BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



Mostrando entradas con la etiqueta Diaconado femenino. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Diaconado femenino. Mostrar todas las entradas

martes, 12 de enero de 2021

El 2021 tiene muy mala pinta, las cosas claras se pagan caras, los ‘viri’ del Papa Francisco, despidos en el Vaticano.

 SPECOLA


Las cosas van mal y la epidemia, como era de esperar dejando a un lado los optimismos irracionales, sigue su curso y estamos en los números más altos de contagios y fallecimientos a nivel mundial. Hay zonas que mejora, que empeora, que va y viene, pero no sabemos si estamos al final o al principio. El lío de las vacunas no parece que sea la solución y, por ahora, con continuos retrasos y pocos resultados. Los amigos de España están sufriendo la mayor nevada de los últimos tiempos y su capital está sepultada en la nieve. La organización mundial de la Salud ya nos dice que no habrá inmunidad colectiva este año. Todo apunta a que 2021 será el segundo año de la epidemia, por lo menos hasta el verano el pescado está todo vendido y no veremos muchas novedades. Pero lo peores males que nos acechan no son los pestilentes.

«Hay una fuerza nefasta, que ahora ha dejado de esconderse, es una conspiración masónica.¡Aquí está la mano misteriosa que empuja a la ruina a nuestro país!». «Ante los implacables ataques de los enemigos de la Iglesia de Dios, ¿es legítimo que permanezcamos inactivos? ¿Es legítimo, quizás, quejarse y derramar lágrimas? ¡De ningún modo! Recordemos que en el juicio de Dios daremos cuenta detallada no solo de las acciones realizadas, sino también de todas las buenas acciones que pudimos haber hecho, ¡pero que no hemos hecho!». «¡Sobre cada uno de nosotros pesa el sacrosanto deber de meternos en las trincheras y repeler con el pecho los ataques del enemigo!». «Cada una de las Grandes Logias tiene derecho a mejorar las recetas anteriores y establecer nuevas, pero no a cambiar los puntos fundamentales, que deben permanecer fijos para siempre”. ¿Cuáles son estos puntos fundamentales?, ¡La liquidación total del mundo sobrenatural!». «Actualmente, la masonería es, sin duda, la cabeza de la serpiente infernal. No me refiero a los masones, sino a sus fines, a su organización que se vuelve contra Dios y contra la felicidad de las almas».

«Volviendo la mirada a nuestro alrededor, notamos la aterradora desaparición de la moral, especialmente en medio de la juventud; de hecho, están surgiendo asociaciones verdaderamente infernales que han incluido el crimen y el libertinaje en su programa; (…). El cine, el teatro, la literatura, el arte, en gran parte dirigidos por la mano invisible de la masonería, trabajan febrilmente, de acuerdo con la resolución de los masones: «¡Vamos a vencer a la Iglesia católica no con razonamientos, sino pervirtiendo la moral!, disculpe la expresión: ¡ser cada vez más cerdos!». Todo esto que nos suena tan actual son intervenciones del Padre Kolbe realizadas en los años 20. Sabemos como terminó un 15 de agosto de 1941… El Papa Pablo VI lo declaró «Beato» y, once años después, el Papa Juan Pablo II lo declaró «Santo, confesor y mártir». Seguimos liquidando a los que dicen estas cosas, el Padre Kolbe y hoy estaría posiblemente laicizado y excomulgado por intransigente y poco dialogante. Todo esto es mucho peor que el virus y sus consecuencias en la sociedad mucho más profundas.

El Papa Francisco elimina la palabra, ‘viri’, del derecho canónico e institucionaliza la presencia de mujeres en el altar durante la celebración eucarística, para proclamar las Sagradas Escrituras o dar la comunión. Malos tiempos para los ‘viri’ aunque sean ‘probati’. Es el primer reconocimiento oficial del hecho de que las mujeres pueden servir en el altar. Creemos que esto no arregla nada y complica las relaciones sobre todo con los ortodoxos. Hasta ahora era un problema de terminología entre los ‘ministerios no ordenados o laicos’ y ‘ministerios ordenados’. No creemos que esto contente a los del camino Alemán que están en otras cosas. Phillys Zagano, quien formó parte de la primera comisión sobre mujeres diáconas, tiene claro que acolitado y lectorado son condiciones previas para la ordenación diaconal. Algunos hablan de puerta cerrada, otros de abierta. ¿seguimos en la buscada confusión?

«Sois todos hermanos»: este es el lema de la visita prevista del Papa Francisco a Irak para el 5-8 de marzo, todo políticamente correcto. El logo muestra una paloma blanca, una rama de olivo en su pico, símbolo de paz, ondeando en las banderas de la Santa Sede y la República de Irak. “Todos ustedes son hermanos”, viene servido en árabe, kurdo y caldeo. Es estos momentos no es muy seguro que el viaje se pueda realizar.

Si las cosas de la pandemia no van muy bien que digamos, las cosas sociales pueden darnos muchos quebraderos de cabeza porque nos están intentando vender una burra vieja y coja, basta leer el Padre Kolbe, pero lo que puede ser de antología es la crisis económica que nos está cayendo encima. Vemos como las euforias iniciales se van apagando y los vaticinios de los próximos meses mejor no mirarlos. Cuando el Papa Francisco llega al Vaticano las cosas económicas eran muy mejorables y poco, nada, se ha hecho en estos años por mejorarlas, ahora están claramente empeorando acercándose al precipicio. Hoy tenemos la noticia de dos cantores de la sixtina que son despedidos, están la cosas como para músicas, aunque sean celestiales. Nos tememos que las promesas del Papa Francisco de mantener a todos en su empleo y sueldo empiezan a hacer aguas, por el sueldo hace tiempo, ahora por el empleo.

«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros?»

Buena lectura.

jueves, 9 de abril de 2020

Si no sale a la primera, sigue intentándolo (Carlos Esteban)



Desde el mismo momento en que se convocó el Sínodo de la Amazonía y se conocieron quiénes serían los padres sinodales y, sobre todo, quiénes dirigirían todo el asunto, se dio por hecho en muchos sectores de la prensa católica que la gran reforma que se estaba planteando no giraba tanto en torno a la evangelización de los no muy numerosos indígenas del área como del carácter del orden sacerdotal católico, en concreto, sobre la posibilidad de abolir el celibato obligatorio y entornar la puerta al diaconado femenino.

La diarias ruedas de prensa del Sínodo, los comentarios de prelados y teólogos durante los días del sínodo y el documento de trabajo que vertebraba las sesiones delataban que, con independencia de las comunicaciones oficiales y el lenguaje ecologista, estas dos cuestiones centraban la atención, avivaban las esperanzas de unos y copaban los temores de otros.

El documento final lo dejó aún más patente, al pedir directamente la revisión del celibato obligatorio y el estudio de medios para que las mujeres tuvieran una mayor participación en la estructura eclesial de gobierno.

Por eso supuso una sorpresa que hizo correr la tinta en abundancia cuando el Santo Padre, en su exhortación postsinodal Querida Amazonia, obvió ostensiblemente ambos asuntos para centrarse en una serie de ‘sueños’ -palabra elegida- en la que dividió el texto, y que se refería a esas cuestiones ecológicas y de respeto a las culturas indígenas que muchos habían visto originalmente como elementos accesorios.

Sin embargo, casi inmediatamente después de que los unos expresaran su eufórico alivio y otros tantos su amarga decepción, surgieron voces autorizadas -entre otras, las del estrecho colaborador de Francisco, el arzobispo de La Plata, Victor Manuel ‘Tucho’ Fernández- indicando que la exhortación no suponía en absoluto un cierre o una decisión definitiva contra estas dos esperadas/temidas reformas. Se recordó, por ejemplo, que el Papa, si bien obvió el candente debate, se remitió, aceptándolo, al documento final, lo que debía interpretarse como una aceptación indirecta.

Y ahora recibimos la noticia de que el Papa ha vuelto a convocar una comisión para que estudie la posibilidad de un diaconado femenino, después de que la primera se pronunciara en contra, y después de que el mismo Pontífice pareciera hablar clara, incluso tajantemente en contra, en una reunión con superioras de órdenes religiosas femeninas.

Hay que decir que esta ‘película’ nos suena. Mucho. De hecho, se está haciendo tan habitual en este pontificado como para justificar que se califique a este patrón de conducta de ‘modus operandi’. Lo vimos, por ejemplo, en el caso de la licitud de ofrecer la comunión a protestantes, como había propuesto el episcopado alemán. En ese caso tuvimos un “sí”, un “no” y un “decídanlo ustedes”, con intervenciones del prefecto para la Doctrina de la Fe, el jesuita español Luis Ladaria.

Es un método del que el mismo Papa ha hablado a menudo, cuando hace referencia continua a la importancia de “iniciar procesos”. La idea, al fin, es que de una comisión de estudio acabe saliendo un resultado favorable, que el Papa podría aprobar o proponer a un próximo sínodo o, en el espíritu de esa colegialidad tan loada, a las propias conferencias episcopales para que sean las distintas iglesias nacionales las que decidan si ordenan o no diaconisas.

Uno podría pensar, de forma quizá maliciosa, que si la nueva comisión llega a una conclusión distinta de la anterior, no hay en principio razón para determinar que la segunda es más acertada que la primera, y la decisión no puede dejar de recordarnos a esos referénda de independencia que se quieren siempre repetir hasta que se dé la respuesta correcta.
Carlos Esteban

miércoles, 17 de julio de 2019

El obispo Kräutler confía en que el sínodo traiga el diaconado femenino… como primer paso (Carlos Esteban)



El obispo Erwin Kräutler, verdadero inspirador del Instrumentum Laboris del Sínodo de la Amazonía y miembro de su consejo preparatorio, ha declarado en los últimos días su esperanza de que de él salga una remodelación integral del sacerdocio, así como la ordenación de diaconisas.

Kräutler ha hablado recientemente para la cadena austriaca ORF y en una conferencia, y en ambos foros ha asegurado que ordenar diaconisas podría ser un primer paso para que las mujeres acaben siendo sacerdotisas de la Iglesia católica, informa LifeSiteNews.

«El hecho es que nuestras 800 parroquias [se refiere a la Diócesis de Xingu, en Brasil, de la que es obispo emérito] están dirigidas por laicos, y dos tercios incluso por mujeres», dijo. El sacerdote «viene solo dos o tres veces al año, y esto lo considero un escándalo». Estas parroquias tienen la Liturgia de la Palabra, pero no la Sagrada Eucaristía.“Cuando dos tercios de estas parroquias son dirigidas por mujeres -continuó-, ¿por qué no pueden ellas también obtener la ordenación y presidir los domingos la Sagrada Eucaristía? ¿Debe un hombre [sacerdote] venir y apartar a la mujer, a pesar de que lleva años dirigiendo la parroquia con competencia y mucha empatía?».

Preguntado por la naturaleza de la ordenación que tenía en mente, Kräutler respondió: “al menos el diaconado femenino, eso es lo que esperamos en el sínodo de Amazonia. El primer grado de las órdenes sagradas. Y luego ya veremos».

Kräutler encuentra realista ese escenario, confiando en que el Papa deje la decisión en manos de obispos individuales o conferencias de obispos. Cuando el periodista le preguntó por qué, durante su labor como obispo en Xingu, había tan pocas vocaciones en su diócesis, el prelado austriaco respondió que «la verdadera razón es el celibato». Explicó que ordenó «algunos sacerdotes», pero la mitad de ellos más tarde dejaron el sacerdocio debido al celibato.

Kräutler, que no tiene problemas para imaginar sacerdotes casados en un futuro próximo también en Occidente, se define como un teólogo de la liberación y afirma que este enfoque es «íntimamente bíblico» (?) y que se trata de «ayudar a los pobres y a los que están excluidos».

En su reciente charla en Dornbirn, Austria, Kräutler aseguro que la prueba para saber si el sínodo ha sido o no un éxito será el diaconado femenino. “En la Iglesia tenemos un arriba y un abajo. Y esto no es lo que Jesús quiso decir. Jesús emancipó a las mujeres”.

Carlos Esteban

jueves, 4 de julio de 2019

El cardenal Marx quiere más mujeres en la cúpula eclesial (Carlos Esteban)



“Si yo fuera Papa, lo haría”, ha declarado a la cadena alemana de televisión NDR el cardenal Reinhard Marx en referencia a la posibilidad de nombrar mujeres en puestos clave de la Curia Romana.

La cúpula de la Iglesia, los puestos de responsabilidad en el Vaticano, no deben ocuparlos necesariamente cardenales u obispos, ha señalado el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (CEA) y miembro del C6, el consejo de cardenales que ha venido asesorando al Papa sobre la reforma de la Curia. 

Y, de hecho, debería aprovecharse la apertura que permite la reforma, que aparecerá promulgada con el título de Praedicate Evangelium, de abrir la dirección de algunos dicasterios a los laicos para dar más puestos de responsabilidad en el Vaticano a las mujeres, ha declarado Marx en un programa de entrevistas de la cadena alemana NDR.

“Si yo fuera Papa, lo haría”, añadió el cardenal que, si bien no es todavía Papa, en opinión de sus críticos actúa como tal en lo que se refiere a la Iglesia alemana. Hace unos meses, Marx anunció que la asamblea de la CEA había votado por unanimidad iniciar un “camino sinodal” en el que se revisarían en bloque cuestiones candentes de moral sexual, con carácter vinculante. Recientemente, el Papa dio una oblicua respuesta a tan extraña convocatoria, pidiéndoles que “caminemos juntos”, es decir, que no se les ocurra hacer la guerra por su cuenta.

No es la primera vez que Marx aboga recientemente por una mayor presencia femenina en los órganos rectores de la cúpula vaticana, aunque ve “límites”, especialmente en lo que se refiere a la ordenación de mujeres. 

Uno podría decir que no es que el cardenal los “vea”, sino que la Iglesia ya se ha pronunciado sobre el particular varias veces y, en el caso de Juan Pablo II, con toda la solemnidad requerida, comprometiendo explícitamente su autoridad infalible. Claro que algunos de los puntos que los obispos alemanes se proponen ‘revisar’ también figuran entre las verdades de la doctrina inmutable.

También habló de la ordenación de casados, con una posición idéntica a la de Su Santidad: personalmente, se declaró defensor entusiasta del celibato sacerdotal, pero admitió que la cuestión debe repensarse, que es exactamente lo que va a hacerse, según se recoge en el Instrumentum laboris, en el próximo Sínodo de la Amazonía.

Carlos Esteban

sábado, 29 de junio de 2019

Conspiración amazónica se levanta desde el barro: Hummes, Baldisseri piden “diáconos” femeninos y la abolición del celibato



La reunión de varios prelados llevado a cabo el 25 de junio, especialmente procedentes de la decadente Iglesia alemana, publicó un informe final en el sitio web RedAmazonica.org, una red instituida en el 2014 por la diócesis de Amazonia.

El informe propone la introducción del “diaconado femenino” supuestamente “en la perspectiva del Concilio Vaticano Segundo” [que no tuvo nada que ver con una herejía de ese tipo] y la abolición del celibato.
La reunión fue convocada por dos importantes cardenales modernistas del Sínodo para la Amazonia:

Claudio Hummes, el Relator General, y
Lorenzo Baldisseri, el Secretario General del Sínodo.

Es impensable que ellos actuaran sin que el papa Francisco lo supiera y lo permitiera.
El informe desenmascara al cardenal Walter Kasper como un mentiroso, quien afirmó que la abolición del celibato “” no fue el tema principal” del encuentro.

sábado, 27 de abril de 2019

¿El cardenal Kasper concelebró con una ministro protestante?



El cardenal Walter Kasper presidió el 26 de abril una Eucaristía en la catedral de Colonia, para celebrar el 100º jubileo de la Asociación de Alemanes Católicos “Neudeutschland”.

Un video publicado por la arquidiócesis de Colonia muestra al cardenal predicando, con los concelebrantes detrás de él.

Entre ellos está, claramente visible, una ministro protestante revestida con una túnica negra y corbata.

La Misa fue seguida por un encuentro que adoptó a resolución, en la que se pide la ordenación de obispos, sacerdotes y diáconos mujeres, pidiendo la abolición del celibato, y el “cambio” de la moral sexual de la Iglesia.

www.domradio.de/video/kardinal-walter…

viernes, 22 de marzo de 2019

Comisión vaticana: no hay evidencia histórica de mujeres ordenadas como diaconisas



La comisión vaticana sobre mujeres diaconisas encontró que no hay evidencia histórica que respalde que hubo mujeres que fueron ordenadas como diaconisas en la época patrística, dijo el 21 de marzo el teólogo alemán Peter Hünermann, de 90 años, en el sitio web LifeSiteNews.com.

Esto fue conocido antes de que la comisión comenzara a trabajar. Estos resultados fueron puestos en manos de Francisco a mediados del 2018.

En una entrevista llevada a cabo el 8 de marzo por el sitio web katholisch.de, Hünermann interpretó que haber mantenido en secreto este resultado es un signo que muestra que no le agradó a Francisco.

sábado, 19 de enero de 2019

Diaconado femenino: ¿un paso hacia la ordenación sacerdotal de mujeres? (Carlos Esteban)



Las teólogas feministas vuelven a la carga no solo para demandar el diaconado femenino, sino para que se le reconozca como verdadera ordenación sacerdotal, en un primer paso hacia el sacerdocio femenino al que cerró definitivamente la puerta Juan Pablo II.


De lo poco bueno de una Iglesia que va a la rastra del mundo en lugar de tratar de convertirlo es que uno puede ya ver por dónde van a ir los tiros con bastante anticipación. Pero todo sucede tan deprisa que los asuntos controvertidos se solapan, y si ya llevamos algún tiempo viendo una ‘suavización’ en la consideración de la homosexualidad activa y el Sínodo de la Amazonía -que, como es ya costumbre, no irá principalmente sobre la Amazonía, como el de la Juventud no fue sobre la juventud- amenaza con acabar con el celibato sacerdotal en el rito latino, vuelve el runrún sobre el sacerdocio femenino.

No directamente, claro. Juan Pablo II trató de cerrar esa puerta definitivamente en su carta apostólica Ordinatio sacerdotalis de 1994, donde dejó escrito que “la ordenación sacerdotal, mediante la cual se transmite la función confiada por Cristo a sus Apóstoles, de enseñar, santificar y regir a los fieles, desde el principio ha sido reservada siempre en la Iglesia Católica exclusivamente a los hombres”. Y añadió que “con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos, declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia”.

El actual prefecto para la Doctrina de la Fe hizo no hace mucho referencia a esa cita al tratar de este mismo asunto, al igual que el propio Papa Francisco en respuesta a una pregunta de una líder luterana a la vuelta de su viaje a Suecia en 2016: “Sobre la ordenación de mujeres en la Iglesia Católica, la última palabra es clara y la dio San Juan Pablo II y esto permanece”.

Pero, en palabras del teólogo de cabecera de Francisco, el cardenal alemán Walter Kasper, “ningún dogma ha dejado nada asentado”, y en la actual ‘Iglesia líquida’ es difícil cerrar posturas que se opongan frontalmente al pensamiento único hoy en vigor en todo Occidente. Así que si las mujeres, de entrada, no pueden ser sacerdotes, ¿por qué no se les puede ordenar diaconisas? Ya existían en la Iglesia primitiva, ¿no? Así que publicaciones católicas progresistas como Commonweal o Crux han empezado a agitar las aguas en ese sentido.

La caja de Pandora la abrió el propio Santo Padre en mayor de 2016 en su encuentro con las Superioras Generales de Órdenes Femeninas, donde declaró que “las mujeres consagradas ya trabajan tanto con los pobres, hacen muchas cosas ... Se toca el problema del diaconado permanente. Efectivamente sucedía en la antigüedad, hubo un inicio”. Para luego anunciar que pediría a Doctrina de la Fe un estudio sobre el diaconado femenino en la Iglesia primitiva.

La oposición a esta innovación descansa en la ‘unidad sacramental’: si bien el diaconado, el sacerdocio y el episcopado son posiciones perfectamente diferenciadas, el sacramento es uno solo, el orden sacerdotal, del que serían meros grados.

Por otra parte, ¿eran las diaconisas de cuya existencia en la Iglesia primitiva nos han llegado eco lo mismo que hoy se entiende por diácono? No hay que olvidar que el primer idioma oficial de la Iglesia fue el griego, y junto al significado ‘técnico’ de algunos términos, también coexistía con él un significado común. En el caso de ‘diákonos’, el sentido original del término es ‘servidor’, lo que hace, al menos, probable que las primitivas diaconisas tuvieras funciones administrativas y catequéticas que cumplen también hoy muchas mujeres en la Iglesia.

De hecho, en la propia página web oficial del Vaticano puede encontrarse un texto muy interesante en este sentido, ‘De la Diaconia de Cristo a la Diaconia de los Apóstoles’, conclusiones de la Comisión Teológica Internacional sobre el diaconado femenino. En él puede leerse que “las Constitutiones insisten en que las diaconisas no tengan ninguna función litúrgica” y añade que “sus funciones se resumen de esta forma: “La diaconisa no bendice y nada hace de lo que le corresponde hacer a los presbíteros y diáconos, pero guarda las puertas y asiste a los presbíteros en el bautismo de las mujeres a causa de la decencia”.

En suma, concluyen los teólogos, que “ya en el siglo IV, la forma de vida de las diaconisas se aproxima al de las mujeres que viven en monasterios (monjas). Se llama, en esa época, diaconisa a la responsable de una comunidad monástica de mujeres, como da testimonio de ello, entre otros, Gregorio de Nisa”. Y añaden: “Es necesario precisar que, en Occidente, no se encuentra ninguna huella de diaconisas durante los cinco primeros siglos. Los Statuta Ecclesiae antiqua preveían que la instrucción de las mujeres catecúmenas y su preparación al bautismo fuesen confiadas a las viudas y a las monjas “elegidas ad ministerium baptizandarum mulierum”. Es decir, nos hallamos, como tantas veces sucede, con una misma palabra que en distintas épocas tiene significados diferentes. Si lo que se quiere es resucitar el ‘diaconado femenino de la Iglesia primitiva’, esta es la buena noticia: ya existe.

Pero no es exactamente este papel el que tienen en mente las teólogas feministas que presionan para resucitar el diaconado femenino, sino más bien parte de una estrategia gradualista para introducir el sacerdocio femenino en la Iglesia Católica.
Carlos Esteban