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domingo, 1 de junio de 2025

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR A LOS CIELOS (Fray Luis de León) - Comentarios personales

Durante mucho tiempo se ha dicho que hay tres días en el año que relucen más que el Sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. Hoy no. Esa expresión no les dice nada, sobre todo a los jóvenes. Como tal jueves, que aún se celebra, sólo queda el Jueves Santo. Las otras dos celebraciones se siguen manteniendo, pero se han pasado al domingo siguiente.


Como sabemos, la Ascensión del Señor a los Cielos ocurrió cuarenta días después de su Resurrección en cuerpo y alma. De modo que la ceremonia correspondiente a ese día debería haberse celebrado el jueves, 26 de mayo de 2025. Sin embargo, se pospone, de modo oficial, al próximo domingo, 1 de junio.

La ODA XVIII de Fray Luis de León (1527-1591) titulada La Ascensión del Señor es de una gran belleza:


¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, oscuro,
con soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro?

Los antes bienhadados
y los ahora tristes y afligidos,
a tus pechos criados,
de tí desposeídos,
¿a dó convertirán ya sus sentidos?

¿Qué mirarán los ojos
que vieron de tu rostro la hermosura,
que no les sea enojos?
Quien oyó tu dulzura,
¿qué no tendrá por sordo y desventura?

Aqueste mar turbado
¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto
al viento fiero, airado?
Estando tú encubierto,
¿qué norte guiará la nave al puerto?

¡Ay!, nube envidiosa
aun de este breve gozo, ¿qué te aquejas?
¿Dó vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!



Nos quedamos tristes, porque el Señor se va, pero nos conviene que se vaya. Así lo dijo Él mismo: "Os digo la verdad: os conviene que me vaya, pues si no me voy, el Paráclito [es decir, el Espíritu Santo] no vendrá a vosotros; en cambio, si me voy, os lo enviaré" (Jn 16,7). Y ésta es la explicación que les da a sus discípulos, y que vale igualmente para nosotros: "Tengo todavía muchas cosas que deciros, pero ahora no podéis comprenderlas. Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad, os guiará hacia la Verdad completa, pues no hablará de Sí mismo, sino que hablará de lo que oiga y os anunciará lo que ha de venir. Él me glorificará porque recibirá de lo Mío y os lo dará a conocer" (Jn 16,12-14)

El Espíritu Santo (Espíritu del Padre y del Hijo, Espíritu de Jesús, por lo tanto) no hablará de Sí mismo sino que hablará de lo que le oiga a Jesús, pues Él es la Palabra del Padre. Por eso, si no tenemos el Espíritu de Jesús, (el Amor de Dios), no tenemos a Jesús, no podemos ser sus amigos.

Ahora bien, el Espíritu Santo no podemos tenerlo por nosotros mismos. Es un don de Dios, es el Don de Dios. Su posesión es pura gracia ... aunque lo podemos tener si se lo pedimos: "Si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más el Padre del Cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo piden? (Lc 11, 13).

Y, sin embargo,¿por qué le pedimos tantas cosas al Señor y luego no nos las concede? ¿Acaso no nos escucha? ... Pero ¿cómo no nos va a escuchar si es nuestro Padre y nos quiere con locura? Por supuesto que nos escucha. Ahora bien: quiere lo mejor para nosotros; y nosotros, con demasiada frecuencia, pedimos lo que que no nos conviene (por más que creamos otra cosa): "Pedís y no recibís, porque pedís mal, para malgastarlo en vuestras pasiones" (Sant 4,3).

Dicho lo cual, es preciso que sigamos rezando: "Orad sin cesar" (1 Tes 5,17), decía San Pablo a los Tesalonicenses ... lo que viene a ser un recuerdo, un refresco de nuestra memoria con respecto a lo que ya nos decía Jesús: "Es necesario orar en todo momento y no desfallecer jamás" (Lc 18,1). Si así lo hacemos, el fruto es seguro. No podemos tener ninguna duda acerca de esto.

Poseer el Espíritu de Jesús significa pensar como Jesús, amar como Jesús y actuar como Jesús ... en otras palabras: tener sus mismos sentimientos (cfr Fil 2,5).

¿Cómo procedió Jesús en su vida mortal? Lo que sabemos, por la fe, con toda claridad, es que siendo Dios, la Persona de Jesús (el Hijo) tomó un cuerpo y un alma, como los nuestros, tomó una naturaleza humana, y sin dejar de ser Dios, se hizo hombre, realmente hombre, se hizo uno de nosotros, y como hombre fue "obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Fil 2,8).

No hay otro modo de manifestar el amor (en este mundo) que el camino de la cruz, que fue el que Jesús siguió. No la cruz por sí misma, lo que no tendría ningún sentido, sino la cruz por amor a Él, para identificarnos con Él, porque queremos vivir su propia Vida, igual que Él ha vivido la nuestra, queremos amarlo como Él nos ha amado: "Habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el fin" (Jn 13,1).

El amor se hace auténtico en la cruz. Esto no lo digo yo. Lo dijo Jesús: "El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga" (Mt 6,24).

No hay otra solución si queremos ser felices. La verdadera felicidad, la única que merece este nombre, va siempre de la mano de Jesús ... y de Jesús sólo podemos decir que somos sus amigos si hacemos lo que Él nos manda (Jn 15,14). Y sólo entonces tendremos Su Espíritu, y con el Espíritu de Jesús, todos los frutos de este Espíritu: "caridad, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza. Contra esto no hay Ley" (Gal 5,22).

El apóstol Pablo no pretende dar una relación exhaustiva de todos los frutos del Espíritu Santo. Pero, al leer con atención, se observa que, a continuación de la caridad [o sea, del amor, que, como se ha dicho, precisa del seguimiento de la senda estrecha y de la cruz para poder llamarse así] viene, en segundo lugar, la alegría, la verdadera alegría, que es la que proviene de nuestra unión a Jesucristo, con quien formamos un solo cuerpo. [Ver nota 2]

José Martí


NOTAS


1. La venida del Espíritu Santo se celebra diez días después de la Ascensión. Este año será el domingo, 8 de junio de 2025 día de Pentecostés, así llamado porque dicha venida tuvo lugar cincuenta días después de la Resurrección de Jesús.

2. La unión con Jesucristo tiene lugar en el Espíritu Santo, que es Espíritu del Padre y Espíritu del Hijo. Tremendo misterio éste del Cuerpo Místico de Cristo por el cual somos llamados hijos de Dios (hijos en el Hijo, por el Espíritu Santo) ... y lo somos realmente (1 Jn 3, 1] lo cual no debe llevarnos a olvidar que se trata de una gracia inmerecida, cuya única razón de ser es el Amor que Dios nos tiene (otro misterio que nos sobrepasa).

viernes, 25 de abril de 2025

Una lira de amor, dedicada al padre Alfonso Gálvez



La poesía que sigue está dedicada al padre Alfonso Gálvez quien en vida me ayudó y me quiso como a su hijo más querido. Pretende ser un detalle de agradecimiento hacia aquel que tanto bien me hizo, pues me enseñó a conocer y a querer a Jesús, Nuestro Señor. En ella habla Jesús dirigiéndose al padre Alfonso Yo tengo la seguridad de que se encuentra ya en el Cielo, junto a ÉL, a quien tanto ha querido y por quien ha ofrecido toda su vida sacerdotal, siendo, además, fundador de la Sociedad de Jesucristo Sacerdote.  Y estoy seguro de ello porque sé que Dios no se deja vencer en generosidad. Toda la vida del padre Alfonso fue un contienda de amor con Jesús, en la que, a mi parecer, la pelea estuvo muy igualada. De ahí mi seguridad.

Más abajo está la dirección de su página web, así como una breve biografía suya.
 
Y viendo tu paciencia

en la liza conmigo, he decidido

traerte a mi Presencia,

pues me ha parecido

que, por mi Amor, estabas malherido.



R.I.P. (1932-2022)

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Ésta es la pagina web del padre Alfonso:



Breve Biografía del padre Alfonso Gálvez


El P. Alfonso Gálvez Morillas nació en Totana-Murcia (España), el 4 de junio de 1932, en el seno de una familia católica. Los estudios primarios los cursó en su pueblo, en el Colegio de la Milagrosa, dirigido por las Hijas de la Caridad. En 1942 inició sus estudios de Bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media Alfonso X el Sabio en Murcia.

En 1949 empezó su carrera de Derecho en la Universidad de Murcia y durante ese mismo curso escolar, sintió la llamada del Señor para que se encaminara al sacerdocio. Al año siguiente ingresó en el Seminario Conciliar de San Fulgencio de Murcia. Con autorización del entonces Obispo de Cartagena, pudo simultanear los estudios eclesiásticos y los civiles. Se licenció en Derecho en el año 1956.

Ese mismo año, el día 10 de junio, recién cumplidos los 24 años, fue ordenado presbítero en la iglesia de San Juan Bautista de Murcia, por el Obispo de Cartagena Mons. Ramón Sanahuja y Marcé. A los pocos días, fue destinado como coadjutor a la parroquia de San Andrés de Murcia. Fue allí donde empezó el trabajo con la juventud, aunque, en realidad, ya había emprendido esa tarea durante sus años de seminarista. Transcurridos tres años, en septiembre de 1959, fue enviado por su Obispo a Ecuador formando parte de un equipo de sacerdotes diocesanos, por un tiempo de cinco años. Primero fue profesor del seminario San Luis Gonzaga en Cuenca de Ecuador. Dos años después, fue párroco de El Tambo, un pueblecito de la Sierra. Y al poco tiempo, se trasladó a Venezuela, en donde había también un equipo de sacerdotes de Murcia trabajando para la Arquidiócesis de Barquisimeto. Allí estuvo dos años y medio en la parroquia de San Antonio de la ciudad de Barquisimeto, hasta completar los cinco años del plazo para el cual se le había destinado a Sudamérica.

A su regreso a España, el Obispo Mons. Miguel Roca Cabanellas le nombró de nuevo Coadjutor de San Andrés y Profesor de Religión en el Instituto Alfonso X el Sabio de Murcia; posteriormente fue colaborador de San Andrés, pero ahora con más libertad de movimientos para que pudiera dedicarse a su trabajo con los jóvenes, tarea que el Obispo siempre bendijo y aprobó.

Su apostolado con jóvenes y de modo especial con vocaciones sacerdotales, se concretó con el paso de los años en la Sociedad de Jesucristo Sacerdote, una asociación religiosa que fue aprobada, como Pía Unión, el 29 de julio de 1980, por el Obispo Mons. Javier Azagra Labiano, con el apoyo y aliento de Mons. Miguel Roca, en ese tiempo ya Arzobispo de Valencia. Posteriormente, el 27 de noviembre de 1986, fue aprobada de nuevo, bajo la figura jurídica de Asociación de Fieles, para adecuarse a la nomenclatura del nuevo Código de Derecho Canónico de 1983. Esta Asociación tiene una Rama de Mujeres y otra de Hombres, todos ellos seglares consagrados al Señor.

Comenzó a formar un grupo de sacerdotes que, siendo miembros de la Sociedad y estando incardinados en diferentes Diócesis, comenzaron su trabajo en España y Ecuador. Y con el tiempo, en Estados Unidos (1985) y Chile (1996).

Desde 1982 residió en la Casa Matriz de la Sociedad, Residencia El Pedregal, en el término de Mazarrón-Murcia (España). Durante más de 20 años viajó a las diferentes Diócesis en las que estaba implantada la Sociedad. Para llevar a cabo su labor, contó en todo momento con el permiso y apoyo de los diversos Obispos que han ocupado la Sede de la Diócesis de Cartagena.

En 1991 fundó en New Jersey el Colegio Shoreless Lake School para la formación de estudiantes. Colegio que, diez años después, se trasladó a Totana en España. Actualmente, el Colegio solamente admite a miembros jóvenes de la Sociedad, con vistas a la formación sacerdotal. Este Colegio tiene una extensión en Sauk City (Wisconsin), para chicas que estén dispuestas a formar parte de la Rama Femenina de la Sociedad, que cuenta con dos casas en España y en Wisconsin.

En 2009, comenzó a publicar en una página propia en internet algunos sermones y artículos, junto con otras grabaciones de años anteriores.

En el verano del 2018, su salud comenzó a empeorar a causa de los años, lo cual le impidió continuar predicando, tanto en público como en privado. Cuidado por sus hijos en El Pedregal durante todo este largo proceso de deterioro de su salud, fue hospitalizado en La Vega de Murcia el día 2 de Julio, donde entregó su alma a Dios, el día 6 de Julio del año 2022.

A lo largo de su vida llevó a cabo un importante trabajo redaccional. Publicó Una sociedad utópica (1950), La Fiesta del Hombre y la Fiesta de Dios (1983), Comentarios al Cantar de los Cantares (dos volúmenes: 1994 y 2000), El Amigo Inoportuno (1995), La Oración (2002), Meditaciones de Atardecer (2005), Esperando a Don Quijote (2007), Homilías (2008), Siete Cartas a Siete Obispos (2009), El Invierno Eclesial (2011), El Misterio de la Oración (2014), Sermones para un Mundo en Ocaso (2016), Cantos del Final del Camino (2016), Mística y Poesía (2018), etc.