BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



miércoles, 11 de enero de 2017

Cardenal Burke: "Con las "Dubia" servimos al oficio petrino, dando al Papa la posibilidad de que nos confirme en la enseñanza de la iglesia" (De Secretum Meum Mihi)





 

El Cardenal Burke explica cómo será la corrección formal al Papa y contradice las recientes declaraciones del Cardenal Müller: "Amoris laetitia es un peligro para la fe y la corrección al Papa se hará"

REFERENCIA: CATHOLICVS 


Como indica el título de esta entrada, y en claro contraste con las palabras dichas por el Cardenal Müller en el programa de televisión italiano "Stanze Vaticane", del canal Tgcom24, comentado durante todo el día en páginas católicas de Internet, el Cardenal Burke ha afirmado en una reciente entrevista, que"Amoris Laetitia" (AL) sí supone un peligro para la fe y que se hará una corrección del Papa


Además, ha añadido que no teme perder la púrpura -cardenalicia-, sino que teme más el juicio de Dios. Fue en una entrevista concedida en exclusiva a M.J. Matt, del periódico The Remnant, que la publicó en su formato de papel el pasado día de Navidad y en formato digital ayer, 9 de enero (ver aquí).

El pasado domingo 8 de enero, el Cardenal Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en una entrevista en la que contradijo su postura previa al respecto (ver aquí), aseguró que no habrá una corrección al Papa a corto plazo porque no hay peligro para la fe: "Una corrección fraterna al Papa me parece muy lejana, en este momento no es posible porque no hay ningún peligro para la fe".

El Cardenal Burke, además, ha vuelto a reiterar que "Amoris laetitia" no es un documento magisterial, como indica el mismo Papa Francisco en dicho documento. Según Burke, algunas afirmaciones confusas del documento, aunque no sean heréticas materialmente, necesitan ser aclaradas porque pueden inducir a error a los fieles en cuestiones muy serias. Para él, si no llegase una aclaración por parte del Papa el resultado sería devastador.

En cuanto a si teme perder el capelo cardenalicio, Burke ha asegurado que conoce cuál es su deber y que no teme decir la verdad. En cambio, dice temer estar ante Nuestro Señor en el Juicio Final y tener que decirle: "No, no Te defendí cuando estabas siendo atacado y la verdad que Tú enseñaste estaba siendo traicionada".

Al ser preguntado sobre si la situación actual se parece al tiempo de la herejía arriana en el siglo IV, dice que en cierto modo sí: "Ahora están en juego dos verdades de fe: la que se refiere al sacramento del Matrimonio, y la que se refiere al sacramento de la Eucaristía, y si no se pone coto a la confusión actual, llegará un momento que habrá amplios sectores de fieles que no tengan la Fe Católica, como los que se encontró San Ambrosio cuando fue nombrado Arzobispo de Milán".

Y en cuanto a cómo sería esa corrección formal, el Cardenal Burke ha aclarado que no sería muy diferente a las "dubia". En otras palabras, aquellas verdades que parecen ser puestas en cuestión por AL simplemente se cotejarían con lo que la Iglesia ha enseñado, practicado y anunciado siempre en su Magisterio Oficial. De esta manera dichos errores serían corregidos.


CATHOLICVS

La apostasía de la razón (Bruno Moreno)

FUENTE: INFOCATÓLICA

Un excelente artículo de Bruno Moreno, que se supera a sí mismo cada vez que escribe. De obligada lectura para no enloquecer.


No creo que sorprenda a nadie si digo que el pecado típico de nuestra época es la apostasía. Los católicos han abandonado y siguen abandonando la fe por millones. Muchos de ellos lo habrán hecho sin culpa propia, por supuesto, como resultado de la mala catequesis y el mal ejemplo recibido, pero eso no quita que el pecado objetivo de nuestra generación sea enorme: nuestro mundo vomita la fe, reniega de Cristo y se arroja en brazos de ídolos menos exigentes, como el bienestar económico, la ecología o la democracia, entre tantos otros.

A esto hay que añadir, como también sabemos todos, que muchos han abandonado la fe pero permanecen en la Iglesia como apóstatas silenciosos, más o menos conscientes de su propia apostasía. Por desgracia, uno también se encuentra con clérigos en esa situación, a menudo amargados por la contradicción en la que viven. El daño que esto hace a la Iglesia es enorme, porque los catequistas, padres, vecinos y clérigos que no tienen fe inevitablemente tienden a destruir la fe por donde pasan, sembrando todo de sal para que no vuelva a crecer nada durante generaciones.

Supongo que esto bastaría para un artículo enjundioso, porque la apostasía masiva es una herida terrible para la Iglesia, pero me temo que va unida a otro problema no sé si más grave, pero sí más básico: la apostasía de la razón.





Esta modalidad natural de la apostasía afecta a la facultad natural de la razón, del mismo modo que la apostasía sobrenatural afecta a la virtud teologal y sobrenatural de la fe. 

El mundo moderno o, mejor dicho, el mundo post-moderno es el mundo que ha renunciado a conocer la verdad, que es el objeto de la razón, sustituyéndola por el pensamiento débil, el relativismo y la subjetividad exacerbada.

Constantemente escuchamos a nuestro alrededor que el bien y el mal no existen y lo que importa es el consenso “democrático", que no hay verdades absolutas sino que cada uno tiene su verdad, que el único conocimiento posible es el científico o que la metafísica es un conjunto de tonterías y supersticiones


Son afirmaciones propias de personas que han apostatado de la razón humana y resultan equivalentes, en su propio plano, a confundir el amor con la mera sexualidad animal (algo que, no por casualidad, también caracteriza a nuestra época). 

Es decir, comenzando por la razón se abandona a la carrera todo lo que hace humano al hombre, asimilándolo a un simple animal entre muchos otros, algo más espabilado quizá, pero determinado por sus instintos y separado irremediablemente de cualquier realidad trascendente y duradera.

Por desgracia, cada vez más católicos, incluidos los clérigos, se apuntan a esa apostasía de la razón. Viven la fe católica como algo irracional y no encuentran problema en que un día (o un siglo) la fe diga una cosa y al siguiente la contraria, porque ya no discurren en el plano de la razón y la verdad, sino en el del sentimentalismo


El principio de no contradicción, que es la base de todo pensamiento humano, se desestima en la práctica como una antigualla escolástica sin importancia para la “vida de la gente” y como un obstáculo para un cristianismo moderno, misericordioso, en constante evolución y a tono con los “signos de los tiempos”.

Las polémicas relacionadas con la comunión de los divorciados en una nueva unión y el sínodo de la familia son un ejemplo perfecto de esta apostasía de la razón


Al seguir este tema, tuve que contemplar asombrado y desalentado cómo eclesiásticos de altísimo rango negaban en público el principio de no contradicción en repetidas ocasiones y no tenían reparo en decir que se iba a cambiar la fe católica en puntos esenciales. 

Monseñor Vesco, obispo de Orán, nos explicó que la nueva unión de un divorciado era “tan indisoluble como la primera” y que por lo tanto la Iglesia no tenía derecho a hablar contra ella.

Monseñor Agrelo, arzobispo de Tánger, indicó que el adulterio era un “camino de acercamiento a Dios” y se quedó tan ancho, a la vez que reconocía que él nunca hablaba de la inmoralidad de las parejas del mismo sexo, porque él no se “metía en esas cosas”. 

Monseñor Cortés, obispo de Sant Feliú, sugirió la posibilidad de abandonar los preceptos de Jesús y volver a la ley de Moisés en relación con el divorcio. 

El cardenal Sistach, arzobispo de Barcelona, defendió la posibilidad de que “respetando la indisolubilidad”, el “Papa tuviera” la facultad de “disolver un matrimonio que era válido”, sin explicar cómo pretendía lograr el absurdo lógico de disolver lo indisoluble ni por qué pensaba que la Iglesia podía inventar de la nada nuevas prerrogativas papales para dispensar de la ley de Dios.

El cardenal Kasper (y luego la relatio final del Sínodo) propuso un “camino penitencial” de conversión para los divorciados en una nueva unión en el que, llamativamente, ni había penitencia, ni conversión, ni se caminaba en absoluto, porque el punto de llegada era el mismo que el de salida, de modo que se seguía adulterando como al principio pero, eso sí, con el premio de recibir la comunión. 

Los obispos argentinos, que se supone que aceptan la doctrina de la Iglesia sobre que el fin no justifica los medios y sobre los actos intrínsecamente malos que no deben realizarse en ninguna circunstancia, decidieron aun así que aquellos que siguieran realizando esos actos graves podrían comulgar siempre que tuvieran el buen fin de cuidar de sus hijos. En fin, así podríamos seguir durante párrafos y párrafos. 

Y todo esto sin que el Papa o sus hermanos obispos les corrijan, horrorizados, ni ellos mismos hayan reconocido que habían dicho barbaridades.

¿De verdad piensan que se puede jugar con la fe y que todo vale en Teología? ¿Es que no se dan cuenta unos y otros de que pretender lo que es contradictorio es renunciar a la razón y de que el intento de cambiar la fe y la moral católicas es equivalente a llamar mentiroso a Dios?

¿Es que no son conscientes de que, al renunciar a la razón, renuncian a encontrar la verdad, porque sin razón no hay nada que nos permita distinguir lo verdadero de lo falso? Más aún, ¿es que no se dan cuenta de que al renunciar a la razón están renunciando a Cristo, qué es el Logos eterno y la Verdad reflejada en todas las pequeñas verdades?

Hablando de este tema en los comentarios del artículo anterior, un amable lector me señaló algo que me impresionó, porque ejemplificaba perfectamente el problema. Un reciente twitter del P. Spadaro SJ en el que el portavoz oficioso del Vaticano decía:

“La Teología no es matemáticas. 2+2 en Teología pueden ser 5. Porque tiene que ver con Dios y con la vida real de la gente…”

-----

[Doy fe de ello. Y me permito añadirlo aquí en un vídeo-noticia de Gloria TV. 

DURACIÓN: 31 segundos

En Inglés: 

Clerical Mathematics: Jesuit Father Antonio Spadaro, one of the guardians of Pope Francis’ revolution, wrote on his Twitter account that – quote – “Theology is not Mathematics” and that, “2+2 in Theology can make 5, because it has to do with God and real life of people.” Gloria.tv comments: In the real life of people 2+2 is never 5.

Traducción al español:

Matemáticas clericales: El padre jesuita Antonio Spadaro, uno de los guardianes de "la revolución del papa Francisco", escribió en su cuenta de Twitter que -cita-: "La Teología no es Matemáticas" y dos más dos, en Teología, pueden ser cinco, porque esto tiene que ver con Dios y con la vida real de la gente". Gloria TV comenta: En la vida real de la gente 2 + 2 nunca es 5. ]

-----

Al leer estás frases, me quedé un momento sobrecogido y tuve que releerlas para asegurarme de que las había entendido bien. Pretender que para la Teología no valen las leyes de la lógica es un ejemplo brutal de apostasía de la razón… y de inevitable destrucción de la Teología, porque si 2+2 pueden ser 5, también pueden ser 328 o 5.000 o guisantes con jamón, porque ya no hay nada que permita aceptar una respuesta y rechazar otra. Será igualmente “cierto” que Lutero es un heresiarca y un testigo del Evangelio, el adulterio será a la vez un pecado mortal y un camino de santidad. Cualquier cosa será verdad y, al mismo tiempo, nada lo será.

Cualquiera puede ver, además que es una afirmación en contra de todo el pensamiento cristiano de dos milenios. Si Santo Tomás, San Agustín, San Buenaventura o Francisco Suárez escucharan esa frase en labios de un religioso, habrían llorado amargamente al darse cuenta de que la filosofía cristiana había sido olvidada por completo.

En cualquier seminario decente, tanto la frase del P. Spadaro como las de los obispos mencionados habrían causado que los interesados fueran enviados de nuevo a primer curso, a aprender lo más básico de la Filosofía y la Teología. 

¿Será casualidad que el P. Spadaro sea uno de los partidarios más conocidos de dar la comunión a los divorciados en una nueva unión? ¿Será casualidad que esa propuesta se base, en última instancia, en la idea absurda y sin sentido de que el matrimonio es indisoluble pero se puede disolver?

Por supuesto, nadie puede vivir en la realidad negando las leyes de la lógica, así que no sería descabellado suponer que estas afirmaciones autocontradictorias, aparte de manifestar una formación tan mala que debería impedir el desempeño de cualquier cargo eclesiástico, son más bien excusas que, consciente o inconscientemente, apenas disimulan el deseo de cambiar los elementos del cristianismo que le molestan al mundo de hoy. Como la lógica no lo permite, abandonemos la lógica… pero sólo para conseguir lo que queremos, por supuesto

¿O es que el P. Spadaro, cuando en vez de recibir cuarenta euros de cambio en una tienda le entregan veinte céntimos lo que hace es aceptar que, en la “vida de la gente” no rigen las leyes de la lógica? 

¿O es que Mons. Agrelo asume que la explotación del inmigrante puede ser un “camino de acercamiento a Dios? 

¿O quizá Mons. Cortés cree que podríamos volver a la ley de Moisés en lo de lapidar a las adúlteras o prohibir el jamón? 

Es muy difícil no darse cuenta de que las excusas se usan única y exclusivamente en una misma dirección: lo que está de moda hoy, lo que desea el mundo, lo que hace el cristianismo más cómodo… la huida del martirio.

Nada bueno puede salir de esto. Dios nos conceda no renunciar nunca a la Fe católica, pero también nos conceda no renunciar a la razón, porque sin ella no se podría tener Fe, ya que uno habría dejado de ser humano.

Bruno Moreno