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lunes, 23 de julio de 2018

Cuando se hubo comprobado el espíritu intolerante de la fe cristiana, fue entonces cuando comenzó la persecución de los primeros cristianos. Cardenal Pie(IV)



Pero la palabra del profeta no tardaría en verificarse: la multitud de ídolos, que veían de ordinario sin celos a los dioses nuevos y foráneos venir a situarse a su lado, a la llegada del Dios de los cristianos repentinamente profirieron un grito de espanto y, sacudiendo su apacible polvo, se estremecieron sobre sus altares amenazados: “Ecce Dominus ascendit, et commovebuntur simulacra a facies ejus”.

Roma estuvo atenta a ese espectáculo y pronto, cuando se advirtió que ese Dios nuevo era el irreconciliable enemigo de los otros dioses; cuando se vio que los cristianos, cuyo culto se había admitido, no querían admitir el culto de la nación; en una palabra, cuando se hubo comprobado el espíritu intolerante de la fe cristiana, fue entonces cuando comenzó la persecución.

Escuchen cómo los historiadores de la época justificaban las torturas a los cristianos: ellos no dicen nada malo de su religión, de su Dios, de sus prácticas; no fue sino más tarde que se inventaron las calumnias. Ellos les reprochan solamente el no poder soportar ninguna otra religión que la suya. “Yo no dudaba — dice Plinio el Joven — sea lo que fuere su dogma, que no fuese necesario castigar su testarudez y su obstinación inflexible: Pervicaciam et inflexibilem óbstinationem”.

“No son en absoluto criminales — dice Tácito — pero son intolerantes, misántropos, enemigos del género humano. Tienen dentro de ellos una fe obstinada a sus principios, y una fe exclusiva que condena las creencias de todos los otros pueblos: Apud ipsos fides obstinata, sed adversus omnes alios hostiles odium“. 

Los paganos decían bastante frecuentemente de los cristianos lo que Celso ha dicho de los judíos, quienes fueron confundidos mucho tiempo con ellos porque la doctrina cristiana había tenido su nacimiento en Judea: “Que estos hombres se adhieran inalterablemente a sus leyes — decía este sofista — yo no se lo censuro; ¡yo no censuro más que a aquellos que abandonan la religión de sus padres para abrazar una diferente! Pero si los judíos o los cristianos quieren darse aires de una sabiduría más sublime que la del resto del mundo, diré que no debe creerse que ellos sean más agradables a Dios que los otros“.

De esta suerte, mis hermanos, la principal queja contra los cristianos era la rigidez demasiado rigurosa de su ley y, como se decía, el humor insociable de su teología. Si sólo se hubiera tratado de un dios más, no habría habido reclamos, pero era un Dios incompatible que excluía a todos los otros: he ahí el porqué de la persecución.

Así, el establecimiento de la Iglesia fue una obra de intolerancia dogmática y, de la misma manera, toda la historia de la Iglesia no es más que la historia de esa intolerancia. 

¿Qué son los mártires? Unos intolerantes en materia de fe, que desean más los suplicios que profesar el error.

¿Qué son los símbolos? Fórmulas de intolerancia, que reglamentan lo que se debe creer y que imponen a la razón misterios necesarios.

¿Qué es el Papado? Una institución de intolerancia doctrinal, que por la unidad jerárquica mantiene la unidad de la fe.

¿Para qué los concilios? Para detener los desvíos del pensamiento, condenar las falsas interpretaciones del dogma, anatematizar las proposiciones contrarias a la fe.

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Fragmento de un sermón predicado por el Cardenal Pie en la Catedral de Chartres, publicado en “Obras Sacerdotales del Cardenal Pie”, editorial religiosa H. Oudin, 1901, Tomo I pág. 356-377)

Acusan de malversación al arzobispo de Catania (Carlos Esteban)



El Arzobispo de Catania, famoso por su defensa a ultranza de la inmigración ilegal, ha sido acusado de malversación por la policía financiera. Un caso más del evangélico “que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha".

De los aires que corren en la Iglesia, de ese inasible giro cuya dirección advierte cualquiera pero que resulta tan difícil de concretar en declaraciones tajantes y claras, no es sólo alarmante que tome la forma específica de cesión a las cambiantes corrientes ideológicas del Mundo -permítanme las mayúsculas-, o que haya hecho de la confusión doctrinal nuestra realidad cotidiana. También se ha contagiado esta supuesta ‘renovación’ de otro rasgo imperante en el panorama secular: que lo que vale es lo que se declare, no lo que se haga.

Lo vemos tan a menudo que ya aburre hacer el recuento, desde la Iglesia que se quiere pobre pero no a los inmigrantes para los que se pide albergue a los particulares sin que quien lo pide enseñe con el ejemplo, hasta la descentralización eclesial combinada con fulminantes decretos en cuestiones locales o la misericordia irenista y pueril hacia los de un lado que se compatibiliza con una intransigencia rayana en la crueldad con los del otro.

Que tu mano izquierda, en fin, no sepa lo que hace tu mano derecha pero en el peor sentido posible.

Salvatore Gristina, Arzobispo de Catania, se ha distinguido desde hace algún tiempo por su defensa a ultranza de la entrada irrestricta en Italia de inmigrantes ilegales africanos, y no es fácil distinguirse en algo en lo que parece coincidir tanto la Curia de Francisco como la abrumadora mayoría de la Conferencia Episcopal Italiana. Su Opera Diocesana Assitenza (ODA) ha sido clave en la ayuda a decenas de recién llegados por mar a Sicilia.

Pero la policía financiera acaba de acusar al arzobispo de malversación en relación, precisamente, con la administración de la ODA, mediante simulación de contrato. Se habla de 260.000 euros.

Habrá, naturalmente, que esperar al desarrollo del caso. En cambio, en el caso del conocido sacerdote Giorgio De Capitani, no hay que esperar para preguntarse dónde está su obispo cuando el amable párroco pide públicamente que maten a Donald Trump. De Capitani se hizo célebre durante el mandato de Silvio Berlusconi, a quien llamó en su momento de todo menos bonito.

Naturalmente, estar en desacuerdo con el Gobierno es perfectamente legítimo, incluso obligatorio en ocasiones, como lo es emplear un lenguaje duro. Pero animar al asesinato quizá no sea lo más caritativo del mundo, como llamar ‘idiotas’ a Beppe Grillo y Matteo Salvini, entre otras lindezas más difíciles de traducir en su colorido italiano.

Carlos Esteban

50 YEARS LATER And counting (Michael Voris)


Duración 6:18 minutos


This week, Wednesday specifically, July 25 marks the 50th anniversary of the release of Blessed Pope Paul VI's earthquake encyclical, Humanae Vitae — "On Human Life." There are a number of very important dynamics to this encyclical that now, 50 years later, need to be spoken of freely and discussed with what few remaining Catholics there are, relatively speaking.
Here is a quick rundown of the eight various dynamics that need to be studied, understood and talked about so the same mistakes are not repeated.
First, Humanae Vitae has been an utter failure in convincing Catholics to follow Church teaching regarding the ends of marriage and the marital act. Before Humanae Vitae, Catholics in the West had substantially higher birth rates than Protestants. Since Humanae Vitae, the Catholic birth rate is actually lower than that of Protestants.
Second, the reasoning — not the conclusion — of Pope Paul was flawed in its approach. He abandoned Natural Law in presenting Church teaching. He abandoned the practice of quoting Scripture in encyclicals. He abandoned the practice of heavily quoting former popes. He quoted from no council documents, other than Vatican II. In short: right answer, wrong math.
Third, following the release of Humanae Vitae, Pope Paul specifically stated that he had turned to the prevailing philosophy of the day — personalism — instead of the traditional approach of Natural Law to defend the Church's perennial teaching forbidding contraception.  
FourthHumanae Vitae revealed a massive century-old rebellion by many clergy against the Church's teaching authority that had been hidden from the laity.
Fifth, Pope Paul and Vatican researchers merely accepted at face value the propaganda of the day regarding an alleged population explosion — which has never materialized, because it's not true.
Sixth, the consequences that Pope Paul accurately predicted which would hit society as a result of widespread acceptance of contraception have all come true — and then some.
Seventh, when the Church of England approved of contraception at their infamous 1930 Lambeth Conference — the first time in history any Christian body had approved of it — Pope Pius XI immediately answered the evil by speaking about the marital act in the context of marriage and the family in his encyclical Casti Connubii. Pope Paul almost completely disregarded the context.
Eighth, the time delay of three years between the end of the commission studying the question and the release of the encyclical was devastating to its reception.
Humanae Vitae was an earthquake, revealing massive fault lines of rebellion, as well as the fallout of a near-complete rejection of Church's teaching authority following its release. There was massive deception on the part of theologians and bishops in the run-up to the encyclical, plotting and lobbying strongly to change Church teaching. This involved some of the most notable luminaries in the Church at the time, from some of the most powerful clergy to some of the most famous, like Notre Dame's Fr. Ted Hesburgh, all who threw the Church under the bus to accommodate the world.
This coming Wednesday, on the 50th anniversary to the day, Church Militant is going to be hosting a day-long live conference going over all of this in great detail. We want to invite you to watch as much of it as you can, even all of it. In the last hour, we will be taking your questions live.
This is the most notable anniversary — a devastating anniversary — in the Church in the last 500 years. Things had been falling apart prior to 1968. Humanae Vitae pushed it over the cliff.
Please make a note to tune in two days from now, starting in the morning and going throughout the entire day.
We are covering this in depth because this has been the epicenter of nearly everything that has gone wrong in the Church since, and the fallout is looking more and more damaging as every generation goes by. Catholics need to understand, completely, all these various dynamics and begin to address them.
Please tune in this Wednesday, July 25, for our day-long coverage of Humanae Vitae.
Michael Voris