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lunes, 12 de diciembre de 2016

"EL PAPA SOY YO" (Comentario sobre la figura del "papa emérito" y sobre el silencio del Papa ante las "Dubia")




Ya hemos hablado aquí sobre la figura del papa emérito que, como tal, es imposible. Ciertos comentarios, sin embargo, de algunos cardenales dan lugar a que algunas personas puedan pensar que tenemos dos papas. Benedicto y Francisco, al servicio de la Iglesia es el título de un libro del cardenal Müller, según el cual uno podría preguntarse si ambos ejercen juntos el mismo oficio (?)

Copio también un párrafo fe una entrevista que le hicieron al papa Francisco, cuando el secretario personal de Benedicto XVI, monseñor Gänswein, sugirió que había un ministerio petrino compartido


Conviene leer el artículo de The Remnant del 28 de mayo de Adelante la Fe, titulado el arzobispo Gänswein y el papa de dos cabezas. Aludo a él en una entrada de este blog, tomada del blog The Wanderer ("Tarde piaste"), con una consideraciones personales al final. 

Yo querría hacer aquí alguna reflexión más a este respecto, insistiendo en este punto, que considero muy importante para la clarificación de los fieles cristianos.


1. No tenemos dos sino un solo Papa, que es el papa Francisco. El anterior papa Benedicto XVI ya no es Papa, aunque vista de blanco, se llame Papa emérito y aparezca junto al papa Francisco en algunas ceremonias, para mayor confusión del pueblo cristiano. Dimitió libremente como Papa (así lo expresó personalmente) y, desde ese momento, dejó de ser Papa. Vuelve a ser, otra vez, el cardenal Ratzinger. El Papado es una institución, no es un sacramento. Un sacerdote o un obispo lo es para siempre, puesto que el sacerdocio imprime carácter en el alma del sacerdote. No así la condición de Papa. Esta idea es fundamental. De igual modo que se dice: "Madre no hay más que una", se puede también decir que "Papa no hay más que uno".

2. El papa Francisco es un Papa legítimo, incluso aun cuando hubiesen habido irregularidades en su nombramiento como Papa -tal y como algunos dicen-. De ser así, ese nombramiento tendría que haber sido impugnado en su momento, lo que no se hizo. La sede de Pedro, por lo tanto, no está vacante, como erróneamente piensan los llamados sedevacantistas.

3. No se puede demostrar que estemos ante un Papa hereje. Aunque así fuese -que eso sólo Dios puede saberlo- tal afirmación tendría que ser demostrada de modo inequívoco, puesto que nadie puede juzgar al Papa, al ser la máxima autoridad en la IglesiaY eso pese a la infinidad de expresiones "papales" que continuamente aparecen en los medios y que darían pie para pensar de ese modo. Dado el lenguaje usado y las circunstancias en que lo ha hecho, el Papa siempre podría argumentar que se ha interpretado mal lo que él dijo; no puede afirmarse, con rotundidad, que estemos en presencia de un papa hereje. Para ello, o bien tendría que ser el propio Papa quien reconociera formal y públicamente su herejía, o bien tendría que expresarse de tal manera que negase alguna verdad de fe, de modo explícito. Si tal evento se produjera  -lo que, evidentemente, no va a ocurrir- sólo entonces ipso facto quedaría depuesto como Papa


De manera que yerran los que piensan en una vuelta del cardenal Ratzinger al Papado; y piensan que Benedicto XVI es el verdadero Papa. Lo fue, pero dimitió libremente. Y así lo ha expresado por activa y por pasiva. Escribo a continuación una respuesta que di hará cosa de dos o tres meses (no recuerdo la fecha exacta) a un artículo de un determinado blog que abogaba por Benedicto XVI como el auténtico Papa. Estas fueron mis palabras:

En lo que ha dicho Francisco: "El papa soy yo" tiene toda la razón. Hay un único Papa en la Iglesia: "Tu es Petrus" y, en este caso, ese Papa es Francisco, nos guste más o nos guste menos.

Duración: 42 segundos

Benedicto XVI abdicó voluntariamente y así lo ha expresado luego, posteriormente, en infinidad de ocasiones. No hay dos Papas. De hecho, la figura de Papa emérito, como dijo Juan Pablo II, es algo imposible. Existen sólo los obispos eméritos. Aunque vista de blanco (un error, en mi opinión, que puede confundir a mucha gente) ahora ya no es Benedicto XVI, sino el cardenal Ratzinger.

Duración 7:07 minutos


Por otra parte, sin embargo, es un hecho que nos encontramos en la actualidad, ante una situación atípica en la Historia de la Iglesia. Y conviene tener presente estos puntos:

1. Respecto a si el papa Francisco dice -como así es- una serie de cosas que son claramente heréticas, hay que tener en cuenta algunos aspectos que se nos pueden pasar por alto. Y son, sin embargo, sumamente importantes.

(1º)  El Papa no es Dios ni es infalible, excepto cuando habla ex cathedra, lo que nunca ha hecho. Y tenemos la obligación, como cristianos, de actuar contra todo aquello que se oponga a la verdad aun cuando sea el Papa quien lo diga. Así les hablaba san Pablo a los corintios: "Obrad el bien, aun cuando nosotros fuéramos dignos de reprobación. Pues no podemos nada contra la verdad, sino en favor de la verdad" (2 Cor 13, 7-8).

( 2º) Es verdad, ciertamente, que un Papa hereje sería un contrasentido. Sin embargo, los fieles cristianos no tenemos potestad para hacer esa afirmación de modo apodíctico. No podemos fundar una Iglesia por nuestra cuenta. Y debemos fidelidad a la Iglesia de siempre. De ahí nuestro respeto hacia la figura de Francisco, en cuanto vicario de Cristo que es, mientras no se demuestre lo contrario

( 3º) Otra cosa diferente sería, sin embargo, que la Jerarquía eclesiástica (al menos un conjunto de cardenales), le hicieran frente, sin miedo a ser excomulgados por ello (¡y aun cuando lo fueran) y que le dijeran al Papa a la cara, con todo respeto, como digo,  que sus afirmaciones, en ciertos puntos, debe de cambiarlas y desdecirse de ellas, pues se oponen a la doctrina de Cristo. De no hacerlo así, podría ser declarado hereje. Y, como tal, tendría que abandonar  el cargo Papal.

Digamos que esto último sería lo deseable, en mi opinión, porque existe mucha confusión entre los cristianos.

Mientras tal cosa no ocurra, podremos disentir de lo que diga el Papa, si no se ajusta a la Doctrina de la Iglesia de toda la vida. Es más: tenemos la obligación de hacerlo, porque el error es el error y debe ser señalado y condenado como tal error.

Nuestro deber es el de permanecer fieles a la Doctrina Católica de dos mil años de historia. Si lo que Francisco dice está de acuerdo con esa doctrina, bienvenido sea. Si se aparta de ella en algún ápice, no le seguiremos, pues nuestra fidelidad es a Jesucristo y a su Iglesia. Y al Papa también, por supuesto, pero siempre y cuando no predique o propague pensamientos contrarios al sentir de la Iglesia. El Papa no tiene ese poder: él es, simplemente, nada más y nada menos, que un administrador de los misterios de Dios. Y su obligación es la de guardar el depósito recibido, siendo fiel a la Sagrada Escritura y a la Tradición.

Desde el momento en que no lo haga así, nuestra obligación, aparte de disentir por escrito o de razonar acerca del error contenido en sus palabras, consiste -sobre todo, y principalmente- en seguir siendo fieles a la Iglesia de siempre, por más difícil que esto sea. Nuestra fidelidad no es tanto al Papa (a tal o a cual Papa) cuanto al Papado, como Institución de origen divino que es. 

Todos estamos deseando (yo al menos lo deseo con toda mi alma) que surja un grupo de cardenales (no sólo el obispo Schnëider, que es el único que ha hablado claro hasta el momento) que saliendo de su silencio, actuasen en defensa de la fe y de los que desean seguir siendo fieles a la Palabra de Dios. Que dieran la cara. Que no tuvieran miedo de Bergoglio.

Si Francisco es acusado formalmente por ellos de herejía, entonces dejaría de ser Papa. Y, en todo caso, si es tan solo un grupo reducido de cardenales, pero ese grupo está en conformidad con lo que siempre ha sido la Iglesia, aun cuando la Iglesia "oficial" los rechazase, ya no tendría potestad sobre ellos. Se produciría una auténtica escisión en la Iglesia, pero tal escisión es necesaria, pues a los fieles cristianos no se les puede escamotear el verdadero mensaje de Jesucristo y sustituirlo por "doctrinas" "cristianas" que, de cristianas no tienen nada.

Un nuevo Papa podría surgir de entre esos cardenales y cambiar muchas cosas, desde el Concilio Vaticano II para acá; en particular, las que se refieren al ecumenismo, al diálogo interreligioso y a la libertad de conciencia, amén de otras muchas más: en particular, y de un modo especial, tendrían que revisar el Novus Ordo Misae (que es una misa que se confeccionó de tal manera que podría ser dicha perfectamente por los protestantes, lo cual no tiene razón de ser). Deberían hacer una revisión, en profundidad, de todos los documentos del Concilio Vaticano II, dando por válidos sólo aquellos que realmente lo fueran.

Sí, solo ellos podrían hacerlo ... pero cada vez son menos, en número; y los pocos que van quedando se les va apartando a lugares de menor influencia o se espera, simplemente, a que se jubilen, o se los jubila por adelantado, antes de que cumplan los 75 años. Es cuestión de tiempo. Y se dispone de poco tiempo.

Y esto último es, precisamente, lo que debiera de urgir a estos cardenales nuestros que, aunque pocos, sigue habiéndolos, para que se enfrentaran sin miedo al Papa, de un modo explícito y le obligaran a rectificar (prácticamente casi todas sus afirmaciones, por desgracia) o a dimitir.

Mientras eso no ocurra,  ni los sacerdotes, ni los obispos, ni mucho menos los seglares, podemos hacer nada ...  en el sentido de declarar hereje al Papa o de decir que el último Papa válido fue Pío XII (sedevacantismo), etc...

Todo eso podría ser ... pero es algo que no nos corresponde a nosotros juzgar. Esa tarea hay que dejársela a Dios, que Él proveerá, con toda seguridad ... Sus caminos tendrá para que todo pueda volver a la normalidad, aunque para ello haga falta que pasen varias generaciones. Lo que sí que es absolutamente seguro es que las puertas del infierno no pueden prevalecer sobre la Iglesia, aunque de ésta quede tan solo "un resto"


¿Cuánto tardará eso en suceder? No podemos saberlo. Pero suceder, sucederá. Porque de Dios nadie se ríe. (Gal 6, 7)

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Hasta aquí el pasado ... ¡era cuestión de tiempo! ... Pero al final, ese grupo de cardenales (cuatro en concreto) ha surgido, como ya sabemos, haciendo públicas sus dudas al Papa. Tan solo eran cinco preguntas, las llamadas "Dubia" a las que el Papa tenía que responder sencillamente con un sí o con un no.

Lo que hizo salir a estos valientes cardenales de su silencio fueron las declaraciones de los obispos de Buenos Aires, con "su" interpretación de la Amoris Laetitia, según la cual, de facto, muchos divorciados vueltos a casar civilmente, podrían recibir la sagrada comunión. Esto ocurría el 5 de Septiembre  de este año. Al día siguiente tenían ya la contestación del Papa: "¡Esa es la interpretación correcta de la Amoris Laetitia! ¡No hay otra!"

Tal evento fue la chispa que urgió a estos cardenales a salir de su silencio y a plantearle sus "Dubia" al papa Francisco, en bien de la Iglesia, lo que tuvo lugar el 19 de septiembre en un escrito formal que le dirigieron en privado. Al pasar ya casi dos meses sin haber obtenido respuesta del Papa, estos cardenales hicieron públicas sus "Dubia" el 16 de noviembre, cuatro días antes de acabar el año santo de la misericordia, que fue el 20 de Noviembre, con la festividad de Cristo Rey.

El Papa siguió sin darse por enterado. Y no contestó. De esto he hablado en mi anterior entrada de título: "Un sueño cumplido ... ¡en parte!". Desde entonces hasta ahora ha habido un auténtico enfrentamiento entre cardenales contra cardenales, obispos contra obispos, sacerdotes contra sacerdotes, etc ... Vamos, que el cisma es inminente. Y, en cierto modo, ya ha comenzado.

Mientras tanto, el Papa sigue callando, como si lo que está sucediendo no fuera con él. Y, sin embargo, el cardenal Burke (uno de los cuatro de las "Dubia") habló de un "acto formal de corrección de un error grave". ... en caso de no haber respuesta.

¿A qué se dedica, entretanto, Francisco? ... Pues a hablar de los sacerdotes "rígidos", una cantinela a la que ya nos tiene acostumbrados.

José Martí

NOTA: Sobre los sacerdotes rígidos tenemos, por ejemplo, este corto vídeo:

Duración: 51 segundos

Véase el magnífico artículo de CATHOLICVS: "El papa Francisco, cinco "dubia", tres filósofos y el gravísimo problema del "saturno" en donde en una homilía del Papa en santa Marta (del 9 de diciembre) alude a los sacerdotes rígidos, tristes, insatisfechos,  funcionarios, etc. (yo llamo a esto piropos de misericordia)

Sobre la idea de "rigidez" puede escucharse el fragmento de una homilía del padre Alfonso Gálvez. de unos ocho minutos de duración. Aclara mucho las ideas y merece la pena escucharla.