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domingo, 28 de enero de 2018

OTRA VEZ EL PACTO DE METZ (II) (Capitán Ryder)



Pocos años antes del pacto de Metz, en 1937, Pío XI había publicado la encíclica Divini Redemptoris que decía, entre otras cosas,
“El comunismo es intrínsecamente perverso; y no se puede admitir que colaboren con él, en ningún terreno, quienes deseen salvar la civilización cristiana”.
Queda para el lector la calificación del pacto de Metz.

Es muy interesante lo que cuenta Monseñor Lefebvre sobre lo ocurrido en el Concilio con respecto a este tema.

La petición de condena al comunismo, redactada por el Coetus Internationalis Patrum , obtuvo la firma de 454 obispos, representando a 86 países.

Monseñor Lefebvre entregó personalmente esta petición, dentro del plazo previsto, el 9 de noviembre de 1965, al secretario del Concilio.

En su biografía del Arzobispo, Monseñor Tissier de Mallerais comenta en detalle cómo el Pacto de Metz fue rigurosamente respetado por Pablo VI.

A este respecto es muy interesante el siguiente extracto de la biografía de Monseñor Lefebvre:
¿Qué pasó entonces? El 13 de noviembre, la nueva redacción del esquema no tomó en cuenta los deseos de los solicitantes; el comunismo seguía sin ser mencionado
Por eso, Monseñor Carli protestó el mismo día ante la presidencia del Concilio y presentó un recurso dirigido al tribunal administrativo … 
El Cardenal Tisserant ordenó una investigación que reveló que ..., por desgracia, la petición se había “extraviado” en un cajón
En realidad, lo que pasó fue que Monseñor Achille Glorieux, Secretario de la comisión competente, después de recibir el documento, no lo hizo llegar a la comisión.
El “olvido” de Monseñor Glorieux fue objeto de disculpas públicas por parte de Monseñor Garrone pero, como quiera que sea, el plazo concedido para introducir el párrafo sobre el comunismo ya había caducadoPor otro lado, una condena del comunismo habría discrepado demasiado con la intención del Papa Juan, que había decidido que el Concilio no condenaría ningún error.

Eso era negar el carácter “intrínsecamente perverso” del comunismo, según el Papa Pio XI,  y aceptar la colaboración de los católicos con el comunismo ...

Como árbitro del debate, pero heredero de Juan XXIII, Pablo VI mantuvo el silencio sobre la palabra “comunismo”, y se contentó con añadir el 2 de diciembre una mención de las “reprobaciones del ateísmo hechas en el pasado”, lo que era falsificar la doctrina de Pío XI, que condenaba el comunismo en cuanto organización y método de acción social perversos (una técnica de esclavitud de masas y una práctica de la dialéctica, en palabras de Jean Madiran) ... y no sólo en cuanto atea.

El comentar este tema en voz alta acarreará para cualquiera la ira de los papólatras que, en el catolicismo, son legión, y que consideran que todos, todos los actos del Concilio son inspiración directa del Espíritu Santo.

Un dato que añade más sal en la herida es el de las Apariciones de Fátima. En dichas apariciones, aprobadas por la Iglesia, sor Lucía había insistido, como algo especialmente querido por la Virgen, en “la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón”, pues si no se hacía “Rusia esparciría sus errores por el mundo”.

El tiempo se estaba agotando: Pío XII había consagrado al mundo al Inmaculado Corazón de María el 31 de octubre de 1942. En el texto pontificio faltaba la mención especial de Rusia. A esta Consagración respondía sor Lucía:
Dios Nuestro Señor –manifestaba la vidente- me ha mostrado ya su complacencia con el acto, aunque sea incompleto conforme a su voluntad, realizado por el Santo Padre y por varios obispos. En recompensa, promete acabar en breve con la guerra; la conversión de Rusia para más tarde”.
El 26 de diciembre de 1957, Lucía insistía una vez más:
“Rusia será el instrumento de castigo escogido por el Cielo para el mundo entero si no logramos de antemano la conversión de esa pobre nación”.
Ésta era la situación antes del Concilio Vaticano II: ningún Papa había realizado la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, tal y como había solicitado la Virgen. Sólo se había realizado la Consagración del mundo, sin citar expresamente a Rusia.

Lo que en 1917, fecha de las Apariciones de Fátima, no dejaba de ser una especulación –Rusia esparcirá sus errores por el mundo- ya se había revelado una trágica realidad.

Falta otro elemento, objeto de la próxima entrada, para establecer el contexto en el que se firma el pacto de Metz.

Continuará…

Capitán Ryder
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NOTA : En la entrada anterior citaba de memoria a Stalin, cuando el Secretario general del Partido Comunista en ese momento era NIKITA JRUSCHOV

Francisco invoca a Dios como "Padre de todas las confesiones". Otras noticias de Gloria TV


En la audiencia del Papa Francisco con miembros de la Cruz Roja Italiana el 27 de enero de 2018 desde el minuto 33:18 hasta 34:16, aproximadamente. He realizado el corte y lo coloco a continuación:
Duración: 40 segundos

Francisco saluda a la Cruz Roja Italiana en una audiencia del sábado, 27 de enero. El texto oficial que se escucha en el video, traducido al español, es éste: 
 "Pido para todos ustedes la bendición de Dios,  Dios Padre de todos nosotros, Padre de todas las confesiones, y lo invoco en particular para aquellos que han perdido sus vidas haciendo su servicio y para sus seres queridos “.

A lo mejor nos estamos equivocando con lo de la opción preferencial por los pobres (materiales, claro) [Padre Jorge González]



En la Iglesia, como en tantos otros sitios, hay axiomas que se aceptan porque sí y Dios te libre de llevar mínimamente la contraria. Me da igual quién inventara lo de la opción preferencial por los pobres, si fue Puebla o Medellín, el Vaticano II o los documentos de Aparecida. Me da igual, incluso, quién lo siga diciendo hoy.

Pasarnos el día con la cosa de los pobres y de la opción preferencial por los excluidos no es, a mi modestísimo y escasísimo entender, otra cosa que falsear el evangelio y dejar los problemas de nuestro mundo sin resolver.

Es falsear el evangelio, que comienza exhortando a la conversión: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio», y acaba enviando a los discípulos a predicar y bautizar: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará».

El mensaje evangélico, pues, es una llamada a la conversión y una urgencia en la predicación de la buena nueva para la salvación de los hombres. Me impresionan estas últimas palabras de Jesús, sobre todo pensando en lo que significan siempre las últimas palabras de alguien. Son el resumen, la síntesis de la vida y la enseñanza: predicación y bautismo. Convertir el evangelio en un simple estar preferentemente con los pobres, es falsear la doctrina, a no ser que estemos convencidos de que la mayor pobreza es la falta de fe. Entonces sí.

Y luego, en lo de resolver o no los problemas de nuestro mundo, hay un pequeño detalle que no podemos obviar desde la fe: y es que los humanos, desde nuestra concepción, estamos tocaditos por una cosa llamada pecado original, aunque sea de mal gusto recordarlo. Esto, lo que quiere decir, es que las personas estamos, por naturaleza, por pecado, inclinados al mal. Y como estamos inclinados al mal, haremos el mal, va en nuestra naturaleza, a no ser, ATENTOS, que nos convirtamos a Jesucristo.

La gente que se convierte DE VERDAD a Cristo es gente justa, equitativa, bondadosa, misericordiosa, y evidentemente solidaria con el débil. Por eso, si queremos un mundo de verdad justo, solidario, amable no queda más remedio que anunciar el evangelio, urgir a la conversión, recibir el bautismo y cambiar, en consecuencia, de vida. Entonces sí. Pero si no es por ese camino, todo quedará en postureo, que se dice ahora, bonitas palabras y foto en la prensa, porque lo de estar con el pobre siempre vende.

Por eso digo que nos equivocamos en el planteamiento superficial de ese “estar con los pobres” tan y como hoy lo entiende y lo practica mucho católico de tan buena voluntad, como escasez de teología. No. La clave no es estar con los pobres, y menos entendiendo pobreza como algo simplemente material. Por cierto, hay siete obras de misericordia espirituales. La clave está en predicar la conversión y volver a las gentes a Cristo, a la santidad. No hay un solo santo que viva al margen de las necesidades de sus hermanos. Pero sí conozco a mucho charlatán de la cosa de los pobres que vive como rico, hace lo que quiere, se lucra de su organización, se aprovecha para su personal medrar y encima te da lecciones.

¿Y si les dijera que donde más se hace por la causa de los pobres es en el confesionario…?


Padre Jorge González

San Marcos no debe morir (Sandro Magister)




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El de San Marcos en Florencia es el convento dominico más famoso del mundo, pintado con frescos por el beato Angélico y durante siglos un faro de santidad, de arte y de cultura hasta nuestros días.

Pero ahora está a punto de ser suprimido, precisamente por voluntad de la Orden de Santo Domingo.

El profesor Pietro De Marco, florentino, a quien los lectores de Settimo Cielo leen y aprecian desde hace años, explica por qué sucede todo esto y lanza un llamado para que el convento sea salvado del cierre.

Con una petición anexa, ya suscrita por muchos que tienen en el corazón la supervivencia no sólo de este lugar espiritual, sino de la "civitas".

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POR SAN MARCOS Y POR FLORENCIA
por Pietro De Marco

El cierre del convento de San Marcos, en Florencia, ha sido confirmado por una reciente resolución nueva, en julio del 2017, del capítulo de la provincia romana de los padres dominicos, la cual incluye el centro de Italia y Cerdeña.

El cierre, ya deliberado una primera vez en setiembre del 2013 y después postergado, prevé ahora también:
- la pérdida de identidad y funciones de la Biblioteca "Levasti", única en Florencia por su caudal de libros en ciencias religiosas y la red de relaciones intelectuales;- el redimensionamiento sólo por difusión on line de la “Rivista di Ascetica e Mistica”, creada en 1929;- un incierto destino de la histórica Farmacia;- en síntesis, prácticamente una eliminación que tiene el extraño sabor de una "damnatio memoriae" que se abate sobre las últimas generaciones dominicas de San Marcos.
De hecho, puede escapar a quien no conozca la historia reciente de la Iglesia florentina e italiana, que en San Marcos pareció concentrarse, en la segunda mitad del siglo XX, una resistencia de elevada calidad intelectual y espiritual, como cortante "enfrentamiento" polémico y crítico, al giro emprendido en la Iglesia Católica en el periodo del postconcilio, acentuadamente en Florencia, pero también en todas partes.

Era una resistencia constituida, contemporáneamente, por la continuidad del estudio de santo Tomas [de Aquino] (con los padres Centi y Boccanegra) y por la historia de las formas y figuras espirituales y místicas (con el padre Colosio). Razones más que suficientes, en el clima actual de la Iglesia, para decretar finalmente la extinción del "conventus", es decir, tanto de la casa como de la comunidad de San Marcos y la eliminación de toda su memoria.

En el ahora lejano 2014, entre los meses de marzo y julio, fue necesario intervenir, en muchas personas, muchas veces y en varias sedes, para intentar alejar las consecuencias indeseables de una supresión canónica del convento, en ese momento pedida pero todavía no ratificada en Roma.

Se habló de Lorenzo de Medici, de Pico della Mirandola y de Savonarola, después de Giorgio La Pira, o sea, del convento en la vida histórica de Florencia. Dijimos también que la decisión contenía una prisa excesiva y una angustia de perspectivas, no a la altura de una gran Orden religiosa como la dominica.

En cuanto motivado, de hecho, por el estado de necesidad – por el colapso numérico, ante todo, que desde hace décadas ha golpeado a casi todas las Órdenes religiosas –, este género de procedimientos dirigidos a simplificar drásticamente, si no a liquidar, situaciones de larga tradición e importancia, tiene un alcance objetivo en lo externo. Genera heridas en el espacio público y ciudadano. ¡Está en juego, en definitiva, la misma Florencia!

El temporario aplazamiento fue el efecto de distintas reacciones e instancias que llegaron a Roma, de una petición que tuvo un gran número de seguidores y, por último, de un acuerdo razonable entre el padre general de los dominicos y el cardenal Giuseppe Betori, arzobispo de Florencia, entre julio y setiembre de 2015.

El arzobispo, naturalmente, no tiene autoridad sobre las decisiones de una Orden religiosa, pero una vez más interpretó y representó a la ciudad. Se utilizó el argumento civil y religioso del convento de San Marcos como lugar de la memoria de La Pira y de una historia de la ciudad, la posguerra, signada por su presencia excepcional. De este modo hubo acuerdo en enviar toda decisión radical (esperando en el ínterin evitarla) al término del proceso de beatificación del alcalde.

Han transcurrido más de tres años de las deliberaciones y discusiones llevadas a cabo desde el 2013-2014. Y en cuanto se lee en Wikipedia que “los pocos frailes sobrevivientes” han sido reunidos con los de Santa Maria Novella, en realidad la supresión no se ha efectuado todavía, el convento está habitado hasta ahora, las actividades siguen vivas y los frailes todavía se pueden ocupar del estado de conservación de los edificios.

Pero el capítulo provincial de los dominicos, su órgano de gobierno, deliberó nuevamente en el sentido de la decisión primitiva.

Para entender el porqué de esta insistencia, es necesario recordar que la crisis de las Órdenes religiosas católicas, especialmente la crisis de las vocaciones, acontece no sólo bajo las presiones objetivas de la "secularización" tardía – una sociedad impregnada de agnosticismo, de realizaciones de sí totalmente mundanas, de escepticismo y de resentimiento –, sino como efecto de una tendencia interna en la Iglesia, a partir de los años del Concilio Vaticano II, tendiente a descalificar el ideal de la "vida regular", es decir, de la vida de perfección guiada enteramente y en comunidad bajo la disciplina y la fuerza inspiradora de una regla y de numerosos modelos de santidad.

Un proceso de este tipo golpeó íntimamente la vida religiosa. Pero por otro lado hay algo que preocupa. En las actas del reciente capítulo provincial de la Orden de Santo Domingo leemos que las “reestructuraciones” en curso apuntan a “una mayor libertad de la predicación”, a “vivir la vida itinerante en modos concretos, con mayor dinamismo de las comunidades”.

Pero sin vida espiritual consciente y sistemática, ¿que llevará a un “hombre de Dios” a los otros que están en las “periferias existenciales”, tan de moda? ¿La vida itinerante que caracterizó a las primeras generaciones dominicas era retórica del Éxodo y del ir hacia el Hombre, o, por el contrario, estaba destinado a la predicación y a la lucha contra la herejía?

Aparece en esta decisión sobre San Marcos y sobre otros conventos un argumento doble, el del estado de necesidad y el de las finalidades nuevas y más dinámicas, con las que las organizaciones en general motivan reducciones y cortes en las estructuras propias. 

Todos, por otro lado, con frecuencia adoptamos los escenarios alternativos conocidos como el de la uva verde, justamente los del zorro de Esopo. Pero hay un riesgo. En el caso de San Marcos, la estrategia de la uva verde – la que dice: "En el fondo mejor así, haremos cosas más importantes" – impide evaluar adecuadamente las numerosas consecuencias y los daños, también "pastorales", del abandono del convento.

Sobre este punto insiste el texto de la "Petición al maestro general de la Orden Dominicana", disponible hoy en un sitio dedicado. Se argumentan allí una cierta contradictor edad de las disposiciones, los daños seguros que se procuran a las realidades existentes en nombre de lo inexistente, el descuido respecto a las personas y a sus razones, cuando se ignora el acuerdo del 2015 entre la cúpula de la Orden Dominicana y el obispo de la ciudad, y muchas otras. No queda más que leer con atención, reflexionar y, eventualmente, firmar.

Sandro Magister

Santo Tomás de Aquino: Breve Biografía


Santo Tomás de Aquino, venciendo a los herejes
Francisco Bayeu y Subías, 1760

Datos biográficos

Santo Tomás de Aquino (1225 – 1274)


1. Santo Tomás de Aquino nació en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, en el año 1225, en el seno de una numerosa y noble familia italiana. Su padre, Landolfo, descendiente a su vez de los condes de Aquino, estaba emparentado con el emperador Federico II. Su madre, Teodora, era hija de los condes de Taete y Chieti. Recibió Tomás su primera educación, a partir de los cinco años, en la abadía de Montecasino, de la que era abad su tío, permaneciendo en el monasterio hasta 1239, cuando el emperador Federico II decretó la expulsión de los monjes. Allí realizó los estudios ordinarios de gramática, latín, música, moral y religión.

2. A finales de 1239 se dirigió a la universidad de Nápoles para continuar sus estudios, permaneciendo en dicha ciudad hasta 1244, año en que, sintiéndose atraído por la vida de los frailes dominicos que había conocido en un convento de Nápoles, ingresó en la orden como novicio. La decisión no fue del agrado de su familia, que hubiera preferido que Sto. Tomás sucediera a su tío al frente de la abadía de Montecasino. Enterada de que Sto. Tomás se iba a dirigir a Bolonia para participar en un capítulo general de la orden, y que posteriormente sería enviado a París para continuar sus estudios, fue raptado por sus hermanos y retenido por ellos durante más de un año en el castillo de Roccasecca, con la intención de disuadirlo de su ingreso definitivo en la orden, cosa que no consiguieron dejándole, finalmente, cumplir su voluntad. Se dirigió posteriormente a París, probablemente en el verano de 1245.

3. En París permaneció hasta 1248, como estudiante, ganándose rápidamente la confianza de San Alberto Magno quien se sintió atraído por las grandes posibilidades intelectuales de su discípulo. En 1248 se dirigió a Colonia, con San Alberto, quien iba a fundar una casa de estudios para la orden.

4. En Colonia permaneció con él hasta 1252, regresando a París para continuar sus estudios, recibiendo su licenciatura (licencia para enseñar en la Facultad de Teología) en 1256, siendo nombrado Magister ese mismo año, ocupando su cátedra hasta el 1259.

5. En 1259 se trasladó a Italia, donde permaneció hasta 1268, con el encargo de enseñar teología en la Corte pontificia . A lo largo de estos años residió en varias ciudades italianas, como Anagni, Orvieto, Roma y Viterbo, siendo invitado a dar conferencias en las universidades de Nápoles y Bolonia. En esta época conoce, entre otros personajes ilustres, a Guillermo de Moerbeke, el famoso traductor de las obras de Aristóteles, quien puso a su disposición varias de sus traducciones, entre ellas algunas que se encontraba prohibidas en la época (De Anima, De Sensu et Sensato y De Memoria et Reminiscentia) y que Sto. Tomás comentará, junto con otras obras de Aristóteles como la Física y la Metafísica.

6. En 1268 regresa a París, impartiendo su magisterio hasta 1272, en medio de numerosas polémicas provocadas tanto por los ataques contra y entre las órdenes religiosas, como por las controversias suscitadas por los averroistas latinos, quienes, encabezados por Siger de Brabante, habían copado la facultad de Artes (filosofía) modificando sustancialmente las enseñanzas aristotélicas que San Alberto y el mismo Sto. Tomás habían anteriormente introducido en dicho facultad.

7. Luego de una polémica actividad regresa a Nápoles el año 1272, con el encargo de establecer una casa de estudios (studium generale), donde abandona totalmente su actividad docente y de autor, encontrándose frecuentemente arrebatado por experiencias místicas que le absorben por completo. Permanecerá allí hasta 1274, muriendo en el transcurso del viaje iniciado ese año para dirigirse de Nápoles a Lyon, donde iba a celebrarse un concilio convocado por el papa Gregorio X.

Dubia: la polémica que no va a desaparecer por sí sola (Carlos Esteban)



Ahora es el Cardenal Wim Eijk, arzobispo de Utrecht, quien alza públicamente la voz para pedir al Papa que aporte claridad en esta angustiosa polémica.

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Si bien un belén quizá no sea la composición adecuada para hacerlo, tan centrado como debe estar en los protagonistas del gozoso misterio, hubiera sido interesante que el conjunto artístico con que nos obsequió estas Navidades el Vaticano no se limitase tan solo a las obras de misericordia corporales, sino que incluyera también las espirituales.

Podríamos, así, ver representadas alegóricamente algunas como la de “enseñar al que no sabe” que, idealmente, el próximo año, podría representar al propio Francisco dignándose al fin aclarar puntos oscuros de doctrina que algunas de sus declaraciones y mensajes dejan confusos para tantos.

En Infovaticana hemos tratado el asunto de los Dubia y la Correctio Filialis obsesivamente, y no sin una buena razón, porque la confusión en esto no es sobre asuntos menores o tangenciales, sino que afectan directamente a tres sacramentos y al concepto mismo de mal objetivo.
Que el Santo Padre no puede responder a todas las consultas que se le hagan parece obvio; que responda con un empecinado silencio a aclaraciones cruciales de su propio magisterio que se le piden reiteradamente desde varias instancias, incluidos colegas suyos en el episcopado, de modo que cumpla la misión encomendada a Pedro de “confirmar en la fe a sus hermanos”, es ya algo más desconcertante y casi misterioso.
Al asunto de las dudas sobre la exhortación papal Amoris Laetitia se le ha querido dar por muerto y cerrado en numerosas ocasiones por el coro de teólogos áulicos empeñados en echar en cara a los impertinentes su osadía.

Pero no hay modo de cerrar en falso algo así; nada que no sea un pronunciamiento papal claro y terso que confirme la doctrina perenne de la Iglesia puede poner punto final a esta dolorosa crisis.

Ahora es el Cardenal Wim Eijk, arzobispo de Utrecht, quien alza públicamente la voz para pedir a su colega de Roma -por elegir el título con el que apareció en el balcón de San Pedro el día de su elección- que aporte claridad en esta angustiosa polémica.

No vamos a repetir lo que pueden leer en estas mismas páginas sobre las declaraciones de Eijk a la revista católica Trow, pero nos quedaremos con una frase que va exactamente al centro de la polémica:
“Lo que es verdadero en el lugar A no puede ser falso de repente en el lugar B”.
Uno no es católico -o no debería- porque le gusten más o menos las doctrinas de la Iglesia, porque vaya con su carácter o forma de vida o porque responda a sus inclinaciones personales, sino porque cree que son ciertas. Y esto no porque, como la filosofía platónica o el método cartesiano, las haya deducido un grupo de profundos pensadores, sino porque es el propio Dios quien, por medio de Su Hijo, nos las ha transmitido.

Es un Mensaje, perenne, fuera incluso del tiempo, que no puede ‘actualizarse’ ni cambiarse al ritmo de las nuevas sensibilides del mundo, siempre pasajeras y provisionales. La Iglesia, en fin, no es una sociedad que dice “verdades”, sino que es fuente de verdad, y esto no por sí misma, sino en cuanto es custodia fiel del Mensaje.

Cómo se plasma esta verdad eterna en casos concretos puede, legítimamente, ser objeto de debate, y es una de las funciones del Romano Pontífice asegurarse de que estas disputas tienen un resultado feliz, claro y firme, en línea con la Tradición y el Magisterio.


Santo Padre, responda a las Dubia.

Carlos Esteban

¿Por qué en la Iglesia ha dejado de haber disciplina? La mayor víctima de esta falta de disciplina es la VERDAD DE CRISTO.



¿Por qué en la Iglesia ha dejado de haber disciplina?

Podríamos decir que durante estos últimos años se nos ha intentado transmitir que la disciplina no sirve para nada, la disciplina ha sido totalmente desbancada de la mentalidad católica, como algo rígido y contraproducente .

Así en las familias, los padres se hacen amigos de los hijos, los profesores también quieren ser amigos de sus alumnos y por supuesto los obispos quieren ser amigos de sus feligreses. Pero no en el sentido cristiano del aspecto de la amistad, sino en el sentido de igualitarismo, en el que parece que todos debemos ser iguales, y desde nuestra igualdad, ya nadie tiene autoridad para marcar unas reglas, ni un orden y ni por supuesto una disciplina.

Se nos ha querido demostrar que la disciplina estaba reñida con la amabilidad y con la misericordia y así después del Concilio la disciplina casi desapareció, al menos en lo que concernía a salvaguardar la fe.

Podríamos poner cientos de ejemplos en los que quiso imponerse una cara amable de la Iglesia, una medicina de la misericordia, como  dijo Juan XXIII en su discurso inaugural del CVII .

Así un ejemplo muy gráfico de esta falta de disciplina fue el caso de la Humane Vitae y como se llevó el caso por el arzobispo de Washington.
«Tras varios avisos, el arzobispo local, el cardenal Patrick O´Boyle, sancionó a diecinueve sacerdotes. Las penas impuestas por el cardenal O´Boyle variaron de sacerdote a sacerdote, pero incluían la suspensión del ministerio en varios casos»
Los sacerdotes apelan a Roma, y la Congregación del Clero, en abril de 1971, recomienda «urgentemente» al arzobispo de Washington que levante las aludidas sanciones, sin exigir de los sancionados una previa retractación o adhesión pública a la doctrina católica enseñada por la encíclica. Esta decisión, inmediatamente aplicada, fue precedida de largas negociaciones entre el Cardenal O´Boyle y la Congregación romana.
«Según los recuerdos de algunos testigos presenciales, todos los implicados [en la negociación] entendían que Pablo VI quería que el “caso Washington” se zanjase sin retractación pública de los disidentes, pues el papa temía que insistir en ese punto llevara al cisma, a una fractura formal en la Iglesia de Washington, y quizá en todo Estados Unidos. El papa, evidentemente, estaba dispuesto a tolerar la disidencia sobre un tema respecto al que había hecho unas declaraciones solemnes y autorizadas, con la esperanza de que llegase el día en que, en una atmósfera cultural y eclesiástica más calmada, la verdadera enseñanza pudiera ser apreciada».
De esta manera tenemos un cardenal valiente que, haciendo uso de su autoridad y disciplina, pone en marcha la defensa de la fe, pero que sin embargo es totalmente desautorizado desde Roma.
Podríamos poner cientos de ejemplos de sacerdotes disidentes enseñando en universidades católicas, laicos católicos que formando parte de partidos políticos defienden en su ideario el aborto y la ideología de género, pero que nadie se atreve a disciplinar .
Esta falta de disciplina se refleja en un da lo mismo. Si desde la misma Iglesia nadie se atreve a reafirmar las verdades de fe, ni a corregir , a todo aquel que disienta ¿ dónde está la coherencia?

Al final la fe desaparece.

Ahora mismo tenemos una confusa exhortación apostólica, la AL, que ha dado lugar a interpretaciones contradictorias en materias esenciales de fe y de moral. Pero la Iglesia, en su línea de huir de la disciplina, por ahora es incapaz de acallar con la Autoridad que le ha sido otorgada todas esas voces disidentes que hacen tanto daño a la Iglesia de Cristo.

Desde luego la mayor víctima de esta falta de disciplina es la VERDAD DE CRISTO. Pidamos a la Virgen de Fátima vencedora de todas las herejías que asista a su Iglesia. ¡ Que arda tu corazón!

Un católico

La hora de los curas casados (Padre Santiago Martín)

Duración 6:40 minutos