un proceso como el que hoy estamos viviendo en España, no hay instrumentos que valgan, pues todos ellos dependen de un modo u otro del mismo poder que está ejecutando el movimiento. En un auto reciente, y sin que aparentemente viniera a cuento, el Tribunal Supremo deslizaba la eventualidad de que los magistrados del Tribunal Constitucional pudieran ser encausados por actuar contra la ley. Era algo más que un aviso a navegantes: en un caso extremo, podríamos encontrarnos con que el Supremo acusara al Constitucional de prevaricación. ¿Imposible? Bueno, ahora mismo tenemos a un Fiscal General del Estado investigado por revelación de secretos y, pronto, destrucción de pruebas y obstrucción a la Justicia. Cualquier cosa es posible hoy en España.

Es importante señalar que esta deriva de nuestro sistema no era imprevisible. La fragilidad de los órganos de control constitucional es bien conocida desde hace un siglo, cuando la célebre polémica entre Kelsen y Carl Schmitt sobre el «guardián de la Constitución». ¿Quién debe defender la Constitución frente a sus enemigos? Schmitt pensaba que un poder soberano capaz incluso de suspender la Constitución para defenderla, lo cual abría la pregunta acerca de las verdaderas intenciones del soberano. Kelsen, al contrario, pensaba que debía ser un tribunal, lo cual, por su parte, abría la pregunta sobre la capacidad real de ese tribunal para imponer sus decisiones. Lo que hoy tenemos en España es un Tribunal que ha empezado a comportarse como un poder soberano, en la medida en que se ha arrogado de hecho la capacidad para enmendar sentencias e incluso crear derechos fundamentales, como hizo en su sentencia de 2024 sobre el aborto. Este giro altera radicalmente la estructura del Estado de Derecho. Hemos pasado de una Nomocracia, es decir, el gobierno según las leyes, a una Telocracia, o sea, el gobierno según las finalidades (políticas), que ponen a su servicio las leyes modelándolas a su conveniencia. Y sin pedirnos permiso. Es verdad que estamos en plena crisis constituyente. Eso lo dijo —recordemos— Juan Carlos Campo, entonces ministro de Justicia y hoy magistrado del Tribunal Constitucional. En su momento, pocos lo entendieron, pero hoy el proceso es transparente: el estallido del sistema, en efecto.

Ahora la pregunta es qué hacer después. Imaginemos que todas las artimañas desplegadas por el Gobierno para mantenerse en el poder fracasan, que hay elecciones y que, pese a los mecanismos de control colocados aquí y allá por el Ejecutivo, Pedro Sánchez deja La Moncloa. El nuevo Gobierno tendrá ante sí el complicadísimo paisaje de un Tribunal Constitucional declaradamente hostil (incluso si Conde Pumpido finaliza su mandato en enero de 2026), lanzado por la pendiente de una redefinición de la estructura institucional del Estado, con una jurisprudencia tras de sí que le habilita para actuar como un poder judicial de hecho y sin ninguna instancia superior que pueda corregirle. El «guardián de la Constitución» se habrá convertido en un tirano constitucional. En ese paisaje, llenarse la boca con la «defensa de la Constitución» sería perfectamente absurdo: ese momento ya ha pasado. Inevitablemente habrá que tomar medidas de restauración del Estado de Derecho, medidas que tendrán que ir mucho más allá de un retorno a la situación anterior. Sólo cabe esperar que quien se vea llamado a la obra sea consciente de su magnitud.

José Javier Esparza

lunes, 10 de febrero de 2025

La dimisión de Sánchez no es suficiente: debe rendir cuentas ante la Justicia



Una vez más, y como ha ocurrido en múltiples ocasiones, Pedro Sánchez ha sido recibido con abucheos y gritos de ‘¡Fuera, fuera!’. Esta vez, la escena se repitió en la gala de los Premios Goya 2025, donde el presidente del Gobierno no pudo esquivar el rechazo de la ciudadanía y donde, además, le han pedido a gritos la dimisión. El descontento con su gestión ha calado hondo en un pueblo que ya no disimula su hastío y exige su dimisión.

Lo sucedido en los Goya no es un hecho aislado, sino el reflejo de una realidad incontestable: el pueblo español no quiere a Sánchez. Quiere su dimisión ya. Cada aparición pública del presidente se convierte en un bochorno nacional, con abucheos que se escuchan cada vez con mayor fuerza. Y es que no se trata de una simple erosión por el paso del tiempo en el poder, sino del hartazgo de los ciudadanos ante un Gobierno corrupto, que ha pisoteado sus derechos y traicionado a la nación. Pero la dimisión de Sánchez no es suficiente. Sánchez necesita rendir cuentas ante la justicia.

Sánchez no solo se aferra al poder a costa del bienestar de los españoles, sino que también ha convertido la Moncloa en un nido de corrupción. Su propio entorno familiar está salpicado por numerosos escándalos; desde su esposa Begoña Gómez hasta su hermano David están imputados por corrupción y tráfico de influencias hasta sus amigos socialistas. Pero el problema va mucho más allá: cada vez hay más evidencias que la corrupción se acerca al propio Sánchez y le salpicará a corto plazo.

El presidente no solo ha permitido la corrupción, sino que ha traicionado a España de manera reiterada. La aprobación de la ley de amnistía para los golpistas del ‘procés’ no solo fue un acto de claudicación, sino un peligroso precedente que legitima la ruptura de España. Su política de concesiones a los separatistas es una claudicación vergonzosa que ha puesto en jaque la unidad del país y a costa de la soberanía nacional.

Por si fuera poco, su relación con Marruecos es otro ejemplo de su sumisión a Mohamed VI. Su cambio de postura sobre el Sáhara Occidental, en contra de la tradición diplomática española y de los intereses nacionales, así como acciones posteriores promarroquíes ya no generan dudas sobre a quien sirve. Por otra parte, el intento de anexión de Ceuta y Melilla por Marruecos y la debilidad demostrada por Sánchez frente a Mohamed VI es clara, y evidencian que Sánchez está actuando en beneficio de intereses extranjeros.

El problema de Pedro Sánchez no se soluciona con una simple dimisión. No es un presidente que esté terminando su ciclo natural, y que el deterioro popular sea fruto de un desgaste, sino que es un dirigente que ha dejado un rastro de escándalos, de traiciones a España y destrucción que debe ser juzgado. Su salida no puede ser un retiro dorado mientras deja el país en ruinas. Debe rendir cuentas ante la Justicia.

¿Su probable sucesor, Alberto Núñez Feijóo, será la solución? Ni mucho menos, todo indica que será poco más que un recambio cosmético. El PP ha demostrado en demasiadas ocasiones su tibieza, su falta de valentía para revertir los desmanes del socialismo, así como seguir, al igual que el PSOE, las directrices globalistas. Pero el enjuiciamiento de Sánchez servirá, al menos, de aviso de navegantes para el próximo presidente de gobierno.

miércoles, 15 de enero de 2025

El año del Franco y del PSOE / Reconquista y nueva era (Pío Moa)



El año del Franco y del PSOE

**Caído el régimen del 78, se abre un período incierto, en que, o España involuciona a una tiranía más o menos a la venezolana, o se impone un nuevo régimen con una Constitución democrática que corrija los serios errores de la anterior. Sería el sexto régimen político desde la Restauración.

**El año 2025 puede (debería) ser el de Franco y del PSOE. El de la verdad histórica sobre uno y otro. Y la verdad, reivindicada sobre la farsa, debería poner fin a un PSOE históricamente enemigo de la libertad y de la integridad nacional de España.

**El arma mejor contra el PSOE es la verdad histórica. Por eso han impuesto leyes para impedirla

**A los principios esenciales de unidad nacional y democracia que defiende VOX habría que añadir la neutralidad de España en la guerra europea que planean las oligarquías de la UE.

**La posición histórica y geopolítica de España es muy particular, y aunque VOX entre en los movimientos europeos contra la degeneración antidemocrática, woke, lgtbi y belicista en Europa y en Usa, y colabore con ellos, creo que debería mantener una clara independencia: Trump es un nacionalista o imperialista useño, y sus intereses de fondo no coinciden con los de España, algo que debe tenerse en cuenta.

**Alice Weidel está políticamente muy bien, pero no me parece que sus inclinaciones o costumbres familiares sean para airearlas como un mérito. Los niños no son mascotas, y su primer derecho es a un padre y una madre reales

**No es ninguna paradoja que las feministas simpaticen tanto con el islam: lo que odian y desprecian es ante todo la condición femenina, no al varón, como parece.

**Hay una derecha que no distingue entre Dios y el César, y que se cree predilecta de Dios, aunque Dios no parece muy convencido de ello.




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Reconquista y nueva era.

**La Reconquista fue posible por la previa existencia del reino hispanogodo. Y a su vez hizo posible el cruce del Atlántico y el Pacífico por barcos españoles, inaugurando en la historia humana una nueva era que terminaría con la SGM:

**No hay progre que no odie la Reconquista y que deje de ensalzar a Al Ándalus. Aunque casi ninguno hable árabe. Ni es casual que quienes fomentan la inmigración ilegal masiva, protegen a Marruecos y odian a España, detesten la Reconquista y hasta prohíban su nombre… ¡por motivos “científicos”!

**La Reconquista no solo enfrentó a cristianos contra musulmanes, ese fue el aspecto religioso; pero políticamente enfrentó a España contra Al Ándalus. Son dos facetas que no deben confundirse como a veces se hace. Cristiana era toda Europa occidental pero la Reconquista fue un fenómeno netamente español.

**En el aspecto religioso, la Reconquista terminó con la toma de Granada; en el político, con la reincorporación de Navarra.

**Para la Iglesia era esencial la expulsión del islam y recristianización de la península, pero la reunificación política lo era bastante menos. La secesión de Portugal debió bastante a Roma.

**Un aspecto poco atendido de la Reconquista fue la influencia francoborgoñona, que en parte la enriqueció y en parte la distorsionó.

**En todas las sociedades pugnan tendencias integradoras y disgregadoras, que en la Reconquista alternaron repetidamente. Que triunfara mayoritariamente la integradora se debió a la memoria e influjo del reino hispanogodo. Sin él no habría habido España, sino Al Ándalus o taifas cristianas.

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domingo, 12 de enero de 2025

Año de Franco (IV) Aznar derrota a Franco (Pío Moa)



“Aznar derrota a Franco” es el título irónico de un capítulo de El PSOE en la historia de España. Hemos visto cómo la simplona disyuntiva democracia/dictadura puede confundir por completo la historia. Cómo la democracia republicana fue caótica y derivó hacia un régimen totalitario que afortunadamente no cuajó porque perdió la guerra. Cómo Franco reafirmó la continuidad histórica de España, a la que libró de la II Guerra Mundial, y derrotó al maquis y a un criminal aislamiento exterior, mantuvo la soberanía nacional y dejó una sociedad reconciliada, sin los viejos y brutales odios, en excelente salud social y más próspera que nunca antes. Hemos visto también cómo su régimen no fue fascista ni totalitario, sino de cuatro partidos y con un estado mucho más pequeño que el actual. Y cómo no logró consolidarse debido al cambio de orientación de la Iglesia y a la propia relevancia de un Franco que resultó insustituible. Cómo no tuvo oposición democrática, sino ante todo comunista y/o terrorista, y cómo la transición vino necesariamente del propio franquismo. Miremos ahora, a grandes líneas, la evolución de la democracia.

1. El referéndum de 1976 había derrotado a los rupturistas que negaban legitimidad al franquismo y lo adjudicaban al frente popular (confundido con la república). No obstante, por debilidad intelectual de la derecha, los derrotados pudieron ir apropiándose o usurpando la bandera de la democracia, en detrimento de la misma.

2. Oficialmente, el franquismo fue sustituido por la democracia con la Constitución de 1978, tras una preparación de tres años. La Constitución consagró aspectos esenciales del legado de Franco, en particular la unidad nacional, la economía de mercado, la monarquía o la bandera con que fue vencido el frente popular. Y amplió las libertades a los partidos que se titulaban herederos de los derrotados en la guerra civil –y vueltos a derrotar en el referéndum del 76– a quienes se otorgó una autoridad político-moral inapropiada, por antihistórica, al olvidarse su trayectoria.

3. Se suponía que, con todo, no había mucho que temer, dado que la solidez de la sociedad salida del franquismo dificultaba por sí sola la vuelta a las viejas convulsiones. Se pensaba también que, de un modo u otro, comunistas, socialistas y separatistas habrían aprendido la lección de la historia y evitarían recaer en las querencias totalitarias del pasado.

4. Un defecto muy peligroso de la Constitución fue la distribución del país en autonomías con derecho a expandirse indefinidamente a costa de la unidad nacional. Tal concesión partió de la derecha, y dentro de ella del sector democristiano hegemónico en la UCD de Suárez: casualmente, eran también democristianos los separatistas vascos y catalanes, provisionalmente presentados como simples autonomistas. Pero esos partidos no renunciaban a sus postulados de origen, utilizaron las concesiones en enseñanza y medios de masas para ejercer una propaganda antiespañola y debilitar los lazos de unión nacional, en particular el idioma común. Problema agravado por el terrorismo separatista, sobre todo vasco, aunque también catalán.

5. No solo los separatistas utilizaban las concesiones para avanzar en sus designios: también el PSOE volvió a sus tendencias totalitarias al llegar al poder en 1982, vulnerando la independencia judicial, cosa que aceptó el PP, para entrar en el reparto de jueces, junto con los separatistas. Esta y otras maniobras se combinaban con una corrupción rampante y, finalmente, ante el peligro de perder las elecciones, con una furiosa propaganda de lucha “heroica” contra el desaparecido franquismo. Ello fue posible debido al abandono toda lucha de ideas o cultural por una derecha deseosa de “olvidar” el franquismo

6. A principios de este siglo, la izquierda y los separatistas habían ganado por completo la batalla histórico- cultural, por incomparecencia de la derecha, consiguiendo la legitimidad que les había negado el referéndum del 76, y con ella ancha vía para sus políticas cada vez más dañinas. Con todo, la democracia subsistía, aun si con serios problemas. Pero fue el 20 de noviembre de 2002 –fecha muy simbólica– cuando el PP de Aznar condenó al franquismo oficialmente (y en tonos amenazantes) sumándose al discurso político-histórico del PSOE y los separatistas.

7. La condena del franquismo significaba la condena al referéndum del 76, que todos pretendían olvidar, e, implícitamente, a lo que había salido de él, la monarquía y la propia democracia entre otras cosas. Más en profundidad, era una bomba de relojería contra la herencia ya mencionada del franquismo. No fue en absoluto un hecho anecdótico o menor, como a veces se trata, sino algo así como un golpe de estado encubierto, que transformó el régimen del 78 y abrió paso a una verdadera involución.

8. La labor de Aznar fue lógicamente continuada por el PSOE de Zapatero con leyes sucesivas contra las libertades, la convivencia en paz y en libertad y la propia Constitución. Destacaré tres: a) la ley de “memoria histórica”, de estilo soviético, por la cual unos políticos generalmente corruptos e incultos se permitían dictar a la población lo que debía pensar de su propia historia; al paso que se identificaban con los chekistas autores de crímenes atroces, juzgados y fusilados en la posguerra, y a los que llamaban víctimas. Así se desvanecía la esperanza de que hubieran aprendido la lección de la historia. b) Las leyes “de género”, que cultivan el odio entre los dos sexos, culpabilizando arbitrariamente a uno de ellos. c) Las leyes “de odio”, por las que los citados políticos pretenden reglamentar hasta los sentimientos de las personas, algo que supera a los totalitarismos tradicionales.

9. Por su parte, los separatismos crecieron en audacia, ya con Aznar, y más aún después, hasta que en 2017, el separatismo catalán se sintió lo bastante fuerte para intentar el golpe de estado y la secesión de Cataluña, como había hecho en 1934. Para entonces había surgido otro partido claramente partidario de la unidad nacional y de restablecer las normas democráticas, VOX, el rey reaccionó y el PP se vio forzado a aplicar la Constitución, si bien de manera floja e insuficiente. Por el momento del golpe fracasó, sin que el problema se hubiera solucionado.

10. Desbancado el PP del gobierno por un PSOE que explotaba su corrupción –siendo aún más corrupto–, los socialistas, con Sánchez a la cabeza, coronaron la involución profanando la tumba de Franco (con la complicidad pasiva de la Iglesia y la monarquía, que debían su propia subistencia a Franco, y del PP, salido directamente de los altos cargos del franquismo). Y, finalmente, un PSOE aliado tradicionalmente con los separatismos, procedió a legalizar el golpismo con una amnistía anticonstitucional. Esto ha significado simplemente el fin de la Constitución, por tanto del régimen del 78, como el fraude electoral de febrero de 1936 significó el fin de la república.

11. Hoy el país se encuentra en la disyuntiva de evolucionar a una tiranía similar a la bolivariana de Venezuela, o restablecer con nuevas normas y nueva Constitución la unidad nacional y la democracia. A lo que debe añadirse la neutralidad ante la nueva guerra europea que planean unas oligarquías de la UE, cada vez más ajenas a lo que siempre se ha entendido por democracia.

PÍO MOA

Año de Franco (III-b) Franquismo y democracia (Pío Moa)



La degradación del pensamiento político, sobre todo en medios periodísticos, lo hace girar sobre la simpleza dictadura/democracia. Pero, como hemos visto, la dictadura de Franco fue extraordinariamente constructiva, mientras que la democracia republicana fue caótica y brutal, y el frente popular perseguía una dictadura de tipo soviético. Por eso debe clarificarse mejor la cuestión en relación con el franquismo.

1. Franco preconizaba en 1930 una democratización en orden. Prefería con monarquía, pero cuando esta se suicidó al año siguiente, aceptó la república y la defendió eficazmente en 1934 contra el asalto del PSOE, los separatistas catalanes y la izquierda en general. Asalto que, aun fracasado, dejó malherida a una república la cual recibió la puntilla con el fraude electoral de febrero de 1936 por el frente popular.

2. Pese al caos republicano, Franco se mantuvo fiel al régimen pensando que podría corregir sus graves defectos. Pero cuando la legalidad republicana, es decir, la propia república, fue destruida por el frente popular, Franco y otros muchos comprendieron que había que elegir entre aceptar el aplastamiento o rebelarse. Y optaron por lo segundo, pese a las condiciones prácticamente desesperadas del comienzo.

3. La experiencia republicana, degenerada en frente popular, hizo pensar a Franco y a muchos otros que la democracia liberal clásica estaba caducada y no podía funcionar en España, donde la pobreza y los odios demagógicos desatados por partidos violentos y totalitarios impedían una convivencia ordenada y en libertad. La idea había cundido mucho en Europa después de la I Guerra Mundial, una sangrienta confrontación entre estados liberalparlamentarios: de aquella contienda habían salido la revolución soviética y una intensa subversión comunista que muchos países solo pudieron afrontar con medidas dictatoriales o fascistas.

4. Por lo tanto, ganada la guerra, el franquismo buscó una articulación política que superase tanto la democracia liberal como el sistema comunista. El resultado fue, primariamente, una dictadura concebida con el objeto de crear una sociedad libre de la miseria y de los odios brutales de la república, que impidiese una vuelta al pasado.

5. La dictadura de Franco no fue totalitaria ni fascista. En estas, un partido único ocupa todo el estado, y el estado ocupa la sociedad, como ocurría en la URSS y, en menor medida, en los estados fascistas. Pero el franquismo no tenía un solo partido, sino cuatro, llamados “familias”: Falange, carlismo, monarquismo de tradición liberal, y católicos-políticos ligados al Episcopado. Los cuatro se unían teóricamente en un Movimiento Nacional, que no pasaba de ser un ministerio con pocos recursos y en la práctica representaba solo a la Falange. Las tensiones entre las “familias”, no se dirimían en elecciones, consideradas focos de demagogias, sino por el arbitraje de Franco. La economía, aun si con cierta intervención estatal, era básicamente de libre mercado. Y el estado no ocupaba la sociedad, pues era pequeño –mucho más pequeño que ahora– y poco entrometido en la vida corriente de la gente.

6. La representación popular se hacía en unas Cortes llamadas orgánicas (democracia orgánica), con sectores sindical, municipal y –aunque no en la práctica– familiar, más un grupo de jefes del Movimiento, otro de representantes de la universidad, las reales academias y demás instituciones culturales, otro de delegados de las cámaras de comercio e instituciones técnicas y científicas, más altos cargos políticos y 40 procuradores nombrados directamente por Franco. Esta composición debía evitar las demagogias atribuidas a la lucha de partidos por el sufragio universal, procurando una política general más responsable y eficiente. En realidad nunca funcionó como parlamento efectivo, siendo el gobierno, con representantes de las cuatro “familias” el principal elemento de orden.

7. Los muy amplios poderes atribuidos a Franco entrañaban un peligro implícito de degenerar en tiranía. Sin embargo, caso no muy habitual, Franco los ejerció con gran cautela y moderación, sin violentar al poder judicial ni a las Cortes ni a las leyes establecidas por el propio régimen (la Constitución la actual ha sido violentada casi constantemente por los gobiernos de PP y PSOE. Lo mismo había pasado en la república) Sin embargo, la especial autoridad de Franco no dejaba de ser una debilidad del régimen, pues nada garantizaba que a su muerte surgiera otro gobernante de su nivel. La muerte del benéfico dictador y los efectos de fondo del Vaticano II, serían la causa determinante de una obligada transición a la democracia, mejor o peor llevada.

8. La campaña del PSOE con el título “50 años de libertad”, encierra dos falsedades radicales: atribuir implícitamente la libertad a dicho partido, y negarla al franquismo. Pero debe distinguirse entre libertad personal y libertades políticas. En la personal, aquella en que no intervenía el estado, existía en el régimen de Franco mucha más que ahora, cuando el estado ha cobrado un volumen (gastos y funcionarios) cuatro o cinco veces mayor que en el franquismo, ejerce sobre los ciudadanos una vigilancia como nunca se había visto, y pretende controlar y reglamentar casi todos los aspectos de la vida personal, hasta los sentimientos (“delitos de odio”, “cancelación”, etc.)

9 . En cuanto a las libertades políticas, las había, obviamente, para los partidos que ganaron la guerra civil, y no, en principio, para los que la habían querido, provocado y ocasionado. Pero incluso para estos se fue relajando la censura conforme el régimen se liberalizaba desde finales de los años 50, quedándose en algunas restricciones y manteniéndose cierta persecución sobre comunistas y terroristas. Manifestación de este hecho es que las amnistías de la transición solo pudieron afectar a unos centenares de presos políticos, número insignificante en una población de 36 millones de habitantes supuestamente contrarios al régimen. En las cárceles no había demócratas ni socialistas (ni el PSOE molestó gran cosa al régimen ni a la inversa).

10 La democracia puede entenderse de dos maneras: como intervención popular cada cierto tiempo para elegir a los partidos u oligarquías que deben gobernar; o mediante una aquiescencia mayoritaria al gobierno expresada en plebiscitos o referéndums y en general ante la actuación de los gobiernos. Y el respaldo popular al franquismo se puso de relieve en dos ocasiones especiales: cuando, durante los años 40, el régimen se vio acosado por soviéticos, anglosajones y la propia ONU, y por el maquis, acoso que no habría podido resistir si el mismo se hubiera combinado con un espíritu de odio o rebeldía en el interior; y cuando, al morir Franco, la disyuntiva de una democracia por reforma o por ruptura, la población, por mayoría aplastante, se inclinó por la salida a partir de la legitimidad histórica del franquismo.

11. En la historia real, el franquismo surgió como remedio a una sociedad enferma de odios, miseria y antagonismos, con amenaza de romper su trayectoria cultural, política e histórica, o de partirse en varios estados. La cura de esa enfermedad exigió una convalecencia de tres décadas y media, pero al final, la sociedad estaba lo bastante sana para permitir una democracia sin las epilepsias del pasado, salida del propio franquismo, y cuya corrosión, hasta el golpismo actual, procede precisamente de los que, como el PSOE, se han empeñado en luchar “heroicamente” contra un régimen desaparecido hace medio siglo y contra el que no habían luchado antes.

miércoles, 8 de enero de 2025

Franco (III-a) Un balance del franquismo (Pío Moa)



Aunque es muy difícil sintetizar en unos pocos puntos la cuestión, y dada la enorme cantidad de desvirtuaciones y falsedades en torno a ella, expondremos aquí algunas líneas generales.

1. Ganada la guerra, los nacionales se aplicaron como tarea prioritaria a reconstruir el país, física y políticamente,con ánimo de convertirlo en potencia importante en Europa. Sin embargo el optimismo inicial chocó con la ingente dificultad de la herencia de hambre y la desintegración económica de la zona izquierdista. A ese problema se sumó la guerra en Europa, durante la cual Inglaterra restringió el comercio español (petróleo, plástico, fertilizantes…) valiéndose de su dominio del mar.

2. La guerra en Europa estalló, como había querido Stalin, entre Francia e Inglaterra por un lado, y Alemania por el otro. Franco la había temido porque el beneficiario evidente sería la URSS y declaró enseguida la neutralidad. No obstante existía el peligro de verde arrastrado a la contienda por invasión o presiones extremas.

3. Los nacionales (salvo los monárquicos y los próximos al episcopado) simpatizaban más con Alemania–que les había ayudado en la guerra civil y con la que no tenía España conflicto histórico– que con Inglaterra, que invadía España en Gibraltar. No obstante, Franco insistió en la reconstrucción del país, y se mantuvo al margen pese a las presiones de Hitler: solo entraría en guerra si esta era corta, algo que sabía imposible. Al invadir Hitler la URSS, cuando la victoria alemana parecía segura, Franco envió la División Azul como pago por la ayuda recibida en la guerra civil.

4. Una vez derrotada Alemania en 1945, España hubo de afrontar nuevas amenazas: soviéticos, anglosajones y otros decidieron aislarla internacionalmente. Era una medida criminal, porque España no había entrado en la guerra y porque, podía y buscaba provocar una gran hambruna en el país. No obstante, en aquel muro exterior encontró España una grieta, Argentina, y la diplomacia franquista evitó la catástrofe.

5. El aislamiento exterior se combinó interiormente con una guerra de guerrillas (el “maquis”), sumamente peligroso en aquellas arduas condiciones de hostilidad externa y de graves carencias económicas internas.No obstante, hacia 1948 el maquis estaba prácticamente vencido, aunque derrotar política y diplomáticamente el aislamiento no se lograría plenamente hasta bien entrados los años 50.

6. Pese a tantas contrariedades, el balance de esos años 40 puede calificarse de espléndido: España se libró de las matanzas y miserias del resto de Europa, se reconstruyó penosamente, pero con sus propias fuerzas, y al terminar los años 40 los indicadores económicos (consumo de energía, construcción y urbanización, enseñanza sobre todo primaria y secundaria, regadíos, repoblación forestal, tráfico aéreo, teléfonos, esperanza de vida al nacer…) superaban netamente a los del mejor año de la república. Tales éxitos frente a la hostilidad exterior y a la subversión interior no se habrían logrado sin una básica adhesión popular al nuevo régimen: el recuerdo de la república y del frente popular estaba demasiado fresco para suscitar nostalgias en la mayoría.

7. La alianza entre las potencias ganadoras de la guerra mundial no podía durar mucho, como previó Franco, vino la “guerra fría” y ante la resistencia demostrada por el franquismo Usa tuvo que avenirse a un acuerdo, dada la inestimable posición geoestratégica de España ante una posible invasión soviética de Europa occidental. Dado que Usa era la única protección real ante una posible expansión soviética, España permitió, como otros países europeos, la presencia de bases useñas, a cambio de resquebrajar el aislamiento, y finalmente España entró en la ONU en 1955.

8. La presencia useña, con sus productos industriales y culturales, influyó en España y en el propio régimen, pero este mantuvo una esencial independencia política y cultural, en relación con Hispanoamérica y sin dejarse arrastrar a guerras ajena, como la de Vietnam (Franco profetizó la derrota de Usa). Tampoco hubo reconocimiento de Israel: España había salvado a decenas de miles de judíos de la persecución nazi (los anglosajones no hicieron nada al respecto), pero luego Israel secundó el aislamiento de España, la cual encontró en cambio apoyo en varios países árabes –entonces en vías de secularización varios de ellos–. Otro respaldo fundamental contra el aislamiento fueron bastantes países hispanoamericanos.

9. Las imposiciones exteriores obligaron a organizar la economía –con notable éxito, dadas las circunstancias– sobre el modelo llamado “autárquico”, que a finales de los años 50 se mostraba agotado, como tantos otros. A finales de esa década, y superado el aislamiento, España se sumó al modelo keynesiano posterior a la II Guerra Mundial, que dio a Occidente “los treinta (años económicamente) gloriosos”, y que a su vez se agotaría poco antes de la muerte de Franco.

10. Un balance de conjunto podría ser este: en los años 40, el franquismo libró a España de las destrucciones de la guerra mundial que afectaron a casi todo el resto de Europa; el país se reconstruyó con sus propias fuerzas, sin incurrir en la enorme deuda económica, moral, política y militar del resto de Europa occidental hacia Usa; superadas con éxito las enormes dificultades y la peor hostilidad de los años 40-50, el país conoció durante quince años una de las tasas de crecimiento más rápidas del mundo.

11. El éxito económico del franquismo ha sido muy ponderado en diversas historias de la época, pero son probablemente más importantes otros logros: la superación de los odios brutales de los años 30 y la salud social. En cuanto a esta, al morir Franco España era el mejor o uno de los mejores países del mundo en cuanto a delincuencia y población penal, drogas, abortos, suicidios o estabilidad familiar, etc., y se había situado entre los tres primeros en esperanza de vida al nacer. etc. Y la población, en su inmensa mayoría, estaba reconciliada y moderada políticamente, lo que hizo posible una transición sin serios traumas, decidida popularmente a partir de la legitimidad de aquel régimen.

PÍO MOA

martes, 7 de enero de 2025

Año de Franco (II) Qué fue la guerra civil (Pío Moa)

MÁS ESPAÑA Y MÁS DEMOCRACIA


Puesto que la democracia procedió de la legitimidad del franquismo (aprobada en referéndum) y no de la ruptura con ella, y a su vez el franquismo provino de la guerra civil, es preciso empezar por esta última el análisis histórico-político.

1. Las historias de la guerra civil suelen ser una selva de datos, a menudo parcial o totalmente falsos, de juicios sobre personajes, anécdotas y relatos parciales, en los que no pocas veces se diluye lo esencial: por qué se llegó a la guerra y qué se jugaba en ella por los dos bandos. Las versiones más habituales son tres: la de la derecha tipo PP, la de la izquierda y los separatistas, y la de la derecha tradicional.

2. La versión tipo PP habla de unos grupos criminales o enloquecidos de uno y otro bando a quienes les dio por matarse entre sí, no se sabe bien por qué, y arrastrar al resto del país. La estupidez de semejante “explicación” no merece más comentario que el del asombro por que hayan podido expresarla diversos historiadores y periodistas.

3. La versión de la izquierda tiene más dignidad intelectual, aunque es perfectamente falsa: la guerra habría enfrentado a las fuerzas democráticas republicanas con las fuerzas reaccionarias que empobrecían y explotaban al “pueblo”. La tesis podría funcionar si no fuera porque los partidos “democráticos” eran principalmente un PSOE y una PCE dispuestos a imponer la llamada “dictadura del proletariado”, es decir, de ellos mismos; y porque la izquierda en general, durante la república, empobreció notablemente a los trabajadores masificando el paro y duplicó el número de muertos por hambre.

4. La versión de la izquierda empeora si atendemos a la propia guerra civil, en la que el frente popular desarticuló la economía y produjo la mayor hambre conocida en España en el siglo XX, pese a disponer inicialmente de casi toda la industria y de grandes extensiones agrarias. En cambio los “reaccionarios” aseguraron un abastecimiento suficiente para la población de su zona, aunque en la posguerra tuvieron que afrontar las consecuencias de la increíble desorganización económica de la mitad del país que había estado en manos izquierdistas.

5. La tercera versión argumenta que la guerra procedió de la rebelión de la parte sana de la sociedad para defender a la Iglesia y a España contra el desorden tiránico de una izquierda antirreligiosa y fundamentalmente comunista. Esta explicación es más demostrable que las anteriores, pero resulta un tanto roma: por ejemplo, habla de “bando republicano” identificando república y frente popular y otorgando a este la legitimidad de la primera, cuando fue el frente popular quien destruyó la legalidad republicana, haciendo inevitable la guerra. Este es un error de gran calado, que en nuestros días ha permitido la desvirtuación de la transición democrática.

6. Entender la guerra exige apreciar la composición política de los dos bandos. El frente popular se componía de dos partidos realmente fuertes y de masas el PSOE y el PCE, ambos aspirantes a transformar radicalmente la cultura e historia del país imitando a la URSS. En torno a ellos giraban los republicanos de izquierda, de representatividad y fuerza popular muy escasas, y los anarquistas, que pronto fueron desbancados. Otros dos partidos clave fueron los separatistas vascos y catalanes (PNV y Esquerra). Por ello cabe describir al frente popular como, esencialmente, alianza de partidos sovietizantes y separatistas a quienes los sovietizantes reconocían derecho de secesión.

7. El bando nacional también integraba a partidos o tendencias heterogéneas: las más visibles, aunque no las principales, las carlistas y falangistas; además monárquicos, sin apoyo popular pero sí entre el generalato y las clases altas; y católicos procedentes de la extinta CEDA, que había llegado en la república a ser el partido con más votos populares. Dado que el frente popular aspiraban en definitiva, a romper la continuidad política, histórica y cultural de España, el elemento de unión entre los nacionales puede describirse como el intento de garantizar dicha continuidad sobre la base de la unidad nacional y la cultura cristiana.

8. Tal diversidad política obligó a los dos bandos a un gran esfuerzo unificador, a fin de combatir eficazmente al enemigo. Al frente popular le unía la voluntad de aplastar al bando nacional, al que llamaban “fascista” por motivos de utilidad propagandística, pero las divergencias entre sus partidos eran tan fuertes que motivaron numerosos asesinatos y dos pequeñas guerras civiles entre ellos mismos. Los únicos con una estrategia política y militar inteligente, los comunistas, intentaron afirmar la unidad empleando a menudo el terror contra sus aliados. Sin lograr imponerse del todo, aunque sí lo bastante para sostener la guerra por cerca de tres años.

9. Las divergencias en el bando nacional también amenazaban la cohesión y la eficacia militar. Sin embargo se logró la unidad de acción entre sus tendencias o partidos sin recurrir al terror entre ellos. Su unidad fue garantizada por la parte del ejército que se le había unido, poco politizada pero disciplinada, y particularmente en el prestigio de Franco. Este había emprendido la rebelión en condiciones que –como expresó el socialista Prieto– garantizaban su derrota, pues casi todos los recursos financieros, industriales y la mayor parte de los militares habían quedado en manos del frente popular. Haber superado una situación prácticamente desesperada con unas tropas reducidas pero eficaces, dio a Franco una aureola y prestigio que hicieron indiscutibles sus decisiones.

10. Al desarrollarse la contienda en medio de las gravísimas tensiones europeas que desembocarían en la II Guerra Mundial, se produjo pronto una intervención exterior en apoyo de uno u otro bando. Los nacionales obtuvieron ayuda fundamentalmente de Italia y Alemania, también de Usa (petróleo), mientras que el frente popular la obtuvo de la URSS y en alguna medida de Francia o Méjico, también de Usa. En cuanto a Inglaterra y Francia, procuraron la “no intervención” para que las llamas de España no se cruzasen los Pirineos: menos de veinte años antes habían ganado la I Guerra Mundial, con apoyo de Usa, y procuraban mantener el statu quo salido de su victoria.

11. Mussolini y Hitler apoyaron a Franco porque no querían tener un régimen soviético y sí un aliado en la retaguardia europea. La intervención de Stalin fue más compleja: estuvo dictada por la convicción de que pronto estallaría una nueva guerra en Europa, y por la obsesión de evitar que comenzase por el este, entre la Alemania nazi y la URSS, que podría destruir al régimen soviético. En cambio, si estallaba por el oeste, entre las potencias democráticas y las fascistas, él quedaría arbitro de la situación. Entonces la guerra de España le dio la oportunidad de atraer a Francia e Inglaterra al choque con Alemania e Italia: toda su estrategia política se centró en presentar al frente popular como un régimen democrático al que debían defender obligatoriamente las otras democracias (aunque lo sostuviera la URSS, paradójicamente). Como sabemos, la obvia desconfianza de Londres y París hacia Moscú, y la victoria de Franco, frustraron esa estrategia. La cual, en cambio, tendría éxito en septiembre de 1939, solo cinco meses después de la guerra de España, mediante un Pacto germanosoviético con el que nadie había contado, y que hizo comenzar la guerra europea efectivamente por el oeste.

12. Deben señalarse diferencias de fondo entre las intervenciones fascistas y la soviética. Ni Hitler ni Mussolini llegaron a condicionar de modo algo significativo la conducción política y estratégica de Franco, mientras que Stalin, al recibir el grueso de los recursos financieros del frente popular, enviados por el PSOE, se hizo el verdadero amo de las izquierdas españolas, ayudado además por un partido comunista fanáticamente adicto a Moscú y que se convertiría en el partido hegemónico de las izquierdas. Por otra parte la policía política soviética actuaba en territorio español con independencia del gobierno izquierdista. Otra diferencia histórica muy relevante es que Hitler no había cometido por entonces los genocidios conocidos en la II Guerra Mundial, mientras que Stalin llevaba tras sí verdaderas montañas de cadáveres.

13. En resumen, el sentido de la guerra civil fue la oposición entre quienes aspiraban a sovietizar o disgregar a España en pequeños estados manejables desde el exterior, y quienes querían impedirlo a toda costa. La causa precisa de la guerra fue la destrucción de la legalidad republicana por el PSOE y los separatistas catalanes principalmente, en dos golpes sucesivos: la insurrección de octubre de 1934, planteada directamente como guerra civil, que fracasó pero dejó malherida a la república; y el fraude electoral de febrero de 1936, que le dio la puntilla, destruyendo su legalidad. Con lo que dejó a sus contrarios ante el dilema de sublevarse o ser aplastados desde el poder. El fraude electoral izquierdista abrió paso a un nuevo régimen que no llegó a consolidarse por haber perdido la guerra después de haberla provocado.

Pío Moa

España en libertad con Fco. Franco: las razones de Franco vs patrañas de Sánchez y el PSOE

EL ESPAÑOL DIGITAL


Franco, el estadista, el buen gobernante, el patriota, frente a los analfabetos, corruptos y antinacionales de siempre, hoy representados por Sánchez (con la colaboración del PP), el PSOE y los secesionistas.

DURACIÓN 5:46 MINUTOS

sábado, 28 de diciembre de 2024

Pedro Sánchez consolida el estado policial: crea la Aesia, un paso más hacia la censura bajo la excusa de regular la Inteligencia Artificial




El Gobierno de Pedro Sánchez continúa cimentando su trayectoria hacia un estado cada vez más controlador, policial y represivo. La creación de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (Aesia), que estará operativa en 2025, supone un nuevo y preocupante ataque a la libertad de expresión bajo el pretexto de la regulación tecnológica. Este organismo, cuya excusa es la de supervisar y sancionar el supuesto «mal uso» de la Inteligencia Artificial (IA), en realidad es una herramienta destinada a instaurar un sistema censor que limite aún más las voces disidentes en nuestro país.

Un marco sancionador disfrazado de regulación

La Aesia comenzará sus inspecciones en febrero de 2025 y, a partir de agosto del mismo año, tendrá plenas competencias sancionadoras. Con sede en A Coruña, este organismo dependerá del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, dirigido por Óscar López. Según la información facilitada por el Ejecutivo en el Congreso, contará con 80 empleados y un presupuesto inicial proporcionado por el Ministerio.

Aunque oficialmente, y como excusa para su implantación, su propósito es garantizar el desarrollo responsable de la IA, resulta evidente que su verdadera misión va mucho más allá. La Aesia, en lugar de limitarse a establecer criterios éticos para la tecnología, se convertirá en un brazo represivo para atacar cualquier noticia o contenido generado por IA que no se alinee con las narrativas del Gobierno

Censura al servicio de un estado policial

El despliegue de la Aesia no debe analizarse en un vacío. Se suma a un conjunto de medidas tomadas por el Ejecutivo de Sánchez que apuntan a su afán de controlar la información. Desde la Ley de Memoria Democrática hasta las restricciones en redes sociales, el Gobierno ha mostrado su predisposición a coartar la libertad de expresión bajo diferentes excusas.

En este caso, la Inteligencia Artificial se presenta como la bandera de una regulación necesaria, pero la historia nos enseña que estas iniciativas tienden a derivar en sistemas punitivos.

Las multas previstas para el «mal uso» de la IA no solo afectarán a grandes corporaciones, sino también a pequeñas empresas, pymes y startups, generando un clima de autocensura.

La estrategia del Estado policial

El control de las tecnologías emergentes es una táctica habitual de dictaduras y tiranías comunistas. Al centralizar la supervisión de la IA en un organismo estatal, Sánchez asegura que cualquier herramienta que pueda poner en evidencia las irregularidades de su Gobierno esté bajo su dominio. La posibilidad de que la Aesia censure noticias o investigaciones generadas por IA es alarmante, y más aún si consideramos el creciente uso de estas tecnologías en medios de comunicación independientes.

Según los datos proporcionados por el propio Gobierno, la Aesia no solo inspeccionará prácticas prohibidas de IA, sino que también tendrá potestad para sancionar, lo que incluye la capacidad de determinar qué contenidos cumplen o no con la normativa. Esto abre la puerta a un sistema en el que cualquier información contraria al Ejecutivo podría ser eliminada o castigada.

Un paso más hacia el control total

El nacimiento de la Aesia confirma la deriva dictatorial de Sánchez. Bajo el pretexto de proteger a los ciudadanos, el Gobierno se asegura de tener la capacidad de silenciar cualquier voz discordante. ¿Quién decidirá qué prácticas de IA son aceptables? ¿Cómo se garantizará que la supervisión no se convierta en censura? Estas preguntas quedan sin respuesta mientras el Ejecutivo sigue avanzando hacia un modelo de control absoluto.

Las sociedades y el estado de derecho no se consolidan permitiendo que los Gobiernos coarten las libertades individuales, sino garantizando un equilibrio entre regulación y derechos fundamentales. La creación de la Aesia, lejos de ser una medida para el desarrollo ético de la IA, es un nuevo capítulo en la construcción de un estado policial donde la libertad de expresión se encuentra cada vez más amenazada.

viernes, 23 de junio de 2023

El PSOE aprueba quemar la Bandera de España pero no tolera ofensas a una bandera particular



Los socialistas ya apoyaron dos veces legalizar la quema de banderas españolas


Un partido político, al igual que una persona, se retrata por sus actos. Y la izquierda no deja de retratar su radical sectarismo.



Una bandera particular inventada por un británico en 2021

Hace unos días, Vox colocó una lona gigante en un edificio de Madrid con el título "Decide lo que te importa". La pancarta mostraba una mano arrojando a la papelera seis emblemas: el logo feminismo radical, el logo de la Agenda 2030, el emblema del movimiento okupa, una bandera separatista catalana, una bandera comunista y una bandera con un diseño estrafalario y una espantosa combinación de 11 colores.

Esta última es una bandera diseñada en 2021 por el británico Valentino Vecchietti denominada "Bandera del orgullo del progreso", que según él se trata de un rediseño de una bandera muy parecida diseñada por Daniel Quasar en 2018, siendo éste, a su vez, un rediseño de la bandera LGTB. Esta bandera parece diseñada con el mismo gusto estético que el sitio web de Homer Simpson, y por supuesto son muchas las personas a las que dice representar que no se sienten representadas por ella. Es una bandera particular y sin ningún carácter oficial. Tiene la misma representatividad que una bandera particular dibujada por un chaval de 13 años para representar a los miopes, a los amigos de los osos de peluche o a los fans del frente de liberación de las bolas de golf.

El PSOE denuncia la lona diciendo que es un «delito de odio»

Lo más curioso de este caso es que el PSOE ha denunciado esta lona por un posible "delito de odio". Recordemos que el PSOE no ha tenido reparos en aliarse en el Congreso con partidos que promueven el odio a España. Es más: he buscado y rebuscado y no he encontrado ni una sola denuncia del PSOE contra las frecuentes quemas españolas en mítines separatistas, unas quemas que constituyen un claro delito de ultraje a España, tipificado por el Artículo 543, que castiga "las ofensas o ultrajes de palabra, por escrito o de hecho a España, a sus Comunidades Autónomas o a sus símbolos o emblemas, efectuados con publicidad", para los que prevé la pena de multa de siete a doce meses.

El PSOE ya apoyó dos veces legalizar la quema de banderas españolas

La doble vara de medir del PSOE con las banderas no se detiene ahí. El 23 de octubre de 2018, el PSOE votó a favor de una iniciativa de Podemos para legalizar esos ultrajes a España, calificándolos como "libertad de expresión". Esa iniciativa -apoyada por el PSOE, por los comunistas de Podemos y por los partidos separatistas- pretendía, además, legalizar las vejaciones a los creyentes (Art. 525 del Código Penal), las injurias y amenazas a los Ejércitos y a las Fuerzas de Seguridad y a las instituciones del Estado (Art. 504) y las calumnias e injurias contra la Corona y contra la Familia Real (Arts. 490.3 y 491).

Como se puede ver, los mismos que califican como "odio" todo aquello que contradice sus dogmas ideológicos, querían dar barra libre a las peores manifestaciones de odio del separatismo y de la izquierda. Y es que la izquierda, cuando acusa de "odio" a los demás, lo que hace es eso que en psicología se denomina proyección, que consiste en atribuir a los demás defectos propios para así considerarse mejor que ellos.

No fue la única vez que el PSOE se retrató de esa forma: en junio de 2021 los socialistas volvieron a apoyar otra iniciativa de Podemos para legalizar esos delitos. El texto de la iniciativa (se puede leer aquí) pedía derogar el delito de ultrajes a España que castiga la quema de banderas españolas, con el siguiente argumento: "Este delito se está aplicando para atacar la libertad de expresión, reprimiendo la crítica contra los símbolos de nuestro país, materializados en la bandera y el himno nacional". El resultado de la votación se puede ver aquí. Los 120 diputados del PSOE votaron a favor, incluido Pedro Sánchez.

La razón de esa ridícula doble vara de medir de la izquierda

Así pues, después de apoyar la legalización de la quema de la bandera oficial que nos representar a todos los españoles (sea cual sea nuestro sexo, ideología, edad, creencias, raza, clase social, gustos, orientación sexual, etc.), ahora el PSOE quiere perseguir una ofensa a una bandera particular diseñada por un tipo hace dos años, una bandera que no tiene ningún carácter oficial y que sólo representa a aquellos que quieran sentirse representados por ella. Es tan ridículo como si el PSOE denunciase a alguien por ofender a la bandera de los Teletubbies.

Si la izquierda quiere de verdad defender los sentimientos de los ciudadanos frente a las ofensas gratuitas, que empiece por perseguir a los que cometen un delito quemando Banderas de España, que es la bandera oficial que nos representa a todos. En vez de hacer eso -que es algo que exige una ley ya vigente-, la izquierda pone cualquier chorrada por encima del respeto debido a todos los españoles. Y es que el PSOE se siente más cómodo con quienes odian a España que con quienes defienden sus símbolos. Basta con ver a los aliados que se ha buscado estos últimos cuatro años en el Congreso.

Elentir

miércoles, 8 de marzo de 2023

La mala intención del feminismo 8-M



Los medios subvencionados no lo recordarán, pero para eso nació este periódico, para dar testimonio de que el 8 de marzo ya no es el Día de la Mujer, al menos no en España.
Hoy es el aniversario del día en el que un Gobierno infame negó una pandemia que ha matado alrededor de 150.000 españoles para que se pudiera celebrar un gran infectódromo feminista convocado bajo el lema de que el machismo mata mucho más que el coronavirus.
Sólo el recuerdo exacto de aquella mentira y de su letales efectos debería bastar para que la izquierda en la que se refugia el feminismo bajara la cabeza y balbuceara alguna disculpa. Pero no. La izquierda, y no digamos la ideología feminista, vive feliz y desmemoriada en un supremacismo moral que se complace, y por lo visto, hasta se autosatisface, en la idea de que el fin político justifica todas las mentiras.

Entre todas las mentiras feministas, la mayor es la de su lucha por la igualdad. El feminismo no quiere que hombres y mujeres tengamos los mismos derechos, obligaciones y oportunidades. El feminismo necesita la desigualdad. A ella se aplica hoy con la determinación que le proporciona el dinero de nuestros impuestos. Su método es el de ubicar a las mujeres en el seno de una supuesta clase oprimida para someterlas a la idea de que las españolas son víctimas de un inexistente sistema machista, patriarcal y violento.

Construido el falaz relato victimista sustentado desde todos los poderes y por todos los partidos, a excepción de Vox, el feminismo exige la reorganización de la sociedad española atacando sus estructuras fundamentales con leyes nuevas que alteren la realidad biológica y la realidad social sin importar el daño que puedan hacer.

Lo hemos comprobado con la Ley del sólo sí es sí, que daña de manera irreversible a las víctimas reales de la violencia sexual con una modificación incompetente de la tipicidad que conduce a un escenario de excarcelaciones y rebajas de pena que se prolongarán en el tiempo. Pero, sobre todo, que destruye de manera intencionada la presunción de inocencia al reorientar la carga de la valoración de la prueba.

Esta es la clave. No es tan grave la incompetencia demostrada por las feministas del Ministerio de Igualdad y por el Consejo de Ministros que aprobó como órgano colegiado ese nuevo régimen de unificación de los delitos sexuales que ha aligerado la pena de cientos —serán miles— de delincuentes sexuales, como la intención del Gobierno feminista de corromper el derecho fundamental a la presunción de inocencia. Yo sí te creo, hermana. Adiós al Derecho.

Por supuesto, no damos permiso a nadie para que concluya que por nuestra parte hay la menor simpatía hacia el delincuente sexual. Ni siquiera compasión. Si nos dejáramos llevar por la repugnancia que nos producen, tiraríamos al mar las llaves de sus celdas, en especial las de los pederastas. Nuestra simpatía está con el Derecho, con la presunción de inocencia sin la cual no hay Estado de Derecho y con la proporcionalidad de las penas.

Al feminismo empoderado que pagamos y padecemos, todo lo anterior le es indiferente. Su intención —de nuevo la intencionalidad—, es la de corromper desde el poder una de las estructuras fundamentales del Estado de Derecho con fines políticos espurios.

Por eso, no basta con modificar los errores de la Ley del sólo sí es sí como ayer aprobó una mayoría en el Congreso entre la rabia de Podemos y la oposición de filoetarras y golpistas (lo que refuerza la idea de que esta ley es dañina para España). Esta ley, como las leyes trans, ha de ser derogada y el feminismo de tercera ola que sufrimos, señalado como enemigo de una sociedad abierta, tolerante y avanzada en la que todas las personas, sin importar su sexo —como manda la Constitución—, tengan los mismos derechos y obligaciones. Y también las mismas oportunidades educativas y laborales para que puedan tomar las decisiones libérrimas que crean convenientes para la construcción de su propio futuro sin injerencias.

Eso, y no otra cosa, es la igualdad. La realidad nos dice que en las últimas décadas, y de una manera natural, España tocaba con los dedos ese ideal de igualdad en libertad como pocas naciones en el mundo. Hoy, gracias al feminismo de naturaleza cultural marxista que se manifestará desunido por sus propios errores y sus perversas intenciones, con leyes y cuotas nefastas, y con aliades desnortad@s como el Partido Popular, somos más desiguales y estamos más fracturados.

Hoy, de nuevo, no hay nada que celebrar. Sí mucho que recordar para cuando nos llamen a las urnas e intentemos reparar lo dañado. Ojalá cuanto antes.

viernes, 3 de marzo de 2023

Noticias 3 de marzo de 2023



CONTANDO ESTRELAS

Vox y la cara dura del PP con la Ley Trans de Madrid y la «autodeterminación de género»

LA GACETA DE LA IBEROSFERA

Más de 700 agresores sexuales se han visto ya beneficiados por la ley del «sólo sí es sí»

Tres de cada cuatro estadounidenses están preocupados por la salud mental de Joe Biden

Las campañas del PSOE contra la prostitución mientras la red de ‘Tito Berni’ acudía a burdeles

El PP asume otra bandera de la izquierda: no derogará la ley trans de Sánchez

La obsesión de la izquierda con la transexualidad

La presión de VOX a Ayuso permite tramitar la derogación de la ley trans de la Comunidad de Madrid

Ayuso dice que no sabe si el aborto es un «derecho», pero afirma que debe ser «legal y seguro»

ADELANTE LA FE

Francisco, Teilhard de Chardin y el panteísmo

Viganò desenmascara el plan del Vaticano para expulsar a unas monjas tradicionalistas

INFOVATICANA

Munilla contundente: «No es cierto que porque hayas cambiado el DNI ese sentimiento que tienes de vida insufrible vaya a cambiar»

Una de las mujeres que abandonó el camino sinodal relata las intenciones que se esconden detrás de este proceso

¿Por qué se persigue a los tradicionalistas, cuando sus templos están llenos?, se pregunta un historiador francés

INFOCATÓLICA

El cardenal Brandmuller considera alta traición la guerra litúrgica reabierta tras Traditionis Custodes

Sea indio y aprenda latín (Padre Javier Olivera Ravasi)

FSSPX

Inglaterra: la Iglesia anglicana acepta bendecir a las parejas del mismo sexo

Las reliquias de Santo Tomás de Aquino serán expuestas por primera vez desde 1369

HISPANIDAD

Selección por José Martí