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martes, 13 de noviembre de 2018

¿Sinodalidad? ¿Quién habló de ella?...



Por un momento interrumpo la serie de apuntes sobre Clericalismo y Diezmo, para tomar nota de las impactantes noticias que se han producido entre ayer y hoy.

La cuestión que ahora se plantea es: ¿qué valor en realidad tiene la "Sinodalidad", el neologismo más reciente en el creativo e inventivo vocabulario de nuestro estimado Pontífice?

Por lo que se llegó a saber tras el reciente Sínodo de Obispos en Roma dedicado a la Juventud y las Vocaciones, la idea era que a las conferencias nacionales de obispos se les otorgaría más autonomía (i.e. independencia de Roma) en la decisión y regulación de sus propios asuntos locales. A punto tal que la nueva concepción de la Iglesia, nacida evidentemente por iniciativa de Su Santidad, el papa Francisco, quien viene hablando desde hace tiempo de "Sinodalidad", fue enseguida criticada desde diversos ángulos, como si se tratara de un movimiento "neo-galicano" o de querer imponer en la Iglesia una especie de "comunión anglicana". Pero la realidad, una vez más, demuestra ser muy diferente de los discursos, sobre todo de los discursos de Su Santidad.

Minutos antes de que la Conferencia de Obispos de USA comenzara a debatir dos mociones importantes sobre abuso sexual y el rol de los obispos (incluyendo el proyecto de constituir un panel de asesores laicos), fue recibida una inesperada llamada telefónica desde Roma, para instruir al Cardenal Di Nardo, actual presidente de la Conferencia de Obispos estadounidenses, que abortara la iniciativa sinodal

El asunto, se argumentó desde el Vaticano, debía archivarse hasta la futura reunión de los Presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo, convocada por Su Santidad para el mes de febrero de 2019. Mientras tanto, como director del retiro espiritual en que, de hecho, fue convertido abruptamente el sínodo de obispos norteamericanos, los prelados fueron honrados por la oferta de Fr Cantalamessa, el predicador de la casa pontificia: una oferta que probablemente no podía ser rechazada.

De modo que, justo cuando la "Sinodalidad" amenazaba con afianzarse y hacerse fuerte realidad en la Conferencia Episcopal nacional más poderosa (y más escandalosa) del mundo, el férreo control absolutista del Vaticano se hizo enseguida sentir, a través de la voz del obediente y pequeño Cardenal Cupich (¿quién si no él?) ya preparado para saltar a la defensa de Su Santidad. “Está claro que la Santa Sede está tomando en serio la crisis de los abusos”, dijo Cupich, dicen que sin inmutarse ni ruborizarse. (Blase Cupich es uno de los dos estadounidenses de la Congregación para los Obispos, que emitió la prohibición. El otro -el lector entenderá la ironía- es Donald Wuerl).

La conclusión a la que habrán llegado todos los católicos que son capaces de razonar con libre criterio (y libres de mentalidad clericalista), es que después de este nuevo comportamiento autoritario de Su Santidad, ya no se puede confiar en nada de lo que se dice o se proclama en este pontificado. Todo es humo y espejos, cartón y piedra, escenografía puesta en escena.

Sin embargo, esto no sólo indica que la historia narrada por Marcantonio Colonna (Henry Sire) en su “El Papa Dictador”, tendrá nuevas ediciones actualizadas; sino que también es probable (hay que rezar por ello) que la iniciativa de los obispos norteamericanos no quede tan fácilmente truncada. Y lo digo porque hoy mismo el sínodo en USA ha recibido una breve pero significativa carta de quien fuera allí nuncio apostólico, el Arzobispo Carlo María Viganò. Su texto es el siguiente:
Queridos hermanos obispos en USA,
Les escribo para recordarles el sagrado mandato que han recibido el día de su ordenación episcopal: guiar el rebaño hacia Cristo. Mediten en Proverbios 9,10: “¡El temor del Señor es el principio de la sabiduría!”.
No se comporten como ovejas asustadas, sino como valientes pastores. No tengan miedo de pararse y hacer lo correcto por las víctimas, por los fieles y por su propia salvación. El Señor nos retribuirá a cada uno de nosotros según nuestras acciones y omisiones.
Estoy ayunando y rezando por Ustedes.
Arzobispo Carlo María ViganòSu anterior nuncio apostólico13 de noviembre de 2018Santa Francisca Javier Cabrini
Quizás no todo esté perdido todavía. De hecho, otra noticia de estos días es que la Conferencia Episcopal de Francia ha puesto en acción una iniciativa contra los abusos, de perfil muy similar a la que querían aplicar los obispos estadounidenses

¿Podrá detener también Su Santidad ésta y otras probables iniciativas "sinodales" que él mismo ha promocionado?...

IPSI GLORIA